Novela de ciencia ficcion

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Daniel Pacheco
HEMISFERIO

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A mis papás, mi esposa y mis hermanos.

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Capítulo I
Andrés no sabía cómo había llegado hasta aquí, en el centro de convenciones más grande
de Barcelona, España; un edificio moderno con muchas comodidades y lujos.
Anteriormente había acompañado a su padre cuando daba conferencias. Siempre le había
gustado el ambiente, la gente elegante y los reporteros que siempre estaban haciéndole
entrevistas. Sabía que su papá era importante, sabía lo que sus investigaciones significaban
para la humanidad. Había escuchado a su padre decir la frase “restablecer el mundo como
era antes” más veces de lo desearía.
Esta vez no estaba como siempre de la mano de su padre o escoltado por algún agente de
seguridad, sino que estaba solo. Caminando por los amplios pasillos llenos de gente y
bullicio, ante todo esto pasaba desapercibido. Se sintió atemorizado, pero por un momento
pensó que era una ventaja, porque así podría entrar a los lugares donde generalmente no le
permitían.
Mientras avanzaba, iba mirando los letreros de los diferentes salones. Esperaba encontrar el
que andaba buscando.
¡Sí, ahí estaba! ¡El salón “12 Emperadores”!.

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Como siempre, el recinto estaba custodiado por al menos media docena de soldados
fuertemente armados, y a su alrededor muchos hombres en traje, con radios y aparatos que
siempre estaban parpadeando y haciendo ruidos graciosos.
- ¿A dónde crees que vas? – Le preguntó uno de los soldados.
- Voy a ver a mi papá, el Doctor Betancourt.
- Esta área está restringida muchachito, mejor espéralo en el lobby del primer piso, si no
quieres que use mi arma.
Frustrado, Andrés se dio la vuelta y empezó a alejarse de aquel guardia. Pero pensó que no
se daría por vencido fácilmente. De reojo se percató de que la funda de la pistola de aquel
hombre no estaba completamente cerrada, sino que el botón que cubría la parte superior de
la funda estaba abierto. Aunque en la mano traía una escopeta, Andrés decidió
arriesgarse… entonces tuvo el valor para actuar.
Con toda la velocidad que le permitían sus piernas corrió hacia el soldado. Éste al
percatarse, intentó apuntarle con su arma, pero Andrés derrapó en el suelo y aprovechando
la inercia levantó los pies, logrando golpear su oponente en la pierna, el soldado gimió de
dolor y se derrumbó. Al caer, la cubierta de la funda de su pistola se abrió por completo y
dejo caer el arma. A pocos centímetros de su alcance, el soldado volteó a ver y alarmado
observó cómo Andrés se hacía del arma, entonces soltó una voz de alarma.
- ¡Alerta, alerta! ¡Atentado!
Algunos de los que estaban ahí ya se habían percatado de que algo estaba sucediendo, pero
en cuestión de segundos todas las miradas de la concurrencia ya estaban sobre ellos. Andrés

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no sabía que hacer. Apuntaba a hacia todos. Era imposible salir airoso de aquel lugar
abarrotado de gente, tenia que actuar pronto…
- ¡Cuidado! – Gritó uno de ellos – ¡Tiene un “desvanecedor”, si lo acciona acaba con
cualquier forma de vida en un kilometro a la redonda! –
Desconcertado, Andrés miró el arma y confirmó que efectivamente tenía un arma muy
poderosa. El soldado a quien le había quitado el arma dio unos pasos atrás. No podía creer
su suerte, nadie lo iba a poder detener. Sin dejar de apuntar hacia toda esa gente, Andrés
empezó a acercarse a la puerta del salón, al llegar a la cerradura, se dio cuenta de que ésta
tenía un dispositivo digital.
- ¡¿Quien tiene el código para abrir esto?! Demandó mientras tanteaba, sin dar la espalda.
De repente su mano alcanzó una placa metálica, fría y plana, luego oyó un bip, y una voz
electrónica dijo – Acceso concedido, Bienvenido Doctor Betancourt –
Al parecer el aparato escaneó automáticamente y reconoció la estructura genética de
Andrés, muy similar a la de su padre. ¿Podría ser verdad? ¿Por fin sabría que hay en ese
salón?
La puerta se abrió y Andrés miró de reojo, el salón estaba oscuro. Andrés entró lentamente
y sin dejar de apuntar al gentío dio la orden de “Encender la luz” y el lugar se iluminó. Para
su sorpresa vio a su papá en frente de un nutrido grupo de estudiantes… todos de su misma
edad… un momento… ¿pero qué es esto?, ¿Perlita esta aquí adentro?, ¿Joaquín? ¿Qué
rayos hacían sus compañeros de clase en ese lugar?
- Hijo, ¿Ya viste como viniste a clase? – le preguntó su papá.

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Uno de los alumnos empezó a señalar hacia él y se empezó a reír, en segundos todos se
estaba riendo también. Andrés miro hacia abajo y se dio cuenta de que ¡Solo llevaba su
ropa interior!
Andrés saltó de su cama agitado… solo era un sueño.
Al volver a la realidad comenzó a tratar de calmarse para volver a dormir. A pesar de que
su ventana estaba cubierta por cortinas se podía apreciar la luz tenue del sol, típica del alba.
Consultó su reloj despertador – “Una A.M. apenas, me queda mucho tiempo para dormir”.-
murmuró y se volvió a acostar.
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Eran las 7:15 A.M., todos en casa de Andrés se preparaban para iniciar la jornada.
- ¿Cómo vas a querer tus huevos, hijo? - Preguntó Doña Rocío a Andrés.
- Revueltos, mamá, con chorizo – contestó.
- Mmmh… lo siento, hijo, acabo de recordar que ya se acabó, pero hoy paso al mall antes
de la comida y compro… queda tocino, ¿no quieres? – dijo Rocío mientras revisaba el
refrigerador.
- No, mamá, sabes que no me gusta el tocino, lo comeré con aderezo.
- OK, ¿y terminaste la presentación para tu clase?
- Si mamá, solo que no me late la idea de hablar de la suspensión rotacional. Ya estoy harto
de oírlo aquí en la casa, y ahora también tengo que hablar de ello en la escuela.
- Bueno hijo, si la exposición se llama “Lo que hace mi papá”, no creo que tengas opción.

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- Si, pero ya no soporto que mis compañeros me sigan preguntando cuando papá hará que
vuelva a girar la tierra, total ¿qué si no gira? ¿Qué más da? -
- No debes hablar así – dijo Rocío con un tono de desaprobación - hay muchos niños en el
lado oscuro que se mueren de frio y no tienen que comer y los del claro extremo que
mueren de cáncer por el intenso sol, si tu papá no fuera tan bueno en lo que hace, no nos
habrían dado asilo aquí en el lado claro y estaríamos viviendo en México, y ahí nos
habríamos muerto de frio desde hace mucho tiempo.
- Si mamá – respondió Andrés fastidiado de oír la cantaleta de siempre – perdón –
Andrés se despidió de su mamá y salió a la puerta de su casa a esperar el autobús escolar.
Frente a la casa, a un costado se encontraban como siempre algunos vehículos negros
donde estaban los agentes de seguridad, Ellos cuidaban el vecindario día y noche, y
principalmente el de la familia Batancourt-Ruelas. A pesar de su posición económica, el
papá de Andrés era un hombre sencillo y humanista; al emigrar a España cuando Andrés
nació no pidió vivir en un vecindario lujoso, él simplemente quería que su hijo viviera con
las mismas comodidades con las que el creció cuando era niño antes de la suspensión
rotacional, aunque en contraste a esto, Andrés asistía a una de las escuelas más prestigiadas.
Ésta escuela albergaba a los hijos de los hombres más influyentes del impero Ibérico. Y por
cuestión de seguridad el imperio había decidido que al menos el niño tomara clases ahí.
Andrés cumplió 10 años hace un par de semanas, tenia los rasgos característicos de un niño
mexicano, piel no muy clara, cabello lacio, de estatura ligeramente más baja que la del resto
de sus compañeros, quienes mayormente eran españoles. Andrés había notado que el acento
de sus padres era diferente al de la gente de su entorno, acento que él mismo había

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adquirido. Cuando hablaba con sus padres lo hacía con español latinoamericano, y con los
demás, hablaba con el español de España.
Hijo de un eminente doctor en física y una escritora, Andrés había heredado un alto
coeficiente intelectual, a su corta edad ya era campeón estatal de ajedrez, sabía tocar varios
instrumentos, era un experto en computación y estaba tomando clases avanzadas de
matemáticas; a veces no podía evitar portarse un poco arrogante, pero sus papás siempre se
encargaban de educarlo con valores y respeto al prójimo.
- ¿Qué tal, tío? - Le Preguntó Joaquín mientras Andrés tomaba asiento junto a él en el
autobús.
- Pues nada, que sinceramente hoy no me apetece hacer esa exposición –
- ¡Pero qué dices tío!, ya quisiera yo que la profesora me dejara una tarea tan fácil, apuesto
a que tu papá lo ha hecho por ti.
- Nada, que lo he preparado yo mismo, mi papá ahora está de viaje en Portugal y aunque
estuviera aquí no habría hecho algo semejante –
Joaquín era un niño de piel blanca, ojos claros y un poquito pasado de peso, tenía cabello
castaño claro ondulado, nunca estaba quieto, siempre andaba saltando de un lado para otro
y la maestra siempre le pedía que volviera a su lugar cuando éste se ponía a buscar alguna
pluma o sacapuntas que se le caía de su pupitre. Era el mejor amigo de Andrés, hijo de un
corredor de bienes raíces, el negocio del momento. Tener tierras en el lado claro del planeta
era equivalente a tener minas de diamantes o a veces hasta a tener pozos petroleros.
- ¡Eh, Andrés! – Gritó Perlita desde el asiento trasero.

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- ¡Oye, que me has espantado! - Dijo Joaquín mientras le pegaba con su gorra.
- Me han dicho que el próximo mes la escuela piensa hacer una excusión a Lisboa, para que
conozcamos la noche, como que mola, ¿no? – Dijo Perlita.
- En realidad la diferencia no es mucha, ahí aún puede verse el sol por el este, aunque se
pueden ver las estrellas – respondió Andrés.
- ¡Guay, tío! – celebró Joaquín.
Andrés continuó – la noche total solo se aprecia en la Isla de Azores, pero la temperatura
desciende a 5 grados centígrados.
- Eso es frio – dijo Perlita.
Andrés respondió a ello con una sonrisa, cuando de pronto el autobús paró y los pasajeros
empezaron a descender. Habían llegado a su destino.
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Eran aproximadamente las 9 de la mañana y la clase transcurría con las exposiciones de los
alumnos.
- Ahora es el turno de Andrés Betancourt Ruelas - dijo la maestra Monserrat, mientras
consultaba el tablero donde tenía su lista de alumnos, como iba en orden alfabético según
los apellidos Joaquín Andrade Salazar ya había hablado del mundo del negocio de bienes
raíces y Perla Ballesteros Carrillo ya había mostrado como su papá dirigía el departamento
de policía de la ciudad de Barcelona. Era curioso que estos tres niños casi inseparables
resultaran ser los tres primeros en la lista.

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Con un dejo de disgusto Andrés se levantó de su asiento y se paró frente a sus compañeros.
Sacó su proyector de bolsillo y apunto hacia el touchboard que en ese momento se
encontraba apagado y era perfecto para usar como pantalla. La proyección mostraba la
imagen de la tierra rodando sobre su propio eje.
- Como todos sabemos – enfatizó – hace un par de décadas y desde su propia formación, la
tierra realizaba 2 tipos de movimientos: el de traslación, el cual describe alrededor del sol y
como resultado da lugar a las estaciones, y el de rotación, el cual realizaba sobre su propio
eje y daba lugar al día y la noche. Para dar una vuelta completa, la tierra necesitaba 24
horas, milésimas de segundos más, milésimas de segundos menos; proveía de luz y sombra
a todas las naciones – de repente el proyector mostró otra imagen, unas líneas curvas
ondeando sobre el sistema solar. Sin hacer mucha pausa, Andrés prosiguió - Pero debido a
una tormenta magnética de inmensa fuerza causada por los residuos de la formación de la
supernova anómala bautizada posteriormente como “Tetraequinus” y que golpeó una cuarta
parte de nuestra galaxia, se creó una resistencia al movimiento de rotación de todos los
planetas del sistema solar, reduciéndolo prácticamente a punto cero. Venga, la tierra aun
describe un movimiento, pero es tan lento que es imperceptible. Al paso que va no dará su
vuelta completa hasta los próximos 820,000 años. Dicha resistencia magnética dio lugar a
cambios drásticos a nivel global.-
A continuación la imagen del proyector mostro como la tierra dejaba de girar y acto
seguido, por medio de una animación computarizada la esfera se extendió formando un
mapamundi, Andrés prosiguió - La tierra se detuvo a las 12:12 del 12 de diciembre del año
1 de la era que después denominarían “Geostatica”, tiempo del huso horario del centro de el
país entonces conocido como Estados Unidos, dividiendo a la tierra en 4 grandes

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categorías: lado claro, que comprende prácticamente toda Europa, parte de Asía Menor,
incluyendo los extremos este y oeste de Rusia, Japón, Nueva Guinea, el Este de Oceanía,
Nueva Zelanda y el centro y este de África; lado claro extremo, que comprende el centro
de Rusia, las costas del Océano Indico, China y El Oeste de Oceanía; el lado oscuro esta
sobre el Pacifico, y el lado oscuro extremo cubre todo el continente Americano y parte de
Groenlandia -
Luego, la proyección mostró varias imágenes de disturbios, hospitales saturados y actos
violentos, a la par con estas imágenes Andrés explicó – En cuestión de semanas el caos
reinó en todos los puntos de la tierra, principalmente en los lados claro y oscuro extremos.
Por un lado la demanda de calentadores y abrigo para cubrirse del intenso frio que
transformó regiones tropicales en glaciares y por el otro la demanda de agua potable y
aparatos de enfriamiento. En el lado claro extremo los lagos se secaron y en las playas, el
mar se retiró varios kilómetros, en esos puntos brotaron epidemias que acabaron con los
menos privilegiados. 60 millones de personas murieron de enfermedades respiratorias,
hipotermia, inanición o deshidratación. Algunas personas que contaban con los recursos
suficientes empezaron a emigrar hacia los lados claros. Los países anfitriones tuvieron que
cerrar sus fronteras y seleccionar a solo unos cuantos, lo que también causó conflictos.
Mientras tanto, la fauna terrestre y marina empezó a desaparecer, en los siguientes meses
más de un tercio de las especies de animales se extinguieron porque sus hábitats fueron
destruidos ya sea por el intenso calor o frio, según era el caso. -
La imagen del proyector volvió a cambiar, ahora mostraba desastres naturales, Andrés
prosiguió – La tierra reaccionó con nuevos fenómenos meteorológicos como tormentas de
calor y terremotos térmicos que abrieron gigantescas grietas y cambiaron para siempre la

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geografía de muchos países – la proyección mostro imágenes de decenas de mandatarios en
un inmenso auditorio, cada uno ostentando su bandera correspondiente, Andrés continuó -
pasaron 8 meses para que la humanidad tomara consciencia de que tenía que acoplarse a un
nuevo mundo, es ahí donde aunque con trabajo, se recobró la sobriedad y los líderes de las
naciones se reunieron en lo que era Reino Unido, para llegar a acuerdos de cómo iba a ser
el nuevo orden mundial, fue así como se formaron los 12 imperios, países de los lados
claros que se aliaron e integraron en un solo gobierno. Ahora son las nuevas potencias
mundiales y las naciones diezmadas ahora dependen de ellos. En noviembre del año 2 se
descubrió la causa de la suspensión de la rotación, la cual he mencionado, y durante casi 10
años una veintena de científicos ha intentado encontrar la forma de restablecer la rotación
de la tierra por medios artificiales, pero hasta ahora solo ha habido propuestas demasiado
riesgosas o incosteables; sin embargo, los esfuerzos se siguen haciendo. – concluyó Andrés
mientras las últimas imágenes de científicos trabajando en laboratorios, incluyendo el
Doctor Betancourt, se dejaban ver sobre el touchboard.
Andrés apagó su proyector y lo metió de nuevo en el bolsillo de su pantalón, mientras la
clase aplaudía. La maestra Monserrat entonces dijo - Felicidades, Andrés, tu presentación
ha sido muy completa… ¿pero en qué parte hablas de lo que hace tu padre? –

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