1. Curso de Hebreo
Lección 10
Conceptos esenciales del hebreo
El Alefbét
El concepto fundamental del idioma es el Alefbét hebreo (alfabeto en griego, abecedario en español).
Consiste de 22 consonantes, algunas de las cuales funcionan también como vocales
( ִ ), algunas de las cuales suenan idénticas ( ), y algunas de las cuales tienen
dos sonidos ( ). En los tiempos bíblicos las Escrituras Sagradas se escribieron originalmente en
el alfabeto kananeo. Luego Esdras las transcribió al alfabeto arameo (llamado “alfabeto cuadrado”) que
trajeron los judíos repatriados de Babilonia, y que se usa hoy día en el pueblo hebreo.
Las Nikudót
Las nikudót (equivalente a "vocales") son una serie de puntos y rayitas que se colocan debajo, arriba, o
dentro de las consonantes para indicar sonidos y acentos. Las hay de sonido largo y de sonido corto. Este
sistema lo inventaron los Masoretas a varios siglos de la Era Común. Al principio hubo varios sistemas
semejantes: el palestinense, el babilónico, y el tiberiense. Finalmente prevaleció el tiberiense y es el
sistema que se utiliza hasta el día de hoy. En tiempos recientes ha habido varios intentos de reformar el
alfabeto hebreo para que las vocales se representen con caracteres iguales que los de las consonantes, pero
todos han fracasado pues el pueblo hebreo se aferra al alfabeto arameo antiguo.
Los acentos
Los acentos son unas nikudót que se colocan generalmente debajo de la consonante y al lado izquierdo de
la vocal para indicar la fuerza del tono de la palabra. En la Biblia Hebrea todas las palabras tienen su
acento escrito. En el hebreo moderno ninguna lo tiene. En algunas obras, como algunos Sidurím (plural de
Sidúr) se pone acento sólo a las palabras graves o llanas, y a las esdrújulas (que son muy pocas), mientras
que las agudas se dejan sin acento escrito. El leer las palabras con sus acentos correspondientes es
esencial para la pronunciación correcta del hebreo y para el sentido correcto, ya que un cambio de acento
puede cambiar el significado de una palabra. En hebreo hay cerca de 30 signos llamados “acentos” pero
muchos de ellos sirven como signos de puntuación, y notas musicales.
Algunos puntos técnicos
El dáguesh léne es un punto que se coloca dentro de las consonantes , con el fin
de preservar la pronunciación ruda u oclusiva de dichas consonantes. Como recurso nemotécnico se llama
a estas consonantes con el nombre de “begadkefát.”
El dáguesh forte es un punto que se coloca dentro de cualquier consonante, menos en
. Su función es reduplicar las consonantes en la pronunciación. Se distingue del
dáguesh léne en que el dáguesh forte siempre está precedido de una vocal, mientras que el dáguesh lene
nunca está precedido de una vocal.
2. El shéwa divisor de sílaba se escribe exactamente como un shéwa vocálico pero no se pronuncia. Su
única función es dividir sílabas. Por ejemplo: (niqtál) se divide así: /
(niq-tál).
El mapík es un punto que se coloca dentro de la letra “he” ( ) solamente cuando es final para indicar
que se debe considerar como consonante gutural y no como letra vocal muda. Una excepción a esto es la
palabra ִ (haleluyáh), en la que el mapik simplemente se usa para indicar que la
terminación “yah” se refiere al Nombre Divino y no a la desinencia femenina regular. La “he” (o “je”)
conserva su carácter de consonante cuando está al principio de una sílaba, y suena como la “j” española o
la “h” inglesa.
El makéf es una línea horizontal que se usa para unir palabras que en la idea o en la pronunciación deben
ir enlazadas. Estas palabras se convierten en una sola y el acento recae sobre la última palabra. El makef
no divide sílabas, sólo palabras. Ninguna palabra se puede dividir en dos, dejando una sílaba en una línea
y continuando con otra sílaba en la línea siguiente, como se hace en español.
El artículo
El hebreo no tiene artículo indefinido, solamente el artículo definido. Lo indefinido se indica por la
ausencia del artículo. Haqól es “la voz;” kol es “una voz.”
El artículo es en hebreo un prefijo que va unido inseparablemente a la palabra; y no sufre cambio de
género ni de número.
La ausencia del artículo puede convertir un sustantivo en un adjetivo. Por ejemplo: haelohím es “el
Poderoso,” como si esto fuera un nombre o título; pero elohím puede ser “un poderoso,” como título, o
puede ser “poderoso” como adjetivo, que también puede traducirse como “divino.” Esto es importante
para entender correctamente a Yojanán (Juan) 1:1 que, traducido correctamente según el hebreo y según
el griego, dice:
“En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con el Poderoso, y el Verbo era poderoso.” O también: “y
el Verbo era un Poderoso.” O también: “En el principio era el verbo, y el Verbo estaba con el Divino, y el
Verbo era divino.”
Esto hace una gran diferencia pues indica correctamente que “El Divino” es una persona (el Padre), y el
Verbo es otra persona (el Hijo), que también es “divino,” o celestial, como los seres angélicos celestiales.
Atención: Esta es la última lección de este curso de 10 lecciones. A los que quieran adelantar más en el
aprendizaje, les recomiendo el libro Nociones Esenciales del Hebreo Bíblico, de la Casa Bautista de
Publicaciones. O la Gramática del Hebreo Bíblico (más avanzada) de Rudolf Meyer, por la Editorial
Clíe. Pueden obtenerlos en las librerías cristianas, u otros similares en las librerías judías.
Recomiendo entusiastamente el volumen del Pentateuco Interlineal Hebreo-Español, publicado por la
Sociedad Bíblica. También tienen los Libros Históricos (tomo 2) y Los Libros Poéticos (Tomo 3). Estas
obras presentan el Texto Hebreo con traducción interlineal al español, lo cual puede ser muy útil para los
estudiantes de hebreo.
Espero que este Curso haya despertado en usted un deseo por aprender más del idioma de nuestros
antepasados y del pueblo actual de Israel. Lo he confeccionado lo más sencillo posible, para que nadie se
3. desanime por complicaciones innecesarias al principio. Las complicaciones las dejamos para un curso
avanzado, que pueden conseguir en las librerías judías.
Ha sido un gran placer para mí haberles ayudado en algo con su aprendizaje del idioma hebreo. Espero
que continúen recibiendo el boletín Hebraica, donde damos seguimiento al aprendizaje del hebreo, un
poquito cada semana.
Cualquier pregunta que surja en el futuro, siéntanse libres de comunicármela, a ver si puedo ayudarles.
Aclaro que no soy experto en el idioma hebreo; soy un estudiante también. Les invito a estudiar el Curso
de Toráh que tengo alojado en la página La Senda Antigua, en esta dirección:
http://home.coqui.net/menorah
Fue un placer. Gracias por su compañía. Y hasta luego.
--José Aharón Alvarez