3. El Departamento del Amazonas es el más meridional de Colombia, ubicado casi todo por debajo de la línea del Ecuador. Su posición, en plena mitad del mundo; las bajas alturas de sus tierras sobre el nivel del mar; la fertilidad de sus suelos, donde se extiende la selva, y la abundancia de aguas son características de esta zona perteneciente a la cuenca del río del mismo nombre: el río Amazonas, el más largo del mundo, con 6.800 km. Los 109.665 km2 que conforman esta terreno colombiano lo hace el más extenso del país, pero casi en totalidad son cubiertos de jungla y ríos caudalosos, fauna y flora en estado natural o silvestre.
5. El Departamento del Caquetá tiene una zona de transición de la cordillera oriental como sistema montañoso de los Andes y la Amazonía. Aunque la mayor parte del territorio Caqueteño pertenece al sistema Amazónico, esta eco-región denominada piedemonte amazónico, es donde se encuentran la mayoría de los asentamientos humanos y por lo tanto la dinámica sociopolítica y económica se concentran en este sector, teniendo como eje de comunicación la vía denominada "Marginal de la Selva", que comunica a los departamentos del Meta, Caquetá y Putumayo con la república del Ecuador.
7. El territorio departamental se compone de grandes extensiones planas y suavemente onduladas, en medio de las cuales se encuentran algunas lomas y cerros, entre ellos, Rana y la serranía de Naquén. Numerosos ríos y caños bañan el territorio; entre los primeros, se destacan el Guainía, Guaviare, Inírida, Atabapo, Isana, Cuyarí, Tomo, Guasacaví; entre los segundos, están el Cunubén, Jota, Bocón, Piapoco, Colorado, Naquén, Mane, Perro de Agua. Lo embellecen varias lagunas de gran importancia como son: Las brujas, macasabe, Cacao, Cajaro, Rayado, Rompida, El Tigre, Mure, Mucuparí, Mosquito, Minisiare y otras.
9. El Municipio de San José del Guaviare se encuentra localizado al norte del Departamento del Guaviare. Ocupando una franja que sigue el curso de los ríos Guayabero y Guaviare. Ocupa un área aproximada de 1.660.000 ha, que corresponden al 30% del territorio departamental, está a 175 mt de altura sobre el nivel del mar. Está situado a 278 kilómetros de Villavicencio, con una temperatura aproximada de 25º C, limita por el norte con el departamento del Meta, por el sur con los municipios de calamar y el Retorno (Guaviare), por el oriente con el departamento de Guainía y por el occidente con el departamento de Caquetá.
11. En el territorio se distingue dos unidades morfológicas. El flanco oriental de la cordillera Oriental que se extiende hasta el Piedemonte Amazónico; y la llanura amazónica. El relieve montañoso ocupa la faja occidental y presenta alturas hasta los 3.800 m sobre el nivel del mar; entre los principales accidentes orográficos están los cerros de Juanoy y Patascoy. La llanura Amazónica, la más extensa abarca el centro y oriente del territorio, es de relieve ondulado; a orillas de los ríos Caquetá y Mecaya se encuentran sectores inundables. La superficie es de 24.885 kms2 y limita por el Norte con los departamentos de Nariño, Cauca y el río Caquetá que lo separa del departamento de Caquetá, por el Este con el Departamento del Caquetá, por el Sur con el departamento del Amazonas y los ríos Putumayo y San Miguel que lo separan de las repúblicas de Perú y Ecuador, y por el Oeste con el departamento del Nariño (franja de territorio en litigio).
13. Adentrarse en un Departamento como el Vaupés, inmerso en la inmensidad de la selva, es a juzgar por el difícil acceso algo que pensaríamos varias veces antes de decidirlo. Vivirlo, contemplarlo, enamorarse de su magia, de su gente, de su particularidad, es tan fácil como detenerse a contemplar el atardecer cuando cae lentamente sobre el paisaje caudaloso y arrollador del río Vaupés, es tan inspirador como el colorido y la vistosidad de su flora y fauna. Es una búsqueda que solo emprenden las personas que saben luchar; perderse en este territorio es una oportunidad nueva que se abre a la vida. Es un trascurrir entre las costumbres, tradiciones y el folclor de 27 etnias diferentes, cada una con su dialecto, su cosmovisión, su pujanza, su entereza, con la fuerza del raudal que se dibuja en los rostros, con una piel labrada por el sol y el camino.