2. HISTORÍA DE LOS GENTILICIOS
En español los gentilicios se escriben con minúscula inicial. El gentilicio, sea adjetivo
o sustantivo, denota el origen de las personas o de las cosas, no su residencia o
ubicación. Una persona, un español por ejemplo, conservará su gentilicio ya sea que
viva en Atoyatempan, en Bucarest o en las Islas Fiji. Igualmente un yucateco, un
lisboeta, un catalán, un salmantino o un kosovar seguirán siendo yucateco, lisboeta,
catalán, salmantino o kosovar respectivamente, sea que vivan en el Bronx, en
Venecia, Puerto Rico o en cualquier lugar del mundo. Es más, el gentilicio no cambia
con la nacionalidad o con la ciudadanía. Cualquier persona o cosa conservará su
mismo y único gentilicio donde quiera que esté y sea cual sea su estado de
nacionalidad o ciudadanía, pues el origen es inalterable. Se puede cambiar la
residencia, la ubicación, la nacionalidad o la ciudadanía. Nunca el origen. El gentilicio
se refiere únicamente al origen, no a otra cosa. Sin embargo, sobre este punto hay
que decir algo. Si bien es cierto que el origen de una persona es inalterable también
es cierto que existe lo que puede llamarse el gentilicio por adopción, es decir el
gentilicio que, por cariño, adopta una persona que se establece en un lugar diferente
a donde nació..
3. El español es un idioma tan rico que tiene, como hemos visto anteriormente,
muchas terminaciones para designar los gentilicios ordinarios, además de que
reconoce un gran número de gentilicios particulares. También el histórico es un
elemento que confirma la validez de un gentilicio. Además de los fundamentos
lingüísticos existe otro fundamento igualmente valioso para determinar un
gentilicio, y es la tradición. El gentilicio de una ciudad o de una región es parte
fundamental de su tradición. El gentilicio es un valor eterno, no una moda
efímera.
Gentilicios de Puerto Rico, respecto a sus pueblos, se incluyen sus
(cognomentos)aquello que lo que los identifica y como se les conoce además.
Abajo gentilicios mundiales.