Por Natalia Rose Welton-Torres, Estudiante de la Universidad Estatal de Ohio. Alumna de la clase “Español para hablantes de herencia” dictada por la Dra. Elena Foulis. Este artículo forma parte del proyecto de publicaciones cortas de esta clase.
Estrategia de prompts, primeras ideas para su construcción
El Español Puertoriqueño
1. El Español Puertorriqueño
Por Natalia Rose Welton-Torres, Estudiante de la Universidad Estatal de Ohio
Alumna de la clase “Español para hablantes de herencia” dictada por la Dra. Elena Foulis. Este artículo
forma parte del proyecto de publicaciones cortas de esta clase.
Soy una puertorriqueña criada en Ohio. El español que conozco es el que aprendí con mi
mamá en la casa y con mi abuelo cuando voy a Puerto Rico. Así crecí, considerándome bilingüe,
y motivada a tomar clases de español en la escuela superior. Esta motivación se acabó el día que
me enteré que yo hablaba un ‘español malo’. Un compañero en la clase de español me dijo que el
español que hablan los puertorriqueños no se entiende, que no sabemos pronunciar, y que tenemos
un acento feo. Ese comentario era reafirmado por la maestra de español americana, que
constantemente me corregía cuando yo hablaba: no se dice ‘guineo’ es ‘banana’, no se dice ‘china’
se le dice naranja, no es ‘zafacón’ es un bote de basura. Ante estas críticas, decidí que mi español
puertorriqueño debería de ser hablado únicamente entre otros Boricuas.
¿Por qué los puertorriqueños hablamos como hablamos? Para buscar la contestación a
esta pregunta, hice lo que la mayor parte de los estudiantes de la Generación Z hacemos- busqué
en Google. Encontré que mi compañero de clases tenía razón, hablamos de una manera muy
particular. El español que se habla en Puerto Rico ha sido influenciado por todos los grupos de
personas que han llegado a la isla.
2. Los españoles dejaron el español de las áreas de Andalucía e Islas Canarias. Heredamos
palabras como: guagua y ensopao. También, el intercambio de la ‘L’ por la ‘R’: “coltal” en vez
de “cortar”. Asimismo, el no decir la “D”, como por ejemplo, “hablao” en vez de “hablado”,
“vendio” por “vendido”, o “deo” por “dedo”. Otra característica que heredamos es la aspiración
de la “s”, como en “lo do”, en vez de “los dos”. Además, la entonación del español de Puerto
Rico al hacer las vocales más largas. Esta influencia hace que el español de Puerto Rico y el de
las Islas Canarias sean muy parecidos.
Los Taínos nos dejaron palabras como guayaba, huracán, canoa, y hamaca. Algunas de
estas palabras son usadas por otros países que hablan español y hasta han sido adaptadas al inglés.
De los Africanos conservamos palabras como guineo (banana), gandul (ejotes) y chévere (genial).
En el siglo 19, llegaron grupos de franceses de Córcega, y de ellos tenemos la ‘R’ arrastrada como
en “carro” y “perro”. Por último, el español de Puerto Rico ha estado influenciado por el inglés
debido a las relaciones políticas de los Estados Unidos y Puerto Rico. Hacemos uso de anglicismos
y del Spanglish. El español en Puerto Rico se ha adaptado a los cambios.
Yo soy la primera en admitir que mi acento es puertorriqueño. Definitivamente en Puerto
Rico usamos palabras que a otras personas les es difícil de entender, pero esto no significa que
está mal o que no se pueda usar. Nuestro español es único y es parte de lo que nos caracteriza
como pueblo. Es el resultado de cientos de años de historia y la mezcla de distintas culturas.
Nuestro español Boricua da sabor a nuestra cultura y nos diferencia de otros. En Puerto Rico se
habla español, un buen español puertorriqueño.