VALENTINA UNA NIÑA CON DIFICULTADES PARA NACER NOS MUESTRA LA FUERZA INTERIOR CON LA QUE ASUME LA VIDA A PESAR DE LAS LIMITACIONES, A PESAR DE SER UNA NENA ENSEÑA AL MUNDO QUE EL AMOR DE SUS PADRES INSPIRA EL CAMINO Y LAS GANAS DE AVANZAR SOBRE CUALQUIER DIFICULTAD. NO HAY BARRERAS CUANDO SE QUIERE. LA VIDA ES UN RETO, UN PRIVILEGIO Y UN DESAFÍO.
3. Este libro está dedicado a Valentina Bertolotti, la nena
que tiene el don de sembrar semillas de alegría y
esperanza en el corazón de grandes y chicos. Esto,
según la contadora de cuentos que es su mamá, a quien
también va esta dedicatoria por sus valiosos testimonios,
sin los cuales no hubiese sido posible contar esta
historia. Ojalá que este libro ayude a Valentina a no
olvidarse de estos años cuando todavía es una nena.
Graciela J. Rodríguez
Valentina
La hermosa valiente
4. Ella es Valentina, en
su primera casa que quedaba
en la panza de su mamá.
Esta es su mamá, quien no podía sentir más gozo ni
explicar cómo un ser tan pequeñito podía llenar su
corazón de tanta dicha. Mariposas salían de su panza
o más bien de su cabeza.
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5. Debido a que Valentina vivía en la panza de su mamá, era casi invisible.
Nadie podía verla excepto, la médica de su mamá quien también era la
de ella. La veía a través de un aparato que parecía una tele y, le tomaba
fotos. Igualmente la veía su papá cuando acompañaba a su mamá a los
turnos médicos y, por supuesto su mamá también la veía.
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6. La mamá de Valentina sentía que dentro
de su panza ocurría algo mágico que
crecía cuando oía los latidos del corazón
de aquella chiquitita.
Lo que su mamá no sabía era que esa chiquitita también oía los latidos
del corazón de ella.
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7. Todos estaban felices con la noticia de aquel embarazo
porque sabían que, era el anhelo más grande de los
papás de Valentina, el cual fue logrado gracias al
tamaño de la fe con la que ellos hablaron con Dios.
Como la fe de aquellos papás era del tamaño del cielo, Dios los
mandó con unos médicos que tenían el don de la sabiduría para
apresurar y hacer posible la llegada de niños a la tierra. Así fue,
esos médicos hicieron su trabajo. Ella se embarazó y, el mundo
de esos papás se llenó de flores antes de que su nena naciera.
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8. Después de que la médica confirmó el embarazo y,
aseguró que iba a ser una nena, sus papás
acordaron ponerle el nombre de Valentina. Él,
decía que era un lindo nombre. Ella, completaba
diciéndole que era de nenas muy especiales y, los
dos tenían la certeza de que su nena sería muy
especial.
Lo que ellos no sabían era que Valentina en hebreo
significa “hermosa” y, en latín "valerosa“. Es decir,
"valiente”. Y, cuando se juntan los dos orígenes
resulta hermosa valiente.
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9. Era indescriptible como el papá de Valentina día tras día besaba,
abrazaba y acariciaba la panza de su mujer y, por el ombligo
como si fuera una ventana, le hablaba a su nena y le decía de
manera repetida hermosa valiente.
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10. En el transcurrir de los primeros meses del embarazo, este marchaba
felizmente. La pequeña Valentina soñaba con el día en el que saldría de
la panza. Esto lo hacía muchas veces al día, hasta que ocurrió un
incidente que la puso en riesgo.
Las razones por las que ocurrió ese incidente aún no se
conocen. Pero, como a nadie le falta Dios, apareció la
médica de su mamá con una bolsa de remedios que le
colocó en la panza y, le indicó reposo absoluto. Aunque,
esa mamá no debía moverse mucho cuando lo hacía se
transformaba en una mamá maravilla.
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11. A pesar de que en la panza de la mamá de
Valentina no había luz ni oscuridad, esta
pequeñita dormía, se despertaba y, también se
alimentaba pese a que en aquella casa tan
particular, no había cocina.
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Su mamá comía por las dos y, cada vez que lo hacía le hablaba
diciéndole: te protegeré hasta que hayas crecido y entonces, te seguiré
protegiendo.
12. Cuando Valentina apareció en la panza de su mamá, era
tan pequeñita como un puntito. Después, creció como
una uva y, como siguió creciendo llegó a tener el tamaño
de una aceituna o más bien, el de un tomate cherry.
Su mamá pensaba que lo mejor de la vida estaba
ocurriendo.
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13. A decir verdad, el parecido más real que llegó a
tener Valentina cuando vivía en la panza, fue con
el de una pececita. Ella dormía, se alimentaba,
flotaba y flotaba pues, la panza de su mamá
estaba llena de agua como una pileta.
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14. La mamá de Valentina, es una genia. Su nombre es Viviana. Ella es
como su nombre, pura energía, pura vida.
Los dos se juntaron para soñar a Valentina. En este sueño los apoyó
Dios y, los médicos a donde Dios los mandó. Tenía que ser así, porque
los dos son generosos y amables con los demás desde la palabra, los
gestos y las acciones.
El papá, no tiene comparación. Es todo un caballero y gran papá. Su
nombre es Esteban. Noble como el sol. También es increíble como su
mamá.
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15. Los papás de Valentina forman una pareja
de película. Hay quienes los comparan
con Carl y Ellie. Otros, con Elinor y
Fergus. O más bien a Bob y Helen o a
Woody y Bo Beep. Pero, también los
comparan con Yessi y Buzz o con Mike y
Silia ó con Flik y Princesa Atta.
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16. Valentina le pintó de colores la vida a sus papás.
Transpiran un olor a gente feliz contagioso. Lo que les
despierta un olfato para encontrar posibilidades donde
nadie las percibe. Su don de gente los hace inolvidables
como las hermosas parejas de las películas.
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17. Después de esos días, la médica volvió a
tomarle una foto a Valentina y, le dijo a sus
papás que había que sacar a la pequeñita
de la panza para mantenerla con vida, lo
cual haría el día diecisiete del segundo
mes del año.
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Sus papás se aterraron y llenaron de miedo pero, de inmediato
accedieron y, confiaron en aquella médica que se había vuelto ángel.
18. Valentina llegó con el sol del verano y, con el otoño en puerta. Esa
época en la que se transforma el color del paisaje, las hojas de los
árboles que pasan del verde al amarillo, al anaranjado o rojizo.
Todos tenían la esperanza de que esta chiquitita la sacaran de la
panza de su madre, para que evolucionara, porque ni su cuerpo ni
sus órganos tenían la madurez que se necesitan para vivir.
Para lograrlo, la colocaron en una incubadora que era una especie
de camita tipo ayudadora de nenes que existía en una de las salas
de aquel hospital.
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19. Pasaron uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis y, muchos días más y,
Valentina seguía en esa camita ayudadora de nenes del centro
hospitalario a donde su mamá seguía instalada para tenerla cerca
pero, la chiquitita no evolucionaba parecía desmayada.
Como las médicas observaron que esta nenita no daba signos de
ninguna mejoría ni de recuperación, recurrieron a un último o
penúltimo recurso. Hablaron con su madre y, le pidieron que
conversara con su pequeña a ver si lograba hacerla salir del estado
en el que se encontraba.
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20. Su madre ni corta ni perezosa no dudó en hacer lo que le
recomendaron. Así que, con la anuencia de una enfermera aprovechó
el silencio de la noche y, llegó a la incubadora donde estaba su nena.
La abrazó con los ojos y su voz y conversó largamente con ella y,
entre otras cosas, le contó lo mucho que había sido deseada y amada.
También lo que significaba ella en su vida y, en la de su papá.
Entonces muy cerquita le dijo saca tu fuerza interior, persiste, no
desmayes yo estoy contigo. Siempre voy a estar para ti. También
papá. Con un hasta mañana, le cantó una canción, rezó un Padre
Nuestro con absoluta devoción y, volvió a abrazarla con sus ojos y
voz.
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21. Lo que ocurrió después, nadie que no lo hubiera
visto lo hubiera creído. Antes de que llegara el
alba, Valentina despertó, movió sus manitas y,
sonrió. Era innegable que su mamá la resucitó. Eso
fue lo que comentaron en el hospital cuando
celebraron con el corazón lo que vieron.
Era indudable, había nacido una vencedora.
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22. Desde ese tiempo a esta fecha la valiente Valentina viene dando
pasos agigantados en su evolución física. Su crecimiento
emocional entusiasma la vida de todos. Dice su mamá que,
Valentina ilumina su vida, la de su papá y, la de todas las personas
que la conocen y, que haya podido sobrevivir como lo hizo era
realmente asombroso.
Valentina sin duda vino a enseñar a sus papás que los milagros sí
existen y que todas las personas tienen una importante misión que
cumplir.
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23. Valentina tiene el poder y la
magia para entrar sin límites
en los corazones de todos
los que la conocen.
Nadie queda igual ni indiferente cuando se la
ve jugando con otros niños y, en especial con
sus amigos más queridos. Benicio no puede
quererla más. A ella, no le cabe más amor por
Benicio. Lo mismo ocurre con July y, Lucas.
Valentina resulta una entrañable y necesaria
amiga a la que todos buscan y quieren.
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24. Cuando Valentina habla de sus amores más grandes menciona a sus
papás que son únicos, a la abuela Perla porque es perfecta. Luego,
nombra a sus madrinas Vero y Marcela y, su padrino Martín por sus
cariños. Cuando le preguntan por Pawy, su niñera, contesta que es
otro amor inmenso como el cielo y, lindo como el arcoíris. Ella, la
esperó mucho antes de que naciera. Sus amores son incondicionales
como mumi, la perrita más tierna, fuerte, valiente, graciosa, amigable,
amable, lista que la cuida y ella cuida, tenía que ser así porque
además es su confidente.
A conciencia, Valentina ha tenido un camino bendecido.
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25. Valentina también ha contado con la benevolencia y dedicación de
otros ángeles que hacen de profesionales para enseñarla a ser más
valiente de lo que ya es o a vivir más bonito de lo que ya vive. Es
cuando aparecen los nombres de Cecilia su terapista ocupacional;
de Ana, su fonoaudióloga, de Giorgi su psicóloga y, de Lili, su
kinesióloga. Todas tienen confianza y aseguran que Valentina tiene
un futuro prometedor porque ya es una triunfadora.
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26. Los abrazos y muestras de afecto que estila hacer de mil maneras,
son un magnífico aliciente para el ánimo.
Varios años han pasado y, aún con algunas
limitaciones con las que Valentina nació, las
cuales ha venido superando, no solo es una
nena feliz, sino que contagia y transmite a
raudales esa felicidad a todos los que la rodean.
Gracias a ella, la cotidianidad de sus padres está
llena de carcajadas que estallan inesperadamente
en medio de la frustración o el abatimiento que a
veces se vive.
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27. Con Valentina siempre viene una frase oportuna para
quebrar el desaliento o la desesperanza. Su madre lo
dice y se lo dice constantemente: si las personas
tuvieran apenas un cuarto de la fuerza interior de
Valentina, la vida fluiría plácida y liviana, sin dificultades.
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Superado el susto de hace algunos años, todavía sus
papás no saben cómo agradecer suficientemente su
existencia.
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Valentina no es cualquier nena.
Desde que se movió por primera vez en la panza de
su mamá se supo que iba a ser distinta.
Ella, además de valiente es hermosa y maravillosa.
Más de lo que cualquier nena pueda serlo.
Valentina es una genia como su mamá.
29. Valentina nació en la Ciudad más linda del mundo. En esa que
a pesar de que hay muchos edificios la luna siempre aparece
junto a todas las estrellas del planeta.
Es la Ciudad de amaneceres y atardeceres espectaculares. La
Ciudad verde, la del tango, los alfajores y Mafalda y, mucho
más.
Gente de todos los lugares y, de todos los colores vive en la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, justo donde ella nació.
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30. Esta es la bandera del país de Valentina.
Sus colores distribuidos en tres franjas alargadas
dos celestes y una blanca en el medio y, con un sol amarillo.
Ella envuelve todo lo que ella ama.
Adentro viven su mamá, su papá y su abuela Perla
También Pawy, tía Ale, Benicio, Juli, Lucas y mumi.
La bandera es su país, su historia y su Jardín Leones.
Su presente y su futuro.
Y, esta es la bandera que espera con alegría a Manuel su primo amado.
Viva Argentina. Aleluya dice Valentina.
Colorín colorado este cuento ha terminado.
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32. VALENTINA
LA HERMOSA VALIENTE
AUTOR:
GRACIELA
RODRÍGUEZ
EDITORIAL:
VIVIES,
2022
Es un cuento infantil con el que se inicia el proyecto “Cuentos personalizados de verdad verdad”; donde
se narra la concepción y nacimiento de una nena, destacándose el deseo de sus padres por concebirla y,
la fuerza interior desarrollada por ella para reponerse del estado tan prematuro con el que nació. Una
historia desplegada en un ambiente pintado con los colores predilectos de Valentina y, de amor por todas
partes. Está escrito en un lenguaje sencillo que educa en valores que inspiran a luchar por los sueños y
fortalecen el espíritu. Escrito por Graciela J. Rodríguez, venezolana, Abogada egresada de la Universidad
Central de Venezuela (UCV) y, profesora universitaria de la Universidad de Margarita). Autora de: Los
dioses de la tierra (Ganador de premio y tomado como vanguardia en los proyectos pedagógicos de aula
en los temas inherentes a la cultura y a la formación escolar.); el pequeño Naujma y los dibujos que
hacían milagros, El príncipe de las dos A; La princesa Naje; el Avión que vuela con una ala y la otra de
Dios. Entre otras publicaciones.