"Armonía, proporción y matemáticas en la arquitectura griega: una tradición g...
Instituto tecnológico
1. Instituto tecnológico de Pinotepa
Tema: dramatización
Alumno: Gustavo Abed Mendoza gutierrez
Materia comportamiento organizacional
Profesor: Alberto Balmes Yearday
2. El vendedor de seguros
Descripción: Marcos es un vendedor de seguros que llega a la casa de un par de
ancianos. Pero su negocio no le sale como esperaba todo pasa en una sola
escena con una trama interesante viendo cómo se interpreta la forma de cómo
trata de vender
Personajes: Marcos, Doña marta, Don Julio
ACTO ÚNICO
Doña Marta se encuentra tejiendo en su sala de estar. Es una mujer anciana, llena
de canas y vestida con un chal. De pronto, alguien toca a la puerta y ella va a
abrir. En el umbral aparece un joven vestido de traje color rojo, con un portafolio y
una sonrisa forzada.
Marcos: Muy buenas tardes, señora. Soy Marco Gómez, vendedor de la compañía
“Ahorra Seguros”, donde ofrecemos las mejores pólizas para su patrimonio.
¿Tiene un momento?
Doña Marta: ¿Pólizas? ¿Patrimonio? ¿De qué me habla usted?
Marcos:(entrando en la casa). Permítame que le explique con mayor detalle,
querida dama. ¿Cuál es su nombre?
Don Julio: (fuera de escena): ¡Cecilia! ¿A qué hora vas a traerme mi avena? ¡Me
estoy muriendo de hambre!
3. Don Julio entra en escena cojeando con un bastón. Es un viejecito amargado y
encorvado. Mira a Marcos con sorpresa.
Don Julio: ¿Quién es este? ¿El cartero?
Doña Marta: No, Julio, ¿cómo va a ser el cartero? ¿No ves que viene muy
elegante? A mí se me hace que es uno de esos vendedores que van de puerta en
puerta, aunque la verdad es que no me ha dicho que quiere vender exactamente.
¿Está ofreciendo aspiradoras? Porque la mía la verdad no anda muy bien…
Don Julio: ¡No queremos comprar nada! Estoy harto de que cualquier vendedor de
tres al cuarto venga a mi casa a ofrecerme cosas, (agitando su bastón), son unos
estafadores, ¡unos sinvergüenzas! Solo quieren quitarlo a uno su miserable
pensión…
Marcos (espantado): ¡No, señor! Le aseguro que no es esa mi intención. Si me da
oportunidad, puedo mostrarle unas pólizas muy convenientes, pensadas
especialmente para ustedes que están en la tercera edad.
Abre su portafolios mientras doña Cecilia desaparece momentáneamente de
escena, buscando algo.
Marcos: ¿Tienen ustedes nietos, señor? ¿Hijos? Este seguro convenientemente
pactado por mi compañía representa una excelente inversión para su patrimonio,
(saca unos papeles apresuradamente), si pudiéramos sentarnos a conversar
sobre…
Doña Marta (volviendo a entrar en escena): ¡Aquí está! (Arrastra consigo una
aspiradora destartalada). Le dije yo que estaba hecha un asco, ya no aspira el
polvo como antes…
Don Julio: ¡Mujer, guarda eso, por Dios! No veas el ruido que hace y yo con este
audífono de mierda. (Se toca el oído como un cascarrabias).
4. Doña Marta: ¿Cree que podrá cambiarme esta por una mejor?
Marcos: Pero señora, si ya le he dicho que yo no…
Doña Marta: ¡Mire nada más como se atasca! Si es que trato y trato, y no la puedo
encender… ¡ay!
La aspiradora se enciende de repente, mandando a volar todos los papeles de
Marcos.
Marcos: ¡No! ¡Mis pólizas! ¡Vuelvan!
Sale a buscar sus contratos que se escaparon por la puerta, mientras el resto de
papeles quedan en el piso de la casa.
Don Julio: ¿Ya ves? Te dije que no trajeras ese cacharro, menudo desastre.
Doña Marta: ¡Juraría que estaba descompuesta! Yo no tengo mano para estos
trastos tan avanzados.
Don Julio: ¿Y a dónde se fue el vendedor?
Doña Marta: ¡Desapareció! Lástima. Que agradable era, ¿verdad?