2. Definición
• Proviene El vocablo sueño (del latín súmmum, raíz original que se
conserva en los cultismos somnífero, somnoliento y sonámbulo)
designa tanto el acto de dormir como el deseo de hacerlo (tener
sueño). Para el acto de soñar existe la palabra específica ensueño
pero suele utilizarse también la genérica (tener un sueño = soñar).
El adjetivo correspondiente a ensueño-sueño es onírico (del griego
ónar, "ensueño"). Por analogía con el ensueño (que cumple a
menudo fantasías del durmiente), se llama también sueño a
cualquier anhelo o ilusión que moviliza a una persona.
Metafóricamente se afirma que una parte del cuerpo se le ha
dormido a uno, cuando se pierde o reduce pasajeramente la
sensibilidad en la misma.
• El sueño (en cuanto acto de dormir) es un estado de reposo
uniforme de un organismo. En contraposición con el estado de
vigilia (cuando el ser está despierto), el sueño se caracteriza por los
bajos niveles de actividad fisiológica (presión
sanguínea, respiración, latidos del corazón) y por una respuesta
menor ante estímulos externos.
3. Bebés (hasta los 6 meses)
• No existe una fórmula para el sueño en los recién nacidos
porque sus relojes internos todavía no están completamente
desarrollados. Por lo general, duermen o dormitan de 16 a
20 horas al día, divididas por igual entre el día y la noche.
• Los padres deben despertar a sus recién nacidos cada 3 o 4
horas hasta que se estabilice su ganancia de peso, lo que
suele ocurrir aproximadamente a las dos semanas del
nacimiento. A partir de ese momento, no pasa nada si un
bebé duerme durante períodos de tiempo más largos. Pero
no se ilusione demasiado pronto: la mayoría de lactantes no
duermen durante mucho tiempo seguido porque los
despierta el hambre.
4. De 6 a 12 meses
• A los 6 meses, un lactante duerme unas 3 horas durante el
día y aproximadamente de 9 a 11 horas por la noche. A esta
edad, usted puede empezar a modificar su respuesta cuando
el bebé se despierte y llore por la noche.
• Puede dejar al bebé un poco más de tiempo para que se
calme por sí solo y vuelva a quedarse dormido. Si no lo
consigue, tranquilícelo sin levantarlo en brazos (hablándole
con suavidad, acariciándole o frotándole la espalda) y luego
márchese de la habitación del bebé, a menos que parezca
enfermo. Cuando un bebé está enfermo necesita que lo
levanten en brazos y lo cuiden. Si el bebé no parece enfermo
y continúa llorando, la próxima vez usted podrá esperar un
poco más para repetir la breve visita a su habitación.
5. Etapa preescolar (de 3 a 5 años)
• Los niños en etapa preescolar necesitan
aproximadamente de 10 a 12 horas de sueño nocturno.
Un niño de esta edad que duerma lo suficiente por la
noche, puede no necesitar hacer la siesta durante el
día. Esta puede ser sustituida por un período de
tranquilidad y reposo.
• En la mayoría de guarderías y jardines de infantes se
establecen breves períodos de tranquilidad, donde los
niños se acuestan en colchonetas o descansan de otro
modo. Cuando un niño deja de hacer la siesta, su hora
de acostarse por la noche puede adelantarse con
respecto a la etapa anterior.
6. Etapa escolar y pre adolescencia
• Los niños en edad escolar necesitan de 10 a 12 horas de sueño
nocturno. Los problemas para irse a la cama pueden obedecer
a diversas razones. Los deberes, la práctica de actividades
deportivas extraescolares, la televisión, las computadoras y los
juegos de vídeo, así como horarios familiares caóticos pueden
contribuir a que los niños no duerman lo suficiente.
• La falta de sueño puede desencadenar un comportamiento
irritable o hiperactivo e impedir que los niños presten
atención en clase. Es importante tener un horario regular para
acostarse, sobre todo en los días lectivos. Asegúrese de dejar
suficiente tiempo a su hijo para que se tranquilice antes de
que apague la luz.
7. Adolescencia
• Los adolescentes necesitan de 8,5 a 9,5 horas
de sueño por la noche, pero muchos de ellos no
las duermen. Debido a que los centros de
estudios empiezan muy pronto y a la
sobrecarga de trabajos escolares, deberes y
actividades sociales y extraacadémicas, los
adolescentes suelen tener una falta de sueño
de carácter crónico.
• Y la falta de sueño se acumula a los largo del
tiempo, de modo que una hora menos de sueño
por la noche cada día equivale a una noche
entera sin dormir al final de la semana
8. Adultos
• los jóvenes solían tener mala fama por
quedarse despiertos hasta tarde, llegar
tarde al centro de estudios por haberse
quedado dormidos y dormirse en clase.
Pero algunos estudios recientes han
demostrado que los patrones de sueño de
los adolescentes difieren de los que tienen
los niños y los adultos