2. para entender las relaciones complejas entre adolescencia y sexualidad desde un
enfoque de equidad de género, es importante precisar desde que conceptos abordamos
estos tres elementos. Por sexualidad asumo con el apoyo de María Lady Londoño, esa
dimensión de la vida, que está presente en los seres humanos desde el nacimiento y a lo
largo de la vida, que involucra deseos, afectos, goce y satisfacción vital. La sexualidad
vivida con alegría y bienestar es un derecho humano, y como tal debe ser transmitida a
niños, niñas y jóvenes, alejándola de creencias y falsos conceptos de épocas pasadas, en
los cuales la sexualidad se asoció con pecado, peligro y vergüenza.
De otra parte, la adolescencia es un período de la vida, en el cual se expresan condiciones
de carácter biológico - desarrollo específico corporal y hormonal en hombres y mujeres -
unidas a características del contexto, en los que la pertenencia social, racial o de género
condicionan y afectan la vida adolescente. No es lo mismo ser mujer adolescente de las
riberas del río Magdalena a ser mujer adolescente de Bucaramanga; ni es lo mismo ser
joven adolescente hijo de padres de clase media a ser joven adolescente afectado por el
desplazamiento forzado.
Sin embargo a pesar de las diferencias del contexto es posible formular algunas
características comunes de la época de la adolescencia. Señalamos alguna de ellas como
consideraciones a tener en cuenta cuando se trata de incidir en la puesta en marcha de
acciones que favorezcan un ejercicio satisfactorio, conciente y autónomo de la
sexualidad por parte de los adolescentes.
3. El género, según Donny Meertens, constituye un principio
estructurante de las relaciones sociales en todas las sociedades y se
manifiesta en dos sentidos: como una construcción socio-cultural
(roles, valores, identidades, normas de comportamientos) a partir de la
diferencia sexual biológica y como una relación social asimétrica entre
hombres y mujeres. Por lo tanto se debe siempre tener en cuenta la
categoría de género, como diferencia fundamental que permite explicar
y entender las desigualdades construidas en un grupo social dado, entre
hombres y mujeres.
“La categoría género, como construcción sociocultural, se refiere al
conjunto de características, conductas, expectativas que un grupo social
asigna a hombres y mujeres y que cada persona suele asumir como
propio. Se determina así lo que es considerado masculino y femenino y
se derivan funciones y responsabilidades según las definen la
ideología, la cultura, la religión y el desarrollo económico. En la mayoría
de las sociedades, las mujeres sufren desventajas sociales y económicas
debido a la mayor valoración de los masculino; se da un proceso de
subordinación de las mujeres por el cual se limita arbitrariamente su
autonomía, su actividad económica y su acceso al poder político por el
sólo hecho de ser mujer”
4. La equidad de género va más allá de la
reivindicación de igualdad entre hombres y
mujeres, en donde todos y todas “se miden con el
mismo rasero”, el referente sigue siendo el varón y
se confunde igualdad con semejanza. La
perspectiva de género pretende lograr igualdad de
oportunidades para las mujeres, sin afectar su
derecho a ser mujer, es decir en el reconocimiento
y respeto de las diferencias que las caracterizan
como “no varón”. La equidad de género se aleja de
lo masculino como modelo exclusivo y
prevaleciente, y busca para las mujeres
oportunidades de desarrollo, participación y
decisión, en igualdad de condición que los
hombres.
5. Según la Encuesta Nacional de Demografía y Salud (ENDS)
de 2005, el embarazo adolescente sigue en aumento al pasar
del 19% al 21% entre el año 2000 y el 2005. Lo anterior
significa que una de cada cinco adolescentes entre los 15 y
19 años de edad está o ha estado alguna vez embarazada.
La encuesta evidencia que son las mujeres jóvenes quienes
tienen más dificultades para controlar su fecundidad, para
ejercer sus derechos, y recibir información oportuna y
adecuada sobre la salud sexual y reproductiva.
El inicio apresurado de la vida sexual, el no uso de los
métodos anticonceptivos, la falta de educación y
orientación con respecto al tema son algunas de las causas
que desembocan en un embarazo no deseado a una edad
temprana, generando graves riesgos en la vida de la madre y
su hijo.
6. Según Noridia Martínez, enfermera jefe y candidata al título de
Magíster en Materno Perinatal de la Universidad Nacional de
Colombia, las mujeres menores de 17 años son consideradas
gestantes de alto riesgo por estar en proceso de desarrollo, razón
por la cual durante el embarazo pueden presentar preclancia
(aumento de la presión arterial), bajo peso que puede generar
retraso del crecimiento intrauterino, partos pretermino (cuando
no cumple las 40 semanas de gestación) y abortos, entre otros
riegos.
La maternidad adolescente es una situación problemática, ya que
una mujer a esta edad no tiene las capacidades
físicas, económicas y de madurez suficientes para hacerse cargo
de su vida ni de su hijo. Según el informe de Profamilia, el 15% de
las adolescentes ya son madres y el 4% están embarazadas de su
primer hijo. La edad del primer embarazo es en promedio de 16,3
años.
Este aumento de embarazos tempranos tiene una serie de
aspectos problemáticos, entre los cuales está el abandono
momentáneo o definitivo del estudio, especialmente en estratos
socioeconómicos bajos; así mismo, la entrada temprana de las y
los jóvenes al mercado laboral, teniendo como resultado salarios
precarios que conllevan al aumento de la pobreza.
7. Para Noridia Martínez, toda gestante adolescente presenta antecedentes
psicosociales. Problemas de violencia intrafamiliar, situación económica
deficiente y maltrato de los padres, son algunas de las dificultades a las
cuales se enfrentan estas jóvenes madres.
Del mismo modo, Germán Salazar Santos, director de la Unidad de
Adolescentes de la Fundación Cardio Infantil, explicó en una columna de
opinión en la Revista Cambio, que “el embarazo entre adolescentes suele
ser una forma de parricidio, un recurso para lesionar a unos padres que
abandonan.
Una infancia en la que no se adquieren autoestima, límites claros y
capacidad para superar las adversidades, es una infancia incompleta.
Cuando estos procesos no se resuelven, el adolescente confronta a sus
padres, se acerca a sus compañeros que, supuestamente, sí entienden sus
necesidades y, en forma retadora, se siente mucho más propenso a asumir
conductas de riesgo. El embarazo adolescente es, por lo general, una forma
de escapar de un núcleo familiar disfuncional”.
Según la psicóloga de Profamilia, Luz Adriana Parra, “Las y los
adolescentes expresan una dificultad en la comunicación con sus familias
en tocar el tema de la sexualidad. Con quienes más hablan del tema es con
sus amigos o con algunos profesores. Uno de los aspectos que repercute en
que los adolescentes no usen métodos de planificación familiar es la falta
de privacidad que tienen es sus hogares, por cuanto muchos padres suelen
reprocharlos cuando encuentran pastillas, condones, etc.”.