El lobo quería comer estofado de pollo y planeó engordar a una gallina dejándole comida cada noche. Sus regalos hicieron que los pollitos lo consideraran su tío y cuando fue a comerlos, la gallina lo invitó a cenar en agradecimiento. El lobo no comió estofado pero se sintió feliz de haber alegrado a los pollitos.