1. ANÁLISIS DE UN TEXTO HISTÓRICO
Para analizar un texto histórico no existe un modelo único, pero resulta necesario seguir un esquema
que ayude a extraer la máxima información de él.
Un posible esquema sería el que se expone a continuación:
Trabajo previo al análisis
Se deben realizar estas tareas:
Leer atentamente el texto y buscar en un diccionario o enciclopedia todos aquellos términos cuyo
significado se desconozca.
Subrayar las ideas principales del texto.
Encuadramiento del texto
Hay que tener en cuenta estos aspectos:
Precisar la naturaleza del texto: si es jurídico (constituciones, leyes), político (discursos),
histórico-literario (memorias, testimonios), historiográfico (textos de un historiador), social,
económico, narrativo, etc.
Fijar la localización espacio-temporal: hacer referencia al lugar y a la fecha aproximada del
hecho que narra el texto.
Determinar el autor: si es conocido se redactará una breve biografía.
Análisis del texto o comentario
Definir y explicar los términos, conceptos, instituciones o personajes que aparecen en el
texto.
Después hay que explicar el contenido del texto en función de las ideas principales,
relacionándolas contexto cronológico más amplio con sus antecedentes y sus consecuencias.
Conclusiones
Se realiza un balance general del interés que tiene el texto para el conocimiento de su época o su
posible influencia en acontecimientos posteriores.
Se elaboran juicios y opiniones bien argumentados y objetivos, teniendo en cuenta el contexto y
los motivos por los que fue escrito (autenticidad, subjetividad, etc.).
Además, se debe tener en cuenta:
El análisis no es un resumen ni una repetición de lo que dice el texto (parafrasear) sino una
explicación del mismo.
Es necesario centrarse en los aspectos esenciales del texto, sin detenerse en temas que no
aporten ningún dato de interés al comentario.
A continuación se aplica este esquema a un ejemplo concreto.
Subrayado de las ideas principales
Las ideas principales de cada párrafo se subrayan en azul, rodeándose con una línea azul la idea
principal de todo el texto.
Encuadramiento del texto
Se trata de un texto histórico-literario, escrito por Napoleón Bonaparte en 1816 en su destierro en la isla
de Santa Elena. El texto presenta unas reflexiones de Napoleón acerca de la posibilidad de lograr una
Europa unida bajo su mandato.
Napoleón Bonaparte (1769-1821 ) desarrolló una brillante carrera militar en la Revolución francesa.
Durante el Directorio, dio el golpe de Estado del 18 de brumario de 1799 e instauró el poder personal de tres
cónsules, siendo él mismo el primer cónsul y, posteriormente, cónsul vitalicio. En mayo de 1804 se proclamó
emperador. Vencido por las potencias europeas, y pese a haber sido desterrado, regresó a Francia y
recuperó el poder. Pero, derrotado definitivamente en Waterloo, fue desterrado a Santa Elena en 1815.
Análisis del texto o comentario
Los términos que se deben definir aparecen subrayados en rojo.
Contenido del texto
2. Idea principal: Napoleón se ve a sí mismo
como el creador de unos Estados Unidos de
Europa en los que se homologarían las leyes y
se consolidarían los avances de la Revolución
francesa, de los que se considera máximo
defensor y difusor.
Contexto histórico: Napoleón ha sido vencido
por sus grandes enemigos: Austria, Prusia,
Rusia, Gran Bretaña, etc., que han convocado
el Congreso de Viena para reestructurar el
mapa de Europa que él había modificado y
para reinstaurar el Antiguo Régimen.
Análisis del texto: El emperador expone que
los avatares históricos han dividido a los
pueblos de Europa y considera que él hubiera
sido la persona idónea para reunirlos. En
primer lugar cita a Francia, pero también
otorga un lugar destacado a los italianos (en
1805 se proclamó rey de Italia) y a los
españoles (hizo que coronaran rey de España
a su hermano José Bonaparte). Parece lógica
la reflexión del emperador acerca de que, si no
hubiera tenido que afrontar varios frentes de
batalla simultáneos, no hubiera fracasado en
su empresa española. Cabe destacar la
confianza de Napoleón en que la «difusión
universal de las luces» traería una época de
civilización y una unidad legal y cultural a
Europa. La Ilustración había proclamado que la
felicidad debía alcanzar a todos los hombres y
Napoleón creyó que la Revolución y su
heredero natural, es decir, él mismo, lograrían
ese objetivo.
Conclusiones
Napoleón no fue el primer ni el último dirigente
europeo que imaginó una Europa unida. La
mayor dificultad que encontró fue que los
pueblos europeos no querían una «libertad
impuesta desde París» y, por consiguiente, se
rebelaron contra los planes napoleónicos.
Napoleón logró una «falsa unidad» de Europa.
La historia ha demostrado que la reunión de
los pueblos europeos sólo puede conseguirse
desde la paz y la igualdad.
Napoleón fue un hombre contradictorio no sólo
para sus contemporáneos sino para muchos
historiadores, que lo han visto como la personificación de las dos caras de una moneda: libertad y tiranía.
Sin embargo fue un personaje fundamental para la historia contemporánea.
El hecho de que el autor del texto sea el protagonista de los sucesos que se comentan nos sitúa ante unas
opiniones muy subjetivas en las que Napoleón presenta su visión de los acontecimientos como la mejor
opción posible.