Este documento presenta una introducción a la toxicología forense. Explica que la toxicología forense estudia las muestras biológicas extraídas de un cadáver para determinar las sustancias tóxicas presentes y establecer su papel en la muerte. También clasifica los tóxicos y las intoxicaciones, e identifica las principales muestras de interés forense como la sangre, orina, pelo y humor vítreo. Finalmente, describe los criterios para evaluar las muestras y determinar si son válidas o si han sido
1. TOXICOLOGÍA FORENSE
Barajas-Calderón, Helix Iván1
; García-Hinojosa, Carlos Alberto2
y Salas-Cruz, Valeria Alejandra3
1Maestrante en Ciencias Forenses y Criminología; Ex Perito A en el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses;
Perito tercero del tribunal federal de lo administrativo en el estado de Jalisco, Perito de la Junta de Conciliación y
Arbitraje del Estado de Jalisco; Profesor de Asignatura Tipo A Universidad de Guadalajara; Centro Universitario
de Ciencias de la Salud; Centro Universitario de Tonalá; Medico Adscrito de Servicios Médicos Municipales de
San Pedro Tlaquepaque del H. Ayuntamiento de San Pedro Tlaquepaque, Jalisco, México.
2,3Licenciatura Médico Cirujano y Partero; Asignatura de Medicina Legal y Forense; Universidad de Guadalajara;
Centro Universitario de Tonalá. Correo electrónico: doc.helixbarajas@gmail.com
Palabras clave: Toxicología forense, Tóxicos, Intoxicaciones, Muestras postmortem.
INTRODUCCIÓN
El ser humano conoce desde tiempo remoto los
efectos que generan las sustancias tóxicas o
venenos, debido a las experiencias que ha tenido a
lo largo de la historia, al conocer una gran cantidad
de sustancias de origen vegetal y animal con efectos
dañinos para la salud.
La Toxicología rudimentaria empezó en diferentes
áreas geográficas, desde la edad de bronce con la
medicina china, el libro de la Ciencia de la Vida,
Salomón habló de la embriaguez alcohólica,
Hipócrates detalló el cólico saturnino de intoxicación
por plomo, la trágica muerte de Cleopatra al dejarse
morder por una cobra egipcia; pasando por la edad
antigua y edad media con Al Razi y su obra de “La
mordedura de los animales venenosos”, la familia
Borgia con su arsenal de venenos, incluso
invadiendo la literatura con Romeo y Julieta;
llegando a la edad moderna y contemporánea con
Andrés de Laguna quien aportó la clasificación de los
venenos según los reinos animal, vegetal o mineral,
Selmi descubrió las ptomaínas de cadáveres que
daban los falsos positivos en el uso de venenos o
tóxicos; hasta llegar a la toxicología como auxiliar de
la Medicina Legal y Judicial [6].
Las ciencias forenses se definen en términos
generales como la aplicación de las ciencias a los
asuntos legales. La palabra forense proviene del
latín forenses (foro de la corte imperial de Roma) y
se utiliza en la actualidad para referirse a todo aquel
hecho o profesión que interviene en el foro o sala de
justicia, para cooperar en y con la administración de
justicia, mejorando el ejercicio del derecho [1].
Mediante la aplicación de las diferentes disciplinas
de las ciencias forenses, se pretende examinar las
evidencias encontradas en la escena de un delito,
para realizar aportes a las pruebas que los expertos
deben presentar ante un tribunal.
La toxicología es el estudio de los venenos, en una
definición más precisa, la identificación y
cuantificación de los efectos adversos asociados a la
exposición de agentes físicos y químicos; al hablar
de toxicología forense el profesional de la salud se
dedica al examen de especímenes tomados de un
individuo fallecido, cumpliendo con una cadena de
custodia que garantice la integridad, conservación e
inalterabilidad de las evidencias físicas entregadas
al laboratorio [1].
Revisión de la toxicología.
En la actualidad se destacan cuatro sub-disciplinas,
debido al uso excesivo de sustancias químicas para
múltiples propósitos y los contaminantes en el agua,
aire, alimentos y diferentes partes del medio
ambiente, de la toxicología:
• Toxicología conductual
Se aplica a la identificación y la determinación
cuantitativa de drogas que alteran la conducta del
individuo, induciendo comportamientos agresivos, o
bien incapacitantes de las funciones físicas y
mentales o que actúan como disociativos alterando
la percepción de la realidad o abstrayendo al
individuo completamente de la misma.
• Toxicología antidopaje
Se dedica a la investigación del consumo de drogas
y otras sustancias que modifican el desempeño del
individuo en el deporte, tales como anabólicos y
diversos fármacos, constituyéndose como práctica
fraudulenta.
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2. • Toxicología en el lugar de trabajo Se
desarrolla conforme a esquemas
reglamentados, con el fin de determinar el
consumo de drogas por trabajadores con
funciones sensibles, tales como los agentes
policiales y otros del sector de seguridad y
justicia, así como los pilotos de aeronáutica
y conductores de vehículos de transporte
terrestre, entre otros.
• Toxicología Post-Mortem (Forense) Se
aplica para determinar sustancias de interés
toxicológico en las muestras extraídas del
cadáver, colaborando con el médico
autopsiante en el estudio de las causas de
muerte asociadas con tóxicos, donde éstas
se establecen como el agente de muerte o
bien inciden de alguna manera
contribuyente a la misma [1].
Algunas veces las sustancias tóxicas no producen
ningún efecto característico, por lo que no se
sospecha de una reacción tóxica, debido a esto la
toxicología forense estudia los métodos de
investigación médico-legal en los casos de
envenenamiento y muerte (intencional o no
intencional) con la finalidad de:
• Identificar un agente lesivo o sustancias que
produzcan una alteración psíquica
(transitoria o permanente).
• Determinar la intoxicación como delito.
• Establecer una intoxicación como estado
peligroso.
Y de esta manera dar lugar a la aplicación de la ley.
Clasificación de intoxicaciones.
• Accidentales: Serán aquellas producidas
de forma involuntaria, predominante en los
ambientes doméstico y laboral. Por ejemplo,
durante la etapa infantil la intoxicación se
debe a productos domésticos o
medicamentos [4].
• Voluntarias: Se engloban las intoxicaciones
sociales, el doping y las intoxicaciones
suicidas [4].
• Intoxicación suicida: Producida por un
gesto autoagresivo, independientemente de
la verificación del ánimo de producirse la
muerte [4].
• Sobredosis: Casos asociados al consumo
de sustancias de abuso en un contexto
recreativo [4].
Clasificación de tóxicos.
Para términos prácticos una molécula o químico que
puede producir un efecto nocivo sobre los seres
vivos es una toxina. Los daños son causados
secundarios a una exposición, por esto mismo la
toxicidad puede ser clasificada en base a la duración
de esta:
• Aguda: Exposiciones de corta duración
(período menor a 24 horas); el agente tóxico
se absorbe con rapidez, puede ser en una o
varias dosis y los efectos aparecen de
inmediato.
• Subaguda: Exposiciones frecuentes
durante varios días o semanas, los efectos
tardan en aparecer.
• Crónica: Exposiciones repetidas con baja
cantidad de dosis durante mucho tiempo, el
agente tóxico se acumula en el organismo
debido a que la cantidad eliminada es menor
a la absorbida o porque los efectos se
suman debido a las exposiciones continuas
o duraderas [2].
Adicionalmente la toxicidad se puede clasificar en el
sitio de acción donde ocurre su efecto:
• Local: Área de contacto específica que
manifiesta los efectos del tóxico. Algunos
ejemplos son la piel, sistema respiratorio,
sistema gastrointestinal como la mucosa de
la boca.
• Sistémica: El sitio de acción puede ser
ajeno al primer lugar de contacto, tras la
absorción y distribución de la sustancia
tóxica, esta se aloja en un órgano diana
manifestando su acción en todo el
organismo [2].
Otras clasificaciones:
• Por su naturaleza
o Químicos (los cuales pueden ser de
origen animal, mineral, vegetal y
sintético).
o Físicos (Rayos x, rayos UV, efecto
nocivo del ruido) [5].
• Por sus usos:
o Medicamentos
3. o Productos domésticos como
detergentes, disolventes,
pulimentos, etc.)
o Productos industriales como
(Gases, sustancias volátiles,
metales, aniones).
o Productos agrícolas (Plaguicidas,
pesticidas, insecticidas,
fertilizantes).
o Rodenticidas.
o Productos alimenticios [5].
En función de la vía de administración.
Los efectos sistémicos de los tóxicos requieren que
éstos sean absorbidos y distribuidos por el
organismo hasta los lugares donde ejercerán su
acción:
• Ingestión: Vía de entrada con mayor
frecuencia en instancias de
intoxicaciones accidentales y suicidas.
• Inhalación: En conjunto con la vía
tópica, representan la mayor incidencia
en intoxicaciones industriales.
• Vía tópica
• Vía ocular: No tan frecuentes.
• Vía parenteral: La más peligrosa, dada
su rapidez de acción.
• Vía rectal: Infrecuente y por lo general
se debe a errores de medicación, intra y
extrahospitalaria. En ocasiones, en el
tráfico de drogas.
• Vía vaginal: Tráfico de drogas [5].
Muestras de interés forense
Se basa principalmente en la colección y análisis de
los datos para eliminar posibilidades hasta concluir
con un agente etiológico [2].
La selección apropiada, recolección y remisión de
muestras biológicas son de importancia fundamental
para la obtención de resultados precisos y una
correcta interpretación de estos [2].
Las muestras biológicas en toxicología forense
incluyen:
• Sangre: Son los únicos que nos permiten
extrapolar los valores correspondientes al
momento en que se recogieron las muestras,
hasta el momento del accidente o del incidente,
pudiéndose establecer una hipótesis sobre el
posible grado de afectación del individuo en el
momento del incidente. El volumen mínimo
recomendable en cada caso será de 20 ml [3].
• Orina: Muestra idónea para realizar un
screening en el caso de no conocer el origen de
la intoxicación ya que todo medicamento o droga
es excretado en mayor o menor parte por vía
renal, ya sea en forma de compuesto inalterado
o en forma de diversos metabolitos. Por lo
general, se emplea en la detección de consumo
de sustancias ilícitas en trabajadores o en casos
de dopaje en el deporte. Las ventajas de esta
muestra es que la concentración del metabolito
puede ser mayor que en sangre; además la orina
está exenta de proteínas, con lo cual se reduce
la posibilidad de falsos positivos y es una
muestra abundante, fácil de recolectar y de
conservar. Se deberá recoger un volumen de
orina no inferior a 30 ml [3].
• Vaginal/rectal/Bucal: Este tipo de muestra es
fundamental en casos de agresión sexual;
permiten tipificar el delito e identificar al
sospechoso en caso de un resultado positivo por
medio de la detección de espermatozoides a
través de la relación de un estudio comparativo
de ADN [3].
• Pelo: Tradicionalmente se ha utilizado para la
determinación de metales pesados como el
arsénico, el cual se deposita en la raíz y a lo
largo del cabello en la medida de su crecimiento
[3].
• Humor Vítreo: Muestra de elección para la
búsqueda de ciertos tóxicos como el etanol,
barbitúricos, benzodiacepinas, antidepresivos,
opiáceos, cannabinoles, anfetaminas, LSD,
anestésicos generales [3].
• Líquido Pericárdico: Es un ultrafiltrado del
plasma y puede constituir una muestra
alternativa postmortem cuando no haya
disponibilidad de sangre, existen estudios que
han validado métodos de extracción de cocaína
y sus metabolitos en esta muestra, así como
morfina y codeína [3].
Evaluación de la muestra de interés
forense
La evaluación inicial del espécimen, también
conocido como screening se lleva a cabo por
inmunoensayo. En Estados Unidos los valores de los
resultados para la confirmación de la presencia de
los metabolitos en el organismo se encuentran
regulada por la Administración de Servicios de Salud
mental y Abuso de sustancias (ASSA). A
continuación, se presentan los puntos de corte para
declarar un estudio como confirmatorio siendo que,
si posterior a la primera toma se demuestra la
presencia de un metabolito dudoso, se tendrá que
someter a una segunda prueba que se considerará
como confirmatoria e inequívoca. En cambio, al ser
5. 8.- P. Smith M, H. Bluth M (2016). Forensic
Toxicology. Clin Lab Med;Pags: 753-759.
9.- M. Teixeria H (2014). Recent Advances and future
developments in forensic toxicology. Anal Bioanal
Chem; 406: 3551-3552.
10.- R. Meyer M, H Maurer H (2014). Forensic and
clinical toxicology. Bioanalysis; 6(17) 2187.
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