La inocuidad de los alimentos es responsabilidad de todos los involucrados en la cadena de producción y distribución de alimentos, desde pequeños productores hasta grandes empresas. Cada persona debe reflexionar sobre cómo sus funciones y acciones contribuyen o no a garantizar que los alimentos elaborados sean inocuos e inofensivos para la salud de los consumidores, de acuerdo con las normas y regulaciones sanitarias vigentes.