4. Hace algunos años, un amigo mío iba en un
aeroplano a 35,000 pies de altura camino a una
cita para predicar. Permíteme compartir contigo
parte de la experiencia de mi amigo, que ahora
está viajando alrededor del mundo cumpliendo
el ministerio que Dios le ha dado.
Este hombre era un renombrado pianista. El
era un artista tan maravilloso que las opor-
tunidades que le ofrecieron en el mundo del espec-
táculo le hubiesen asegurado un gran futuro en
esa área de su vida. También tenia una magnifica
voz de solista. Sus talentos musicales eran
estupendos. Dios le habia llamado a predicar y
él habìa escogido seguir esa vocación que era la
perfecta voluntad de Dios para su vida. Por años
se habia esforzado en ser fiel a Dios.
Ahora, mientras volaba en el aeroplano
camino a predicar el Evangelio, se encontraba a
sí mismo en una situación muy particular e in-
5
5. sólita. Algunos años antes de este viaje, él habia
sufrido de lo que médicamente se llama artritis
reumatoidea. Esta condición se agravó pro-
gresivamente en todo su cuerpo. Sus manos se
volvieron nudosas, torcidas, y ya no podía
moverlas con libertad. Así que sus días como
pianista se habían acabado. Todas las articula-
ciones de su cuerpo fueron afectadas por esta
enfermedad. Sus tobillos se hincharon hasta ser
del tamaño de una toronja. Sus rodillas también
aumentaron de tamaño. Todas sus coyunturas
estaban adoloridas. Era incapaz de moverse nor-
malmente. Me dijo que no compraba la aspirina
por frascos, sino por cajas. Las tomaba cons-
tantemente para tratar de aliviar el dolor tan in-
tenso que atormentaba todo su cuerpo.
También me contó que en más de una opor-
tunidad tuvieron que rodarlo fuera de la cama
y colocarlo en una bañera con agua caliente.
Tenia que quedarse allí por un tiempo para si-
quiera poder moverse durante el día. Aparen-
temente esto aflojaba sus articulaciones y par-
cialmente le aliviaba un poco el dolor. Su cuerpo
se encorvó. No podìa caminar en forma normal,
sino que simplemente hacía lo mejor que podía
con sus rodillas, tobillos y el resto de sus articula-
ciones las cuales le dolían y estaban totalmente
deformes.
Esta era su condición mientras que estaba
sentado en el aeroplano yendo a predicar el
Evangelio.
Los médicos ya le habían dado el veredicto
de que no había esperanza. No habia nada que la
ciencia médica pudiera ofrecerle en cuanto a una
sanidad permanente. Sólo podía obtener alivio
del dolor por medio de los medicamentos. Le di-
jeron que sencillamente tendría que vivir de esta
manera y gradualmente iría empeorando.
Su habilidad para bendecir a las personas por
medio de la música se había terminado para siem-
pre. Ya no tenia capacidad para caminar o vivir
una vida normal. Pero allí estaba en ese
aeroplano determinado a ir y predicar el
Evangelio lo mejor que pudiera en esas
condiciones.
El me relató lo que le sucedió en ese viaje.
En realidad se llevó a cabo un milagro. Ah, el
mundo no podía ver el milagro. Los que estaban
alrededor, no se percataron de él. Pero a pesar
de ello, el milagro se llevó a cabo. Al estar leyendo
su Biblia en el avión, empezó a meditar en las
escrituras. Vio que Jesús llevó nuestras
enfermedades y sufrió nuestros dolores y por Su
llaga fuimos nosotros curados. (Isaías 53:4-5)
Leyó en Mateo 8:17 que Jesús sanó a todos los
enfermos: "Para que se cumpliese lo dicho por
el profeta Isaías, cuando dijo: El mismo tomó
nuestras enfermedades y llevó nuestras dolen-
cias. " Leyó en I Pedro 2:24 donde dice: "Quien
llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo
sobre el madero, para que nosotros, estando
6
6. muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y
por cuya herida fuisteis sanados."
Súbitamente una luz se encendió en lo más
profundo de su ser. Escuchó en su hombre in-
terior las palabras: "Por Su Herida TU FUISTE
SANADO." Mientras iba a 35,000 pies de altura
se hizo en él una clara comprensión de esta ver-
dad. ¡Repentinamente él supo que estaba sano!
Se dio cuenta que era libre de esa enfermedad y
empezó a regocijarse porque sabía que estaba
sano.
Durante el trayecto y luego de haber recibido
por revelación de Dios, el conocimiento de su
sanidad, aún no se notaba el cambio. Su cuerpo
no sentiá diferencia alguna, su cuerpo no fun-
cionaba de manera diferente, pero él sabía que
estaba sano. Sabía en su interior que un milagro
se habia llevado a cabo.
Cuando aterrizó el avión, él casi no pudo
ponerse de pie. Atravesó penosamente el pasillo
y salió al encuentro del pastor de la iglesia, quien
al verle le ayudó con su equipaje y le dijo: "Her-
mano, ¿cómo estás?" Mi amigo, exteriormente
lleno de artritis reumatoidea, aún encorvado y
tambaleándose, con dolor en las coyunturas,
todavía incapaz de levantar la vista en una for-
ma normal, volvió un poco su cabeza (hasta
donde le era posible) para ver al pastor y dijo:
"¡Ah, estoy muy feliz de anunciarle que soy sano
por la herida de Jesús!"
¡Claro que el pastor pensó que no sólo su
cuerpo había sido afectado por la enfermedad
sino también su mente!
Llegó el momento para que mi amigo
ministrara en la iglesia de este pastor. Tam-
baleándose llegó hasta la plataforma y se puso
detrás del pulpito. Con la artritis aparentemente
dominando su cuerpo vio a la congregación y di-
jo: 'Antes de abrir la Biblia y predicar quisiera
hacer una confesión. Quisiera regocijarme
delante de todos ustedes y decirles que estoy feliz
porque el Señor Jesucristo ha sanado mi cuer-
po. También estoy feliz de que por la herida de
Jesús yo he sido sanado. Quiero que se alegren
conmigo porque estoy sano. La artritis no puede
vivir en mi cuerpo. Mis articulaciones están bien.
Regocíjense conmigo porque soy una persona
normal y porque puedo tocar el piano otra vez.
De nuevo puedo caminar normalmente. Quiero
que se alegren conmigo porque soy sano."
Cada una de las personas en esa congrega-
ción reaccionó de manera diferente. Estoy seguro
que muchos de ellos cuestionaron la credibilidad
del hombre tras el pulpito.
Para finalizar la historia, el hombre comen-
zó a mejorar y mejorar y mejorar. En cuestión
de semanas, toda la artritis había abandonado
8 9
7. su cuerpo, y cada articulación estaba normal. Ya
podía tocar el piano. El estaba perfectamente
normal. Esto fue hace más de veinte años. He
estado personalmente en sus reuniones y he
llorado mientras tocaba el piano y cantaba las
canciones de Sion y alababa al Señor Jesucristo.
¡Verdaderamente él está viviendo una vida nor-
mal hasta el día de hoy!
Ahora, ¿qué sucedió durante ese vuelo?
¿Hay alguna ley que puede sobrepasar las
leyes que conocemos en el reino natural?
¿Habrá algo que no alcanzamos a entender
con nuestras mentes naturales? ¿Qué sucedió en
realidad en aquel aeroplano?
La Biblia habla acerca de la ley de la fe. La
Biblia habla acerca de la ley del Espíritu de vida,
haciéndonos libres de la ley del pecado y de la
muerte. Sentado en esa nave, este amigo recibió
en su hombre espiritual el conocimiento que el
mundo no es capaz de recibir con la mente car-
nal, natural.
La Biblia dice que la fe es del corazón.
Romanos 10:10 dice "Porque con el corazón se
cree..." Es con el corazón que tú crees. Al hablar
del corazón, se refiere al hombre espiritual. Hay
un hombre espiritual dentro de tu cuerpo físico.
El Señor Jesús nos dice por inspiración del
10
Espíritu Santo a través del Apóstol Pablo que
la fe es una fuerza espiritual. Fe es la fuerza que
surge del hombre espiritual. Es el hombre
espiritual el que es capaz de responder a la
Palabra de Dios y ejercitar la fe.
La fe es del corazón.
La fe es una fuerza espiritual.
"Porque con el corazón se cree..."
¿Ves? Mientras que ese hombre iba en el
avión, invadido por una enfermedad que lo in-
utilizaba y que lo hubiera tenido cautivo toda la
vida, él meditó en la Palabra de Dios. Él leyó
sobre las promesas de Dios y las grandes declara-
ciones de Dios con respecto a la eterna redención
que tenemos en el Señor Jesucristo. Las leyó y
meditó en ellas hasta que ya no estaban
solamente en su mente. Ya no era solamente su
mente carnal la que meditaba sobre estas cosas,
sino que su hombre espiritual comenzó a captar
estas verdades. Su hombre interior empezó a
alimentarse de las cosas de Dios, quien es
Espíritu.
Era una comunicación de Espíritu a espíritu.
Cuando su espíritu comenzó a hacer suyas las
verdades eternas acerca de como Dios nos habìa
redimido de las enfermedades físicas, algo co-
11
8. menzó a suceder en él.
Cuando su espíritu oyó; "Por su llaga fuimos
nosotros curados ", la fe se hizo real porque la fe ^
es del corazón. Es con el corazón que el hombre
cree. Este hombre de pronto supo, no con su
mente sino con su corazón; con su hombre
espiritual, que estaba sano. Al saber esto, su con-
fianza fue inamovible. El había oído en su
espíritu (el verdadero hombre) a Dios, quien es
Espíritu, hablándole.
Su cuerpo se veía igual. Respondía en la
misma forma que antes. No mostraba evidencia
alguna de que hubiera cambios. Sin embargo, en
lo profundo de su ser, él sabía que estaba sano,
¿Ves? Hay un sexto sentido. El cuerpo tiene
cinco sentidos: La vista, el oído, el gusto, el olfato
y el tacto. Cinco sentidos. Y con estos sentidos
naturales nos ponemos en contacto con el mun-
do físico.
Pero hay otro sentido.
Si Dios le ha dado al cuerpo físico cinco sen-
tidos para estar en contacto y funcionar en el
mundo natural y material, entonces ciertamente
El le ha dado al hombre espiritual, vivificado con
la vida de Dios Todopoderoso, algún tipo de sen-
tido para actuar en el reino espiritual. ¡Sí! El
hombre espiritual hecho vivo por la gracia y el
poder que resucitó a Jesucristo, tiene un sentido,
y nosotros llàmanos a ese sentido, LA FE. La
fe es totalmente independiente de los cinco sen-
tidos que usamos para actuar en el mundo fìsico
y material.
Esto es lo que le sucedió al hombre en el
avión: dejó lo natural y entró a lo sobrenatural.
Dejó lo físico y entró a lo espiritual. Salió de su
naturaleza física y entró a su naturaleza
espiritual. Ese único sentido de la fe, alimentán-
dose de la Palabra de Dios, recibió conocimien-
to por revelación y recibió una certeza inconmovi-
ble de que mi amigo estaba totalmente sano.
¡Aunque todos sus sentidos físicos lo
negaban, y no había evidencia en ninguno de ellos
que corroborara que estaba sano, este único sen-
tido de la fe — al cual no abandonaría — dominó
y venció a los otros! ¡Y su cuerpo respondió! La
enfermedad y las dolencias le dejaron. Ahora,
después de más de veinte años, todavía está vi-
viendo normalmente porque actuó en la ley de
la fe.
¿Necesitas tú un milagro hoy?
¿Te das tú cuenta de que hay esperanza?
¿Ves que puedes salir de tus prisiones?
Jesús dijo: "Para los hombres esto es imposi-
ble; mas para Dios todo es posible" (Mateo
12 13
9. 19:26). Jesús dijo esto para fortalecer nuestros
corazones. Al ver tu situación hoy, ¿se ve imposi-
ble para los hombres? ¿Es imposible para ti el
ser sanado? ¿Es imposible que tu familia vuelva
a unirse? ¿Es imposible que se resuelva esa situa-
ción? ¿Todas las voces de tus parientes y de los
médicos y de los profesionales y de los amigos,
te dicen la palabra"imposible"? Si es así, en-
tonces oye la dulce voz del Hijo de Dios, que no
miente. "Las cosas que son imposibles para los
hombres son posibles para Dios. "
De esto es de lo que se trata este libro. Te dirá
cómo puedes moverte en el sexto sentido llamado
la fe.
Puedes deshacerte de esos grilletes que te
mantienen en el reino de lo natural y tocar a Dios
quien está en el reino de lo sobrenatural.
Este libro te enseñará a estar consciente de
dos mundos, el mundo visible y el mundo invisi-
ble. Aprenderás cómo puedes ponerte en contac-
to y actuar en la ley de lo invisible, donde no hay
imposibilidades.
Amigos míos, mi corazón se regocija al saber
que ustedes van a encontrar la ayuda y el milagro
que necesitan.
En nuestra familia hemos experimentado
muchos milagros como resultado de la verdad,
14
que voy a compartir con ustedes en este libro.
Mi esposa es enfermera titulada y puede
vividamente describir a nuestra hija Lisa, quien
nació anormal hace más de veinte años. El
pediatra dijo que ella sufría de perlesía cerebral.
No tenía reflejos de succión, no tenía tono
muscular. No tenía habilidad para gatear. Su
cuerpo estaba débil. Y la palabra "imposible"
estaba escrita sobre su vida. Nuestros corazones
estaban entristecidos. Parecía que no había for-
ma de que ella tuviera oportunidad de vivir una
vida normal. Enfrentamos esta situación y
pusimos en acción las leyes y los principios de
Dios presentados en este libro.
Cuando comenzamos a actuar en Dios
hallamos, como lo hizo ese amigo mientras via-
jaba en el aeroplano, las verdades eternas de
Dios. En nuestro interior, ellas trajeron luz para
iluminar nuestro entendimiento. Empezamos a
regocijarnos porque nuestra hija era sana.
Oramos la oración de fe, la ungimos con aceite.
Aunque no hubo cambios en su cuerpo y parecía
que ella sería anormal para siempre, nuestro
hombre espiritual, nuestra naturaleza espiritual
declaró que teníamos la certeza de que Lisa había
sido sanada por la herida del Señor Jesucristo.
Todo en ella gritaba: "No, no, no, ella no es
normal".
Sin embargo, nosotros sabíamos lo contrario
15
10. en nuestro interior.
Cada uno de nuestros cinco sentidos gritaba:
"No, no, no, ella no está sana".
Sin embargo, ese sentido llamado FE que
predomina en nuestra naturaleza espiritual, ese
sentido que tiene conocimiento por revelación de
Dios, venció a todos los sentidos naturales.
Me alegra anunciarles que después de vein-
tidós años (al escribir esto), nuestra hija continúa
sana y normal. Esto se hizo una realidad desde
que ella era una niña muy pequeña. Vivió nor-
malmente todos sus años escolares y doy gracias
a Dios que ella es normal y está bien hasta el día
de hoy porque descubrimos cómo movernos en
este sexto sentido llamado la fe.
La fe se alimenta de la Palabra de Dios. La
fe es del corazón.
Yo podría narrarles muchísimos milagros en
la vida de nuestros otros hijos, en la mía y en
la de mi esposa, que son como resultado de fun-
cionar utilizando el sexto sentido.
Déjame animarte a que medites en la Palabra
de Dios.
Estudia las verdades presentadas en este
libro hasta que puedas levantarte por encima de
la palabra "imposible". Comienza a actuar en el
reino de la fe.
La fe es del corazón.
Medita sobre estas verdades hasta que
penetren y lleguen más allá de tu mente carnal.
Medita sobre estas verdades hasta que se in-
ternalicen en tu espíritu.
Recíbelas en tu hombre espiritual como co-
nocimiento por revelación de Dios, quien es
Espíritu.
Al meditar en el Señor empéñate en entablar
una comunicación de Espíritu a espíritu (o sea
tu espíritu comunicándose, escuchando y respon-
diéndole a Dios quien es Espíritu).
Veamos la Palabra de Dios mientras con-
tinuamos exponiendo estas verdades. Regocíjate
desde ahora porque Dios te dará los deseos de
tu corazón.
En Génesis 1:1-3 dice: "En el principio Dios
(preparó, formó, diseñó), y creó los cielos y la
tierra. La tierra estaba sin forma y era un vacio
yermo, y las tinieblas estaban sobre la faz de las
grandes profundidades. El Espíritu de Dios se
movía, (cirniéndose, empollando) sobre la faz de
las aguas. Y Dios dijo: Sea la luz; y se hizo la luz"
(Amplified Bible).
17
11. Leemos en Hebreos capitulo 11, versículo 3:
"Por fe entendemos que los mundos (durante las
edades sucesivas) fueron enmarcados —
diseñados, puestos en orden y equipados para el
propósito para el cual fueron destinados — o la
palabra de Dios, de manera que lo que vemos no
fue hecho de cosas que son visibles" (Amplified
Bible).
Estas escrituras nos enseñan a unir nuestras
manos con las del Creador. Dios nuestro Padre
es creador. Jeremías dijo: "¡Oh, Señor Jehová!
He aquí que tú hicieste el cielo y la tierra con tu
gran poder, y con tu brazo extendido, ni hay nada
que sea difícil para ti" (Jeremías 32:17).
Sabemos que Jesús es creador. Colosenses
1:16 dice: "Porque fue en él que todas las cosas
fueron creadas en el cielo y en la tierra, cosas que
se veían y cosas que no se veían, sean tronos,
dominios, gobernadores o autoridades; todas las
cosas fueron creadas y existen a través de él (por
su servicio, intervención) y en y para él"
(Amplified Bible).
Juan 1:1-3 dice que Jesús fue también
creador del universo.
Sabemos que el Espíritu Santo es creador.
Somos de la clase de Dios y pertenecemos a
su familia. Dios espera que tengamos habilidad
18
creativa. Tenemos que unir nuestras manos con
las de El. En estos días hemos sido hechos cola-
boradores con Dios para crear cosas.
En Hebreos 11:3 dice: "Por fe entendemos
que los mundos (durante las edades sucesivas)
fueron enmarcados — diseñados, puestos en
orden y equipados para el propósito para el cual
fueron destinados — por la palabra de Dios, de
manera que lo que vemos no fue hecho de cosas
que son visibles" (Amplified Bible).
Tú eres un pequeño mundo. Todos tenemos
el nuestro. Mientras algunas personas están
alegres, tu mundo puede estar haciéndose añicos.
Puede estar como el mundo al principio; sin for-
ma, vacío y las tinieblas moviéndose sobre la faz
del abismo (Génesis 1:2). Es posible que ésta sea
la forma en que estás hoy, con tu mundo vacío,
en caos y tinieblas.
¡Gracias a Dios tu mundo puede ser
reconstituido!
¡Tu mundo puede ser remodelado!
¡Tu mundo puede ser equipado para el pro-
pósito para el cual fue destinado!
Esto se logra por medio de la Palabra de Dios
y de las fuerzas invisibles de Dios.
19
12. Veamos otra vez Hebreos 11:3: "De manera
que lo que vemos..." ¿Qué vemos? La estrellas,
la luna, el sol, la tierra, los árboles, el polvo, las
flores, la hierba, las nubes. La Biblia dice que lo
que vemos no fue hecho de las cosas que son
visibles. Lo que vemos fue hecho de cosas in-
visibles. Lo que vemos en este mundo natural fue
realmente hecho de fuerzas invisibles. Hebreos
11:3 está hablando acerca de dos mundos — hay
un mundo que vemos y hay un mundo que no
vemos. Existe el mundo visible y el mundo in-
visible. Hay un mundo material y un mundo
espiritual.
La Biblia dice que lo que ves en lo físico, en
el reino material, no fue hecho de cosas que se
veían sino que fue hecho de lo invisible. Es
significativo que Dios comenzara este capitulo
de fe de esta manera. El Creador del universo
empezó con fuerzas invisibles. Comenzó en el
área de lo que no vemos. Empezó en la dimen-
sión espiritual. Todos los ladrillos creativos de
Dios están en otra dimensión — el mundo
invisible.
LOS LADRILLOS QUE NECESITAMOS
PARA CREAR NO SON DE ESTA DIMEN-
SIÓN MATERIAL.
Están en otra dimensión. Dios tiene ladrillos,
sustancia creativa que todos podemos usar, pero
no están en el universo material Sus ladrillos
están allá en lo invisible, en lo que no vemos, en
el mundo espiritual
LAS COSAS QUE SE VEN
NO SON HECHAS DE COSAS VISIBLES,
SINO DE COSAS INVISIBLES
La fe es nuestro sexto sentido para ponernos
en contacto con esta más alta dimensión de
realidad. Hebreos 11:1 dice: "Ahora fe es la
certeza (la confirmación, el titulo de propiedad)
de las cosas que [nosotros] esperamos, es la
prueba de cosas que [nosotros] no vemos (está
hablando de fuerzas invisibles) y la convicción
de su realidad — la fe percibe como un hecho real
lo que no ha sido revelado a los sentidos"
(Amplified Bible).
¡La fe creada por la Palabra de Dios percibe
como un hecho real aquello que no es revelado
a nuestros sentidos naturales!
Hay cinco sentidos en el cuerpo humano.
Estos son, la vista, el gusto, el olfato, el oído y
el tacto. Tocamos, olemos, vemos, oímos y
gustamos. Todos éstos están en el mundo
natural. Usamos estos sentidos para ponernos
en contacto con el mundo natural. Dios te dio
estos cinco sentidos para usarlos en el mundo
fìsico.
Pero hay otro sentido más, el sentido del
hombre espiritual en tu interior, y este sentido
se llama la fe.
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20
13. Este sentido de la fe es usado para tocar lo
que no se ve, el mundo invisible. Los sentidos
naturales no pueden tocar esa dimensión
espiritual, no tienen contacto con ella. Pero la fe,
creada por la Palabra de Dios, te capacita para
alcanzar la dimensión de lo invisible y activar el
poder creativo de Dios.
La Biblia es como un gran bosque. Crecien-
do en ese bosque están los Sequoias gigantes (ár-
boles inmensos de California de madera rojiza)
de las eternas verdades de Dios. Necesitamos
caminar diariamente entre este gran bosque y ver
a los gigantes, a los Sequoias inconmovibles de
las verdades eternas de Dios y refrescarnos ante
su presencia. Entonces podemos regresar a este
mundo material con el conocimiento por revela-
ción de que los principios bíblicos son verdades
eternas.
Te daré una ilustración sobre nuestros cinco
sentidos. Voy a usar a mi esposa Dodie en esta
ilustración. Ella usa un perfume especial. Yo
puedo pasar cerca de Dodie y uno de mis sen-
tidos, el olfato, me va a advertir y a decir si ella
tiene ese perfume. Yo percibo el olor de ese per-
fume. Uno de mis sentidos registra el hecho: aquí
hay perfume.
Sin embargo, en el reino natural mis otros
sentidos no tienen ninguna prueba de que el per-
fume está realmente allí.
22
Mis ojos podrían decir: "¿Perfume? Yo no lo
veo. Nunca podrás convencerme de que algo que
no puedo ver sea real".
Mis oídos podrían decir: "Yo no oigo ese per-
fume. Nunca me convencerás de que algo que no
puedo oir sea real".
"¿Perfume?" Mis manos podrían decir: "Yo
no siento ningún perfume. No podrás con-
vencerme nunca de que algo es real si no puedo
sentirlo". Mi lengua podría decir: "Yo no puedo
gustar ningún perfume. Aquí no hay perfume".
Podría comenzar a pensar: "Aquí no hay
ningún perfume: no lo palpo, no lo siento, no lo
oigo, no lo veo, no lo puedo gustar".
Pero mi nariz podría decir: "Ustedes otros
sentidos, ¡cállense! Como nariz ya he experimen-
tado el perfume. He confirmado con mi sentido
del olfato su realidad. No importa que ustedes
no puedan oír, o ver, o gustar, o tocar. Mi
habilidad para oler dice que es real. ¡Es real! Yo
he usado mi sentido del olfato para confirmarlo.
Les anuncio que es real".
De esta misma forma, yo entro por mi sen-
tido de la fe dentro de la Palabra de Dios — en-
tro al gran bosque de Dios y medito en lo que
El dice que es mío en ese reino invisible. Veo las
grandes verdades de Dios Todopoderoso y, con
23
14. ese sexto sentido que está en mi hombre
espiritual, creo y estoy consciente de que son
mías.
Veo y sé que la salvación es mía. Lo creo.
La sanidad es mía.
La prosperidad es mía. Todas las bendiciones
de Dios son mías.
En base a la información del sexto sentido,
la fe, puedo confiadamente decir: "¡Soy sano!
¡Soy bienaventurado! ¡Estoy redimido! ¡Soy
próspero!"
Ahora, cuando comienzas a actuar como si
la Palabra es verdad, tus cinco sentidos naturales
dirán: "Yo no puedo tocarlo, no puedo oírlo, no
puedo verlo, no puedo sentirlo, no puedo
gustarlo, así que no estoy sano. No puedo ser
próspero. He visto mi chequera y mis ojos no han
visto nada. He tocado mi cuerpo y las pro-
tuberancias están todavía allí."
Mi sentido del tacto y mis sentimientos me
dicen que no estoy sano. Mis ojos me dicen que
no soy próspero. Mis oídos me dicen que no lo
tengo.
Pero, ¿sabes? Hay un principio espiritual
trabajando. Es exactamente como cuando puedo
24
oler el perfume de Dodie. Mi sentido de la FE
les dice a estos cinco sentidos naturales:
"¡Ustedes cinco sentidos, cállense! Yo he estado
viendo las verdades eternas de Dios y he recibido
conocimiento por revelación de lo que está más
allá de ustedes. ¡Puedo asegurarles que aunque
no tengan otra prueba, esto es una realidad!
¡Dios no miente!"
Cuando tu nariz te asegura la presencia del
perfume, todos tus otros sentidos no tienen for-
ma de probar que el perfume está en el aire.
¿Por qué vas a permitir que tus sentidos
naturales tengan más integridad que Dios
Todopoderoso?
Quiero decirte que el sentido del olfato en tu
nariz no tiene más integridad que Dios. Tu nariz
puede estar equivocada. Puede estar defectuosa.
Pero Dios no es defectuoso.
Aventuremos y entremos al gran bosque de
las verdades eternas de Dios y hallemos sus
abundantes bendiciones para nosotros. Des-
cubriremos que Dios nos ha dado ciertos
beneficios. Nuestra fe detecta y confirma que son
nuestros. Nuestra fe meditará sobre esas
verdades.
Meditar en la Palabra de Dios es la mejor for-
ma de poner a trabajar tu fe.
25
15. La fe viene por el oír, y el oír por la Palabra
de Dios (Romanos 10:17). Vive en la Palabra de
Dios. Camina cada día bajo la sombra de los
gigantescos árboles de las verdades eternas de
El. Solázate al calor de la luz del sol del mundo
espiritual de Dios y conoce que en esa dimen-
sión invisible, esto es tuyo. Tu fe te dice que es
tuyo.
La fe hace que la Palabra de Dios escrita
venga a ser como la voz audible de Dios hablan-
do personalmente a ti. Medita en ella hasta que
puedas decir: "Soy salvo, soy sano, soy próspero,
soy victorioso, soy fuerte". No importa lo que
los cinco sentidos digan en este reino natural, tu
fe lo percibirá como un hecho real.
La Biblia dice que Dios creó cosas materiales
de cosas que son invisibles. Todas nuestras ben-
diciones vienen de un mundo invisible. Tu reden-
ción es espiritual. El perdón se encontraba en lo
invisible. ¿Cómo descubrí ese gran hecho invisi-
ble del perdón? Lo encontré en la Palabra de
Dios. Era invisible y se hizo visible cuando yo
lo acepté. La sanidad y prosperidad habitan en
la dimensión espiritual, el mundo invisible. Cuan-
do lo vemos allí en la Palabra de Dios y nuestro
sexto sentido de la fe se apropia de el, entonces
la fe lo trae al mundo natural.
Tus sentidos frecuentemente tratarán de con-
26
tradecir la Palabra de Dios, tal como mis otros
cuatro sentidos me decían que no había ningún
perfume presente. Pero recuerda que mi nariz con
su pequeño sentido del olfato, les convenció a
todos ellos que allí había perfume.
Cuando regresamos del gran bosque de las
eternas verdades de Dios, entonces la fe grita:
"¡Lo tengo! ¡Lo tengo!" Y los cinco sentidos
pueden decir: "¡No lo tienes! ¡No lo tienes!
¡Sabes que no lo tienes! ¡Mira el historial médico,
mira los exámenes de laboratorio! ¡Tómate unas
radiografías! ¡No hay ningún cambio!"
Este es el campo de batalla. Pero recuerda
que la batalla se gana cuando escuchas a tu hom-
bre espiritual regocijándose en lo que él sabe que
es la verdad. Lo sabe a través del conocimiento
por revelación que obtuvo de la Palabra de Dios
por el sexto sentido de la FE.
En II Reyes capítulo 6, se cuenta esta
historia: Los sirios peleaban contra los israelitas
y cada vez que los sirios se movían, los israelitas
sabían con precisión donde se encontraban. Ellos
tomaban un camino según sus planes de ataque
y los israelitas ya los estaban esperando. Así que
el jefe sirio reunió a toda su gente y les dijo: "En
este consejo de guerra quiero saber ¿quién está
por Israel y quién por nosotros? Debe haber
algún espía en este campamento".
27
16. Un siervo le dijo: "No, no es que haya un
espía entre nosotros, sino que hay un profeta en
Israel. Y lo que susurras en tu cámara más
secreta, él se lo dice al rey de Israel" (v.12).
Este hombre dijo: "¡Lo que susurras en tu
cámara más secreta ellos lo saben!" Así será con
nosotros. Dios va a actuar por medio de lo
sobrenatural. El dijo: "¿Quieres decir que hay un
profeta allí que puede saber estas cosas?" Sí.
¿Sabes qué hicieron los sirios? Enviaron a un
gran ejército a traer a un solo hombre. Así de
asustado está el diablo de los cristianos llenos
del Espíritu Santo.
Elíseo estaba en Dotan y ellos enviaron un
ejército allá durante la noche para apresar a un
solo hombre.
¿Puedes imaginártelo? Tal vez no lo sepas,
pero el diablo te tiene miedo. La Biblia dice:
"Resistid al diablo y huirá (aterrorizado) de
vosotros". El diablo tiembla al sólo pensar en ti.
Ellos enviaron un ejército tras un solo hom-
bre. Elíseo estaba durmiendo y tenía a su lado
a un joven que me recuerda a algunas personas
de hoy. La Biblia dice en el versículo 14: "En-
tonces envió el rey allá gente de a caballo, y ca-
rros, y un gran ejército". ¿Puedes imaginarte un
gran ejército? Llegaron de noche y sitiaron la
ciudad. El ejército sitió la ciudad con caballos
y carros y entonces su criado le dijo "¡Ah, señor
mió! ¿Qué haremos?"
Todo lo que este joven podía ver era este mun-
do. Se puso nervioso, afligido y dijo: "Oh, ¿qué
vamos a hacer?" He oido a mucha gente en estos
días hablar acerca del hambre, de las pestes y
de la destrucción que vendrá sobre el mundo.
Bien, es posible que esto les ocurra a algunos,
pero. . . ¡No vendrá sobre mi! ¡Gloria a Dios!
Dios me bendice. Dios no me ha llamado a ira.
Me ha llamado para obtener salvación a través
del Señor Jesucristo.
Puedo oírles hablar sobre todo esto con
angustia, retorciendo sus manos: "¿Qué vamos
a hacer? ¿Qué vamos a hacer?"
Este es un cuadro del mundo de hoy:"¡Ah,
Señor mío! ¿Qué haremos?"
Elíseo se levanta, sale afuera y dice: "Déjame
examinar la situación".
Mira a su alrededor y ve los cientos y
posiblemente miles de caballos y carros allá
afuera y dice: "Oh, no te preocupes, porque más
son los que están con nosotros que los que están
con ellos".
Puedo imaginarme a ese joven viviendo en el
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17. día de hoy. El hubiera dicho: "Elíseo, aún en las
matemáticas modernas, uno más uno son dos, y
ellos son más numerosos que nosotros".
Elíseo dijo: "Señor, te ruego que abras sus
ojos para que vea. Y el Señor abrió los ojos del
joven y miró; y he aquí que el monte estaba lleno
de gente de a caballo, y de carros de fuego
alrededor de Elíseo. " (II Reyes 6:17)
Las huestes celestiales rodeaban al enemigo.
Elíseo no dijo: "Mira, Dios acaba de crear
algunos ángeles". No. Aquellos ángeles
estuvieron allí todo el tiempo. Ellos existían en
el mundo invisible desde antes. Sólo porque
fueron manifestados en el mundo visible, en lo
físico, no hay razón para creer que esos ángeles
acababan de ser creados. ¡NO! Sabemos que ellos
ya existían allí en el mundo invisible. Dios
únicamente manifestó su presencia haciéndolos
visibles en la dimensión física.
Algunas veces, cuando comenzamos a ex-
perimentar la sanidad decimos: "Oh, gracias
Dios, ya estoy sano. Fui sanado ayer a las 10:30
de la mañana".
NO. La sanidad existe para ti desde que
Jesús murió y la compró con su Sangre. Ha sido
tuya por años. La salvación ha sido tuya por
años. La vida eterna es tuya. La sanidad es tuya.
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La prosperidad existe continuamente en otra
dimensión. Dios, a través de tu fe, manifestará
todas estas cosas en el reino material.
Algunas veces no ves tu sanidad. Algunas
veces no ves tu prosperidad. Algunas veces no
sientes que hayas obtenido la victoria, pero eso
no quiere decir que no sea tuya. Así como tienes
un ángel que está a tu lado y estás convencido
por la Palabra de Dios que él vive en ese mundo
invisible cuidando de ti, así también tu sanidad
está allí. Tu prosperidad está allí. En lo que
respecta a Dios esto es tuyo. Puedes regocijarte
por medio de tu sentido de la fe de que es tuyo,
aunque todavía no se haya manifestado.
Supongamos que le digo a mi esposa Dodie:
"Querida, puse $1,000.00 en el bolsillo de tu
abrigo que se encuentra en el guardarropa de la
entrada, para que los gastes en lo que quieras".
¿Sabes lo que haría Dodie? Primero que todo,
su corazón comenzaría a alegrarse porque ella
cree en lo que yo le digo. Segundo, comenzaría
a hacer planes sobre lo que compraría. Tercero,
comenzaría a hablar acerca de esta bendición de
$1,000.00. Diría: "¡Tengo mil dólares! Voy a com-
prar esto y aquello. ¡Estoy tan emocionada por
esta maravillosa bendición!"
Aunque ella hace estas tres cosas, todavía no •
ha visto los mil dólares, aún no ha sentido el olor
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18. de los mil dólares, no ha gustado los mil dólares,
no ha tocado los mil dólares, ni ha oído el cru-
jido de los mil dólares. Sus sentidos naturales
no han tenido ningún contacto con los mil
dólares. Ella solamente tiene la palabra de una
persona a quien ella ama y en quien confía.
¿Qué hace ella? Ella cree, habla, se alegra,
hace planes, aún cuando no ha tenido ninguna
evidencia, excepto la fe en mi palabra.
¿No es extraño cómo las personas actúan
basadas en la palabra de un esposo, un abogado,
un médico o una esposa, y sin embargo no ac-
túan en esta forma respecto a la Palabra de Dios?
El hombre puede mentir pero Dios no miente.
Conforme te internas en la Palabra de Dios.
En ese gran bosque de eternas verdades de Dios,
encontrarás que El ha puesto mucho en tus
bolsillos. Te diò la salvación y la sanidad para
tu cuerpo. Te diò prosperidad y fortaleza para
los quehaceres físicos. Te diò la victoria y la
habilidad para derrotar a el diablo. Todo está allì,
en el mundo espiritual. Está en tu bolsillo
espiritual. Todavía no lo has tocado, aún no lo
has visto, ni lo has sentido. ¡Lo único que tienes
es la Palabra de Dios Todopoderoso quien no
puede mentir!
Cuando regresas al reino de los sentidos, aquí
en el mundo visible, y comienzas a confesar: "Soy
salvo, todas mis deudas han sido pagadas. Tengo
fuerzas, he sido sanado. Soy libre, estoy colmado
de bendiciones". Quizá tú no tengas evidencia
física para comprobarlo, pero esto no debe
molestarte en lo absoluto. Has estado meditan-
do en la Palabra de Dios y tu hombre espiritual
lo ha visto y lo ha alcanzado con la mano de la
fe para poseerlo. Puedes confiadamente decir:
"Lo tengo por fe y sé que es mío".
¿Sabes? La fe se extiende hacia el área invisi-
ble, y crea el reino físico con verdades invisibles.
Todo lo que vemos no fue hecho de lo visible sino
de lo invisible. Todas las personas de fe
rápidamente dirán que la prosperidad, salud,
sanidad y salvación no fueron hechas de cosas
visibles sino de lo invisible.
Quiero mostrarte este principio de fe
entrando al mundo invisible. Miremos de nuevo
Hebreos 11:1 "Ahora fe es la certeza (la confir-
mación, el titulo de propiedad) de las cosas que
[nosotros] esperamos, la prueba de cosas que
[nosotros] no vemos y la convicción de su realidad
— la fe percibe como un hecho real lo que no ha
sido revelado a los sentidos".
Este es el principio clave: la fe va a la Palabra
de Dios, le cree a Dios y ve como un hecho real
lo que aún no ha sido revelado a los cinco sen-
tidos físicos.
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19. Hebreos 11:3 dice: "Por fe entendemos que
los mundos [durante las edades sucesivas] fueron
enmarcados — diseñados, puestos en orden y
equipados para el propósito para el cual fueron
destinados — por la palabra de Dios, de manera
que lo que vemos no fue hecho de cosas que son
visibles".
Sería tonto que alguien dijera: "Bien, yo no
creo en eso de leer la Biblia. No creo en todo eso".
Algunos no se internan en el bosque de las eter-
nas verdades de Dios y luego se preguntan por
qué no tienen fe. Se extrañan porque no tienen
habilidad alguna para creer en Dios. ¡ Ah, como
esta verdad deberìa hacernos vivir en la Palabra
de Dios!
La Biblia dice que entendemos que las cosas
que se ven fueron hechas por la Palabra de Dios.
La clave es la Palabra de Dios.
Debes comenzar con la Palabra de Dios.
Lo que ahora vemos no fue hecho de lo visi-
ble. Las cosas que vemos fueron hechas de lo in-
visible y se hicieron visibles por el poder de la
Palabra de Dios.
Hebreos 11:6 "Pero sin fe es imposible
agradar a Dios. Porque es necesario que el que
se acerca a Dios crea que le hay". ¿Quieres
decirme que debo creer que hay un Dios
invisible?
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El principio básico de la fe es creer que Dios
es; creer que le hay.
Dios es una persona invisible. ¿Quieres decir
que Dios espera que yo crea en lo que no veo?
El llega hasta el punto de pedirte que creas que
El existe aún cuando no lo puedes ver.
¿Para qué preocuparte sobre la prosperidad
financiera que aún no ves, o la sanidad que
todavía no ves? ¿Para qué preocuparte sobre ese
problema que aún no se ha resuelto?
Los que creemos en Dios debemos creer que
lo invisible ES.
¡LO INVISIBLE ES!
El primero de los principios básicos para
obtener cualquier cosa del mundo invisible es
creer que ES, que existe; que verdaderamente ex-
iste para ti. Dios se encuentra allá y también toda
bendición que podamos necesitar, pero la base
de todo para alcanzar cualquier cosa es creer que
ES. ¿Está la sanidad allí? ¿Murió Jesús para que
tú fueras sanado? ¡Sí! ¿Murió Jesús para que
fueras prosperado? Sí. ¿Hay salvación? Sí. ¿Hay
bendiciones? Sí. ¿Podemos vencer a el diablo? Sí.
Cuando te acercas a Dios debes creer que ese
Dios invisible es; que El verdaderamente existe.
Debes creer que este Dios invisible es prendador
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20. de aquellos que diligentemente le buscan
(Hebreos 11:6). Dios es un galardonador, un
premiador.
Dios, quien es invisible, es recompensador de
aquellos que diligentemente le buscan. Si, El
mismo, el Dios invisible es un premiador de
aquellos que le buscan diligentemente. ¿No es la
sanidad una recompensa si con diligencia la
busco? No es la prosperidad para mi si
diligentemente busco esa bendición invisible?
¿No seré victorioso sobre todos estos asuntos,
si con diligencia los busco?
Muchas veces buscamos diligentemente a
Dios, pero no buscamos las bendiciones con
diligencia. Tú puedes decir: "Han orado por mí,
y he leído las escrituras que me dijeron que con-
fesara por dos días. Las he confesado por dos días
pero todo el tiempo yo pensaba: Esto no va a ser-
vir, esto no va a funcionar porque no me siento
mejor". ¿Ves? Esto no es buscar diligentemente
a Dios. La Biblia dice que debemos leer la
Palabra de Dios y buscarle a El como a un tesoro
escondido, como al oro y la plata (Proverbios 2:4).
Si buscas diligentemente cualquier bendición
que se encuentra en la Palabra de Dios, El te
recompensará con su manifestación. Cuando esta
bendición se manifiesta a los hombres y mujeres
de fe, ellos no se emocionan diciendo: "¡Hoy me
bendijo Dios!" Sino que dicen: "¿Sabes qué
sucedió? Se manifestó aquello que todo el tiem-
po supe que era mío". Cuando tu sanidad se
manifiesta y ese nodulo desaparece de tu cuer-
po, dirás: "Me alegro que esto se haya ido
físicamente, pero le doy gracias a Dios porque
con los ojos de la fe lo he visto irse desde que
leí en la Biblia que por su herida he sido sanado.
La sanidad ha sido mía desde que leí acerca de
ella". (En realidad ha sido mía desde que Jesús
murió y resucitó). ¡Gloria a Dios!
Cuando llegue ese día en que termines de
pagar tu casa, dirás: "He estado alabando a Dios
continuamente porque vi que estaba pagada en
ese mundo invisible y ahora es visible. Está
pagada desde que supe que Dios suplió todas mis
necesidades de acuerdo a sus riquezas en gloria".
El que viene a Dios debe creer que le hay, que
EL ES. Debemos creer que el Dios invisible ex-
iste. ¿Quiere Dios que yo crea en algo que no
puedo ver? Tú no puedes ver la sanidad o las ben-
diciones financieras con tus cinco sentidos
naturales. Debes ver, al meditar en la Palabra
de Dios, que El te ha dado estas cosas. Tienes
derecho a ellas. Primero, debes creer que están
en esa forma invisible, y a su tiempo, serán
manifestadas en el mundo material.
Hebreos 11:7 dice: "[Movido] por fe Noé,
advertido por Dios acerca de eventos de los
cuales todavía no había señal visible, atendió y
36 37
21. diligente y reverentemente construyó y preparó
un arca..." Noé fue informado por Dios sobre
hechos de los cuales aún no había señales
visibles . . . Dios le informó a Noé acerca de even-
tos de los cuales todavía no había señal visible.
¿Sabes? Esto es lo que nos sucede a nosotros.
Yo entro en el bosque de las verdades eternas de
Dios y El me dice: "John Osteen, sabías que eres
salvo? ¿Sabías que estás sano? ¿Sabías que estás
bendecido financieramente? ¿Sabías que puedes
imponer tus manos sobre los enfermos y ellos
sanarán? ¿Sabías que en el nombre de Jesús
puedes echar fuera demonios?"
Dios me informa de cosas y hechos de los
cuales aún no hay señales visibles. Solamente
porque aún no las haya, no quiere decir que no
te puedas sentir alegre. Después de que Dios te
muestra estas verdades, debes decir: "Ah, he
estado en el centro de información de Dios,
¡aleluya! Tengo información de la cual no hay
señal visible. Dios me hizo saber que soy salvo
y me iré al cielo; que soy limpio de todos mis
pecados; que por su herida fui sanado; que soy
próspero; que soy más que vencedor. Tengo in-
formación interna. La encontré en la Biblia. ¡No
importa que no haya señales visibles, lo veré!
¡Está en camino!"
Hebreos 11:27 dice: "[Motivado] por fe, él
(Moisés) dejó Egipto tras si, estando sin temor
y sin desánimo por la ira del rey; porque nunca
se acobardó sino que se aferró firmemente a su
propósito y soportó resueltamente como uno que
puso sus ojos fijamente en El, quien es invisible".
Moisés mantuvo su vista fija en el Dios in-
visible. Sigue poniendo tu vista sobre lo que es
tuyo, sea lo que sea. Si es prosperidad lo que
quieres, continúa con tus ojos puestos sobre ella
en el mundo invisible como una bendición que
proviene de Dios. Continúa poniendo tu vista
sobre la sanidad si es allì donde tienes necesidad.
Continúa con tus ojos puestos con determinación
sobre la victoria, si eso es lo que quieres. Con-
tinúa con tus ojos puestos con determinación
sobre ti mismo estando bien y sano y toda tu
familia viviendo para Dios. Mantente viendo
firmemente a la bendición invisible y soportarás
toda oposición y esta bendición será tuya.
Hebreos 11:32 "¿ Y qué más dijo? Porque el
tiempo me faltaría contando de Gedeón, de
Barac, de Jefté, de David, asi como de Samuel
y de los profetas".
Veamos la vida de Gedeón. El estaba sentado
detrás del lagar sacudiendo trigo por miedo a los
enemigos de Israel. Estaba frustrado, temeroso,
desalentado, y sintiéndose fracasado. Dios le en-
vió un ángel. Este ángel no dijo: "¡Salud a ti,
gallina! ¡Salud a ti, miedoso!"
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22. No, él vino con noticias del otro mundo y di-
jo: "¡Jehová está contigo, varón esforzado y
valiente!"
Gedeón dijo: "¿A quién te refieres? ¿Quieres
decirme que yo soy un varón esforzado y
valiente?"
Ahora el ángel pudo haberle dicho, y quizá
lo hizo: "Si, así es exactamente como Dios te ve.
Es todo tuyo, lo tomes o no. Tú eres un hombre
fuerte y valiente. Te traigo noticias del mundo
espiritual".
¡Gedeón se levantó y comenzó a actuar como
si fuera un hombre poderoso, valiente y se en-
contró que lo era!
Bien, Dios vino a mí y dijo: "Salud, John Os-
teen, hombre poderoso curado por la llaga de
Jesús". Pude haberle respondido: "¿Estás seguro
que me hablas a mi? Ciertamente no me siento
así".
Si. En el mundo espiritual Dios Todo-
poderoso te ve sano. Te ve próspero. Te ve fuerte.
Te ve victorioso. ¡Levántate y comienza a actuar
como si esto fuera tuyo y pronto lo será!
Es el principio exacto que Jesucristo estaba
enseñando en Marcos 11:24: "Por tanto,
os digo que todo lo que pidiereis orando (cuando
oras.. .esto es cuando estás enfermo, cuando
estás derrotado, cuando sientes que las tinieblas
están sobre ti) creed que lo recibiereis (en la for-
ma invisible) y os vendrá (en forma visible)".
Jesús no te pide que vayas por allí mintien-
do y diciendo: "Yo creo que este tumor se ha ido
físicamente de mi cuerpo". No. El no te pide que
digas una mentira. Cualquiera que tiene ojos
puede ver que el tumor todavía está allí. El no
te pide que creas que la sanidad ya se ha
manifestado en el reino físico. El te pide que creas
que es tuya en el reino invisible, basado en la
Palabra de Dios. Entonces El dice que verá que
la tengas en la forma física, visible.
CREE QUE LO HAS RECIBIDO EN EL'
REINO DE LA FE Y LO TENDRAS EN EL
REINO NATURAL.
Muchas veces cuando dices que crees que has
recibido tu sanidad, no quiere decir que estés di-
ciendo que crees que ya no te duele o que crees
que ya no hay ningún síntoma en tu cuerpo. Pero
tu fe, el sentido del olfato por el cual percibes el
perfume, se extiende hasta el mundo invisible y
simplemente dices: "Creo, después de caminar
en el bosque de las eternas verdades de Dios y
estoy convencido de que la voluntad de Dios es
que obtenga mi sanidad. He sido curado por la
llaga de Jesucristo. La sanidad es mía en el mun-
do invisible. ¡Es mía ahora!"
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23. Lo que me corresponde hacer es creer que es
mío y confesarlo, regocijarme en ello y actuar
como que si fuera un hecho consumado. Lo que
le corresponde a Jesús, es ver que se manifieste.
Estos son los ladrillos de la fe.
Efesios 1:3 nos dice: "Bendito sea el Dios y
Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ben-
dijo con TODA bendición espiritual..." ¿Cuán-
tas? ¡TODAS! Por muchos años yo no disfruté
TODAS las bendiciones de Dios. Podía decir:
"Señor, ¿por qué no me das algunas bendiciones
económicas y físicas? No entiendo por qué las
bendiciones tienen que ser tan espirituales".
Ahora he descubierto y comprendo la
sabiduría de Dios, El me ha bendecido con todos
los ladrillos creativos del universo. El nos ha
bendecido con toda bendición espiritual en los
lugares celestiales. ¡Son todas nuestras! Sen-
cillamente caminemos con Dios, encontremos lo
que es nuestro y lo tendremos.
En II Corintios 4:18, Pablo, el apóstol, está
hablando de cómo él vivía. Este es un versículo
maravilloso, en el cual debemos meditar: "Puesto
que nosotros no consideramos y vemos a las
cosas que se ven sino a las cosas que no se ven;
porque las cosas que son visibles son temporales
(breves y efímeras — sujetas a cambio —), pero
las cosas que son invisibles son inmortales y eter-
nas "(Amplified Bible).
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Tenemos que unir nuestras manos a las del
Creador del universo. Todo lo que ves, no fue
hecho de cosas visibles, sino de cosas invisibles.
Debes comenzar en el reino invisible de las ver-
dades de Dios y dejar que éstas impresionen tu
hombre espiritual. Esto traerá a la realidad
aquello que deseas.
Dios es creador. El quiere que sus hijos e hi-
jas unan sus manos a las suyas y vean su poder
milagroso crear cosas para suplir cada una de sus
necesidades. El quiere ayudarles a alcanzar al
mundo con las buenas nuevas acerca de Jesús.
Los ladrillos para el poder creativo de Dios no
están en el reino natural; están en otra dimen-
sión. Todo lo que necesitas de Dios lo puedes
obtener usando tu sexto sentido, la fe. ¡Puedes
traer las bendiciones de Dios de lo invisible, del
mundo espiritual, al reino material donde tú
vives HOY!
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