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MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA,
UNIVERSIDAD BOLIVARIANA DE VENEZUELA
PROGRAMA DE FORMACIÓN EN ESTUDIOS AVANZADOS
DOCTORADO EN CIENCIAS PARA EL DESARROLLO ESTRATEGICO
PRACTICAS AGRICOLAS Y PROCESOS DE ORGANIZACIÓN COMUNITARIA EN
COMUNIDADES DEL NOROESTE DE MARACAIBO (1960-2017)
Tesis para optar al título de
Doctor en Ciencias para el Desarrollo Estratégico. Mención: Organización Comunitaria y
Poder Popular
Msc. Biol. Jesús Toledo
Tutora: Dra. Erleem de Andrade
Maracaibo, enero 2021
ii
DEDICATORIA
A mis hijas Alicia y Yajaira
A mi esposa Yamelys
A la memoria de mis padres Jesús y
Josefina, y de mi combativa
hermana María Teresa (Mary)
A las comunidades batalladoras del
noroeste de Maracaibo
A los campesinos y campesinas venezolanos (as)
iii
AGRADECIMIENTOS
En primer lugar, expreso mi sincero agradecimiento a la Dra. Belin Vázquez y al
colectivo de compañeros del doctorado integrados por: Carolina Granadillo,
Eduvio Ferrer, Olivia Silva e Ivonne Vargas, que gracias a su asesoría y
orientaciones oportunas y pertinentes me permitieron encausar y darle forma a
este trabajo investigativo de mi tesis doctoral.
Asimismo, agradezco el aporte de los estudiantes del PFG Agroecología UBV, Eje
Geopolítico Cacique Mara, actualmente egresados, que, gracias a sus actividades
realizadas en las comunidades del noroeste de Maracaibo, durante el desarrollo
de la estrategia educativa de la Unidad Básica Integradora de Proyecto, años
2009-2016, se obtuvo información valiosa de encuestas que permitieron elaborar
la estadística utilizada en este estudio.
Y por supuesto, no se puede dejar afuera la valiosa colaboración prestada por
parte de habitantes de las comunidades La Chamusca, La Retirada 1, Tepeezuwa
Apahain, especialmente, de los (as) agricultores (as), líderes y voceros (as)
comunitarios (as): Rafael Reverol, Simón González, Melida Ferrer, Ángel Silva,
Gilberto De La Rosa, Ela Méndez y Zuly Rincon.
Por último, también se agradece la contribución del registro documental que
suministro la hemeroteca y el departamento de Acervo Histórico del Estado Zulia
de la Biblioteca Pública de Maracaibo, y los censos de parcelas, del área de
estudio, que proporcionaron en el Instituto Nacional de Tierras (INTI).
iv
DE LA TUTORA
v
ÍNDICE GENERAL
DEDICATORIA ...................................................................................................... ii
AGRADECIMIENTOS ........................................................................................... iii
APROBACIÓN DE LA TUTORA .......................................................................... iv
ÍNDICE GENERAL ................................................................................................ v
LISTA DE TABLAS .............................................................................................. vii
LISTA DE FIGURAS ............................................................................................ viii
RESUMEN ............................................................................................................ x
ABSTRACT ...........................................................................................................xi
INTRODUCCIÓN .................................................................................................. 1
CAPITULO I. REALIDAD INVESTIGADA ............................................................ 5
1.1 Problematización de la realidad estudiada ...................................................... 5
1.2 Propósito de la investigación ........................................................................... 9
1.3 Recorrido metodológico de la investigación .................................................... 9
CAPITULO II. ORIGEN Y DESARROLLO HISTÓRICO DE LAS PRACTICAS
AGRÍCOLAS EN VENEZUELA Y EL ESTADO ZULIA ........................................13
2.1 Prácticas agrícolas ancestrales de los pueblos originarios en el estado Zulia y
el noroeste de Maracaibo ......................................................................................13
2.2 Prácticas agrícolas durante la invasión europea y la colonia (siglos XVI, XVII y
XVIII) en el Zulia y el noroeste del municipio Maracaibo.......................................18
2.3 Practicas productivas agropecuarias en el Zulia durante el siglo XIX hasta la
primera mitad del siglo XX .....................................................................................24
2.4 Prácticas agrícolas venezolanas, en el estado Zulia y el noroeste de
Maracaibo desde el año 1950 hasta nuestros días. ..............................................27
vi
CAPITULO III. LA ORGANIZACIÓN COMUNITARIA EN ÁREAS AGRÍCOLAS
PERIURBANAS Y RURALES DE VENEZUELA Y EL ESTADO ZULIA ............ 72
3.1 Organizaciones comunitarias campesinas y experiencias de luchas por la
tierra y las semillas originarias en Nuestra América ............................................ 72
3.2 Derecho a la tierra y la organización comunitaria del Poder Popular en la
Venezuela Bolivariana ........................................................................................ 94
CAPITULO IV. PROPUESTA DE ACCIÓN PARA PROMOVER LA
TRANSFORMACIÓN DEL MODELO AGRÍCOLA DEL NOROESTE DE
MARACAIBO ..................................................................................................... 127
REFERENCIAS. ................................................................................................. 140
TABLAS ............................................................................................................... 52
FIGURAS ........................................................................................................... 153
ANEXOS ............................................................................................................ 164
vii
LISTA DE TABLAS
Tabla1. Elementos resaltantes de las prácticas agrícolas vinculados a los modos
de siembra tradicional, con respecto al modelo de la revolución verde................ 52
Tabla 2. Principales rubros agrícolas de pueblos originarios, hispanoárabe y
africano presente en la dieta actual del venezolano............................................. 54
Tabla 3. Fundamentos contrastantes de los modelos agrícola: Revolución Verde y
Agroecológico ...................................................................................................... 72
viii
LISTA DE FIGURAS
Figura 1. Tipo de cultivos en las parcelas (HSC). Año 2012 ............................. 153
Figura 2. Uso de maquinaria agrícola (HSC). Año 2012 .................................. 153
Figura 3. Tipos de cultivos (La Chamusca). Año 2009 ...................................... 154
Figura 4. Uso de maquinaria agrícola en las parcelas (La Chamusca). Año
2009 ................................................................................................................... 154
Figura 5. Tipos de rubros cultivos en Tepeezuwa Apahim. Año 2016 .............. 155
Figura 6. Uso de maquinaria agrícola. Año 2016 .............................................. 155
Figura 7. Uso de fases lunares para la siembra. Año 2016 .............................. 156
Figura 8. Uso del ciclo de lluvias para la siembra. Año 2016. ........................... 156
Figura 9. Aplicación de insecticidas en cultivos. Año 2016................................ 157
Figura 10. Empleo de trabajadores en las parcelas. Año 2016 ......................... 157
Figura 11. Producción animal. Año 2016 .......................................................... 158
Figura 12. Tiempo de residencia en la parcela .................................................. 158
Figura 13. Nacionalidad del trabajador agrícola ................................................ 159
Figura 14. Tipos de cultivos en las parcelas. ..................................................... 159
Figura 15. Destino de la venta del parcelero .................................................... 160
Figura 16. Procedencia de conocimientos agrícolas. R1. Año 2016 ................. 160
Figura 17. Participación en actividades agroproductivas colectivas .................. 161
Figura 18. ¿Cree usted que en la actualidad el pueblo este interviniendo en las
decisiones sobre cómo debe invertirse los recursos? ........................................ 161
ix
Figura 19. ¿Esa de acuerdo que es ahora el pueblo organizado quien debe tener
protagonismo para decidir sobre el presupuesto a invertir? ............................. 162
Figura 20. Superficie de tierras por parcela o finca (Ha) .................................. 162
Figura 21. Representación de la propuesta inicial, presentada por la
comunidad ......................................................................................................... 163
Figura 22. Propuesta discutida y aprobada por los participantes (conversatorio,
03-04-2018) ....................................................................................................... 163
x
RESUMEN
La producción agrícola venezolana evidencia problemas enmarcados en el
modelo hegemónico de dominación del sistema-mundo capitalista. Modelo
impuesto por Europa occidental en América desde hace más de 500 años con
sustanciales rupturas de la forma y manera de convivir con la naturaleza de
nuestros pueblos originarios. Problema de vieja data que atraviesa actualmente
dificultades de diversa índole; unas, de carácter estructural y, otras, asociadas al
modelo capitalista rentista. De acuerdo con esto, la territorialidad de los grupos
humanos localizados al noroeste marabino estaría determinada por los aspectos
culturales y sociopolíticos que vinculan las prácticas agrícolas ancestrales y la
organización comunitaria que ha pasado por procesos históricos que llevan a la
transformación de comunidades inicialmente rurales a otras de carácter urbano y
periurbano, abandonando, en la mayoría de los casos, su condición de
productores agropecuarios. Estos lugares fueron inicialmente rurales e
interconectados por un mismo proceso histórico – social económico y que
simultáneamente, han formado parte de la reorganización municipal y parroquial
del Estado Zulia, particularmente de Maracaibo. Se planteó como propósito
investigativo, explicar las prácticas agrícolas vinculadas con los procesos de
transformación de la organización comunitaria en las comunidades La Chamusca,
La Retirada 1, Hogar Santa Cruz y Tepeezuwa Apahim (1960-2017). El estudio se
orientó, metodológicamente, hacia una Investigación Acción Participativa. Se
utilizaron técnicas de: encuestas, entrevista semiestructuradas, grupos de
discusión, observación no participante, entre otras. Entre los resultados obtenidos
destacan prácticas agrícolas ancestrales: quema para la limpieza y preparación
del terreno, policultivos y conucos, uso de las fases lunares, utilización del palo
sembrador, sincronización con la temporada de lluvia; del periodo colonial, la
práctica del monocultivo, el pastoreo y los latifundios cimientos de los actuales
barrios del área de estudio; finca familiar mercantil, originada entre los siglos XIX y
XX, característica del sector, y la Revolución Verde (maquinaria agrícola,
plaguicidas, monocultivo, agronegocio-agroindustria). De las estructuras
organizativas del Poder Popular, destacan: los Consejos Comunales presididos
por las Juntas de Vecinos, anteriores a la Revolución Bolivariana, vigentes hasta
la primera década de este siglo. Se observa, que los consejos comunales no han
podido establecer una autentica participación protagónica y democracia directa,
sino por el contrario, pareciera que las “viejas prácticas” de la democracia liberal
representativa se acentúan. No se emprenden proyectos agroproductivos, que
permitan avanzar y fortalecer el Poder Popular y el autogobierno local (consejos
comunales, comunas, CLAP). Se discutió y aprobó la “Feria Agroecológica de
Consumo Solidario” de carácter permanente, que podría fortalecer el Poder
Popular, mediante la constitución de una “Comuna Agroproductiva Agroecológica”
considerando los intercambios y experiencias, que se puedan establecer entre
productores-consumidores locales.
xi
ABSTRACT
The Venezuelan agricultural production shows problems framed in the hegemonic
model of domination of the capitalist world-system. Model imposed by Western
Europe in America for more than 500 years with substantial ruptures in the way
and way of living with the nature of our native peoples. Old problem that is
currently having trouble of various kinds; some, structural in nature and others
associated with the capitalist rentier model. According to this, the territoriality of the
human groups located in northwestern Marabino would be determined by the
cultural and sociopolitical aspects that link ancestral agricultural practices and
community organization that has gone through historical processes that lead to the
transformation of initially rural communities to other urban and peri-urban,
abandoning, in most cases, their status as agricultural producers. These places
were initially rural and interconnected by a same historical - social economic
process and that simultaneously, they have been part of the municipal and
parochial reorganization of Zulia State, particularly of Maracaibo. The research
purpose was to explain the agricultural practices linked to the processes of
transformation of the community organization in the communities of La Chamusca,
La Retirada 1, Hogar Santa Cruz and Tepeezuwa Apahim (1960-2017). The study
was oriented, methodologically, towards a Participatory Action Research. The
following techniques where used: surveys, semi-structured interviews, discussion
groups, non-participant observation, among others. Among the results obtained
ancestral agricultural practices: burning for cleaning and preparation of the land,
polycultures and conucos, use of lunar phases, use of the sowing stick,
synchronization with the rainy season; from the colonial period, the practice of
monoculture, pastoralism and the latifundios foundations of the current
neighborhoods of the study area; mercantile family farm, originated between the
nineteenth and twentieth centuries, characteristic of the sector, and the Green
Revolution (agricultural machinery, pesticides, monoculture, agribusiness-
agribusiness). Of the organizational structures of the Popular Power, they stand
out: the Communal Councils presided over by the Neighbors' Juntas, before the
Bolivarian Revolution, in force until the first decade of this century. It is observed
that the communal councils have not been able to establish an authentic
protagonist participation and direct democracy, but on the contrary, it seems that
the "old practices" of representative liberal democracy are accentuated. No
agroproductive projects are undertaken, which allow advancing and strengthening
Popular Power and local self-government (communal councils, communes, CLAP).
The "Agroecological Fair of Solidarity Consumption" was discussed and approved
on a permanent basis, which could strengthen the People's Power, through the
constitution of an "Agro-Ecological Agroproductive Comuna" considering the
exchanges and experiences that can be established between local producers-
consumers.
INTRODUCCIÓN
En Venezuela el ámbito de la producción agrícola evidencia problemas
enmarcados en el modelo hegemónico de dominación del sistema-mundo
capitalista. Este modelo fue impuesto por Europa occidental en América desde
hace más de 500 años y produjo sustanciales rupturas con la forma y manera de
convivir con la naturaleza nuestros pueblos originarios.
Este problema también es de vieja data en nuestro país que atraviesa
actualmente dificultades de diversa índole; unas, de carácter estructural y, otras,
asociadas al modelo capitalista rentista. En este contexto se inscribe el proceso
de cambios liderado por el comandante Hugo Chávez, impulsor de la Revolución
Bolivariana desde 1999 y que continúa hasta el presente.
En este sentido, el socialismo del siglo XXI proyecta transformar el país,
pero la pervivencia de las contradicciones que proceden de un estado liberal
burgués, asentado en la democracia representativa, entran en tensión con una
democracia protagónica y participativa, expresada en el Poder Popular y el
llamado Estado Comunal desde la organización comunitaria.
Asimismo, añadiendo elementos de discusión a las proposiciones
anteriores sobre la agricultura venezolana, y en general a nivel global, es
importante destacar que la indetenible depredación de la naturaleza en favor de
un crecimiento económico es una herencia que perdura hasta nuestros días. Con
relación a este planteamiento, Delgado y Escobar (2006) expresan la necesidad
de cuestionar las formas de generación de riquezas, lo cual lleva a sostener que
en las sociedades occidentales capitalistas la acumulación acelerada ha
precipitado el deterioro de los recursos naturales, sea por medio de la
sobreexplotación y/o la contaminación que ha devenido en crisis ecológica.
Debido a ello, la responsabilidad en las formas, la innovación y recreación
de tecnologías poco agresivas al medio ambiente (como las que promueve la
agroecología) son alternativas que se van gestando en el seno de las sociedades.
Para el caso de las sociedades campesinas, la revalorización del conocimiento
2
ancestral, ya perdido o severamente erosionado es una herramienta concreta para
responder a la crisis ecológica.
Con respecto al conocimiento ancestral agrícola de nuestras sociedades
precapitalistas, Sanoja (2011) destaca que la cosecha de maíz cultivado requería
de técnicas de conservación y almacenamiento de las mazorcas para el consumo
diferido. Además, que uno de los procedimientos más comunes era el ahumado
de las mazorcas, mediante el cual se lograba reducir la humedad natural de los
granos y hacerlos más resistentes a los hongos y plagas.
El conuco, como lo refiere Velasco (2014), ha sido otra práctica milenaria
de nuestros pueblos originarios, y aún constituye un legado de resistencia entre
nuestros descendientes Caquetios de Paraguaná, que han cultivado de siglo en
siglo un pedazo de la tierra para producir alimentos necesarios y asegurar su
manutención familiar y colectiva.
Con relación a este escenario, plantea Porto-Gonçalves (2009) que la
cuestión básica no es la producción de alimentos, sino que en la lucha por el
control de las semillas lo que está en juego es la reproducción, que, en el fondo,
es una lucha por el modo de producción, en el sentido material y simbólico del
modo de comer que caracteriza a cada cultura, a cada pueblo. En el caso
venezolano, el agronegocio nos impuso que nuestra arepa de maíz sea
identificada como “Harina-Pan” constituyendo en la actualidad uno de los
elementos resaltantes de la llamada “guerra económica”.
Por su parte, en un trabajo colectivo sobre las bases científicas de la
agroecología para una agricultura sustentable, destaca Susana Hecht (1999) que
las prácticas agroecológicas para proteger los cultivos y los agroecosistemas de la
depredación se remontan a los tiempos de sus usos por parte de los pueblos
originarios, aun cuando la acepción contemporánea de este concepto data de los
años 70. Al respecto, advierte que las ciencias agronómicas formales han restado
importancia a las herencias agroecológicas de estos conocimientos ancestrales,
aunque a la agroecología se le ha incorporado un enfoque social ligado al medio
ambiente y la sostenibilidad ecológica de los sistemas de producción agrícola.
3
Otro elemento para tomar en cuenta, lo proporciona Wallerstein (2005)
cuando comenta sobre la desruralización del mundo que se encuentra en una
pronunciada curva ascendente, situación que ha estado sucediendo en los últimos
quinientos años, pero se aceleró a partir de 1945. Y se puede agregar, de acuerdo
con lo que señala Acosta (2009) que, en nuestro país, la despoblación del campo,
en general, es consecuencia del latifundismo, que hace que el “provinciano” no
pueda vivir en las zonas rurales, aunque en la ciudad le ofrezca bajo salarios de
hambre, más en su provincia no tiene ninguno.
Brito (2009 a) también aporta información sobre este aspecto,
atribuyéndole a la familia de Gómez y sus favoritos la propiedad sobre una tercera
parte de las tierras cultivadas, fortaleciendo la posesión latifundista de la tierra en
las primeras décadas de la era petrolera, lo cual ocasionó que los grupos de
campesinos y peones emigraran de las haciendas y fincas ganaderas y se
“liberaran” de las relaciones de servidumbre, transformándose en un asalariado,
pero sin eliminarse el latifundio.
A los factores, señalados anteriormente, se le añade desde el siglo XX los
efectos de la denominada Revolución Verde, cuyas acciones forman parte de la
cotidianidad en nuestras comunidades rurales, urbanas y periurbanas, como las
que están ubicadas al oeste del municipio Maracaibo.
Finalmente, a continuación, se señalan la estructura del presente trabajo
investigativo organizado en capítulos, que constituyen y viabilizan las ideas y
referentes teóricos que facilitan su análisis reflexivo y llevan el hilo conductor de la
tesis presentada. En el capítulo I, se expone argumentos sobre la realidad
investigada, de donde surge la inquietud que despertó las ganas de profundizar en
el conocimiento, el contexto donde se desarrolla la problemática estudiada, el
propósito y el recorrido metodológico de la investigación realizada, mientras que el
capítulo II, presenta un senda histórica sobre los procesos de aparición e
incorporación de las prácticas agrícolas en el marco de las relaciones para la
producción agrícola de los grupos humanos que se han asentaron en el Zulia y
particularmente en el noroeste de Maracaibo, desde el periodo prehispánico hasta
la actualidad. En el capítulo III, se expone y reflexiona sobre la organización
4
comunitaria en el medio periurbano y rural del país, los procesos de lucha por la
tierra en Nuestra América; derecho a la tierra y la organización comunitaria del
Poder Popular en la Venezuela Bolivariana. Por último, en el capítulo IV, se
plantea una propuesta para promover la transformación del modelo agrícola en el
noroeste de Maracaibo, mediante las prácticas agrícolas y organización
comunitaria desde el enfoque agroecológico.
5
CAPITULO I
REALIDAD INVESTIGADA
1.1 Problematización de la realidad estudiada
La inquietud por conocer sobre el tema de las prácticas agrícolas y la
organización comunitaria, surge desde la praxis educativa durante el desempeño
como profesor de la Unidad Básica Integradora de Proyecto (UBIP),
correspondiente a los periodos lectivos 2008 y 2009, en las comunidades
aledañas a la Universidad Bolivariana de Venezuela, Eje Geopolítico Regional
Cacique Mara, específicamente en La Chamusca y la Retirada 1, pertenecientes a
la Parroquia San Isidro, Municipio Maracaibo, del Estado Zulia, en el Programa de
Formación de Grado en Agroecología, con la realización del Proyecto
Comunitario, estrategia mediante la cual se pretende que el estudiante comprenda
las interrelaciones entre el sistema social y el sistema ambiental de una
comunidad agrícola. A esto se añade mi origen familiar, en las tierras sucrenses
de Carúpano y Cumaná, con mi padre, hombre del campo, convertido en obrero
por las circunstancias de su tiempo, y mi madre hija de un latifundista cafetalero
margariteño, acontecimientos que me generan la necesidad de profundizar sobre
el planteamiento de investigación que se expone seguidamente, iniciándose por la
situación del medio agropecuario en el sector periurbano del noroeste de
Maracaibo.
En el caso particular del Municipio Maracaibo, la mayoría de los aspectos
antes referidos en la introducción (conucos, semillas, desruralización, entre otros)
además de la inmigración de pobladores campesinos y campesinas de la
República hermana de Colombia, corresponden a factores que pueden haber
influido en la ocupación territorial y el modelo de producción agrícola de las
comunidades rurales y periurbanas próximas o en el área de influencia de la
Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV), sede Zulia.
Estos asentamientos están constituidos por unidades productivas que no
superan las tres hectáreas, con problemas de índole social que no permiten
6
rebasar la actual condición de pobreza y estancamiento, o bien corresponden a
áreas urbanas deprimidas donde apenas se está implementando un desarrollo
incipiente de los denominados patios productivos (agricultura urbana, promovida
desde el gobierno nacional).
De acuerdo con esto, la territorialidad de los grupos humanos localizados
al noroeste marabino estaría determinada por los aspectos culturales y
sociopolíticos que vinculan las prácticas agrícolas ancestrales y la organización
comunitaria que ha pasado por procesos históricos que llevan a la transformación
de comunidades inicialmente rurales a otras de carácter urbano y periurbano1
,
abandonando, en la mayoría de los casos, su condición de productores
agropecuarios.
Como punto de referencia a este planteamiento sobre las formas de
ocupación territorial que históricamente se han presentado en el municipio
Maracaibo, sostiene Vázquez (2016: 22):
“Desde tiempos ancestrales, estas tierras eran asentamientos
indígenas y progresivamente se fueron originando nuevos
procesos de ocupación en estos espacios con sus dinámicas
sociales y económicas, en torno a los hatos, fundos, fincas,
granjas y otras unidades de producción dedicadas al cultivo
agrícola y la cría de animales.”
Asimismo, indica Vázquez (2016), que estos lugares fueron inicialmente
rurales e interconectados por un mismo proceso histórico – social económico y
que simultáneamente, han formado parte de la reorganización municipal y
parroquial del Estado Zulia y particularmente de Maracaibo.
Se pretende mediante el estudio planteado, tratar de poner al descubierto
los procesos históricos vinculados a los cambios que se han operado entre las
1
La evolución de la periurbanización no hace desaparecer totalmente las características económicas y sociales
imperantes en el medio rural, si bien las transforma de manera notable. Las características económicas y
sociales del territorio rural persisten, aunque la periurbanización tiene influencia en la pérdida de su coherencia
interna, lo mismo si la agricultura sigue siendo el núcleo en torno al cual se organiza el territorio, ahí donde el
proceso de urbanización apenas se manifiesta. En ese sentido, la periurbanización es una disputa por un
espacio, entre los habitantes de dos ámbitos territoriales diferentes, el rural y el urbano; ambos poseen
inicialmente, formas distintas de vivir, de producir, de pensar, es decir, formas diferentes de aprehender el
espacio que ocupan.”. (Sánchez, 2004:107).
7
prácticas agrícolas ancestrales y la organización comunitaria de los grupos
societarios que han convivido y viven en dichas parroquias, desde principios del
siglo XX hasta nuestros días. Aunque la ocupación de ese territorio sea de mayor
antigüedad, como se mencionó anteriormente (previo a la invasión hispana del
siglo XVI), los cambios producidos desde el poder establecido con respecto a la
organización político administrativa, como plantea Vázquez, parecen haberse
acentuado durante ese periodo histórico, particularmente después de la caída de
la dictadura militar de Pérez Jiménez, en el año 1958, que motivaron la invasión
de hatos que estaban en manos de personajes afectos a ese régimen, a lo que se
añade la promulgación de la Ley de Reforma Agraria de 1960.
En tiempos recientes de procesos de cambios, enmarcados en la
Revolución Bolivariana del siglo XXI, encontramos que las comunidades
asentadas en la parroquia San Isidro están movilizándose para constituirse en
comunas, desatancándose que ya están en curso: “Fuerza Campesina
Revolucionaria”, integrada por ocho Consejos Comunales, donde está ubicada La
Chamusca y en la comunidad Hogar Santa Cruz está por iniciarse una precomuna
(no identificada hasta el momento), mientras que La Retirada 1 no se han
evidenciado acciones sobre este particular; en Tepeezwua Apahim (parroquia
Antonio Borjas Romero), está en marcha la constitución de una comuna junto a 14
Consejos Comunales denominada “Comuna Socio Productiva Revolución Wayuu”.
(Ver Anexo A, Planos de ubicación de las comunidades).
Estas cuatro poblaciones periurbanas, de vocación agrícola, tienen todas
ellas características organizativas particulares y desarrollos históricos
diferenciados, pero sometidas, en conjunto, a la imposición hegemónica de
prácticas agrícolas coloniales; más recientemente, desde el siglo XX por el
modelo productivo neocolonial de la Revolución Verde, contaminante y destructor
de la fauna, flora y ecosistemas, en general.
Esto puede haber derivado en el enmascaramiento o pérdida total de los
conocimientos agrícolas ancestrales, mediante la transformación de una
estructura organizativa comunitaria originalmente destinada al trabajo agrícola
8
(relaciones sociales de producción), contribuyendo de esa manera a la evolución
histórica de la urbanización de Maracaibo.
Por medio de esta investigación, se pretendió detectar cuales son los
elementos que explican el tipo de práctica agrícola aplicada en función de cómo
se han venido organizando los productores (particularmente, durante el periodo
1960-2017), influenciados por las políticas del ámbito productivo y de
administración territorial aplicadas en el área de estudio, y si se mantienen
manejos ancestrales tecnoproductivos que pueden favorecer la transformación del
modelo agropecuario imperante basado en la revolución verde y el agronegocio
por otro de carácter agroecológico, más acorde con la naturaleza y que favorecen
una producción y distribución de alimentos más solidaria y su consumo saludable,
que a su vez pueden orientar a la definición de políticas públicas encontradas que
privilegian uno u otro modelo agrícola.
En ese orden de ideas los resultados del estudio, suministrarían los
aportes necesarios -aunque estos puedan ser considerados muy pequeños- para
el logro tan esperado de la soberanía y seguridad alimentaria, específicamente en
estos momentos de crisis en el suministro de alimentos, que ayuden a su vez a la
organización y consolidación del Poder Popular autónomo, desde las mismas
organizaciones comunitarias, por lo menos en los asentamientos de productores
del noroeste marabinos y tal vez sirva de referencia al resto del estado Zulia y el
país en general, acorde con los lineamientos establecidos en Plan de la Patria
2013-2019, específicamente vinculado con los objetivos: “I.- Defender, expandir y
consolidar el bien más preciado que hemos reconquistado después de 200 años:
la Independencia Nacional”, y el “V.- Preservar la vida en el planeta y salvar la
especie humana”, respectivamente.
Dado que el inicio de todo trayecto de investigación genera un conjunto de
preguntas, que tendrán respuesta una vez logrado culminar ese camino, en este
estudio se originaron las siguientes interrogantes: ¿Cuáles son las prácticas que
se llevan a cabo en las comunidades ubicadas en el área de estudio?, ¿Qué
elementos caracterizan a las organizaciones comunitarias de los barrios La
Chamusca, La Retirada 1, Hogar Santa Cruz y Tepeezuwa Apahim?, ¿La
9
estructura productiva originalmente se dedicaba al trabajo agrícola con
tecnologías ancestrales?, ¿En el área de estudio se presenta contraste entre las
prácticas agrícolas de la Revolución Verde y las Agroecológicas que se desarrolla
en los barrios del noroeste de Maracaibo? y por último surge esta interrogante,
¿Cuál sería la propuesta teórico metodológica para lograr alcanzar el desarrollo
de prácticas agrícolas y de la organización comunitaria desde la mirada
agroecológica?
1.2 Propósito de la investigación
Tomando en cuenta los argumentos antes expuesto y las inevitables y
esperados interrogantes que se desprenden de cualquier esfuerzo investigativo,
ya enunciadas en la sección anterior, se planteó como propósito, explicar las
prácticas agrícolas vinculadas con los procesos de transformación de la
organización comunitaria en las comunidades La Chamusca, La Retirada 1, Hogar
Santa Cruz y Tepeezuwa Apahim (1960-2017). Para el logro de esta finalidad se
consideraron los siguientes objetivos:
• Constituir el grupo de investigación.
• Revisar las fuentes disponibles de información preliminar sobre La
Chamusca, La Retirada 1, Hogar Santa Cruz y Tepeezuwa Apahim (1960-
2017).
• Diagnosticar las prácticas agrícolas y las organizaciones comunitarias
existentes en el área de estudio.
• Realizar talleres de formación para los integrantes del grupo de
investigación.
• Formular una propuesta teórica metodológica para desarrollar prácticas
agrícolas y organización comunitaria desde el enfoque agroecológico.
1.3 Recorrido metodológico de la investigación.
El presente estudio se orientó, desde el punto de vista metodológico, hacia
una Investigación Acción Participativa (IAP) adaptada al contexto social particular,
basado en lo que plantean Bigott (2011), Inojosa (2013) con su tesis de la
10
Investigación - Acción Indoamericana y las reflexiones que presenta en su
compilación Canales Cerón (2006), sin descartar el uso de información obtenida
mediante el enfoque cuantitativo que contribuya a la recolección de datos
requeridos en el procedimiento investigativo, de conformidad con Basagoiti, Martín
y Lorenzana (2001) que señalan que el tipo de técnica utilizada determina si esta
esta tiene un carácter cuantitativo o cualitativo... y que no se descarta ninguna de
las técnicas a nuestro alcance siempre que estén al servicio de los fines de la
investigación. En se mismo orden de ideas Bigott indica que en una Investigación-
Acción-Participativa se deben revisarse también... los estudios socioeconómicos...
y demográficos realizados anteriormente.
El grupo de investigación se organizó, dentro de lo que fue posible,
considerando el enfoque cualitativo, utilizando las técnicas de recolección de los
registros requeridos en el proceso de investigación que incluyeron entrevistas
semi-estructurada y los sujetos de estudio involucrados en el grupo investigativo,
junto con el investigador coordinador, estuvieron conformados por habitantes de
las Parroquias San Isidro y Antonio Borjas Romero del municipio Maracaibo. Se
tenía previsto seleccionar ocho informantes clave (dos por cada comunidad),
voceros miembros de los Consejos Comunales, Comité Locales de
Abastecimiento y Producción (CLAP) y productores de las comunidades: La
Chamusca, La Retirada 1, Hogar Santa Cruz y Tepeezuwa Apahim, pero
finalmente sólo se pudo consultar a seis parceleros y vecinos de las comunidades
referidas. Asimismo, se aplicó la técnica de grupos de discusión, en la que
participaron en un primer encuentro, realizado el 26-06-2017, dos colaboradores
de la Retirada 1, uno de Hogar Santa Cruz, y otro de Las Mercedes;
posteriormente, se realizó una segunda entrevista colectiva o conversatorio, con
cuatro vecinos de Tepeezuwa Apahim y un productor invitado de la comunidad
Las Tres S el día 22-02-2018. Se incorporaron a estas discusiones habitantes de
los asentamientos periurbanos, situadas en las adyacencias del área de estudio,
con la finalidad de enriquecer los debates de los grupos de discusión.
De acuerdo, con los referentes bibliográfico, antes citados, se hizo uso de
datos de encuestas aplicadas durante las actividades docentes realizadas en las
comunidades, incluidas dentro del área estudiada, desde la estrategia educativa
11
de la Unidad Básica Integradora de Proyecto (UBIP) a partir del año 2009 hasta el
2016 para representarlos y analizarlos posteriormente a través de gráficos de
frecuencia (barras y/o tortas) mediante el empleo de paquetes estadísticos SPSS
10.0 y el programa Excel 2007. Igualmente, se obtuvo información documental en
la hemeroteca y el departamento de Acervo Histórico del Estado Zulia de la
Biblioteca Pública de Maracaibo, sobre escenarios comerciales y urbanos de la
ciudad de Maracaibo, información de la situación del campesinado a mediados del
siglo XX (específicamente durante la década de los 60). También se pudo obtener
reportes sobre registro de parcelas, del área de estudio, que proporcionaron en el
Instituto Nacional de Tierras (INTI).
Para el diagnóstico de las prácticas agrícolas y la organización existente
en el área estudiada, se hizo uso de la técnica de observación no participante.
Como instrumento de recolección de información, en el caso de la entrevista, se
diseñó una guía de entrevista y para los grupos de discusión una guía de
preguntas generadoras abiertas dirigida a los informantes clave relacionadas con
los propósitos específicos de la investigación, además de una guía de observación
que permitió recabar la información que se esperaban obtener de acuerdo a los
objetivos específicos programados, en los distintos momentos y lugares donde se
desarrolló el estudio realizado (ver Anexo B, Instrumentos utilizados para la
recolección de información). El diario de campo se utilizó como herramienta
indispensable para recopilación de los datos obtenidos mediante la aplicación de
los diferentes instrumentos ya indicados junto con la grabación y la toma de
fotografías cada vez que fue posible.
Es importante destacar que en concordancia con la direccionalidad
metodológica del IAP, seguida en este estudio, se dictaron talleres dirigidos al
fortalecimiento de los conocimientos de los y las productores (as) y vecinos (as)
en materia organizativa y de prácticas agrícolas desde el enfoque agroecológico
(ver Anexo C, Talleres).
Adicionalmente, en Tepeezuwa Apahim se realizó un diagnóstico
participativo el día 9-12-2016, contando con la asistencia de 18 persona;
constituida por grupos etarios de diferentes edades, incluyendo adolescentes
12
menores de 15 años, con la finalidad de conocer la problemática socioambiental y
productiva local, mediante la realización del taller Técnica de Grupo Nominal
(TGN) en concordancia con las orientaciones metodológicas de Olaz Capitán (s/f).
Por último, con los informantes claves del grupo de investigación a partir
de las entrevistas grupales y conversatorios se delineó y definió la propuesta
metodológica para desarrollar prácticas agrícolas y organización comunitaria
desde el enfoque agroecológico en el área de estudio.
13
CAPITULO II
ORIGEN Y DESARROLLO HISTÓRICO DE LAS PRÁCTICAS AGRÍCOLAS EN
VENEZUELAY EL ESTADO ZULIA
Para la revisión teórica de este estudio se consideró como fundamental la
búsqueda por una parte, tanto del conocimiento hegemónico moderno colonial-
neocolonial como el que proviene de las formas organizativas de los pueblos
originarios, afroamericanos y mestizos (campesino) para la producción agraria, y
que además se ponga en evidencia los aspectos que caracterizan la práctica
agrícola actual basada en el modelo de la Revolución Verde colocándola en
tensión con la producción de carácter agroecológica que admite los saberes
ancestrales para la siembra, manejo de los cultivos, cosecha, consumo y
distribución de los excedentes de la producción con acercamiento del productor al
consumidor, en los territorios nuestro americanos, venezolanos, zulianos y
concretamente en el noroeste de Maracaibo.
En resumen, en este capítulo se intenta presentar un recorrido histórico sobre los
procesos de aparición e incorporación de las prácticas agrícolas en función de las
formas organizativas, tecnologías y de las relaciones para la producción agrícola
de los grupos humanos que se han asentado en el territorio nacional con énfasis
principal en lo local (noroeste de Maracaibo) desde el periodo prehispánico hasta
la actualidad.
2.1 Prácticas agrícolas ancestrales de los pueblos originarios en el estado
Zulia y el noroeste de Maracaibo.
La organizaron de nuestras comunidades ancestrales en los espacios que
en la actualidad constituyen los territorios de Nuestra América, Venezuela, el
estado Zulia y en particular la zona urbana y periurbana del noroeste de la ciudad
de Maracaibo, con relación a las prácticas agrícolas 2
y formas de siembra de los
principales rubros que determinaban la ocupación de espacios y aseguraban la
2
Según Landais y cols. (1988: 128-129) la práctica agrícola “…es del orden de la acción... la práctica está
arraigada dentro de un contexto particular situado en el espacio, en el tiempo. Les interesa a las prácticas
mantenerse en un proyecto en ese contexto determinado.
14
reproducción de la vida de esos grupos humanos mediante la domesticación y
mantenimiento de cultivos que le proporcionaban energía concentrada bajo la
forma de semillas, raíces, tubérculos, frutos comestibles y no comestibles,
aprendiendo a controlar una gama extensa de mecanismos individuales de
adaptación de las diferentes plantas a las condiciones de pluviosidad y sequía de
las regiones tropicales fueron precedidos por los grupos denominados
apropiadores (Sanoja, 2011) o modo de producción 3
de los cazadores
especializados como señalan Sanoja y Vargas (1974) que se cimenta en la caza
como elemento fundamental de subsistencia, estaban localizados en el noroeste
de Venezuela en el estado Falcón, la planicie de Maracaibo (se pudiera inferir su
ocupación del noroeste marabino), la cuenca del Lago de Valencia y la cuenca de
los ríos Caura y Caroní de la región Guayana, con una duración entre los 14.000 a
los 4.000 A.C.
El avance de las fuerzas productivas impulsado, en parte, por las
condiciones ecológicas llevo entonces al final de la formación de los pescadores y
cazadores especializados que obligó a los grupos humanos a una reestructuración
de la producción y de las formas de distribución, cambio y consumo de valores de
uso y de cambio. Ocurrió, en consecuencia, básicamente, la transformación de las
fuerzas productivas y de las relaciones sociales de producción manifestada en la
presencia de nuevos contenidos en la propiedad y nuevas formas de posesión, así
como los procesos de cooperación y reciprocidad (Sanoja, 2011).
Bajo las condiciones descritas anteriormente se desarrolla la formación
social4
agrícola que, según García Müller (2001) se inicia al norte de Suramérica
apareciendo hacia el primer milenio antes de Cristo, con las culturas alfareras en
Colombia que introducen una economía productora de alimentos fundada en el
cultivo de yuca, combinando con la caza terrestre y la pesca fluvial y marina. Al
respecto Sanoja (2011:77) aporta a la comprensión de este proceso más
elementos, con la expresión que sigue:
3
Modo de producción es la esfera social de reproducción económica de la vida material de una determinada
formación social, el cual incluye, asimismo, el modo de reproducción material de una sociedad. (Sanoja,
2011:45).
4
Formación social refleja los caracteres esenciales y fundamentales de los procesos sociales de la realidad
sensible en un momento concreto de la temporalidad histórica; la categoría refiere, por tanto, a una sociedad
concreta. (Sanoja, 2011:45).
15
“La domesticación de plantas en Suramérica la entendemos como un
derivado de la milenaria colonización territorial que emprendieron sus
habitantes originarios y de la fase de consolidación de la vida sedentaria que
ocurrió hacia 3000-2000 años a.c, coincidiendo a su vez con el
establecimiento de las principales familias lingüísticas suramericanas.”
En base a trabajos de otros autores García Müller (2001:28-29) caracteriza
las prácticas agrícolas del modo de producción dominante en el territorio nacional,
antes de la llegada de los invasores europeos en el siglo XVI, denominado
tropical, de acuerdo con sus elementos y prácticas resaltantes y su forma
organizativa asociada, el cual se describe seguidamente:
Características del modo de producción tropical:
- Predomina la vegecultura que podría definirse como un sistema tecno-
económico y social general para la agricultura de raíces o de siembra de partes
vegetativas de las plantas. La planta que la caracteriza es la yuca (Manihot
esculenta Crantz.), complementándose su cultivo con la batata (Ipomoea batata L.
Lam), el mapuey (Discorea trifida), maní (Arachys hipogea) y el ñame (Discorea
alata L.).
- La adopción de la yuca como cultivo base que solo requiere de plantar las
estacas del tallo, permitió un fácil comienzo de la vida sedentaria.
- La vegecultura se basa en la roza o limpieza y quema de la vegetación de un
sector limitado de un área selvática, la cual es cultivada durante dos o más años.
Posteriormente es dejado en barbecho 5
durante un lapso que permite la
regeneración de gramíneas (barbecho corto) o del bosque secundario (barbecho
largo, 20 o 22 años).
-Los instrumentos de producción se limitan fundamentalmente a la “coa” 6
o
bastón para sembrar, hachas o azadas líticas o de concha para rozar o limpiar la
vegetación y cestas para transportar o almacenar el producto de la cosecha.
5
Sanoja (1997:33-34) Barbecho largo o agricultura itinerante: consiste en la roza o limpieza de un sector
limitado de un área selvática, la cual es cultivada durante un año o dos; barbecho corto: en esta práctica
agrícola, el tiempo de cultivo excede al del barbecho, por lo cual la vegetación que se regenera consiste
fundamentalmente en gramíneas.
6
De acuerdo con Alvarado (2008: 122) la coa, se define: palo fuerte, herrado o no, destinado a abrir o ahoyar o
sembrar la tierra de plantío.
16
- La introducción del maíz (Zea mayz) fue muy tardía por alejamiento de las rutas
de los centros de difusión (México, Perú), no pudo desplazar las tecnologías de la
vegecultura, siendo su influencia mayormente ceremonial (bebidas alcohólicas en
las festividades colectivas).
Organización social:
- Viviendas en aldeas semipermanentes sedentarias, formadas desde bases
familísticas hasta formas más complejas como el “cacicazgo”.
- La formación de nacientes comunidades por segmentación de las existentes se
produce al llegar al punto de saturación demográfico, por la insuficiencia de la
cantidad de animales y plantas del medio, para alimentar la población. No se
buscan nuevas tecnologías para aumentar la producción, sino que el grupo se
fragmenta en nuevas comunidades para colonizar nuevos hábitats.
Es importante destacar que los elementos antes descritos corresponden al
sistema tecno-productivo del conuco 7
que constituyen prácticas de siembra,
amigables con el ambiente, consideradas como ancestrales que se realizaba y
aplican actualmente en Venezuela los campesinos e indígenas, como los
caquetíos y sus descendientes en el estado Falcón (Velasco, 2014).
Según Sanoja (1997) el conuco ha tomado su nombre de la práctica
agrícola que ha sido más característica de las regiones tropicales bajas de
Suramérica desde los tiempos precolombinos hasta el presente. Implica la
preparación de los suelos mediante la roza y la quema, el uso itinerante de los
suelos y el cultivo predominante de plantas vegetativas como la yuca, al menos en
la actual agricultura de subsistencia, con otros cultivos tales como el ñame, la
batata, el maíz, frijoles, auyamas, tomates, entre otros, y frutos de maduración
corta como la lechosa.
Otro aporte relevante para la compresión de las formas de conocer y
practicar la agricultura por parte de nuestros pueblos originarios viene de la región
oriental del país, específicamente en el estado Anzoátegui, el investigador
7
Alvarado (2008: 133) define al conuco, como sementera, labranza. Voz taína.
17
Civrieux (2005) nos relata que los Cumanagotos también practicaban la
horticultura de conuco (guanapur, quenepecaz), es decir el típico método tropical
de tala y quema. La roza, la quema, la siembra y la limpieza de las hierbas eran
trabajos que correspondían exclusivamente a los varones adultos, mientras que la
cosecha era realizada en colaboración con los hombres y mujeres. Los trabajos
posteriores, como el transporte de los productos cosechados y la preparación de
los alimentos, quedaba a cargo exclusivo de las mujeres.
Adicionalmente, de una investigación realizada por Márquez (2015:
227,228) con descendientes de los indígenas píritus-cumanagotos, se obtiene
información que permite ampliar el conocimiento teórico sobre el modo de
producción tropical basado en el conuco de los pueblos originarios como lo que
pudieron haber habitado el noroeste de Maracaibo:
“... para sembrar los conucos se espera la entrada de las lluvias que pueden
llegar tempranamente en mayo, después de las quemas, o por el contrario
prologarse y comenzar a caer a mediados de junio. La siembra es una labor
que no se ejecuta al azar como suele pensarse al hablar de conucos; por el
contrario, esta revestida de una serie de acontecimientos que implican un
conocimiento profundo de las variaciones del tiempo, de los indicadores
atmosféricos y climáticos, de los cambios que acontecen en torno a la vida al
anunciarse la presencia de la estación de abundancia (invierno); todo está
revestido de una ritualidad simbólica ... En la siembra participa toda la familia,
hombres, mujeres, niños y allegados e incluso puede contratarse ayuda
cuando no hay suficiente personal, lo que ha sustituido a la “Cayapa”, cuyo
principio es la cooperación. El aprendizaje de las labores de siembra
comienza a temprana edad”
Con estos diferentes aportes y de acuerdo con lo que plantea Vázquez
(2016) el espacio periurbano y urbano del noroeste de la ciudad de Maracaibo se
puede inferir como estuvo poblado por asentamientos indígenas, que
desarrollaban sus prácticas agrícolas enmarcadas en el conuco con las
características expuestas en los párrafos anteriores.
18
2.2 Prácticas agrícolas durante la invasión europea y la colonia (siglos XVI,
XVII y XVIII) en el Zulia y el noroeste del municipio Maracaibo.
La Europa occidental del siglo XVI adelanta y hace realidad a partir de
1492 lo que se puede considerar la primera globalización del sistema-mundo que
nos hace referencia Wallerstein (2005). Esto se empieza desde el siglo XV cuando
comienza a declinar la sociedad feudal y el capitalismo mercantil empezaba a
emerger en dicha región buscando vías alternas a la mediterránea para mantener
el comercio con India y China, las cuales habían sido cerradas por la expansión
del imperio turco (Sanoja, 2011).
Es por esa razón que España y Portugal emprenden viajes de carácter
exploratorio a América Latina, de los cuales el más conocido es el de Cristóbal
Colón, que por un lado marcarían el comienzo del “mito de la Modernidad” como
reflexiona Dussel (1991) y por el otro el de una violenta invasión que arrasarían
con pueblos enteros y su cultura, incluyendo sus milenarios saberes y prácticas
agrícolas. Al respecto con relación a la denominada “fase de contacto” Sanoja
(2011:140) advierte lo siguiente:
“Nuestra América es un continente inmenso habitado todavía para el siglo XVI
por poblaciones amerindias que representaban diversos niveles de desarrollo
sociohistóricos, desde bandas de recolectores-cazadores, pasando por
sociedades tribales aldeanas, cacicazgos y complejos señoríos, hasta llegar a
los enormes imperios incas y aztecas”
En Venezuela también se presentaban diferencias en cuanto a las formas
de organización social de nuestros pueblos originarios, para el momento de la
llegada de los colonizadores españoles. Con relación a esto García Müller (2001)
plantea que al momento de llegar Cristóbal Colon a las costas venezolanas de
Paria, en 1948, se encontraban de acuerdo con el desarrollo de las fuerzas
productivas de nuestros pueblos originarios, organizados en: a) aldeas
multifamiliares (modo de producción tropical), dirigidas por un cacique con
autoridad local, sin verdaderas instituciones de gobierno y b) comunidades
19
aldeanas (modo de producción teocrático)8
, en la región andina y noroeste de
Venezuela donde se iniciaba un movimiento hacia una autoridad centralizada.
Para el caso particular del territorio zuliano los grupos aborígenes estaban
distribuidos, para el periodo de contacto con los españoles, en la península de la
Guajira los Guajiros (Wayúu) agricultores semi-sedentarios en el modo de
producción tropical con agricultura incipiente, recolección de conchas marinas
acompañada de la caza y pesca; grupos de apropiadores nómades en las costa
del Lago de Maracaibo que vivían de la pesca, recolección de moluscos (conchas,
caracoles) y tortugas marinas, y hacia el piedemonte occidental de los Andes
comunidades semipermanentes sedentarias del modo de producción tropical
representada por los Motilones que cultivaban yuca, maíz, papa, ajíes, batata.
Existía un importante intercambio comercial con las otras comunidades del área
del “pie de monte” y las costas del lago de Maracaibo, cambiado pescado por
productos vegetales, cueros por sal, y otros productos. (Domínguez y Franscheci,
2010).
Una de las consecuencias del contacto inicial y posterior proceso de
coloniaje de los invasores españoles se establece en la producción y consumo de
alimentos que describe acertadamente Sanoja (2011: 148,150) “…parte de
sistemas agrarios basados, unos en la agricultura de regadíos, y otros en la
horticultura de roza y quema, los cuales constituyen el fundamento de la vida
social venezolana desde el siglo XVI...” y comenta, además:
“…los aborígenes venezolanos legaron a la nueva sociedad indohispana
tradiciones alimenticias y culinarias que mantienen todavía vigencia en la
sociedad venezolana contemporánea: la utilización sostenida de papas,
(Solanum tuberosa), la yuca (Manihot esculenta Crantz), el ají, (Capsicum
sp), las caraotas (Phaseolus vulgaris Lobel), los frijoles (Phaseolus lunatus
L.), la piña (Ananas sativus), la guanábana (Annona muricata), el mamey
(Mammea americana), el hicaco (Chysobalanus icaco), el mamón (Meliccoca
bijuga), la parchita (Passiflora sp), el zapote (Calocarpum mammosum), la
uva de playa, (Coccoloba uvifera), el aguacate, (Persea americana), la batata
(Ipomea batatas), el mapuey (Dioscorea triphylla), el ocumo (Santosoma
sagittifolium), el apio (Arracaha arracacha), la auyama (Cucurbita maxima), la
8
Sanoja (2011) comenta que la aparición -hacia inicios de la era cristiana- de formas centralizadas de poder para
planificar y llevar a término las tareas productivas colectivas, influyó para la gestación de relaciones
jerarquizadas. El carácter político de la sociedad no estaba referido solamente a una aldea sino a conjuntos de
ellas que funcionan dentro de relaciones de sometimiento y subordinación.
20
lechosa (Carica papaya), el merey, (Anarcardium occidentalis), el cacao
(Theobroma cacao)…”.
Otro aspecto que deriva de la hegemonía imperial hispana, además de la
producción y la alimentación, es una sociedad dividida en clases distinta a la
organización de nuestros grupos humanos originarios, de carácter igualitario,
basada mayoritariamente en la cooperación y el trabajo colectivo, por el
sometimiento de nuestros pueblos ancestrales y particularmente con la
incorporación de la mano de obra de ascendencia africana. Esta situación
comienza desde el “…siglo XV…cuando entre mercaderes de Europa, África y
América…se tráfico con la vida de quince millones de seres humanos, arrancados
de sus raíces y privados de su libertad para convertirlos en cimiento de un sistema
económico de producción que sin ellos hubiera sido imposible: el esclavista”. El
trato inhumano que recibían fue motivo de numerosas sublevaciones a la brutal
dinámica económica y social a la que estaban sometidos. Una de las maneras de
liberarse del azote de la esclavitud era huyendo al monte, en donde formaban
cumbes convirtiéndose en negros cimarrones. (Centro Nacional de Historia, 2012).
Al respecto plantea García (2012) que las primeras experiencias de
convivencialidad libertaria etnosocial en Venezuela y el resto del continente de
Nuestra América, fueron los cumbes, palenques y quilombos de los
afrodescendientes, aun cuando la historiografía oficial pretendió anularlas, a
nombre de una modernidad salpicada de racismo o visión progresista, en el duro
proceso de construcción de las Repúblicas y ahora del nuevo Estado. La
experiencia histórica de los cumbes en Venezuela va desde la dependencia
colonial, la aparición del Estado y su República, constituyéndose en espacios y
prácticas del poder local, horizontalidad, reparto de las cosechas agrícolas y de la
pesca de acuerdo el trabajo de cada uno, la solidaridad en la construcción de
espacios habitacionales, la funcionalidad organizativa como una estructura que
operaba sin burocracia.
A lo anteriormente citado se agregan la contribución africana a nuestros
sistemas productivos agrícolas tal como lo destaca el Centro Nacional de Historia
(2012) que refiere como aporte africano en el cumbe, a la agricultura y dieta del
21
venezolano además de la yuca, caraotas, mapuey, plátanos, maíz y auyama,
algunos animales de las haciendas de los amos, la caza de chigüires, iguanas y
dantas, frutos de la selva como la guayaba, Psidiumm guajava, mamón y el jobo;
así como también el ñame (Discorea alata), la patilla (Citrullus vulgaris), el ajonjolí
(Sesamum indicum L.), la sábila (Aloe vera), el quinchoncho (Cajanus cajan L.
Millsp), el quimbombó (Albemoschus esculentus L.), entre otros.
Las características de las formas de organización clasista para la
producción agrícola (relaciones de producción) durante la colonia, se manifiesta
según Sanoja (2011) es dos modos de vida9
: indohispano y agroexportador.
García Müller (2001: 82, 83 y 85) describe detalladamente en su obra el modo de
vida indohispano, con los aspectos que se indican a continuación.
Características del modo de vida indohispano (1500-1700):
a) Desarrollo de centros urbanos hispanos
b) Explotaciones agrícolas con:
b.1. Tecnología utilizada proveniente en gran parte de los antiguos modos de
producción aborigen, especialmente la agricultura de subsistencia de roza y
quema.
b.2. Fuerza de trabajo constituida mayormente por servicios individuales
(encomenderos) o colectivamente (orden misional).
c) Explotaciones pecuarias con:
c.1. Tecnología pastoril introducida por los europeos. Pero la difusión del
ganado vacuno y cabrío, sin los españoles (debido al robo y escape del
ganado) propició el surgimiento del pastoralismo entre algunos aborígenes,
quienes desarrollaron una economía ganadera dentro del marco colectivo de
la comunidad aborigen.
9
Modo de vida con esta categoría es posible abordar la existencia de ciertas maneras particulares de
organización de la actividad humana dentro de una formación económica social, a ciertos ritmos de estructura
social y, en consecuencia, el cumplimiento de las leyes específicas que rigen para la formación social en la cual
se expresan. (Sanoja, 2011:46).
22
c.2. La fuerza de trabajo estaba constituida en gran parte por indígenas,
quienes prestaban sus servicios individuales al encomendero o colectivos en
hatos de misiones, cuyos dueños se apropiaban del producto del trabajo
indígena (relaciones de servidumbre).
Inicialmente la producción de alimentos vegetales para el consumo diario
de la población indígena y europea se basó en los productos agrícolas de origen
americano, especialmente el maíz, yuca y granos leguminosos. Pero los
españoles quisieron adaptar al clima y al suelo local los cultivos e industria de
España. Trataron de aprovechar la abundancia del algodón cultivado por los
indígenas, pero la industria de hilados no prosperó pese al éxito inicial. Se
introdujo el trigo (Triticum ssp) en los valles del río Tuy con indudable éxito, pero
fue desplazado por el tabaco (Nicotiana tabacum) y el cacao, replegándose hacia
las zonas altas de los Andes; ya en 1611 la harina de trigo desapareció como
producto de exportación. El cacao y el tabaco eran plantas utilizadas por etnias
locales desde tiempos prehispánicos. (Cunill, 2007).
Características del modo de vida colonial agroexportador (años: 1700 - 1830):
A continuación se destacan los elementos resaltantes del modo de
producción colonial agroexportador, en el territorio venezolano, haciendo alusión a
los aspectos específicos que se presentaron en los espacios que corresponde
actualmente al estado Zulia y de manera particular a la ciudad de Maracaibo, el
cual se fundamenta principalmente en la explotación de la mano de obra esclava y
aparece el monocultivo de algunos rubros como el cacao, el café (Coffea arabiga)
y la caña (Saccharum offinarum), práctica agrícola que tiende a la disminución de
la diversidad biológica y puede ocasionar otros problemas como alteración y
perdida de grandes áreas de vegetación y en consecuencia modificación de
ecosistemas, tal como señala Cunill Grau (2007:469) “...estas plantaciones
cañeras es un núcleo de destrucción de la selva de las laderas próximas, debido a
la gran cantidad de leña que necesita para mantener las labores en el ingenio y el
alambique...”, mientras que en el ámbito de la organización socioeconómico se
fortalece el latifundio y el sistema esclavista y servil (enfeudado) en el territorio
nacional. En el plano político se comienza a establecer las bases del futuro
23
Estado-Nación venezolano, que ya en la potencia imperial española se había
instaurado desde el siglo XV.
En el siglo XVIII, la demanda internacional estimuló en Venezuela la
expansión de los cultivos de cacao, caña de azúcar, tabaco (Nicotiana tabaco),
algodón (Gossypium hirsutum) y añil (Deindigoferea tintórea) fomentando entre la
clase terrateniente y comerciantes mantuanos una creciente acumulación de
capital mercantil. Correlativamente, el comercio y la reproducción local de
esclavos (as) produjo la fuerza de trabajo necesaria para mantener la expansión
económica de las plantaciones, lo que aumentó el número de trabajadores (as) de
origen africano en las diferentes regiones del país, hecho que contribuyó a
configurar la composición étnica y cultural de toda la sociedad venezolana.
(Sanoja, 2011). Es importante destacar que en la actualidad el algodón se puede
considerar un cultivo marginal mientras que el añil desapareció como cultivo
importante confrontando problemas, desde el periodo colonial, de diversa índole,
naturales y socioeconómicos, pasando por los agronómicos y los vinculados a la
carencia de servicios productivos (Pacheco, 2000).
Las burguesías coloniales de Caracas y Maracaibo también obtenían
grandes beneficios del submodo de vida 2, el cual representó una forma de
reproducción específica altamente especializada en el pastoreo y cría de ganado
con una localización geográfica definida: los llanos de Venezuela y la extensa
planicie sabanera al sur de Maracaibo. Constituidas por unidades de producción
integradas por ranchos o hatos ganaderos, los cuales formaban vastos latifundios,
relaciones de tipo servil con las burguesías agrarias locales que poseían el
monopolio de las tierras y rebaños y la clase trabajadora del campo, indígenas
reducidos y esclavos negro-venezolanos. Adicionalmente, se originó en Maracaibo
un modo de trabajo pastoril vinculado a la etnia wayúu, aunque dependiente de
los circuitos comerciales criollos y europeos caribeños. (Vargas y Sanoja, 2014).
A manera de comentarios finales con relación a las prácticas culturales
agrícolas y la organización para producir, durante el modo de vida colonial
agroexportador en Venezuela y particularmente en Maracaibo, se resume lo
siguiente:
24
1. Se introduce la práctica del monocultivo con latifundios destinados a la
siembra del cacao, el café, el añil, el tabaco y la caña de azúcar.
2. Aparece la actividad de cría de ganado y pastoreo en el llano venezolano
y la planicie de Maracaibo.
3. Se acentúa la división clasista de la sociedad con la esclavitud de la
mano de obra de origen africano para el trabajo en las plantaciones,
consolidándose los mantuanos (terratenientes) como clase dominante.
4. Surge y se establece el latifundio que desplaza progresivamente a los
grupos humanos originarios con sus formas de producción de carácter
colectivo y prácticas de siembra acordes con la naturaleza.
Este modo de producción se prolonga durante el siglo XIX, después de la
independencia de Venezuela del imperio español, que también dejo su
contribución a nuestros sistemas de cultivos y hábitos alimentarios con la
introducción además del trigo y la caña de azúcar a nuestro “criollísimo” café.
2.3 Prácticas productivas agropecuarias en el Zulia durante el siglo XIX
hasta la primera mitad del siglo XX.
Una vez concluida la larga guerra de independentista y liberada Venezuela
del imperio español, se pone en marcha el modo de vida monoproductor
agroexportador (Sanoja, 2011). Se comienza a estructurar el Estado liberal
burgués en mano de la oligarquía que dominaba en la colonia y los nuevos
propietarios de tierra que surgieron de los oficiales que comandaron las tropas
independentistas como es el caso emblemático de Páez, por lo que se puede
asegurar que “…El sistema latifundista no sufrió profundos cambios como
consecuencia de la guerra de independencia”. (Domínguez y Franscheci, 2010).
Seguidamente se examinan algunos de los aspectos fundamentales que
caracterizaron la organización socioeconómica y la producción agropecuaria de
ese periodo histórico venezolano, según García Müller (2001: 183, 184):
“Desde 1830 la producción agrícola esta signada por crisis recurrentes de
fluctuaciones de precios de los productos agrícolas de exportación, así como
profundas diferencias políticas, guerrillas constantes y la “guerra larga” de la
Federación de 1859-1863 que destruyeron y entorpecieron la actividad
productiva... Los andinos conquistan el poder desde 1898 hasta la muerte de
25
Juan Vicente Gómez en 1936 instaurándose una larga dictadura que acaba
con la guerrilla y el caudillismo, pero que mantiene a la agricultura venezolana
en una situación de absoluto control por el entorno de J.V Gómez y lento
desarrollo, influido también por las fluctuaciones del mercado internacional y
la competencia de otros países... La agroexportación depende del café, los
cueros y el cacao, así como otros productos de menor importancia como el
tabaco, añil, vacuno en pie, caballos, mulas y algodón... Las formas
productivas fueron la hacienda, el hato, el conuco y la pequeña finca
familiar mercantil... La mano de obra más importante estuvo constituida por
los esclavos hasta 1854 que se transformaron en peones enfeudados
después de la abolición de la esclavitud. Los colonos, medianeros y pisatarios
tenían relaciones de trabajo con las haciendas bajo la forma de renta-trabajo,
renta-especie o renta-dinero por el uso de las tierras, bosques y aguas. Los
jornaleros o peones libres constituidos por trabajadores sin tierras y
trabajadores de las unidades de producción mercantil. El pequeño productor
familiar mercantil se desarrolló a fines del siglo XIX e inicios del XX en la
nueva frontera agrícola de los Andes, con la ocupación de tierras incultas bajo
el estímulo del café por grupos familiares que actuaban como una unidad de
producción consumo, basado en el trabajo de toda la familia... En el hato se
dieron diferentes relaciones de trabajo: el peón agrícola sin pago metálico, el
peón asalariado que recibía su pago en dinero y el peón que recibía su pago
en mercancías y ganado” (Resaltado nuestro).
En este contexto, Rodríguez (2000) analiza a Gibraltar como caso
particular de la región zuliana en el sur del Lago de Maracaibo. En este espacio se
ubicaban los principales hatos y haciendas de la anterior provincia de Maracaibo;
además que algunas de estas propiedades pertenecían a residenciados en
Maracaibo y Zulia. En estas áreas productivas vivían los escasos esclavos
registrados durante el proceso de abolición de la esclavitud y el resto como
jornaleros o peones que trabajaban en las unidades de producción como
población libre sometida a reglamentos y ordenanzas impuestas por las
autoridades maracaiberas.
Este proceso que continúo hasta los primeros años del siglo XX,
denominado por Sanoja “modo de vida monoproductor agroexportador”, es
reemplazado paulatinamente por otro que tiene como base la actividad extractiva
del petróleo, tal como se argumenta en las líneas que siguen.
En el temprano siglo XX los espacios de poblamiento rural se
incrementaron con la roturación de tierras nuevas, especialmente para conformar
nuevos paisajes consagrados al cultivo del cafeto (compatible con la conservación
de zonas boscosas montañosas); en las zonas de altitud media de las fincas
26
monoproductoras de la cordillera de los Andes y en las haciendas de la cordillera
de la Costa, incentivándose sus exportaciones al lograr entre 1907 y 1917 el
segundo lugar dentro de los productores mundiales de café, después de Brasil,
para bajar a una tercera posición en 1918, al ser superado por Colombia, a cuarta
en 1924 y luego por diversos factores internos de la irrupción petrolera y externos
a un séptimo lugar en 1932. Había concluido la bonanza cafetalera, perdiéndose
la continuidad en la gran opción que daban sus plantaciones de sombra,
competitivas para consumidores exigentes en el plano mundial. (Cunill, 2007).
En general, se puede resumir sobre el periodo correspondiente al modo de
vida monoproductor agroexportador venezolano, que según Sanoja (2011) estuvo
vigente hasta la primera mitad del siglo XX, los elementos claves que destaca
Domínguez y Franscheci (2010), en las líneas que siguen:
El latifundismo no solamente se mantuvo, también se consolidó
regresivamente, es decir, se hizo más injusto, más irracional, más improductivo.
Para comprobar lo planteado observemos el cuadro siguiente sobre el número de
pequeños, medianos y grandes propietarios con la respectiva cantidad de tierras
que poseía cada grupo:
Años Medianos y
pequeños
propietarios
Tierra en
leguas
cuadradas
Grandes
propietarios
Tierra en
leguas
Cuadradas
1873 28.222 7.490 980 8.400
1881 19.154 7.245 1.022 9.725
1891 19.901 5.000 1.184 14.184
De la comparación entre las cifras que corresponden a la tierra perdida
(entre 1873-1891) por los pequeños y medianos propietarios (2.490 leguas), con
las que ganaron los grandes propietarios (5.784 leguas) se deduce que las 3.294
leguas que hay de diferencia, seguramente provienen de la apropiación de
grandes extensiones de tierras baldías por los más poderosos personajes de las
elites del país. En las tres últimas décadas del siglo XIX se acentuó aún más el
proceso de “privatización” de las tierras del Estado o baldíos. Ellas pasarán a
27
manos de los que tuviesen dinero, bonos públicos, o por lo menos, suficiente
poder político o militar para adquirirlas”.
Brito (2009 a), amplia los elementos caracterizadores de la etapa referida
con respecto al latifundio, argumentando que las explotaciones petroleras no
líquida, sino que fortalece el latifundio o propiedad territorial agraria en la misma
situación que existe en las últimas décadas del siglo XIX. Las empresas
petroleras, al dominar como personas jurídicas sobre extensas áreas territoriales,
devienen de hecho en el primer latifundista del país, y aunque el concepto no es
totalmente exacto, lo cierto es que en realidad las compañías controlan grandes
extensiones de las mejores tierras de cultivo y producción agrícola, transformadas
desde entonces en zonas de exploración y reservas petrolíferas. En conexión con
este planteamiento Brito señala que unos de los representantes del entorno del
dictador Gómez, en el estado Zulia, Vicencio Pérez Soto, instrumento
incondicional de las empresas petroleras, compartía con los París la condición de
primer latifundista regional.
2.4 Prácticas agrícolas venezolanas, en el estado Zulia y el noroeste de
Maracaibo desde el año 1950 hasta nuestros días.
Las prácticas agrícolas y la organización para la producción agrícola que
se desarrolla en Venezuela desde la segunda mitad del siglo XX la describe
García Müller, (2001: 193, 194), de esta manera:
“Desde la década de los treinta, especialmente después de la muerte de
Gómez en 1936, la agricultura pasa por una serie de esfuerzos de
modernización promovida por el gobierno, especialmente con la creación del
Ministerio de Agricultura. El fuerte desarrollo industrial de los años cincuenta y
los proyectos agrícolas de colonización con tecnologías modernas originan
reacomodos en todos los ámbitos de la agricultura nacional, pero una parte
importante de las materias primas agroindustriales e insumos para la
producción agrícola, vienen del mercado mundial, debido a las facilidades de
importación y los dólares provenientes de la renta petrolera. Puede
considerarse que el proceso de modernización en la agricultura
venezolana se inicia al terminar la segunda guerra mundial en el periodo
1948-1958, tomando como modelo la agricultura norteamericana con la
introducción de maquinaria agrícola, fertilizantes químicos, insecticidas,
herbicidas, fungicidas, variedades de híbridos vegetales, nuevas razas
de animales, alimentos concentrados, vacunas y drogas veterinarias y la
creación de estudios universitarios de Agronomía y Veterinaria”(Resaltado
nuestro nuestro).
28
Con referencia a la “colonización agrícola” Araujo (2010) señala que el
gobierno de López Contreras acude a un plan de emergencia…para reintegrar a
los campesinos al trabajo agrícola…se encomienda al Ministerio de Obras
Públicas la fundación de varias colonias agrícolas…pasarían después al Ministerio
de Agricultura y Cría y darían lugar a un proceso de colonización a través de un
organismo denominado Instituto Técnico de Inmigración y Colonia, cuya función
es fundar y organizar colonias seleccionando una inmigración adecuada que
venga a instruir con su ejemplo al agricultor venezolano. Araujo apunta que el
denominador común de esta experiencia, que se acentúa durante la dictadura
militar de Pérez Jiménez de 1948 a 1958, es el derroche de recursos, su
inefectividad para resolver el problema agrario y la demagogia con que se trata de
ocultar su carácter de medida complaciente con la clase latifundista.
Es importante destacar que el “impulso modernizador” de la agricultura
nacional, mediante el modelo enmarcado en la Revolución Verde, se fue
imponiendo desde centros de poder hegemónicos y promovido, en el país, por
sectores de las capas medias profesionales y de la oligarquía local. En este orden
de ideas es importante destacar, en el ámbito regional, que la creación de la
Facultad de Agronomía de la Universidad del Zulia (LUZ), comienza desde el año
de 1956 cuando un grupo de empresarios rurales encabezados por el Dr. Rafael
Urdaneta, se interesó por promover una Facultad de Agronomía para la
Universidad del Zulia, pero no fue hasta el 20 de agosto de 1959 cuando el
Consejo Nacional de Universidades aprobó su creación y entró en funcionamiento
el 15 de octubre de ese mismo año, con 10 docentes, 57 estudiantes y un
programa de estudio preparado según recomendaciones de la I Conferencia
Latinoamericana sobre Educación Agrícola Superior, celebrada en Chile en 1958.
Su primer decano fue el Ing. José González Matheus y su primer director el Ing.
Roberto Atencio Johnson. En 1966 entró en funcionamiento el Instituto de
Investigaciones Agropecuarias y desde 1975 se creó la División de Extensión
Agrícola. (Hernández y Parra, 1999).
Profundizando sobre la forma de producción agrícola que predomina a
partir de los años cincuenta, en Venezuela, García Müller (2001: 211-214) agrega
elementos importantes para entender esa etapa histórica:
29
“. Frente al derrumbe de la agroexportación que se inicia a principios del siglo
XX, pero más claramente desde finales de los años 30, se produce en
muchos casos la disolución de las haciendas (entendidas como binomio
plantación – conuco) ...La sustitución de la forma productiva hacienda
comenzó en los años treinta y culminó en la década del 60. La sustitución de
la forma familiar-mercantil, que fue la más significativa, si bien se inició como
un proceso empezado por los hacendados, cediendo terrenos en aparcería
para hacer frente a la crisis, alcanzó mayor intensidad en 1945-48 y en los
años sesenta, favorecida en los dos momentos por la acción del Estado con
la política de la Reforma Agraria. La sustitución de la hacienda por la forma
productiva capitalista comenzó como una respuesta temprana a los efectos
de la crisis y continuo aceleradamente durante los años cincuenta, impulsada
por nuevos agentes; sin embrago esta vía tuvo poca significación y estuvo
limitada en algunas áreas en los llanos centrales y occidentales... La
implantación de la forma productiva capitalista fue un proceso no vinculado a
la dinámica histórica (hato y hacienda) y se efectuó a partir de procesos de
colonización y sustitución. La colonización capitalista se inició en la zona
noroeste del Lago de Maracaibo en la década del veinte; se extendió hasta el
sur del Lago en las décadas del treinta, recibió un nuevo impulso en los años
cincuenta, al incorporarse el Dtto. Sucre y más tarde se desplazó hacia la
cuenca oriental que fue desarrollada por iniciativa privada... A finales de la
década del 70 las formas productivas capitalistas han alcanzado pleno vigor,
pero también la forma mercantil familiar campesina” (Resaltado nuestro).
En adición a la caracterización antes mencionada la consolidación en
tiempos recientes de una agricultura basada en relaciones de producción
capitalista, con la aplicación de medidas de corte neoliberal en los años 80, y
posteriormente en los tiempos de las políticas que, en la materia agrícola, impulsa
el proceso de la Revolución Bolivariana, desde el año 1999, se discuten otros
aspectos que los describe Gutiérrez (2005: 70, 75), tal como sigue:
“Las políticas macroeconómicas y sus efectos sobre los sistemas
agroalimentarios nacionales han sido ampliamente estudiadas, sobre todo a
partir de 1980 cuando los programas de estabilización y ajuste estructural,
cuyo componente relevante era la política macroeconómica, se ejecutaron en
diversos países para enfrentar los problemas originados por la crisis de la
deuda externa. Mediante la política monetaria y cambiaria se afecta: a) las
tasas de interés (el precio de usar dinero ajeno) y b) el precio de la moneda
extranjera en términos de la moneda nacional (tipo de cambio). El carácter de
la política monetaria (expansiva o restrictiva de la oferta monetaria) afectará
también los precios domésticos (entre ellos los de los alimentos y de las
materias primas agrícolas). No obstante, una política monetaria expansiva al
aumentar la liquidez disminuye el precio del dinero y facilita los créditos para
los sectores productivos a menores tasas de interés… En contraste, una
política monetaria restrictiva de la oferta de dinero puede producir efectos
contrarios a los antes señalados. Mediante la política fiscal el gobierno decide
30
la aplicación de impuestos y sus prioridades al asignar recursos para
diferentes programas sectoriales (financiamiento, subsidios y apoyo a los
productores agrícolas, infraestructura, capacitación y transferencia de
tecnología, subsidios a consumidores, etc.). La política fiscal si es de carácter
expansivo también puede afectar la oferta monetaria incrementándola y por
esta vía ejercer presiones inflacionarias… Desde 1999 el gobierno fijó como
objetivos generales de la política agrícola y de desarrollo rural lo siguiente:
• Incrementar significativamente el aporte de la producción interna a la
demanda nacional de bienes agrícolas y reducir el tradicional déficit
estructural de la balanza comercial agrícola.
• Desarrollar una estrategia para la seguridad alimentaria de la nación.
• Promover el incremento de las exportaciones y el renacimiento de una
agricultura de exportación competitiva.
• Recuperar la dinámica del desarrollo rural y el bienestar de la población
campesina.
• Lograr una tasa, significativamente superior, en el crecimiento de la
producción agrícola respecto a la tasa de crecimiento de la población.
• Incentivar el incremento significativo de la inversión agrícola.
• Crear escenarios financieros favorables para el mejoramiento del
empleo y remuneración del empresario agropecuario y el campesino.
• Crear mecanismos financieros seguros para garantizar el cumplimiento
exitoso del ciclo de producción agropecuario”.
Hasta el momento, a pesar de la implementación de determinadas políticas
dirigidas al sector agrícola, como la creación de instrumentos legales e
instituciones de apoyo al sector agropecuario y la Misión Agrovenezuela10
, se
puede observar que, en general, estas medidas han tenido poco efecto, de tal
manera que la mayoría de los objetivos enunciados no se han cumplido, por el
contrario se presenta incremento de las importaciones y se añade el problema del
comercio ilegal de productos de la dieta básica (y otros insumos del hogar)
conocido como “bachaqueo”.
Para profundizar sobre las características resaltantes de la agricultura en
tiempos reciente es importante destacar el estado de algunos de los principales
rubros cultivados en Venezuela, de acuerdo con los datos que se presenta a
continuación.
La horticultura comercial constituye un sistema agrícola muy intensivo, por
lo general de tres cosechas al año, con elevadas aplicaciones de agroquímicos y
fuerza de trabajo, en parcelas de dimensiones relativamente reducidas. En
10
La Misión Agrovenezuela fue creada por medio de Gaceta oficial Nº 39.923 con carácter permanente, que
tiende a garantizar el derecho a la seguridad alimentaria a través de la asistencia técnica, dotación de insumos y
financiamiento de los productores agrícolas, etc.
31
consecuencia, no se esperan aumentos importantes en la superficie cosechada
del sistema. En efecto, el incremento de área más significativo de los cultivos
líderes de la horticultura se inició en los años 1997-1998, con 6.600 hectáreas
promedio, hasta alcanzar las casi 8.000 hectáreas en el 2005. Bajo estas
condiciones de producción y superficie, los rendimientos de la zanahoria (27 t/ha
en el 2004) y cebolla (25 t/ha en el 2004) superaron a los de China (18,1 y 21,5
t/ha, respectivamente en el 2004). Por el contrario, los rendimientos del pimentón,
para ese mismo año, 16,3 t/ha, estuvieron bastante lejos de los que se alcanzaron
en los Países Bajos y el Reino Unido, superiores a las 200 t/ha.
En el grupo de raíces y tubérculos, la yuca y la papa representan los
cultivos líderes. El primero, con una amplia distribución geográfica en las tierras
bajas secas y húmedas del país, es un rubro de gran amplitud ecológica que ha
mejorado su producción en tiempos recientes con la aplicación de técnicas
selectivas impulsadas por las industrias almidoneras y de alimentos concentrados
para animales. La producción comercial se mantuvo alrededor de las 300 t/año
durante la primera mitad de la década de 1990, pero después de 1998 sobrepasó
las 500 mil t/año. Por otro lado, durante el período 1984-2005 la superficie
cosechada no superó las 50 mil hectáreas; debido a ello los rendimientos
aumentaron de menos de 8 a 11,5 t/ha en el 2005, similar a los rendimientos de
Nigeria, el mayor productor mundial de yuca (11 t/ha). La imagen de este rubro
como cultivo de «conuco», por las características indígenas de su sistema
productivo al sur y sureste del río Orinoco, no se corresponde con las aplicaciones
tecnológicas en los cultivares comerciales de los estados Monagas y Anzoátegui.
El otro cultivo líder del grupo, la papa, se localiza preferentemente en las 300 mil
t/año, aunque la superficie cosechada apenas excedió las 20 mil hectáreas desde
1984. En virtud de ello, los rendimientos escalaron desde 10 hasta 19 t/ha en el
2005, superior a los de China este último año (10,2 t/ha). (Mora y Rojas, 2007).
Hasta finales de la década del 50, la producción de maíz estaba distribuida
en todo el territorio nacional, siendo los estados de mayor concentración de la
producción: Guárico, Portuguesa, Zulia, Falcón, Anzoátegui y Trujillo; no obstante,
el aporte porcentual de cada uno de estos estados no pasaba del 15 por ciento.
En la década del 60 se inicia el “Plan del Maíz”, donde se incorpora
32
definitivamente el uso de la semilla mejorada, prácticas de fertilización y
mecanización en la producción del cultivo; sin embargo, la dispersión de la
producción continúa y los aportes porcentuales a la superficie cosechada de cada
estado aún no pasan del 15 por ciento. (Segovía y Alfaro, 2009).
Con relación a los aspectos discutidos en el recorrido histórico presentado,
en las líneas precedentes, se han detectado en el área de investigación (La
Chamusca, La Retirada 1, Hogar Santa y Tepeezuwa Apahim) algunas señales en
la actividad agraria del noroeste de Maracaibo, que evidencia la aplicación
habitual tanto de prácticas ancestrales provenientes de nuestros pueblos
originarios, afrodescendientes y campesinos, como de aquellas que se
corresponden con la denominada revolución verde, las cuales están presentes en
las labores rutinaria de los productores ubicados en esos espacios.
Al respecto, las observaciones y datos obtenidos de las encuestas y
entrevistas, aportan información sobre las prácticas agrícolas ancestrales, de las
que se destacan las siguientes: quema para la limpieza y preparación del terreno
destinado a la siembra, policultivos y conucos, uso de las fases lunares para
realizar labores agrícolas, utilización del palo sembrador, sincronización con la
temporada de lluvia para el sembrado; del periodo colonial, se puede señalar la
práctica del monocultivo, el pastoreo y el latifundio con la unidad de producción de
“el hato” que establece la propiedad territorial, en esos espacios, pudiendo ser
considerado como el núcleo que posteriormente constituirían las actuales
comunidades agrarias periurbanas ubicadas en el área de estudio. Originada en
tiempos más recientes, de Venezuela como República independiente, finales del
siglo XIX al XX, como se señaló en los párrafos precedentes, resalta la unidad de
producción de la pequeña finca familiar mercantil, predominante actualmente en el
noroeste de Maracaibo. En último lugar, como prácticas “modernas” enmarcadas
en el modelo agroproductivo hegemónico de la revolución verde, de mediados del
siglo XX hasta el presente, se puede mencionar el uso de maquinaria agrícola
para la preparación del terreno, aplicación de plaguicidas, fertilizantes de origen
industrial, monocultivo, dependencia del agronegocio por la compra de las
semillas certificadas y de los sistemas de riego (ver Anexo D, recopilación
33
fotográfica de la actividad agropecuaria del área investigada). A esto se añade
que los grupos de productores del noroeste de Maracaibo están sujetos a los
precios que establezca el mercado capitalista, representados por los
intermediarios que le compran la producción, y la adquisición de agroinsumos
(fertilizantes y pesticidas). Más recientemente se presenta problemas para la
obtención de estos suministros agrícolas debido a la escasez y los precios
elevados, atribuibles a las dificultades económicas que atraviesa el país.
Estas particularidades enunciadas anteriormente se confirman con las
opiniones proporcionadas por los habitantes del área de estudio. En una
entrevista realizada a la señora María Márquez, de la etnia wayuu, comunidad
Tepeezuwa Aphaim, en julio del año 2016, describe el entrecruzamiento de las
prácticas agrícolas originarias y las que forman parte de la revolución verde, que
el campesinado de la zona realiza en sus labores habituales de siembra:
... “Cuando sembramos la primera sale bonita, bien ... Hay veces que
él (esposo) le echa un poquito de veneno, cuando él consigue por ahí
... “Cuando se va a sembrar tiene que ver la luna ... Siembra cuando la
luna se va ... Vos sabéis ... Tiempo de lluvia en octubre ... uno
sembraba, limpiaba para sembrar, cuando cae el agua ... Eso se riega
con un poquito de lluvia” ... (el terreno) se prepara con pala ... a veces
cuando vamos a sembrar maíz, pagando la maquina ... ya eso varias
veces a echao la maquina .... Hay que dejar limpio para que pase la
maquina” ... un palo ... para hacer el huequito ... “Tenemos que estar
pendiente en el mes en que viene el agua, para limpiar el terreno ...
Siempre ha sembrado así ... cuando paren los frijoles ... terminan de
parir” ... saca los frijoles ... queda la yuca ahí ... (Se cultiva) .... maíz,
auyama, patilla... eso pa´ el tiempo de...si hay lluvia .... en noviembre
... en diciembre eso está ... Eso es conuco cuando él (esposo) siembra
así ...”
34
Simón González, campesino, líder comunitario y político de Tepeezuwa
Apahim, mestizo casado con una mujer wayuu egresada del Programa de
Agroecología de la Universidad Bolivariana de Venezuela, suministró su punto de
vista sobre las prácticas agrícolas en su comunidad, con este breve comentario,
en el mes de octubre de 2016:
... “Prevalece lo convencional... en principio se sembraron para
demarcación... riesgos de robos... el tema agroecológico, se estuvo
implementando con mi esposa que era estudiante... fases lunares es
practicado, por lo general, el 90% de los productores... igual el tema de
la lluvia... “esperando el mes de agosto...”
El dirigente comunitario y agricultor, de origen wayuu, Ángel Silva de La
Chamusca, entrevistado el 19 de octubre del 2016, expreso:
“... (las prácticas ancestrales) se mantienen, algunos productores se
han desarrollado ... sé práctica lo ancestral ... los cultivos son
monoproductores, pura yuca ... algunos tienen conucos ...”
Gilberto De La Rosa, productor, miliciano y líder comunitario de La
Retirada 1, parroquia San Isidro, el día 27 de octubre de 2016, opinó sobre las
prácticas agrícolas en su comunidad, lo siguiente:
“...Empezó (la agricultura en la comunidad) con maquinaria y
pesticida” ... cultivo yuca y topocho ... más que todo se ha cultivado
yuca, el topocho y el cebollín ... empezando el melón y la patilla ... en
el tiempo de ahora, yuca ... Todavía los agricultores están pendientes
de las fases ... cuando viene la luna ... la lluvia ... Todavía, todavía ...
yo tuve que esperar la menguante para poder sembrar ... “Se quema y
después se pasa el arado ...”
El señor Dimas Cavadias, productor campesino de origen colombiano,
habitante fundador de La Chamusca (comunidad aledaña a la Retirada 1) en la
entrevista realizada el 25 de octubre 2016, señala:
35
“... Empezamos a trabajar la agricultura, era pequeña de 2 ha,
entonces todos llegamos a la conclusión, de que quedamos de
acuerdo, que era para agricultura menor... (Cuando empezaron)...
sembramos maíz... La tierra jala mucho... (La yuca también), el maíz,
jala más... (¿Usaron insecticidas?) ... no, no...”
La señora Migdalia Soto, vive en el barrio periurbano Hogar Santa Cruz,
desde el año 2008, vocera del Consejo Comunal, participa en el CLAP, la milicia y
es activista política, también se dedica al cultivo de plantas (principalmente
ornamentales), nos deja también sus experiencias como productora a pequeña
escala:
“... Cuando yo me mude había un poquito de producción, pero Ud.
sabe que la vaguada (2010) ... a mí me daño ... yo tenía aquí palma
real ... cuando vino la vaguada se me fueron 300 maticas, estaban
grandes, así yo me ayudaba mucho ... Había, bueno, mucha
producción de icaco, limosón, donde las mujeres hacían dulces ... y
vendían ... pero a raíz de la vaguada las matas se dañaron ... la
vaguada daño, aquí esto, era un cocal ... pero la vaguada trajo una sal,
un químico ... Cuando yo llegue esto era más bonito ... Aquí, la
mayoría (agricultores) siembra natural ... Los yuqueros, siembran la
yuca y no le echan nada ... siembran de todo ... no creo que están
pendiente de las fases lunares ...”
Además, de estas entrevistas, se presenta información obtenida por medio
de encuestas (gráficos de barras y tortas), realizadas entre los años 2009 y 2016,
aplicadas en las comunidades del noroeste de Maracaibo, las cuales proporcionan
detalles adicionales sobre la caracterización de las prácticas agrícolas que se
realizan en ese sector.
Se observan como dato, de interés, que los agricultores encuestados en
las comunidades de Hogar Santa Cruz (HSC) y La Chamusca, entre los años
2009 y 2012, manifestaron un alto porcentaje afirmativo con relación el uso de
maquinaria agrícola para la preparación del terreno de siembra (ver Figuras 2, 4 y
6). Igualmente, se nota que en la comunidad HSC la proporción de productores
36
consultados, es minoritaria (7% Si y 4% No) con respecto a la del parcelamiento
agrícola de La Chamusca (81% Si y 9% No), esto puede ser un indicativo de que
el primero de los asentamientos mencionados está más urbanizado (es la
comunidad de mayor antigüedad del área de estudio), y en consecuencia se
podría asumir como de menor actividad agrícola (ver Figura 1), tal como se pudo
constatar en las observaciones realizadas en estas localidades (ver Anexo E,
aspectos comunitarios de los barrios del noroeste de Maracaibo ubicados en el
área de estudio). Asimismo, como elemento contrastante al comparar la respuesta
de los consultados de HSC y La Chamusca, de los años 2009 y 2012, con la
obtenida de productores campesinos de Tepeezuwa Aphaim, en el 2016,
muestran que el uso de la maquinaria agrícola en sus labores rutinarias disminuyó
considerablemente (de un total de 32 consultados sólo 8 manifestaron que
empleaban maquinaria agrícola).
Otro hecho de importancia, que revelan las encuestas, con respecto a las
prácticas agrícolas de las comunidades del área de investigación, es la fuerte
tendencia al monocultivo de la yuca (ver Figuras 3, 5 y 14) el cual constituye el
cultivo principal en las comunidades de La Chamusca (2009: 72%), La Retirada 1
(2013: casi el 90%) y Tepeezuwa Aphaim (2016: de 32 encuestados 22 cultivan
yuca).
Por otra parte, consultando a productores de las comunidades de
Tepeezuwa Aphaim y La Retirada 1 (ambas, con mayoría poblacional de origen
wayuu), durante el año 2016, se pudo corroborar que la generalidad de los
agricultores de Tepeezuwa Aphaim hace uso de las fases lunares (17 Si y 13 No)
y de los ciclos de lluvias para llevar a cabo sus labores de siembra (18 Si y 11 No)
y que los conocimientos vinculados a la actividad agrícola provienen de sus
progenitores (ver Figuras 7, 8 y 16).
Es interesante la respuesta negativa obtenida de campesinos consultados
en Tepeezuwa Aphaim acerca del “uso de insecticidas” (ver Figura 9), ya que
mayoritariamente manifestaron que nos los utilizaban (2016, de 32: 18 No y 7 Si).
Éste puede ser un indicativo, como se ha comentado anteriormente con relación al
caso de las maquinarias agrícolas, de que los insecticidas están siendo poco
37
aplicados debido principalmente a las dificultades de tipo económicas, que tiene el
país actualmente, más que a factores de índole cultural (etnia wayuu) o de la
implementación de prácticas agroecológicas en esos espacios periurbanos.
Para poder entender como el modelo hegemónico agroproductivo
“modernizador” de la revolución verde, impuesto por el sistema mundo dominante,
fue establecido en los territorios que conforma el noroeste de Maracaibo (y en
todo el territorio Nuestro Americano), y por otro lado la persistencia actualmente
de los conocimientos ancestrales y campesinos -con su herencia de colonialidad-,
que no han podido ser eliminados o superados completamente, comenzamos
recurriendo a los referentes históricos sobre los pobladores originarios que
vivieron y produjeron sus alimentos utilizando sus prácticas agrícolas que le
sirvieron para obtener su sustento a partir de la tierra, la Pachamama, antes de la
conquista acontecida 500 años atrás. En ese sentido, Ferrer (2012) señala que los
primeros asentamientos en la sabana de Maracaibo se hicieron a través de
diferentes grupos étnicos (onotos, macues, coyamas, chaques, aliles, quiriquires,
etc.) y posteriormente por medio de la fundación de villas de españoles, trayendo
como resultado el poblamiento gradual de esos territorios con el establecimiento
espontaneó de colonos en los alrededores de la ciudad y en las riberas del Lago
de Maracaibo.
De las habilidades agrícolas desarrolladas por esos pueblos originarios,
ocupantes del territorio de la actual ciudad de Maracaibo -y todo el territorio
nacional-, resalta la práctica del “conuco” tal como lo explica Márquez (2015)
reseñando que en Venezuela el desarrollo de la cultura del conuco ha definido
desde épocas inmemoriales espacios civilizatorios desde los que se modelaron
pueblos y comunidades portadoras de conocimientos, creencias, tradiciones y
formas sensibles de interpretar al mundo. En torno a estos espacios de
producción se dieron prácticas culturales asociadas con la domesticación de
plantas que se adaptaron mejor a nichos y microclimas específicos.
Al intentar establecer un paralelismo entre lo referido por el investigador
Márquez con respecto a la cultura del conuco y la realidad, actual, de pueblos
Prácticas agrícolas y organización comunitaria en el noroeste de Maracaibo
Prácticas agrícolas y organización comunitaria en el noroeste de Maracaibo
Prácticas agrícolas y organización comunitaria en el noroeste de Maracaibo
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Prácticas agrícolas y organización comunitaria en el noroeste de Maracaibo

  • 1. MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA, UNIVERSIDAD BOLIVARIANA DE VENEZUELA PROGRAMA DE FORMACIÓN EN ESTUDIOS AVANZADOS DOCTORADO EN CIENCIAS PARA EL DESARROLLO ESTRATEGICO PRACTICAS AGRICOLAS Y PROCESOS DE ORGANIZACIÓN COMUNITARIA EN COMUNIDADES DEL NOROESTE DE MARACAIBO (1960-2017) Tesis para optar al título de Doctor en Ciencias para el Desarrollo Estratégico. Mención: Organización Comunitaria y Poder Popular Msc. Biol. Jesús Toledo Tutora: Dra. Erleem de Andrade Maracaibo, enero 2021
  • 2. ii DEDICATORIA A mis hijas Alicia y Yajaira A mi esposa Yamelys A la memoria de mis padres Jesús y Josefina, y de mi combativa hermana María Teresa (Mary) A las comunidades batalladoras del noroeste de Maracaibo A los campesinos y campesinas venezolanos (as)
  • 3. iii AGRADECIMIENTOS En primer lugar, expreso mi sincero agradecimiento a la Dra. Belin Vázquez y al colectivo de compañeros del doctorado integrados por: Carolina Granadillo, Eduvio Ferrer, Olivia Silva e Ivonne Vargas, que gracias a su asesoría y orientaciones oportunas y pertinentes me permitieron encausar y darle forma a este trabajo investigativo de mi tesis doctoral. Asimismo, agradezco el aporte de los estudiantes del PFG Agroecología UBV, Eje Geopolítico Cacique Mara, actualmente egresados, que, gracias a sus actividades realizadas en las comunidades del noroeste de Maracaibo, durante el desarrollo de la estrategia educativa de la Unidad Básica Integradora de Proyecto, años 2009-2016, se obtuvo información valiosa de encuestas que permitieron elaborar la estadística utilizada en este estudio. Y por supuesto, no se puede dejar afuera la valiosa colaboración prestada por parte de habitantes de las comunidades La Chamusca, La Retirada 1, Tepeezuwa Apahain, especialmente, de los (as) agricultores (as), líderes y voceros (as) comunitarios (as): Rafael Reverol, Simón González, Melida Ferrer, Ángel Silva, Gilberto De La Rosa, Ela Méndez y Zuly Rincon. Por último, también se agradece la contribución del registro documental que suministro la hemeroteca y el departamento de Acervo Histórico del Estado Zulia de la Biblioteca Pública de Maracaibo, y los censos de parcelas, del área de estudio, que proporcionaron en el Instituto Nacional de Tierras (INTI).
  • 5. v ÍNDICE GENERAL DEDICATORIA ...................................................................................................... ii AGRADECIMIENTOS ........................................................................................... iii APROBACIÓN DE LA TUTORA .......................................................................... iv ÍNDICE GENERAL ................................................................................................ v LISTA DE TABLAS .............................................................................................. vii LISTA DE FIGURAS ............................................................................................ viii RESUMEN ............................................................................................................ x ABSTRACT ...........................................................................................................xi INTRODUCCIÓN .................................................................................................. 1 CAPITULO I. REALIDAD INVESTIGADA ............................................................ 5 1.1 Problematización de la realidad estudiada ...................................................... 5 1.2 Propósito de la investigación ........................................................................... 9 1.3 Recorrido metodológico de la investigación .................................................... 9 CAPITULO II. ORIGEN Y DESARROLLO HISTÓRICO DE LAS PRACTICAS AGRÍCOLAS EN VENEZUELA Y EL ESTADO ZULIA ........................................13 2.1 Prácticas agrícolas ancestrales de los pueblos originarios en el estado Zulia y el noroeste de Maracaibo ......................................................................................13 2.2 Prácticas agrícolas durante la invasión europea y la colonia (siglos XVI, XVII y XVIII) en el Zulia y el noroeste del municipio Maracaibo.......................................18 2.3 Practicas productivas agropecuarias en el Zulia durante el siglo XIX hasta la primera mitad del siglo XX .....................................................................................24 2.4 Prácticas agrícolas venezolanas, en el estado Zulia y el noroeste de Maracaibo desde el año 1950 hasta nuestros días. ..............................................27
  • 6. vi CAPITULO III. LA ORGANIZACIÓN COMUNITARIA EN ÁREAS AGRÍCOLAS PERIURBANAS Y RURALES DE VENEZUELA Y EL ESTADO ZULIA ............ 72 3.1 Organizaciones comunitarias campesinas y experiencias de luchas por la tierra y las semillas originarias en Nuestra América ............................................ 72 3.2 Derecho a la tierra y la organización comunitaria del Poder Popular en la Venezuela Bolivariana ........................................................................................ 94 CAPITULO IV. PROPUESTA DE ACCIÓN PARA PROMOVER LA TRANSFORMACIÓN DEL MODELO AGRÍCOLA DEL NOROESTE DE MARACAIBO ..................................................................................................... 127 REFERENCIAS. ................................................................................................. 140 TABLAS ............................................................................................................... 52 FIGURAS ........................................................................................................... 153 ANEXOS ............................................................................................................ 164
  • 7. vii LISTA DE TABLAS Tabla1. Elementos resaltantes de las prácticas agrícolas vinculados a los modos de siembra tradicional, con respecto al modelo de la revolución verde................ 52 Tabla 2. Principales rubros agrícolas de pueblos originarios, hispanoárabe y africano presente en la dieta actual del venezolano............................................. 54 Tabla 3. Fundamentos contrastantes de los modelos agrícola: Revolución Verde y Agroecológico ...................................................................................................... 72
  • 8. viii LISTA DE FIGURAS Figura 1. Tipo de cultivos en las parcelas (HSC). Año 2012 ............................. 153 Figura 2. Uso de maquinaria agrícola (HSC). Año 2012 .................................. 153 Figura 3. Tipos de cultivos (La Chamusca). Año 2009 ...................................... 154 Figura 4. Uso de maquinaria agrícola en las parcelas (La Chamusca). Año 2009 ................................................................................................................... 154 Figura 5. Tipos de rubros cultivos en Tepeezuwa Apahim. Año 2016 .............. 155 Figura 6. Uso de maquinaria agrícola. Año 2016 .............................................. 155 Figura 7. Uso de fases lunares para la siembra. Año 2016 .............................. 156 Figura 8. Uso del ciclo de lluvias para la siembra. Año 2016. ........................... 156 Figura 9. Aplicación de insecticidas en cultivos. Año 2016................................ 157 Figura 10. Empleo de trabajadores en las parcelas. Año 2016 ......................... 157 Figura 11. Producción animal. Año 2016 .......................................................... 158 Figura 12. Tiempo de residencia en la parcela .................................................. 158 Figura 13. Nacionalidad del trabajador agrícola ................................................ 159 Figura 14. Tipos de cultivos en las parcelas. ..................................................... 159 Figura 15. Destino de la venta del parcelero .................................................... 160 Figura 16. Procedencia de conocimientos agrícolas. R1. Año 2016 ................. 160 Figura 17. Participación en actividades agroproductivas colectivas .................. 161 Figura 18. ¿Cree usted que en la actualidad el pueblo este interviniendo en las decisiones sobre cómo debe invertirse los recursos? ........................................ 161
  • 9. ix Figura 19. ¿Esa de acuerdo que es ahora el pueblo organizado quien debe tener protagonismo para decidir sobre el presupuesto a invertir? ............................. 162 Figura 20. Superficie de tierras por parcela o finca (Ha) .................................. 162 Figura 21. Representación de la propuesta inicial, presentada por la comunidad ......................................................................................................... 163 Figura 22. Propuesta discutida y aprobada por los participantes (conversatorio, 03-04-2018) ....................................................................................................... 163
  • 10. x RESUMEN La producción agrícola venezolana evidencia problemas enmarcados en el modelo hegemónico de dominación del sistema-mundo capitalista. Modelo impuesto por Europa occidental en América desde hace más de 500 años con sustanciales rupturas de la forma y manera de convivir con la naturaleza de nuestros pueblos originarios. Problema de vieja data que atraviesa actualmente dificultades de diversa índole; unas, de carácter estructural y, otras, asociadas al modelo capitalista rentista. De acuerdo con esto, la territorialidad de los grupos humanos localizados al noroeste marabino estaría determinada por los aspectos culturales y sociopolíticos que vinculan las prácticas agrícolas ancestrales y la organización comunitaria que ha pasado por procesos históricos que llevan a la transformación de comunidades inicialmente rurales a otras de carácter urbano y periurbano, abandonando, en la mayoría de los casos, su condición de productores agropecuarios. Estos lugares fueron inicialmente rurales e interconectados por un mismo proceso histórico – social económico y que simultáneamente, han formado parte de la reorganización municipal y parroquial del Estado Zulia, particularmente de Maracaibo. Se planteó como propósito investigativo, explicar las prácticas agrícolas vinculadas con los procesos de transformación de la organización comunitaria en las comunidades La Chamusca, La Retirada 1, Hogar Santa Cruz y Tepeezuwa Apahim (1960-2017). El estudio se orientó, metodológicamente, hacia una Investigación Acción Participativa. Se utilizaron técnicas de: encuestas, entrevista semiestructuradas, grupos de discusión, observación no participante, entre otras. Entre los resultados obtenidos destacan prácticas agrícolas ancestrales: quema para la limpieza y preparación del terreno, policultivos y conucos, uso de las fases lunares, utilización del palo sembrador, sincronización con la temporada de lluvia; del periodo colonial, la práctica del monocultivo, el pastoreo y los latifundios cimientos de los actuales barrios del área de estudio; finca familiar mercantil, originada entre los siglos XIX y XX, característica del sector, y la Revolución Verde (maquinaria agrícola, plaguicidas, monocultivo, agronegocio-agroindustria). De las estructuras organizativas del Poder Popular, destacan: los Consejos Comunales presididos por las Juntas de Vecinos, anteriores a la Revolución Bolivariana, vigentes hasta la primera década de este siglo. Se observa, que los consejos comunales no han podido establecer una autentica participación protagónica y democracia directa, sino por el contrario, pareciera que las “viejas prácticas” de la democracia liberal representativa se acentúan. No se emprenden proyectos agroproductivos, que permitan avanzar y fortalecer el Poder Popular y el autogobierno local (consejos comunales, comunas, CLAP). Se discutió y aprobó la “Feria Agroecológica de Consumo Solidario” de carácter permanente, que podría fortalecer el Poder Popular, mediante la constitución de una “Comuna Agroproductiva Agroecológica” considerando los intercambios y experiencias, que se puedan establecer entre productores-consumidores locales.
  • 11. xi ABSTRACT The Venezuelan agricultural production shows problems framed in the hegemonic model of domination of the capitalist world-system. Model imposed by Western Europe in America for more than 500 years with substantial ruptures in the way and way of living with the nature of our native peoples. Old problem that is currently having trouble of various kinds; some, structural in nature and others associated with the capitalist rentier model. According to this, the territoriality of the human groups located in northwestern Marabino would be determined by the cultural and sociopolitical aspects that link ancestral agricultural practices and community organization that has gone through historical processes that lead to the transformation of initially rural communities to other urban and peri-urban, abandoning, in most cases, their status as agricultural producers. These places were initially rural and interconnected by a same historical - social economic process and that simultaneously, they have been part of the municipal and parochial reorganization of Zulia State, particularly of Maracaibo. The research purpose was to explain the agricultural practices linked to the processes of transformation of the community organization in the communities of La Chamusca, La Retirada 1, Hogar Santa Cruz and Tepeezuwa Apahim (1960-2017). The study was oriented, methodologically, towards a Participatory Action Research. The following techniques where used: surveys, semi-structured interviews, discussion groups, non-participant observation, among others. Among the results obtained ancestral agricultural practices: burning for cleaning and preparation of the land, polycultures and conucos, use of lunar phases, use of the sowing stick, synchronization with the rainy season; from the colonial period, the practice of monoculture, pastoralism and the latifundios foundations of the current neighborhoods of the study area; mercantile family farm, originated between the nineteenth and twentieth centuries, characteristic of the sector, and the Green Revolution (agricultural machinery, pesticides, monoculture, agribusiness- agribusiness). Of the organizational structures of the Popular Power, they stand out: the Communal Councils presided over by the Neighbors' Juntas, before the Bolivarian Revolution, in force until the first decade of this century. It is observed that the communal councils have not been able to establish an authentic protagonist participation and direct democracy, but on the contrary, it seems that the "old practices" of representative liberal democracy are accentuated. No agroproductive projects are undertaken, which allow advancing and strengthening Popular Power and local self-government (communal councils, communes, CLAP). The "Agroecological Fair of Solidarity Consumption" was discussed and approved on a permanent basis, which could strengthen the People's Power, through the constitution of an "Agro-Ecological Agroproductive Comuna" considering the exchanges and experiences that can be established between local producers- consumers.
  • 12. INTRODUCCIÓN En Venezuela el ámbito de la producción agrícola evidencia problemas enmarcados en el modelo hegemónico de dominación del sistema-mundo capitalista. Este modelo fue impuesto por Europa occidental en América desde hace más de 500 años y produjo sustanciales rupturas con la forma y manera de convivir con la naturaleza nuestros pueblos originarios. Este problema también es de vieja data en nuestro país que atraviesa actualmente dificultades de diversa índole; unas, de carácter estructural y, otras, asociadas al modelo capitalista rentista. En este contexto se inscribe el proceso de cambios liderado por el comandante Hugo Chávez, impulsor de la Revolución Bolivariana desde 1999 y que continúa hasta el presente. En este sentido, el socialismo del siglo XXI proyecta transformar el país, pero la pervivencia de las contradicciones que proceden de un estado liberal burgués, asentado en la democracia representativa, entran en tensión con una democracia protagónica y participativa, expresada en el Poder Popular y el llamado Estado Comunal desde la organización comunitaria. Asimismo, añadiendo elementos de discusión a las proposiciones anteriores sobre la agricultura venezolana, y en general a nivel global, es importante destacar que la indetenible depredación de la naturaleza en favor de un crecimiento económico es una herencia que perdura hasta nuestros días. Con relación a este planteamiento, Delgado y Escobar (2006) expresan la necesidad de cuestionar las formas de generación de riquezas, lo cual lleva a sostener que en las sociedades occidentales capitalistas la acumulación acelerada ha precipitado el deterioro de los recursos naturales, sea por medio de la sobreexplotación y/o la contaminación que ha devenido en crisis ecológica. Debido a ello, la responsabilidad en las formas, la innovación y recreación de tecnologías poco agresivas al medio ambiente (como las que promueve la agroecología) son alternativas que se van gestando en el seno de las sociedades. Para el caso de las sociedades campesinas, la revalorización del conocimiento
  • 13. 2 ancestral, ya perdido o severamente erosionado es una herramienta concreta para responder a la crisis ecológica. Con respecto al conocimiento ancestral agrícola de nuestras sociedades precapitalistas, Sanoja (2011) destaca que la cosecha de maíz cultivado requería de técnicas de conservación y almacenamiento de las mazorcas para el consumo diferido. Además, que uno de los procedimientos más comunes era el ahumado de las mazorcas, mediante el cual se lograba reducir la humedad natural de los granos y hacerlos más resistentes a los hongos y plagas. El conuco, como lo refiere Velasco (2014), ha sido otra práctica milenaria de nuestros pueblos originarios, y aún constituye un legado de resistencia entre nuestros descendientes Caquetios de Paraguaná, que han cultivado de siglo en siglo un pedazo de la tierra para producir alimentos necesarios y asegurar su manutención familiar y colectiva. Con relación a este escenario, plantea Porto-Gonçalves (2009) que la cuestión básica no es la producción de alimentos, sino que en la lucha por el control de las semillas lo que está en juego es la reproducción, que, en el fondo, es una lucha por el modo de producción, en el sentido material y simbólico del modo de comer que caracteriza a cada cultura, a cada pueblo. En el caso venezolano, el agronegocio nos impuso que nuestra arepa de maíz sea identificada como “Harina-Pan” constituyendo en la actualidad uno de los elementos resaltantes de la llamada “guerra económica”. Por su parte, en un trabajo colectivo sobre las bases científicas de la agroecología para una agricultura sustentable, destaca Susana Hecht (1999) que las prácticas agroecológicas para proteger los cultivos y los agroecosistemas de la depredación se remontan a los tiempos de sus usos por parte de los pueblos originarios, aun cuando la acepción contemporánea de este concepto data de los años 70. Al respecto, advierte que las ciencias agronómicas formales han restado importancia a las herencias agroecológicas de estos conocimientos ancestrales, aunque a la agroecología se le ha incorporado un enfoque social ligado al medio ambiente y la sostenibilidad ecológica de los sistemas de producción agrícola.
  • 14. 3 Otro elemento para tomar en cuenta, lo proporciona Wallerstein (2005) cuando comenta sobre la desruralización del mundo que se encuentra en una pronunciada curva ascendente, situación que ha estado sucediendo en los últimos quinientos años, pero se aceleró a partir de 1945. Y se puede agregar, de acuerdo con lo que señala Acosta (2009) que, en nuestro país, la despoblación del campo, en general, es consecuencia del latifundismo, que hace que el “provinciano” no pueda vivir en las zonas rurales, aunque en la ciudad le ofrezca bajo salarios de hambre, más en su provincia no tiene ninguno. Brito (2009 a) también aporta información sobre este aspecto, atribuyéndole a la familia de Gómez y sus favoritos la propiedad sobre una tercera parte de las tierras cultivadas, fortaleciendo la posesión latifundista de la tierra en las primeras décadas de la era petrolera, lo cual ocasionó que los grupos de campesinos y peones emigraran de las haciendas y fincas ganaderas y se “liberaran” de las relaciones de servidumbre, transformándose en un asalariado, pero sin eliminarse el latifundio. A los factores, señalados anteriormente, se le añade desde el siglo XX los efectos de la denominada Revolución Verde, cuyas acciones forman parte de la cotidianidad en nuestras comunidades rurales, urbanas y periurbanas, como las que están ubicadas al oeste del municipio Maracaibo. Finalmente, a continuación, se señalan la estructura del presente trabajo investigativo organizado en capítulos, que constituyen y viabilizan las ideas y referentes teóricos que facilitan su análisis reflexivo y llevan el hilo conductor de la tesis presentada. En el capítulo I, se expone argumentos sobre la realidad investigada, de donde surge la inquietud que despertó las ganas de profundizar en el conocimiento, el contexto donde se desarrolla la problemática estudiada, el propósito y el recorrido metodológico de la investigación realizada, mientras que el capítulo II, presenta un senda histórica sobre los procesos de aparición e incorporación de las prácticas agrícolas en el marco de las relaciones para la producción agrícola de los grupos humanos que se han asentaron en el Zulia y particularmente en el noroeste de Maracaibo, desde el periodo prehispánico hasta la actualidad. En el capítulo III, se expone y reflexiona sobre la organización
  • 15. 4 comunitaria en el medio periurbano y rural del país, los procesos de lucha por la tierra en Nuestra América; derecho a la tierra y la organización comunitaria del Poder Popular en la Venezuela Bolivariana. Por último, en el capítulo IV, se plantea una propuesta para promover la transformación del modelo agrícola en el noroeste de Maracaibo, mediante las prácticas agrícolas y organización comunitaria desde el enfoque agroecológico.
  • 16. 5 CAPITULO I REALIDAD INVESTIGADA 1.1 Problematización de la realidad estudiada La inquietud por conocer sobre el tema de las prácticas agrícolas y la organización comunitaria, surge desde la praxis educativa durante el desempeño como profesor de la Unidad Básica Integradora de Proyecto (UBIP), correspondiente a los periodos lectivos 2008 y 2009, en las comunidades aledañas a la Universidad Bolivariana de Venezuela, Eje Geopolítico Regional Cacique Mara, específicamente en La Chamusca y la Retirada 1, pertenecientes a la Parroquia San Isidro, Municipio Maracaibo, del Estado Zulia, en el Programa de Formación de Grado en Agroecología, con la realización del Proyecto Comunitario, estrategia mediante la cual se pretende que el estudiante comprenda las interrelaciones entre el sistema social y el sistema ambiental de una comunidad agrícola. A esto se añade mi origen familiar, en las tierras sucrenses de Carúpano y Cumaná, con mi padre, hombre del campo, convertido en obrero por las circunstancias de su tiempo, y mi madre hija de un latifundista cafetalero margariteño, acontecimientos que me generan la necesidad de profundizar sobre el planteamiento de investigación que se expone seguidamente, iniciándose por la situación del medio agropecuario en el sector periurbano del noroeste de Maracaibo. En el caso particular del Municipio Maracaibo, la mayoría de los aspectos antes referidos en la introducción (conucos, semillas, desruralización, entre otros) además de la inmigración de pobladores campesinos y campesinas de la República hermana de Colombia, corresponden a factores que pueden haber influido en la ocupación territorial y el modelo de producción agrícola de las comunidades rurales y periurbanas próximas o en el área de influencia de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV), sede Zulia. Estos asentamientos están constituidos por unidades productivas que no superan las tres hectáreas, con problemas de índole social que no permiten
  • 17. 6 rebasar la actual condición de pobreza y estancamiento, o bien corresponden a áreas urbanas deprimidas donde apenas se está implementando un desarrollo incipiente de los denominados patios productivos (agricultura urbana, promovida desde el gobierno nacional). De acuerdo con esto, la territorialidad de los grupos humanos localizados al noroeste marabino estaría determinada por los aspectos culturales y sociopolíticos que vinculan las prácticas agrícolas ancestrales y la organización comunitaria que ha pasado por procesos históricos que llevan a la transformación de comunidades inicialmente rurales a otras de carácter urbano y periurbano1 , abandonando, en la mayoría de los casos, su condición de productores agropecuarios. Como punto de referencia a este planteamiento sobre las formas de ocupación territorial que históricamente se han presentado en el municipio Maracaibo, sostiene Vázquez (2016: 22): “Desde tiempos ancestrales, estas tierras eran asentamientos indígenas y progresivamente se fueron originando nuevos procesos de ocupación en estos espacios con sus dinámicas sociales y económicas, en torno a los hatos, fundos, fincas, granjas y otras unidades de producción dedicadas al cultivo agrícola y la cría de animales.” Asimismo, indica Vázquez (2016), que estos lugares fueron inicialmente rurales e interconectados por un mismo proceso histórico – social económico y que simultáneamente, han formado parte de la reorganización municipal y parroquial del Estado Zulia y particularmente de Maracaibo. Se pretende mediante el estudio planteado, tratar de poner al descubierto los procesos históricos vinculados a los cambios que se han operado entre las 1 La evolución de la periurbanización no hace desaparecer totalmente las características económicas y sociales imperantes en el medio rural, si bien las transforma de manera notable. Las características económicas y sociales del territorio rural persisten, aunque la periurbanización tiene influencia en la pérdida de su coherencia interna, lo mismo si la agricultura sigue siendo el núcleo en torno al cual se organiza el territorio, ahí donde el proceso de urbanización apenas se manifiesta. En ese sentido, la periurbanización es una disputa por un espacio, entre los habitantes de dos ámbitos territoriales diferentes, el rural y el urbano; ambos poseen inicialmente, formas distintas de vivir, de producir, de pensar, es decir, formas diferentes de aprehender el espacio que ocupan.”. (Sánchez, 2004:107).
  • 18. 7 prácticas agrícolas ancestrales y la organización comunitaria de los grupos societarios que han convivido y viven en dichas parroquias, desde principios del siglo XX hasta nuestros días. Aunque la ocupación de ese territorio sea de mayor antigüedad, como se mencionó anteriormente (previo a la invasión hispana del siglo XVI), los cambios producidos desde el poder establecido con respecto a la organización político administrativa, como plantea Vázquez, parecen haberse acentuado durante ese periodo histórico, particularmente después de la caída de la dictadura militar de Pérez Jiménez, en el año 1958, que motivaron la invasión de hatos que estaban en manos de personajes afectos a ese régimen, a lo que se añade la promulgación de la Ley de Reforma Agraria de 1960. En tiempos recientes de procesos de cambios, enmarcados en la Revolución Bolivariana del siglo XXI, encontramos que las comunidades asentadas en la parroquia San Isidro están movilizándose para constituirse en comunas, desatancándose que ya están en curso: “Fuerza Campesina Revolucionaria”, integrada por ocho Consejos Comunales, donde está ubicada La Chamusca y en la comunidad Hogar Santa Cruz está por iniciarse una precomuna (no identificada hasta el momento), mientras que La Retirada 1 no se han evidenciado acciones sobre este particular; en Tepeezwua Apahim (parroquia Antonio Borjas Romero), está en marcha la constitución de una comuna junto a 14 Consejos Comunales denominada “Comuna Socio Productiva Revolución Wayuu”. (Ver Anexo A, Planos de ubicación de las comunidades). Estas cuatro poblaciones periurbanas, de vocación agrícola, tienen todas ellas características organizativas particulares y desarrollos históricos diferenciados, pero sometidas, en conjunto, a la imposición hegemónica de prácticas agrícolas coloniales; más recientemente, desde el siglo XX por el modelo productivo neocolonial de la Revolución Verde, contaminante y destructor de la fauna, flora y ecosistemas, en general. Esto puede haber derivado en el enmascaramiento o pérdida total de los conocimientos agrícolas ancestrales, mediante la transformación de una estructura organizativa comunitaria originalmente destinada al trabajo agrícola
  • 19. 8 (relaciones sociales de producción), contribuyendo de esa manera a la evolución histórica de la urbanización de Maracaibo. Por medio de esta investigación, se pretendió detectar cuales son los elementos que explican el tipo de práctica agrícola aplicada en función de cómo se han venido organizando los productores (particularmente, durante el periodo 1960-2017), influenciados por las políticas del ámbito productivo y de administración territorial aplicadas en el área de estudio, y si se mantienen manejos ancestrales tecnoproductivos que pueden favorecer la transformación del modelo agropecuario imperante basado en la revolución verde y el agronegocio por otro de carácter agroecológico, más acorde con la naturaleza y que favorecen una producción y distribución de alimentos más solidaria y su consumo saludable, que a su vez pueden orientar a la definición de políticas públicas encontradas que privilegian uno u otro modelo agrícola. En ese orden de ideas los resultados del estudio, suministrarían los aportes necesarios -aunque estos puedan ser considerados muy pequeños- para el logro tan esperado de la soberanía y seguridad alimentaria, específicamente en estos momentos de crisis en el suministro de alimentos, que ayuden a su vez a la organización y consolidación del Poder Popular autónomo, desde las mismas organizaciones comunitarias, por lo menos en los asentamientos de productores del noroeste marabinos y tal vez sirva de referencia al resto del estado Zulia y el país en general, acorde con los lineamientos establecidos en Plan de la Patria 2013-2019, específicamente vinculado con los objetivos: “I.- Defender, expandir y consolidar el bien más preciado que hemos reconquistado después de 200 años: la Independencia Nacional”, y el “V.- Preservar la vida en el planeta y salvar la especie humana”, respectivamente. Dado que el inicio de todo trayecto de investigación genera un conjunto de preguntas, que tendrán respuesta una vez logrado culminar ese camino, en este estudio se originaron las siguientes interrogantes: ¿Cuáles son las prácticas que se llevan a cabo en las comunidades ubicadas en el área de estudio?, ¿Qué elementos caracterizan a las organizaciones comunitarias de los barrios La Chamusca, La Retirada 1, Hogar Santa Cruz y Tepeezuwa Apahim?, ¿La
  • 20. 9 estructura productiva originalmente se dedicaba al trabajo agrícola con tecnologías ancestrales?, ¿En el área de estudio se presenta contraste entre las prácticas agrícolas de la Revolución Verde y las Agroecológicas que se desarrolla en los barrios del noroeste de Maracaibo? y por último surge esta interrogante, ¿Cuál sería la propuesta teórico metodológica para lograr alcanzar el desarrollo de prácticas agrícolas y de la organización comunitaria desde la mirada agroecológica? 1.2 Propósito de la investigación Tomando en cuenta los argumentos antes expuesto y las inevitables y esperados interrogantes que se desprenden de cualquier esfuerzo investigativo, ya enunciadas en la sección anterior, se planteó como propósito, explicar las prácticas agrícolas vinculadas con los procesos de transformación de la organización comunitaria en las comunidades La Chamusca, La Retirada 1, Hogar Santa Cruz y Tepeezuwa Apahim (1960-2017). Para el logro de esta finalidad se consideraron los siguientes objetivos: • Constituir el grupo de investigación. • Revisar las fuentes disponibles de información preliminar sobre La Chamusca, La Retirada 1, Hogar Santa Cruz y Tepeezuwa Apahim (1960- 2017). • Diagnosticar las prácticas agrícolas y las organizaciones comunitarias existentes en el área de estudio. • Realizar talleres de formación para los integrantes del grupo de investigación. • Formular una propuesta teórica metodológica para desarrollar prácticas agrícolas y organización comunitaria desde el enfoque agroecológico. 1.3 Recorrido metodológico de la investigación. El presente estudio se orientó, desde el punto de vista metodológico, hacia una Investigación Acción Participativa (IAP) adaptada al contexto social particular, basado en lo que plantean Bigott (2011), Inojosa (2013) con su tesis de la
  • 21. 10 Investigación - Acción Indoamericana y las reflexiones que presenta en su compilación Canales Cerón (2006), sin descartar el uso de información obtenida mediante el enfoque cuantitativo que contribuya a la recolección de datos requeridos en el procedimiento investigativo, de conformidad con Basagoiti, Martín y Lorenzana (2001) que señalan que el tipo de técnica utilizada determina si esta esta tiene un carácter cuantitativo o cualitativo... y que no se descarta ninguna de las técnicas a nuestro alcance siempre que estén al servicio de los fines de la investigación. En se mismo orden de ideas Bigott indica que en una Investigación- Acción-Participativa se deben revisarse también... los estudios socioeconómicos... y demográficos realizados anteriormente. El grupo de investigación se organizó, dentro de lo que fue posible, considerando el enfoque cualitativo, utilizando las técnicas de recolección de los registros requeridos en el proceso de investigación que incluyeron entrevistas semi-estructurada y los sujetos de estudio involucrados en el grupo investigativo, junto con el investigador coordinador, estuvieron conformados por habitantes de las Parroquias San Isidro y Antonio Borjas Romero del municipio Maracaibo. Se tenía previsto seleccionar ocho informantes clave (dos por cada comunidad), voceros miembros de los Consejos Comunales, Comité Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) y productores de las comunidades: La Chamusca, La Retirada 1, Hogar Santa Cruz y Tepeezuwa Apahim, pero finalmente sólo se pudo consultar a seis parceleros y vecinos de las comunidades referidas. Asimismo, se aplicó la técnica de grupos de discusión, en la que participaron en un primer encuentro, realizado el 26-06-2017, dos colaboradores de la Retirada 1, uno de Hogar Santa Cruz, y otro de Las Mercedes; posteriormente, se realizó una segunda entrevista colectiva o conversatorio, con cuatro vecinos de Tepeezuwa Apahim y un productor invitado de la comunidad Las Tres S el día 22-02-2018. Se incorporaron a estas discusiones habitantes de los asentamientos periurbanos, situadas en las adyacencias del área de estudio, con la finalidad de enriquecer los debates de los grupos de discusión. De acuerdo, con los referentes bibliográfico, antes citados, se hizo uso de datos de encuestas aplicadas durante las actividades docentes realizadas en las comunidades, incluidas dentro del área estudiada, desde la estrategia educativa
  • 22. 11 de la Unidad Básica Integradora de Proyecto (UBIP) a partir del año 2009 hasta el 2016 para representarlos y analizarlos posteriormente a través de gráficos de frecuencia (barras y/o tortas) mediante el empleo de paquetes estadísticos SPSS 10.0 y el programa Excel 2007. Igualmente, se obtuvo información documental en la hemeroteca y el departamento de Acervo Histórico del Estado Zulia de la Biblioteca Pública de Maracaibo, sobre escenarios comerciales y urbanos de la ciudad de Maracaibo, información de la situación del campesinado a mediados del siglo XX (específicamente durante la década de los 60). También se pudo obtener reportes sobre registro de parcelas, del área de estudio, que proporcionaron en el Instituto Nacional de Tierras (INTI). Para el diagnóstico de las prácticas agrícolas y la organización existente en el área estudiada, se hizo uso de la técnica de observación no participante. Como instrumento de recolección de información, en el caso de la entrevista, se diseñó una guía de entrevista y para los grupos de discusión una guía de preguntas generadoras abiertas dirigida a los informantes clave relacionadas con los propósitos específicos de la investigación, además de una guía de observación que permitió recabar la información que se esperaban obtener de acuerdo a los objetivos específicos programados, en los distintos momentos y lugares donde se desarrolló el estudio realizado (ver Anexo B, Instrumentos utilizados para la recolección de información). El diario de campo se utilizó como herramienta indispensable para recopilación de los datos obtenidos mediante la aplicación de los diferentes instrumentos ya indicados junto con la grabación y la toma de fotografías cada vez que fue posible. Es importante destacar que en concordancia con la direccionalidad metodológica del IAP, seguida en este estudio, se dictaron talleres dirigidos al fortalecimiento de los conocimientos de los y las productores (as) y vecinos (as) en materia organizativa y de prácticas agrícolas desde el enfoque agroecológico (ver Anexo C, Talleres). Adicionalmente, en Tepeezuwa Apahim se realizó un diagnóstico participativo el día 9-12-2016, contando con la asistencia de 18 persona; constituida por grupos etarios de diferentes edades, incluyendo adolescentes
  • 23. 12 menores de 15 años, con la finalidad de conocer la problemática socioambiental y productiva local, mediante la realización del taller Técnica de Grupo Nominal (TGN) en concordancia con las orientaciones metodológicas de Olaz Capitán (s/f). Por último, con los informantes claves del grupo de investigación a partir de las entrevistas grupales y conversatorios se delineó y definió la propuesta metodológica para desarrollar prácticas agrícolas y organización comunitaria desde el enfoque agroecológico en el área de estudio.
  • 24. 13 CAPITULO II ORIGEN Y DESARROLLO HISTÓRICO DE LAS PRÁCTICAS AGRÍCOLAS EN VENEZUELAY EL ESTADO ZULIA Para la revisión teórica de este estudio se consideró como fundamental la búsqueda por una parte, tanto del conocimiento hegemónico moderno colonial- neocolonial como el que proviene de las formas organizativas de los pueblos originarios, afroamericanos y mestizos (campesino) para la producción agraria, y que además se ponga en evidencia los aspectos que caracterizan la práctica agrícola actual basada en el modelo de la Revolución Verde colocándola en tensión con la producción de carácter agroecológica que admite los saberes ancestrales para la siembra, manejo de los cultivos, cosecha, consumo y distribución de los excedentes de la producción con acercamiento del productor al consumidor, en los territorios nuestro americanos, venezolanos, zulianos y concretamente en el noroeste de Maracaibo. En resumen, en este capítulo se intenta presentar un recorrido histórico sobre los procesos de aparición e incorporación de las prácticas agrícolas en función de las formas organizativas, tecnologías y de las relaciones para la producción agrícola de los grupos humanos que se han asentado en el territorio nacional con énfasis principal en lo local (noroeste de Maracaibo) desde el periodo prehispánico hasta la actualidad. 2.1 Prácticas agrícolas ancestrales de los pueblos originarios en el estado Zulia y el noroeste de Maracaibo. La organizaron de nuestras comunidades ancestrales en los espacios que en la actualidad constituyen los territorios de Nuestra América, Venezuela, el estado Zulia y en particular la zona urbana y periurbana del noroeste de la ciudad de Maracaibo, con relación a las prácticas agrícolas 2 y formas de siembra de los principales rubros que determinaban la ocupación de espacios y aseguraban la 2 Según Landais y cols. (1988: 128-129) la práctica agrícola “…es del orden de la acción... la práctica está arraigada dentro de un contexto particular situado en el espacio, en el tiempo. Les interesa a las prácticas mantenerse en un proyecto en ese contexto determinado.
  • 25. 14 reproducción de la vida de esos grupos humanos mediante la domesticación y mantenimiento de cultivos que le proporcionaban energía concentrada bajo la forma de semillas, raíces, tubérculos, frutos comestibles y no comestibles, aprendiendo a controlar una gama extensa de mecanismos individuales de adaptación de las diferentes plantas a las condiciones de pluviosidad y sequía de las regiones tropicales fueron precedidos por los grupos denominados apropiadores (Sanoja, 2011) o modo de producción 3 de los cazadores especializados como señalan Sanoja y Vargas (1974) que se cimenta en la caza como elemento fundamental de subsistencia, estaban localizados en el noroeste de Venezuela en el estado Falcón, la planicie de Maracaibo (se pudiera inferir su ocupación del noroeste marabino), la cuenca del Lago de Valencia y la cuenca de los ríos Caura y Caroní de la región Guayana, con una duración entre los 14.000 a los 4.000 A.C. El avance de las fuerzas productivas impulsado, en parte, por las condiciones ecológicas llevo entonces al final de la formación de los pescadores y cazadores especializados que obligó a los grupos humanos a una reestructuración de la producción y de las formas de distribución, cambio y consumo de valores de uso y de cambio. Ocurrió, en consecuencia, básicamente, la transformación de las fuerzas productivas y de las relaciones sociales de producción manifestada en la presencia de nuevos contenidos en la propiedad y nuevas formas de posesión, así como los procesos de cooperación y reciprocidad (Sanoja, 2011). Bajo las condiciones descritas anteriormente se desarrolla la formación social4 agrícola que, según García Müller (2001) se inicia al norte de Suramérica apareciendo hacia el primer milenio antes de Cristo, con las culturas alfareras en Colombia que introducen una economía productora de alimentos fundada en el cultivo de yuca, combinando con la caza terrestre y la pesca fluvial y marina. Al respecto Sanoja (2011:77) aporta a la comprensión de este proceso más elementos, con la expresión que sigue: 3 Modo de producción es la esfera social de reproducción económica de la vida material de una determinada formación social, el cual incluye, asimismo, el modo de reproducción material de una sociedad. (Sanoja, 2011:45). 4 Formación social refleja los caracteres esenciales y fundamentales de los procesos sociales de la realidad sensible en un momento concreto de la temporalidad histórica; la categoría refiere, por tanto, a una sociedad concreta. (Sanoja, 2011:45).
  • 26. 15 “La domesticación de plantas en Suramérica la entendemos como un derivado de la milenaria colonización territorial que emprendieron sus habitantes originarios y de la fase de consolidación de la vida sedentaria que ocurrió hacia 3000-2000 años a.c, coincidiendo a su vez con el establecimiento de las principales familias lingüísticas suramericanas.” En base a trabajos de otros autores García Müller (2001:28-29) caracteriza las prácticas agrícolas del modo de producción dominante en el territorio nacional, antes de la llegada de los invasores europeos en el siglo XVI, denominado tropical, de acuerdo con sus elementos y prácticas resaltantes y su forma organizativa asociada, el cual se describe seguidamente: Características del modo de producción tropical: - Predomina la vegecultura que podría definirse como un sistema tecno- económico y social general para la agricultura de raíces o de siembra de partes vegetativas de las plantas. La planta que la caracteriza es la yuca (Manihot esculenta Crantz.), complementándose su cultivo con la batata (Ipomoea batata L. Lam), el mapuey (Discorea trifida), maní (Arachys hipogea) y el ñame (Discorea alata L.). - La adopción de la yuca como cultivo base que solo requiere de plantar las estacas del tallo, permitió un fácil comienzo de la vida sedentaria. - La vegecultura se basa en la roza o limpieza y quema de la vegetación de un sector limitado de un área selvática, la cual es cultivada durante dos o más años. Posteriormente es dejado en barbecho 5 durante un lapso que permite la regeneración de gramíneas (barbecho corto) o del bosque secundario (barbecho largo, 20 o 22 años). -Los instrumentos de producción se limitan fundamentalmente a la “coa” 6 o bastón para sembrar, hachas o azadas líticas o de concha para rozar o limpiar la vegetación y cestas para transportar o almacenar el producto de la cosecha. 5 Sanoja (1997:33-34) Barbecho largo o agricultura itinerante: consiste en la roza o limpieza de un sector limitado de un área selvática, la cual es cultivada durante un año o dos; barbecho corto: en esta práctica agrícola, el tiempo de cultivo excede al del barbecho, por lo cual la vegetación que se regenera consiste fundamentalmente en gramíneas. 6 De acuerdo con Alvarado (2008: 122) la coa, se define: palo fuerte, herrado o no, destinado a abrir o ahoyar o sembrar la tierra de plantío.
  • 27. 16 - La introducción del maíz (Zea mayz) fue muy tardía por alejamiento de las rutas de los centros de difusión (México, Perú), no pudo desplazar las tecnologías de la vegecultura, siendo su influencia mayormente ceremonial (bebidas alcohólicas en las festividades colectivas). Organización social: - Viviendas en aldeas semipermanentes sedentarias, formadas desde bases familísticas hasta formas más complejas como el “cacicazgo”. - La formación de nacientes comunidades por segmentación de las existentes se produce al llegar al punto de saturación demográfico, por la insuficiencia de la cantidad de animales y plantas del medio, para alimentar la población. No se buscan nuevas tecnologías para aumentar la producción, sino que el grupo se fragmenta en nuevas comunidades para colonizar nuevos hábitats. Es importante destacar que los elementos antes descritos corresponden al sistema tecno-productivo del conuco 7 que constituyen prácticas de siembra, amigables con el ambiente, consideradas como ancestrales que se realizaba y aplican actualmente en Venezuela los campesinos e indígenas, como los caquetíos y sus descendientes en el estado Falcón (Velasco, 2014). Según Sanoja (1997) el conuco ha tomado su nombre de la práctica agrícola que ha sido más característica de las regiones tropicales bajas de Suramérica desde los tiempos precolombinos hasta el presente. Implica la preparación de los suelos mediante la roza y la quema, el uso itinerante de los suelos y el cultivo predominante de plantas vegetativas como la yuca, al menos en la actual agricultura de subsistencia, con otros cultivos tales como el ñame, la batata, el maíz, frijoles, auyamas, tomates, entre otros, y frutos de maduración corta como la lechosa. Otro aporte relevante para la compresión de las formas de conocer y practicar la agricultura por parte de nuestros pueblos originarios viene de la región oriental del país, específicamente en el estado Anzoátegui, el investigador 7 Alvarado (2008: 133) define al conuco, como sementera, labranza. Voz taína.
  • 28. 17 Civrieux (2005) nos relata que los Cumanagotos también practicaban la horticultura de conuco (guanapur, quenepecaz), es decir el típico método tropical de tala y quema. La roza, la quema, la siembra y la limpieza de las hierbas eran trabajos que correspondían exclusivamente a los varones adultos, mientras que la cosecha era realizada en colaboración con los hombres y mujeres. Los trabajos posteriores, como el transporte de los productos cosechados y la preparación de los alimentos, quedaba a cargo exclusivo de las mujeres. Adicionalmente, de una investigación realizada por Márquez (2015: 227,228) con descendientes de los indígenas píritus-cumanagotos, se obtiene información que permite ampliar el conocimiento teórico sobre el modo de producción tropical basado en el conuco de los pueblos originarios como lo que pudieron haber habitado el noroeste de Maracaibo: “... para sembrar los conucos se espera la entrada de las lluvias que pueden llegar tempranamente en mayo, después de las quemas, o por el contrario prologarse y comenzar a caer a mediados de junio. La siembra es una labor que no se ejecuta al azar como suele pensarse al hablar de conucos; por el contrario, esta revestida de una serie de acontecimientos que implican un conocimiento profundo de las variaciones del tiempo, de los indicadores atmosféricos y climáticos, de los cambios que acontecen en torno a la vida al anunciarse la presencia de la estación de abundancia (invierno); todo está revestido de una ritualidad simbólica ... En la siembra participa toda la familia, hombres, mujeres, niños y allegados e incluso puede contratarse ayuda cuando no hay suficiente personal, lo que ha sustituido a la “Cayapa”, cuyo principio es la cooperación. El aprendizaje de las labores de siembra comienza a temprana edad” Con estos diferentes aportes y de acuerdo con lo que plantea Vázquez (2016) el espacio periurbano y urbano del noroeste de la ciudad de Maracaibo se puede inferir como estuvo poblado por asentamientos indígenas, que desarrollaban sus prácticas agrícolas enmarcadas en el conuco con las características expuestas en los párrafos anteriores.
  • 29. 18 2.2 Prácticas agrícolas durante la invasión europea y la colonia (siglos XVI, XVII y XVIII) en el Zulia y el noroeste del municipio Maracaibo. La Europa occidental del siglo XVI adelanta y hace realidad a partir de 1492 lo que se puede considerar la primera globalización del sistema-mundo que nos hace referencia Wallerstein (2005). Esto se empieza desde el siglo XV cuando comienza a declinar la sociedad feudal y el capitalismo mercantil empezaba a emerger en dicha región buscando vías alternas a la mediterránea para mantener el comercio con India y China, las cuales habían sido cerradas por la expansión del imperio turco (Sanoja, 2011). Es por esa razón que España y Portugal emprenden viajes de carácter exploratorio a América Latina, de los cuales el más conocido es el de Cristóbal Colón, que por un lado marcarían el comienzo del “mito de la Modernidad” como reflexiona Dussel (1991) y por el otro el de una violenta invasión que arrasarían con pueblos enteros y su cultura, incluyendo sus milenarios saberes y prácticas agrícolas. Al respecto con relación a la denominada “fase de contacto” Sanoja (2011:140) advierte lo siguiente: “Nuestra América es un continente inmenso habitado todavía para el siglo XVI por poblaciones amerindias que representaban diversos niveles de desarrollo sociohistóricos, desde bandas de recolectores-cazadores, pasando por sociedades tribales aldeanas, cacicazgos y complejos señoríos, hasta llegar a los enormes imperios incas y aztecas” En Venezuela también se presentaban diferencias en cuanto a las formas de organización social de nuestros pueblos originarios, para el momento de la llegada de los colonizadores españoles. Con relación a esto García Müller (2001) plantea que al momento de llegar Cristóbal Colon a las costas venezolanas de Paria, en 1948, se encontraban de acuerdo con el desarrollo de las fuerzas productivas de nuestros pueblos originarios, organizados en: a) aldeas multifamiliares (modo de producción tropical), dirigidas por un cacique con autoridad local, sin verdaderas instituciones de gobierno y b) comunidades
  • 30. 19 aldeanas (modo de producción teocrático)8 , en la región andina y noroeste de Venezuela donde se iniciaba un movimiento hacia una autoridad centralizada. Para el caso particular del territorio zuliano los grupos aborígenes estaban distribuidos, para el periodo de contacto con los españoles, en la península de la Guajira los Guajiros (Wayúu) agricultores semi-sedentarios en el modo de producción tropical con agricultura incipiente, recolección de conchas marinas acompañada de la caza y pesca; grupos de apropiadores nómades en las costa del Lago de Maracaibo que vivían de la pesca, recolección de moluscos (conchas, caracoles) y tortugas marinas, y hacia el piedemonte occidental de los Andes comunidades semipermanentes sedentarias del modo de producción tropical representada por los Motilones que cultivaban yuca, maíz, papa, ajíes, batata. Existía un importante intercambio comercial con las otras comunidades del área del “pie de monte” y las costas del lago de Maracaibo, cambiado pescado por productos vegetales, cueros por sal, y otros productos. (Domínguez y Franscheci, 2010). Una de las consecuencias del contacto inicial y posterior proceso de coloniaje de los invasores españoles se establece en la producción y consumo de alimentos que describe acertadamente Sanoja (2011: 148,150) “…parte de sistemas agrarios basados, unos en la agricultura de regadíos, y otros en la horticultura de roza y quema, los cuales constituyen el fundamento de la vida social venezolana desde el siglo XVI...” y comenta, además: “…los aborígenes venezolanos legaron a la nueva sociedad indohispana tradiciones alimenticias y culinarias que mantienen todavía vigencia en la sociedad venezolana contemporánea: la utilización sostenida de papas, (Solanum tuberosa), la yuca (Manihot esculenta Crantz), el ají, (Capsicum sp), las caraotas (Phaseolus vulgaris Lobel), los frijoles (Phaseolus lunatus L.), la piña (Ananas sativus), la guanábana (Annona muricata), el mamey (Mammea americana), el hicaco (Chysobalanus icaco), el mamón (Meliccoca bijuga), la parchita (Passiflora sp), el zapote (Calocarpum mammosum), la uva de playa, (Coccoloba uvifera), el aguacate, (Persea americana), la batata (Ipomea batatas), el mapuey (Dioscorea triphylla), el ocumo (Santosoma sagittifolium), el apio (Arracaha arracacha), la auyama (Cucurbita maxima), la 8 Sanoja (2011) comenta que la aparición -hacia inicios de la era cristiana- de formas centralizadas de poder para planificar y llevar a término las tareas productivas colectivas, influyó para la gestación de relaciones jerarquizadas. El carácter político de la sociedad no estaba referido solamente a una aldea sino a conjuntos de ellas que funcionan dentro de relaciones de sometimiento y subordinación.
  • 31. 20 lechosa (Carica papaya), el merey, (Anarcardium occidentalis), el cacao (Theobroma cacao)…”. Otro aspecto que deriva de la hegemonía imperial hispana, además de la producción y la alimentación, es una sociedad dividida en clases distinta a la organización de nuestros grupos humanos originarios, de carácter igualitario, basada mayoritariamente en la cooperación y el trabajo colectivo, por el sometimiento de nuestros pueblos ancestrales y particularmente con la incorporación de la mano de obra de ascendencia africana. Esta situación comienza desde el “…siglo XV…cuando entre mercaderes de Europa, África y América…se tráfico con la vida de quince millones de seres humanos, arrancados de sus raíces y privados de su libertad para convertirlos en cimiento de un sistema económico de producción que sin ellos hubiera sido imposible: el esclavista”. El trato inhumano que recibían fue motivo de numerosas sublevaciones a la brutal dinámica económica y social a la que estaban sometidos. Una de las maneras de liberarse del azote de la esclavitud era huyendo al monte, en donde formaban cumbes convirtiéndose en negros cimarrones. (Centro Nacional de Historia, 2012). Al respecto plantea García (2012) que las primeras experiencias de convivencialidad libertaria etnosocial en Venezuela y el resto del continente de Nuestra América, fueron los cumbes, palenques y quilombos de los afrodescendientes, aun cuando la historiografía oficial pretendió anularlas, a nombre de una modernidad salpicada de racismo o visión progresista, en el duro proceso de construcción de las Repúblicas y ahora del nuevo Estado. La experiencia histórica de los cumbes en Venezuela va desde la dependencia colonial, la aparición del Estado y su República, constituyéndose en espacios y prácticas del poder local, horizontalidad, reparto de las cosechas agrícolas y de la pesca de acuerdo el trabajo de cada uno, la solidaridad en la construcción de espacios habitacionales, la funcionalidad organizativa como una estructura que operaba sin burocracia. A lo anteriormente citado se agregan la contribución africana a nuestros sistemas productivos agrícolas tal como lo destaca el Centro Nacional de Historia (2012) que refiere como aporte africano en el cumbe, a la agricultura y dieta del
  • 32. 21 venezolano además de la yuca, caraotas, mapuey, plátanos, maíz y auyama, algunos animales de las haciendas de los amos, la caza de chigüires, iguanas y dantas, frutos de la selva como la guayaba, Psidiumm guajava, mamón y el jobo; así como también el ñame (Discorea alata), la patilla (Citrullus vulgaris), el ajonjolí (Sesamum indicum L.), la sábila (Aloe vera), el quinchoncho (Cajanus cajan L. Millsp), el quimbombó (Albemoschus esculentus L.), entre otros. Las características de las formas de organización clasista para la producción agrícola (relaciones de producción) durante la colonia, se manifiesta según Sanoja (2011) es dos modos de vida9 : indohispano y agroexportador. García Müller (2001: 82, 83 y 85) describe detalladamente en su obra el modo de vida indohispano, con los aspectos que se indican a continuación. Características del modo de vida indohispano (1500-1700): a) Desarrollo de centros urbanos hispanos b) Explotaciones agrícolas con: b.1. Tecnología utilizada proveniente en gran parte de los antiguos modos de producción aborigen, especialmente la agricultura de subsistencia de roza y quema. b.2. Fuerza de trabajo constituida mayormente por servicios individuales (encomenderos) o colectivamente (orden misional). c) Explotaciones pecuarias con: c.1. Tecnología pastoril introducida por los europeos. Pero la difusión del ganado vacuno y cabrío, sin los españoles (debido al robo y escape del ganado) propició el surgimiento del pastoralismo entre algunos aborígenes, quienes desarrollaron una economía ganadera dentro del marco colectivo de la comunidad aborigen. 9 Modo de vida con esta categoría es posible abordar la existencia de ciertas maneras particulares de organización de la actividad humana dentro de una formación económica social, a ciertos ritmos de estructura social y, en consecuencia, el cumplimiento de las leyes específicas que rigen para la formación social en la cual se expresan. (Sanoja, 2011:46).
  • 33. 22 c.2. La fuerza de trabajo estaba constituida en gran parte por indígenas, quienes prestaban sus servicios individuales al encomendero o colectivos en hatos de misiones, cuyos dueños se apropiaban del producto del trabajo indígena (relaciones de servidumbre). Inicialmente la producción de alimentos vegetales para el consumo diario de la población indígena y europea se basó en los productos agrícolas de origen americano, especialmente el maíz, yuca y granos leguminosos. Pero los españoles quisieron adaptar al clima y al suelo local los cultivos e industria de España. Trataron de aprovechar la abundancia del algodón cultivado por los indígenas, pero la industria de hilados no prosperó pese al éxito inicial. Se introdujo el trigo (Triticum ssp) en los valles del río Tuy con indudable éxito, pero fue desplazado por el tabaco (Nicotiana tabacum) y el cacao, replegándose hacia las zonas altas de los Andes; ya en 1611 la harina de trigo desapareció como producto de exportación. El cacao y el tabaco eran plantas utilizadas por etnias locales desde tiempos prehispánicos. (Cunill, 2007). Características del modo de vida colonial agroexportador (años: 1700 - 1830): A continuación se destacan los elementos resaltantes del modo de producción colonial agroexportador, en el territorio venezolano, haciendo alusión a los aspectos específicos que se presentaron en los espacios que corresponde actualmente al estado Zulia y de manera particular a la ciudad de Maracaibo, el cual se fundamenta principalmente en la explotación de la mano de obra esclava y aparece el monocultivo de algunos rubros como el cacao, el café (Coffea arabiga) y la caña (Saccharum offinarum), práctica agrícola que tiende a la disminución de la diversidad biológica y puede ocasionar otros problemas como alteración y perdida de grandes áreas de vegetación y en consecuencia modificación de ecosistemas, tal como señala Cunill Grau (2007:469) “...estas plantaciones cañeras es un núcleo de destrucción de la selva de las laderas próximas, debido a la gran cantidad de leña que necesita para mantener las labores en el ingenio y el alambique...”, mientras que en el ámbito de la organización socioeconómico se fortalece el latifundio y el sistema esclavista y servil (enfeudado) en el territorio nacional. En el plano político se comienza a establecer las bases del futuro
  • 34. 23 Estado-Nación venezolano, que ya en la potencia imperial española se había instaurado desde el siglo XV. En el siglo XVIII, la demanda internacional estimuló en Venezuela la expansión de los cultivos de cacao, caña de azúcar, tabaco (Nicotiana tabaco), algodón (Gossypium hirsutum) y añil (Deindigoferea tintórea) fomentando entre la clase terrateniente y comerciantes mantuanos una creciente acumulación de capital mercantil. Correlativamente, el comercio y la reproducción local de esclavos (as) produjo la fuerza de trabajo necesaria para mantener la expansión económica de las plantaciones, lo que aumentó el número de trabajadores (as) de origen africano en las diferentes regiones del país, hecho que contribuyó a configurar la composición étnica y cultural de toda la sociedad venezolana. (Sanoja, 2011). Es importante destacar que en la actualidad el algodón se puede considerar un cultivo marginal mientras que el añil desapareció como cultivo importante confrontando problemas, desde el periodo colonial, de diversa índole, naturales y socioeconómicos, pasando por los agronómicos y los vinculados a la carencia de servicios productivos (Pacheco, 2000). Las burguesías coloniales de Caracas y Maracaibo también obtenían grandes beneficios del submodo de vida 2, el cual representó una forma de reproducción específica altamente especializada en el pastoreo y cría de ganado con una localización geográfica definida: los llanos de Venezuela y la extensa planicie sabanera al sur de Maracaibo. Constituidas por unidades de producción integradas por ranchos o hatos ganaderos, los cuales formaban vastos latifundios, relaciones de tipo servil con las burguesías agrarias locales que poseían el monopolio de las tierras y rebaños y la clase trabajadora del campo, indígenas reducidos y esclavos negro-venezolanos. Adicionalmente, se originó en Maracaibo un modo de trabajo pastoril vinculado a la etnia wayúu, aunque dependiente de los circuitos comerciales criollos y europeos caribeños. (Vargas y Sanoja, 2014). A manera de comentarios finales con relación a las prácticas culturales agrícolas y la organización para producir, durante el modo de vida colonial agroexportador en Venezuela y particularmente en Maracaibo, se resume lo siguiente:
  • 35. 24 1. Se introduce la práctica del monocultivo con latifundios destinados a la siembra del cacao, el café, el añil, el tabaco y la caña de azúcar. 2. Aparece la actividad de cría de ganado y pastoreo en el llano venezolano y la planicie de Maracaibo. 3. Se acentúa la división clasista de la sociedad con la esclavitud de la mano de obra de origen africano para el trabajo en las plantaciones, consolidándose los mantuanos (terratenientes) como clase dominante. 4. Surge y se establece el latifundio que desplaza progresivamente a los grupos humanos originarios con sus formas de producción de carácter colectivo y prácticas de siembra acordes con la naturaleza. Este modo de producción se prolonga durante el siglo XIX, después de la independencia de Venezuela del imperio español, que también dejo su contribución a nuestros sistemas de cultivos y hábitos alimentarios con la introducción además del trigo y la caña de azúcar a nuestro “criollísimo” café. 2.3 Prácticas productivas agropecuarias en el Zulia durante el siglo XIX hasta la primera mitad del siglo XX. Una vez concluida la larga guerra de independentista y liberada Venezuela del imperio español, se pone en marcha el modo de vida monoproductor agroexportador (Sanoja, 2011). Se comienza a estructurar el Estado liberal burgués en mano de la oligarquía que dominaba en la colonia y los nuevos propietarios de tierra que surgieron de los oficiales que comandaron las tropas independentistas como es el caso emblemático de Páez, por lo que se puede asegurar que “…El sistema latifundista no sufrió profundos cambios como consecuencia de la guerra de independencia”. (Domínguez y Franscheci, 2010). Seguidamente se examinan algunos de los aspectos fundamentales que caracterizaron la organización socioeconómica y la producción agropecuaria de ese periodo histórico venezolano, según García Müller (2001: 183, 184): “Desde 1830 la producción agrícola esta signada por crisis recurrentes de fluctuaciones de precios de los productos agrícolas de exportación, así como profundas diferencias políticas, guerrillas constantes y la “guerra larga” de la Federación de 1859-1863 que destruyeron y entorpecieron la actividad productiva... Los andinos conquistan el poder desde 1898 hasta la muerte de
  • 36. 25 Juan Vicente Gómez en 1936 instaurándose una larga dictadura que acaba con la guerrilla y el caudillismo, pero que mantiene a la agricultura venezolana en una situación de absoluto control por el entorno de J.V Gómez y lento desarrollo, influido también por las fluctuaciones del mercado internacional y la competencia de otros países... La agroexportación depende del café, los cueros y el cacao, así como otros productos de menor importancia como el tabaco, añil, vacuno en pie, caballos, mulas y algodón... Las formas productivas fueron la hacienda, el hato, el conuco y la pequeña finca familiar mercantil... La mano de obra más importante estuvo constituida por los esclavos hasta 1854 que se transformaron en peones enfeudados después de la abolición de la esclavitud. Los colonos, medianeros y pisatarios tenían relaciones de trabajo con las haciendas bajo la forma de renta-trabajo, renta-especie o renta-dinero por el uso de las tierras, bosques y aguas. Los jornaleros o peones libres constituidos por trabajadores sin tierras y trabajadores de las unidades de producción mercantil. El pequeño productor familiar mercantil se desarrolló a fines del siglo XIX e inicios del XX en la nueva frontera agrícola de los Andes, con la ocupación de tierras incultas bajo el estímulo del café por grupos familiares que actuaban como una unidad de producción consumo, basado en el trabajo de toda la familia... En el hato se dieron diferentes relaciones de trabajo: el peón agrícola sin pago metálico, el peón asalariado que recibía su pago en dinero y el peón que recibía su pago en mercancías y ganado” (Resaltado nuestro). En este contexto, Rodríguez (2000) analiza a Gibraltar como caso particular de la región zuliana en el sur del Lago de Maracaibo. En este espacio se ubicaban los principales hatos y haciendas de la anterior provincia de Maracaibo; además que algunas de estas propiedades pertenecían a residenciados en Maracaibo y Zulia. En estas áreas productivas vivían los escasos esclavos registrados durante el proceso de abolición de la esclavitud y el resto como jornaleros o peones que trabajaban en las unidades de producción como población libre sometida a reglamentos y ordenanzas impuestas por las autoridades maracaiberas. Este proceso que continúo hasta los primeros años del siglo XX, denominado por Sanoja “modo de vida monoproductor agroexportador”, es reemplazado paulatinamente por otro que tiene como base la actividad extractiva del petróleo, tal como se argumenta en las líneas que siguen. En el temprano siglo XX los espacios de poblamiento rural se incrementaron con la roturación de tierras nuevas, especialmente para conformar nuevos paisajes consagrados al cultivo del cafeto (compatible con la conservación de zonas boscosas montañosas); en las zonas de altitud media de las fincas
  • 37. 26 monoproductoras de la cordillera de los Andes y en las haciendas de la cordillera de la Costa, incentivándose sus exportaciones al lograr entre 1907 y 1917 el segundo lugar dentro de los productores mundiales de café, después de Brasil, para bajar a una tercera posición en 1918, al ser superado por Colombia, a cuarta en 1924 y luego por diversos factores internos de la irrupción petrolera y externos a un séptimo lugar en 1932. Había concluido la bonanza cafetalera, perdiéndose la continuidad en la gran opción que daban sus plantaciones de sombra, competitivas para consumidores exigentes en el plano mundial. (Cunill, 2007). En general, se puede resumir sobre el periodo correspondiente al modo de vida monoproductor agroexportador venezolano, que según Sanoja (2011) estuvo vigente hasta la primera mitad del siglo XX, los elementos claves que destaca Domínguez y Franscheci (2010), en las líneas que siguen: El latifundismo no solamente se mantuvo, también se consolidó regresivamente, es decir, se hizo más injusto, más irracional, más improductivo. Para comprobar lo planteado observemos el cuadro siguiente sobre el número de pequeños, medianos y grandes propietarios con la respectiva cantidad de tierras que poseía cada grupo: Años Medianos y pequeños propietarios Tierra en leguas cuadradas Grandes propietarios Tierra en leguas Cuadradas 1873 28.222 7.490 980 8.400 1881 19.154 7.245 1.022 9.725 1891 19.901 5.000 1.184 14.184 De la comparación entre las cifras que corresponden a la tierra perdida (entre 1873-1891) por los pequeños y medianos propietarios (2.490 leguas), con las que ganaron los grandes propietarios (5.784 leguas) se deduce que las 3.294 leguas que hay de diferencia, seguramente provienen de la apropiación de grandes extensiones de tierras baldías por los más poderosos personajes de las elites del país. En las tres últimas décadas del siglo XIX se acentuó aún más el proceso de “privatización” de las tierras del Estado o baldíos. Ellas pasarán a
  • 38. 27 manos de los que tuviesen dinero, bonos públicos, o por lo menos, suficiente poder político o militar para adquirirlas”. Brito (2009 a), amplia los elementos caracterizadores de la etapa referida con respecto al latifundio, argumentando que las explotaciones petroleras no líquida, sino que fortalece el latifundio o propiedad territorial agraria en la misma situación que existe en las últimas décadas del siglo XIX. Las empresas petroleras, al dominar como personas jurídicas sobre extensas áreas territoriales, devienen de hecho en el primer latifundista del país, y aunque el concepto no es totalmente exacto, lo cierto es que en realidad las compañías controlan grandes extensiones de las mejores tierras de cultivo y producción agrícola, transformadas desde entonces en zonas de exploración y reservas petrolíferas. En conexión con este planteamiento Brito señala que unos de los representantes del entorno del dictador Gómez, en el estado Zulia, Vicencio Pérez Soto, instrumento incondicional de las empresas petroleras, compartía con los París la condición de primer latifundista regional. 2.4 Prácticas agrícolas venezolanas, en el estado Zulia y el noroeste de Maracaibo desde el año 1950 hasta nuestros días. Las prácticas agrícolas y la organización para la producción agrícola que se desarrolla en Venezuela desde la segunda mitad del siglo XX la describe García Müller, (2001: 193, 194), de esta manera: “Desde la década de los treinta, especialmente después de la muerte de Gómez en 1936, la agricultura pasa por una serie de esfuerzos de modernización promovida por el gobierno, especialmente con la creación del Ministerio de Agricultura. El fuerte desarrollo industrial de los años cincuenta y los proyectos agrícolas de colonización con tecnologías modernas originan reacomodos en todos los ámbitos de la agricultura nacional, pero una parte importante de las materias primas agroindustriales e insumos para la producción agrícola, vienen del mercado mundial, debido a las facilidades de importación y los dólares provenientes de la renta petrolera. Puede considerarse que el proceso de modernización en la agricultura venezolana se inicia al terminar la segunda guerra mundial en el periodo 1948-1958, tomando como modelo la agricultura norteamericana con la introducción de maquinaria agrícola, fertilizantes químicos, insecticidas, herbicidas, fungicidas, variedades de híbridos vegetales, nuevas razas de animales, alimentos concentrados, vacunas y drogas veterinarias y la creación de estudios universitarios de Agronomía y Veterinaria”(Resaltado nuestro nuestro).
  • 39. 28 Con referencia a la “colonización agrícola” Araujo (2010) señala que el gobierno de López Contreras acude a un plan de emergencia…para reintegrar a los campesinos al trabajo agrícola…se encomienda al Ministerio de Obras Públicas la fundación de varias colonias agrícolas…pasarían después al Ministerio de Agricultura y Cría y darían lugar a un proceso de colonización a través de un organismo denominado Instituto Técnico de Inmigración y Colonia, cuya función es fundar y organizar colonias seleccionando una inmigración adecuada que venga a instruir con su ejemplo al agricultor venezolano. Araujo apunta que el denominador común de esta experiencia, que se acentúa durante la dictadura militar de Pérez Jiménez de 1948 a 1958, es el derroche de recursos, su inefectividad para resolver el problema agrario y la demagogia con que se trata de ocultar su carácter de medida complaciente con la clase latifundista. Es importante destacar que el “impulso modernizador” de la agricultura nacional, mediante el modelo enmarcado en la Revolución Verde, se fue imponiendo desde centros de poder hegemónicos y promovido, en el país, por sectores de las capas medias profesionales y de la oligarquía local. En este orden de ideas es importante destacar, en el ámbito regional, que la creación de la Facultad de Agronomía de la Universidad del Zulia (LUZ), comienza desde el año de 1956 cuando un grupo de empresarios rurales encabezados por el Dr. Rafael Urdaneta, se interesó por promover una Facultad de Agronomía para la Universidad del Zulia, pero no fue hasta el 20 de agosto de 1959 cuando el Consejo Nacional de Universidades aprobó su creación y entró en funcionamiento el 15 de octubre de ese mismo año, con 10 docentes, 57 estudiantes y un programa de estudio preparado según recomendaciones de la I Conferencia Latinoamericana sobre Educación Agrícola Superior, celebrada en Chile en 1958. Su primer decano fue el Ing. José González Matheus y su primer director el Ing. Roberto Atencio Johnson. En 1966 entró en funcionamiento el Instituto de Investigaciones Agropecuarias y desde 1975 se creó la División de Extensión Agrícola. (Hernández y Parra, 1999). Profundizando sobre la forma de producción agrícola que predomina a partir de los años cincuenta, en Venezuela, García Müller (2001: 211-214) agrega elementos importantes para entender esa etapa histórica:
  • 40. 29 “. Frente al derrumbe de la agroexportación que se inicia a principios del siglo XX, pero más claramente desde finales de los años 30, se produce en muchos casos la disolución de las haciendas (entendidas como binomio plantación – conuco) ...La sustitución de la forma productiva hacienda comenzó en los años treinta y culminó en la década del 60. La sustitución de la forma familiar-mercantil, que fue la más significativa, si bien se inició como un proceso empezado por los hacendados, cediendo terrenos en aparcería para hacer frente a la crisis, alcanzó mayor intensidad en 1945-48 y en los años sesenta, favorecida en los dos momentos por la acción del Estado con la política de la Reforma Agraria. La sustitución de la hacienda por la forma productiva capitalista comenzó como una respuesta temprana a los efectos de la crisis y continuo aceleradamente durante los años cincuenta, impulsada por nuevos agentes; sin embrago esta vía tuvo poca significación y estuvo limitada en algunas áreas en los llanos centrales y occidentales... La implantación de la forma productiva capitalista fue un proceso no vinculado a la dinámica histórica (hato y hacienda) y se efectuó a partir de procesos de colonización y sustitución. La colonización capitalista se inició en la zona noroeste del Lago de Maracaibo en la década del veinte; se extendió hasta el sur del Lago en las décadas del treinta, recibió un nuevo impulso en los años cincuenta, al incorporarse el Dtto. Sucre y más tarde se desplazó hacia la cuenca oriental que fue desarrollada por iniciativa privada... A finales de la década del 70 las formas productivas capitalistas han alcanzado pleno vigor, pero también la forma mercantil familiar campesina” (Resaltado nuestro). En adición a la caracterización antes mencionada la consolidación en tiempos recientes de una agricultura basada en relaciones de producción capitalista, con la aplicación de medidas de corte neoliberal en los años 80, y posteriormente en los tiempos de las políticas que, en la materia agrícola, impulsa el proceso de la Revolución Bolivariana, desde el año 1999, se discuten otros aspectos que los describe Gutiérrez (2005: 70, 75), tal como sigue: “Las políticas macroeconómicas y sus efectos sobre los sistemas agroalimentarios nacionales han sido ampliamente estudiadas, sobre todo a partir de 1980 cuando los programas de estabilización y ajuste estructural, cuyo componente relevante era la política macroeconómica, se ejecutaron en diversos países para enfrentar los problemas originados por la crisis de la deuda externa. Mediante la política monetaria y cambiaria se afecta: a) las tasas de interés (el precio de usar dinero ajeno) y b) el precio de la moneda extranjera en términos de la moneda nacional (tipo de cambio). El carácter de la política monetaria (expansiva o restrictiva de la oferta monetaria) afectará también los precios domésticos (entre ellos los de los alimentos y de las materias primas agrícolas). No obstante, una política monetaria expansiva al aumentar la liquidez disminuye el precio del dinero y facilita los créditos para los sectores productivos a menores tasas de interés… En contraste, una política monetaria restrictiva de la oferta de dinero puede producir efectos contrarios a los antes señalados. Mediante la política fiscal el gobierno decide
  • 41. 30 la aplicación de impuestos y sus prioridades al asignar recursos para diferentes programas sectoriales (financiamiento, subsidios y apoyo a los productores agrícolas, infraestructura, capacitación y transferencia de tecnología, subsidios a consumidores, etc.). La política fiscal si es de carácter expansivo también puede afectar la oferta monetaria incrementándola y por esta vía ejercer presiones inflacionarias… Desde 1999 el gobierno fijó como objetivos generales de la política agrícola y de desarrollo rural lo siguiente: • Incrementar significativamente el aporte de la producción interna a la demanda nacional de bienes agrícolas y reducir el tradicional déficit estructural de la balanza comercial agrícola. • Desarrollar una estrategia para la seguridad alimentaria de la nación. • Promover el incremento de las exportaciones y el renacimiento de una agricultura de exportación competitiva. • Recuperar la dinámica del desarrollo rural y el bienestar de la población campesina. • Lograr una tasa, significativamente superior, en el crecimiento de la producción agrícola respecto a la tasa de crecimiento de la población. • Incentivar el incremento significativo de la inversión agrícola. • Crear escenarios financieros favorables para el mejoramiento del empleo y remuneración del empresario agropecuario y el campesino. • Crear mecanismos financieros seguros para garantizar el cumplimiento exitoso del ciclo de producción agropecuario”. Hasta el momento, a pesar de la implementación de determinadas políticas dirigidas al sector agrícola, como la creación de instrumentos legales e instituciones de apoyo al sector agropecuario y la Misión Agrovenezuela10 , se puede observar que, en general, estas medidas han tenido poco efecto, de tal manera que la mayoría de los objetivos enunciados no se han cumplido, por el contrario se presenta incremento de las importaciones y se añade el problema del comercio ilegal de productos de la dieta básica (y otros insumos del hogar) conocido como “bachaqueo”. Para profundizar sobre las características resaltantes de la agricultura en tiempos reciente es importante destacar el estado de algunos de los principales rubros cultivados en Venezuela, de acuerdo con los datos que se presenta a continuación. La horticultura comercial constituye un sistema agrícola muy intensivo, por lo general de tres cosechas al año, con elevadas aplicaciones de agroquímicos y fuerza de trabajo, en parcelas de dimensiones relativamente reducidas. En 10 La Misión Agrovenezuela fue creada por medio de Gaceta oficial Nº 39.923 con carácter permanente, que tiende a garantizar el derecho a la seguridad alimentaria a través de la asistencia técnica, dotación de insumos y financiamiento de los productores agrícolas, etc.
  • 42. 31 consecuencia, no se esperan aumentos importantes en la superficie cosechada del sistema. En efecto, el incremento de área más significativo de los cultivos líderes de la horticultura se inició en los años 1997-1998, con 6.600 hectáreas promedio, hasta alcanzar las casi 8.000 hectáreas en el 2005. Bajo estas condiciones de producción y superficie, los rendimientos de la zanahoria (27 t/ha en el 2004) y cebolla (25 t/ha en el 2004) superaron a los de China (18,1 y 21,5 t/ha, respectivamente en el 2004). Por el contrario, los rendimientos del pimentón, para ese mismo año, 16,3 t/ha, estuvieron bastante lejos de los que se alcanzaron en los Países Bajos y el Reino Unido, superiores a las 200 t/ha. En el grupo de raíces y tubérculos, la yuca y la papa representan los cultivos líderes. El primero, con una amplia distribución geográfica en las tierras bajas secas y húmedas del país, es un rubro de gran amplitud ecológica que ha mejorado su producción en tiempos recientes con la aplicación de técnicas selectivas impulsadas por las industrias almidoneras y de alimentos concentrados para animales. La producción comercial se mantuvo alrededor de las 300 t/año durante la primera mitad de la década de 1990, pero después de 1998 sobrepasó las 500 mil t/año. Por otro lado, durante el período 1984-2005 la superficie cosechada no superó las 50 mil hectáreas; debido a ello los rendimientos aumentaron de menos de 8 a 11,5 t/ha en el 2005, similar a los rendimientos de Nigeria, el mayor productor mundial de yuca (11 t/ha). La imagen de este rubro como cultivo de «conuco», por las características indígenas de su sistema productivo al sur y sureste del río Orinoco, no se corresponde con las aplicaciones tecnológicas en los cultivares comerciales de los estados Monagas y Anzoátegui. El otro cultivo líder del grupo, la papa, se localiza preferentemente en las 300 mil t/año, aunque la superficie cosechada apenas excedió las 20 mil hectáreas desde 1984. En virtud de ello, los rendimientos escalaron desde 10 hasta 19 t/ha en el 2005, superior a los de China este último año (10,2 t/ha). (Mora y Rojas, 2007). Hasta finales de la década del 50, la producción de maíz estaba distribuida en todo el territorio nacional, siendo los estados de mayor concentración de la producción: Guárico, Portuguesa, Zulia, Falcón, Anzoátegui y Trujillo; no obstante, el aporte porcentual de cada uno de estos estados no pasaba del 15 por ciento. En la década del 60 se inicia el “Plan del Maíz”, donde se incorpora
  • 43. 32 definitivamente el uso de la semilla mejorada, prácticas de fertilización y mecanización en la producción del cultivo; sin embargo, la dispersión de la producción continúa y los aportes porcentuales a la superficie cosechada de cada estado aún no pasan del 15 por ciento. (Segovía y Alfaro, 2009). Con relación a los aspectos discutidos en el recorrido histórico presentado, en las líneas precedentes, se han detectado en el área de investigación (La Chamusca, La Retirada 1, Hogar Santa y Tepeezuwa Apahim) algunas señales en la actividad agraria del noroeste de Maracaibo, que evidencia la aplicación habitual tanto de prácticas ancestrales provenientes de nuestros pueblos originarios, afrodescendientes y campesinos, como de aquellas que se corresponden con la denominada revolución verde, las cuales están presentes en las labores rutinaria de los productores ubicados en esos espacios. Al respecto, las observaciones y datos obtenidos de las encuestas y entrevistas, aportan información sobre las prácticas agrícolas ancestrales, de las que se destacan las siguientes: quema para la limpieza y preparación del terreno destinado a la siembra, policultivos y conucos, uso de las fases lunares para realizar labores agrícolas, utilización del palo sembrador, sincronización con la temporada de lluvia para el sembrado; del periodo colonial, se puede señalar la práctica del monocultivo, el pastoreo y el latifundio con la unidad de producción de “el hato” que establece la propiedad territorial, en esos espacios, pudiendo ser considerado como el núcleo que posteriormente constituirían las actuales comunidades agrarias periurbanas ubicadas en el área de estudio. Originada en tiempos más recientes, de Venezuela como República independiente, finales del siglo XIX al XX, como se señaló en los párrafos precedentes, resalta la unidad de producción de la pequeña finca familiar mercantil, predominante actualmente en el noroeste de Maracaibo. En último lugar, como prácticas “modernas” enmarcadas en el modelo agroproductivo hegemónico de la revolución verde, de mediados del siglo XX hasta el presente, se puede mencionar el uso de maquinaria agrícola para la preparación del terreno, aplicación de plaguicidas, fertilizantes de origen industrial, monocultivo, dependencia del agronegocio por la compra de las semillas certificadas y de los sistemas de riego (ver Anexo D, recopilación
  • 44. 33 fotográfica de la actividad agropecuaria del área investigada). A esto se añade que los grupos de productores del noroeste de Maracaibo están sujetos a los precios que establezca el mercado capitalista, representados por los intermediarios que le compran la producción, y la adquisición de agroinsumos (fertilizantes y pesticidas). Más recientemente se presenta problemas para la obtención de estos suministros agrícolas debido a la escasez y los precios elevados, atribuibles a las dificultades económicas que atraviesa el país. Estas particularidades enunciadas anteriormente se confirman con las opiniones proporcionadas por los habitantes del área de estudio. En una entrevista realizada a la señora María Márquez, de la etnia wayuu, comunidad Tepeezuwa Aphaim, en julio del año 2016, describe el entrecruzamiento de las prácticas agrícolas originarias y las que forman parte de la revolución verde, que el campesinado de la zona realiza en sus labores habituales de siembra: ... “Cuando sembramos la primera sale bonita, bien ... Hay veces que él (esposo) le echa un poquito de veneno, cuando él consigue por ahí ... “Cuando se va a sembrar tiene que ver la luna ... Siembra cuando la luna se va ... Vos sabéis ... Tiempo de lluvia en octubre ... uno sembraba, limpiaba para sembrar, cuando cae el agua ... Eso se riega con un poquito de lluvia” ... (el terreno) se prepara con pala ... a veces cuando vamos a sembrar maíz, pagando la maquina ... ya eso varias veces a echao la maquina .... Hay que dejar limpio para que pase la maquina” ... un palo ... para hacer el huequito ... “Tenemos que estar pendiente en el mes en que viene el agua, para limpiar el terreno ... Siempre ha sembrado así ... cuando paren los frijoles ... terminan de parir” ... saca los frijoles ... queda la yuca ahí ... (Se cultiva) .... maíz, auyama, patilla... eso pa´ el tiempo de...si hay lluvia .... en noviembre ... en diciembre eso está ... Eso es conuco cuando él (esposo) siembra así ...”
  • 45. 34 Simón González, campesino, líder comunitario y político de Tepeezuwa Apahim, mestizo casado con una mujer wayuu egresada del Programa de Agroecología de la Universidad Bolivariana de Venezuela, suministró su punto de vista sobre las prácticas agrícolas en su comunidad, con este breve comentario, en el mes de octubre de 2016: ... “Prevalece lo convencional... en principio se sembraron para demarcación... riesgos de robos... el tema agroecológico, se estuvo implementando con mi esposa que era estudiante... fases lunares es practicado, por lo general, el 90% de los productores... igual el tema de la lluvia... “esperando el mes de agosto...” El dirigente comunitario y agricultor, de origen wayuu, Ángel Silva de La Chamusca, entrevistado el 19 de octubre del 2016, expreso: “... (las prácticas ancestrales) se mantienen, algunos productores se han desarrollado ... sé práctica lo ancestral ... los cultivos son monoproductores, pura yuca ... algunos tienen conucos ...” Gilberto De La Rosa, productor, miliciano y líder comunitario de La Retirada 1, parroquia San Isidro, el día 27 de octubre de 2016, opinó sobre las prácticas agrícolas en su comunidad, lo siguiente: “...Empezó (la agricultura en la comunidad) con maquinaria y pesticida” ... cultivo yuca y topocho ... más que todo se ha cultivado yuca, el topocho y el cebollín ... empezando el melón y la patilla ... en el tiempo de ahora, yuca ... Todavía los agricultores están pendientes de las fases ... cuando viene la luna ... la lluvia ... Todavía, todavía ... yo tuve que esperar la menguante para poder sembrar ... “Se quema y después se pasa el arado ...” El señor Dimas Cavadias, productor campesino de origen colombiano, habitante fundador de La Chamusca (comunidad aledaña a la Retirada 1) en la entrevista realizada el 25 de octubre 2016, señala:
  • 46. 35 “... Empezamos a trabajar la agricultura, era pequeña de 2 ha, entonces todos llegamos a la conclusión, de que quedamos de acuerdo, que era para agricultura menor... (Cuando empezaron)... sembramos maíz... La tierra jala mucho... (La yuca también), el maíz, jala más... (¿Usaron insecticidas?) ... no, no...” La señora Migdalia Soto, vive en el barrio periurbano Hogar Santa Cruz, desde el año 2008, vocera del Consejo Comunal, participa en el CLAP, la milicia y es activista política, también se dedica al cultivo de plantas (principalmente ornamentales), nos deja también sus experiencias como productora a pequeña escala: “... Cuando yo me mude había un poquito de producción, pero Ud. sabe que la vaguada (2010) ... a mí me daño ... yo tenía aquí palma real ... cuando vino la vaguada se me fueron 300 maticas, estaban grandes, así yo me ayudaba mucho ... Había, bueno, mucha producción de icaco, limosón, donde las mujeres hacían dulces ... y vendían ... pero a raíz de la vaguada las matas se dañaron ... la vaguada daño, aquí esto, era un cocal ... pero la vaguada trajo una sal, un químico ... Cuando yo llegue esto era más bonito ... Aquí, la mayoría (agricultores) siembra natural ... Los yuqueros, siembran la yuca y no le echan nada ... siembran de todo ... no creo que están pendiente de las fases lunares ...” Además, de estas entrevistas, se presenta información obtenida por medio de encuestas (gráficos de barras y tortas), realizadas entre los años 2009 y 2016, aplicadas en las comunidades del noroeste de Maracaibo, las cuales proporcionan detalles adicionales sobre la caracterización de las prácticas agrícolas que se realizan en ese sector. Se observan como dato, de interés, que los agricultores encuestados en las comunidades de Hogar Santa Cruz (HSC) y La Chamusca, entre los años 2009 y 2012, manifestaron un alto porcentaje afirmativo con relación el uso de maquinaria agrícola para la preparación del terreno de siembra (ver Figuras 2, 4 y 6). Igualmente, se nota que en la comunidad HSC la proporción de productores
  • 47. 36 consultados, es minoritaria (7% Si y 4% No) con respecto a la del parcelamiento agrícola de La Chamusca (81% Si y 9% No), esto puede ser un indicativo de que el primero de los asentamientos mencionados está más urbanizado (es la comunidad de mayor antigüedad del área de estudio), y en consecuencia se podría asumir como de menor actividad agrícola (ver Figura 1), tal como se pudo constatar en las observaciones realizadas en estas localidades (ver Anexo E, aspectos comunitarios de los barrios del noroeste de Maracaibo ubicados en el área de estudio). Asimismo, como elemento contrastante al comparar la respuesta de los consultados de HSC y La Chamusca, de los años 2009 y 2012, con la obtenida de productores campesinos de Tepeezuwa Aphaim, en el 2016, muestran que el uso de la maquinaria agrícola en sus labores rutinarias disminuyó considerablemente (de un total de 32 consultados sólo 8 manifestaron que empleaban maquinaria agrícola). Otro hecho de importancia, que revelan las encuestas, con respecto a las prácticas agrícolas de las comunidades del área de investigación, es la fuerte tendencia al monocultivo de la yuca (ver Figuras 3, 5 y 14) el cual constituye el cultivo principal en las comunidades de La Chamusca (2009: 72%), La Retirada 1 (2013: casi el 90%) y Tepeezuwa Aphaim (2016: de 32 encuestados 22 cultivan yuca). Por otra parte, consultando a productores de las comunidades de Tepeezuwa Aphaim y La Retirada 1 (ambas, con mayoría poblacional de origen wayuu), durante el año 2016, se pudo corroborar que la generalidad de los agricultores de Tepeezuwa Aphaim hace uso de las fases lunares (17 Si y 13 No) y de los ciclos de lluvias para llevar a cabo sus labores de siembra (18 Si y 11 No) y que los conocimientos vinculados a la actividad agrícola provienen de sus progenitores (ver Figuras 7, 8 y 16). Es interesante la respuesta negativa obtenida de campesinos consultados en Tepeezuwa Aphaim acerca del “uso de insecticidas” (ver Figura 9), ya que mayoritariamente manifestaron que nos los utilizaban (2016, de 32: 18 No y 7 Si). Éste puede ser un indicativo, como se ha comentado anteriormente con relación al caso de las maquinarias agrícolas, de que los insecticidas están siendo poco
  • 48. 37 aplicados debido principalmente a las dificultades de tipo económicas, que tiene el país actualmente, más que a factores de índole cultural (etnia wayuu) o de la implementación de prácticas agroecológicas en esos espacios periurbanos. Para poder entender como el modelo hegemónico agroproductivo “modernizador” de la revolución verde, impuesto por el sistema mundo dominante, fue establecido en los territorios que conforma el noroeste de Maracaibo (y en todo el territorio Nuestro Americano), y por otro lado la persistencia actualmente de los conocimientos ancestrales y campesinos -con su herencia de colonialidad-, que no han podido ser eliminados o superados completamente, comenzamos recurriendo a los referentes históricos sobre los pobladores originarios que vivieron y produjeron sus alimentos utilizando sus prácticas agrícolas que le sirvieron para obtener su sustento a partir de la tierra, la Pachamama, antes de la conquista acontecida 500 años atrás. En ese sentido, Ferrer (2012) señala que los primeros asentamientos en la sabana de Maracaibo se hicieron a través de diferentes grupos étnicos (onotos, macues, coyamas, chaques, aliles, quiriquires, etc.) y posteriormente por medio de la fundación de villas de españoles, trayendo como resultado el poblamiento gradual de esos territorios con el establecimiento espontaneó de colonos en los alrededores de la ciudad y en las riberas del Lago de Maracaibo. De las habilidades agrícolas desarrolladas por esos pueblos originarios, ocupantes del territorio de la actual ciudad de Maracaibo -y todo el territorio nacional-, resalta la práctica del “conuco” tal como lo explica Márquez (2015) reseñando que en Venezuela el desarrollo de la cultura del conuco ha definido desde épocas inmemoriales espacios civilizatorios desde los que se modelaron pueblos y comunidades portadoras de conocimientos, creencias, tradiciones y formas sensibles de interpretar al mundo. En torno a estos espacios de producción se dieron prácticas culturales asociadas con la domesticación de plantas que se adaptaron mejor a nichos y microclimas específicos. Al intentar establecer un paralelismo entre lo referido por el investigador Márquez con respecto a la cultura del conuco y la realidad, actual, de pueblos