Este texto ha sido elaborado sobre la base de las investigaciones de Explotación Sexual y Comercial de Niñas, Niños y Adolescentes en las ciudades de El Alto, La Paz, Cochabamba y Santa Cruz de la Sierra, investigaciones realizadas por encargo de UNICEF y OIT-IPEC en coordinación con el Ministerio de Trabajo y la Comisión Nacional de Erradicación Progresiva del Trabajo Infantil por el Lic. Guillermo Dávalos (Cochabamba y Santa Cruz) y el Dr. Jorge Domic (La Paz y el Alto) en las gestiones 2001 y 2002 respectivamente.
Clasificaciones, modalidades y tendencias de investigación educativa.
La niñez clausurada
1. L A N I Ñ E Z C L A U S U R A DA
334
La violencia sexual comercial contra niñas, niños
y adolescentes en Bolivia
Serie: Peores Formas de Trabajo Infantil y
Violencia contra la niñez y la adolescencia
La niñez clausurada
a
-3-
3. L A N I Ñ E Z C L A U S U R A DA
354
PRÓLOGO
El acopio y análisis de información sobre el trabajo infantil, sus causas, consecuencias
y principales características, es un paso necesario para combatirlo y garantizar la promoción,
protección y cumplimiento de los derechos de los niños, niñas y adolescentes.
En este sentido, una de las principales preocupaciones de la OIT y de UNICEF es lograr
un mayor conocimiento de las denominadas peores formas de trabajo infantil y también sobre
las diferentes expresiones de violencia en contra de los niños, niñas y adolescentes, que permita
diseñar estrategias efectivas de protección y prevención.. Para ello se han realizado múltiples
investigaciones y estudios en asociación con gobiernos, organizaciones de empleadores y de
trabajadores, instituciones de la sociedad civil y otras agencias del sistema de Naciones Unidas.
Las síntesis que se presentan en esta compilación, son fruto de un esfuerzo coordinado
entre OIT y UNICEF, con el fin de dar a conocer la situación de miles de niños, niñas y
adolescentes bolivianos involucrados en formas de explotación y violencia que vulneran sus
derechos, los alejan de sus familias y les impiden el acceso y permanencia en la escuela. Se trata
también de ofrecer una aproximación a las tareas urgentes que tienen tanto el Estado como la
sociedad, para enfrentar esta problemática y garantizar la aplicación efectiva de los convenios y
declaraciones internacionales en materia de prevención y erradicación del trabajo infantil.
OIT y UNICEF acompañarán, como lo han hecho hasta ahora, los esfuerzos del Gobierno
de Bolivia para combatir la explotación laboral y sexual de la infancia, sensibilizar a la sociedad y
garantizar más y mejores empleos para los adultos, lo que contribuirá a romper el círculo vicioso
de la pobreza que envuelve a miles de familias y afecta el desarrollo socioeconómico del país.
Daniel Martínez Fernández Guido Cornale
Director Regional Representante de UNICEF en Bolivia
ad interim de la OIT para Las Américas
4. L A N I Ñ E Z C L A U S U R A DA
374
La violencia sexual comercial
contra niñas, niños y adolescentes
no es un fenómeno nuevo en Bolivia. Sin
embargo, en los últimos años tiende a crecer
y consolidarse. Hoy, cientos de niñas, niños y
adolescentes, en lenocinios y whiskerías, en
moteles y alojamientos, en la calle e incluso
en domicilios particulares son víctimas de esta
actividad ilícita que de manera sistemática
anula su condición de personas.
La violencia sexual comercial contra
niñas, niños y adolescentes no es un
fenómeno local. Actualmente, en el mundo
hay alrededor de diez millones de personas en
esta situación y América Latina aporta una
cifra considerable. Cada año, se estima que
un millón de niños, niñas y adolescentes se
suman a esta forma de violencia sexual.
LascausasdeestefenómenoenBolivia
son complejas. A su crecimiento contribuyen
la situación económica de permanente
carencia a la que están sometidos los sectores
mayoritarios de la población, los procesos de
desintegración familiar, la falta de espacios
de crecimiento humano y de oportunidades,
la ausencia de reconocimiento y respeto
a la identidad y derechos de la niñez y la
adolescencia, una cultura de violencia,
machismo y consumo y la ausencia de
políticas económicas y sociales que tomen en
cuenta programas de prevención y atención.
Bolivia tiene, según datos del Censo
2001, una población total de 8.274.325
habitantes, de los cuales 5.165.882 viven en
centros urbanos y 3.108.443 en el área rural.
La incidencia de la pobreza afecta a un 62,7%
de la población nacional. En las ciudades, el
47% de la población vive en esta situación y
en el área rural el porcentaje sube al 81,7%.
Las brechas entre las áreas urbanas y rurales
son notables: la tasa de mortalidad urbana
es de 50 por mil nacidos vivos, y la rural de
90. El analfabetismo afecta al 5,3% de las
personas que habitan las ciudades y al 33,7%
que viven en zonas rurales.
Los niños, niñas y adolescentes
constituyen casi la mitad de la población
boliviana, y una gran cantidad de ellos han
adquirido tempranamente responsabilidades
como trabajadores para contribuir a la
economía familiar.
En general, se puede considerar que
el mayor porcentaje de los niños, niñas y
adolescentes bolivianos de los sectores urbano
populares y del área rural viven y crecen
en condiciones de pobreza. Los niveles de
desarrollo actuales y los que pueden alcanzar
en el futuro se ven afectados por el conjunto
de factores derivados de esa condición.
La niñez clausurada
La violencia sexual comercial contra
niñas, niños y adolescentes en Bolivia 1
a
Actualmente en Bolivia se utiliza el término Violencia Sexual Comercial en lugar de
Explotación Sexual Comercial Infantil puesto que dicho concepto ha venido cambiando
durante los últimos años para enfatizar en su aspecto delictivo.
5. L A N I Ñ E Z C L A U S U R A DA
384
El proceso de socialización de este
sector poblacional está marcado por un
conjunto de elementos cuyo rasgo común es
la frustración permanente de la satisfacción
de las necesidades básicas. Este es el caldo
de cultivo estructural de la violencia sexual
comercial.
Pero la existencia de la violencia sexual
comercial contra niños, niñas y adolescentes
no se explica solamente desde el punto de
vista de las carencias económicas. Entre otros
factores, influye en el fenómeno la ausencia
relativa del reconocimiento social de niños,
niñas y adolescentes como personas, con
todos sus derechos, en proceso de formación
y desarrollo hacia la autonomía y que por esta
razón requieren de atención y protección
especiales. Son el capital humano de la
nación.
Los procesos de desintegración
familiar, íntimamente relacionados con las
graves limitaciones económicas, matizados
por situaciones de carencia afectiva que se
asocian con el maltrato en sus diferentes
expresiones y culminan con la ruptura y el
abandono del hogar de miles de niños, niñas
y adolescentes, son también factores que
predisponen la violencia sexual comercial.
La violencia intrafamiliar, la agresión física,
psicológica y sexual –los casos de niñas y
adolescentes que son violadas en el ámbito
familiar son numerosos– son igualmente
parte del problema.
La situación de inequidad de género es
otro elemento que debe considerarse como
parte integrante de la problemática. En
sociedades con una estructura patriarcal que
define formas de comportamiento machistas,
perviven ideas, concepciones y valores
construidos socialmente que tienden a la
desvalorización de la identidad de la mujer
como persona. Así, se la reduce a un objeto
sexual y a su papel reproductor. En tanto
que la socialización de los varones responde
a las ideas de poder, dominio, agresividad y
libertad sexual.
Por otra parte, los modelos de
socialización que se transmiten y recrean a
través de los medios de comunicación masiva
inducen objetiva y subjetivamente a modelos
de feminidad que se traducen en el consumo
de ropa y cosméticos que banalizan la imagen
LAS CIFRAS DE LA POBREZA
Bolivia tiene una población total de 8.274.325 habitantes.
De éstos, 5.165.882 viven en centros urbanos y 3.108.443 en el área rural.
La niñez y adolescencia constituye casi la mitad de la población boliviana.
La incidencia de la pobreza afecta a un 62,7 de la población nacional.
El 47% de la población de las ciudades es pobre.
El 81,7% de la población del área rural es pobre.
La tasa de mortalidad urbana es de 50 por mil nacidos vivos.
La tasa de mortalidad rural es de 90 por mil nacidos vivos.
El 5,3% de las personas que habitan las ciudades es analfabeto.
El 33,7% de las personas que viven en zonas rurales es analfabeto.
Fuente: Instituto Nacional de Estadística
6. L A N I Ñ E Z C L A U S U R A DA
394
de la mujer como objeto de consumo. Estos
elementos ideológicos se relacionan también
con la violencia sexual comercial.
Todos estos factores concurren en la
problemática, que encuentra las condiciones
para su emergencia y consolidación en la
presencia creciente de la prostitución como
institución.
La prostitución como institución está
relacionadaconlaorganizacióndelosservicios
sexuales para los varones, con la publicidad
de una gama diferenciada de servicios a
través de los medios de comunicación y con
la exaltación de la obtención del placer.
Está relacionada con los modos cómo
se logra incorporar a las mujeres, niñas y
adolescentes al mercado de la prostitución
a través de diferentes mecanismos, con la
instauración de relaciones de dependencia
y remuneración con los administradores de
locales, con la manera cómo se explicitan
las relaciones de explotación, con las formas
cómo se esclaviza a las mujeres y con los
mecanismos del tráfico de mujeres dentro
del país sobre todo de adolescentes que
por pobreza, maltrato u otras situaciones
abandonan sus familias.
La prostitución como institución ha
alcanzado en el país hoy en día dimensiones
antes no imaginadas, a tal punto que es
posible hablar de una industria del sexo.
LOS COMPROMISOS
INTERNACIONALES Y
LAS LEYES NACIONALES
a
La explotación sexual comercial de
niños, niñas y adolescentes es una de las
formas más extremas de sometimiento,
explotación y abuso y, al mismo tiempo,
es considerada una de las peores formas
del trabajo infantil. Por ello, el abordaje
de la problemática desde la perspectiva de
las políticas y acciones que tiendan a su
erradicación implica la consideración de estas
dos dimensiones.
LA VIOLENCIA SEXUAL
COMERCIAL CONTRA LA NIÑEZ
“La explotación sexual comercial de la niñez es una violación
fundamental de los derechos de la niñez. Abarca el abuso
sexual por parte del adulto, e incluye remuneración en dinero o
en especie para el niño o para una tercera persona o personas.
El niño/a es tratado como un objeto sexual y como mercancía.
La explotación sexual comercial de la niñez constituye una
forma de coerción y violencia contra ésta, equivale al trabajo
forzoso y constituye una forma contemporánea de esclavitud”.
Declaración del Congreso Mundial contra la Explotación
Sexual de los Niños, Estocolmo, 1996.
8. L A N I Ñ E Z C L A U S U R A DA
3114
La Convención sobre los Derechos del
Niño (aprobada por la Asamblea General
de las Naciones Unidas el 20 de noviembre
de 1989) es el instrumento internacional de
referencia sobre los derechos de los niños,
niñas y adolescentes. Bolivia ratificó este
Convenio en 1990, a través de la Ley 1152.
Con relación a la violencia sexual
comercial contra niños, niñas y adolescentes,
la Convención sobre los Derechos del Niño,
en su artículo 34, exhorta a todos los Estados
a proteger a los niños de las “actividades
sexuales ilegales” y de la “explotación” en la
pornografía y la prostitución. Y en su artículo
35 se refiere a la protección de los niños
contra el secuestro, la venta y la trata.
Complementariamente, el Protocolo
Facultativo de la Convención sobre los
Derechos del Niño define a la prostitución
de niños, niñas y adolescentes como “la
utilización de un niño(a) en actividades
sexuales a cambio de remuneración o
cualquier otra forma de retribución”.
Según este mismo instrumento
internacional, el tráfico de niñas, niños y
Convenios internacionales y leyes nacionales
para luchar contra la violencia sexual
comercial contra niños, niñas y adolescentes
CONVENIOS Y ACUERDOS INTERNACIONALES:
• Convención de los Derechos del Niño (1989),
ratificada por Bolivia en 1990.
• Protocolo Facultativo de la Convención sobre los
Derechos del Niño sobre la venta, prostitución y
uso de niños en la pornografía, ratificado por el
Estado boliviano en junio de 2003.
• Convenio 182 de la OIT sobre las peores formas
de trabajo infantil (1999), ratificado por el
Estado boliviano en junio de 2003.
• Convención Internacional sobre la Eliminación
de Todas las Formas de Discriminación contra
la Mujer (CEDAW por su sigla en inglés),
ratificado por Bolivia en 1989.
• Declaración del Congreso Mundial contra
la Explotación Sexual de los Niños, o
Declaración de Estocolmo (1996).
LEYES NACIONALES:
• Código del Niño, Niña y Adolescente (1999).
• Código Penal.
9. L A N I Ñ E Z C L A U S U R A DA
3124
adolescentes con fines sexuales consiste
en “todos los actos que impliquen el
reclutamiento o transporte de personas
adentro o entre fronteras, implica engaños,
coerción o fuerza, esclavitud por deudas
o fraude, con el propósito de colocar a
las personas en situaciones de abuso o
explotación, tales como la prostitución
forzada, prácticas de tipo esclavista, golpizas
o crueldad extrema, trabajo en condiciones
de explotación o servicios domésticos
explotadores”.
Por otro lado, desde el punto de vista de
las condiciones del trabajo, la violencia sexual
comercial contra niños, niñas y adolescentes
está considerada por la Organización
Internacional del Trabajo (OIT) entre las
peores formas de trabajo infantil, junto al
empleo doméstico de niños y niñas menores
de 14 años y al trabajo infantil en las minas y
la zafra. Por ello, su prohibición y eliminación
es una prioridad de la acción nacional e
internacional.
El inciso b) del artículo 3 del Convenio
182 de la OIT sobre las peores formas
de trabajo infantil –aprobado en 1999 y
ratificado por el Estado boliviano en junio
de 2003– establece que “la utilización, el
reclutamiento o la oferta de niños para la
prostitución, la producción de pornografía
o actuaciones pornográficas” es una de las
peores formas de trabajo infantil.
El enfoque de género, necesario
para la lucha contra la violencia sexual
comercial contra niñas, niños y adolescentes,
tiene un importante punto de referencia
en la Convención Internacional sobre
la Eliminación de Todas las Formas de
Discriminación contra la Mujer (CEDAW
por su sigla en inglés), en vigor desde 1981 y
ratificada por Bolivia en 1989. El artículo 6 de
esta Convención dice: “Los Estados tomarán
todas las medidas apropiadas, incluyendo las
de carácter legislativo, para suprimir todas las
formas de trata de mujeres y explotación de la
prostitución de la mujer”.
El Congreso Mundial contra la
Explotación Sexual de los Niños, reunido en
Estocolmo, Suecia, en 1996, fue la primera
conferencia global realizada para enfrentar
la violencia sexual comercial contra niños,
niñas y adolescentes. Este Congreso concluyó
con la firma de la llamada Declaración de
Estocolmo que establece, entre otras cosas,
la necesidad de que cada Estado elabore y
ponga en marcha planes de acción para la
erradicación de esta actividad ilegal.
El punto de partida de la Declaración es
la comprobación de que “cada día que pasa, un
número creciente de niños de todo el mundo
son objeto de explotación y abusos sexuales”
y que “es preciso poner fin a este fenómeno
mediante una acción concertada a todos los
niveles, local, nacional e internacional”.
La Declaración considera que “la
explotación sexual comercial de los niños es
una violación fundamental de los derechos
del niño. Ésta comprende el abuso sexual por
adultos y la remuneración en metálico o en
especie al niño o niña y a una tercera persona
o varias. El niño es tratado como un objeto
sexual y una mercancía. La explotación
sexual comercial de los niños constituye
una forma de coerción y violencia contra los
niños, que puede implicar el trabajo forzoso y
formas contemporáneas de esclavitud”.
El documento también establece que “la
tarea primordial de combatir la explotación
sexual comercial de los niños es una
responsabilidad de los Estados y la familia. La
sociedad civil desempeña también un papel
esencial en la prevención y la protección
de los niños frente a la explotación sexual
comercial. Por esta razón resulta imperativo
la construcción de una sólida asociación
10. L A N I Ñ E Z C L A U S U R A DA
3134
entre los gobiernos, las organizaciones
internacionales y todos los sectores sociales
para contrarrestar tal explotación”.
Cinco años después de la reunión
de Estocolmo, en diciembre de 2001, en
Yokohama, Japón, se realizó el Segundo
Congreso Mundial contra la Explotación
Sexual de los Niños. En esta reunión se
evaluaron los adelantos logrados desde
el primer Congreso y se ratificó que la
“explotación sexual de niños no debe ser
tolerada” y que su erradicación compromete
la acción de todos.
Enelámbitodelalegislaciónnacional,
el Código del Niño, Niña y Adolescente,
aprobado en 1999, es el instrumento de
referencia más importante para enfrentar
la violencia sexual comercial contra niñas,
niños y adolescentes. Este Código tiene por
objeto regular el régimen de prevención,
protección y atención integral de todo niño,
niña y adolescente con el fin de asegurarles
un desarrollo físico, mental, espiritual,
emocional y social en condiciones de libertad,
respeto, dignidad, equidad y justicia.
Finalmente, el Código Penal es también
otro instrumento legal importante. Este
Código, si bien no considera a la violencia
sexual comercial contra niñas, niños y
adolescentes como delito de orden público, sí
considera sanciones contra el proxenetismo.
ATRAPADAS EN UN
OSCURO LABERINTO
a
Una de las tareas urgentes e inmediatas
para la lucha contra la violencia sexual
comercial de niñas, niños y adolescentes es
el conocimiento específico de la dimensión
de la problemática en el país, su naturaleza
y alcances así como sus posibles causas y
consecuencias. Este conocimiento contribuirá
a la definición de prioridades de intervención
nacional.
Una primera aproximación a esta
compleja problemática en Bolivia ha sido
posible a través de investigaciones in situ
realizadas en las cuatro ciudades más grandes
del país: Santa Cruz de la Sierra, La Paz, El
Alto y Cochabamba.1
Estas investigaciones,
que por sus características metodológicas se
asemejan a una fotografía instantánea en
un momento y un espacio determinados,
han permitido dimensionar la magnitud del
fenómeno.
Estas investigaciones han podido
establecer que la explotación sexual comercial
de niñas, niños y adolescentes ha cobrado en
los últimos años una dinámica de crecimiento
prácticamente descontrolada.
La demanda por parte de los “clientes”
adultos de niños, niñas y adolescentes para
realizar actividades sexuales es un factor
decisivo del crecimiento de la violencia
sexual comercial contra este sector de la
población. Estos “clientes” son abusadores
y en torno a ellos se ha organizado una
serie de mecanismos mediados por el dinero
para satisfacer su demanda, protegerlos y
mantenerlos en la impunidad.
1
Se trata de Explotación sexual de niñas y adolescentes en las ciudades de El Alto y La
Paz y Explotación sexual comercial de niñas, niños y adolescentes en Cochabamba y Santa
Cruz de la Sierra, investigaciones realizadas por encargo de UNICEF y OIT-IPEC en
coordinación con la Comisión Nacional de Erradicación Progresiva del Trabajo Infantil. La
primera realizó observaciones en 60 locales de El Alto y 44 de La Paz donde existen niñas
y adolescentes en situación de explotación sexual comercial y entrevistó a 36 informantes
en El Alto y a 28 en La Paz. La segunda basa su información en la observación de 40 zonas
y locales en Cochabamba y 92 en Santa Cruz y en entrevistas directas a 17 niñas, niños y
adolescentes en Cochabamba y a 73 en Santa Cruz de la Sierra. Todos los datos de este
texto provienen de estas investigaciones.
12. L A N I Ñ E Z C L A U S U R A DA
3154
Los lenocinios o prostíbulos han dejado
de ser los espacios tradicionales, exclusivos
y más o menos controlados donde se ejercía
esta actividad. En todas las ciudades han
proliferado whiskerías, clubes nocturnos,
bares, restaurantes, clubes privados y salas
de masajes donde, con diversos grados de
encubrimiento, se organizan actividades de
abuso sexual de niñas, niños y adolescentes.
Las calles y plazas de ciertas zonas de las
ciudades se han convertido, especialmente en
horas de la noche, en puntos de contacto y
transacción del comercio sexual con niñas,
niños y adolescentes que se consuma en
alojamientos, hoteles, moteles e incluso
casas particulares, cuyos administradores
se convierten, así, en cómplices de esta
actividad ilícita.
En las calles, taxis y radiotaxis
funcionan también como medios para realizar
transacciones entre “clientes” y adolescentes.
Los avisos pagados en periódicos y los
teléfonos celulares son igualmente medios
que facilitan la realización de esta actividad.
A través de estos mecanismos,
cientos de niñas y adolescentes –un cálculo
aproximativo de las investigaciones arroja
el número de 1.453 en las cuatro ciudades–,
cuyas edades fluctúan entre los 11 y los 17
años, son víctimas de la violencia sexual
comercial.
Aunque en su gran mayoría, las
víctimas son niñas y adolescentes mujeres,
también se ha detectado el reclutamiento y
explotación de niños y adolescentes varones.
LEJOS DE SUS HOGARES
a
La proliferación de los espacios donde
se organiza la violencia sexual comercial
contra niñas, niños y adolescentes y la
diversidad de mecanismos a través de los
cuales opera esta actividad ilícita es producto
NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES
EN SITUACIÓN DE RIESGO
• Investigaciones realizadas en las ciudades de La Paz, El Alto,
Cochabamba y Santa Cruz han detectado 1.453 niños, niñas y
adolescentes víctimas de la violencia sexual comercial.
• Sus edades fluctúan entre los 11 y los 17 años.
• La mayoría ha abandonado la escuela. En general, sólo han
alcanzado el nivel secundario de educación formal.
• Por estar involucrado en una actividad ilegal no tienen acceso a
servicios de salud.
• Se encuentra en gran riesgo de violncia fisica y psicológica.
• Está espuestos al contagio de infecciones de transmisión
sexual (ITS) y VIH- SIDA.
13. L A N I Ñ E Z C L A U S U R A DA
3164
imagen ante su entorno social y familiar. En
todo caso, estas estrategias de explotación se
pueden traducir en tráfico con destino a la
violencia sexual comercial.
Los datos que dan cuenta de esta
movilidad son elocuentes. En La Paz y El
Alto, por ejemplo, sólo la mitad de las niñas y
adolescentes sometidos a la violencia sexual
comercial son oriundas de esas ciudades.
Un porcentaje significativo, más de 20%,
proviene de las provincias del departamento
de La Paz. El resto, en proporciones iguales,
se ha desplazado a estas ciudades desde el
oriente del país y de Cochabamba.
En la ciudad de Cochabamba, la
mayoría de las niñas y adolescentes víctimas
de la violencia sexual comercial no es del
lugar sino de los departamentos de Santa
Cruz y Beni y, en menor porcentaje, de La
de una creciente demanda. Esta demanda
encuentra la posibilidad de su satisfacción
en la situación de precariedad económica,
desatención social y desprotección en la que
se hallan miles de niñas, niños y adolescentes
en todo el país.
Como consecuencia de esta situación,
muchas adolescentes dejan sus lugares
de origen en las provincias atraídas por
supuestas formas fáciles de ganar dinero en
las ciudades y otras tantas son engañadas por
ofertas de trabajo que les hacen los dueños de
los locales, proxenetas u otras personas que
viven de su explotación.
Hay indicios de que las personas que
lucran con esta actividad han adoptado
una estrategia de rotación de las niñas y
adolescentes reclutadas entre ciudades o
entre locales de una misma ciudad para
renovar su “oferta”. En algunos casos, esta
movilidad se explica también por la necesidad
de las víctimas de resguardar su identidad e
LA ERRADICACIÓN DE LA VIOLENCIA SEXUAL COMERCIAL
CONTRA NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES ES
UNA TAREA DE TODA LA SOCIEDAD
• Para avanzar en la erradicación de la explotación sexual comercial de
niños, niñas y adolescentes se requiere intervenir en forma simultánea y
coordinada en los ámbitos de la salud, la educación y la justicia.
• Es responsabilidad de los organismos del Estado, de las instituciones de
la sociedad civil, de los medios de comunicación, de las organizaciones no
gubernamentales y de los organismos de la cooperación internacional.
14. L A N I Ñ E Z C L A U S U R A DA
3174
Paz y Oruro. En Santa Cruz, por su parte,
se ha podido establecer que provienen en un
porcentaje significativo del occidente del país
y del interior del propio departamento.
Generando Ingresos desde
Temprana Edad
a
La pobreza estructural del país,
agudizada en los últimos años por la crisis
económica, determina que, cada vez a edades
más tempranas, niños y niñas deban trabajar
para contribuir al ingreso familiar.
Una característica constante en
la historia de vida de las niñas, niños y
adolescentes sometidos a la violencia sexual
comercial es, precisamente, su ingreso
temprano al mundo del trabajo, en algunos
casos desde los siete años, y, en general, en
condiciones de explotación.
Los resultados de las investigaciones
muestran que el trabajo en servicios del
hogar –empleadas domésticas–, junto a las
actividades comerciales, como la venta en
mercados o en la calle, tiene un alto rango
estadístico como primer empleo de los niños,
niñas y adolescentes.
Estas formas de trabajo tienen como
característica común producir ingresos
insuficientes para garantizar la supervivencia
y suponen, casi siempre, sobreexplotación y
abuso, que se expresa en largas y agotadoras
jornadas y, en el caso del trabajo en el hogar,
en el frecuente engaño en la fijación y
cumplimiento del pago de los salarios.
Los bajos ingresos percibidos por las
niñas, niños y adolescentes trabajadores
constituyen uno de los factores que
predisponen su incorporación a la violencia
sexual comercial. Según muchos testimonios,
la oferta de mejorar sus ingresos es uno de los
argumentos más recurrentes que esgrimen las
personas que los inducen a esta actividad.
Estabacomoempleadadoméstica
y no me han querido pagar, han
dicho que se han perdido cosas en
la casa. Después, como copera,
trabaja desde las siete hasta la
madrugada, y me pagaban 20 Bs.
Martha, La Paz.
En Cochabamba y Santa Cruz resalta
el hecho de que para un porcentaje muy
significativo (26,3%) de las adolescentes
involucradas en la violencia sexual comercial,
ésta es su primera ocupación para generar
ingresos. En estas ciudades se ha establecido
también que las adolescentes, una vez
incorporadas, casi no cambian de actividad,
aunque un porcentaje elevado no considera
a la violencia sexual comercial como algo
propiamente laboral. Esta permanencia se
explica en parte por el hecho de que esta
actividad les permite ingresos mayores.
Este dato refuerza la aseveración de que la
mejora de ingresos constituye una de las
motivaciones principales de la incursión en
la violencia sexual comercial.
16. L A N I Ñ E Z C L A U S U R A DA
3194
Otro dato recurrente en la historia de
las víctimas de violencia sexual comercial es
el abandono de la escuela o el colegio, que
se traduce en un bajo nivel de educación
formal. El grado de instrucción alcanzado se
concentraenelnivelsecundario.Encontraste
con esta situación, la mayoría manifiesta su
deseo de seguir estudiando y, para algunas
de ellas, la violencia sexual comercial es una
forma de obtener recursos que les permitan,
en algún momento, retomar sus estudios.
La realidad de las niñas, niños y
adolescentes en situación de violencia sexual
comercial en las calles de las ciudades de La
Paz y El Alto es mucho más dramática en
términos de su inserción en el mundo laboral
y de su educación. Se trata de personas que
en su mayoría han roto parcial o totalmente
la relación con sus familias y tienen como
espacio de vida la calle.
Su experiencia laboral es muy temprana
–generalmente como vendedoras ambulantes
o empleadas domésticas– y muchas de ellas
no han estado libres de la mendicidad o de
actividades delictivas, como el robo o el
hurto, como medios para sobrevivir.
Como consecuencia de esta situación,
su abandono de la escuela es también
más temprano. En general, estas niñas y
adolescentes sólo han alcanzado entre el
séptimo y octavo grado de primaria. En estos
casos, la posibilidad de su reinserción escolar
es mucho más remota, entre otros factores
porque la correspondencia entre la edad
cronológica y el grado escolar se ha ampliado
demasiado.
CRECIENDO EN FAMILIAS
DESTRUIDAS
a
La situación familiar de la mayoría
de estos niños, niñas y adolescentes está
marcada, por un lado, por carencias y
limitaciones materiales que les han impedido,
en general, el acceso a los más elementales
satisfactores de subsistencia y, por el otro,
por un ambiente negativo de maltrato y
abandono. Estos factores psicosociales actúan
como otros elementos que predisponen de su
incorporación a la vilencia sexual comercial.
Se trata, en la gran mayoría de los
casos, de familias numerosas, de hasta diez
miembros, que habitan viviendas precarias,
generalmente de un cuarto en alquiler.
Los ingresos de los progenitores, en un
alto porcentaje en actividades laborales
no permanentes en el comercio minorista
o en los servicios, no permiten cubrir los
requerimientos de la canasta familiar.
Las niñas y adolescentes que
ingresan a la violencia sexual comercial
son, generalmente, las hermanas mayores
o las que ocupan lugares del medio y que
asumieron desde pequeñas responsabilidades
en la atención de los hermanos o hermanas
menores y en el apoyo económico para el
sustento familiar.
En este contexto de precariedad
material, la violencia sexual comercial es
comprendida por las adolescentes y sus
familias como una más de las estrategias que
han desarrollado para sobrevivir y de ningún
modo se la puede considerar como una
opción de vida.
Por el otro lado, se trata de familias
que en su mayoría han sufrido procesos de
desintegración. Son, en general, familias
monoparentales debido a la separación de los
padres o al abandono o fallecimiento de uno
de ellos. En las ciudades de La Paz y El Alto,
las estadísticas muestran que entre el 80% y
el 90% de los casos la madre ha fallecido o el
padre está ausente, razón por la cual las
17. L A N I Ñ E Z C L A U S U R A DA
3204
permanentemente el riesgo de romperse
debido, entre otros factores, a la actividad
que desarrollan las niñas y adolescentes.
Las relaciones con el padre o padrastro
con el que han vivido son muy débiles y, en
un alto porcentaje, marcadas por experiencias
negativas, entre las que no se excluye el abuso
sexual. Muchas de ellas no han vivido con su
padre o no saben quién es, otras no lo han
vuelto a ver desde temprana edad.
Su familia está compuesta
por diez hermanos, cinco de
parte de padre y otros cinco
hermanos de ambos padres. Sin
embargo, su padre se volvió a
casar y nunca más se acordó de
ellos. La madre mantiene a todos
y vive en Vallegrande mientras que
el padre vive en Santa Cruz. La
madre quiere que Mónica vuelva
a vivir con ella, está arrepentida
de tratarla mal porque le pegaba
mucho... Historia de Mónica,
Cochabamba
* Oficina Nacional del Menor y la Familia, que administraba hogares donde algunos niños,
niñas y adolescentes eran internados. Esta repartición estatal ha dejado de existir desde la
aprobación del Código del Niño, Niña y Adolescente.
niñas, niños y adolescentes han vivido con
otros familiares, como abuelos o tíos.
Hasta mis tres años cuando
ha fallecido mi mamá ya no
conozco la felicidad.
He vivido mal con mi papá,
siempre me ha tratado mal, nunca
he recibido cariño. Mi mamá me
había dejado con 12 años y a
mis hermanos igual, no sé dónde
están.
Lo único lindo que recuerdo
de mi papá es cuando me ha ido a
visitar a ONAMFA*
Desde chiquita me han
abandonado, me dejaron a mí y a
mi hermana con mis abuelitos y
resulta que ellos eran bien duros,
personas sumamente secas,
en lo sentimental siempre nos
han tratado mal. Testimonios de
niñasyadolescentes de El Alto.
La familia nuclear no es precisamente
el modelo de familia en la que han vivido
o viven las niñas y adolescentes explotadas
sexualmente, su composición no se ajusta a
los cánones tradicionales. Según los datos,
la tendencia predominante es a vivir solas o
con una a tres personas con las que no tienen
necesariamente relación de parentesco.
En las niñas y adolescentes son
reiteradas las expresiones de malestar con
relación a sus experiencias y relaciones
familiares, caracterizadas en general por la
falta de afecto, el maltrato, la sensación de
no aceptación y el abandono. Los vínculos
de estas familias son muy frágiles y corren
18. L A N I Ñ E Z C L A U S U R A DA
3214
En muchos casos, los niños, niñas
y adolescentes han “escapado de su casa”
cansados de situaciones de maltrato o abuso
sexual, especialmente del padrastro. Otro
porcentaje significativo establece relaciones
de pareja tempranas buscando encontrar
un soporte afectivo y un espacio propio.
Estas relaciones, generalmente, terminan
en ruptura o abandono por las difíciles
condiciones de vida que deben afrontar o
porque en sus relaciones se reproducen las
situaciones de violencia y maltrato que han
vivido en sus hogares.
Como consecuencia de estas relaciones,
un alto porcentaje de adolescentes adquiere
tempranamente las responsabilidades
de la maternidad. Entre el 25% y el
60%, dependiendo las ciudades, tiene
responsabilidades maternas. Las exigencias
materiales que esta situación supone se
convierten en otro factor más que predispone
su ingreso a la violencia sexual comercial.
Mi hermana lo ve a mi hijo
en la noche, cuando yo trabajo;
pero en el día, haciendo un
esfuerzo sobrehumano, lo hago
yo.María, La Paz.
No me siento contenta, me
siento sucia. No me gustaría que
mi hijo se entere .Andrea, La
Paz.
Uno de los argumentos con los que
justifican estar involucradas en esta actividad
es, precisamente, la necesidad de mantener
a sus hijos en situación de abandono. La
relación con sus hijos o hijas está enmarcada,
en general, en el rechazo, la vergüenza, la
falta de seguridad, la doble vida y la falta de
tiempo para compartir con ellos.
ENTRANDO AL LABERINTO
a
Las carencias materiales, las dificultades
para encontrar un trabajo, la búsqueda de
mejores ingresos y un contexto familiar
marcado por el abuso y la falta de afecto son
algunas de las condiciones que predisponen
el ingreso de las niñas y adolescentes a la
violencia sexual comercial.
Este paso se da en diferentes modos.
Los resultados de las investigaciones
muestran que el vínculo más frecuente entre
las niñas y adolescentes y el mundo de la
violencia sexual comercial son las amigas o
amigos o compañeros de barrio o colegio. En
pocos casos resalta la presencia de hermanas,
primas, madrinas o amigas adultas que,
generalmente, han estado o están dentro de
esa actividad. El argumento más recurrente
esgrimido por las personas que inducen a las
niñas y adolescentes es que se gana bien y que
pueden mejorar sus ingresos.
Otras formas de incorporación están
mediadas por el engaño, especialmente
cuando se trata de migrantes del área rural.
En muchos casos, son convencidas para dejar
20. L A N I Ñ E Z C L A U S U R A DA
3234
su lugar de origen y trasladarse a las ciudades
donde se les promete un trabajo en la limpieza
o preparación de alimentos en locales que
se dedican abierta o encubiertamente a la
explotación sexual.
Tiene rasgos de adolescente,
todavía conserva la forma de ser
de una niña colegiala, la que aún
no pierde el sueño de estudiar y
ser doctora. La pobreza y el hecho
de criarse con su padrastro y tener
un hermano borracho, más una
prima que la llevó con engaños y
la vendió por 150 Bs a un hombre
rico, la llevaron a iniciarse en una
actividad. Su hermana Janet, que
tiene 17 años y que está en la
misma actividad, la cuida y ambas
aceptan esta vida, aunque se nota
en sus miradas tristeza y odio...
Algunas veces llegan al parque El
Arenal en busca de ‘clientes’, otras
veces van a discotecas y choperías.
Ella piensa que su prima busca
más chicas menores de edad por
encargo de clientes... Historia de
Rosita, 12 años, Santa Cruz.
Una vez en estos lugares, lejos de
sus familias y en condiciones precarias de
vida y de explotación laboral se incorporan
progresivamente a la actividad. En muchos
casos, lo hacen forzadas por los dueños de
los locales, presionadas por las deudas que
adquieren con éstos por supuestos gastos de
alimentación, vivienda y ropa. Es frecuente
que quienes contratan a las adolescentes en
estas condiciones retengan sus documentos
para crear así un marcado estado de
dependencia.
Otra forma de reclutamiento de
adolescentes, la menos frecuente según las
investigaciones, son los avisos que se publican
en los periódicos solicitando, generalmente,
personal para atención de locales o damas de
compañía.
En todos estos modos de reclutamiento
se identifica el circuito que siguen las
adolescentes en la violencia sexual comercial.
Generalmente empiezan como damas de
compañía, actividad que no supone en
principiorelacionessexualessinolainducción
a los clientes de los locales al consumo de
bebidas alcohólicas de cuyo precio reciben un
porcentaje. Luego, muchas veces presionadas
por los dueños de los locales, dan el siguiente
paso, frecuentemente en condiciones de
inconsciencia o semiinconsciencia por el uso
de alcohol o drogas.
Me he sentido extraña.
Trabajaba como mesera y veía
cómo las otras chicas hacían.
Despuésmeheidoacostumbrando,
tenía miedo de lo que te miran, de
lo que te tocan .Julia, La Paz.
La primera vez me han
hecho tomar demasiado. Ese
caballero ha abusado de mí, yo no
quería .Maritza, El Alto.
21. L A N I Ñ E Z C L A U S U R A DA
3244
LAS FORMAS DE LA VIOLENCIA
a
Las condiciones en las que las niñas
y adolescentes son explotadas sexualmente
varían según el lugar y las circunstancias. Sin
embargo,yaseaenloslenociniosoprostíbulos,
en las whiskerías u otros locales que encubren
esta actividad, o en la calle, la constante es
su situación de extrema vulnerabilidad por
ser niñas o adolescentes involucradas en una
actividad ilícita.
La violencia en los locales
En los lenocinios existen categorías
relacionadas con la infraestructura, las
comodidades y el tipo de atención que ofrecen
a sus clientes. Sin embargo, la mayoría de estos
locales funcionan en ambientes improvisados
con serias deficiencias de higiene y salubridad.
Las habitaciones en las que prestan servicios
las trabajadoras sexuales y en las que las niñas
y adolescentes son explotadas son precarias,
apenas están separadas unas de otras por
delgadas mamparas de madera. Son pocos los
locales que tienen las condiciones adecuadas
para la actividad que realizan.
Las denominadas whiskerías, donde
generalmente se disfraza la prostitución
bajo la denominación de servicio de damas
de compañía, tiene similares o peores
condiciones. En algunos casos son solamente
lugares de contacto entre trabajadoras
sexuales o niñas y adolescentes sometidas a
violencia sexual comercial y los “clientes”,
pero en otros se improvisan espacios privados
donde se realizan las actividades sexuales.
En los lenocinios y las whiskerías, los
dueños obligan a las niñas y adolescentes
a vestir ropas provocativas y a usar
exageradamente pinturas y cosméticos para
tratardeencubrirsuedad.Engeneral,lasniñas
y adolescentes explotadas comercialmente,
a diferencia de las trabajadoras sexuales
adultas, son poco visibles en los ambientes de
los locales. Esto se debe a que los dueños, por
la situación de clandestinidad de la actividad,
las mantiene aisladas, pero también porque
la demanda de adolescentes por parte de los
“clientes” abusadores es mucho mayor, lo
que las mantiene ocupadas en los espacios
privados.
Las relaciones de las niñas y
adolescentes con los dueños de los locales
son de explotación y abuso y en algunos casos
incluso de violencia fisica. Sin embargo, los
dueños de los locales suelen aparentar el papel
de protectores y hasta de benefactores para
lograr un mayor sometimiento y dependencia,
aprovechando engañosamente la situación de
extrema vulnerabilidad y desprotección en la
que se encuentran.
Como consecuencia de esta situación,
es notorio que, pese al hecho objetivo de
la explotación y el abuso, las adolescentes
no se refieran con facilidad a los malos
tratos que sufren. Por el contrario, según las
investigaciones, muchas de ellas se inclinan a
señalar que sus relaciones con los dueños son
buenas.
Así, entre las adolescentes y los dueños
de los locales hay relaciones de complicidad
y legitimación de la actividad ilícita. Las
adolescentes, por la propia circunstancia
que atraviesan, se ven obligadas a ocultar su
verdadera edad e identidad. En algunos de
estos casos, se ha observado que los dueños,
a través de contactos con funcionarios
policiales, les proporcionan documentos que
consignan datos, especialmente de edad,
adulterados.
22. L A N I Ñ E Z C L A U S U R A DA
3254
No son pocos los casos de niñas y
adolescentes que han sido reducidas a una
especie de propiedad de los locales. Se ha
detectado situaciones en las que permanecen
prácticamente secuestradas, puesto que no
pueden salir libremente de los lenocinios. Hay
evidencias de que los dueños de los locales
pagan a los proxenetas hasta 20 dólares por
niñas y adolescentes “puestas en el local”.
Las personas que más asiduamente
concurren a los lenocinios y las whiskerías son
los varones de mayores ingresos económicos.
Es notoria su preferencia por los servicios de
las adolescentes. Es casi una constante que
los “clientes” de mayor edad busquen siempre
a las más jóvenes.
En algunos casos, se crean relaciones
de amistad entre las personas que frecuentan
los locales y las niñas y adolescentes que
son explotadas sexualmente en ellos.
Cuando se dan estas relaciones, ellas los
esperan preferentemente o los atienden en
lugares más privados. Otros “clientes”, en
cambio, amparados por su dinero, se sienten
protegidos por los dueños de los locales y
maltratan a las adolescentes, insultándolas o
tratando de abusarlas por la fuerza.
Cuando hay más dinero, son
abusivos, piensan que ya te han
comprado, dicen que te pueden
golpear. Mónica, El Alto.
Las personas mayores,
gordos, feos, te piden que si
tienen relaciones sexuales te van
a comprar vestidos elegantes.
Roxana, La Paz.
Los tratos económicos que realizan las
adolescentes con los “clientes” abusadores
en los lenocinios y las whiskerías están
determinados por varios factores, entre ellos,
sus atributos físicos y su mayor o menor
experiencia en la actividad. Las preferencias
de los “clientes” por una u otra adolescente
creanfriccionesyhastaenfrentamientosentre
ellas. Como consecuencia, sus relaciones
son, generalmente, de desconfianza, celos e
incluso de violencia. Estas relaciones tensas
son un componente más de la situación
de violencia a las que están sometidas
cotidianamente.
La violencia en la calle
La situación de las niñas y adolescentes
que son explotadas sexualmente fuera de los
locales es de mayor vulnerabilidad y riesgo.
Son contactadas en las calles y plazas de
ciertas zonas de las ciudades o son ellas
quienes buscan “clientes” en incursiones en
bares y cantinas. Otras son encontradas a
través de teléfonos celulares cuyos números
se publican en avisos de periódicos.
Su relación con proxenetas varones
es esporádica. En cambio, tienen relación
más frecuente con proxenetas mujeres que
les proporcionan contactos con “clientes” a
través de teléfonos celulares. Estas mujeres
arreglan citas entre las adolescentes y los
abusadores en moteles o alojamientos y, a
cambio, exigen el 50% de los ingresos.
En el caso de las niñas y adolescentes
para quienes la calle constituye su espacio
de vida, las situaciones de riesgo y violencia
son mucho mayores. Frecuentemente
son amenazadas, golpeadas, obligadas por
la fuerza a complacer los deseos de los
“clientes”, forzadas a beber o a drogarse e
incluso son despojadas de su dinero.
24. L A N I Ñ E Z C L A U S U R A DA
3274
A mi amiga la han matado
en un alojamiento de la Alonso
(plaza Alonso de Mendoza). Ella
‘coleaba’ (se drogaba), ha entrado
a las tres y a las cinco ya estaba
muerta. Patricia, La Paz.
El trato entre estas niñas y adolescentes
y sus “clientes” está mediado en muchos casos
por el consumo de alcohol o drogas. Según
testimonios, sólo en esas condiciones pueden
“aguantarlos”. La relación con éstos, por otra
parte, tiene diversos signos: en algunos casos
puede adquirir cierto carácter protector pero
en la mayoría es de abuso y diversos grados
de violencia.
Dinero a cambio de dolor
Los ingresos que reciben las
adolescentes por la violencia sexual comercial
a la que están sometidas varían en razón de
múltiples factores, entre ellos los lugares
donde se realiza el contacto y el encuentro
sexual. Las investigaciones han establecido,
sin embargo, algunas cifras indicativas.
En los lenocinios de las ciudades de La
Paz y El Alto, las tarifas oscilan entre los 3,5
y los 8 dólares. En las whiskerías, entre los 7 y
30 dólares (éste último monto comprende la
atención exclusiva durante toda la noche).
En estas mismas ciudades, las tarifas que
cobran las adolescentes que se encuentran en
las calles dependen de su estado y apariencia.
En La Paz, las adolescentes que consumen
drogas (sobre todo inhalantes) cobran entre
1,5 y 4 dólares; las que no lo hacen, de 8 a
20 dólares. En El Alto, las primeras reciben
entre menos de 1 dólar y 2 dólares y las que
no consumen drogas 3 dólares.
En las ciudades de Santa Cruz y
Cochabamba los ingresos de las niñas y
adolescentes sometidas a violencia sexual
comercial, en los locales y en las calles,
fluctúan entre los 13 y los 40 dólares la hora.
Éste es, sin embargo, un dato estimado global.
En los lenocinios y whiskerías las adolescentes
deben descontar de esos ingresos a favor de
los dueños el pago por el uso de la pieza, la
calefacción, cuando la hay, y otros gastos que
pueden sumar entre 3 y 7 dólares. En otros
casos, las adolescentes deben proporcionar
una parte de sus ingresos a las personas que
las contactan con los “clientes”, lo que puede
significar hasta un 50%.
...debe llegar temprano al
local para ‘agarrar’ cuarto y así estar
tranquila. Si no logra tomar cuarto que
cuesta 30 Bs tiene que subalquilar a
una de sus amigas cuando tiene un
cliente. Paga también 3 Bs por la
estufa que tiene encendida durante
la noche, ya que en ese local hace
mucho frío. Asimismo debe pagar por
el uso de cama 10 Bs, del condón 1
Bs, de la luz y del agua. Todo ello le
resta su ganancia. Cobra por ‘pieza’
o ‘cliente’ Bs 40 por un lapso de 15
minutos. Los días viernes y sábado
el local está llenísimo, tanto así que
los hombres hacen fila esperando
a la chica que quieren. Hay mucho
movimiento y según Jessica logra
hacer hasta 20 piezas en toda la
noche, lo cual equivale a 800 Bs. De
todo ello se descuentan los gastos que
hace en el local. Historia de Jessica,
16 años, Cochabamba.
25. L A N I Ñ E Z C L A U S U R A DA
3284
MANDILES BLANCOS
a
En la ciudad de La Paz, otro grupo de
adolescentes sometidos a la violencia secual
comercial está constituido por estudiantes
de colegios y liceos, cuyas edades en
promedio fluctúan entre los 15 y 17 años.
Son contactadas por “clientes” en plazas del
centro de la ciudad, al mediodía o en horas
de la tarde después del horario de clases.
Suelen permanecer con el uniforme escolar.
Los adultos, después de contactarlas, las
llevan a alojamientos de las inmediaciones
o, en automóviles, a moteles o domicilios
particulares.
Otras colegialas son reclutadas en
sus centros de estudio por mujeres adultas
proxenetas que privilegian a aquellas que
son bonitas y, en lo posible, vírgenes. Las
proxenetas les proporcionan ropa y maquillaje
y un lugar donde puedan “arreglarse” antes
de los encuentros y volver a cambiarse
después de las citas. Los “clientes”, adultos
“ejecutivos” de clase alta y adinerados, se
contactan a través de un teléfono celular. Las
tarifas de estas adolescentes “seleccionadas”
oscilan entre los 100 y los 200 dólares.
LAS HERIDAS
a
La explotación sexual comercial no
sólo es un atentado a la dignidad humana
y a la integridad física de los niños, niñas
y adolescentes sino, además, implica una
situación de permanente riesgo. Es una de las
peores formas de abuso sexual, una violación
de sus derechos fundamentales y una manera
de esclavitud que condiciona su presente y su
futuro.
Los riesgos se manifiestan de manera
cotidiana y van desde el consumo de alcohol
o drogas, las infecciones de transmisión
sexual (ITS) y VIH-SIDA, la incertidumbre
de ocultar la actividad a su familia o a las
personas con las que viven y los embarazos
no deseados, hasta el vivir permanentemente
con la violencia cotidiana al borde de la
muerte.
En los lenocinios y whiskerías el
consumo de alcohol por las adolescentes
es frecuente. Una de las modalidades de su
trabajo, el de damas de compañía, consiste,
precisamente, en provocar el consumo de
alcohol en los clientes por el que reciben de
los dueños un porcentaje.
En Cochabamba y Santa Cruz, casi
el 60% de las adolescentes explotadas
sexualmente consume alcohol para realizar
su actividad y el 9% dice consumir además de
alcohol alguna droga.
Entre las niñas y adolescentes que
son explotadas sexualmente en las calles
de La Paz y El Alto, el alcohol y las drogas,
especialmente inhalantes como el thinner o
el pegamento, es muy alto. En el grupo de
colegialas, el consumo de alcohol también es
particularmente frecuente. Para la mayoría,
tener relaciones con los “clientes” sólo es
posible en un estado limitado o perturbado
de conciencia. Sin embargo, este mismo
estado las expone a una serie de vejámenes
y peligros.
El robo de dinero es otro riesgo
permanente. Los ingresos que reciben
26. L A N I Ñ E Z C L A U S U R A DA
3294
frecuentemente son sustraídos por sus propias
compañeras, sus amigas, por los “clientes” e
incluso por los dueños de los locales.
Además de los riesgos a las que están
permanentemente expuestas, las niñas
y adolescentes sufren consecuencias de
carácter psicosocial. La mayoría tiene muy
baja autoestima y sufre una desvalorización
como persona que niega sus potencialidades.
Muchas piensan que ya no sirven para otra
cosa y se sienten marcadas para siempre.
Manifiestan inseguridad básica debido al
maltrato y las humillaciones que reciben.
Aprenden a desligar el sexo del afecto y
viven su cuerpo totalmente enajenado de
su persona. Necesitan una relación de pareja
estable en la cual refugiarse, por eso toleran
los abusos de su pareja y reproducen ciclos de
violencia.
La identidad de la mayoría de las
niñas y adolescentes en esta situación
está dañada. A consecuencia de la
ausencia de reconocimiento social, viven
permanentemente la sensación de estar
perdidas en el mundo sin reconocimiento ni
valoración personal.
Igualmente, sus proyecciones
de realización personal se encuentran
desdibujadas por la carencia afectiva y la
pobreza de experiencias vitales que no les
permiten imaginarse o inventarse ideales de
vida u otras formas de vivir su vida.
TAREAS URGENTES
a
La explotación sexual comercial de
niños, niñas y adolescentes es un fenómeno
de múltiples dimensiones. Por ello, en el
camino de su erradicación, se requiere
intervenir en forma simultánea y coordinada
en varios ámbitos, principalmente en los
de la salud, educación y justicia. Estas
intervenciones, por otra parte, deben
involucrar la responsabilidad y la acción
de toda la sociedad, pero especialmente
de los organismos del Estado centralizados
(ministerios) y descentralizados (prefecturas,
municipios), las instituciones de la sociedad
civil organizada, los medios de comunicación,
las organizaciones no gubernamentales y
también los organismos de la cooperación
internacional.
En el ámbito de la salud
En el campo de la salud, una tarea
inmediata y urgente es la atención a las
niñas, niños y adolescentes víctimas de la
violencia sexual comercial que se encuentran
tambien en grave riesgo de violencia física y
psicológica y de contagio de infecciones de
transmisión sexual (ITS) y VIH-SIDA. Por
estar involucrados en una actividad ilegal, no
tiene acceso a los servicios de salud.
Las acciones en el campo de la salud
deben incluir la investigación de casos de
abuso sexual, educación sexual, políticas de
control del embarazo adolescente, la difusión
de la prevención de ITS y VIH-SIDA y el
seguimiento de casos de violencia sexual
contra niños, niñas y adolescentes.
Una alternativa para la provisión de
servicios de salud a este sector de la población
es la apertura de consultorios destinados
a la atención exclusiva y especializada de
adolescentes. En éstos, la atención médica
podría articularse con la formación integral
en sexualidad.
Las acciones en el ámbito de la salud
comprometen la responsabilidad de los
28. L A N I Ñ E Z C L A U S U R A DA
3314
organismos nacionales del sector, de las
instancias prefecturales y municipales y de
las organizaciones no gubernamentales que
trabajan en este campo.
En el ámbito de la educación
Las tareas educativas, en su más amplio
sentido y alcance, son determinantes para la
prevención de la violencia sexual comercial
contra niñas, niños y adolescentes pero
también para la atención de las víctimas.
En el sistema escolar, la educación
sexual, que incluye la prevención de
ITS y VIH-SIDA, y la introducción de
manera sistemática de la educación en
derechos humanos con enfoque de género
y especialmente en derechos de la niñez y
adolescencia son tareas fundamentales. Este
último aspecto debe ser también introducido
regularmente como una temática en la
formación de los futuros maestros en los
Institutos Normales y en los planes de
capacitación de los maestros en ejercicio que
implementa la Reforma Educativa.
En la elaboración de estrategias
nacionales de lucha contra la violencia, las
escuelas y colegios pueden constituirse en
espacios en los que prevalezca y se promueva
el buen trato, en oposición al maltrato, en la
perspectiva de construir alrededor de estos
centros mecanismos de vigilancia social y
promoción de los derechos de la niñez y
adolescencia.
La detección de la deserción, su
seguimiento y la implementación de
acciones para el regreso a la escuela de
niños, niñas y adolescentes desertores a
través de mecanismos de apoyo a las familias
son igualmente importantes; así como los
programas de refuerzo educativo para niños
y niñas con rezago escolar, escasa asistencia
o que trabajan. Los municipios tienen un
amplio campo de acción en estas tareas.
Las campañas de educación
sexual, prevención de ITS y VIH-SIDA,
derechos humanos y derechos de la niñez
y adolescencia con enfoque de género para
la población adulta son también parte de las
tareas que deben encararse para combatir la
violenciasexualcomercialcontraniñas,niños
y adolescentes. En este cometido, además
del trabajo de las instituciones estatales y
privadas comprometidas con esta temática,
es de gran importancia el compromiso ético y
de respeto a los derechos de los niños, niñas y
adolescentes de los medios de comunicación
y de los periodistas.
Las tareas en el campo de la atención
a las víctimas deben tomar en cuenta varias
etapas. De principio, es necesario dar mayor
énfasis a la toma de confianza de los niños,
niñas y adolescentes involucrados en la
violencia sexual comercial. Son personas que
necesitan ser escuchadas y a la vez escuchar a
quien asume una labor educativa. Necesitan
creer en una oportunidad que pueda resolver
sus problemas y su mayor demanda en este
sentido es el apoyo moral y económico.
La institucionalización o imposición
vertical de acciones paternalistas y
asistencialistas abortaría cualquier intento
de abordar la problemática de esta
población. Por el contrario, se debe partir de
sus propuestas y sugerencias que favorezcan
el fortalecimiento de su autoestima y
crecimiento personal de manera integral
y positiva, creando espacios de autoayuda
donde se promueva la conversación, la
reflexión, la búsqueda de alternativas de
solución y las formas de apoyo a su situación
como niñas, niños y adolescentes y, en su
29. L A N I Ñ E Z C L A U S U R A DA
3324
caso, como madres y mujeres.
En el ámbito de la justicia
En este ámbito, por una parte, son
importantes las iniciativas legislativas
elaboradas, discutidas y presentadas
coordinadamente por todas las instituciones
relacionadas con la problemática de la
niñez y la adolescencia y sus derechos para
propiciar la acción del Poder Legislativo en
la modificación de los instrumentos legales
vigentes, la aprobación de otros y la adopción
de convenios internacional para ampliar y
mejorar el marco legal para la erradicación
de la violencia sexual comercial contra niños,
niñas y adolescentes.
Entre estas medidas, se debe incorporar
la violencia sexual comercial contra niños,
niñas y adolescentes como delito de orden
público en el Código Penal ya que ello
garantizaría la sanción para el principal
generador de la demanda, el “cliente” que es
el directo explotador sexual y quien promueve
un entorno delictivo que lo protege.
Paralelamente deben incorporarse
un conjunto de disposiciones legales que
sancionen con la misma rigidez a quienes
con estos fines incurren en otros delitos
como el otorgamiento de documentos de
identidad falsos, la organización de redes de
explotación, el tráfico y otros
Por otra parte, el avance en la
erradicación de la violencia sexual comercial
contra niñas, niños y adolescentes requiere la
accióneficienteycoordinadadelosoperadores
de justicia y de la Policía en el cumplimiento
de las leyes y en la protección de los derechos
de las víctimas. En este sentido, las acciones
de aplicación de la ley deben estar asociadas a
esfuerzos para generar programas que apoyen
a los niños, niñas y adolescentes involucrados
en la violencia sexual comercial y a generar
condiciones para que éstos no vuelvan a
ser reclutados por las redes dedicadas a esta
actividad ilícita.
En este campo se necesita la
participación institucional de la Policía para
realizar tareas específicas y de coordinación
con otras instancias. Entre estas tareas está
el levantamiento de información sobre focos
de violencia sexual comercial contra niñas,
niños y adolescentes para formar una base de
datos compartida; la recepción de denuncias
y la derivación de éstas a las Brigadas de
Protección a la Familia y a la Fiscalía; la
coordinación de acciones con la Fiscalía y
las Defensorías de la Niñez y la Adolescencia
para la represión a proxenetas y la derivación
de casos de niñas, niños y adolescentes a las
instituciones pertinentes. Entre sus acciones
está también la capacitación de los policías
en las temáticas de derechos de la niñez y
violencia sexual comercial contra niños,
niñas y adolescentes.
Igualmente, se requiere la participación
de los Juzgados de la Niñez y Adolescencia
y del Ministerio Público. Este último para
realizar investigaciones e intervenciones de
oficio y para la capacitación de los fiscales en
temáticas pertinentes a la explotación sexual
comercial de niños, niñas y adolescentes.
30. L A N I Ñ E Z C L A U S U R A DA
3334
Finalmente, las tareas en el ámbito de la
justicia requieren también de un compromiso
de los medios de comunicación en el diseño
de una estrategia comunicacional coordinada
contra la violencia sexual comercial de
niñas, niños y adolescentes que evite el
sensacionalismo y la crónica roja y proteja la
identidad y los derechos de las víctimas.
Así, coordinando tareas en los
ámbitos de la salud, educación y justicia,
que comprometan la acción del estado
y la sociedad, se podrá avanzar hacia la
erradicación de la violencia sexual comercial
contra niños, niñas y adolescentes.