2. Los trastornos de alimentación son cada día más frecuentes y preocupantes en
nuestra sociedad, sobre todo por las edades tempranas a las que se producen.
La delgadez se ha convertido en el ideal de belleza, aumentando así la
preocupación por el aspecto físico: dietas, gimnasios, masajes, cremas
adelgazantes, pastillas, comida light... , nos transmiten la idea de que la delgadez
es moda, y que con ella obtendremos éxito. También están apareciendo nuevos
trastornos como el Trastorno por Atracón, en el que se dan atracones bulímicos
pero no van acompañados de vómitos, purgas o ejercicio excesivo como en
la bulimia, la Ortorexia en la que se va reduciendo la ingesta a determinados
alimentos pretendiendo una alimentación saludable que por supuesto no lo es, o
la Vigorexia en la que se persigue un cuerpo musculado, para lo cual se utilizan
fármacos y hormonas y se reduce la variedad alimentaria.
3. Factores biológicos: Hay estudios que indican que niveles anormales de
determinados componentes químicos en el cerebro predisponen a algunas
personas a sufrir de ansiedad, perfeccionismo, comportamientos y
pensamientos compulsivos. Estas personas son más vulnerables a sufrir un
trastorno alimenticio.
Factores psicológicos: Las personas con trastornos alimentarios tienden a
tener expectativas no realistas de ellos mismos y de las demás personas. A
pesar de ser exitosos se sienten incapaces, ineptos, defectivos, etc. No tienen
sentido de identidad. Por eso tratan de tomar control de su vida y muchas
veces se enfocan en la apariencia física para obtener ese control.
Factores familiares: Personas con familias sobreprotectoras, inflexibles e
ineficaces para resolver problemas tienden a desarrollar estos trastornos.
Muchas veces no muestran sus sentimientos y tienen grandes expectativas de
éxito. Los niños aprenden a no mostrar sus
sentimientos, ansiedades, dudas, etc., y toman el control por medio del peso y
la comida.
Factores sociales: Los medios de comunicación asocian lo bueno con la belleza
física y lo malo con la imperfección física. Las personas
populares, exitosas, inteligentes, admiradas, son personas con el cuerpo
perfecto, lo bello. Las personas que no son delgadas y preciosas son asociadas
con el fracaso.
4. Existen muchas teorías al respecto, pero nadie está totalmente
seguro sobre las causas de los trastornos alimentarios. La mayoría
de las personas que sufren un trastorno alimentario tienen entre 13
y 17 años. Este es un período de cambios físicos y emocionales, de
presiones académicas y de mayor presión de los pares.
Durante la adolescencia se tiene un mayor sentido de la
independencia, es probable que los adolescentes sientan que no son
capaces de controlar su libertad y, en algunos casos, su cuerpo. Esto
ocurre, en especial, durante la pubertad.
En el caso de las mujeres, es completamente normal (y necesario)
que se incremente la grasa corporal durante la pubertad, algunas
reaccionan al cambio con grandes temores por su nuevo peso.
Erróneamente, pueden sentirse obligadas a bajar de peso sin
importar cómo.
5. Cuando se combina la presión de ser como las celebridades
con el hecho de que el cuerpo crece y cambia durante la
pubertad, es sencillo entender por qué algunos adolescentes
tienen una imagen negativa de sí mismos. Los adolescentes
famosos y los atletas responden al "ideal de Hollywood", es
decir, las jóvenes son pequeñas y flacas, y los jóvenes son
atléticos y musculosos, y este tipo de cuerpo es popular no
solo en Hollywood, sino también en la escuela secundaria.
Muchas personas con trastornos alimentarios pueden
presentar también un estado depresivo y ansiedad, o padecer
otros problemas de salud mental, como el trastorno obsesivo-
compulsivo (TOC). También existe evidencia de que los
trastornos alimentarios son hereditarios. Si bien parte de estos
trastornos pueden ser genéticos, también se deben a que
aprendemos nuestros valores y comportamientos de nuestras
familias.
6.
7. La anorexia nerviosa consiste en una pérdida voluntaria de peso y un
intenso temor a engordar. Se experimentan sentimientos de desagrado con su
propio cuerpo, problemas para reconocer la sensación de hambre y saciedad y
pueden sentirse hinchadas o tener nauseas después de haber comido muy poco.
Existen dos tipos:
La restrictiva: en donde la persona apenas come y en muchos casos realiza
ejercicio excesivo.
La purgativa: en la cual se utiliza métodos purgativos tales como
vómitos, diuréticos o laxantes después de haber ingerido cantidades mínimas
de comida.
Los principales síntomas de la anorexia son:
Rechazo a mantener el peso corporal igual o por encima del mínimo normal
para su estatura y edad, llegando en ocasiones a la delgadez extrema.
Miedo intenso a engordar, incluso cuando el peso es muy bajo.
8. Sensación de estar gordo/a, o de que algunas partes de su cuerpo
están gordas (nalgas, muslos, abdomen...). Pueden estar realmente
delgados/as y seguir viéndose gordos/as ante el espejo.
Amenorrea (cese de la menstruación).
Lanugo (aumento del vello).
Ejercicio físico excesivo.
Conducta alimentaria extraña (comer de pie, cortar los alimentos en trozos
pequeños, esparcirlos por el plato, revolver la comida o secarla para evitar
la grasa).
Episodios de bulimia (comida compulsiva), provocación del vómito y uso de
laxantes.
Aumento de las horas dedicadas al estudio y disminución de las horas de
sueño.
Estos síntomas pueden producir en la persona una serie de consecuencias
emocionales, físicas y de comportamiento:
Estado de ánimo depresivo, pérdida de pelo, piel seca, hipotensión
(tensión baja), bradicardia (ritmo cardiaco lento), baja
temperatura, deshidratación, aislamiento social, irritabilidad, relaciones
familiares alteradas.
9.
10. La bulimia nerviosa se caracteriza por la realización de
atracones recurrentes. El atracón consiste en la ingesta de una gran
cantidad de alimentos en un corto periodo de tiempo. Para impedir
ganar peso tras el atracón, la persona utiliza distintos mecanismos
como la provocación del vómito, la utilización de laxantes y
diuréticos, ayuno, y ejercicio excesivo.
Existen dos tipos:
Bulimia purgativa: después de los periodos de atracones, el enfermo
usa laxantes, diuréticos o se provoca el vómito como método
compensatorio.
Bulimia no purgativa: para contrarrestar los atracones, hace ejercicio
en exceso, dietas restrictivas o incluso ayunos.
11. Los síntomas más comunes de la bulimia son:
Preocupación obsesiva por la comida, con deseos irresistibles
e incontrolables de comer, haciéndolo de forma voraz en un
corto periodo de tiempo y generalmente a escondidas.
Peso normal o ligero sobrepeso.
Vómitos autoprovocados.
Menstruación irregular.
Abuso de laxantes, diuréticos, u otros fármacos.
Todo ello puede provocar en la persona una serie
de consecuencias:
Lesiones en las manos debidas a la provocación del
vómito, diarreas y vómitos incontrolables, oscilaciones en el
peso, depresión, amenazas de suicidio, obsesión por la
comida, baja autoestima y aislamiento social.
12. Dado que la anorexia y la bulimia se dan con más
frecuencia en la adolescencia y la juventud, el papel de
la familia es fundamental en la prevención, detección y
tratamiento de la enfermedad.
También tenemos que aprender a valorarnos por
cualidades distintas al físico, como la
empatía, generosidad, habilidades sociales y desarrollar
un sentido crítico a los mensajes enviados por los
medios de comunicación.
13. Si creemos que un familiar, un amigo o alguien de nuestro
entorno está padeciendo un trastorno de este tipo, lo mejor
que podemos hacer es hablarlo directamente con él. Sería
normal que a la persona afectada le costara hablar del tema, o
incluso que llegue a negar su problema. Por
ello, debemos intentar ponernos en su lugar y tratar de
entender cuáles son sus miedos y preocupaciones y nunca
culparle por lo que le está ocurriendo. Intentaremos
entonces convencerle de la conveniencia de acudir a un
profesional que le ayudará a superar su enfermedad.
Si detectamos el trastorno en nosotros mismos, debemos
buscar ayuda cuanto antes para evitar que los síntomas
puedan cronificarse o generalizarse.
14.
15. En la actualidad, una de las mayores preocupaciones de los profesionales
de la salud es el incremento de la obesidad.
Diversas investigaciones muestran que el exceso de peso es un factor de
riesgo tanto para desencadenar enfermedades como, posiblemente, para
elevar las tasas de mortalidad.
La obesidad se caracteriza por una acumulación excesiva de grasa
corporal innecesaria. A nivel clínico, existe el acuerdo bastante
generalizado de considerar a una persona como obesa cuando excede el
20% de su peso ideal, en función de su talla, complexión, sexo y edad.
En la mayoría de casos, la obesidad se produce por una ingesta
excesiva, por un déficit de consumo energético o por ambos factores. Las
investigaciones realizadas extraen como conclusión que la ingesta
excesiva está inducida por estados emocionales de ansiedad y estrés y
las terapias psicológicas están mostrando resultados positivos en su
tratamiento, solos o en combinación con el abordaje médico.
16.
17. Este trastorno se ha tenido en poca consideración hasta el momento
en la literatura sobre trastornos de alimentación, pero empieza a ganar
relevancia debido a la observación clínica de numerosos pacientes que
manifiestan síntomas que, aún estando a caballo entre la obesidad y la
bulimia, parecen tener claros componentes diferenciadores.
El trastorno por atracón o sobreingesta compulsiva se caracteriza
por episodios repetitivos de voracidad ("atracones") durante un periodo
determinado de tiempo, que se reconocen como patrones alimentarios
anormales y le generan al individuo el sentimiento de no poder
controlarlos voluntariamente. Generalmente tienen sobrepeso, pero se
diferencian de las personas con bulimia en que no necesariamente
emplean procedimientos drásticos para perder peso, no hacen dietas
severas, ni tienen insatisfacción con su imagen corporal como presentan
las pacientes con anorexia y bulimia.
18. Así, el trastorno por atracón se define siguiendo los siguientes
criterios:
Episodios recurrentes secretos de voracidad ("atracones").
Consumición de alimentos con alto contenido calórico durante
un «atracón».
Esfuerzos repetidos de seguir una dieta y frecuentes
fluctuaciones de peso.
Reconocimiento de que los hábitos alimentarios son
anormales y están fuera de control.
Afecto negativo antes y/o después de un episodio de
voracidad.
Ausencia de métodos extremos para perder peso (p. ej.
purgarse).
Ausencia del temor exagerado a ganar peso.
19.
20. El paciente que padece vigorexia persigue un cuerpo
musculado, para ello, dedica su tiempo libre al ejercicio físico
anaeróbico (de gimnasio) utiliza fármacos y hormonas y reduce la
variedad alimentaria, normalmente empleando dietas ricas en
proteínas.
Quien sufre de vigorexia pasa la mayor parte del tiempo pensando y
actuando para mantener la forma física y la musculatura
máxima, comprueba su peso y medidas, se mira en el espejo
reiteradamente, etc..., de esta manera, se ve deteriorada su calidad
de vida, sus relaciones sociales y familiares e incluso su rendimiento
académico o laboral.
Se entiende por vigorexia una obsesión patológica por un cuerpo
perfecto y musculado. Las víctimas de esta enfermedad sufren una
preocupación excesiva por su cuerpo, convirtiéndose en el principal
objetivo de su vida. Podría decirse que es un
comportamiento obsesivo-compulsivo caracterizado por la
preocupación de acudir al gimnasio y la transferencia de los
principales valores de la vida hacia el acto de entrenar o muscular su
cuerpo.
21. La vigorexia afecta mayoritariamente a hombres, aunque también
puede darse en mujeres. La práctica de deporte moderado resulta
muy saludable para nuestro organismo. Sin embargo, los afectados
por la vigorexia muestran una preocupación excesiva por su aspecto
físico que conlleva que la musculación a través de una actividad
física pase de ser un objetivo saludable a un desorden emocional
elevado a la categoría de obsesión. Este ansia por adquirir a toda
costa una apariencia atlética puede llevar al consumo de sustancias
perjudiciales para el organismo. Las consecuencias de este trastorno
tienen su reflejo en la salud y en la conducta social de quienes lo
padecen.
En ocasiones quienes sufren de vigorexia también recurren a una
práctica más peligrosa para la salud, como es el dopaje para obtener
un incremento de la masa muscular y disminuir la fatiga.
Los productos dopantes más utilizados son los
anabolizantes, derivados sintéticos de la testosterona (hormona
sexual masculina). Son sustancias que pueden provocar efectos
adversos: problemas de impotencia, crecimiento desproporcionado
de las glándulas mamarias, acné, caída del
cabello, depresión, euforia, irritabilidad... y, en los casos más
extremos, problemas de corazón y de hígado.
22. Las personas que sufren de
megarexia tienden a padecer de
obesidad y no se someten a ningún
tipo de régimen alimenticio.
Debida a la distorsión de su
esquema corporal, característica
de los trastornos
alimentarios, cuando se miran al
espejo no perciben la obesidad, al
contrario se ven así mismos como
personas sanas y delgadas, y no
son capaces de valorar el alcance
de su problema. Llevan hábitos de
vida no saludables.
23. Estas personas consumen grandes cantidades de comida basura que
contienen muchas "calorías vacías", lo que conlleva a medio plazo al
padecimiento de síntomas de desnutrición debido a la carencia de
nutrientes esenciales, tales como vitaminas, minerales y aminoácidos, y
provocar diversas condiciones patológicas secundarias como la anemia.
Este déficit de nutrientes altera la bioquímica del cerebro, al igual que
ocurre en la anorexia, por lo que la megarexia puede convertirse en una
grave enfermedad.
Además estas personas consideran que el exceso de peso es sinónimo
de salud y vitalidad por lo que no restringirán ningún tipo de
alimento, y consumirán grandes cantidades de comida
chatarra refinada en forma de alimentos hipercalóricos, ricos en
azúcares simples, grasas saturadas, féculas, almidones y aditivos
alimentarios; tales como dulces, bollería
industrial, frituras, postres, frutos secos, comida rápida
(hamburguesas, pizza, patatas fritas, comida precocinada, etc.), serán
algunos de los platos principales en la dieta de los megaréxicos.
Por lo general los megaréxicos son inconscientes de su enfermedad.
Evitan fotografiarse a sí mismos e ir de compras a tiendas de ropas para
seguir negando la realidad. Esta dinámica de autonegación puede
resultar en conductas hostiles hacia ellos mismos y los demás.
24.
25. Se entiende por ortorexia la obsesión patológica por la comida
biológicamente pura. Las víctimas de esta enfermedad sufren una preocupación
excesiva por la comida sana, convirtiéndose en el principal objetivo de su vida. Podría
decirse que es un comportamiento obsesivo-compulsivo caracterizado por la
preocupación de qué comer y la transferencia de los principales valores de la vida
hacia el acto de comer, lo cual hace que los afectados tengan "un menú en vez de una
vida".
Para que podamos realizar un diagnóstico de Ortorexia deben darse los siguientes
criterios:
Pasa mas de 3 horas al día pensando en su dieta sana.
Se preocupa mas de la calidad de la comida que del placer que supone el comer los
alimentos.
Conforme aumenta la pseudocalidad de su alimentacion disminuye su calidad de
vida.
Se siente culpable cuando se salta sus convicciones dieteticas.
Planifica hoy lo que va a comer mañana.
Se va aislando socialmente por su manera de comer.
26. Estos son algunos de los criterios para diagnosticar al paciente que
sufre de Ortorexia. Los síntomas de la enfermedad van
desde depresión, ansiedad, hipocondrías, hipervitaminosis o en su
defecto hipovitaminosis y en fases avanzadas trastornos obsesivos
compulsivos respecto a la alimentación.
Estos Trastornos de la Alimentación vienen acompañados de
sentimientos de culpa, tristeza, inadecuación, rechazo
social, dificultades laborales, dificultades en las relaciones tanto con
amigos y familia, como con posibles parejas, incluso autolesiones o
ideas suicidas, etc.
La diferencia de la ortorexia con los otros trastornos de la
alimentación está en que, mientras que en la anorexia y
la bulimia el problema gira en torno a la cantidad de comida, en
la ortorexia gira en torno a la calidad.
27.
28. La ebriorexia es una nueva enfermedad que está comenzando a hacerse
conocida debido a la gran cantidad de mujeres afectadas. Consiste en una
combinación de anorexia, bulimia y alcohol.
“Esta enfermedad es sumamente grave ya que quienes ingieren alcohol se
niegan a comer para compensar así las calorías que tiene esta bebida y los
órganos se van dañando muchísimo más rápido en el proceso”, asegura la
nutricionista argentina Romina Vargas.
Ya de por sí tenemos muchos problemas con la anorexia y bulimia y demás
trastornos alimenticios como para agregarle el detonante de la ingesta
alcohólica.
Es un poderoso y mal ejemplo y las familias deben estar muy alertas para que
esta conducta que ven en aquellas estrellas de Hollywood no actúe
negativamente en las adolescentes.
29. Aunque también, la dependencia al alcohol y la mala alimentación
lamentablemente son dos constantes que están presentes en mujeres
adultas y que se tratan en las consultas cada vez con mayor
asiduidad”, comenta la especialista.
El peligro se centra en la aceptación social que tiene el alcohol. “Si una
persona bebe, socialmente no está mal visto, pero es muy peligroso ya
que la tendencia de ingerir alcohol va acompañada muy a menudo con
la ingesta de drogas y si encima se padecen disfunciones alimenticias, el
cóctel final puede resultar fatal”, advierte Vargas.
La enfermedad es reciente, pero las clínicas especializadas en
desintoxicación ya están proponiendo tratamientos para poder
combatirla.
Lo que crea alarma en relación a este mal es que “beber en exceso es
tolerado y ser delgado es una exigencia cultural. Ambas pautas jamás
van a poder erradicarse por muchos esfuerzos que se hagan.
Lo que sí se debe lograr es reforzar la autoestima de cada mujer y
crearles una resistencia social y amor por el propio cuerpo"
30. Los síntomas de la ebriorexia:
Consumo de alcohol. La ingesta de alcohol es desmedida y
generalmente se hace a escondidas.
Atracones. Debido a la ausencia de calorías para brindarle al
cuerpo la suficiente energía para funcionar
adecuadamente, quien padece de ebriorexia suele tener
atracones de comida.
Hinchazón de la cara y deterioro físico. Esto es un efecto de la
inducción del vómito.
Características especificas de la bulimia y anorexia. Las
personas que padecen de ebriorexia no suelen consumir
alimentos delante de las personas, tienen una autoimagen
desvalorizada, y tienen miedo al aumento de peso.
Pérdida de cabello y problemas dentales. Debido a la ausencia de
vitaminas y a la incitación del vómito.
Debilidad corporal y mal aspecto de la piel. También debido a la
mala alimentación.
Conductas de aislamiento social y agresividad.
Pérdida de conciencia o desmayos
31. El tratamiento que se debe iniciar cuando ataca la
enfermedad es en conjunto. “Este tipo de enfermedades
no solamente presentan una cuadro clínico.
Las patologías psicológicas asociadas con la comida
cada vez son más. Por tal razón es vital que una
persona con síntomas de ebriorexia sea vista por un
psicólogo, su médico de cabecera y un nutricionista.
Cuando se tenga un panorama más claro de su real
condición y gravedad seguramente se vayan sumando
más especialistas, pero lo más importante es actuar
con rapidez y acudir urgentemente a un médico que
pueda diagnosticar y hacer la apropiada derivación”.
32. El problema emocional que acarrea un trastorno alimentario
tiene consecuencias graves. Cuando una persona se obsesiona
con el peso, es difícil que logre concentrarse en otra cosa.
Puede resultar agotador y abrumador controlar la ingesta de
alimentos y el ejercicio, y encontrarse en un estado de estrés
constante en relación con la comida y la apariencia física. Por
lo tanto, es entendible que una persona con trastornos
alimentarios se retraiga y se vuelva menos sociable. Es difícil
participar de reuniones o comidas con amigos o familiares, o
abandonar la ejercitación compulsiva para salir a divertirse.
Las personas con trastornos alimentarios invierten mucha
energía en planificar qué comer, evitar alimentos o planear su
próximo atracón, obtener dinero para comprar
alimentos, laxantes u otros medicamentos, inventar excusas
para usar el baño o quedarse solas al finalizar una comida.
33. Afortunadamente, los trastornos alimentarios pueden
tratarse. Las personas que padecen estos trastornos pueden
mejorar y gradualmente aprender a comer normalmente. Los
trastornos alimentarios están relacionados tanto con la
mente como con el cuerpo. Por lo tanto, tanto los médicos
clínicos como los profesionales de la salud mental y los
nutricionistas participan del tratamiento y la recuperación de
una persona.
Las terapias o el asesoramiento son una parte crucial de la
mejoría. En muchos casos, la terapia familiar es un punto
clave para volver a comer sano nuevamente. Los padres y
otros miembros de la familia cumplen un rol importante en
apoyar a las personas que deben recuperar peso y que tienen
miedo de hacerlo, o que deben aprender a aceptar el cuerpo
que su cultura, los genes y el tipo de vida les permite tener.
34. Si queres hablar con alguien sobre estos trastornos y no
te sentis cómodo haciéndolo con tus padres, intenta con
un amigo, un maestro, una enfermera de la escuela, un
consejero, un entrenador, un vecino, un médico o
cualquier otro adulto que te inspire confianza.
Los trastornos alimentarios son muy comunes en los
adolescentes. Las opciones de tratamiento dependen de
cada persona y de cada familia, pero hay muchos que
incluyen publicaciones con información, charlas con
terapeutas y trabajo con nutricionistas y otros
profesionales.
35. Aprender a sentirte cómodo con un peso saludable es un
proceso. Requiere tiempo deshacerse de algunos hábitos
y volver a aprender otros. Sé paciente, se puede aprender
aceptar tu cuerpo, a comprender tus conductas
alimenticias y la relación entre lo emocional y la
alimentación, es decir, todas las herramientas que
necesitas para sentirte bajo control y para gustarte y
aceptarte tal como eres.
MUCHAS GRACIAS!!!!