El documento enfatiza que los misioneros deben tener un testimonio vivo de su propio encuentro con Jesús para poder compartirlo efectivamente con otros, y no solo repetir una teoría aprendida. Además, destaca que no es suficiente que los misioneros sean practicantes o parte de movimientos, sino que todos deben haber tenido una experiencia común con Cristo para transmitir el mismo mensaje y obtener los mismos resultados. Finalmente, resalta el papel del párroco en animar y conducir la misión, y la importancia de preparar a