1. 3729 de abril de 2016 Brecha
A n d r é s R e y e s
Jugando con su habitual fuerza
y convicción, la versión inter-
nacional del Nacional de Munúa
empató 0 a 0 ante Corinthians, en
una fría noche en el Parque Cen-
tral en la que los tricolores mere-
cieron mejor suerte. Lentamente,
el equipo ha logrado generar un
vínculo con sus hinchas basado
en el compromiso siempre pre-
sente de salir a dar pelea ante ri-
vales con presupuestos mucho
mayores.
El Nacional de Munúa pare-
ce tener dos versiones. La local,
obligada a ser protagonista en to-
dos los partidos ante rivales que
suelen esperarlo y contragolpear,
donde gana pero sin brillar. En la
otra, la “copera”, las cosas pare-
cen fluir mucho mejor. A nivel
local gana, pero no logra suscitar
tanto entusiasmo como cuando
juega para las pantallas de Fox.
Es que en la Libertadores, Nacio-
nal ha logrado superar en juego
a rivales encumbrados (Rosario
Central, Palmeiras, ahora Corin-
thians) que lo han salido a atacar,
mientras que ante River (la ver-
sión defensiva del River de Ca-
rrasco) los albos tuvieron pro-
blemas, tanto que no pudieron
ganarle ni en el Parque Central ni
el estadio.
Resulta claro que este Nacio-
nal basa buena parte de su pode-
río en la rapidez con la que pasa
de defensa a ataque, con volantes
rápidos (física o mentalmente) y
delanteros ágiles, más proclives
a jugar por bajo que a ganar pe-
lotas por arriba. Ante ese panora-
ma, los espacios que generan los
equipos que creyéndose supe-
riores salen a avasallar a Nacio-
nal resultan vitales. En cambio,
cuando el rival espera guarecido
en su campo y Nacional toma la
iniciativa, más allá de la preocu-
pación por jugar el balón por ba-
jo, el equipo tiende a volverse re-
petitivo en sus procedimientos y
a carecer de profundidad.
El partido del próximo miér-
coles ante Corinthians ofrece la
posibilidad de confirmar o refu-
tar esta teoría. Los paulistas sal-
drán a buscar el resultado desde
el principio, y su línea defensiva,
que ya dejó claras muestras de ser
su punto débil, deberá extremar-
se para frenar al “Diente” López,
jugador que parece estar un par
de escalones por encima del res-
to de sus compañeros. Nacional,
empero, tiene a tres de sus cuatro
defensores en el mejor momen-
to de la temporada (Polenta, Vic-
torino y Espino) y a un arquero
que, tras un arranque titubeante,
hoy nadie pone en cuestión. De
la capacidad de su mediocampo
para frenar el malón de los norte-
ños dependerá buena parte de la
suerte alba en el torneo.
ATRÉVASE A SOÑAR. En la Li-
bertadores, Nacional apunta al-
to. El hincha razona “si allá les
metemos un gol de contragolpe,
ya está: nos metemos atrás y no
nos ganan con nada. Después
en cuartos seguro nos toca Bo-
ca, y a Boca le podés ganar. Ya
les ganamos allá hace poco con
el Cacho Blanco de técnico, ¿no
les vamos a ganar ahora? Y ahí
estamos en semifinales y pue-
de pasar cualquier cosa”. Pero
claro, antes Nacional deberá al
menos empatarle a Corinthians
en la misma cancha en la que
hace dos años Suárez le metió
dos goles a Inglaterra y nos hi-
zo creer que aquello del “país
de primera” finalmente se había
concretado.
No está mal que el hincha
sea ambicioso cuando se apoya
en cosas tangibles, como el nivel
de juego o la actitud, y no en ele-
mentos de dudosa eficacia como
el peso de la camiseta. Claro es-
tá: las chances de que Nacional
pierda y se vuelva a Montevideo
eliminado son altas, pero no lo
suficiente como para dar la clasi-
ficación por perdida.
Empatar 0 a 0 y ganar por pe-
nales, o empatar por cualquier
score, no parecen resultados im-
posibles.
EL PEÑAROL DE LOS PIBES.
Mientras, en la acera de enfren-
te, los hinchas de Peñarol asisten
con cierto descrédito a los expe-
rimentos del técnico Da Silva,
que amenaza con mandar a For-
lán al banco de suplentes para
darle ingreso a un centrodelante-
ro juvenil que en pocos minutos
hizo lo que tanto parece costarle
a sus demás compañeros: un gol.
Resulta curioso que los dos
hombres sobre los que se depo-
sitan las esperanzas carboneras
(Rossi y Valverde) sean jóvenes
nacidos en 1998, precisamente
el año en que Peñarol comenzó
su proceso de desmembramiento
deportivo pos Quinquenio. Soy
de la idea de que Peñarol va a
resurgir el día en que el símbo-
lo de los cinco dedos extendi-
dos vuelva a ser un saludo y no
el recordatorio de una época en
la que los carboneros, otrora ani-
madores de la Copa, comenzaron
a conformarse con ganar el Cam-
peonato Uruguayo.
Paralelamente, mientras el
empuje del estadio nuevo co-
mienza a ceder ante las perfor-
mances poco estimulantes del
equipo, la hinchada hace fuerza
para que Nacional quede afue-
ra de la Copa cuanto antes, aun
yendo en contra de sus intereses,
bajo el supuesto de que un Na-
cional centrado en la Copa per-
derá foco en el torneo local, que
quedaría servido en bandeja para
los dirigidos por el Polilla.
Resulta duro descartar a Pla-
za, pero son tantos los beneficios
con los que cuentan los grandes
(entre ellos, que parte de sus ri-
vales hagan todo lo posible por
ceder sus localías a cambio de
unos pocos dólares) que nadie
se lo imagina capaz de ganar el
Clausura y luego finales a Peña-
rol. Pero claro, luego los mismos
grandes salen del microclima lo-
cal y enfrentan presiones que les
resultan ajenas, como jugar de
visitantes o sufrir arbitrajes poco
sensibles a sus intereses. Y que-
dan, como Peñarol, eliminados
ante rivales de medio pelo.
De hecho, Nacional es, pa-
ra el concierto continental, un
equipo humilde pero también
ordenado, que sale a ganar pese
a que las estadísticas y la lógi-
ca de mercado parecieran jugar-
le en contra. Es a la Libertadores
lo que Plaza Colonia al Urugua-
yo, pero con el plus de un pasado
glorioso que ayuda pero que no
es suficiente.
Hace falta jugar bien y creer
que se puede, aunque se termine
no pudiendo. n
Sobre Nacional-Corinthians y otros partidosrecibimos & publicamos
Estado de situación de la ley
19.122: derechos aún sin cumplir
Como respuesta a la nota publicada el viernes 14 de abril de 2016 en el sema-
nario Brecha titulada “Inclusión versus discriminación: dos bibliotecas”, el
Servicio Trabajo Afirmativo da una visión crítica y más ajustada a la realidad
de la implementación de la ley 19.122. Trabajo Afirmativo es un servicio co-
munitario de difusión, orientación y consulta para la promoción del acceso de
la población afrodescendiente a las medidas de cuotificación en los empleos
públicos en el marco de la ley 19.122. Además realiza el monitoreo y control
social de la implementación de la ley a partir de la observación, las consultas
recepcionadas y el seguimiento de las acciones públicas desarrolladas a fin de
cumplir con esta norma.
El servicio surge como iniciativa de la Coordinadora Nacional Afrouru-
guaya. La misma es una organización de segundo grado con presencia a nivel
nacional cuyo principal objetivo es el combate al racismo y otras formas de
discriminación y la articulación sociopolítica para la participación ciudadana
y para la promoción del desarrollo de la comunidad afrouruguaya. Desde julio
de 2015 el servicio funciona semanalmente en la Facultad de Humanidades y
Ciencias de la Educación (Udelar).
Las acciones afirmativas materializan una voluntad política, toma una me-
dida en vez de permanecer en una actitud pasiva y quedarse sólo en las de-
claraciones de igualdad entre las personas o condenar la desigualdad. Es una
medida esencial de promoción de la igualdad. El principal objetivo de las ac-
ciones afirmativas para las personas afrodescendientes es combatir el racismo
y sus efectos duraderos y persistentes estructurados en el sistema social que es-
tá racializado y que va mutando mediante mecanismos de mantenimiento del
statu quo. Las cuotas son una de las posibilidades de las acciones afirmativas,
que sobre todo buscan promover un cambio cultural mediante un efecto peda-
gógico, puesto que fuerza al reconocimiento de un problema de desigualdad y
propone la implementación de una acción concreta que garantice los derechos
de las personas que se encuentran en situación de desventaja.
Para que un programa de acción afirmativa sea efectivo, el ofrecimiento
de las oportunidades es apenas uno de los primeros pasos. Es fundamental
que se garanticen a los y las protagonistas en cuestión la posibilidad de apro-
piarse y beneficiarse de las condiciones materiales y simbólicas que la nueva
estructura de oportunidades ofrece, ampliar el espectro de opciones posibles
para su vida. De esta forma, en el mediano y largo plazo, se espera superar las
dificultades o desventajas a partir de la apropiación de derechos, su ejercicio y
el consecuente aumento de la autonomía, que permita a la población afrodes-
cendiente una toma de decisiones con mayores grados de libertad.
En 2014 se reglamenta la ley 19.122 que, entre otros cometidos, promue-
ve la cuotificación de un 8 por ciento de los llamados públicos para personas
afrodescendientes (artículo 4).
En el año 2015 la Oficina Nacional de Servicio Civil (Onsc) publicó el
primer y único informe “Ingreso de personas afrodescendientes en el Estado,
2014” hasta la fecha, sobre la implementación de la ley referente a este punto
en específico. El informe demuestra la casi nula capacidad de intervención de
la ley en los ingresos al Estado ya que el 96 por ciento de los afrodescendientes
ingresaron como soldados al Ejército (que sigue dando cuenta de las estruc-
turas raciales) y además brinda evidencia sobre diversos problemas, entre los
que se destaca la ausencia de evaluación de la implementación de cuotas, ya
que el informe sólo evalúa ingresos generales al Estado y no los cargos ocupa-
dos en el marco de la ley 19.122, aplicando un procedimiento específico para
la cuotificación afrodescendiente.
Es de importancia destacar el rol fundamental que el servicio ha venido
teniendo en el acercamiento a la comunidad afrodescendiente y como nexo
entre ésta y la actual estructura de oportunidades institucionales existentes,
conformadas a partir de la promulgación y reglamentación de la ley 19.122,
respondiendo a una necesidad detectada en el proceso de trabajo a nivel co-
munitario.
Observamos la necesidad de promover y difundir la legislación vigente
dado el escaso conocimiento, la poca presencia de actores estatales referentes
en relación con la misma y la desinformación encontrada en todo el proceso
de trabajo a lo largo del territorio nacional. Es importante destacar que en los
diversos departamentos del interior del país, a pesar de haber una demanda
de información, la implementación de la ley ha resultado aun menos eficaz,
podríamos decir que casi nula con relación a la implementación en la capital
del país.
Este desconocimiento se profundiza y se articula con la ausencia de pro-
cedimientos y exigencias con potencial de penalización desde el punto de vista
jurídico desde el Estado ante la falta de cumplimiento de la ley 19.122.
A partir de la III Conferencia Mundial contra el Racismo (Durban, 2001)
las personas afrodescendientes han alcanzado el estatus de ciudadanía como
grupo específico, saliendo de la categoría de grupos vulnerables que abarca
tradicionalmente diversas condiciones de vulnerabilidad social (personas con
discapacidad, población Lgbt, migrantes, indígenas, etcétera,) que sólo tiene
como punto en común la falta de ejercicio pleno de sus derechos. Esta ten-
dencia responde a la homogeneización de las diferencias a partir de la mirada
hegemónica y normativa.
Sin desconocer ni sacarle gravedad a la falta de cumplimiento de la ley
18.651 de “protección integral de personas con discapacidad”, tenemos que
enfatizar que la ley 19.122 “Afrodescendientes. Normas para favorecer su
participación en las áreas educativa y laboral” aún está lejos de cumplirse de
forma cabal. Esto habla de la existencia del racismo estructural que niega su
propia existencia; relativizando e invisibilizando sus efectos sobre las perso-
nas afrodescendientes y hasta culpabilizando a las mismas por su situación de
desigualdad y desventaja.
Debemos alertar que la ley es una herramienta y no una solución. No po-
see la capacidad por sí sola de desestructurar el racismo imperante en la so-
ciedad, que se manifiesta en la creciente brecha entre la población afrodes-
cendiente y la población blanca a pesar de la instrumentación de las políticas
sociales de la era progresista. n
Martín Iguini/ Noelia Maciel/ Fabiana Míguez/
Óscar Zumbi Rorra
Ganó 0 a 0
Foto: Leónidas Martínez