San Marcelino Champagnat fue un hombre que contribuyó a la educación de los niños fundamentándola en los valores de humildad, sencillez y modestia, tomando como ejemplo a María. A pesar de los problemas que enfrentó, gracias a su amor por María logró fundar una comunidad marista dedicada a enseñar el amor a Dios, Jesús y María.