1. INTRODUCCIÓN:
LOS DONES ESPIRITUALES: Es la dotación o herramienta que Dios ha dado
a su iglesia para llevar a cabo su obra con calidad y eficacia.
1. ¿Para qué son los dones?
Para que Cristo reciba la gloria.
Para aprovechamiento de la iglesia Efesios 4: 12-13
2. ¿Cómo funcionan?
COMO DIVERSIDAD: (1 Corintios 12:4-6) Quiere decir que no es a un
solo don que se le debe dar prioridad, sino a todos.
COMO MINISTERIO: (1 Corintios 12:5; 1 DE PEDRO 4:10) Es donde se
efectúa el servicio.
COMO OPERACIÓN: (1 corintios 12:6) Operación en griego
es energema, que no solamente describe el poder, sino la eficacia que
logra el propósito, y ejecuta aquello que se le fue asignado, ejemplo: si
alguien tiene el don de evangelista lleva a otros ser convertidos a
Cristo; o el que tiene el don de maestro lleva también a otros
a entender las enseñanzas con facilidad, tenemos que tener cuidadosos
de comparar capacidad intelectual, con el don del Espíritu Santo. La
iglesia de nuestros días con un espíritu de la odicea, valiéndose de sus
propias capacidades ha fracasado en cuanto a beneficiarse de los
dones, Apocalipsis 3:17.
No hay creyente en Jesucristo que, poseyendo en su vida al Espíritu Santo de
Dios, no tenga por lo menos un don de su Espíritu Santo. Es más, a muchos
creyentes, el Espíritu Santo nos provee más de un don a la vez, un conjunto
de dones que juntos son útiles para llevar a cabo alguna obra específica. Pero
es probable que hay algunos, si es que no muchos, que no saben que poseen
dones espirituales, y lo que sería peor es que quienes sabiéndolo no lo usen
para los fines que Dios espera. Entre los Corintios, llegó a suceder que no
usaban para la obra de Dios los dones espirituales que habían recibido, y en
muchos casos ni siquiera sabían que tenían dones espirituales. Es por eso
que en el capítulo 12 de la primera epístola de Pablo a los Corintios, les
dice: “No quiero, hermanos, que ignoréis acerca de los dones espirituales” (1
Corintios 12:1). Por eso, en esta predicación, pretendo animar a quienes
teniendo varios o por lo menos un don del Espíritu Santo, y que no lo están
2. usando, lo usen para servir a Dios en los objetivos de su obra que a nosotros
nos ha sido encomendado. Para este fin, titulé la predicación de este
momento, como: EL DESAFÍO DE USAR LOS DONES ESPIRITUALES.
Lo que específicamente les voy a predicar en este momento es que: Todos
los creyentes en Jesucristo, para compartir el evangelio, debemos usar el don
o los dones espirituales que hemos recibido del Espíritu Santo. / ¿Por qué
todos los creyentes debemos usar el don o los dones espirituales que hemos
recibido del Espíritu Santo para compartir el evangelio? / A través de 1
Corintios 12, el apóstol Pablo nos enseña las RAZONES por las que todos
debemos usar los dones espirituales para compartir el evangelio.
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La primera RAZÓN por la que debemos usar el don o los dones espirituales
que hemos recibido del Espíritu Santo, para compartir el evangelio, es:
I.- PORQUE TODA OBRA DE DIOS NECESITA DONES DEL ESPÍRITU.
Según nuestra lectura de Éxodo 35, Moisés explica a los israelitas cómo
Dios hizo aptos a dos hombres, uno llamado Bezaleel, y el otro Aholiab. Con
respecto, a estos dos, les dice: “Mirad, Jehová a nombrado a Bezaleel, hijo de
Uri, hijo de Hur, de la tribu de Judá; / y lo ha llenado del Espíritu de Dios,
…” (Éxodo 35:30b-31a). Lo que en esta frase importa no es de quién es hijo,
ni a qué tribu pertenece, sino los detalles que describen, primero que Bezaleel
fue “nombrado” por Jehová, y segundo que “lo ha llenado del Espíritu de
Dios”. Y, además, dice de Bezaleel, pero al mismo tiempo con respecto de
Aholiab: “Y ha puesto en su corazón el que pueda enseñar, así él como Aholiab,
hijo de Aisamac, de la tribu de Dan; …” (Éxodo 35:34). Igual, en este dato,
lo que menos importa es de quién es hijo, y de qué tribu es, sino lo que importa
es el comunicado de que “Dios es el que en vosotros produce así el querer
como el hacer, por su buena voluntad” (Filipenses 2:13), haciendo que una
persona que nunca ha sido maestro de algo, ahora quiera y se proponga
“enseñar”. Desde luego, que esta decisión no nació de sí mismos sino del
don que les fue entregado por Dios mismo.
Esto es lo que también ocurre con nosotros los cristianos cuando somos
llamados a la salvación. Recibimos, lo que el Nuevo Testamento llama
ser: “llenos del Espíritu Santo” (cf. Hechos 2:4; 4:31; 6:3; 13:52). Esto viene
a ser como nuestro nombramiento a una labor qué tenemos que realizar en la
actual obra redentora de Dios. En el caso de Bezaleel, esa llenura del Espíritu
de Dios, consistió “en sabiduría, en inteligencia, en ciencia y en todo
arte”(Éxodo 35:31b), para hacer una gran diversidad de trabajos necesarios
para la construcción del tabernáculo que Dios ordenó que se hiciera para su
adoración. Aunque para Bezaleel y Aholiab, fueron dones especiales para
3. llevar a cabo trabajos materiales que van desde diseños hasta invenciones,
fue necesaria la provisión de los dones correspondientes. Igualmente, a
nosotros, es el mismo Espíritu de Dios quien nos provee los dones espirituales
que poseemos todos los cristianos para llevar a cabo tanto los trabajos
materiales como los trabajos propiamente espirituales necesarios en la obra
de Dios que esencialmente tienen el objetivo de guiar a otras personas para
conectarse con Dios y edificarse en él por medio de Jesucristo para adorarle
y servirle.
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La segunda RAZÓN por la que debemos usar el don o los dones espirituales
que hemos recibido del Espíritu Santo, para compartir el evangelio, es:
II.- PORQUE TODOS TENEMOS POR LO MENOS UN DON ESPIRITUAL.
En los versículos 7 al 11, podemos observar que en el versículo 7 al
comenzar a describir cómo el Espíritu Santo entrega sus dones a los
creyentes, dice: “Pero a cada uno…”. No dice: Pero a algunos, sino dice: “a
cada uno”. Y en los siguientes versículos, a partir del versículo 8,
describiendo esta dádiva especial que cada uno recibe, dice: “a éste es dada
por el Espíritu palabra de sabiduría”, y luego comienza a usar la expresión: “a
otro”. A partir de la segunda parte del versículo 8 dice: “a otro, palabra de
ciencia según el mismo Espíritu” (1 Corintios 12:8b). Pasando al versículo 9,
en dos ocasiones usa frase “a otro”, diciendo: “a otro, fe por el mismo
Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu” (1 Corintios
12:9). Y, en el versículo 10, en cinco ocasiones usa la expresión “a otro”,
diciendo: “A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de
espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de
lenguas” (1 Corintios 12:10).
En el versículo 11, concluye diciendo: “Pero todas estas cosas las hace uno
y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere” (1
Corintios 12:11). Con estas palabras enfáticas y repetitivas, “a cada uno”, “a
este”, y “a otro”, el apóstol Pablo reafirma que todos los creyentes reciben o
recibimos por lo menos un don espiritual para usar según las necesidades
específicas que Dios sabe se necesita cubrir en cada lugar donde se tiene que
llevar a cabo la ministración del evangelio, y la salvación de personas. Eso
sí, no es el don que uno quiera o el que más te guste, sino “como él (como
Dios) quiere”. Lo que nos debe quedar claro es que no hay creyente que no
esté dotado de algún don espiritual. Usted no puede decir que no puede hacer
nada para la gloria de Dios, pues todos somos dotados de algún don
espiritual. Y aunque todos tengamos cada quien por lo menos un don
espiritual, no hay sobrecupo de dones, sino todos los dones de todos los
4. creyentes, son al mismo tiempo necesarios para lograr que la obra de Dios
sea edificada en cada lugar donde haya una congregación de creyentes. En
este caso, son necesarios los dones de todos y “cada uno” de nosotros que
formamos parte de esta amada iglesia. Usted tiene qué descubrir y cultivar
el desarrollo de su don; y aquí estoy junto con otros hermanos para ayudarle
a descubrir su don o sus dones espirituales.
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La tercera RAZÓN por la que debemos usar el don o los dones espirituales
que hemos recibido del Espíritu Santo, para compartir el evangelio, es:
III.- PORQUE CON LOS DONES HACEMOS EFICAZMENTE NUESTRO
MINISTERIO.
Cuando Dios llama a una persona para salvarle de la condenación eterna, al
mismo tiempo, idéntico como ocurre en las instituciones, Dios hace un
nombramiento a cada hijo suyo para llevar a cabo una contribución de trabajo,
aunque uno no tenga conocimientos previos acerca de ese trabajo, pero
cuando esta persona se proponga hacer el trabajo que le es encomendado,
este lo hará de manera efectiva y eficaz por que Dios le llena con su Espíritu
Santo con las capacidades necesarias. Esto fue lo que sucedió con los
apóstoles, especialmente con Pedro y Juan, quienes, mientras predicaban que
no hay otro nombre bajo el cielo en el cual uno puede ser salvo, sino
solamente en el nombre de Jesús, según lo relata San Lucas, que la
gente: “viendo el denuedo de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran hombres
sin letras y del vulgo, se maravillaban; y les reconocían que habían estado con
Jesús” (Hechos 4:13).
Cuando alguien intenta imitar con sus propias ideas, imaginaciones,
invenciones, innovaciones, la realización de algo que se supone es para favor
de la obra de Dios, sin tener el correspondiente don de Dios, tal proyecto está
destinado al fracaso. No puede ser prosperado por Dios. Pero, cuando Dios
provee los dones espirituales necesarios, hasta la persona que aparentemente
no cuenta con el perfil y que nadie lo acredita para ello, su labor será exitosa
en lograr beneficios para la obra de Dios.
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La cuarta RAZÓN por la que debemos usar el don o los dones espirituales
que hemos recibido del Espíritu Santo, para compartir el evangelio, es:
IV.- PORQUE CON LOS DONES FORTALECEMOS NUESTRA UNIDAD.
5. Lamentablemente hay creyentes que piensan como hipotéticamente lo
ilustra el apóstol Pablo, quien, comparando con un cuerpo humano, el uso de
los dones, dice que: “Si dijere el pie: Porque no soy mano, no soy del cuerpo,
¿por eso no será del cuerpo? / Y si dijere la oreja: Porque no soy ojo, no soy
del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo?” (1 Corintios 12:15-16). Estas
personas piensan que no son parte de la iglesia, y aunque hayan recibido
algún don de Dios, no lo usan para bendecir a otros creyentes, pues no sienten
ser parte de los demás. Estas personas no están conscientes de la necesidad
de unidad en la misión de la iglesia.
Hay también quienes piensan que los que actualmente están sirviendo con
sus dones en la iglesia y por medio de ella, son todos los que deben estar al
frente del liderazgo de servicio, por lo que los dones y ministerios ya están
completos, y entonces por ello no hay necesidad de uno más, pero la realidad
no es así. A estos dice el apóstol Pablo: “Si todo el cuerpo fuese ojo, ¿dónde
estaría el oído? Si todo fuese oído, ¿dónde estaría el olfato?” (1 Corintios
12:17). En toda iglesia como en esta, siempre hay cupo para complementar
los dones y ministerios de los demás creyentes. A nuestra iglesia, en sentido
metafórico, podría estarle faltando el ojo, o el oído. Podría ser usted que no
ha querido hacerse miembro de la iglesia, o que no ha querido usar su don a
favor de los demás. Si usted usa su don o sus dones en los proyectos, planes,
y trabajos que tenemos como iglesia, usted estará fortaleciendo nuestra
unidad.
En las iglesias (espero que no estén aquí) también hay personas, que
arbitrariamente no aceptan que otros creyentes cuyas vidas están en orden,
ejerzan los dones que han recibido para edificación de la iglesia. Obviamente,
es necesario hacer las cosas “con orden” (cf. 1 Corintios 14:40), pero como
explica el apóstol Pablo en el versículo 21: “
Ni el ojo puede decir a la mano:
No te necesito, ni tampoco la cabeza a los pies: No tengo necesidad de
vosotros” (1 Corintios 12.21). Es una realidad que todos nos necesitamos
mutuamente, por lo que no podemos excluir arbitrariamente a otros a quienes
Dios les ha concedido algún don, a menos que estén bajo un proceso
disciplinario de restauración. El no rechazar los dones espirituales de otros,
es contribuir con la unidad del ministerio de la iglesia.
Amados hermanos, quienes piensan negativamente: Yo tengo un don, pero
no lo voy a compartir en la iglesia; o que, la iglesia está completa y no
necesita el don que yo tengo; o que, no queremos que alguien más venga a
nuestra iglesia a hacer lo que sabemos hacer; no están enfocados en
contribuir a la unidad con la que la iglesia debe realizar su misión. Y, cuando
en una iglesia no se usan los dones espirituales, sino cada quien por su propio
esfuerzo humano hace lo que le parece necesario hacer, la iglesia comienza
a tener problemas que evidencian su falta de unidad; pero cuando los dones
6. están activos, la iglesia fortalece su unidad en la realización de su misión, y
entonces hay menos problemas, y más trabajo y resultados.
. CONCLUSIÓN: Amados hermanos, desde que ha existido alguna obra de
Dios que llevar a cabo, Dios siempre ha tenido que proporcionar sus dones
para que sus hijos realicemos la tarea correspondiente. Fue verdad para los
israelitas que recién liberados de Egipto pudiesen construir un tabernáculo
estando en el desierto, y sigue siendo verdad para la obra de proclamación
del evangelio que ahora llevamos a cabo como iglesia. Dios siempre provee
los dones necesarios, y “cada uno” de nosotros debe haber recibido por lo
menos un don, no para nuestro uso exclusivo, ni para conservarlo sin
usarlo, sino para usarlo para la gran comisión que nos ha sido encomendada.
No hay mejor manera de ser efectivos y eficaces en el cumplimiento de
nuestro ministerio si no es mediante el uso de nuestros dones, pues hacer o
intentar hacer algo para la obra de Dios sin sus dones, estaríamos haciendo
cualquier obra humana, menos la de Dios, por lo que sería un fracaso que no
lograría alcanzar personas para salvación, ni cumplir la misión de Dios en
general.
7. LAS HERRAMIENTAS CORRECTAS.
(Romanos 12, 1 Corintios 12, Efesios 4).
Querido hermano: ¿ha tratado alguna vez de clavar un clavo usando una
piedra en lugar de martillo, de destapar un refresco usando una llave de
tuercas, de reemplazar un fusible utilizando un trozo de cable? Los
cristianos muchas veces de pensamos que Dios nos ha enviado a hacer un
trabajo sin equiparnos adecuadamente (herramientas correctas).
La iglesia tiene su fundamento en su Creador y Salvador: Cristo Jesús, y
tiene también un trabajo encomendado por El mismo. El Señor mismo dijo
refiriéndose a su iglesia que “Sobre esta roca edificare mi iglesia, y las
puertas del Hades no prevalecerán contra ella”. (Mateo 16:18) Si esto es
cierto ¿Por qué la iglesia no da evidencias claras de su origen divino, de su
poder sobrenatural y propósito eternos? ¿Sera porque no tenemos, o no
conocemos, o quizá no utilizamos las herramientas que Dios mismo nos ha
dado?
1. SOMOS PARTE DE UNA MISMA COSA (CUERPO).
“Mas no ruego solamente por estos, sino también por los que han de creer
en mi por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como tú, oh Padre,
en mí y yo en ti, que también sean uno en nosotros…” (Juan 17:20-21)
Hermanos, Dios desea que todos nosotros, juntos, seamos uno. Y nos
amemos…
a. La iglesia pues es una, y es el Cuerpo de Cristo. “Vosotros pues, sois el
cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular” (1 Corintios 12:27)
“Porque, así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos
los miembros del cuerpo siendo muchos, son un solo cuerpo, así también
Cristo” (1 Corintios 12:12)
b. Nos necesitamos los unos a los otros “Pero ahora son muchos los
miembros, pero el cuerpo es uno solo. Ni el ojo puede decir a la mano; no te
necesito, ni tampoco la cabeza a los pies: no tengo necesidad de vosotros.
Antes bien los miembros del cuerpo que parecen más débiles son los más
necesarios” (1 Corintios 12:20-22)
c. Cada uno de nosotros tiene una función. “Si dijere el pie: Porque no soy
mano, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? Y si dijere la oreja:
Porque no soy ojo, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? Si todo
el cuerpo fuese ojo ¿Dónde estaría el oído? Si todo fuese oído ¿Dónde
estaría el olfato? Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno en el
cuerpo, como Él quiso” (1 Corintios 12:15-18)
8. 2. TENEMOS UN TRABAJO POR HACER. Efesios 4:12-13.
La iglesia tiene un gran propósito: representar en la tierra al Dios Viviente,
ser la columna y baluarte de la verdad, ser sal y luz, ser embajadores en el
nombre de Cristo, etc. Efesios 4:12-13 nos enumera las partes de ese gran
propósito “…a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio,
para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la
unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la
medida de la estatura de Cristo.
a. Perfeccionar a los santos
b. Hacer la obra del ministerio
c. Edificar al cuerpo de Cristo
d. Unificarnos en la fe y el conocimiento del Hijo de Dios
e. Ser una iglesia a la medida de la plenitud su Salvador.
3. TENEMOS LAS HERRAMIENTAS ADECUADAS PARA EL TRABAJO.
Dios no nos envía a hacer un trabajo sin darnos las herramientas adecuadas.
Dios nos ha dado lo que conocemos como Dones Espirituales. Amado
hermano en Cristo, ¿Qué es un don espiritual?
¿Cuáles son los dones espirituales que tienes de parte de Dios? Busquemos
esos dones en la biblia.
a. Todos, absolutamente todos los hijos de Dios hemos recibido dones.
Efesios 4:7-11 “Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a
la medida del don de Cristo. Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevo
cautiva la cautividad, y dio dones a los hombres. Y eso de que subió, ¿Qué
es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la
tierra? El que descendió, es el mismo que subió por encima de todos los
cielos para llenarlo todo. Y el mismo constituyo:
i. Apóstoles
ii. Profetas
iii. Evangelistas
iv. Pastores y maestros
b. Hay diferentes dones, para cubrir diferentes funciones (ministerios) en la
iglesia. 1 Corintios 12:1 No quiero hermanos, que ignoréis acerca de los
dones espirituales…y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu
Santo”. Hermano si llamas a Jesús no solo tu Salvador, sino también tu
Señor, mora en ti el Espíritu Santo, y es el Santo Espíritu el que te ha dado
dones (herramientas) para servir a Dios. “Ahora bien, hay diversidad de
dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el
Señor es el mismo.” (versos 4-5)
“A cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho”.
9. 1 Corintios 12: 27-28 “Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros
cada uno en particular. Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente
i. Apóstoles
ii. Profetas
iii. Maestros
iv. Los que hacen milagros (ceso)
v. Los que sanan (ceso)
vi. Los que ayudan
vii. Los que administran
viii. Los que tienen don de lenguas (ceso)
c. Los dones espirituales son regalos (gracia) Dios los da como él quiere a
quien Él quiere. Romanos 12:6-8 “De manera que, teniendo diferentes
dones, según la gracia que nos es dada, si el de
i. Profecía. Si Dios te dio la capacidad de profetizar, habla con toda la fe que
Dios te haya concedido.
ii. Servicio. Si Dios te dio el don de servir a otros, sírvelos bien.
iii. Enseñanza. Si eres maestro enseña bien.
iv. Exhortación. Si tu don consiste en animar a otros, anímalos.
v. Repartir. Si tu don es dar, hazlo con generosidad.
vi. Presidir. Si Dios te ha dado la capacidad para liderar, toma la
responsabilidad en serio.
vii. Misericordia. Si tienes el don de mostrar bondad a otros, hazlo con
gusto.
La biblia dice que todo aquel que ha creído en Jesús como el Hijo de Dios y
su Salvador; ha recibido el Espíritu Santo de Dios “En el -Cristo- también
vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra
salvación, y habiendo creído en El, fuisteis sellados con el Espíritu Santo…”
(Efesios 1:13-14) y en el mismo momento de haber creído, cada quien ha
recibido al menos uno de los dones espirituales arriba mencionados
¿Ya identificaste tus dones, cuáles son?
¿Piensas que quizá tú no tienes ningún don?
¿Reconoces tus dones, pero sabes que no los estas poniendo al servicio de
tu Salvador? ¡Hoy es el día de tomar decisiones!