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DESARROLLO SUSTENTABLE




  Ing. Arturo Linares García




  Instituto Tecnológico de Zitácuaro
     Departamento de Ingenierías
   Academia de Ingeniería Industrial
Contenido
Unidad 1 Impacto de las actividades humanas sobre el medio ambiente
1.1 Conceptos básicos de ecología y medio ambiente                         1
  1.1.1 Ecología y ciencias afines                                         1
  1.1.2 Ecosistemas                                                        3
  1.1.2.1 Tipos de ecosistemas                                             4
  1.1.3 Factores limitativo                                                5
  1.1.4 Diversidad biológica                                               7
  1.1.4.1Diversidad de especies                                            8
  1.1.4.2 Diversidad genética                                              9
  1.1.4.3 Diversidad de ecosistemas                                       10
  1.1.5 Recursos naturales                                                11
  1.1.5.2 Recursos no renovables                                          12
1.2 Concepto básico de impacto ambiental                                  13
  1.2.1 Definición y clasificación                                        13
  1.2.2 Impactos sobre la fauna y la flora                                14
  1.2.3 Impactos sobre aire, agua y suelo                                 15
  1.2.4 Impactos sociales y culturales                                    15
1.3 Actividades antropogénicas; historia y consecuencias                  17
  1.3.1 El medio ambiente como proveedor de alimentos, salud y            17
energía
  1.3.2 Impacto de la agricultura                                          17
  1.3.3 Impacto de la industrialización                                   18
  1.3.4 La población humana                                               20
  1.3.5 Impacto de la urbanización                                        25
  1.3.6 Crecimiento económico                                             26
Unidad 2. Valores y ética ambiental
2.1 Sistema de valores                                                    28
  2.1.1 Definición de valores y sus características                       28
  2.1.2 Valores y principios                                              30
  2.1.3 La educación en valores                                           32
2.2 El profesional integral                                               34
  2.2.1 La formación de valores del personal                              34
  2.2.2 Actividades y componentes actitudinales                           35
2.3 Valores y actitudes hacia el medio ambiente                           39
  2.3.1 Relación valores, actitudes y creencias con el comportamiento y   39
su influencia en la preservación del medio ambiente
  2.3.2 Efectos colaterales, valor estética y tecnología                  44
  2.3.3 Los valores y el uso racional de los recursos naturales           47
(ecosistemas, agua, suelo, energéticos, flora, fauna, etc.)
  2.3.4 Los valores y el control de la contaminación ambiental            50
Unidad 3 Desarrollo sustentable y evolución de la legislación ambiental
3.1 La planificación para el desarrollo                                   52
  3.1.1 Estilos de desarrollo                                             52
  3.1.2 El desarrollo sustentable conceptos                               53
  3.1.3 Indicadores de sustentabilidad                                    54
3.2 Enfoque ecológico del desarrollo sustentable                          56
  3.2.1 Inventario del ciclo de vida                                      56
  3.2.2 Análisis del ciclo de vida (ACV)                                  57
3.2.3 Educación ambiental, redes de educación ambiental y             59
desarrollo sustentable
  3.2.4 Ecoturismo y desarrollo sustentable                             61
3.3 Enfoque tecnológico del desarrollo sustentable                      62
  3.3.1 De la noción del crecimiento a la noción del desarrollo         62
  3.3.2 Desmaterialización                                              64
  3.3.3 Tecnología y producciones limpias                               65
  3.3.4 Ecodiseño                                                       67
3.4 Enfoque económico y normativo del Desarrollo Sustentable            69
  3.4.1 Instrumentos económicos                                         69
  3.4.2 Normatividad ambiental                                          69
Unidad 4. Calidad de vida y desarrollo sustentable
4.1 Calidad de vida                                                     74
  4.1.1 Estilos y calidad de vida                                       77
  4.1.2 Indicadores de calidad de vida                                  79
4.2 Índices de calidad                                                  82
  4.2.1 Índices de calidad ambiental                                    82
  4.2.2 Índices de calidad de vida                                      84
4.4 Tendencias mundiales para el desarrollo sustentable                 85
  4.4.1 Cumbres mundiales sobre desarrollo sustentable                  85
  4,4,2 Sistemas de Gestión Ambiental (SGA) normas ISO 14000 y          89
otras
Unidad 5. Fomento del desarrollo sustentable a partir de las carreras
del SNEST
5.1 Aportación del perfil del egresado para el desarrollo sustentable   96
5.2 Análisis FODA en los casos regional y local                         97
Unidad 1. Impacto de las actividades humanas sobre el medio ambiente



1.1 Conceptos básicos de ecología y medio ambiente



1.1.1 Ecología y ciencias afines



La ecología es el estudio de la relación entre los organismos y su medio ambiente
físico y biológico. El medio ambiente físico incluye la luz y el calor o radiación
solar, la humedad, el viento, el oxígeno, el dióxido de carbono y los nutrientes del
suelo, el agua y la atmósfera. El medio ambiente biológico está formado por los
organismos vivos, principalmente plantas y animales.



El creciente interés de la opinión pública respecto a los problemas del medio
ambiente ha convertido la palabra "ecología" en un término a menudo mal
utilizado.   Se   confunde   con   los   programas     ambientales   y   la   ciencia
medioambiental. Aunque se trata de una disciplina científica diferente, la ecología
contribuye al estudio y la comprensión de los problemas del medio ambiente.



El término ecología comenzó a usarse durante la segunda mitad del siglo XIX.
Henry Thoreau lo empleó durante 1858 en sus cartas, pero no lo definió; por lo
que fue acuñado por el biólogo alemán Ernst Heinrich Haeckel en 1869. Deriva del
griego oikos (hogar) y comparte su raíz con economía. Es decir, ecología significa
el estudio de la economía de la naturaleza. En cierto modo, la ecología moderna
empezó con Charles Darwin. Al desarrollar la teoría de la evolución, Darwin hizo
hincapié en la adaptación de los organismos a su medio ambiente por medio de la
selección natural.




                                                                                   1
También hicieron grandes contribuciones naturalistas como Alexander von
Humboldt, profundamente interesado en el cómo y el porqué de la distribución de
los vegetales en el mundo.



La ecología tiene sus raíces en la historia natural, que es tan antigua como la
sociedad humana. Las tribus primitivas que dependían de la caza, la pesca y la
recolección de alimentos, necesitaban conocimientos detallados acerca de dónde
y cuándo encontrar sus presas. Tiempo después, el surgimiento de la agricultura y
la ganadería hizo que aumentara la necesidad de aprender acerca de la ecología
práctica de las plantas y los animales domésticos.



Al comienzo del siglo XX la ecología ya estaba en camino de convertirse en una
ciencia, al reconocer los problemas generales de las poblaciones y las
comunidades. La ecología, aparte de sentar sus bases en la historia natural, se
nutre de otras disciplinas como la demografía humana, la barometría (enfoque
matemático),   climatología,   hidrología, física, química, geología y análisis de
suelos. Para estudiar las relaciones entre organismos, la ecología recurre a
ciencias tan dispares como el comportamiento animal, la taxonomía, la fisiología y
las matemáticas.




Son cuatro las disciplinas biológicas vinculadas estrechamente con la ecología:
genética, evolución, fisiología y etología.

   •   Genética. Estudio científico de cómo se transmiten los caracteres físicos,
       bioquímicas y de comportamientos de padres a hijos.

   •   Evolución. Descendencia con modificaciones, proceso por el que todos los
       seres vivos de la tierra han divergido, por descendencia directa, a partir de
       un origen único que existió hace más de 3000 millones de años

                                                                                  2
•   Fisiología. Estudio de los procesos físicos y químicos que tienen lugar en
       los organismos vivos durante la realización de sus funciones vitales.
       Estudia actividades tan básicas como la reproducción, el crecimiento, el
       metabolismo, la respiración, la excitación y la contracción, que se llevan a
       cabo dentro de las estructuras de las células, los tejidos, los órganos y los
       sistemas orgánicos del cuerpo.
   •   Etología. Parte de la biología que estudia el comportamiento de los
       animales.



1.1.2 Ecosistemas

Los ecólogos emplean el término ecosistema para indicar una unidad natural de
partes vivientes o inertes, con interacciones mutuas para producir un sistema
estable en el cual el intercambio de sustancias entre las plantas vivas e inertes es
de tipo circular. Ecosistema es el sistema dinámico relativamente autónomo
formado por una comunidad natural y su medio ambiente físico. El concepto, que
empezó a desarrollarse en las décadas de 1920 a 1930, tiene en cuenta las
complejas interacciones entre los organismos –plantas, animales, bacterias, algas,
protozoos y hongos, entre otros- que forman la comunidad y los flujos de energía y
materiales que la atraviesan.

Un ecosistema puede ser tan grande como el océano o un bosque, o uno de los
ciclos de los elementos, o tan pequeño como un acuario que contiene peses
tropicales, plantas verdes y caracoles. Para calificarla de un ecosistema, la unidad
ha de ser un sistema estable, donde el intercambio de materiales sigue un camino
circular. Un ejemplo clásico de un ecosistema bastante compacto para ser
investigado en detalle cuantitativo es una laguna o un estanque. La parte no
viviente del lago comprende agua, oxígeno disuelto, bióxido de carbono, sales
inorgánicas como fosfatos y cloruros de sodio, potasio y calcio, y muchos
compuestos orgánicos. Los organismos vivos pueden subdividirse en productores,
consumidores, y desintegradores según su papel, contribuyendo a conservar en
función al ecosistema como un todo estable de interacción mutua.

                                                                                  3
1.1.2.1 Tipos de ecosistemas



El concepto de ecosistema ha demostrado su utilidad en ecología. Se aplica, por
ejemplo, para describir los principales tipos de habitáis del planeta. Los principales
ecosistemas son:



   • Ecosistemas terrestres: árticos y alpinos, propios de regiones frías y sin
       árboles; bosques, que pueden subdividirse en un amplio abanico de tipos,
       como selva lluviosa tropical o pluvisilva, bosque mediterráneo perennifolio,
       bosques templados, boreales y bosques templados caducifolios; praderas y
       sabanas; y desiertos y ecosistemas semiáridos.



   • Ecosistemas de agua dulce: lagos, ríos y pantanos.



   • También hay ecosistemas híbridos, terrestres y de agua dulce, como las
       llanuras de inundación estacionales.



   • La gama de ecosistemas marinos es amplísima: arrecifes de coral, man-
       glares, lechos de algas y otros ecosistemas acuáticos litorales y de aguas
       someras, ecosistemas de mar abierto o los misteriosos y poco conocidos
       sistemas de las llanuras y fosas abismales del fondo oceánico.



El término ecosistema puede también utilizarse para describir áreas geográficas
que contienen un espectro amplio de tipos de habitáis mutuamente vinculados por
fenómenos ecológicos. Así, la región del Serengeti-Seronera, en África oriental,

                                                                                    4
una de las regiones salvajes más espectaculares del mundo, suele considerarse
como un único ecosistema formado por distintos hábitats: llanuras herbáceas,
sabana arbórea, espesuras, manchas de bosque, afloramientos rocosos
(locamente denominados kopies o kopjes), ríos, arroyos y charcas estacionales.
Asimismo, las zonas más productivas de los océanos se han dividido en una serie
de grandes ecosistemas marinos que contienen hábitats muy variados. Son
ejemplos de grandes ecosistemas marinos de características muy distintas: el mar
Negro, el sistema formado por la corriente de Benguela, frente a la costa
suroccidental de África, o el golfo de México.




1.1.3 Factores limitativos



El mundo natural está en perpetuo estado de transformación. El cambio opera a
todas las escalas de tiempo, desde las más cortas a las más largas. Los cambios
a corto plazo, observables por las personas, suelen ser cíclicos y predecibles:
noche y día, ciclo mensual de las mareas, cambio anual de las estaciones,
crecimiento, reproducción y muerte de los individuos. A esta escala, muchos
ecosistemas no expuestos a la acción humana parecen estables e invariables, en
un estado de equilibrio natural.



Cada vez es más evidente que esto no es así. Pero los cambios a largo plazo, los
que actúan durante décadas, siglos, milenios y hasta decenas de millones de
años, son más difíciles de seguir. La propia ecología es una ciencia con menos de
un siglo de antigüedad, un simple guiño en la historia de la mayor parte de los
ecosistemas naturales. Además, es evidente que casi todos estos cambios a largo
plazo no son ni regulares ni predecibles.


                                                                               5
En conjunto, el clima es, sin duda, el factor más influyente a corto y mediano
plazos. En tierra, temperatura, precipitación y estacionalidad son los tres factores
que más afectan a la distribución de ecosistemas. Los cambios de cualquiera de
ellos pueden tener consecuencias duraderas. En tiempos geológicos recientes, el
ejemplo más visible de esto es, sin duda, la serie de glaciaciones que han ca-
racterizado a gran parte de pleistoceno. Estos prolongados periodos de
enfriamiento global han afectado profundamente a los ecosistemas de todo el
mundo, provocando la invasión por los casquetes de hielo polares de regiones
templadas y la contracción de los habitáis forestales húmedos en partes del
trópico.



A escalas temporales más cortas pueden también producirse alteraciones climáti-
cas de influencia geográfica amplia. Uno de los ejemplos más espectaculares es la
corriente El Niño, agua cálida que recorre periódicamente el Pacífico. Ejerce una
influencia enorme sobre los ecosistemas marinos y provoca, por ejemplo, la
muerte de arrecifes de coral en muchos lugares del Pacífico o la pérdida de
productividad de las pesquerías del ecosistema de la corriente de Humboldt, frente
a las costas de Perú y Chile.



Ciertos episodios locales también afectan con fuerza a los ecosistemas: incendios,
inundaciones y corrientes de tierras son fenómenos naturales que pueden tener
repercusiones catastróficas a escala local. Este impacto no es necesariamente
negativo: de hecho, muchos ecosistemas necesitan estas perturbaciones
periódicas para mantenerse. Ciertos ecosistemas, una vez alcanzado el estado
óptimo o clímax, son dependientes del fuego, ya que los incendios periódicos
forman parte esencial del ciclo de crecimiento; estos ecosistemas son muy
comunes en áreas semiáridas; como gran parte de Australia.




                                                                                  6
A escalas de tiempo más prolongadas, los fenómenos geológicos y la evolución
desempeñan una función crucial en el cambio de funcionamiento de los
ecosistemas. La deriva continental altera, literalmente, la faz de la Tierra, destruye
paisajes y crea otros nuevos, mientras que la evolución da lugar a nuevas formas
de vida que, a su vez, pueden crear ecosistemas nuevos al tiempo que inducen la
extinción de otras especies y la pérdida o transformación de los ecosistemas de
los que formaban parte.



Pero esto no significa que los ecosistemas naturales carezcan de continuidad. Mu-
chos han demostrado elasticidad y persistencia enormes durante millones de
años. Son ejemplo de ecosistemas que se han mantenido aparentemente estables
durante mucho tiempo: las extensas llanuras del fondo oceánico, los ecosistemas
de tipo mediterráneo del sur de África y el oeste de Australia y algunas áreas de
selva tropical lluviosa o pluvisilva, como las del Sureste asiático continental o de
las montañas del este de África.



1.1.4 Diversidad biológica



La diversidad biológica o biodiversidad expresa la variedad o diversidad del mundo
biológico. En su sentido más amplio, biodiversidad es casi sinónimo de vida sobre
la Tierra. El término se acuñó en 1985 y desde entonces se ha venido utilizando
mucho, tanto en los medios de comunicación como en círculos científicos y de las
administraciones públicas.



Se ha hecho habitual, por funcionalidad, considerar tres niveles jerárquicos de bio-
diversidad: genes, especies y ecosistemas.




                                                                                    7
Pero es importante ser consciente de que ésta no es sino una de las varias formas
de evaluar la biodiversidad y que no hay una definición exacta del término ni, por
tanto, acuerdo universal sobre el modo de medir la biodiversidad. El mundo
biológico puede considerarse estructurado en una serie de niveles de organización
de complejidad creciente; en un extremo se sitúan las moléculas más importantes
para la vida y en el otro las comunidades de especies que viven dentro de los
ecosistemas. Se encuentran manifestaciones de diversidad biológica a todos los
niveles. Como la biodiversidad abarca una gama amplia de conceptos y puede
considerarse a distintos niveles y escalas, no es posible reducirla a una medida
única. En la práctica, la diversidad de especies es un aspecto central para evaluar
la diversidad a los demás niveles y constituye el punto de referencia constante de
todos los estudios de biodiversidad.



1.1.4.1 Diversidad de especies



Al ser la unidad que más claramente refleja la identidad de los organismos, la
especie es la moneda básica de la biología y el centro de buena parte de las
investigaciones realizadas por ecologistas y conservacionistas. El número de
especies se puede contar en cualquier lugar en que se tomen muestras, en
particular si la atención se concentra en organismos superiores (como mamíferos
o aves); también es posible estimar este número en una región o en un país
(aunque el error aumenta con la extensión del territorio). Esta medida, llamada ri-
queza de especies, constituye una posible medida de la biodiversidad del lugar y
una base de comparación entre zonas. Es la medida general más inmediata de la
biodiversidad.



La riqueza de especies varía geográficamente: las áreas más cálidas tienden a
mantener más especies que las más frías, y las más húmedas son más ricas que
las más secas; las zonas con menores variaciones estacionales suelen ser más

                                                                                 8
ricas que aquellas con estaciones muy marcadas; por último, las zonas con
topografía y clima variados mantienen más especies que las uniformes.



Pese a la importancia que tiene la especie, no hay todavía una definición inequívo-
ca de este término. Se han usado criterios distintos para clasificar las especies en
grupos de organismos diferentes (así, las especies de bacterias y las de aves se
definen de manera muy distinta) y, con frecuencia, diferentes taxónomos aplican
criterios distintos a un mismo grupo de organismos y, por tanto, identifican un
número de especies diferentes. No obstante, no deben exagerarse estas
diferencias; a muchos efectos, hay un acuerdo suficiente sobre el número de
especies presente en grupos bien estudiados, como mamíferos, aves, reptiles o
anfibios.



1.1.4.2 Diversidad genética



Las diferencias entre organismos individuales tienen dos causas: las variaciones
del material genético que todos los organismos poseen y que pasan de generación
en generación y las variaciones debidas a la influencia que el medio ambiente
ejerce sobre cada individuo. La variación heredable es la materia prima de la
evolución y la selección natural y, por tanto, constituye en última instancia el
fundamento de toda la biodiversidad observable actualmente. Depende en lo
esencial de las variaciones que experimenta la secuencia de los cuatro pares de
bases que forman los ácidos nucleícos, entre ellos el ácido desoxirribonucleico o
ADN, base del código genético en la inmensa mayoría de los organismos. Los
individuos adquieren nuevas variaciones genéticas por mutación de genes y
cromosomas; en organismos que se reproducen sexualmente; estos cambios se
difunden a la población por recombinación del material genético durante la división
celular que antecede a la reproducción sexual.




                                                                                  9
Las poblaciones que forman una especie comparten una reserva de diversidad ge-
nética, aunque la herencia de algunas de tales poblaciones puede diferir
sustancialmente de la de otras, en especial cuando se trata de poblaciones
alejadas de especies muy extendidas. Si se extinguen poblaciones que albergan
una proporción considerable de esta variación genética, aunque persista la
especie, la selección natural cuenta con un espectro de variedad genética menor
sobre el qué actuar, y las oportunidades de cambio evolutivo pueden verse
relativamente mermadas. La pérdida de diversidad genética dentro de una especie
se llama erosión genética, y muchos científicos se muestran cada vez más
preocupados por la necesidad de neutralizar este fenómeno.



1.1.4.3 Diversidad de ecosistemas



Éste es sin duda el peor definido de todos los aspectos cubiertos por el término
biodiversidad. Evaluar la diversidad de los ecosistemas, es decir, la diversidad a
escala de hábitat o comunidad, sigue siendo un asunto problemático. No hay una
forma única de clasificar ecosistemas y hábitats. Las unidades principales que
actualmente se reconocen representan distintas partes de un continuo natural muy
variable.



La diversidad de los ecosistemas puede evaluarse en términos de distribución
mundial o continental de tipos de ecosistemas definidos con carácter general, o
bien en términos de diversidad de especies dentro de los ecosistemas. Hay varios
esquemas de clasificación mundial, que hacen mayor o menor hincapié en el
clima, la vegetación, la biogeografía, la vegetación potencial o la vegetación mo-
dificada por el ser humano. Estos esquemas pueden aportar una visión general de
la diversidad mundial de tipos de ecosistemas, pero proporcionan relativamente
poca información sobre diversidad comparativa dentro de los ecosistemas y entre
ellos. La diversidad de ecosistemas suele evaluarse en términos de diversidad de

                                                                               10
especies. Aquellos pueden abarcar la evaluación de su abundancia relativa; desde
este punto de vista, un sistema formado por especies presentes con abundancia
más uniforme se considera más diverso que otro con valores de abundancia
extrema.



1.1.5 Recursos naturales



Se le denomina recurso natural a cualquier forma de materia o energía que existe
de modo natural y que puede ser utilizada por el ser humano. Los recursos
naturales pueden clasificarse por su durabilidad, dividiéndose en renovables y no
renovables. Los primeros pueden ser explotados indefinidamente, mientras que
los segundos son finitos y con tendencia inexorable al agotamiento.



1.1.5.1 Recursos renovables



Los recursos renovables son aquellos que tienen la capacidad de formarse
nuevamente aunque en un lapso considerablemente largo; por ejemplo, bosques,
pastizales. Otro tipo de recursos renovables son la radiación solar, las mareas,
vientos, etc.



El carácter renovable de un recurso se puede matizar: existen recursos renovables
que son por definición inagotables a escala humana, como la energía solar, la
eólica, o la energía de las mareas ya que, por intensivo que sea su uso, siempre
están disponibles de modo espontáneo. Pero entre estos recursos hay algunos
cuya disponibilidad depende del grado de utilización de los mismos, ya que éste
marca el ritmo de recuperación del recurso. Entre estos últimos se encuentran los
recursos hidráulicos continentales, ya sean para consumo directo o para la



                                                                              11
producción de energía: los embalses sólo pueden almacenar una cantidad finita de
agua que depende de las aportaciones naturales a la cuenca, que se renueva
periódicamente, y que marca el ritmo de utilización máxima a que se puede llegar
antes de agotar el recurso y tener que abandonar el uso hasta su recuperación.
Algo parecido ocurre con los recursos madereros, ya que los bosques y
plantaciones forestales, donde se encuentran los árboles que son materia prima
para la construcción y para la elaboración de papel, no deben ser explotados a un
ritmo que supere su capacidad de regeneración.




1.1.5.2 Recursos no renovables

Los recursos no renovables son los que no pueden recuperarse rápidamente.
Estos se forman a través de millones de años, por lo que su reposición es
imposible durante el tiempo de vida humana. Si se explotan de manera indis-
criminada terminarán por agotarse.



Los recursos naturales no renovables son los recursos mineros, entre los que se
puede contar también a los combustibles fósiles (el carbón o el petróleo). Existen
en la corteza terrestre cantidades finitas de estos materiales que pueden ser
aprovechados por el ser humano; esta disponibilidad limitada implica la necesidad
de buscar sistemas de reciclado de materiales, de ahorro y alternativas a su uso
(especialmente en el caso de los combustibles, que no pueden ser reciclados) que
no comprometan el desarrollo y la calidad de vida de las sociedades humanas.




                                                                               12
1.2 Concepto básico de impacto ambiental



1.2.1 Definición y clasificación



Impacto ambiental es un evento o efecto que resulta de una acción previa y que
contiene componentes espaciales y temporales. Por esto, también puede definirse
como el cambio en un parámetro ambiental, sobre un periodo de tiempo específico
y dentro de un área definida, originado en una actividad, respecto a la situación
que se tendría si no hubiera ocurrido esa actividad. Es decir, el impacto de un
proyecto sobre el medio ambiente es la diferencia entre la situación del medio
ambiente futuro modificado, tal y como se manifestaría como consecuencia de la
realización del proyecto, y la situación del medio ambiente futuro tal como habría
evolucionado normalmente sin la realización de dicho proyecto (la alteración neta
positiva o negativa en la calidad de vida del ser humano, resultante de una
actuación en función del tiempo).



Se dice que hay impacto ambiental cuando una acción o actividad produce una
alteración favorable o desfavorable en el medio o en algunos de los componentes
del medio; esta acción puede ser un proyecto de ingeniería, un programa, un plan,
una ley o una disposición administrativa con implicaciones ambientales.




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1.2.2 Impactos sobre la fauna y la flora



Los impactos ambientales son los efectos que sobre estos elementos del ambiente
tiene una determinada acción o actividad. Todas nuestra acciones, como las de
cualquier ser vivo, tiene impactos sobre le ambiente. Al comprar un producto, al
desecharlo o re-ciclarlo, al plantar un árbol de una determinada especie, al
caminar o trasladarnos a través de algún medio de transporte, al cultivar la tierra,
al respirar... siempre al hacer algo estamos produciendo algún impacto ambiental.



Debido a que frecuentemente somos testigos de la degradación de nuestro
ambiente, casi siempre concebimos los impactos ambientales como negativos. No
obstante, existen también impactos positivos. Plantar árboles autóctonos suele
tener impactos positivos sobre la fauna y flora de lugar. Muchas veces una acción
tiene efectos positivos sobre determinados elementos del ambiente y negativos
sobre otros. La construcción de un complejo habitacional puede resolver el pro-
blema de la vivienda de numerosas familias, pero impactar negativamente sobre
aspectos culturales o estéticos. Además de su carácter negativo o positivo, un
impacto puede ser más o menos grave, temporal o permanente, reversible o
irreversible, de alcance local, regional o global.



Del mismo modo que solemos restringir el uso del concepto de impacto ambiental
a los impactos negativos, generalmente utilizamos la noción de impacto ambiental
para referirnos a los efectos que producen sobre el ambiente determinadas
acciones o actividades que, por su magnitud o naturaleza, son consideradas como
de alto o relevante impacto ambiental. Casi siempre nos referimos a proyectos.
Algunos ejemplos de éstos son la construcción de autopistas, aeropuertos,
represas, grandes centros comerciales y edificios; la instalación de industrias
contaminantes, el trazado de líneas eléctricas de alta tensión y de gasoductos, los



                                                                                 14
proyectos de explotación minera. En la siguiente tabla se dan ejemplos de los
impactos que este tipo de proyectos pueden tener sobre el ambiente.



1.2.3 Impactos sobre aire, agua y suelo



En los estudios de impacto ambiental se evalúa el grado de afectación o mejora
que pueden tener los proyectos sobre las condiciones ambientales de su área de
influencia y sus resultados son determinantes para que las autoridades tomen la
decisión de aprobar o rechazar el desarrollo del mismo.



El análisis del impacto del proyecto sobre el agua tienen como objetivo determinar
los posibles efectos negativos o positivos del proyecto sobre la calidad y cantidad
del recurso, así como la potencialidad de amenazas naturales que las
características hidrológicas del área tendrían sobre el propio proyecto que se
analiza. También debe incluir análisis de los potenciales efectos que el proyecto
tiene sobre componentes ambientales como aire y suelo.




1.2.4 Impactos sociales y culturales



En toda actividad de desarrollo es fundamental llevar a cabo un control exhaustivo
acerca de los impactos ambientales y sociales que se vayan produciendo,
comparando los estados o las modificaciones que se efectúan en el ecosistema.
Los estudios de impacto ambiental procuran identificar, predecir y evaluar los
efectos de una actividad en el medio biogeofísico, la salud y el bienestar humano.



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El objetivo básico es evitar posibles errores y daños ambientales, muchas veces
irremediables o costosos de corregir.



Estas medidas de vigilancia ambiental fomentan además un control de las
acciones propuestas para evitar o minimizar los impactos ambientales y sociales y
permiten evaluar los procesos de ejecución y verificar que el grado de incidencia
sea el previsto y no rebase los niveles permisibles.



Estas medidas de vigilancia ambiental fomentan además un control de las
acciones propuestas para evitar o minimizar los impactos ambientales y sociales
permite evaluar los procesos de ejecución y verificar que el grado de incidencia
sea el previsto y no rebase los niveles permisibles.



Desde el punto de vista social, la evaluación de impactos puede prevenir la des-
trucción de riquezas culturales y promover la participación pública en los procesos
de decisión, puesto que las partes afectadas pueden utilizar los estudios de
impacto como un instrumento de negociación y control conduciente a un consenso
social.




                                                                                16
1.3 Actividades antropogénicas; historia y consecuencias



1.3.1 El medio ambiente como proveedor de alimentos, salud y energéticos



La erradicación de la pobreza representa el mayor desafío del mundo actual y es
requisito indispensable para lograr el desarrollo sustentable, en particular para los
países en desarrollo. Si bien cada país es el principal responsable de su propio
desarrollo sustentable y de la erradicación de su propia pobreza, y si bien no debe
subestimarse el rol de las políticas nacionales y de las estrategias de desarrollo,
hacen falta medidas concertadas y concretas para que los países en desarrollo
puedan alcanzar los objetivos de desarrollo sustentable relacionados con los
objetivos y metas convenidos internacionalmente con relación a la pobreza.



Si es utilizado aprovechando sus recursos el medio ambiente aumenta la dispo-
nibilidad y accesibilidad económica de los alimentos y energéticos, incluso
mediante la tecnología y la gestión agrícola y alimenticia y mediante sistemas de
distribución equitativos y eficientes, promoviendo, por ejemplo, asociaciones
basadas en la comunidad que pongan en contacto a la población urbana y rural
con las empresas; aumentando el nivel de vida y de salud.



1.3.2 Impacto de la agricultura



Este punto sólo se considera como recomendación. Los productores deben
entender y evaluar el impacto que causan sus actividades en el ambiente.
Además, considerar cómo fomentar la flora y fauna de su predio. La función
principal de este punto es crear conciencia y sensibilidad en el productor en lo que
se relaciona con la biodiversidad y el medio ambiente. Implica, además, el


                                                                                  17
compromiso para implementar manejos que puedan fomentar la biodiversidad en
el predio.



1.3.3 Impacto de la industrialización



Hay cosas que toman su tiempo, algunas posiblemente demasiado. En 1992, un
total de 162 gobiernos firmaron la Convención Marco sobre Cambio Climático de
las Naciones Unidas, incluido Estados Unidos. En el documento se advierte de no
causar peligrosos desequilibrios en el sistema climático. Pero, ¿qué significa
peligro?, ¿comenzar a tener consecuencias catastróficas tanto para las socie-
dades del planeta como para los ecosistemas?



No es una pregunta fácil de responder. Ni para los científicos y menos aún para
los políticos, como lo demostró la pelea eterna por el Protocolo de Kioto.



The day after 2050



En la conferencia internacional sobre medio ambiente celebrada del 1 al 3 de
febrero en Exeter (suroeste de Inglaterra), 200 expertos intentaron encontrar una
respuesta. La conferencia fue parte de los esfuerzos del Reino Unido de
aprovechar su presidencia, este año, del G-8 (los países más ricos y Rusia), para
llamar la atención del mundo sobre el cambio climático.



Las expectativas no son muy alentadoras. Según varios estudios científicos las
temperaturas pueden aumentar hasta finales del siglo entre 1.4 y 5.8 grados con
respecto a 1990. En consecuencia, el nivel del mar subiría entre 9 y 88
centímetros.

                                                                              18
Los efectos que tendría un calentamiento de sólo un grado ya son alarmantes. Bill
Hare, del Instituto para la Investigación del Impacto Climático en Potsdam,
Alemania, afirmó en la conferencia que a medida que el clima cambie los
ecosistemas frágiles podrían derrumbarse, llevándose con ellos a sus habitantes.
El calentamiento del planeta provocaría el desplazamiento de más de 150 millones
de personas para el año 2050, causado principalmente por inundaciones o se-
quías.



Frenar las emisiones de dióxido de carbono



Hare recomienda atenerse a la recomendación de la Unión Europea de intentar
que el planeta no se caliente más que 2 grados sobre el nivel imperante antes de
la industrialización. Más fácil decir que hacer. Desgraciadamente, nuestro planeta
se calentó 0.6 grados desde la industrialización. Es decir, ya sólo queda un
margen de 1.4 grados.



Las emisiones de dióxido de carbono son indudablemente una de las principales
causas de calentamiento. Sin embargo, existen demasiados factores que influyen
en el sistema climático. Echar simplemente unas cuentas y determinar
exactamente la cantidad de dióxido de carbono que nos podríamos permitir no es
tan fácil, asegura Stefan Rahmstorf, otro experto del Instituto para la investigación
del Impacto Climático en Postdam.



Para detener el calentamiento sería necesario rebajar la emisión global de dióxido
de carbono en 60%, dice Rahmstorf. "Tenemos que darle fuerte al freno".




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1.3.4 La población humana



Los ecosistemas cuentan con mecanismos para equilibrar su desarrollo y
funcionamiento en condiciones naturales. Los bosques, por ejemplo, tardan en
ocasiones varios siglos para instalarse establemente en una determinada zona, en
ellos podemos encontrar diferentes poblaciones que regulan su desarrollo e
influencia en función de las demás y de los recursos y condiciones ambientales.



En épocas remotas, fenómenos climáticos han cambiado las condiciones en esos
ecosistemas y muchas especies han sido eliminadas. Los grandes reptiles, por
ejemplo, desaparecieron en un lapso muy corto de tiempo en grandes zonas del
mundo, y el espacio que dejaron fue llenándose poco a poco por la intromisión de
otras especies que resultaron beneficiadas con su desaparición.



Muchos de los fenómenos naturales que han actuado en otros tiempos lo hacen
aún en nuestros días, sumando su efecto transformador al que ejerce el hombre
sobre el medio ambiente.



No obstante, la explotación que hace el hombre del medio ambiente adquiere día
a día una mayor envergadura. La velocidad con la que consume los recursos
naturales supera en la mayoría de los casos la velocidad con que el recurso se
regenera, ocasionando un deterioro creciente.



El mismo comportamiento poblacional del hombre es un factor de cambio. Cada
hora nacen más de 11,000 personas, cada año la población se incrementa en
alrededor de 100 millones. Dentro de 100 años la Tierra habrá superado
probablemente los 10,000 millones de habitantes y tal vez los recursos para ali-


                                                                                  20
mentarios puedan cubrir sus necesidades mínimas, sin embargo ¿cuál será el
costo para el ambiente?
Según algunos investigadores, si todos los seres humanos fuésemos vegetarianos
y compartiéramos la comida por igual, es probable que pudiera mantenerse una
población total, con un buen nivel alimenticio, cercana a los 6,000 millones de
personas. Mientras que si la dieta se complementara con un 25% de proteínas de
origen animal, sólo podría mantenerse a la mitad de esta población ideal.



La explosión demográfica debe ser un asunto de seguridad mundial. La disponibili-
dad de recursos, la producción de alimentos, la contaminación, el calentamiento
global, la lluvia ácida, la destrucción de la capa de ozono, entre muchos otros
hechos, nos debe poner a pensar al respecto. No debemos esperar a que las
catástrofes generadas por el deterioro ambiental que estamos produciendo sean
las que tomen la decisión de frenar la explosión demográfica; tenemos conciencia
y formas inteligentes para conocer el peligro y buscar alternativas que contribuyan
a que todos los seres que ocupamos la Tierra tengamos una buena calidad de
vida.



En el caso específico de México, la situación no es mejor. La concentración de ha-
bitantes en zonas urbanas y el abandono de muchas otras áreas han producido un
desequilibrio notable. Para tener una idea más precisa de lo que ha venido
significando el crecimiento de las zonas urbanas y la transformación de la
naturaleza, conviene ver Contaminación de la atmósfera y contaminación del
agua. Antes que los españoles conquistaran nuestras tierras, había también
núcleos de alta concentración poblacional; tan sólo el Valle de México tenía más
de 200, 000 habitantes a su llegada. No obstante, la falta de tecnologías que
transformaran drásticamente el ambiente y el desarrollo de un estilo de vida más
cercano a las condiciones naturales producían un deterioro en menor escala.




                                                                                21
Algunos investigadores sostienen que los habitantes de la región de Mesoamérica
habían desarrollado una cultura de respeto y comunión con la naturaleza. Otros
discrepan y consideran que los mayas, por ejemplo, sobreexplotaron su medio
ambiente y ello los llevó a la crisis. La práctica de monocultivos y el desmonte de
tierras vírgenes fueron, tal vez, prácticas que deterioraron significativamente el
medio.



Sea cual fuere el estilo de vida de nuestros ancestros, hoy podemos ver que las
comunidades indígenas tienen un efecto menos devastador para su entorno que
las comunidades urbanas y suburbanas.



Actualmente la especie humana consume 40% del crecimiento vegetal total del
planeta, mientras que la otras especies -alrededor de 30 millones- depende del
60% restante; si consideramos que la población humana se duplica en pocos
años, ¿cómo podríamos sobrevivir en esas condiciones, y qué pasará con las
demás especies con las que compartimos la biosfera?



Hoy se explotan intensamente alrededor de 70 especies marinas, las cuales se re-
producen más lentamente que lo que se pescan y se encuentran en riesgo de
extinción si no se frena su explotación.



En nuestros días se cortan 10 veces más árboles que los que se pueden
regenerar y los bosques están reduciéndose y desapareciendo en toda la esfera
terrestre. Tan sólo entre 1990 y 1995 desaparecieron 65 millones de hectáreas de
bosques (más de 5 millones de hectáreas por año), debido a la tala, la quema para
obtener zonas de cultivo, los incendios descontrolados y la expansión de la man-
cha urbana.



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La producción de alimentos mediante los métodos tradicionales ocasiona serias al-
teraciones ambientarles como erosión, salinización del suelo, desertificación y
muchos otros.

Lograr un cambio en las técnicas de cultivo no es sólo un reto de tipo instrumental
o de métodos, sino que significa fundamentalmente un cambio en la manera de
ser y de pensar del hombre de nuestro tiempo.



La producción agrícola está íntimamente ligada, dentro de un sistema de
economía de libre mercado, a las ganancias que produce. Para que un agricultor
se decida a producir por métodos no convencionales, debe convencérsele por el
lado de las ganancias. El mercado no ofrece protección ambiental y la delimitación
de las ganancias que se pueden o se deben obtener, casi nunca se define por el
deterioro que puede producir o el cuidado que se puede ofrecer al ambiente.



Dar un verdadero valor a la diversidad genética, a la conservación del suelo y de
la calidad de agua, deben ser factores básicos que se contemplen en el desarrollo
de la política agraria de cualquier país. La urgencia del desarrollo de nuevas
estrategias agrarias deberá ir aparejada de nuevas estrategias para conservar el
ambiente.



La desertificación de las que alguna vez fueron zonas fértiles está asociada a
diversos factores. El pastoreo y sobrepastoreo que se hace en algunas zonas
marginales a los grandes desiertos, contribuyen a que estas zonas relativamente
estériles se extiendan, con la consecuente modificación del clima, erosión del
suelo y disminución de la disponibilidad de agua. En ciertas zonas de África
próximas al río Nilo, en Nepal, en la India y en la cordillera de los Andes, en
Sudamérica, este proceso está confinando a la pérdida de grandes extensiones.


                                                                                23
La salinización es otro de los factores que conducen a la desertificación. Cuando
las zonas son regadas con agua que tiene altos contenidos de sales y las tierras
tienen un mal drenaje para eliminar los residuos, las sales se acumulan en el suelo
y dañan a las plantas. Según algunos estudios, en ciertas zonas el agua puede
contener hasta 3.5 toneladas de sal por cada 1000 metros cúbicos, si los cultivos
de regadío pueden ocupar hasta 9500 m3 de agua al año, el suelo puede estar
recibiendo cerca de 33 toneladas de sal en ese mismo lapso. Muchas de las
regiones originalmente destinadas a la agricultura van siendo incorporadas a las
grandes manchas urbanas que generan las grandes ciudades a su alrededor. El
crecimiento de las ciudades modifica el uso de suelo y reduce las superficies
cultivables.



La conversión de zonas de cultivo en áreas urbanas supone un mayor gasto de
agua y de producción de desechos. El agua utilizada en estas zonas merma la
cantidad que puede utilizarse con fines de cultivo.



Otro de los factores que afectan la producción agrícola está relacionado con la dis-
minución, y a veces hasta la pérdida, de la diversidad genética. La práctica de los
monocultivos (sobreexplotación con un solo cultivo) produce serios estragos. El
uso de un solo tipo de semilla para la producción, por un lado, expone a las
cosechas a ciertos peligros como la invasión de alguna plaga que ataque y acabe
con toda la cosecha. Utilizar una sola variedad por largos lapsos y en amplias
zonas puede conducir a la quiebra de un momento a otro. Otro de los efectos de
esta práctica está relacionado con la sobreexplotación de ciertos recursos del
suelo, ya que ciertas plantas extraen preferentemente un cierto tipo de sales y
pueden llegar a agotarlas en la tierra. En ese caso se recurre al uso de
fertilizantes, con la consecuente degradación ambiental.




                                                                                 24
Reducir la agricultura a unos cuantos productos atenta contra la diversidad. En al-
gunas regiones la hambruna llega a tal grado que la producción agrícola no es
suficiente para cubrir las necesidades mínimas, y la semilla que se debiera
guardar para volver a sembrar es también consumida. Otras veces, el volumen de
semilla que se guarda es tan reducido que, si aparece algún imprevisto esto puede
acabar por completo con una determinada variedad.



La tala de bosques para destinar estos terrenos a la agricultura y al pastoreo
ocasiona problemas relacionados por la modificación del clima, la erosión del
suelo, la pérdida de nicho ecológico para muchas especies, la alteración del
equilibrio gaseoso y, finalmente, el desajuste de los ciclos biogeoquímicos, as-
pectos que ya hemos analizado anteriormente.



Un método para ampliar zonas de cultivo, ampliamente difundido, consiste en la
quema de amplias zonas de selva y bosque. El uso de pesticidas o plaguicidas y
de fertilizantes son elementos adicionales para comprender que no se trata sólo
de dar de comer a los 10 mil millones de habitantes que pronto alcanzará nuestro
planeta, sino de encontrar las formas para que esto sea viable sin sacrificar el
medio natural. Por otra parte, los beneficios del desarrollo de la tecnología nos
permiten conocer mejor los procesos que ocurren en la naturaleza y contar con
elementos para ofrecer mejores alternativas; sin embargo, es la misma tecnología
la que nos ha permitido tener sistemas más eficaces de captura, aumentando
nuestro poder como depredadores del medio ambiente.



1.3.5 Impacto de la urbanización



La continua extensión de las periferias urbanas y el progresivo abandono de sus
cascos históricos, es cualquier cosa menos sostenible, y tampoco tiene mucho de


                                                                                25
racional ni meditado. Lamentablemente, esto es una constante en nuestra
ordenación del territorio y, por tanto, de la expresión espacial de la política
económica, social, cultural y ecológica de nuestra sociedad.



Cualquier sistema que pretenda la gestión sostenible del territorio debería
proscribir la vulgar aceptación de urbanizar, puesto que es una actividad que
causa desmedido impacto ambiental, al consistir básicamente en eliminar suelo
rústico mediante un desproporcionado consumo de recursos escasos.



Es por ello que dentro de un marco económico que tenga la pretensión de perdu-
rar, la única propuesta urbanística sensata consiste en limitar drásticamente la
expansión del suelo urbano y mejorar la gestión y calidad del existente,
conservándolo y rehabilitándolo con materiales y técnicas que causen mínimo
impacto ambiental.



Tanto la urbanización como los efectos agrícolas pueden ser consistentes con el
aumento general de la temperatura mínima y la ligera disminución en la
temperatura máxima.



Los cambios actuales en la temperatura pueden parecer pequeños, pero cuando
cambios pequeños en la temperatura promedio perduran por un largo tiempo,
pueden provocar cambios dramáticos en el clima.



1.3.6 Crecimiento económico



El   crecimiento     económico   y   la   protección   ambiental   son   aspectos
complementarios. Sin una protección adecuada del medio ambiente, el

                                                                              26
crecimiento se vería menoscabado y sin crecimiento fracasa la protección
ambiental.
El crecimiento económico -concebido como aumento sostenido de los recursos
disponibles para satisfacer las necesidades de la sociedad- establece el contexto
más adecuado para enfrentar los problemas ambientales. Habitualmente, el mayor
obstáculo     para   superar   problemas   ambientales   tan   comunes   como   la
contaminación del agua y del aire, es, sencillamente, la falta de recursos. No
obstante, el crecimiento económico por sí solo no basta, ya que algunas de sus
modalidades son perjudiciales para el medio ambiente, en especial cuando el
costo de las actividades contaminantes no recae plenamente en quienes las
realizan. En esos casos; la respuesta apropiada es mejorar las modalidades de
crecimiento económico y no desechar el crecimiento como objetivo.



La pobreza puede agravarse por los problemas ambientales y viceversa. Puede
combinarse, por ejemplo, con las presiones demográficas, provocando una
explotación ineficiente e insostenible de los bosques y otros recursos naturales.
Del mismo modo, muchos problemas ambientales pueden afectar gravemente a
los pobres. Éstos, que en general viven en zonas menos favorecidas, pueden ser
los más afectados por la contaminación del aire y el agua y por los efectos de los
desastres naturales.



Idealmente, el medio ambiente se ve favorecido por los círculos virtuosos en que
un crecimiento económico sostenible reduce la pobreza, incrementa los recursos
disponibles para mejorar el medio ambiente y, a su vez, se ve reforzado por esas
tendencias.




                                                                                27
Unidad 2. Valores y ética ambiental

2.1 Sistema de valores

2.1.1 Definición de valores y sus características

Cuando hablamos de valor generalmente nos referimos a las cosas materiales,
espirituales, instituciones, profesiones, derechos civiles, etc., que permiten al
hombre realizarse de alguna manera.

El valor es, entonces, una propiedad de las cosas o de las personas. Todo lo que
es, por el simple hecho de existir, vale. Un mismo objeto (persona o cosa) puede
poseer varios tipos de valores, por ejemplo, un coche puede ser útil además de
bello.

El valor es pues captado como un bien, ya que se le identifica con bueno, con lo
perfecto o con lo valioso.

El mal es, entonces, la carencia o la ausencia de bien. Se llama mal al vacío, es
decir, a lo que no existe. Por ejemplo, el agujero en el pantalón es la falta o
ausencia de tela.

Existen dos tipos de bienes; los útiles y los no útiles:

Un bien útil se busca porque proporciona otro bien, es el medio para llegar a un
fin. Por ejemplo, si voy a comprar un coche para poder ir al trabajo (utilidad) busco
un coche de buena marca, de buen precio, que me sirva para mi fin, ir al trabajo.

Un bien no útil, por el contrario, es el que se busca por sí mismo. Por ejemplo, las
personas son bienes no útiles, porque valen por sí mismas, por el hecho de existir
como seres humanos, tienen dignidad y no pueden ser usadas por los demás.

Los valores valen por sí mismos, se les conozca o no. Van más allá de las
personas, es decir, trascienden, por lo que son y no por lo que se opine de ellos.

Todos los valores se refieren a las necesidades o aspiraciones humanas. Las
personas buscamos satisfacer dichas necesidades.

Las características de los valores son:

   • Independientes e inmutables: son lo que son y no cambian, por ejemplo:
     la justicia, la belleza, el amor.

   • Absolutos: son los que no están condicionados o atados a ningún hecho
     social, histórico, biológico o individual. Un ejemplo puede ser los valores
     como la verdad o la bondad.


                                                                                  28
• Inagotables: no hay ni ha habido persona alguna que agote la nobleza, la
     sinceridad, la bondad, el amor. Por ejemplo, un atleta siempre se preocupa
     por mejorar su marca.

   • Objetivos y verdaderos: los valores se dan en las personas o en las
     cosas, independiente que se les conozca o no. Un valor objetivo siempre
     será obligatorio por ser universal (para todo ser humano) y necesario para
     todo hombre; por ejemplo, la sobrevivencia de la propia vida. Las valores
     tienen que ser descubiertos por el hombre y sólo así es como puede
     hacerlos parte de su personalidad.

   • Subjetivos: los valores tienen importancia al ser apreciados por la persona;
     su importancia es sólo para ella, no para los demás. Cada cual los busca de
     acuerdo con sus intereses.

   • Objetivos: los valores son también objetivos porque se dan indepen-
     dientemente del conocimiento que se tenga de ellos. Sin embargo, la valo-
     ración es subjetiva, es decir, depende de las personas que lo juzgan. Por
     esta razón, muchas veces creemos que los valores cambian, cuando en
     realidad lo que sucede es que las personas somos quienes damos mayor o
     menor importancia a un determinado valor.

   • Bipolares: Se manifiestan en una doble polaridad: bueno-malo, belleza-
     fealdad, útil-inútil, heroico-cobarde.

   • Transcienden a los hechos: Existen actos bondadosos o heroicos, pero el
     heroísmo, como la bondad, existe esperando que alguien lo haga realidad.
     Los valores se depositan en hechos, objetos y acciones, por eso hablamos
     de su realización.

   • Los valores exigen su realización: Los valores existen por sí mismos,
     pero requieren de actos humanos para su realización.

También los valores admiten cierta clasificación:

   • Valores vitales: Los seres humanos tenemos, como los animales, instintos
     de conservación y de supervivencia. La esencia de los valores vitales es la
     protección de la vida.

   • Valores económicos: Los aspectos económicos están presentes cuando
     nos referimos a la abundancia o a la escasez; caro o barato, necesario o
     superfluo, La esencia del valor económico es la búsqueda de la seguridad.

   • Valores intelectuales: Verdad o falsedad, cierto o probable, subjetivo u
     objetivo, son categorías para estos valores. La esencia de valor intelectual
     es la búsqueda de la verdad.

                                                                              29
• Valores estéticos: Belleza o fealdad. En nuestro agrado o desagrado hacia
     las manifestaciones artísticas se da nuestra interpretación de lo estético. La
     esencia del valor estético es la búsqueda de la belleza.

   • Valores éticos: Justo o injusto, honesto o deshonesto, respecto a uno
     mismo y a los demás, o agresión, suponen la realización de lo ético a fin de
     entender la vida en función de derechos y obligaciones. Tendencia a un
     deber ser. La esencia del valor ático es la búsqueda del bien.

   • Valores religiosos: Sagrado o profano, terrenal o místico, afán de inter-
     pretar las existencia en función de un significado espiritual. La esencia del
     valor religioso es la búsqueda de la trascendencia.

   • Valores sociales: Democracia o tiranía, soledad o convivencia, egoísmo o
     solidaridad, orden jurídico o anarquía.

2.1.2 Valores y principios

En sentido ético o moral llamamos principio a aquel juicio práctico que deriva
inmediatamente de la aceptación de un valor. Del valor más básico (el valor de
toda vida humana, de todo ser humano, es decir, su dignidad humana), se deriva
el principio primero y fundamental en el que se basan todos los demás: el respeto
que merece todo ser humano por el mero hecho de pertenecer a la especie
humana; es decir, por poseer dignidad humana.

Principios derivados de la dignidad humana

La primera actitud que sugiere la consideración de la dignidad de todo ser humano
es la de que por ser tan valioso merece ser respetado y nunca debe ser
manipulado y tratado como una cosa, como un medio a utilizar para lograr
nuestros fines personales.

Principio de respeto
«En toda acción, en todo fin y en todo medio, trata siempre a cada uno con el
respeto que le corresponde por su dignidad y valor como persona».

Todo ser humano tiene dignidad y valor inherentes, sólo por su condición básica
de ser humano. El valor de los seres humanos difiere del que poseen los objetos
que usamos. Las cosas tienen un valor de intercambio. Son reemplazables. Los
seres humanos, en cambio, tienen valor ilimitado puesto que, como sujetos ca-
paces de elegir, son únicos e irreemplazables.

El respeto al que se refiere este principio no es la misma cosa que se significa
cuando uno dice "Ciertamente yo respeto a esta persona", o "Tienes que hacerte
merecedor de mi respeto". Estas son formas especiales de respeto, similares a la


                                                                                30
admiración. El principio de respeto supone un respeto general que se debe a
todas las personas.

Dado que los seres humanos son libres, en el sentido de que son capaces de
efectuar elecciones, los seres humanos deben ser tratados como fines, y no
únicamente como meros medios. En otras palabras: los seres humanos no deben
ser utilizados y tratados como objetos. Las cosas pueden manipularse y usarse,
pero la capacidad de elegir propia de un sujeto debe ser respetada.

Un criterio fácil que puede usarse para determinar si uno está tratado a alguien
con respeto consiste en considerar sí la acción que va a realizar es reversible. Es
decir: ¿querrías que alguien te hiciera a ti la misma cosa que tú vas a hacer a
otro? Esta es la idea fundamental contenida en la regla de oro: ''Traía a los otros
tal como querrías que ellos te trataran a ti".

El respeto es un concepto rico en contenido. Contiene la esencia de lo que se
refiere a la vida moral. Sin embargo, la idea es tan amplia que en ocasiones es
difícil saber cómo puede aplicarse a un caso particular. Por eso, resulta de ayuda
derivar del principio de respeto otros principios menos básicos."

Vale la pena hacer notar que, en ética aplicada, cuando más concreto es el caso,
más puntos muestra en los que puede originarse controversia. En esta área, la
mayor dificultad reside en aplicar un principio abstracto a las particularidades de
un caso dado. En consecuencia, convendrá disponer de formulaciones más
específicas del principio general de respeto. Entre estos principios están los de no
malevolencia y de benevolencia, y el principio de doble efecto.

Principios de no-malevolencia y de benevolencia
«En todas y en cada una de tus acciones, evita dañar a los otros y procura
siempre el bienestar de los demás».

Principio de doble efecto
«Busca primero el efecto beneficioso. Dando por supuesto que tanto en tu
actuación como en tu intención tratas a la gente con respeto, asegúrate de que no
son previsibles efectos secundarios malos desproporcionados respecto al bien que
se sigue del efecto principal».

El principio de respeto no se aplica sólo a los otros, sirio también a uno mismo.
Así, para un profesional, por ejemplo, respetarse a uno mismo significa obrar con
integridad.

Principio de integridad
«Compórtate en todo momento con la honestidad de un auténtico profesional,
tomando todas tus decisiones con el respeto que te debes a ti mismo, de tal modo
que te hagas así merecedor de vivir con plenitud tu profesión».



                                                                                 31
Ser profesional no es únicamente ejercer una profesión sino que implica realizarlo
con profesionalidad, es decir: con conocimiento profundo del arte, con absoluta
lealtad a las normas deontológicas y buscando el servicio a las personas y a la
sociedad por encima de los intereses egoístas.

Otros principios básicos a tener presentes son los de justicia y utilidad.

Principio de justicia
«Trata a los otros tal como les corresponde como seres humanos; sé justo,
tratando a la gente de forma igual. Es decir: tratando a cada uno de forma similar
en circunstancias similares».

La idea principal del principio de justicia es la de tratar a la gente de forma apro-
piada. Esto puede expresarse de diversas maneras, ya que la justicia tiene
diversos aspectos. Estos aspectos incluyen la justicia sustantiva, distributiva,
conmutativa, procesal y retributiva.

Principio de utilidad
«Dando por supuesto que tanto en tu actuación como en tu intención tratas a la
gente con respeto, elige siempre aquella actuación que produzca el mayor
beneficio para el mayor número de personas".

El principio de utilidad pone énfasis en las consecuencias de la acción. Sin
embargo, supone que has actuado con respecto a las personas. Si tienes que
elegir entre dos acciones moralmente permisibles, elige aquella que tiene mejor
resultado para más gente.

2.1.3 La educación en valores

Si los valores responden a necesidades humanas y son expresión de condiciones
socio -históricas determinadas, la educación en valores tiene que resolver qué
valores deben priorizarse y que van a ser la columna en la que descansen los
demás.

La UNESCO consideró que había que incluir nuevos valores, además de los que
conocemos, como son los referidos a la diversidad de culturas, la protección de la
calidad del medio ambiente y la prevención de efectos nocivos a largo plazo como
producto de la actividad humana.

La escuela tiene competidores eficaces en el mundo de la televisión y la
publicidad, entre los cuales están la filosofía del éxito, de la competencia, del
individualismo, del consumo, de la apariencia, de la violencia, etc. Es decir, si la
educación quiere cumplir con su función debe brindar a los alumnos criterios para
descifrar el significado de lo que percibe y ponerlo al servicio de los auténticos
valores humanos.



                                                                                  32
Adjunto a su historial visible y explícito, la escuela "tiene un historial oculto e
invisible inmediato, expresado en sus actividades, en su forma de organización, en
sus servicios, etc.; si la escuela se propone educar en valores tiene que empezar
analizando sus antecedentes, desactivando todo aquello que contribuye a la
formación de desvalores.

Para educar en valores, lo primero que tiene que hacer la escuela es constituirse
ella misma en un mundo de justicia, de armonía, igualdad, respeto y tolerancia;
difícilmente se puede educar a los alumnos en valores en el marco de una
institución que no los practica. Es decir, en valores de nada sin/e el discurso si
éste no está acompañado de una práctica coherente (de no ser así hace mucho
tiempo que se hubiera solucionado el problema de los valores); el alumno
interioriza los valores no porque los puede definir bien, sino porque vive en un
contexto donde se practican los mismos.

Lo difícil a nivel educativo no son las propuestas teóricas sino las acciones
concretas. Muchos centros educativos tienen proyectos alternativos donde hay
declaraciones razonables respecto a los valores que el centro propugna, pero
parten de una consideración desigual de los derechos del alumno, de su plana
jerárquica y de los profesores.

Generalmente las incoherencias entre lo que se dice y lo que se hace son los
peores modelos educativos, e inducen a la práctica de desvalores, poniendo en
primer plano la simulación, la apariencia, el fingimiento, la farsa, la hipocresía, el
disimulo, la insinceridad y otros tantos.

Una reforma educativa española da propuestas más completas y mejor elabora-
das respecto a la educación en valores y considera que educar en valores es
educar moral-mente, porque son los valores los que enseñan al individuo a
comportarse como hombre, establecer una jerarquía entre las cosas, llegar a la
convicción de que algo importa o no importa, vale o no vale, es un valor o es un
contravalor.

Esta reforma considera que la escuela debe contribuir a la construcción de
criterios propios en el alumnado, lo que a su vez le permitirá tomar decisiones y
aprender a orientar su vida de acuerdo con principios internalizados. Esta
educación propicia el respeto a los valores, no es absolutista ni relativista, ni tam-
poco es autoritaria o permisiva y considera que los criterios para vivir en sociedad
son:

   • La crítica como instrumento de análisis de la realidad, que a su vez va a
     propiciar aquello que se considere injusto.

   • La reciprocidad, para establecer relaciones óptimas con los demás y salir
     de nosotros mismos.



                                                                                   33
• Conocer los derechos humanos y respetarlos.

   • Comprometerse e involucrarse con lo que acontece.


2.2 El profesional integral

2.2.1 La formación de valores del personal

Cuando se utiliza el término formación acompañado del adjetivo profesional en
una conversación o texto, en general se entiende que se está haciendo referencia
a un tipo de formación que tiene por finalidad principal el preparar a las personas
para el trabajo. Esta es, seguramente, la definición más simple y más
corrientemente utilizada de formación profesional.

Pero si deseamos ir un poco más allá, y entender qué significa la formación profe-
sional actualmente para quienes la imparten y para quienes la reciben, para
quienes la gestionan y para quienes la ejecutan y, de modo general, para todos
aquellos que se interesan por ella, es preciso responder a otras preguntas. Por
ejemplo;

   • ¿Estamos hablando de una formación para el empleo, tal corno éste último
     se ha entendido durante buena parte del siglo XX, es decir, como una
     actividad laboral sujeta a un contrato, a un salario y a condiciones de
     trabajo claramente especificadas? ¿O se trata de una formación para el
     trabajo en sentido amplio, incluyendo al trabajo asalariado pero también al
     trabajo no remunerado, al trabajo independiente o por cuenta propia?

   • ¿Se refiere a una preparación exclusiva en aquellos aspectos o saberes de
     carácter técnico, necesarios para realizar una tarea o un conjunto de ellas
     en un puesto de trabajo u oficio? ¿O se trata de algo más amplio que busca
     lograr una comprensión más completa de los ambientes de trabajo y de
     otros aspectos que hacen a la vida no sólo laboral de las personas, sino
     también de cuestiones relativas a su desarrollo personal, cultural y político?

La respuesta es que sí, efectivamente, la formación se orienta no sólo a la
preparación para el empleo asalariado y bajo contrato, sino también a todas las
otras formas de trabajo que es dable encontrar en las sociedades actuales.

También es posible afirmar que la formación profesional debiera preparar no sólo
para el trabajo en todas sus formas y modalidades, sino también para la vida en
comunidad, para comprender las relaciones sociales y de trabajo y actuar en
forma transformadora. De manera resumida podemos entonces decir que la
formación profesional es simultáneamente formación para la ciudadanía.




                                                                                34
Así nos sostenemos en una definición general e internacionalmente aceptada, por
la cual la formación profesional es una actividad cuyo objeto es descubrir o
desarrollar las aptitudes humanas para una vida activa, productiva y satisfactoria.
En función de ello, quienes participan de actividades de formación profesional
deberían poder comprender individual o colectivamente cuanto concierne a las
condiciones de trabajo y al medio social, e influir sobre ellos.

Continuando con la misma línea de razonamiento, es posible afirmar que la forma-
ción profesional es simultáneamente tres cosas:

   • Actividad de tipo educativo, que se orienta a proporcionar los conoci-
     mientos, habilidades y destrezas necesarios para desempeñarse en el
     mercado de trabajo, sea en un puesto determinado, una ocupación o un
     área profesional. Actúa a su vez de forma complementaria a las otras
     formas de educación, formando a las personas no sólo como trabajadores
     sino también como ciudadanos.

   • Actividad vinculada a los procesos de transferencia, innovación y desarrollo
     de tecnología. La propia transmisión de conocimientos, habilidades y des-
     trezas implica de por sí un tipo de transferencia tecnológica a los trabajado-
     res y, a través de ellos, a la empresas. También, y en la medida que el co-
     nocimiento es la base fundamental de los procesos de innovación y de-
     sarrollo tecnológico, la formación profesional es una herramienta estraté-
     gica sin la cual aquellos procesos difícilmente podrían desarrollarse.

   • La formación profesional es un hecho laboral y, como tal, posee un lugar in-
     discutible dentro de las relaciones de trabajo. Ella concierta el interés cre-
     ciente de gobiernos, empresarios y trabajadores, en la medida que se
     percibe cada vez con mayor claridad la importancia de su aporte a la dis-
     tribución de las oportunidades de empleo y de trabajo en general; a la
     elevación de productividad y la mejora de calidad y la competitividad, al
     logro de condiciones apropiadas y saludables de trabajo, así como en su
     potencial como espacio de diálogo social a diversos niveles.

La formación profesional posee un componente didáctico, al igual que otras
formas de educación, pero con un énfasis más marcado en los aspectos técnicos
y tecnológicos. Tiene una preocupación comparativamente mayor que otras
formas de educación por los vínculos entre contenidos y métodos de dicha
formación por un lado, y los cambios que se operan en el mundo de la producción
y el trabajo, por otro.

2.2.2 Actividades y componentes actitudinales. Componentes cognoscitivo,
afectivo y conativo

Las actitudes son las predisposiciones a responder de una determinada manera
con reacciones favorables o desfavorables hacia algo. Las integran las opiniones o


                                                                                35
creencias, los sentimientos y las conductas, factores que a su vez se
interrelacionan entre sí. Las opiniones son ideas que uno posee sobre un tema y
no tienen por qué sustentarse en una información objetiva. Por su parte, los senti-
mientos son reacciones emocionales que se presentan ante un objeto, sujeto o
grupo social. Finalmente, las conductas son tendencias a comportarse según
opiniones o sentimientos propios. Las actitudes orientan los actos si las influencias
externas sobre lo que se dice o hace tienen una mínima incidencia. También los
orientan si la actitud tienen una relación específica con la conducta, a pesar de lo
cual la evidencia conforma que, a veces, el proceso acostumbra ser inverso y los
actos no se corresponden, y se experimenta entonces una tensión que se
denomina disonancia cognitiva.

Es posible que en una actitud haya más cantidad de un componente que de otro.
Algunas actitudes están cargadas de componentes afectivos y no requieren más
acción que la expresión de los sentimientos. Algunos psicólogos afirman que las
actitudes sociales se caracterizan por la compatibilidad en respuesta a los objetos
sociales. Esta compatibilidad facilita la formación de valores que utilizamos al
determinar qué clase de acción debemos emprender cuando nos enfrentamos a
cualquier situación posible.

Existen tres tipos de componentes en las actitudes y son: componente cognitivo,
componente afectivo y componente conativo,

   • Componente cognitivo: Es el conjunto de datos e información que el sujeto
     sabe acerca del objeto del cual toma su actitud. Un conocimiento detallado
     del objeto favorece la asociación al objeto.

   • Componente afectivo: Es la sensación y sentimiento que dicho objeto
     produce en el sujeto. El sujeto puede experimentar distintas experiencias
     con el objeto, que pueden ser positivas o negativas.

   • Componente conativo: Corresponde al comportamiento activo del individuo,
     su tendencia hacia la compra.

Las actitudes tienen mucho interés para los psicólogos porque desempeñan un
papel muy importante en la dirección y canalización de la conducta social.

Las actitudes no son innatas, sino que se forman a lo largo de vida. Éstas no son
directamente observables, así que han de ser inferidas a partir de la conducta
verbal o no verbal del sujeto.

Elemento cognitivo

Agrupa al mismo tiempo los conocimientos, creencias y asociaciones que se
mantienen sobre los atributos y características del objeto en cuestión.



                                                                                  36
Sobre la idea que tienen el individuo del objeto construirá una actitud. Por tanto, si
el individuo no conoce el producto, no puede manifestar una actitud frente a él. Es
en este punto donde adquiere gran relevancia la publicidad en su función
informativa.

Sin embargo, el componente cognitivo es algo más que el conocimiento de la exis-
tencia de un producto. Además, hace referencia a sus características, sin contar
con que puedan haber sido distorsionadas por alguna idea positiva o negativa, o
por influencias sociales.

En numerosas situaciones de compra, cuando no se puede ni se saben evaluar
todas las características de un producto, el individuo se basa en ciertos
indicadores, que permiten juzgar el conjunto. Así, las diferentes dimensiones del
producto transmiten unas connotaciones sin relación muchas veces con la reali-
dad.

En productos como los perfumes, el consumidor no tiene posibilidad de conocer
las características intrínsecas del producto hasta que no lo tiene ante sí; entonces,
el envase juega un papel muy importante como forma de originar una actitud hacia
el producto.

En general, un consumidor asocia una mejor calidad con los artículos de precio
más elevado. La fuerza de esta relación varía según los productos y los individuos,
y será más fuerte cuando:

   • El consumidor no disponga de otra información sobre el producto que el
     precio.

   • La calidad sea difícil de apreciar antes de la compra.

   • No conozca las diferencias de calidad entre los productos ofertados.

Elemento afectivo

Es el sentimiento que despierta en el individuo un determinado objeto. Este
sentimiento puede ser de agrado o desagrado.

Con frecuencia se presenta a continuación del componente cognitivo, lo que hace
pensar que la aparición de un sentimiento es posterior al conocimiento. Sin
embargo, es difícil medir de forma precisa un sentimiento dentro de la formación
de las actitudes.

• La marca asociada a imágenes, músicas o símbolos fuertes en la publicidad
emocional busca hacer amar dicha marca para que la querramos comprar. El
humor también es variable influenciadora que hace que, por ejemplo, un mensaje
publicitario sea mejor recibido cuando se emite dentro de un programa que incita


                                                                                   37
al buen humor, sin contar la influencia que pueden ejercer personas que tengan
cierta aceptación en la opinión pública.

La publicidad vincula a sus objetos unas sensaciones agradables y placenteras,
ocultando las características negativas o menos agradables del producto. Muchas
veces, este vínculo no está relacionado con las características del producto, pero
contribuye a crear una emoción pasiva que lo haga atractivo.

El componente afectivo es uno de los más importantes, puesto que, en muchas si-
tuaciones de compra, el individuo adquirirá un producto que le sugiera una
actividad positiva, aunque el elemento cognitivo le indique que otro producto es
mejor, o más barato.

Elemento conativo

Es la predisposición a la acción del individuo. Tendencia inconsciente a
comportarse de una forma determinada, lo que le diferencia de la intención, que es
un acto consciente, voluntario.

A efectos prácticos de marketing, es el componente más importante, puesto que
conduce al individuo a la compra. De ahí el interés por conocer y modificar las
actitudes de los consumidores hacía ciertos bienes. Sin embargo, no siempre se
corresponde la actitud del individuo con su comportamiento; es decir, puede que
tenga una actitud favorable hacia cierta marca, pero su nivel económico no le
permita consumirlo, o no se encuentre disponible el producto en el centro de
compra.

De forma general, parece que la intención de compra se produce más fácilmente:

   • Cuando el lapso de tiempo que separa la intención de la decisión es corto.

   • Cuando la naturaleza de ¡a decisión la hace poco dependiente de influencia
     o acontecimientos externos (por ejemplo, una aumento de la renta del con-
     sumidor);

   • Cuando se habla de bienes duraderos en los que los consumidores se
     vuelcan emocionalmente.




                                                                               38
2.3 Valores y actitudes hacia el medio ambiente

2.3.1 Relación valores, actitudes y creencias con el comportamiento y su
influencia en la preservación del medio ambiente

Ocho creencias sobre las interacciones entre los seres humanos y el medio
ambiente

   • La contaminación está mayormente causada por la conducta indivi-
     dual. Por supuesto, el comportamiento individual causa mucha contami-
     nación (pensemos en la gran cantidad de basura que generamos a diario),
     pero los datos demuestran que las actividades de las empresas (mineras,
     agrícolas, industriales) son hoy por hoy las mayores causantes de
     contaminación ambiental.

   • Los problemas ambientales se deben al consumo excesivo, sobre todo
     en los países ricos. Obviamente esto es cierto, pero hay que dejar claro
     que lo importante no es tanto la cantidad de consumo como el tipo de
     consumo. En primer lugar, no todo lo que se consume tiene el mismo im-
     pacto ambiental, por lo que puede ser cuestionable establecer una simple
     relación entre consumo global (p.e., en dinero) e impacto (p.e., no es lo
     mismo comprar un coche que veinte ordenadores). En segundo lugar, pue-
     de que el consumo se centre en productos y servicios que han sido con-
     cebidos para reducir al máximo el impacto ambiental (p.e., productos reci-
     clados o reutilizados, o cuya producción es poco contaminante).

   • Para resolver los problemas medioambientales se necesita renunciar a
     muchos de los beneficios de la tecnología moderna. Esto es cierto en
     parte; sin embargo, mucha de la degradación actual podría evitarse
     utilizando tecnologías menos impactantes, más que simplemente recor-
     tando los beneficios que pueden obtenerse de la tecnología. Por supuesto,
     a la larga se requerirá una sabia mezcla de ambas cosas, pero es im-
     portante darse cuenta de que la eficiencia tecnológica es mucho más
     aceptable para la gente que las restricciones y, a menudo, más eficaz para
     reducir ciertos tipos de impacto medioambiental.

   • Para preservar el medio ambiente, la gente necesita cambiar sus valo-
     res y actitudes, particularmente en los países ricos. Este parece ser un
     típico error de atribución. Los errores de atribución, muy frecuentes, ocurren
     cuando consideramos que las conductas dependen más de disposiciones
     "internas" estables que de factores contextuales. La evidencia disponible
     sugiere que la mayoría de gente en los países ricos muestra niveles de
     preocupación medioambiental bastante altos. El problema es que entre los
     valores y actitudes y la conducta proambiental median una gran variedad de
     factores contextuales que determinan el resultado (si se da o no la conducta
     deseable).


                                                                                39
• La educación es la clave para resolver los problemas medioam-
    bientales. Quizá aquí exista el problema semántico sobre qué entendemos
    por "educación". Si la concebimos como la labor de hacer consciente a la
    gente de que existen problemas medioambientales y sobre qué se debe
    hacer para darles solución, la evidencia parece mostrar que esta estrategia
    tiene escasos efectos a la hora de promover conductas pro-ambientales. El
    problema, de nuevo, es que el contexto bloquea el cambio de conducta:
    puede haber, entre otras, barreras institucionales ("¿dónde reciclo, si no
    hay contenedores cerca?"), económicas ("¿cómo voy a comprar un coche
    menos contaminante si no tengo dinero?") informativas ("no sabía que las
    pilas contaminaban tanto"), de rutina o de conflicto social o familiar ("¡no
    pretenderás que en una cocina tan pequeña metamos cuatro cubos de
    basura distintos!).

  • Una forma de promover el comportamiento proambiental es informar
    sobre las terribles consecuencias que se avecinan. Esta estrategia
    puede ser un arma de doble filo. La evidencia sugiere que la apelación al
    miedo puede hacer que la gente minimice o ignore el problema, sobre todo
    si: (a) no percibe una amenaza directa para su vida o bienestar; (b) no sabe
    exactamente qué puede hacer para solventar el problema; (c) ayudar a
    solventarlo supone un coste muy alto. En particular, si se experimenta
    amenaza asociada a indefensión ("la solución no depende de mí"),
    generalmente habrá negación o angustia.

  • Los incentivos son un buen método para promover conductas
    proambientales. Partiendo de la premisa de que el dinero mueve
    montañas, esto es cierto (p.e., si adoptamos una conducta proambiental
    tendremos ventajas económicas), pero engañoso. La evidencia sugiere
    que, si los incentivos son externos, el comportamiento se mantendrá sólo
    en la medida en que ellos (refuerzos, en el lenguaje de la psicología) sigan
    existiendo. En definitiva, es difícil modificar la conducta a largo plazo
    utilizando incentivos sólo al principio; si se hace así, la conducta revertirá en
    cuanto los incentivos desaparezcan.

  • La gente de los países en desarrollo ansia emular el estilo de vida de
    los países ricos, que conoce a través de los medios de comunicación
    (especialmente cine y televisión). Quizá sea cierto, pero faltaría por
    averiguar hasta qué punto la gente de los países en desarrollo con cierta
    holgura económica incrementan el consumo por emular a la gente de los
    países ricos, o simplemente en respuesta a sus propias prácticas culturales.

Una teoría coherente de comportamiento proambiental: Valor-Creencia-
Norma.




                                                                                  40
Es importante establecer una teoría causal sobre la conducta proambiental. Entre
las diferentes teorías existentes hemos optado por presentar la del Valor-
Creencia-Norma (VCN) porque es la que actualmente parece tener mayor apoyo
empírico. Es importante señalar que esta teoría intenta explicar por qué las
personas simpatizan o no en adoptar conductas proambientales, pero no propor-
ciona estrategias explícitas sobre cómo promover dichas conductas (entre otras
cosas porque las conductas a menudo están enraizadas en rasgos muy estables
de personalidad).

Es conveniente definir algunos términos;

   • Valor: Concepto general sobre lo que un individuo considera que merece o
     no merece la pena hacer, conseguir c conservar individual o socialmente.

   • Actitud: Aunque para diversos autores existen diferencias entre actitud,
     motivo y opinión, por simplicidad aquí los tratamos conjuntamente. Las acti-
     tudes son disposiciones valorativas, o tendencias a aceptar o rechazar
     objetos, personas, eventos o situaciones. No son tan estables durante la
     vida de una persona como los rasgos de personalidad. Los motivos y las
     opiniones podrían considerarse como la concreción de las actitudes en
     contextos específicos. Las actitudes pueden contener elementos racionales,
     cuando en ellos intervienen el análisis y la argumentación (las elecciones),
     e irracionales, cuando vienen guiados por elementos holísticos de la
     situación o por emociones (las preferencias).

   • Creencia: La aprobación de una proposición o afirmación, o la aceptación
     de un hecho, opinión o aseveración, como real o verdadero, sin tener un
     conocimiento personal e inmediato.

   • Norma: Regla no necesariamente explícita, pero asumida a nivel personal
     (normas personales) o social (normas sociales) sobre las conductas que se
     consideran aceptables o inaceptables y que, por tanto, que se esperan
     cumplir o no en determinadas situaciones.

Hasta ahora hemos considerado la conducta proambiental como un concepto
único e indiferenciado. Sin embargo, es importante también señalar que las
investigaciones han descubierto cuatro tipos de conducta proambiental que
parecen activarse a partir de diferentes combinaciones de causas. Éstos son los
diferentes tipos:

   • Conductas de consumidor: Engloba todos aquellos comportamientos
     favorables al medio ambiente que los individuos adoptan en sus decisiones
     de su vida privada (p.e.. reciclar, comprar productos "verdes', etc.)

   • Conductas de ciudadanía proambiental. Engloba aquellas acciones
     proambientales que los individuos ejecutan en la esfera pública (como

                                                                              41
votar, o firmar en contra de una determinada decisión política), excluyendo
      las del activismo comprometido.

   • Conductas de sacrificio proambiental. Engloba conductas de sacrificio
     económico para proteger el medio ambiente (p.e., estar dispuesto a pagar
     más impuestos).

   • Activismo proambiental. Engloba todas las acciones públicas de los in-
     dividuos comprometidos en organizaciones proambientales (p.e., las
     protestas de activistas de Greenpeace).

Empíricamente, se ha visto que la teoría del VCN puede explicar una porción
significativa de varianza en las tres primeras categorías de la conducta
proambiental descritas arriba (son las que se dan mayoritariamente en la
población). La teoría sugiere que existe una cadena de elementos que se activan
sucesivamente, de forma directa o indirecta. El primer activador son los
VALORES: los valores personales están enraizados en los rasgos de personalidad
y las actitudes, y activan CREENCIAS. La creencia más importante es visión
ecológica del mundo, es decir, como creemos que deben ser las relaciones entre
los seres humanos y la naturaleza. Dicha creencia activa la percepción sobre el
grado de amenaza hacia los objetos que se valoran y la percepción sobre la posi-
bilidad personal de reducir dichas amenazas.

 Dependiendo de cómo sean estas creencias, se activarán las NORMAS PER-
SONALES, es decir, el sentido de obligación o no para llevar a cabo acciones al
respecto. Por último, si hay un sentido de obligación (la norma personal), se activa
la CONDUCTA, ya sea de consumo, de ciudadanía proambiental y/o de sacrificio.

Para aclarar el esquema VNR; mi valor dice: "aprecio esto"; mi visión ecológica
dice: "Entonces, la relación entre humanos y naturaleza debería ser así"; mí
creencia sobre el objeto dañado dice: "creo que el objeto "x" está en peligro"; mi
creencia sobre las posibilidades de actuar dice: "puedo hacer algo", mi-norma
personal entonces dice: "debo hacer algo", y entonces actúo.

Vayamos por partes. Respecto a los valores, existe abundante investigación que
demuestra que la gente tiende a posicionarse respecto a tres grandes tipos (esto
no significa que un mismo individuo se posicione siempre respecto al mismo tipo
de valores en todas las situaciones):

   • Egoístas: Los que predisponen a la gente a proteger sólo aquellos aspec-
     tos del medio ambiente que pueden afectarles personalmente, y a oponerse
     acciones proambientales si suponen costos personales elevados.

   • Altruistas: Los que predisponen a la gente a actuar cuando los problemas
     medioambientales pueden dañar a otras personas (ya sean de su comu-
     nidad, su país, o toda la humanidad).


                                                                                 42
• Biosféricos: Los que predisponen a la gente a actuar cuando perciben que
     los problemas medioambientales pueden dañar a la naturaleza (a todos los
     seres vivos, incluyendo los seres humanos).

Según algunos autores, estas diferentes formas de valorar se relacionan con la
autoconciencia (el "self") del individuo; es decir, hasta qué punto el individuo se
siente y define como interdependiente o no de otras personas y/o de otros
organismos.

Las creencias tienen una función mediadora esencial entre los valores y la
conducta porque definen el tipo de personas o cosas que se piensa que están
afectados por los problemas medioambientales, y hasta qué punto pueden hacer
algo por ellos. Las creencias dependen de cómo percibimos la información y el
contexto. Re., necesitamos información y publicidad para saber que un problema
existe, y para conocer sus consecuencias probables; podemos percibir que el
problema es responsabilidad nuestra o sólo de la administración; podemos creer
que no hay posibilidad de intervenir y marcar una diferencia, debido a razones
políticas, etc. La modificación de creencias es clave para vincular el valor con la
conducta.

Veamos la relación entre valores, creencias y normas con un ejemplo.
Supongamos que se descubre que, en un pueblo, una fábrica está contaminando
un río. La única forma de acabar con el problema es desmantelar la fábrica, pero
mucha gente del pueblo trabaja en ella. Podemos imaginar cómo funcionarían los
valores de la gente del pueblo frente a este problema: las personas con un talante
valorativo más egoísta podrían pensar: "Esto no va conmigo", si el problema no le
afecta directamente (ni ellas, ni a sus familiares o amigos, claro); las de talante
más altruista podrían pensar: "Entiendo que se está dañando al río, pero el
desastre que supondría el cierre de la fábrica para las familias que viven de ella
sería tremendo, así es que creo que no deberían cerrarla"; las de talante más
"biosférico" podrían pensar: "Tengo un conflicto: por un lado, no quiero que la
gente se quede sin trabajo, pero es intolerable que se esté contaminando el río; la
fábrica debería cerrar. Alguien tendrá que solucionar el problema de los empleos".
Sin embargo, la forma como se concreta la norma personal ("tengo que hacer
algo, o no") vendría mediada por las creencias que surgen de estos valores, que
en parte dependen del tipo de información que llega a los actores. Re., el
"biosférico" podría no actuar en absoluto si percibe que el gobierno no piensa, ni
solucionar el problema la contaminación ni el de los empleos; el "egoísta" podría
protestar activamente para que se cierre la fábrica si tiene indicios de que la
contaminación del río puede suponer un riesgo para la salud de sus hijos cuando
vayan a jugar allí; el "altruista" podría firmar a favor de cerrar la fábrica si ha oído
que hay otra empresa que va a admitir a los trabajadores eventualmente
despedidos, etc. Por tanto, el predictor más importante de la conducta
proambiental son las normas personales (y esto se ha demostrado empírica-
mente), ya que representan la concreción de intenciones del individuo una vez los
valores se han puesto en contexto mediante las creencias. Aclaremos también que

                                                                                     43
los tres tipos de valores pueden coexistir probablemente en un mismo individuo; lo
que dice la teoría del VCN es que el posicionamiento definitivo se conformará de
acuerdo con alguno de los tres tipos de valores.

Desde un punto de vista pragmático, los discursos que se defienden ante
cualquier problema medioambiental, ya sean "pro" o "anti", normalmente intentan
activar o desactivar las normas personales del público moldeando un cierto tipo de
creencias (es más fácil moldear una creencia que cambiar un valor).

2.3.2 Efectos colaterales, valor estético y tecnología

La especie Homo sapiens, es decir, el ser humano, apareció tardíamente en la
historia de la Tierra, pero ha sido capaz de modificar el medio ambiente con sus
actividades. Aunque, al parecer, los humanos hicieron su aparición en África, no
tardaron en dispensarse por todo el mundo. Gracias a sus peculiares capacidades
mentales y físicas, lograron escapar a las constricciones medioambientales que
limitaban a otras especies y alterar el medio ambiente para adaptarlo a sus
necesidades.

Aunque los primeros humanos sin duda vivieron más o menos en armonía con el
medio ambiente, como los demás animales, su alejamiento de la vida salvaje
comenzó en !a prehistoria, con la primera revolución agrícola. La capacidad de
controlar y usar el fuego les permitió modificar o eliminar la vegetación natural, y la
domesticación y pastoreo de animales herbívoros llevó al sobrepastoreo y a la
erosión del suelo. El cultivo de plantas originó también la destrucción de la
vegetación natural para hacer hueco a las cosechas y la demanda de leña condujo
a la denudación de montañas y al agotamiento de bosques enteros. Los animales
salvajes se cazaban por su carne y eran destruidos en caso de ser considerados
plagas o depredadores.

Mientras las poblaciones humanas siguieron siendo pequeñas y su tecnología mo-
desta, su impacto sobre el medio ambiente fue solamente local. No obstante, al ir
creciendo la población y mejorando y aumentando la tecnología, aparecieron
problemas más significativos y generalizados. El rápido avance tecnológico
producido tras la edad media culminó en la Revolución Industrial, que trajo consigo
el descubrimiento, uso y explotación de los combustibles fósiles, así como la ex-
plotación intensiva de los recursos minerales de la Tierra. Fue en la Revolución
Industrial cuando los seres humanos empezaron realmente a cambiar la faz del
planeta, la naturaleza de su atmósfera y la calidad de su agua. Hoy, la demanda
sin precedentes a la que el rápido crecimiento de la población humana y el
desarrollo tecnológico someten al medio ambiente, está produciendo un declive
cada vez más acelerado en la calidad de éste y en su capacidad para sustentar la
vida.

Dióxido de carbono



                                                                                    44
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Desarrollo sustentable medio ambiente

  • 1. DESARROLLO SUSTENTABLE Ing. Arturo Linares García Instituto Tecnológico de Zitácuaro Departamento de Ingenierías Academia de Ingeniería Industrial
  • 2. Contenido Unidad 1 Impacto de las actividades humanas sobre el medio ambiente 1.1 Conceptos básicos de ecología y medio ambiente 1 1.1.1 Ecología y ciencias afines 1 1.1.2 Ecosistemas 3 1.1.2.1 Tipos de ecosistemas 4 1.1.3 Factores limitativo 5 1.1.4 Diversidad biológica 7 1.1.4.1Diversidad de especies 8 1.1.4.2 Diversidad genética 9 1.1.4.3 Diversidad de ecosistemas 10 1.1.5 Recursos naturales 11 1.1.5.2 Recursos no renovables 12 1.2 Concepto básico de impacto ambiental 13 1.2.1 Definición y clasificación 13 1.2.2 Impactos sobre la fauna y la flora 14 1.2.3 Impactos sobre aire, agua y suelo 15 1.2.4 Impactos sociales y culturales 15 1.3 Actividades antropogénicas; historia y consecuencias 17 1.3.1 El medio ambiente como proveedor de alimentos, salud y 17 energía 1.3.2 Impacto de la agricultura 17 1.3.3 Impacto de la industrialización 18 1.3.4 La población humana 20 1.3.5 Impacto de la urbanización 25 1.3.6 Crecimiento económico 26 Unidad 2. Valores y ética ambiental 2.1 Sistema de valores 28 2.1.1 Definición de valores y sus características 28 2.1.2 Valores y principios 30 2.1.3 La educación en valores 32 2.2 El profesional integral 34 2.2.1 La formación de valores del personal 34 2.2.2 Actividades y componentes actitudinales 35 2.3 Valores y actitudes hacia el medio ambiente 39 2.3.1 Relación valores, actitudes y creencias con el comportamiento y 39 su influencia en la preservación del medio ambiente 2.3.2 Efectos colaterales, valor estética y tecnología 44 2.3.3 Los valores y el uso racional de los recursos naturales 47 (ecosistemas, agua, suelo, energéticos, flora, fauna, etc.) 2.3.4 Los valores y el control de la contaminación ambiental 50 Unidad 3 Desarrollo sustentable y evolución de la legislación ambiental 3.1 La planificación para el desarrollo 52 3.1.1 Estilos de desarrollo 52 3.1.2 El desarrollo sustentable conceptos 53 3.1.3 Indicadores de sustentabilidad 54 3.2 Enfoque ecológico del desarrollo sustentable 56 3.2.1 Inventario del ciclo de vida 56 3.2.2 Análisis del ciclo de vida (ACV) 57
  • 3. 3.2.3 Educación ambiental, redes de educación ambiental y 59 desarrollo sustentable 3.2.4 Ecoturismo y desarrollo sustentable 61 3.3 Enfoque tecnológico del desarrollo sustentable 62 3.3.1 De la noción del crecimiento a la noción del desarrollo 62 3.3.2 Desmaterialización 64 3.3.3 Tecnología y producciones limpias 65 3.3.4 Ecodiseño 67 3.4 Enfoque económico y normativo del Desarrollo Sustentable 69 3.4.1 Instrumentos económicos 69 3.4.2 Normatividad ambiental 69 Unidad 4. Calidad de vida y desarrollo sustentable 4.1 Calidad de vida 74 4.1.1 Estilos y calidad de vida 77 4.1.2 Indicadores de calidad de vida 79 4.2 Índices de calidad 82 4.2.1 Índices de calidad ambiental 82 4.2.2 Índices de calidad de vida 84 4.4 Tendencias mundiales para el desarrollo sustentable 85 4.4.1 Cumbres mundiales sobre desarrollo sustentable 85 4,4,2 Sistemas de Gestión Ambiental (SGA) normas ISO 14000 y 89 otras Unidad 5. Fomento del desarrollo sustentable a partir de las carreras del SNEST 5.1 Aportación del perfil del egresado para el desarrollo sustentable 96 5.2 Análisis FODA en los casos regional y local 97
  • 4. Unidad 1. Impacto de las actividades humanas sobre el medio ambiente 1.1 Conceptos básicos de ecología y medio ambiente 1.1.1 Ecología y ciencias afines La ecología es el estudio de la relación entre los organismos y su medio ambiente físico y biológico. El medio ambiente físico incluye la luz y el calor o radiación solar, la humedad, el viento, el oxígeno, el dióxido de carbono y los nutrientes del suelo, el agua y la atmósfera. El medio ambiente biológico está formado por los organismos vivos, principalmente plantas y animales. El creciente interés de la opinión pública respecto a los problemas del medio ambiente ha convertido la palabra "ecología" en un término a menudo mal utilizado. Se confunde con los programas ambientales y la ciencia medioambiental. Aunque se trata de una disciplina científica diferente, la ecología contribuye al estudio y la comprensión de los problemas del medio ambiente. El término ecología comenzó a usarse durante la segunda mitad del siglo XIX. Henry Thoreau lo empleó durante 1858 en sus cartas, pero no lo definió; por lo que fue acuñado por el biólogo alemán Ernst Heinrich Haeckel en 1869. Deriva del griego oikos (hogar) y comparte su raíz con economía. Es decir, ecología significa el estudio de la economía de la naturaleza. En cierto modo, la ecología moderna empezó con Charles Darwin. Al desarrollar la teoría de la evolución, Darwin hizo hincapié en la adaptación de los organismos a su medio ambiente por medio de la selección natural. 1
  • 5. También hicieron grandes contribuciones naturalistas como Alexander von Humboldt, profundamente interesado en el cómo y el porqué de la distribución de los vegetales en el mundo. La ecología tiene sus raíces en la historia natural, que es tan antigua como la sociedad humana. Las tribus primitivas que dependían de la caza, la pesca y la recolección de alimentos, necesitaban conocimientos detallados acerca de dónde y cuándo encontrar sus presas. Tiempo después, el surgimiento de la agricultura y la ganadería hizo que aumentara la necesidad de aprender acerca de la ecología práctica de las plantas y los animales domésticos. Al comienzo del siglo XX la ecología ya estaba en camino de convertirse en una ciencia, al reconocer los problemas generales de las poblaciones y las comunidades. La ecología, aparte de sentar sus bases en la historia natural, se nutre de otras disciplinas como la demografía humana, la barometría (enfoque matemático), climatología, hidrología, física, química, geología y análisis de suelos. Para estudiar las relaciones entre organismos, la ecología recurre a ciencias tan dispares como el comportamiento animal, la taxonomía, la fisiología y las matemáticas. Son cuatro las disciplinas biológicas vinculadas estrechamente con la ecología: genética, evolución, fisiología y etología. • Genética. Estudio científico de cómo se transmiten los caracteres físicos, bioquímicas y de comportamientos de padres a hijos. • Evolución. Descendencia con modificaciones, proceso por el que todos los seres vivos de la tierra han divergido, por descendencia directa, a partir de un origen único que existió hace más de 3000 millones de años 2
  • 6. Fisiología. Estudio de los procesos físicos y químicos que tienen lugar en los organismos vivos durante la realización de sus funciones vitales. Estudia actividades tan básicas como la reproducción, el crecimiento, el metabolismo, la respiración, la excitación y la contracción, que se llevan a cabo dentro de las estructuras de las células, los tejidos, los órganos y los sistemas orgánicos del cuerpo. • Etología. Parte de la biología que estudia el comportamiento de los animales. 1.1.2 Ecosistemas Los ecólogos emplean el término ecosistema para indicar una unidad natural de partes vivientes o inertes, con interacciones mutuas para producir un sistema estable en el cual el intercambio de sustancias entre las plantas vivas e inertes es de tipo circular. Ecosistema es el sistema dinámico relativamente autónomo formado por una comunidad natural y su medio ambiente físico. El concepto, que empezó a desarrollarse en las décadas de 1920 a 1930, tiene en cuenta las complejas interacciones entre los organismos –plantas, animales, bacterias, algas, protozoos y hongos, entre otros- que forman la comunidad y los flujos de energía y materiales que la atraviesan. Un ecosistema puede ser tan grande como el océano o un bosque, o uno de los ciclos de los elementos, o tan pequeño como un acuario que contiene peses tropicales, plantas verdes y caracoles. Para calificarla de un ecosistema, la unidad ha de ser un sistema estable, donde el intercambio de materiales sigue un camino circular. Un ejemplo clásico de un ecosistema bastante compacto para ser investigado en detalle cuantitativo es una laguna o un estanque. La parte no viviente del lago comprende agua, oxígeno disuelto, bióxido de carbono, sales inorgánicas como fosfatos y cloruros de sodio, potasio y calcio, y muchos compuestos orgánicos. Los organismos vivos pueden subdividirse en productores, consumidores, y desintegradores según su papel, contribuyendo a conservar en función al ecosistema como un todo estable de interacción mutua. 3
  • 7. 1.1.2.1 Tipos de ecosistemas El concepto de ecosistema ha demostrado su utilidad en ecología. Se aplica, por ejemplo, para describir los principales tipos de habitáis del planeta. Los principales ecosistemas son: • Ecosistemas terrestres: árticos y alpinos, propios de regiones frías y sin árboles; bosques, que pueden subdividirse en un amplio abanico de tipos, como selva lluviosa tropical o pluvisilva, bosque mediterráneo perennifolio, bosques templados, boreales y bosques templados caducifolios; praderas y sabanas; y desiertos y ecosistemas semiáridos. • Ecosistemas de agua dulce: lagos, ríos y pantanos. • También hay ecosistemas híbridos, terrestres y de agua dulce, como las llanuras de inundación estacionales. • La gama de ecosistemas marinos es amplísima: arrecifes de coral, man- glares, lechos de algas y otros ecosistemas acuáticos litorales y de aguas someras, ecosistemas de mar abierto o los misteriosos y poco conocidos sistemas de las llanuras y fosas abismales del fondo oceánico. El término ecosistema puede también utilizarse para describir áreas geográficas que contienen un espectro amplio de tipos de habitáis mutuamente vinculados por fenómenos ecológicos. Así, la región del Serengeti-Seronera, en África oriental, 4
  • 8. una de las regiones salvajes más espectaculares del mundo, suele considerarse como un único ecosistema formado por distintos hábitats: llanuras herbáceas, sabana arbórea, espesuras, manchas de bosque, afloramientos rocosos (locamente denominados kopies o kopjes), ríos, arroyos y charcas estacionales. Asimismo, las zonas más productivas de los océanos se han dividido en una serie de grandes ecosistemas marinos que contienen hábitats muy variados. Son ejemplos de grandes ecosistemas marinos de características muy distintas: el mar Negro, el sistema formado por la corriente de Benguela, frente a la costa suroccidental de África, o el golfo de México. 1.1.3 Factores limitativos El mundo natural está en perpetuo estado de transformación. El cambio opera a todas las escalas de tiempo, desde las más cortas a las más largas. Los cambios a corto plazo, observables por las personas, suelen ser cíclicos y predecibles: noche y día, ciclo mensual de las mareas, cambio anual de las estaciones, crecimiento, reproducción y muerte de los individuos. A esta escala, muchos ecosistemas no expuestos a la acción humana parecen estables e invariables, en un estado de equilibrio natural. Cada vez es más evidente que esto no es así. Pero los cambios a largo plazo, los que actúan durante décadas, siglos, milenios y hasta decenas de millones de años, son más difíciles de seguir. La propia ecología es una ciencia con menos de un siglo de antigüedad, un simple guiño en la historia de la mayor parte de los ecosistemas naturales. Además, es evidente que casi todos estos cambios a largo plazo no son ni regulares ni predecibles. 5
  • 9. En conjunto, el clima es, sin duda, el factor más influyente a corto y mediano plazos. En tierra, temperatura, precipitación y estacionalidad son los tres factores que más afectan a la distribución de ecosistemas. Los cambios de cualquiera de ellos pueden tener consecuencias duraderas. En tiempos geológicos recientes, el ejemplo más visible de esto es, sin duda, la serie de glaciaciones que han ca- racterizado a gran parte de pleistoceno. Estos prolongados periodos de enfriamiento global han afectado profundamente a los ecosistemas de todo el mundo, provocando la invasión por los casquetes de hielo polares de regiones templadas y la contracción de los habitáis forestales húmedos en partes del trópico. A escalas temporales más cortas pueden también producirse alteraciones climáti- cas de influencia geográfica amplia. Uno de los ejemplos más espectaculares es la corriente El Niño, agua cálida que recorre periódicamente el Pacífico. Ejerce una influencia enorme sobre los ecosistemas marinos y provoca, por ejemplo, la muerte de arrecifes de coral en muchos lugares del Pacífico o la pérdida de productividad de las pesquerías del ecosistema de la corriente de Humboldt, frente a las costas de Perú y Chile. Ciertos episodios locales también afectan con fuerza a los ecosistemas: incendios, inundaciones y corrientes de tierras son fenómenos naturales que pueden tener repercusiones catastróficas a escala local. Este impacto no es necesariamente negativo: de hecho, muchos ecosistemas necesitan estas perturbaciones periódicas para mantenerse. Ciertos ecosistemas, una vez alcanzado el estado óptimo o clímax, son dependientes del fuego, ya que los incendios periódicos forman parte esencial del ciclo de crecimiento; estos ecosistemas son muy comunes en áreas semiáridas; como gran parte de Australia. 6
  • 10. A escalas de tiempo más prolongadas, los fenómenos geológicos y la evolución desempeñan una función crucial en el cambio de funcionamiento de los ecosistemas. La deriva continental altera, literalmente, la faz de la Tierra, destruye paisajes y crea otros nuevos, mientras que la evolución da lugar a nuevas formas de vida que, a su vez, pueden crear ecosistemas nuevos al tiempo que inducen la extinción de otras especies y la pérdida o transformación de los ecosistemas de los que formaban parte. Pero esto no significa que los ecosistemas naturales carezcan de continuidad. Mu- chos han demostrado elasticidad y persistencia enormes durante millones de años. Son ejemplo de ecosistemas que se han mantenido aparentemente estables durante mucho tiempo: las extensas llanuras del fondo oceánico, los ecosistemas de tipo mediterráneo del sur de África y el oeste de Australia y algunas áreas de selva tropical lluviosa o pluvisilva, como las del Sureste asiático continental o de las montañas del este de África. 1.1.4 Diversidad biológica La diversidad biológica o biodiversidad expresa la variedad o diversidad del mundo biológico. En su sentido más amplio, biodiversidad es casi sinónimo de vida sobre la Tierra. El término se acuñó en 1985 y desde entonces se ha venido utilizando mucho, tanto en los medios de comunicación como en círculos científicos y de las administraciones públicas. Se ha hecho habitual, por funcionalidad, considerar tres niveles jerárquicos de bio- diversidad: genes, especies y ecosistemas. 7
  • 11. Pero es importante ser consciente de que ésta no es sino una de las varias formas de evaluar la biodiversidad y que no hay una definición exacta del término ni, por tanto, acuerdo universal sobre el modo de medir la biodiversidad. El mundo biológico puede considerarse estructurado en una serie de niveles de organización de complejidad creciente; en un extremo se sitúan las moléculas más importantes para la vida y en el otro las comunidades de especies que viven dentro de los ecosistemas. Se encuentran manifestaciones de diversidad biológica a todos los niveles. Como la biodiversidad abarca una gama amplia de conceptos y puede considerarse a distintos niveles y escalas, no es posible reducirla a una medida única. En la práctica, la diversidad de especies es un aspecto central para evaluar la diversidad a los demás niveles y constituye el punto de referencia constante de todos los estudios de biodiversidad. 1.1.4.1 Diversidad de especies Al ser la unidad que más claramente refleja la identidad de los organismos, la especie es la moneda básica de la biología y el centro de buena parte de las investigaciones realizadas por ecologistas y conservacionistas. El número de especies se puede contar en cualquier lugar en que se tomen muestras, en particular si la atención se concentra en organismos superiores (como mamíferos o aves); también es posible estimar este número en una región o en un país (aunque el error aumenta con la extensión del territorio). Esta medida, llamada ri- queza de especies, constituye una posible medida de la biodiversidad del lugar y una base de comparación entre zonas. Es la medida general más inmediata de la biodiversidad. La riqueza de especies varía geográficamente: las áreas más cálidas tienden a mantener más especies que las más frías, y las más húmedas son más ricas que las más secas; las zonas con menores variaciones estacionales suelen ser más 8
  • 12. ricas que aquellas con estaciones muy marcadas; por último, las zonas con topografía y clima variados mantienen más especies que las uniformes. Pese a la importancia que tiene la especie, no hay todavía una definición inequívo- ca de este término. Se han usado criterios distintos para clasificar las especies en grupos de organismos diferentes (así, las especies de bacterias y las de aves se definen de manera muy distinta) y, con frecuencia, diferentes taxónomos aplican criterios distintos a un mismo grupo de organismos y, por tanto, identifican un número de especies diferentes. No obstante, no deben exagerarse estas diferencias; a muchos efectos, hay un acuerdo suficiente sobre el número de especies presente en grupos bien estudiados, como mamíferos, aves, reptiles o anfibios. 1.1.4.2 Diversidad genética Las diferencias entre organismos individuales tienen dos causas: las variaciones del material genético que todos los organismos poseen y que pasan de generación en generación y las variaciones debidas a la influencia que el medio ambiente ejerce sobre cada individuo. La variación heredable es la materia prima de la evolución y la selección natural y, por tanto, constituye en última instancia el fundamento de toda la biodiversidad observable actualmente. Depende en lo esencial de las variaciones que experimenta la secuencia de los cuatro pares de bases que forman los ácidos nucleícos, entre ellos el ácido desoxirribonucleico o ADN, base del código genético en la inmensa mayoría de los organismos. Los individuos adquieren nuevas variaciones genéticas por mutación de genes y cromosomas; en organismos que se reproducen sexualmente; estos cambios se difunden a la población por recombinación del material genético durante la división celular que antecede a la reproducción sexual. 9
  • 13. Las poblaciones que forman una especie comparten una reserva de diversidad ge- nética, aunque la herencia de algunas de tales poblaciones puede diferir sustancialmente de la de otras, en especial cuando se trata de poblaciones alejadas de especies muy extendidas. Si se extinguen poblaciones que albergan una proporción considerable de esta variación genética, aunque persista la especie, la selección natural cuenta con un espectro de variedad genética menor sobre el qué actuar, y las oportunidades de cambio evolutivo pueden verse relativamente mermadas. La pérdida de diversidad genética dentro de una especie se llama erosión genética, y muchos científicos se muestran cada vez más preocupados por la necesidad de neutralizar este fenómeno. 1.1.4.3 Diversidad de ecosistemas Éste es sin duda el peor definido de todos los aspectos cubiertos por el término biodiversidad. Evaluar la diversidad de los ecosistemas, es decir, la diversidad a escala de hábitat o comunidad, sigue siendo un asunto problemático. No hay una forma única de clasificar ecosistemas y hábitats. Las unidades principales que actualmente se reconocen representan distintas partes de un continuo natural muy variable. La diversidad de los ecosistemas puede evaluarse en términos de distribución mundial o continental de tipos de ecosistemas definidos con carácter general, o bien en términos de diversidad de especies dentro de los ecosistemas. Hay varios esquemas de clasificación mundial, que hacen mayor o menor hincapié en el clima, la vegetación, la biogeografía, la vegetación potencial o la vegetación mo- dificada por el ser humano. Estos esquemas pueden aportar una visión general de la diversidad mundial de tipos de ecosistemas, pero proporcionan relativamente poca información sobre diversidad comparativa dentro de los ecosistemas y entre ellos. La diversidad de ecosistemas suele evaluarse en términos de diversidad de 10
  • 14. especies. Aquellos pueden abarcar la evaluación de su abundancia relativa; desde este punto de vista, un sistema formado por especies presentes con abundancia más uniforme se considera más diverso que otro con valores de abundancia extrema. 1.1.5 Recursos naturales Se le denomina recurso natural a cualquier forma de materia o energía que existe de modo natural y que puede ser utilizada por el ser humano. Los recursos naturales pueden clasificarse por su durabilidad, dividiéndose en renovables y no renovables. Los primeros pueden ser explotados indefinidamente, mientras que los segundos son finitos y con tendencia inexorable al agotamiento. 1.1.5.1 Recursos renovables Los recursos renovables son aquellos que tienen la capacidad de formarse nuevamente aunque en un lapso considerablemente largo; por ejemplo, bosques, pastizales. Otro tipo de recursos renovables son la radiación solar, las mareas, vientos, etc. El carácter renovable de un recurso se puede matizar: existen recursos renovables que son por definición inagotables a escala humana, como la energía solar, la eólica, o la energía de las mareas ya que, por intensivo que sea su uso, siempre están disponibles de modo espontáneo. Pero entre estos recursos hay algunos cuya disponibilidad depende del grado de utilización de los mismos, ya que éste marca el ritmo de recuperación del recurso. Entre estos últimos se encuentran los recursos hidráulicos continentales, ya sean para consumo directo o para la 11
  • 15. producción de energía: los embalses sólo pueden almacenar una cantidad finita de agua que depende de las aportaciones naturales a la cuenca, que se renueva periódicamente, y que marca el ritmo de utilización máxima a que se puede llegar antes de agotar el recurso y tener que abandonar el uso hasta su recuperación. Algo parecido ocurre con los recursos madereros, ya que los bosques y plantaciones forestales, donde se encuentran los árboles que son materia prima para la construcción y para la elaboración de papel, no deben ser explotados a un ritmo que supere su capacidad de regeneración. 1.1.5.2 Recursos no renovables Los recursos no renovables son los que no pueden recuperarse rápidamente. Estos se forman a través de millones de años, por lo que su reposición es imposible durante el tiempo de vida humana. Si se explotan de manera indis- criminada terminarán por agotarse. Los recursos naturales no renovables son los recursos mineros, entre los que se puede contar también a los combustibles fósiles (el carbón o el petróleo). Existen en la corteza terrestre cantidades finitas de estos materiales que pueden ser aprovechados por el ser humano; esta disponibilidad limitada implica la necesidad de buscar sistemas de reciclado de materiales, de ahorro y alternativas a su uso (especialmente en el caso de los combustibles, que no pueden ser reciclados) que no comprometan el desarrollo y la calidad de vida de las sociedades humanas. 12
  • 16. 1.2 Concepto básico de impacto ambiental 1.2.1 Definición y clasificación Impacto ambiental es un evento o efecto que resulta de una acción previa y que contiene componentes espaciales y temporales. Por esto, también puede definirse como el cambio en un parámetro ambiental, sobre un periodo de tiempo específico y dentro de un área definida, originado en una actividad, respecto a la situación que se tendría si no hubiera ocurrido esa actividad. Es decir, el impacto de un proyecto sobre el medio ambiente es la diferencia entre la situación del medio ambiente futuro modificado, tal y como se manifestaría como consecuencia de la realización del proyecto, y la situación del medio ambiente futuro tal como habría evolucionado normalmente sin la realización de dicho proyecto (la alteración neta positiva o negativa en la calidad de vida del ser humano, resultante de una actuación en función del tiempo). Se dice que hay impacto ambiental cuando una acción o actividad produce una alteración favorable o desfavorable en el medio o en algunos de los componentes del medio; esta acción puede ser un proyecto de ingeniería, un programa, un plan, una ley o una disposición administrativa con implicaciones ambientales. 13
  • 17. 1.2.2 Impactos sobre la fauna y la flora Los impactos ambientales son los efectos que sobre estos elementos del ambiente tiene una determinada acción o actividad. Todas nuestra acciones, como las de cualquier ser vivo, tiene impactos sobre le ambiente. Al comprar un producto, al desecharlo o re-ciclarlo, al plantar un árbol de una determinada especie, al caminar o trasladarnos a través de algún medio de transporte, al cultivar la tierra, al respirar... siempre al hacer algo estamos produciendo algún impacto ambiental. Debido a que frecuentemente somos testigos de la degradación de nuestro ambiente, casi siempre concebimos los impactos ambientales como negativos. No obstante, existen también impactos positivos. Plantar árboles autóctonos suele tener impactos positivos sobre la fauna y flora de lugar. Muchas veces una acción tiene efectos positivos sobre determinados elementos del ambiente y negativos sobre otros. La construcción de un complejo habitacional puede resolver el pro- blema de la vivienda de numerosas familias, pero impactar negativamente sobre aspectos culturales o estéticos. Además de su carácter negativo o positivo, un impacto puede ser más o menos grave, temporal o permanente, reversible o irreversible, de alcance local, regional o global. Del mismo modo que solemos restringir el uso del concepto de impacto ambiental a los impactos negativos, generalmente utilizamos la noción de impacto ambiental para referirnos a los efectos que producen sobre el ambiente determinadas acciones o actividades que, por su magnitud o naturaleza, son consideradas como de alto o relevante impacto ambiental. Casi siempre nos referimos a proyectos. Algunos ejemplos de éstos son la construcción de autopistas, aeropuertos, represas, grandes centros comerciales y edificios; la instalación de industrias contaminantes, el trazado de líneas eléctricas de alta tensión y de gasoductos, los 14
  • 18. proyectos de explotación minera. En la siguiente tabla se dan ejemplos de los impactos que este tipo de proyectos pueden tener sobre el ambiente. 1.2.3 Impactos sobre aire, agua y suelo En los estudios de impacto ambiental se evalúa el grado de afectación o mejora que pueden tener los proyectos sobre las condiciones ambientales de su área de influencia y sus resultados son determinantes para que las autoridades tomen la decisión de aprobar o rechazar el desarrollo del mismo. El análisis del impacto del proyecto sobre el agua tienen como objetivo determinar los posibles efectos negativos o positivos del proyecto sobre la calidad y cantidad del recurso, así como la potencialidad de amenazas naturales que las características hidrológicas del área tendrían sobre el propio proyecto que se analiza. También debe incluir análisis de los potenciales efectos que el proyecto tiene sobre componentes ambientales como aire y suelo. 1.2.4 Impactos sociales y culturales En toda actividad de desarrollo es fundamental llevar a cabo un control exhaustivo acerca de los impactos ambientales y sociales que se vayan produciendo, comparando los estados o las modificaciones que se efectúan en el ecosistema. Los estudios de impacto ambiental procuran identificar, predecir y evaluar los efectos de una actividad en el medio biogeofísico, la salud y el bienestar humano. 15
  • 19. El objetivo básico es evitar posibles errores y daños ambientales, muchas veces irremediables o costosos de corregir. Estas medidas de vigilancia ambiental fomentan además un control de las acciones propuestas para evitar o minimizar los impactos ambientales y sociales y permiten evaluar los procesos de ejecución y verificar que el grado de incidencia sea el previsto y no rebase los niveles permisibles. Estas medidas de vigilancia ambiental fomentan además un control de las acciones propuestas para evitar o minimizar los impactos ambientales y sociales permite evaluar los procesos de ejecución y verificar que el grado de incidencia sea el previsto y no rebase los niveles permisibles. Desde el punto de vista social, la evaluación de impactos puede prevenir la des- trucción de riquezas culturales y promover la participación pública en los procesos de decisión, puesto que las partes afectadas pueden utilizar los estudios de impacto como un instrumento de negociación y control conduciente a un consenso social. 16
  • 20. 1.3 Actividades antropogénicas; historia y consecuencias 1.3.1 El medio ambiente como proveedor de alimentos, salud y energéticos La erradicación de la pobreza representa el mayor desafío del mundo actual y es requisito indispensable para lograr el desarrollo sustentable, en particular para los países en desarrollo. Si bien cada país es el principal responsable de su propio desarrollo sustentable y de la erradicación de su propia pobreza, y si bien no debe subestimarse el rol de las políticas nacionales y de las estrategias de desarrollo, hacen falta medidas concertadas y concretas para que los países en desarrollo puedan alcanzar los objetivos de desarrollo sustentable relacionados con los objetivos y metas convenidos internacionalmente con relación a la pobreza. Si es utilizado aprovechando sus recursos el medio ambiente aumenta la dispo- nibilidad y accesibilidad económica de los alimentos y energéticos, incluso mediante la tecnología y la gestión agrícola y alimenticia y mediante sistemas de distribución equitativos y eficientes, promoviendo, por ejemplo, asociaciones basadas en la comunidad que pongan en contacto a la población urbana y rural con las empresas; aumentando el nivel de vida y de salud. 1.3.2 Impacto de la agricultura Este punto sólo se considera como recomendación. Los productores deben entender y evaluar el impacto que causan sus actividades en el ambiente. Además, considerar cómo fomentar la flora y fauna de su predio. La función principal de este punto es crear conciencia y sensibilidad en el productor en lo que se relaciona con la biodiversidad y el medio ambiente. Implica, además, el 17
  • 21. compromiso para implementar manejos que puedan fomentar la biodiversidad en el predio. 1.3.3 Impacto de la industrialización Hay cosas que toman su tiempo, algunas posiblemente demasiado. En 1992, un total de 162 gobiernos firmaron la Convención Marco sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas, incluido Estados Unidos. En el documento se advierte de no causar peligrosos desequilibrios en el sistema climático. Pero, ¿qué significa peligro?, ¿comenzar a tener consecuencias catastróficas tanto para las socie- dades del planeta como para los ecosistemas? No es una pregunta fácil de responder. Ni para los científicos y menos aún para los políticos, como lo demostró la pelea eterna por el Protocolo de Kioto. The day after 2050 En la conferencia internacional sobre medio ambiente celebrada del 1 al 3 de febrero en Exeter (suroeste de Inglaterra), 200 expertos intentaron encontrar una respuesta. La conferencia fue parte de los esfuerzos del Reino Unido de aprovechar su presidencia, este año, del G-8 (los países más ricos y Rusia), para llamar la atención del mundo sobre el cambio climático. Las expectativas no son muy alentadoras. Según varios estudios científicos las temperaturas pueden aumentar hasta finales del siglo entre 1.4 y 5.8 grados con respecto a 1990. En consecuencia, el nivel del mar subiría entre 9 y 88 centímetros. 18
  • 22. Los efectos que tendría un calentamiento de sólo un grado ya son alarmantes. Bill Hare, del Instituto para la Investigación del Impacto Climático en Potsdam, Alemania, afirmó en la conferencia que a medida que el clima cambie los ecosistemas frágiles podrían derrumbarse, llevándose con ellos a sus habitantes. El calentamiento del planeta provocaría el desplazamiento de más de 150 millones de personas para el año 2050, causado principalmente por inundaciones o se- quías. Frenar las emisiones de dióxido de carbono Hare recomienda atenerse a la recomendación de la Unión Europea de intentar que el planeta no se caliente más que 2 grados sobre el nivel imperante antes de la industrialización. Más fácil decir que hacer. Desgraciadamente, nuestro planeta se calentó 0.6 grados desde la industrialización. Es decir, ya sólo queda un margen de 1.4 grados. Las emisiones de dióxido de carbono son indudablemente una de las principales causas de calentamiento. Sin embargo, existen demasiados factores que influyen en el sistema climático. Echar simplemente unas cuentas y determinar exactamente la cantidad de dióxido de carbono que nos podríamos permitir no es tan fácil, asegura Stefan Rahmstorf, otro experto del Instituto para la investigación del Impacto Climático en Postdam. Para detener el calentamiento sería necesario rebajar la emisión global de dióxido de carbono en 60%, dice Rahmstorf. "Tenemos que darle fuerte al freno". 19
  • 23. 1.3.4 La población humana Los ecosistemas cuentan con mecanismos para equilibrar su desarrollo y funcionamiento en condiciones naturales. Los bosques, por ejemplo, tardan en ocasiones varios siglos para instalarse establemente en una determinada zona, en ellos podemos encontrar diferentes poblaciones que regulan su desarrollo e influencia en función de las demás y de los recursos y condiciones ambientales. En épocas remotas, fenómenos climáticos han cambiado las condiciones en esos ecosistemas y muchas especies han sido eliminadas. Los grandes reptiles, por ejemplo, desaparecieron en un lapso muy corto de tiempo en grandes zonas del mundo, y el espacio que dejaron fue llenándose poco a poco por la intromisión de otras especies que resultaron beneficiadas con su desaparición. Muchos de los fenómenos naturales que han actuado en otros tiempos lo hacen aún en nuestros días, sumando su efecto transformador al que ejerce el hombre sobre el medio ambiente. No obstante, la explotación que hace el hombre del medio ambiente adquiere día a día una mayor envergadura. La velocidad con la que consume los recursos naturales supera en la mayoría de los casos la velocidad con que el recurso se regenera, ocasionando un deterioro creciente. El mismo comportamiento poblacional del hombre es un factor de cambio. Cada hora nacen más de 11,000 personas, cada año la población se incrementa en alrededor de 100 millones. Dentro de 100 años la Tierra habrá superado probablemente los 10,000 millones de habitantes y tal vez los recursos para ali- 20
  • 24. mentarios puedan cubrir sus necesidades mínimas, sin embargo ¿cuál será el costo para el ambiente? Según algunos investigadores, si todos los seres humanos fuésemos vegetarianos y compartiéramos la comida por igual, es probable que pudiera mantenerse una población total, con un buen nivel alimenticio, cercana a los 6,000 millones de personas. Mientras que si la dieta se complementara con un 25% de proteínas de origen animal, sólo podría mantenerse a la mitad de esta población ideal. La explosión demográfica debe ser un asunto de seguridad mundial. La disponibili- dad de recursos, la producción de alimentos, la contaminación, el calentamiento global, la lluvia ácida, la destrucción de la capa de ozono, entre muchos otros hechos, nos debe poner a pensar al respecto. No debemos esperar a que las catástrofes generadas por el deterioro ambiental que estamos produciendo sean las que tomen la decisión de frenar la explosión demográfica; tenemos conciencia y formas inteligentes para conocer el peligro y buscar alternativas que contribuyan a que todos los seres que ocupamos la Tierra tengamos una buena calidad de vida. En el caso específico de México, la situación no es mejor. La concentración de ha- bitantes en zonas urbanas y el abandono de muchas otras áreas han producido un desequilibrio notable. Para tener una idea más precisa de lo que ha venido significando el crecimiento de las zonas urbanas y la transformación de la naturaleza, conviene ver Contaminación de la atmósfera y contaminación del agua. Antes que los españoles conquistaran nuestras tierras, había también núcleos de alta concentración poblacional; tan sólo el Valle de México tenía más de 200, 000 habitantes a su llegada. No obstante, la falta de tecnologías que transformaran drásticamente el ambiente y el desarrollo de un estilo de vida más cercano a las condiciones naturales producían un deterioro en menor escala. 21
  • 25. Algunos investigadores sostienen que los habitantes de la región de Mesoamérica habían desarrollado una cultura de respeto y comunión con la naturaleza. Otros discrepan y consideran que los mayas, por ejemplo, sobreexplotaron su medio ambiente y ello los llevó a la crisis. La práctica de monocultivos y el desmonte de tierras vírgenes fueron, tal vez, prácticas que deterioraron significativamente el medio. Sea cual fuere el estilo de vida de nuestros ancestros, hoy podemos ver que las comunidades indígenas tienen un efecto menos devastador para su entorno que las comunidades urbanas y suburbanas. Actualmente la especie humana consume 40% del crecimiento vegetal total del planeta, mientras que la otras especies -alrededor de 30 millones- depende del 60% restante; si consideramos que la población humana se duplica en pocos años, ¿cómo podríamos sobrevivir en esas condiciones, y qué pasará con las demás especies con las que compartimos la biosfera? Hoy se explotan intensamente alrededor de 70 especies marinas, las cuales se re- producen más lentamente que lo que se pescan y se encuentran en riesgo de extinción si no se frena su explotación. En nuestros días se cortan 10 veces más árboles que los que se pueden regenerar y los bosques están reduciéndose y desapareciendo en toda la esfera terrestre. Tan sólo entre 1990 y 1995 desaparecieron 65 millones de hectáreas de bosques (más de 5 millones de hectáreas por año), debido a la tala, la quema para obtener zonas de cultivo, los incendios descontrolados y la expansión de la man- cha urbana. 22
  • 26. La producción de alimentos mediante los métodos tradicionales ocasiona serias al- teraciones ambientarles como erosión, salinización del suelo, desertificación y muchos otros. Lograr un cambio en las técnicas de cultivo no es sólo un reto de tipo instrumental o de métodos, sino que significa fundamentalmente un cambio en la manera de ser y de pensar del hombre de nuestro tiempo. La producción agrícola está íntimamente ligada, dentro de un sistema de economía de libre mercado, a las ganancias que produce. Para que un agricultor se decida a producir por métodos no convencionales, debe convencérsele por el lado de las ganancias. El mercado no ofrece protección ambiental y la delimitación de las ganancias que se pueden o se deben obtener, casi nunca se define por el deterioro que puede producir o el cuidado que se puede ofrecer al ambiente. Dar un verdadero valor a la diversidad genética, a la conservación del suelo y de la calidad de agua, deben ser factores básicos que se contemplen en el desarrollo de la política agraria de cualquier país. La urgencia del desarrollo de nuevas estrategias agrarias deberá ir aparejada de nuevas estrategias para conservar el ambiente. La desertificación de las que alguna vez fueron zonas fértiles está asociada a diversos factores. El pastoreo y sobrepastoreo que se hace en algunas zonas marginales a los grandes desiertos, contribuyen a que estas zonas relativamente estériles se extiendan, con la consecuente modificación del clima, erosión del suelo y disminución de la disponibilidad de agua. En ciertas zonas de África próximas al río Nilo, en Nepal, en la India y en la cordillera de los Andes, en Sudamérica, este proceso está confinando a la pérdida de grandes extensiones. 23
  • 27. La salinización es otro de los factores que conducen a la desertificación. Cuando las zonas son regadas con agua que tiene altos contenidos de sales y las tierras tienen un mal drenaje para eliminar los residuos, las sales se acumulan en el suelo y dañan a las plantas. Según algunos estudios, en ciertas zonas el agua puede contener hasta 3.5 toneladas de sal por cada 1000 metros cúbicos, si los cultivos de regadío pueden ocupar hasta 9500 m3 de agua al año, el suelo puede estar recibiendo cerca de 33 toneladas de sal en ese mismo lapso. Muchas de las regiones originalmente destinadas a la agricultura van siendo incorporadas a las grandes manchas urbanas que generan las grandes ciudades a su alrededor. El crecimiento de las ciudades modifica el uso de suelo y reduce las superficies cultivables. La conversión de zonas de cultivo en áreas urbanas supone un mayor gasto de agua y de producción de desechos. El agua utilizada en estas zonas merma la cantidad que puede utilizarse con fines de cultivo. Otro de los factores que afectan la producción agrícola está relacionado con la dis- minución, y a veces hasta la pérdida, de la diversidad genética. La práctica de los monocultivos (sobreexplotación con un solo cultivo) produce serios estragos. El uso de un solo tipo de semilla para la producción, por un lado, expone a las cosechas a ciertos peligros como la invasión de alguna plaga que ataque y acabe con toda la cosecha. Utilizar una sola variedad por largos lapsos y en amplias zonas puede conducir a la quiebra de un momento a otro. Otro de los efectos de esta práctica está relacionado con la sobreexplotación de ciertos recursos del suelo, ya que ciertas plantas extraen preferentemente un cierto tipo de sales y pueden llegar a agotarlas en la tierra. En ese caso se recurre al uso de fertilizantes, con la consecuente degradación ambiental. 24
  • 28. Reducir la agricultura a unos cuantos productos atenta contra la diversidad. En al- gunas regiones la hambruna llega a tal grado que la producción agrícola no es suficiente para cubrir las necesidades mínimas, y la semilla que se debiera guardar para volver a sembrar es también consumida. Otras veces, el volumen de semilla que se guarda es tan reducido que, si aparece algún imprevisto esto puede acabar por completo con una determinada variedad. La tala de bosques para destinar estos terrenos a la agricultura y al pastoreo ocasiona problemas relacionados por la modificación del clima, la erosión del suelo, la pérdida de nicho ecológico para muchas especies, la alteración del equilibrio gaseoso y, finalmente, el desajuste de los ciclos biogeoquímicos, as- pectos que ya hemos analizado anteriormente. Un método para ampliar zonas de cultivo, ampliamente difundido, consiste en la quema de amplias zonas de selva y bosque. El uso de pesticidas o plaguicidas y de fertilizantes son elementos adicionales para comprender que no se trata sólo de dar de comer a los 10 mil millones de habitantes que pronto alcanzará nuestro planeta, sino de encontrar las formas para que esto sea viable sin sacrificar el medio natural. Por otra parte, los beneficios del desarrollo de la tecnología nos permiten conocer mejor los procesos que ocurren en la naturaleza y contar con elementos para ofrecer mejores alternativas; sin embargo, es la misma tecnología la que nos ha permitido tener sistemas más eficaces de captura, aumentando nuestro poder como depredadores del medio ambiente. 1.3.5 Impacto de la urbanización La continua extensión de las periferias urbanas y el progresivo abandono de sus cascos históricos, es cualquier cosa menos sostenible, y tampoco tiene mucho de 25
  • 29. racional ni meditado. Lamentablemente, esto es una constante en nuestra ordenación del territorio y, por tanto, de la expresión espacial de la política económica, social, cultural y ecológica de nuestra sociedad. Cualquier sistema que pretenda la gestión sostenible del territorio debería proscribir la vulgar aceptación de urbanizar, puesto que es una actividad que causa desmedido impacto ambiental, al consistir básicamente en eliminar suelo rústico mediante un desproporcionado consumo de recursos escasos. Es por ello que dentro de un marco económico que tenga la pretensión de perdu- rar, la única propuesta urbanística sensata consiste en limitar drásticamente la expansión del suelo urbano y mejorar la gestión y calidad del existente, conservándolo y rehabilitándolo con materiales y técnicas que causen mínimo impacto ambiental. Tanto la urbanización como los efectos agrícolas pueden ser consistentes con el aumento general de la temperatura mínima y la ligera disminución en la temperatura máxima. Los cambios actuales en la temperatura pueden parecer pequeños, pero cuando cambios pequeños en la temperatura promedio perduran por un largo tiempo, pueden provocar cambios dramáticos en el clima. 1.3.6 Crecimiento económico El crecimiento económico y la protección ambiental son aspectos complementarios. Sin una protección adecuada del medio ambiente, el 26
  • 30. crecimiento se vería menoscabado y sin crecimiento fracasa la protección ambiental. El crecimiento económico -concebido como aumento sostenido de los recursos disponibles para satisfacer las necesidades de la sociedad- establece el contexto más adecuado para enfrentar los problemas ambientales. Habitualmente, el mayor obstáculo para superar problemas ambientales tan comunes como la contaminación del agua y del aire, es, sencillamente, la falta de recursos. No obstante, el crecimiento económico por sí solo no basta, ya que algunas de sus modalidades son perjudiciales para el medio ambiente, en especial cuando el costo de las actividades contaminantes no recae plenamente en quienes las realizan. En esos casos; la respuesta apropiada es mejorar las modalidades de crecimiento económico y no desechar el crecimiento como objetivo. La pobreza puede agravarse por los problemas ambientales y viceversa. Puede combinarse, por ejemplo, con las presiones demográficas, provocando una explotación ineficiente e insostenible de los bosques y otros recursos naturales. Del mismo modo, muchos problemas ambientales pueden afectar gravemente a los pobres. Éstos, que en general viven en zonas menos favorecidas, pueden ser los más afectados por la contaminación del aire y el agua y por los efectos de los desastres naturales. Idealmente, el medio ambiente se ve favorecido por los círculos virtuosos en que un crecimiento económico sostenible reduce la pobreza, incrementa los recursos disponibles para mejorar el medio ambiente y, a su vez, se ve reforzado por esas tendencias. 27
  • 31. Unidad 2. Valores y ética ambiental 2.1 Sistema de valores 2.1.1 Definición de valores y sus características Cuando hablamos de valor generalmente nos referimos a las cosas materiales, espirituales, instituciones, profesiones, derechos civiles, etc., que permiten al hombre realizarse de alguna manera. El valor es, entonces, una propiedad de las cosas o de las personas. Todo lo que es, por el simple hecho de existir, vale. Un mismo objeto (persona o cosa) puede poseer varios tipos de valores, por ejemplo, un coche puede ser útil además de bello. El valor es pues captado como un bien, ya que se le identifica con bueno, con lo perfecto o con lo valioso. El mal es, entonces, la carencia o la ausencia de bien. Se llama mal al vacío, es decir, a lo que no existe. Por ejemplo, el agujero en el pantalón es la falta o ausencia de tela. Existen dos tipos de bienes; los útiles y los no útiles: Un bien útil se busca porque proporciona otro bien, es el medio para llegar a un fin. Por ejemplo, si voy a comprar un coche para poder ir al trabajo (utilidad) busco un coche de buena marca, de buen precio, que me sirva para mi fin, ir al trabajo. Un bien no útil, por el contrario, es el que se busca por sí mismo. Por ejemplo, las personas son bienes no útiles, porque valen por sí mismas, por el hecho de existir como seres humanos, tienen dignidad y no pueden ser usadas por los demás. Los valores valen por sí mismos, se les conozca o no. Van más allá de las personas, es decir, trascienden, por lo que son y no por lo que se opine de ellos. Todos los valores se refieren a las necesidades o aspiraciones humanas. Las personas buscamos satisfacer dichas necesidades. Las características de los valores son: • Independientes e inmutables: son lo que son y no cambian, por ejemplo: la justicia, la belleza, el amor. • Absolutos: son los que no están condicionados o atados a ningún hecho social, histórico, biológico o individual. Un ejemplo puede ser los valores como la verdad o la bondad. 28
  • 32. • Inagotables: no hay ni ha habido persona alguna que agote la nobleza, la sinceridad, la bondad, el amor. Por ejemplo, un atleta siempre se preocupa por mejorar su marca. • Objetivos y verdaderos: los valores se dan en las personas o en las cosas, independiente que se les conozca o no. Un valor objetivo siempre será obligatorio por ser universal (para todo ser humano) y necesario para todo hombre; por ejemplo, la sobrevivencia de la propia vida. Las valores tienen que ser descubiertos por el hombre y sólo así es como puede hacerlos parte de su personalidad. • Subjetivos: los valores tienen importancia al ser apreciados por la persona; su importancia es sólo para ella, no para los demás. Cada cual los busca de acuerdo con sus intereses. • Objetivos: los valores son también objetivos porque se dan indepen- dientemente del conocimiento que se tenga de ellos. Sin embargo, la valo- ración es subjetiva, es decir, depende de las personas que lo juzgan. Por esta razón, muchas veces creemos que los valores cambian, cuando en realidad lo que sucede es que las personas somos quienes damos mayor o menor importancia a un determinado valor. • Bipolares: Se manifiestan en una doble polaridad: bueno-malo, belleza- fealdad, útil-inútil, heroico-cobarde. • Transcienden a los hechos: Existen actos bondadosos o heroicos, pero el heroísmo, como la bondad, existe esperando que alguien lo haga realidad. Los valores se depositan en hechos, objetos y acciones, por eso hablamos de su realización. • Los valores exigen su realización: Los valores existen por sí mismos, pero requieren de actos humanos para su realización. También los valores admiten cierta clasificación: • Valores vitales: Los seres humanos tenemos, como los animales, instintos de conservación y de supervivencia. La esencia de los valores vitales es la protección de la vida. • Valores económicos: Los aspectos económicos están presentes cuando nos referimos a la abundancia o a la escasez; caro o barato, necesario o superfluo, La esencia del valor económico es la búsqueda de la seguridad. • Valores intelectuales: Verdad o falsedad, cierto o probable, subjetivo u objetivo, son categorías para estos valores. La esencia de valor intelectual es la búsqueda de la verdad. 29
  • 33. • Valores estéticos: Belleza o fealdad. En nuestro agrado o desagrado hacia las manifestaciones artísticas se da nuestra interpretación de lo estético. La esencia del valor estético es la búsqueda de la belleza. • Valores éticos: Justo o injusto, honesto o deshonesto, respecto a uno mismo y a los demás, o agresión, suponen la realización de lo ético a fin de entender la vida en función de derechos y obligaciones. Tendencia a un deber ser. La esencia del valor ático es la búsqueda del bien. • Valores religiosos: Sagrado o profano, terrenal o místico, afán de inter- pretar las existencia en función de un significado espiritual. La esencia del valor religioso es la búsqueda de la trascendencia. • Valores sociales: Democracia o tiranía, soledad o convivencia, egoísmo o solidaridad, orden jurídico o anarquía. 2.1.2 Valores y principios En sentido ético o moral llamamos principio a aquel juicio práctico que deriva inmediatamente de la aceptación de un valor. Del valor más básico (el valor de toda vida humana, de todo ser humano, es decir, su dignidad humana), se deriva el principio primero y fundamental en el que se basan todos los demás: el respeto que merece todo ser humano por el mero hecho de pertenecer a la especie humana; es decir, por poseer dignidad humana. Principios derivados de la dignidad humana La primera actitud que sugiere la consideración de la dignidad de todo ser humano es la de que por ser tan valioso merece ser respetado y nunca debe ser manipulado y tratado como una cosa, como un medio a utilizar para lograr nuestros fines personales. Principio de respeto «En toda acción, en todo fin y en todo medio, trata siempre a cada uno con el respeto que le corresponde por su dignidad y valor como persona». Todo ser humano tiene dignidad y valor inherentes, sólo por su condición básica de ser humano. El valor de los seres humanos difiere del que poseen los objetos que usamos. Las cosas tienen un valor de intercambio. Son reemplazables. Los seres humanos, en cambio, tienen valor ilimitado puesto que, como sujetos ca- paces de elegir, son únicos e irreemplazables. El respeto al que se refiere este principio no es la misma cosa que se significa cuando uno dice "Ciertamente yo respeto a esta persona", o "Tienes que hacerte merecedor de mi respeto". Estas son formas especiales de respeto, similares a la 30
  • 34. admiración. El principio de respeto supone un respeto general que se debe a todas las personas. Dado que los seres humanos son libres, en el sentido de que son capaces de efectuar elecciones, los seres humanos deben ser tratados como fines, y no únicamente como meros medios. En otras palabras: los seres humanos no deben ser utilizados y tratados como objetos. Las cosas pueden manipularse y usarse, pero la capacidad de elegir propia de un sujeto debe ser respetada. Un criterio fácil que puede usarse para determinar si uno está tratado a alguien con respeto consiste en considerar sí la acción que va a realizar es reversible. Es decir: ¿querrías que alguien te hiciera a ti la misma cosa que tú vas a hacer a otro? Esta es la idea fundamental contenida en la regla de oro: ''Traía a los otros tal como querrías que ellos te trataran a ti". El respeto es un concepto rico en contenido. Contiene la esencia de lo que se refiere a la vida moral. Sin embargo, la idea es tan amplia que en ocasiones es difícil saber cómo puede aplicarse a un caso particular. Por eso, resulta de ayuda derivar del principio de respeto otros principios menos básicos." Vale la pena hacer notar que, en ética aplicada, cuando más concreto es el caso, más puntos muestra en los que puede originarse controversia. En esta área, la mayor dificultad reside en aplicar un principio abstracto a las particularidades de un caso dado. En consecuencia, convendrá disponer de formulaciones más específicas del principio general de respeto. Entre estos principios están los de no malevolencia y de benevolencia, y el principio de doble efecto. Principios de no-malevolencia y de benevolencia «En todas y en cada una de tus acciones, evita dañar a los otros y procura siempre el bienestar de los demás». Principio de doble efecto «Busca primero el efecto beneficioso. Dando por supuesto que tanto en tu actuación como en tu intención tratas a la gente con respeto, asegúrate de que no son previsibles efectos secundarios malos desproporcionados respecto al bien que se sigue del efecto principal». El principio de respeto no se aplica sólo a los otros, sirio también a uno mismo. Así, para un profesional, por ejemplo, respetarse a uno mismo significa obrar con integridad. Principio de integridad «Compórtate en todo momento con la honestidad de un auténtico profesional, tomando todas tus decisiones con el respeto que te debes a ti mismo, de tal modo que te hagas así merecedor de vivir con plenitud tu profesión». 31
  • 35. Ser profesional no es únicamente ejercer una profesión sino que implica realizarlo con profesionalidad, es decir: con conocimiento profundo del arte, con absoluta lealtad a las normas deontológicas y buscando el servicio a las personas y a la sociedad por encima de los intereses egoístas. Otros principios básicos a tener presentes son los de justicia y utilidad. Principio de justicia «Trata a los otros tal como les corresponde como seres humanos; sé justo, tratando a la gente de forma igual. Es decir: tratando a cada uno de forma similar en circunstancias similares». La idea principal del principio de justicia es la de tratar a la gente de forma apro- piada. Esto puede expresarse de diversas maneras, ya que la justicia tiene diversos aspectos. Estos aspectos incluyen la justicia sustantiva, distributiva, conmutativa, procesal y retributiva. Principio de utilidad «Dando por supuesto que tanto en tu actuación como en tu intención tratas a la gente con respeto, elige siempre aquella actuación que produzca el mayor beneficio para el mayor número de personas". El principio de utilidad pone énfasis en las consecuencias de la acción. Sin embargo, supone que has actuado con respecto a las personas. Si tienes que elegir entre dos acciones moralmente permisibles, elige aquella que tiene mejor resultado para más gente. 2.1.3 La educación en valores Si los valores responden a necesidades humanas y son expresión de condiciones socio -históricas determinadas, la educación en valores tiene que resolver qué valores deben priorizarse y que van a ser la columna en la que descansen los demás. La UNESCO consideró que había que incluir nuevos valores, además de los que conocemos, como son los referidos a la diversidad de culturas, la protección de la calidad del medio ambiente y la prevención de efectos nocivos a largo plazo como producto de la actividad humana. La escuela tiene competidores eficaces en el mundo de la televisión y la publicidad, entre los cuales están la filosofía del éxito, de la competencia, del individualismo, del consumo, de la apariencia, de la violencia, etc. Es decir, si la educación quiere cumplir con su función debe brindar a los alumnos criterios para descifrar el significado de lo que percibe y ponerlo al servicio de los auténticos valores humanos. 32
  • 36. Adjunto a su historial visible y explícito, la escuela "tiene un historial oculto e invisible inmediato, expresado en sus actividades, en su forma de organización, en sus servicios, etc.; si la escuela se propone educar en valores tiene que empezar analizando sus antecedentes, desactivando todo aquello que contribuye a la formación de desvalores. Para educar en valores, lo primero que tiene que hacer la escuela es constituirse ella misma en un mundo de justicia, de armonía, igualdad, respeto y tolerancia; difícilmente se puede educar a los alumnos en valores en el marco de una institución que no los practica. Es decir, en valores de nada sin/e el discurso si éste no está acompañado de una práctica coherente (de no ser así hace mucho tiempo que se hubiera solucionado el problema de los valores); el alumno interioriza los valores no porque los puede definir bien, sino porque vive en un contexto donde se practican los mismos. Lo difícil a nivel educativo no son las propuestas teóricas sino las acciones concretas. Muchos centros educativos tienen proyectos alternativos donde hay declaraciones razonables respecto a los valores que el centro propugna, pero parten de una consideración desigual de los derechos del alumno, de su plana jerárquica y de los profesores. Generalmente las incoherencias entre lo que se dice y lo que se hace son los peores modelos educativos, e inducen a la práctica de desvalores, poniendo en primer plano la simulación, la apariencia, el fingimiento, la farsa, la hipocresía, el disimulo, la insinceridad y otros tantos. Una reforma educativa española da propuestas más completas y mejor elabora- das respecto a la educación en valores y considera que educar en valores es educar moral-mente, porque son los valores los que enseñan al individuo a comportarse como hombre, establecer una jerarquía entre las cosas, llegar a la convicción de que algo importa o no importa, vale o no vale, es un valor o es un contravalor. Esta reforma considera que la escuela debe contribuir a la construcción de criterios propios en el alumnado, lo que a su vez le permitirá tomar decisiones y aprender a orientar su vida de acuerdo con principios internalizados. Esta educación propicia el respeto a los valores, no es absolutista ni relativista, ni tam- poco es autoritaria o permisiva y considera que los criterios para vivir en sociedad son: • La crítica como instrumento de análisis de la realidad, que a su vez va a propiciar aquello que se considere injusto. • La reciprocidad, para establecer relaciones óptimas con los demás y salir de nosotros mismos. 33
  • 37. • Conocer los derechos humanos y respetarlos. • Comprometerse e involucrarse con lo que acontece. 2.2 El profesional integral 2.2.1 La formación de valores del personal Cuando se utiliza el término formación acompañado del adjetivo profesional en una conversación o texto, en general se entiende que se está haciendo referencia a un tipo de formación que tiene por finalidad principal el preparar a las personas para el trabajo. Esta es, seguramente, la definición más simple y más corrientemente utilizada de formación profesional. Pero si deseamos ir un poco más allá, y entender qué significa la formación profe- sional actualmente para quienes la imparten y para quienes la reciben, para quienes la gestionan y para quienes la ejecutan y, de modo general, para todos aquellos que se interesan por ella, es preciso responder a otras preguntas. Por ejemplo; • ¿Estamos hablando de una formación para el empleo, tal corno éste último se ha entendido durante buena parte del siglo XX, es decir, como una actividad laboral sujeta a un contrato, a un salario y a condiciones de trabajo claramente especificadas? ¿O se trata de una formación para el trabajo en sentido amplio, incluyendo al trabajo asalariado pero también al trabajo no remunerado, al trabajo independiente o por cuenta propia? • ¿Se refiere a una preparación exclusiva en aquellos aspectos o saberes de carácter técnico, necesarios para realizar una tarea o un conjunto de ellas en un puesto de trabajo u oficio? ¿O se trata de algo más amplio que busca lograr una comprensión más completa de los ambientes de trabajo y de otros aspectos que hacen a la vida no sólo laboral de las personas, sino también de cuestiones relativas a su desarrollo personal, cultural y político? La respuesta es que sí, efectivamente, la formación se orienta no sólo a la preparación para el empleo asalariado y bajo contrato, sino también a todas las otras formas de trabajo que es dable encontrar en las sociedades actuales. También es posible afirmar que la formación profesional debiera preparar no sólo para el trabajo en todas sus formas y modalidades, sino también para la vida en comunidad, para comprender las relaciones sociales y de trabajo y actuar en forma transformadora. De manera resumida podemos entonces decir que la formación profesional es simultáneamente formación para la ciudadanía. 34
  • 38. Así nos sostenemos en una definición general e internacionalmente aceptada, por la cual la formación profesional es una actividad cuyo objeto es descubrir o desarrollar las aptitudes humanas para una vida activa, productiva y satisfactoria. En función de ello, quienes participan de actividades de formación profesional deberían poder comprender individual o colectivamente cuanto concierne a las condiciones de trabajo y al medio social, e influir sobre ellos. Continuando con la misma línea de razonamiento, es posible afirmar que la forma- ción profesional es simultáneamente tres cosas: • Actividad de tipo educativo, que se orienta a proporcionar los conoci- mientos, habilidades y destrezas necesarios para desempeñarse en el mercado de trabajo, sea en un puesto determinado, una ocupación o un área profesional. Actúa a su vez de forma complementaria a las otras formas de educación, formando a las personas no sólo como trabajadores sino también como ciudadanos. • Actividad vinculada a los procesos de transferencia, innovación y desarrollo de tecnología. La propia transmisión de conocimientos, habilidades y des- trezas implica de por sí un tipo de transferencia tecnológica a los trabajado- res y, a través de ellos, a la empresas. También, y en la medida que el co- nocimiento es la base fundamental de los procesos de innovación y de- sarrollo tecnológico, la formación profesional es una herramienta estraté- gica sin la cual aquellos procesos difícilmente podrían desarrollarse. • La formación profesional es un hecho laboral y, como tal, posee un lugar in- discutible dentro de las relaciones de trabajo. Ella concierta el interés cre- ciente de gobiernos, empresarios y trabajadores, en la medida que se percibe cada vez con mayor claridad la importancia de su aporte a la dis- tribución de las oportunidades de empleo y de trabajo en general; a la elevación de productividad y la mejora de calidad y la competitividad, al logro de condiciones apropiadas y saludables de trabajo, así como en su potencial como espacio de diálogo social a diversos niveles. La formación profesional posee un componente didáctico, al igual que otras formas de educación, pero con un énfasis más marcado en los aspectos técnicos y tecnológicos. Tiene una preocupación comparativamente mayor que otras formas de educación por los vínculos entre contenidos y métodos de dicha formación por un lado, y los cambios que se operan en el mundo de la producción y el trabajo, por otro. 2.2.2 Actividades y componentes actitudinales. Componentes cognoscitivo, afectivo y conativo Las actitudes son las predisposiciones a responder de una determinada manera con reacciones favorables o desfavorables hacia algo. Las integran las opiniones o 35
  • 39. creencias, los sentimientos y las conductas, factores que a su vez se interrelacionan entre sí. Las opiniones son ideas que uno posee sobre un tema y no tienen por qué sustentarse en una información objetiva. Por su parte, los senti- mientos son reacciones emocionales que se presentan ante un objeto, sujeto o grupo social. Finalmente, las conductas son tendencias a comportarse según opiniones o sentimientos propios. Las actitudes orientan los actos si las influencias externas sobre lo que se dice o hace tienen una mínima incidencia. También los orientan si la actitud tienen una relación específica con la conducta, a pesar de lo cual la evidencia conforma que, a veces, el proceso acostumbra ser inverso y los actos no se corresponden, y se experimenta entonces una tensión que se denomina disonancia cognitiva. Es posible que en una actitud haya más cantidad de un componente que de otro. Algunas actitudes están cargadas de componentes afectivos y no requieren más acción que la expresión de los sentimientos. Algunos psicólogos afirman que las actitudes sociales se caracterizan por la compatibilidad en respuesta a los objetos sociales. Esta compatibilidad facilita la formación de valores que utilizamos al determinar qué clase de acción debemos emprender cuando nos enfrentamos a cualquier situación posible. Existen tres tipos de componentes en las actitudes y son: componente cognitivo, componente afectivo y componente conativo, • Componente cognitivo: Es el conjunto de datos e información que el sujeto sabe acerca del objeto del cual toma su actitud. Un conocimiento detallado del objeto favorece la asociación al objeto. • Componente afectivo: Es la sensación y sentimiento que dicho objeto produce en el sujeto. El sujeto puede experimentar distintas experiencias con el objeto, que pueden ser positivas o negativas. • Componente conativo: Corresponde al comportamiento activo del individuo, su tendencia hacia la compra. Las actitudes tienen mucho interés para los psicólogos porque desempeñan un papel muy importante en la dirección y canalización de la conducta social. Las actitudes no son innatas, sino que se forman a lo largo de vida. Éstas no son directamente observables, así que han de ser inferidas a partir de la conducta verbal o no verbal del sujeto. Elemento cognitivo Agrupa al mismo tiempo los conocimientos, creencias y asociaciones que se mantienen sobre los atributos y características del objeto en cuestión. 36
  • 40. Sobre la idea que tienen el individuo del objeto construirá una actitud. Por tanto, si el individuo no conoce el producto, no puede manifestar una actitud frente a él. Es en este punto donde adquiere gran relevancia la publicidad en su función informativa. Sin embargo, el componente cognitivo es algo más que el conocimiento de la exis- tencia de un producto. Además, hace referencia a sus características, sin contar con que puedan haber sido distorsionadas por alguna idea positiva o negativa, o por influencias sociales. En numerosas situaciones de compra, cuando no se puede ni se saben evaluar todas las características de un producto, el individuo se basa en ciertos indicadores, que permiten juzgar el conjunto. Así, las diferentes dimensiones del producto transmiten unas connotaciones sin relación muchas veces con la reali- dad. En productos como los perfumes, el consumidor no tiene posibilidad de conocer las características intrínsecas del producto hasta que no lo tiene ante sí; entonces, el envase juega un papel muy importante como forma de originar una actitud hacia el producto. En general, un consumidor asocia una mejor calidad con los artículos de precio más elevado. La fuerza de esta relación varía según los productos y los individuos, y será más fuerte cuando: • El consumidor no disponga de otra información sobre el producto que el precio. • La calidad sea difícil de apreciar antes de la compra. • No conozca las diferencias de calidad entre los productos ofertados. Elemento afectivo Es el sentimiento que despierta en el individuo un determinado objeto. Este sentimiento puede ser de agrado o desagrado. Con frecuencia se presenta a continuación del componente cognitivo, lo que hace pensar que la aparición de un sentimiento es posterior al conocimiento. Sin embargo, es difícil medir de forma precisa un sentimiento dentro de la formación de las actitudes. • La marca asociada a imágenes, músicas o símbolos fuertes en la publicidad emocional busca hacer amar dicha marca para que la querramos comprar. El humor también es variable influenciadora que hace que, por ejemplo, un mensaje publicitario sea mejor recibido cuando se emite dentro de un programa que incita 37
  • 41. al buen humor, sin contar la influencia que pueden ejercer personas que tengan cierta aceptación en la opinión pública. La publicidad vincula a sus objetos unas sensaciones agradables y placenteras, ocultando las características negativas o menos agradables del producto. Muchas veces, este vínculo no está relacionado con las características del producto, pero contribuye a crear una emoción pasiva que lo haga atractivo. El componente afectivo es uno de los más importantes, puesto que, en muchas si- tuaciones de compra, el individuo adquirirá un producto que le sugiera una actividad positiva, aunque el elemento cognitivo le indique que otro producto es mejor, o más barato. Elemento conativo Es la predisposición a la acción del individuo. Tendencia inconsciente a comportarse de una forma determinada, lo que le diferencia de la intención, que es un acto consciente, voluntario. A efectos prácticos de marketing, es el componente más importante, puesto que conduce al individuo a la compra. De ahí el interés por conocer y modificar las actitudes de los consumidores hacía ciertos bienes. Sin embargo, no siempre se corresponde la actitud del individuo con su comportamiento; es decir, puede que tenga una actitud favorable hacia cierta marca, pero su nivel económico no le permita consumirlo, o no se encuentre disponible el producto en el centro de compra. De forma general, parece que la intención de compra se produce más fácilmente: • Cuando el lapso de tiempo que separa la intención de la decisión es corto. • Cuando la naturaleza de ¡a decisión la hace poco dependiente de influencia o acontecimientos externos (por ejemplo, una aumento de la renta del con- sumidor); • Cuando se habla de bienes duraderos en los que los consumidores se vuelcan emocionalmente. 38
  • 42. 2.3 Valores y actitudes hacia el medio ambiente 2.3.1 Relación valores, actitudes y creencias con el comportamiento y su influencia en la preservación del medio ambiente Ocho creencias sobre las interacciones entre los seres humanos y el medio ambiente • La contaminación está mayormente causada por la conducta indivi- dual. Por supuesto, el comportamiento individual causa mucha contami- nación (pensemos en la gran cantidad de basura que generamos a diario), pero los datos demuestran que las actividades de las empresas (mineras, agrícolas, industriales) son hoy por hoy las mayores causantes de contaminación ambiental. • Los problemas ambientales se deben al consumo excesivo, sobre todo en los países ricos. Obviamente esto es cierto, pero hay que dejar claro que lo importante no es tanto la cantidad de consumo como el tipo de consumo. En primer lugar, no todo lo que se consume tiene el mismo im- pacto ambiental, por lo que puede ser cuestionable establecer una simple relación entre consumo global (p.e., en dinero) e impacto (p.e., no es lo mismo comprar un coche que veinte ordenadores). En segundo lugar, pue- de que el consumo se centre en productos y servicios que han sido con- cebidos para reducir al máximo el impacto ambiental (p.e., productos reci- clados o reutilizados, o cuya producción es poco contaminante). • Para resolver los problemas medioambientales se necesita renunciar a muchos de los beneficios de la tecnología moderna. Esto es cierto en parte; sin embargo, mucha de la degradación actual podría evitarse utilizando tecnologías menos impactantes, más que simplemente recor- tando los beneficios que pueden obtenerse de la tecnología. Por supuesto, a la larga se requerirá una sabia mezcla de ambas cosas, pero es im- portante darse cuenta de que la eficiencia tecnológica es mucho más aceptable para la gente que las restricciones y, a menudo, más eficaz para reducir ciertos tipos de impacto medioambiental. • Para preservar el medio ambiente, la gente necesita cambiar sus valo- res y actitudes, particularmente en los países ricos. Este parece ser un típico error de atribución. Los errores de atribución, muy frecuentes, ocurren cuando consideramos que las conductas dependen más de disposiciones "internas" estables que de factores contextuales. La evidencia disponible sugiere que la mayoría de gente en los países ricos muestra niveles de preocupación medioambiental bastante altos. El problema es que entre los valores y actitudes y la conducta proambiental median una gran variedad de factores contextuales que determinan el resultado (si se da o no la conducta deseable). 39
  • 43. • La educación es la clave para resolver los problemas medioam- bientales. Quizá aquí exista el problema semántico sobre qué entendemos por "educación". Si la concebimos como la labor de hacer consciente a la gente de que existen problemas medioambientales y sobre qué se debe hacer para darles solución, la evidencia parece mostrar que esta estrategia tiene escasos efectos a la hora de promover conductas pro-ambientales. El problema, de nuevo, es que el contexto bloquea el cambio de conducta: puede haber, entre otras, barreras institucionales ("¿dónde reciclo, si no hay contenedores cerca?"), económicas ("¿cómo voy a comprar un coche menos contaminante si no tengo dinero?") informativas ("no sabía que las pilas contaminaban tanto"), de rutina o de conflicto social o familiar ("¡no pretenderás que en una cocina tan pequeña metamos cuatro cubos de basura distintos!). • Una forma de promover el comportamiento proambiental es informar sobre las terribles consecuencias que se avecinan. Esta estrategia puede ser un arma de doble filo. La evidencia sugiere que la apelación al miedo puede hacer que la gente minimice o ignore el problema, sobre todo si: (a) no percibe una amenaza directa para su vida o bienestar; (b) no sabe exactamente qué puede hacer para solventar el problema; (c) ayudar a solventarlo supone un coste muy alto. En particular, si se experimenta amenaza asociada a indefensión ("la solución no depende de mí"), generalmente habrá negación o angustia. • Los incentivos son un buen método para promover conductas proambientales. Partiendo de la premisa de que el dinero mueve montañas, esto es cierto (p.e., si adoptamos una conducta proambiental tendremos ventajas económicas), pero engañoso. La evidencia sugiere que, si los incentivos son externos, el comportamiento se mantendrá sólo en la medida en que ellos (refuerzos, en el lenguaje de la psicología) sigan existiendo. En definitiva, es difícil modificar la conducta a largo plazo utilizando incentivos sólo al principio; si se hace así, la conducta revertirá en cuanto los incentivos desaparezcan. • La gente de los países en desarrollo ansia emular el estilo de vida de los países ricos, que conoce a través de los medios de comunicación (especialmente cine y televisión). Quizá sea cierto, pero faltaría por averiguar hasta qué punto la gente de los países en desarrollo con cierta holgura económica incrementan el consumo por emular a la gente de los países ricos, o simplemente en respuesta a sus propias prácticas culturales. Una teoría coherente de comportamiento proambiental: Valor-Creencia- Norma. 40
  • 44. Es importante establecer una teoría causal sobre la conducta proambiental. Entre las diferentes teorías existentes hemos optado por presentar la del Valor- Creencia-Norma (VCN) porque es la que actualmente parece tener mayor apoyo empírico. Es importante señalar que esta teoría intenta explicar por qué las personas simpatizan o no en adoptar conductas proambientales, pero no propor- ciona estrategias explícitas sobre cómo promover dichas conductas (entre otras cosas porque las conductas a menudo están enraizadas en rasgos muy estables de personalidad). Es conveniente definir algunos términos; • Valor: Concepto general sobre lo que un individuo considera que merece o no merece la pena hacer, conseguir c conservar individual o socialmente. • Actitud: Aunque para diversos autores existen diferencias entre actitud, motivo y opinión, por simplicidad aquí los tratamos conjuntamente. Las acti- tudes son disposiciones valorativas, o tendencias a aceptar o rechazar objetos, personas, eventos o situaciones. No son tan estables durante la vida de una persona como los rasgos de personalidad. Los motivos y las opiniones podrían considerarse como la concreción de las actitudes en contextos específicos. Las actitudes pueden contener elementos racionales, cuando en ellos intervienen el análisis y la argumentación (las elecciones), e irracionales, cuando vienen guiados por elementos holísticos de la situación o por emociones (las preferencias). • Creencia: La aprobación de una proposición o afirmación, o la aceptación de un hecho, opinión o aseveración, como real o verdadero, sin tener un conocimiento personal e inmediato. • Norma: Regla no necesariamente explícita, pero asumida a nivel personal (normas personales) o social (normas sociales) sobre las conductas que se consideran aceptables o inaceptables y que, por tanto, que se esperan cumplir o no en determinadas situaciones. Hasta ahora hemos considerado la conducta proambiental como un concepto único e indiferenciado. Sin embargo, es importante también señalar que las investigaciones han descubierto cuatro tipos de conducta proambiental que parecen activarse a partir de diferentes combinaciones de causas. Éstos son los diferentes tipos: • Conductas de consumidor: Engloba todos aquellos comportamientos favorables al medio ambiente que los individuos adoptan en sus decisiones de su vida privada (p.e.. reciclar, comprar productos "verdes', etc.) • Conductas de ciudadanía proambiental. Engloba aquellas acciones proambientales que los individuos ejecutan en la esfera pública (como 41
  • 45. votar, o firmar en contra de una determinada decisión política), excluyendo las del activismo comprometido. • Conductas de sacrificio proambiental. Engloba conductas de sacrificio económico para proteger el medio ambiente (p.e., estar dispuesto a pagar más impuestos). • Activismo proambiental. Engloba todas las acciones públicas de los in- dividuos comprometidos en organizaciones proambientales (p.e., las protestas de activistas de Greenpeace). Empíricamente, se ha visto que la teoría del VCN puede explicar una porción significativa de varianza en las tres primeras categorías de la conducta proambiental descritas arriba (son las que se dan mayoritariamente en la población). La teoría sugiere que existe una cadena de elementos que se activan sucesivamente, de forma directa o indirecta. El primer activador son los VALORES: los valores personales están enraizados en los rasgos de personalidad y las actitudes, y activan CREENCIAS. La creencia más importante es visión ecológica del mundo, es decir, como creemos que deben ser las relaciones entre los seres humanos y la naturaleza. Dicha creencia activa la percepción sobre el grado de amenaza hacia los objetos que se valoran y la percepción sobre la posi- bilidad personal de reducir dichas amenazas. Dependiendo de cómo sean estas creencias, se activarán las NORMAS PER- SONALES, es decir, el sentido de obligación o no para llevar a cabo acciones al respecto. Por último, si hay un sentido de obligación (la norma personal), se activa la CONDUCTA, ya sea de consumo, de ciudadanía proambiental y/o de sacrificio. Para aclarar el esquema VNR; mi valor dice: "aprecio esto"; mi visión ecológica dice: "Entonces, la relación entre humanos y naturaleza debería ser así"; mí creencia sobre el objeto dañado dice: "creo que el objeto "x" está en peligro"; mi creencia sobre las posibilidades de actuar dice: "puedo hacer algo", mi-norma personal entonces dice: "debo hacer algo", y entonces actúo. Vayamos por partes. Respecto a los valores, existe abundante investigación que demuestra que la gente tiende a posicionarse respecto a tres grandes tipos (esto no significa que un mismo individuo se posicione siempre respecto al mismo tipo de valores en todas las situaciones): • Egoístas: Los que predisponen a la gente a proteger sólo aquellos aspec- tos del medio ambiente que pueden afectarles personalmente, y a oponerse acciones proambientales si suponen costos personales elevados. • Altruistas: Los que predisponen a la gente a actuar cuando los problemas medioambientales pueden dañar a otras personas (ya sean de su comu- nidad, su país, o toda la humanidad). 42
  • 46. • Biosféricos: Los que predisponen a la gente a actuar cuando perciben que los problemas medioambientales pueden dañar a la naturaleza (a todos los seres vivos, incluyendo los seres humanos). Según algunos autores, estas diferentes formas de valorar se relacionan con la autoconciencia (el "self") del individuo; es decir, hasta qué punto el individuo se siente y define como interdependiente o no de otras personas y/o de otros organismos. Las creencias tienen una función mediadora esencial entre los valores y la conducta porque definen el tipo de personas o cosas que se piensa que están afectados por los problemas medioambientales, y hasta qué punto pueden hacer algo por ellos. Las creencias dependen de cómo percibimos la información y el contexto. Re., necesitamos información y publicidad para saber que un problema existe, y para conocer sus consecuencias probables; podemos percibir que el problema es responsabilidad nuestra o sólo de la administración; podemos creer que no hay posibilidad de intervenir y marcar una diferencia, debido a razones políticas, etc. La modificación de creencias es clave para vincular el valor con la conducta. Veamos la relación entre valores, creencias y normas con un ejemplo. Supongamos que se descubre que, en un pueblo, una fábrica está contaminando un río. La única forma de acabar con el problema es desmantelar la fábrica, pero mucha gente del pueblo trabaja en ella. Podemos imaginar cómo funcionarían los valores de la gente del pueblo frente a este problema: las personas con un talante valorativo más egoísta podrían pensar: "Esto no va conmigo", si el problema no le afecta directamente (ni ellas, ni a sus familiares o amigos, claro); las de talante más altruista podrían pensar: "Entiendo que se está dañando al río, pero el desastre que supondría el cierre de la fábrica para las familias que viven de ella sería tremendo, así es que creo que no deberían cerrarla"; las de talante más "biosférico" podrían pensar: "Tengo un conflicto: por un lado, no quiero que la gente se quede sin trabajo, pero es intolerable que se esté contaminando el río; la fábrica debería cerrar. Alguien tendrá que solucionar el problema de los empleos". Sin embargo, la forma como se concreta la norma personal ("tengo que hacer algo, o no") vendría mediada por las creencias que surgen de estos valores, que en parte dependen del tipo de información que llega a los actores. Re., el "biosférico" podría no actuar en absoluto si percibe que el gobierno no piensa, ni solucionar el problema la contaminación ni el de los empleos; el "egoísta" podría protestar activamente para que se cierre la fábrica si tiene indicios de que la contaminación del río puede suponer un riesgo para la salud de sus hijos cuando vayan a jugar allí; el "altruista" podría firmar a favor de cerrar la fábrica si ha oído que hay otra empresa que va a admitir a los trabajadores eventualmente despedidos, etc. Por tanto, el predictor más importante de la conducta proambiental son las normas personales (y esto se ha demostrado empírica- mente), ya que representan la concreción de intenciones del individuo una vez los valores se han puesto en contexto mediante las creencias. Aclaremos también que 43
  • 47. los tres tipos de valores pueden coexistir probablemente en un mismo individuo; lo que dice la teoría del VCN es que el posicionamiento definitivo se conformará de acuerdo con alguno de los tres tipos de valores. Desde un punto de vista pragmático, los discursos que se defienden ante cualquier problema medioambiental, ya sean "pro" o "anti", normalmente intentan activar o desactivar las normas personales del público moldeando un cierto tipo de creencias (es más fácil moldear una creencia que cambiar un valor). 2.3.2 Efectos colaterales, valor estético y tecnología La especie Homo sapiens, es decir, el ser humano, apareció tardíamente en la historia de la Tierra, pero ha sido capaz de modificar el medio ambiente con sus actividades. Aunque, al parecer, los humanos hicieron su aparición en África, no tardaron en dispensarse por todo el mundo. Gracias a sus peculiares capacidades mentales y físicas, lograron escapar a las constricciones medioambientales que limitaban a otras especies y alterar el medio ambiente para adaptarlo a sus necesidades. Aunque los primeros humanos sin duda vivieron más o menos en armonía con el medio ambiente, como los demás animales, su alejamiento de la vida salvaje comenzó en !a prehistoria, con la primera revolución agrícola. La capacidad de controlar y usar el fuego les permitió modificar o eliminar la vegetación natural, y la domesticación y pastoreo de animales herbívoros llevó al sobrepastoreo y a la erosión del suelo. El cultivo de plantas originó también la destrucción de la vegetación natural para hacer hueco a las cosechas y la demanda de leña condujo a la denudación de montañas y al agotamiento de bosques enteros. Los animales salvajes se cazaban por su carne y eran destruidos en caso de ser considerados plagas o depredadores. Mientras las poblaciones humanas siguieron siendo pequeñas y su tecnología mo- desta, su impacto sobre el medio ambiente fue solamente local. No obstante, al ir creciendo la población y mejorando y aumentando la tecnología, aparecieron problemas más significativos y generalizados. El rápido avance tecnológico producido tras la edad media culminó en la Revolución Industrial, que trajo consigo el descubrimiento, uso y explotación de los combustibles fósiles, así como la ex- plotación intensiva de los recursos minerales de la Tierra. Fue en la Revolución Industrial cuando los seres humanos empezaron realmente a cambiar la faz del planeta, la naturaleza de su atmósfera y la calidad de su agua. Hoy, la demanda sin precedentes a la que el rápido crecimiento de la población humana y el desarrollo tecnológico someten al medio ambiente, está produciendo un declive cada vez más acelerado en la calidad de éste y en su capacidad para sustentar la vida. Dióxido de carbono 44