Prueba libre de Geografía para obtención título Bachillerato - 2024
LAS RUINAS DE PACHACÁMAC
1. LAS RUINAS DE
PACHACÁMAC
° NOMBRES Y
APELLIDOS:
LAURA CAMILA VIDAL HERNANDEZ.
° PROFESOR:
MANUEL VEGA HERNANDEZ.
° GRADO Y SECCIÓN:
4° “C”
° AÑO:
2015 Laura Camila Vidal Hernandez
2. CONCEPTO:
Pachacámac es un sitio arqueológico
ubicado en la margen derecha del río
Lurín, muy cerca al Océano Pacífico y
frente a un grupo de islas del mismo
nombre. Se halla en el distrito de Lurín de
la provincia de Lima, en el Perú. Contiene
los restos de diversos edificios, que datan
del Intermedio Temprano (siglo III d.C.)
hasta el Horizonte Tardío (siglo XV d.C.),
siendo los edificios del periodo Inca
(1450-1532 d.C.) los mejor conservados.
Allí se hallaba un antiguo oráculo de
la época prehispánica construido
básicamente con ladrillos de adobe, que,
a la par que el Cuzco en la sierra, era en
la costa el principal lugar del culto de la
época al dios Pachacámac, al que se le
atribuía la creación del universo y de
todo lo que éste contiene.
Laura Camila Vidal Hernández
3. ESTRUCTURAS
ARQUITECTÓNICAS:
Templo de Sol, la construcción más imponente, erigida por
los incas.
Templo de la Luna o Acllahuasi, también de la época inca.
Fue restaurado por J.C. Tello, quien lo llamó Mamaconas.
Templo Viejo, el más antiguo, de la Cultura Lima, se halla
actualmente en ruinas.
Templo Pintado, de la época Huari.
Palacio de Tauri Chumpi, donde presumiblemente se alojó el
último gobernador local de la época inca.
Nunciaturas regionales o conjunto de palacios con rampa,
de la cultura Ichma.
Plaza de los peregrinos, de la época inca.
Se puede visitar los palacios, los templos, las plazas y el
Museo de Sitio que conserva piezas de valor encontradas en
este lugar.
Asimismo, el distrito de Pachacamac (distrito vecinal) es
habitado por una población en continua expansión
horizontal en medio del fértil valle del río Lurín.
Laura Camila Vidal Hernández
4. CRONOLOGÍA:
Intermedio Temprano (100-650 d.C.). Es la época más
antigua que corresponde a la Cultura Lima. De esta época
son el Templo Viejo (o Templo de Pachacámac), el Templo
de Urpi Huachac (la esposa mitológica del dios
Pachacamac) y el Conjunto Adobitos, construidos a base
de pequeños adobes o “adobitos”.
Horizonte Medio (650-900 d.C.). Es la época de la
dominación de la cultura Huari. Pertenece a ella el Templo
Pintado y el Cementerio Uhle.
Intermedio Tardío (900-1450 d.C.). Pachacámac se
convierte en el principal centro del Señorío Ichma. De esta
época son unos 16 edificios con rampas de acceso, que los
arqueólogos han denominado Templos con Rampa o las
Nunciaturas.
Horizonte Tardío (1450-1532 d.C.). Es la época de la
dominación de los incas, quienes remodelan Pachacámac,
adaptándola a sus fines políticos y religiosos. De esta
época son el Templo del Sol (la edificación más
imponente), el Templo de la Luna o Acllahuasi, el Palacio
de Tauri Chumpi (o del gobernador incaico) y la Plaza de
los Peregrinos.
Laura Camila Vidal Hernández
5. ESTUDIOS E
INVESTIGACIONES:
Las primeras excavaciones arqueológicas de carácter
científico en Pachacámac fueron llevadas a cabo por el
arqueólogo alemán Max Uhle en 1897, y se concentraron
en dos edificios a los que se denominó Templo del Sol y
Templo de la Luna (Acllahuasi). Sobre estos estudios el sabio
alemán publicó en 1903 la magnífica obra
titulada Pachacamac, que fue muy elogiado y todavía se
utiliza como texto básico para el estudio de la arqueología
sudamericana. Uhle fue el primero en notar en las
cerámicas, textiles y otros artefactos desenterrados,
iconografías propias de Tiahuanaco (cultura del altiplano),
que hoy sabemos que en realidad se trata del estilo de
la cultura huari, pero que en su momento llevó a teorizar
sobre la existencia de un imperio tiahuanacota en la región
andina. Asimismo, fue el primero en América en usar en sus
excavaciones el método estratigráfico, lo que le permitió
evaluar la antigüedad de unos restos con relación a otros
sobre la base de su posición en los estratos analizados.
Laura Camila Vidal Hernández
6. ESTUDIOS E
INVESTIGACIONES:
Años después, en 1938, el estadounidense Albert
Giesecke dirigió un proyecto de la reconstrucción del sitio
con el patrocinio del Museo Nacional, el mismo que puso al
descubierto importantes vestigios en el área del Templo del
Sol, como fibras de tejido y utensilios bien conservados.
También inició la reconstrucción del Acllahuasi. La labor de
Giesecke, que no era arqueólogo de profesión (era en
realidad economista y maestro), fue enérgicamente
criticada por Julio C. Tello, entonces director de Museo
Antropológico del Magdalena de Lima, quien asumió dicha
labor en 1939. Tello reveló los detalles arquitectónicos del
Templo del sol que había sido cubierto por depósitos de
arena y descubrió una plaza rectangular al este del templo,
probablemente usada para acoger a la gente que iba de
romería al santuario, por lo que fue denominado Plaza de
los Peregrinos. Tello también descubrió un sistema de
cisternas y acueductos que recogía el agua de los estratos
acuíferos del subsuelo, uno de los cuales era aún visible al
sur del Acllahuasi, edificio que Tello denominó Mamaconas.
Este último fue completamente restaurado, pero se cuenta
que cuando Max Uhle, después de largos años de ausencia,
estuvo nuevamente en el Perú en 1941, fue a ver
Pachacamac y se irritó al ver las restauraciones que había
hecho Tello. Moviendo la cabeza dijo: “¡Esto no es el
Pachacamac que conocí!”.
Laura Camila Vidal Hernández
7. TEMPLO DEL SOL:
Es la edificación más grande y mejor conservada de Pachacámac. Se
levanta también sobre un promontorio rocoso, muy cerca del mar,
alzándose a unos 40 m desde el nivel del suelo, y dominando todo el
conjunto. Fue construido por los incas alrededor de 1450 d.C. como
santuario del dios Sol, la divinidad oficial del Tahuantinsuyo. Está
constituida por cinco plataformas superpuestas, que en conjunto
conforman una pirámide trunca. Sus bases están constituidas
mayormente por muros de piedra canteada; el resto del edificio está
construido con grandes adobes, unidos con argamasa de barro. Tanto
las piedras como los adobes estaban enlucidos con capas de tierra
fina, con evidencias de haber estado pintado en toda su extensión con
color escarlata o bermellón intenso. En su frontis occidental, que da al
mar, se distinguen una fila de hornacinas trapezoidales, de
inconfundible estilo incaico.
Este fue el templo que los españoles, comandados por Hernando
Pizarro, profanaron en enero de 1533, según relato del
cronista Miguel de Estete. Los españoles, que andaban en busca de
oro y plata, subieron a la cima de la pirámide, donde se guardaba
dentro de una bóveda pequeña, el ídolo del dios Pachacámac, tallado
en madera, el cual fue sacado y quemado. El suceso conmovió a los
nativos, quienes temieron una catástrofe como castigo; sin embargo,
nada ocurrió. A partir de entonces los sacerdotes españoles se
esforzaron en extirpar lo que llamaban “idolatrías” y en destruir los
“adoratorios del demonio”, de acuerdo a la concepción católica. Pero,
de acuerdo a estudios hechos por la investigadora María
Rostworowski, el viejo culto a Pachacámac se ha perennizado con la
moderna veneración católica al Señor de los Milagros, llamado
también Cristo de Pachacamilla y que, coincidentemente, tiene
también como color simbólico el morado, similar al escarlata o
bermellón, usado profusamente en el ceremonial del dios de
Pachacamac (o Ichma, su nombre original).
Laura Camila Vidal Hernández
8. TEMPLO DE LA LUNA O
MAMACONAS:
Llamado también Santuario de la Pachacámac. Fue Max
Uhle quien lo denominó Templo de la Luna, mientras que Julio
C. Tello lo llamó Mamaconas. Fue restaurado por Alberto
Giesecke en 1938 y luego por Tello en 1940. Los daños serios
que se notan actualmente en su estructura fueron causados
por el terremoto de 1940 y a otros temblores posteriores.
Fue indudablemente un Acllahuasi o casa de las acllas,
residencia de las mujeres escogidas, que los españoles
equipararon a las vestales de la antigua Roma. Se sitúa en la
parte baja del área ocupada por las ruinas de Pachacámac.
Presenta graderías, patios, sitios ceremoniales, reservorios de
agua, depósitos e innumerables habitaciones. Es en este
edificio donde se distingue, más nítidamente que en otros, el
estilo arquitectónico incaico, no sólo por sus hornacinas y
puertas trapezoidales de doble jamba, sino también por las
piedras de sus muros que se ven por extensos tramos, de
inconfundible factura cuzqueña. Las hornacinas sobrepasan
los 2 m de alto y posiblemente sirvieron como nichos de ídolos
traídos de diversas provincias.
Laura Camila Vidal Hernández
9. «NUNCIATURAS»
REGIONALES:
Se conoce como «nunciaturas» a un conjunto de 16 edificios piramidales con
rampas, que datan de entre 1100 y 1450 (periodo de la cultura Ichma). La
base de cada una está hecha de piedras canteadas y el resto es de adobe; sus
paredes estaban enlucidas.
Cuando llegaron los españoles se hallaban ya abandonados. Actualmente la
mayor parte de ellos está en situación ruinosa. Uhle los calificó de «palacios».
El nombre de «nunciatura», deriva de unos informes consignados en la
crónica de Antonio de la Calancha (1639), de las que se infiere que en
Pachacámac se erigieron unas especies de sedes diplomático-religiosas, que
representaban a las diversas naciones del mundo andino que rendían culto al
dios (Kauffmann 2002).
Dos de estas pirámides han sido estudiadas:
La Pirámide con Rampa I o edificio JB (Jiménez Borja), que entre 1968 y 1969
fue sometido a obras de limpieza y consolidación por Arturo Jiménez Borja y
Alberto Bueno. Este edificio nos da una clara idea de cómo era la planta de
una pirámide con rampa: un gran patio delantero, luego el volumen
piramidal al que se accede por medio de rampas. En el tope de la pirámide un
despliegue arquitectónico en forma de herraje se abre una serie de pequeños
ambientes. Detrás de la mole piramidal existen grandes depósitos para
alimentos.
La Pirámide con Rampa II, fue estudiada científicamente entre 1981 y 1983
por el arqueólogo Ponciano Paredes con la supervisión de Jiménez Bor.
Laura Camila Vidal Hernández