2. Hace mucho, mucho tiempo, nació en el fondo del mar
un hermoso pececito de color plateado. Paseaba y
nadaba muy contento con su mamá, conociendo a los
demás animales.
3. Un día llegó el rey del mar. Era un niño al que no le gustaba que
nadie brillara más que él. Le daba mucha envidia y no quería verle
por ahí. El pececito era muy feliz nadando con los otros peces y
aprendiendo a dar volteretas.
4. Así que, un día que el pequeño pez estaba distraído, el rey le
encerró en una pecera.
El pececito estaba tan triste y asustado que perdió su brillo.
Lloraba y lloraba sin parar y sólo pensaba en su mamá y sus
amigos.
5. Al día siguiente llegaron sus amigas las tortugas. Llevaban algunos
días buscándolo, y al encontrarle se pusieron muy contentas: “¡ahí
está, vamos a entrar y le sacaremos!”
Pero el rey había hechizado la pecera, y cuando una de las tortugas
intentó entrar, se quedó atrapada. Su hermana, al intentar
ayudarla, también cayó dentro.
6. El malvado rey apareció por la noche, y al ver a los tres
amigos dentro, se rio de ellos y les dijo: “Queríais escaparos,
¿verdad? Ahora pondré una reja con candado y nadie podrá
salvaros”.
Los tres estaban asustados y enfadados. Pensaron en quién
podría ayudarles… ¡el pulpo! Gritaron y gritaron…
7. Cuando por fin el pulpo consiguió escucharles,
acudió a abrir el candado, que no se le resistió
demasiado.
8. Los tres amigos se escaparon nadando tan deprisa como les
era posible. El pececito, al quedar libre, volvió a brillar. Y justo
aquello fue lo que hizo que el rey se diera cuenta de que
estaban escapando.
Nadó veloz hacia ellos para intentar atraparlos.
9. Pero el pulpo le agarró con sus patas y para
defenderse, le echó en la cara un enorme chorro de tinta
negra, ¡el rey no podía ver nada!
10. Cuando los animales del fondo del mar se enteraron de lo que el
niño había hecho al pececito y a las tortugas, le echaron de su
territorio, y decidieron que a partir de ese día, el pez plateado sería
el nuevo rey y las tortugas y el pulpo sus mejores ayudantes.
Y vivieron felices durante mucho muchísimo tiempo.