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TUMORES GINECOLOGICOS EN MUJERES DE LA TERCERA EDAD EN ETAPA METASTASIS
MATERIA: CULTURA DE LA INFORMACION
PROFESOR: HERMOSILLO AGUIRRE JESUS DARIO
LILIANA GÓMEZ JUÁREZ
ID 148017
INTRODUCCION
La metástasis es el movimiento de las células cancerosas de un órgano o tejido a otro y por lo
regular se propagan a través de la sangre o el sistema linfático
Las metástasis más comunes en el cáncer de ovario se dan en el peritoneo, que es la bolsa que
recubre a los intestinos. En estos casos se produce ascitis (acumulación de líquidos en el
abdomen).
Se pueden dar principalmente tres casos de alteraciones benignas que, en caso de que no
desaparezcan de forma natural, se pueden solucionar con cirugía. Los fibroides son grupos de
células que crecen en el músculo del útero y nunca derivan en cáncer. Otro tipo de patología
de este tipo es la endometriosis. Se da sobre todo en mujeres de 30 a 40 años que nunca han
estado embarazadas y consiste en el crecimiento de tejido endometrial fuera del útero o cerca
de otros órganos. Por último, la hiperplasia es un incremento del número de células en la
superficie del útero que se suele tratar con hormonas o mediante cirugía.
Cuando el cáncer ha producido metástasis, se puede tratar con quimioterapia, radioterapia,
terapia biológica, tratamiento hormonal, cirugía, o una combinación de éstos. La elección del
tratamiento depende generalmente del tipo de cáncer primario, del tamaño, la localización de
la metástasis, la edad, la salud general del paciente y los tipos de tratamientos usados
previamente. En los pacientes diagnosticados de metástasis de origen desconocido, sigue
siendo posible tratar la enfermedad incluso cuando el tumor primario no puede ser localizado.
Cuando un cáncer presenta metástasis se encuentra en la fase o estadio más avanzado
(estadio IV). Algunos tumores como el cáncer testicular y algunos linfomas pueden ser curables
cuando se encuentra en enfermedad metastásica en la mayoría de los casos.
OBJETIVOS
Conocer por que surge esta etapa de cáncer conocida como metástasis
Que tratamientos pueden llevar los pacientes con metástasis
Aceptación del paciente y el familiar
Los ovarios son dos y se encuentran en la pelvis, uno a cada lado del útero. Tienen la forma y
tamaño de una almendra, y producen tanto óvulos como hormonas femeninas (estrógenos y
progesterona) que se encargan de dar forma y rasgos femeninos al cuerpo y de regular la
menstruación y el embarazo entre otras cosas. El cáncer de ovario representa el 4% de los
tumores que afectan a la mujer.
Los quistes en el ovario son tumores benignos que suelen desaparecer de manera espontánea.
En el caso de que persistan o crezcan, el médico puede extirparlos. Hay tres tipos
fundamentales de tumores malignos; los que se forman en la superficie del ovario se
denominan carcinoma epitelial y son los más comunes. También, pero de manera mucho
menos frecuente, se pueden dar casos de cáncer en las células que producen los óvulos y en
los tejidos que rodean al ovario.
Las metástasis más comunes en el cáncer de ovario se dan en el peritoneo, que es la bolsa que
recubre a los intestinos. En estos casos se produce ascitis (acumulación de líquidos en el
abdomen), mientras que si llegan al sistema sanguíneo o al linfático, las células cancerígenas
pueden viajar por todo el cuerpo, lo que aumentan las posibilidades de metástasis en otras
partes del cuerpo.
El cuello del útero, también llamado cérvix, une la vagina con la cavidad del útero que está
recubierto por el endometrio. El cáncer de cérvix también es conocido como carcinoma
escamoso ya que las células que recubren su superficie son planas y muy delgadas, como si
fuesen escamas.
Los científicos creen que no todas las células anormales que aparecen en el cérvix son
cancerígenas, aunque sí es recomendable llevar a cabo chequeos regulares, porque éste puede
ser el primer paso hacia el cáncer. A veces se trata de lesiones intraepiteliales formadas por
tejido anormal que aparece sólo en la superficie del cérvix. Suelen aparecer sobre todo en
mujeres de 25 a 35 años y a veces desaparecen de forma espontánea. Los casos más graves se
desarrollan en mujeres de 30 a 40 años y puede tardar meses, e incluso años en provocar el
cáncer. Si van más allá de la superficie y crecen hacia la profundidad del cérvix se llaman
lesiones invasivas y suelen aparecer a partir de los 40.
El útero es la cavidad en la que se desarrolla el feto. Está compuesto por dos capas de tejidos
diferentes: la interior, muy fina, que se llama endometrio y otra más externa, formada por
músculo y llamada miometrio. La mayoría de los tumores del útero surgen tras la menopausia.
Se pueden dar principalmente tres casos de alteraciones benignas que, en caso de que no
desaparezcan de forma natural, se pueden solucionar con cirugía. Los fibroides son grupos de
células que crecen en el músculo del útero y nunca derivan en cáncer. Otro tipo de patología
de este tipo es la endometriosis. Se da sobre todo en mujeres de 30 a 40 años que nunca han
estado embarazadas y consiste en el crecimiento de tejido endometrial fuera del útero o cerca
de otros órganos. Por último, la hiperplasia es un incremento del número de células en la
superficie del útero que se suele tratar con hormonas o mediante cirugía.
Las metástasis más comunes del cáncer de útero se producen en los ganglios linfáticos y en
otros órganos como los pulmones, el hígado y los huesos.
Tipos de cáncer en ovario, útero y cérvix
Ovario
Estadio I: el tumor sólo afecta a uno o los dos ovarios.
Estadio II: el cáncer no se limita a los ovarios, pero sigue estando dentro de una zona
limitada por la pelvis (útero, vejiga o recto).
Estadio III: el cáncer se ha extendido al peritoneo (revestimiento del abdomen) y/o a
los ganglios linfáticos.
Estadio IV: metástasis a distancia, es decir, en otros órganos del cuerpo.
Útero
Estadio I: Cáncer de útero que permanece sólo en el cuerpo central de este, es decir,
que no se ha extendido al cuello.
Estadio II: el tumor invade el cérvix.
Estadio III: El cáncer se localiza en zonas fuera del útero, pero dentro de la zona de la
pelvis (aunque no en la vejiga o el recto). Por ejemplo en los ganglios linfáticos.
Estadio IV: La vejiga y el recto se ven afectados. Este estadio también abarca las
metástasis en otras zonas del cuerpo.
Cérvix
Estadio I A: tumor microscópico limitado al útero.
Estadio I B: El tumor se puede ver a simple vista y se limita al útero.
Estadio II: El cáncer se extiende más allá del útero pero no llega a la pared pélvica. Este
estadio también abarca aquellos tumores que ocupan menos de un tercio de la vagina.
Estadio III: Aquí se encuentran los tumores que han invadido la pared pélvica y/o
menos de un tercio de la vagina y aquellos que han causado un fallo en el riñón.
Estadio IV A: El cáncer llega a la vejiga o el recto o se extiende más allá de la pelvis.
Estadio IV B: Metástasis a distancia, en otros lugares del cuerpo.
PREVENCIÓN Y FACTORES DE RIESGO
Un estudio realizado por investigadores británicos y franceses ha llegado a la
conclusión de que el uso de la píldora como anticonceptivo puede favorecer la
aparición de cáncer de cuello del útero. Este fármaco no impide el contagio, durante
las relaciones sexuales, de virus como el papiloma humano o bacterias como la
clamidia, cuya infección puede degenerar en cáncer.
Este riesgo aumenta en función del tiempo durante el que se ha consumido la píldora.
Las féminas que han empleado anticonceptivos orales durante menos de cinco años
tienen un 10% más de probabilidades de padecer un tumor de cérvix, mientras que en
aquellas que los han usado entre cinco y nueve años el porcentaje puede llegar al 60%.
Recibir la vacuna para inmunizarse frente al virus del papiloma humano antes de
comenzar una vida sexual activa parece que también podría evitar o, al menos, reducir
las posibilidades de contraer el cáncer de cérvix, según los últimos estudios al
respecto.
Fumar y mantener relaciones sexuales antes de los 18 años así como alternar muchas
parejas sexuales distintas favorece también la aparición de estos tumores. Si el
hombre ha mantenido relaciones con una mujer que padece cáncer de cérvix el riesgo
aumenta porque tienen más probabilidades de haber sido contagiados con un virus.
En el caso del cáncer de útero, la edad avanzada, haber sufrido hiperplapsia endometrial (un
crecimiento descontrolado de las células del endometrio), la terapia hormonal sustitutiva
durante la menopausia o un cáncer colorrectal previo también son factores de riesgo. Además,
los resultados de los últimos estudios realizados aseguran que las mujeres obesas corren un
mayor peligro y las blancas son más propensas que las de origen africano.
Ciertos aspectos en la vida de una persona nos pueden 'avisar' de la posibilidad de tener
cáncer de útero. Estos factores son los siguientes:
Si se tiene familiares cercanos (hermana, madre, abuela) con el mismo tipo de tumor,
aumentan las posibilidades de padecerlo. Cuanto mayor sea el número de parientes
con un cáncer de este tipo mayores son los riesgos. Los cánceres de mama o de colon
en familiares, o en la propia persona, también están relacionados con la aparición del
cáncer de ovario.
Las mujeres de más edad son las más propensas a desarrollar cáncer de ovario. La
mayor tasa de cánceres de este tipo se encuentra en pacientes de más de 50,
alcanzando el máximo a partir de los60.
También las mujeres que nunca han tenido hijos tienen más posibilidades de
desarrollar un cáncer de ovario; de hecho, es inversa la relación entre el número de
hijos y el cáncer de ovario.
Los medicamentos para la fertilidad y la terapia hormonal sustitutoria que se aplica
para controlar los síntomas de la menopausia, también son factores de riesgo, aunque
en menor medida que los anteriores. En la actualidad se están llevando a cabo
diversos estudios que han confirmado esta hipótesis por lo que cada vez se recurre
con más cuidados a este tipo de medicamentos.
Es fundamental mantener una alimentación sana: hay estudios que hablan del exceso
de grasa como factor que aumenta el riesgo de cáncer de útero y se sabe que la
vitamina A ayuda a prevenir el cáncer de cérvix.
DETECCIÓN YSÍNTOMAS
El síntoma más común del cáncer de útero y de cerviz es la hemorragia vaginal anormal. En un
principio este sangrado es un fluido muy acuoso en el que la cantidad de sangre va siendo
mayor. Hay que tener cuidado para no confundirlo con el inicio de la menopausia, en caso de
que coincida con este periodo de la vida. Otros signos son el dolor durante el acto sexual o al
orinar, o una molestia general en el área pélvica.
El problema del cáncer de ovario es que estos síntomas aparecen demasiado tarde, por lo que
cuando se detecta, la enfermedad ya está en un estado muy avanzado y tiene muy difícil
solución.
Entre las técnicas más utilizadas para detectar los cánceres del aparato reproductor femenino
destacan las siguientes:
El examen de pelvis: lo realiza manualmente el médico y abarca el útero, la vagina,
ovarios, trompas de Falopio, vejiga y recto. En el caso de que fuera detectada una
anomalía en la forma o tamaño de estos órganos se pasaría a utilizar técnicas de
imagen como la ecografía.
Según un estudio publicado por la revista de la Asociación Americana de Medicina, es
recomendable combinar la citología vaginal con un test de papilomavirus, ya que un
93% de las mujeres con cáncer en el cuello del útero están infectadas por este virus.
También hay una vacuna que ha dado resultados positivos a la hora de proteger a las
mujeres de contraerlo. Los médicos recomiendan vacunarse antes de comenzar una
vida sexual activa.
En el cáncer de cérvix y de útero se utiliza un método especial llamado el test de
Papanicolaou o citología. Esta prueba, que no causa dolor, se lleva a cabo para
detectar posibles cambios en el cérvix. No se trata de una prueba diagnóstica, como es
una biopsia, ya que en ningún caso permite excluir por sí sola el diagnóstico de cáncer.
La primera citología con test de Papanicolaou debe hacerse a los 3 años de iniciar las
relaciones sexuales vaginales, y en caso de duda, nunca más tarde de los 21 años. La
periodicidad de la prueba debe ser anual, excepto en el caso de que se empleen las
últimas generaciones de 'tests', mucho más exactas y que permiten una única
evaluación cada dos años. El momento ideal para realizarse la prueba es de 10 a 20
días tras el primer día de regla.
En caso de que el test resulte positivo, se repetirá y se llevará a cabo otro tipo de
pruebas como la biopsia, para la cual se utiliza anestesia. Esta consiste en extraer
tejido de la zona en la que se sospecha que se encuentre el cáncer para que un
patólogo lo analice. Esta técnica de detección se utiliza para los tres tipos de cáncer.
Enema de bario, escáneres, rayos X
Espectrometría de masas
TRATAMIENTOS Y EFECTOS SECUNDARIOS
Según el tipo de tumor y el estadio en el que éste se encuentre, se aplica un de tratamiento
diferente. La salud y la edad del paciente también son decisivas a la hora de escoger la
estrategia de tratamiento. Las técnicas son muy diversas y se pueden utilizar de manera
aislada o combinadas.
La cirugía es el tratamiento más común, permite eliminar las células cancerosas y, en
caso de ser necesario, retirar los ovarios, trompas de Falopio u otros órganos que se
hayan visto afectados por el cáncer o una metástasis. En caso de que lo extraído sea el
útero la técnica se denomina histerectomía. También los ganglios linfáticos pueden ser
retirados mediante cirugía.
Tras la operación, la paciente sentirá inicialmente dolores abdominales que pueden
atenuarse con fármacos. También experimentará dificultades o molestias al orinar. Cuando
los ovarios o el útero han sido retirados además de los dolores físicos la mujer suele tener
una etapa emocionalmente difícil; no va a poder tener hijos, y en este momento otra
pareja que haya pasado por la misma situación o alguien con quien hablar se convierte en
una necesidad fundamental. Además, se produce una menopausia brusca que provoca
muchos síntomas y molestias, más intensas que las de la menopausia natural que es más
lenta y progresiva. Para esto existen tratamientos como las terapias hormonales
sustitutorias. Pero los últimos experimentos han puesto en entredicho estos tratamientos,
ya que pueden fomentar la aparición de otros cánceres.
La radioterapia suele complementar a la cirugía; esta técnica emplea radiaciones de
alta energía para matar a las células cancerígenas. Para el tratamiento con radioterapia
externa la paciente ha de acudir durante un periodo de 4 a 6 semanas, de lunes a
viernes, al hospital. Otro posible modo de aplicar la radioterapia es la implantación de
una cápsula con sustancias radioactivas en la zona del tumor. En algunos casos se
recurre a otro método denominado terapia de radiación intraperitonal en el que se
inyecta un líquido radioactivo directamente en el abdomen a través de un catéter.
Los efectos secundarios de la radioterapia dependen del tipo y la cantidad de ésta que
haya recibido la paciente. Los más comunes son sequedad y picores en la piel de la zona
tratada, pérdida de apetito y una enorme sensación de cansancio. En el caso del cáncer de
cérvix o de útero la mujer sentirá sequedad y picor en la vagina, por lo que puede sentir
dolor durante el acto sexual. Además muchos médicos recomiendan no mantener
relaciones mientras dura el tratamiento.
La quimioterapia se utiliza en menor medida. La paciente recibe medicamentos por vía
oral o intravenosa que destruyen las células cancerosas que hayan podido quedar tras
la radioterapia o la cirugía. Al igual que la radioterapia se puede aplicar también a
través de un catéter. Los avances en la investigación están consiguiendo que surjan
medicamentos cada vez menos agresivos para el paciente y más tóxicos para el tumor
que reducen los efectos secundarios negativos.
El principal problema de la quimioterapia es que destruye tanto las células malignas como
las sanas. Por lo tanto, la paciente está más baja de defensas con lo que corre el riesgo de
padecer enfermedades infecciosas y sentirá que tiene menos energía. Además puede
provocar daños en el riñón y otros órganos importantes.
Otro complemento es la hormonoterapia ya que estos tumores aumentan o
disminuyen en función de los niveles de hormonas. El aumento de peso o los cambios
en la menstruación son algunos de los efectos secundarios.
Conclusiones
Los tumores ginecológicos cuando son detectados es porque ya está muy avanzada la
enfermedad, por lo cual en el rango en el que yo me enfoco en este tema es muy difícil realizar
algún tratamiento para alargar la vida del paciente ya que en vez de alargar su vida solo
estamos alargando su agonía.
Para el paciente de la tercera edad ya es muy difícil resistir todos los síntomas de los
tratamientos así que se debe preparar a la familia porque ya no tiene cura y el alargarle la vida
es más doloroso para ambos.
Se recomienda la asesoría de un tanatólogo.
Biografía
Pekmezci, M., & Perry, A. (2013). Neuropathology of brain metastases. Surgical Neurology
International, 4(5), S245-S255. doi:10.4103/2152-7806.111302
Song, S.,Kim,J,Y.Yoo,H.Kim,S.,Kim,S.,&...Park, S.(2013). The size of the metastatic. lymph node
is on independent prognostic factor for the patients with cervical cancer treated by definitive
radiotherapy. Radiotherapy & Oncology, 108(1),168-173 doi 10./0 16/j. radonc.2013.04.015
Gallardo-Rincón,D., Cantú-de-León., Alanis-López, P., Alvarez- Auitia, M., Bañuelos -Flores, J.,
Herbert-Núñez,
G.,
&...Quijano-Castro,
F.
(2011).
(Third
National
Ovarian
Consensus.2011.Grupo de Investigación en Cáncer de Ovario y Tumores Ginecológicos de
México"GICOM") Revista de Investigación Clínica; Organo del Hospital de Enfermedades de la
Nutrición, 63 (6), 665-702
Kaewprag, J., Umnaivijit, W., Ngmkham, J., & Panglikmogkol, M (2013). HPV16 Oncoproteins.
Promote Cervical Cancer Invasiveness by Upregulating Specific Matrix Metalloproteinases. Plas
ONE 8(8). I-II. doi.10.1371/ journal.pone.0071611
Guo, N, Peng, Z., Yang, K.,& Lou, J.(2012) Uterine Cervical Malignanat granular cell tumor.
Journal of Obstetrices & Gynecology Reserch, 38 (6), 944-947.doi:10.1111/j.14470756.2011.01788.x
Salvatti, E. K. (2011). Brain Cancer, Tumor Targeting and Cervical Cancer. New York: Nova
Science Publishers.
Zikan, M. M., Fischerova, D. D., Pinkavova, I. I., Dundr, P. P., & Cibula, D. D. (2012).
Ultrasonographic appearance of metastatic non-gynecological pelvic tumors. Ultrasound In
Obstetrics & Gynecology, 39(2), 215-225. doi:10.1002/uog.10068
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Circulating tumour cells detected by a novel adenovirus-mediated system may be a potent
therapeutic marker in gynaecological cancers. British Journal Of Cancer, 107(3), 448-454.
doi:10.1038/bjc.2012.276
http://www.iram.cl/index.php?option=com_content&view=article&id=11&Itemid=13
http://www.cancer.gov/espanol/recursos/hojas-informativas/tipos/metastatico-respuestas
http://www.imss.gob.mx/salud/cancer/Pages/index.aspx

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  • 1. TUMORES GINECOLOGICOS EN MUJERES DE LA TERCERA EDAD EN ETAPA METASTASIS MATERIA: CULTURA DE LA INFORMACION PROFESOR: HERMOSILLO AGUIRRE JESUS DARIO LILIANA GÓMEZ JUÁREZ ID 148017
  • 2. INTRODUCCION La metástasis es el movimiento de las células cancerosas de un órgano o tejido a otro y por lo regular se propagan a través de la sangre o el sistema linfático Las metástasis más comunes en el cáncer de ovario se dan en el peritoneo, que es la bolsa que recubre a los intestinos. En estos casos se produce ascitis (acumulación de líquidos en el abdomen). Se pueden dar principalmente tres casos de alteraciones benignas que, en caso de que no desaparezcan de forma natural, se pueden solucionar con cirugía. Los fibroides son grupos de células que crecen en el músculo del útero y nunca derivan en cáncer. Otro tipo de patología de este tipo es la endometriosis. Se da sobre todo en mujeres de 30 a 40 años que nunca han estado embarazadas y consiste en el crecimiento de tejido endometrial fuera del útero o cerca de otros órganos. Por último, la hiperplasia es un incremento del número de células en la superficie del útero que se suele tratar con hormonas o mediante cirugía. Cuando el cáncer ha producido metástasis, se puede tratar con quimioterapia, radioterapia, terapia biológica, tratamiento hormonal, cirugía, o una combinación de éstos. La elección del tratamiento depende generalmente del tipo de cáncer primario, del tamaño, la localización de la metástasis, la edad, la salud general del paciente y los tipos de tratamientos usados previamente. En los pacientes diagnosticados de metástasis de origen desconocido, sigue siendo posible tratar la enfermedad incluso cuando el tumor primario no puede ser localizado. Cuando un cáncer presenta metástasis se encuentra en la fase o estadio más avanzado (estadio IV). Algunos tumores como el cáncer testicular y algunos linfomas pueden ser curables cuando se encuentra en enfermedad metastásica en la mayoría de los casos.
  • 3. OBJETIVOS Conocer por que surge esta etapa de cáncer conocida como metástasis Que tratamientos pueden llevar los pacientes con metástasis Aceptación del paciente y el familiar
  • 4. Los ovarios son dos y se encuentran en la pelvis, uno a cada lado del útero. Tienen la forma y tamaño de una almendra, y producen tanto óvulos como hormonas femeninas (estrógenos y progesterona) que se encargan de dar forma y rasgos femeninos al cuerpo y de regular la menstruación y el embarazo entre otras cosas. El cáncer de ovario representa el 4% de los tumores que afectan a la mujer. Los quistes en el ovario son tumores benignos que suelen desaparecer de manera espontánea. En el caso de que persistan o crezcan, el médico puede extirparlos. Hay tres tipos fundamentales de tumores malignos; los que se forman en la superficie del ovario se denominan carcinoma epitelial y son los más comunes. También, pero de manera mucho menos frecuente, se pueden dar casos de cáncer en las células que producen los óvulos y en los tejidos que rodean al ovario. Las metástasis más comunes en el cáncer de ovario se dan en el peritoneo, que es la bolsa que recubre a los intestinos. En estos casos se produce ascitis (acumulación de líquidos en el abdomen), mientras que si llegan al sistema sanguíneo o al linfático, las células cancerígenas pueden viajar por todo el cuerpo, lo que aumentan las posibilidades de metástasis en otras partes del cuerpo. El cuello del útero, también llamado cérvix, une la vagina con la cavidad del útero que está recubierto por el endometrio. El cáncer de cérvix también es conocido como carcinoma escamoso ya que las células que recubren su superficie son planas y muy delgadas, como si fuesen escamas. Los científicos creen que no todas las células anormales que aparecen en el cérvix son cancerígenas, aunque sí es recomendable llevar a cabo chequeos regulares, porque éste puede ser el primer paso hacia el cáncer. A veces se trata de lesiones intraepiteliales formadas por tejido anormal que aparece sólo en la superficie del cérvix. Suelen aparecer sobre todo en mujeres de 25 a 35 años y a veces desaparecen de forma espontánea. Los casos más graves se desarrollan en mujeres de 30 a 40 años y puede tardar meses, e incluso años en provocar el cáncer. Si van más allá de la superficie y crecen hacia la profundidad del cérvix se llaman lesiones invasivas y suelen aparecer a partir de los 40. El útero es la cavidad en la que se desarrolla el feto. Está compuesto por dos capas de tejidos diferentes: la interior, muy fina, que se llama endometrio y otra más externa, formada por músculo y llamada miometrio. La mayoría de los tumores del útero surgen tras la menopausia. Se pueden dar principalmente tres casos de alteraciones benignas que, en caso de que no desaparezcan de forma natural, se pueden solucionar con cirugía. Los fibroides son grupos de células que crecen en el músculo del útero y nunca derivan en cáncer. Otro tipo de patología de este tipo es la endometriosis. Se da sobre todo en mujeres de 30 a 40 años que nunca han estado embarazadas y consiste en el crecimiento de tejido endometrial fuera del útero o cerca de otros órganos. Por último, la hiperplasia es un incremento del número de células en la superficie del útero que se suele tratar con hormonas o mediante cirugía. Las metástasis más comunes del cáncer de útero se producen en los ganglios linfáticos y en otros órganos como los pulmones, el hígado y los huesos.
  • 5. Tipos de cáncer en ovario, útero y cérvix Ovario Estadio I: el tumor sólo afecta a uno o los dos ovarios. Estadio II: el cáncer no se limita a los ovarios, pero sigue estando dentro de una zona limitada por la pelvis (útero, vejiga o recto). Estadio III: el cáncer se ha extendido al peritoneo (revestimiento del abdomen) y/o a los ganglios linfáticos. Estadio IV: metástasis a distancia, es decir, en otros órganos del cuerpo. Útero Estadio I: Cáncer de útero que permanece sólo en el cuerpo central de este, es decir, que no se ha extendido al cuello. Estadio II: el tumor invade el cérvix. Estadio III: El cáncer se localiza en zonas fuera del útero, pero dentro de la zona de la pelvis (aunque no en la vejiga o el recto). Por ejemplo en los ganglios linfáticos. Estadio IV: La vejiga y el recto se ven afectados. Este estadio también abarca las metástasis en otras zonas del cuerpo. Cérvix Estadio I A: tumor microscópico limitado al útero. Estadio I B: El tumor se puede ver a simple vista y se limita al útero. Estadio II: El cáncer se extiende más allá del útero pero no llega a la pared pélvica. Este estadio también abarca aquellos tumores que ocupan menos de un tercio de la vagina. Estadio III: Aquí se encuentran los tumores que han invadido la pared pélvica y/o menos de un tercio de la vagina y aquellos que han causado un fallo en el riñón. Estadio IV A: El cáncer llega a la vejiga o el recto o se extiende más allá de la pelvis. Estadio IV B: Metástasis a distancia, en otros lugares del cuerpo. PREVENCIÓN Y FACTORES DE RIESGO Un estudio realizado por investigadores británicos y franceses ha llegado a la conclusión de que el uso de la píldora como anticonceptivo puede favorecer la aparición de cáncer de cuello del útero. Este fármaco no impide el contagio, durante las relaciones sexuales, de virus como el papiloma humano o bacterias como la clamidia, cuya infección puede degenerar en cáncer. Este riesgo aumenta en función del tiempo durante el que se ha consumido la píldora. Las féminas que han empleado anticonceptivos orales durante menos de cinco años tienen un 10% más de probabilidades de padecer un tumor de cérvix, mientras que en aquellas que los han usado entre cinco y nueve años el porcentaje puede llegar al 60%. Recibir la vacuna para inmunizarse frente al virus del papiloma humano antes de comenzar una vida sexual activa parece que también podría evitar o, al menos, reducir las posibilidades de contraer el cáncer de cérvix, según los últimos estudios al respecto. Fumar y mantener relaciones sexuales antes de los 18 años así como alternar muchas parejas sexuales distintas favorece también la aparición de estos tumores. Si el hombre ha mantenido relaciones con una mujer que padece cáncer de cérvix el riesgo aumenta porque tienen más probabilidades de haber sido contagiados con un virus. En el caso del cáncer de útero, la edad avanzada, haber sufrido hiperplapsia endometrial (un crecimiento descontrolado de las células del endometrio), la terapia hormonal sustitutiva
  • 6. durante la menopausia o un cáncer colorrectal previo también son factores de riesgo. Además, los resultados de los últimos estudios realizados aseguran que las mujeres obesas corren un mayor peligro y las blancas son más propensas que las de origen africano. Ciertos aspectos en la vida de una persona nos pueden 'avisar' de la posibilidad de tener cáncer de útero. Estos factores son los siguientes: Si se tiene familiares cercanos (hermana, madre, abuela) con el mismo tipo de tumor, aumentan las posibilidades de padecerlo. Cuanto mayor sea el número de parientes con un cáncer de este tipo mayores son los riesgos. Los cánceres de mama o de colon en familiares, o en la propia persona, también están relacionados con la aparición del cáncer de ovario. Las mujeres de más edad son las más propensas a desarrollar cáncer de ovario. La mayor tasa de cánceres de este tipo se encuentra en pacientes de más de 50, alcanzando el máximo a partir de los60. También las mujeres que nunca han tenido hijos tienen más posibilidades de desarrollar un cáncer de ovario; de hecho, es inversa la relación entre el número de hijos y el cáncer de ovario. Los medicamentos para la fertilidad y la terapia hormonal sustitutoria que se aplica para controlar los síntomas de la menopausia, también son factores de riesgo, aunque en menor medida que los anteriores. En la actualidad se están llevando a cabo diversos estudios que han confirmado esta hipótesis por lo que cada vez se recurre con más cuidados a este tipo de medicamentos. Es fundamental mantener una alimentación sana: hay estudios que hablan del exceso de grasa como factor que aumenta el riesgo de cáncer de útero y se sabe que la vitamina A ayuda a prevenir el cáncer de cérvix. DETECCIÓN YSÍNTOMAS El síntoma más común del cáncer de útero y de cerviz es la hemorragia vaginal anormal. En un principio este sangrado es un fluido muy acuoso en el que la cantidad de sangre va siendo mayor. Hay que tener cuidado para no confundirlo con el inicio de la menopausia, en caso de que coincida con este periodo de la vida. Otros signos son el dolor durante el acto sexual o al orinar, o una molestia general en el área pélvica. El problema del cáncer de ovario es que estos síntomas aparecen demasiado tarde, por lo que cuando se detecta, la enfermedad ya está en un estado muy avanzado y tiene muy difícil solución. Entre las técnicas más utilizadas para detectar los cánceres del aparato reproductor femenino destacan las siguientes: El examen de pelvis: lo realiza manualmente el médico y abarca el útero, la vagina, ovarios, trompas de Falopio, vejiga y recto. En el caso de que fuera detectada una anomalía en la forma o tamaño de estos órganos se pasaría a utilizar técnicas de imagen como la ecografía. Según un estudio publicado por la revista de la Asociación Americana de Medicina, es recomendable combinar la citología vaginal con un test de papilomavirus, ya que un 93% de las mujeres con cáncer en el cuello del útero están infectadas por este virus. También hay una vacuna que ha dado resultados positivos a la hora de proteger a las mujeres de contraerlo. Los médicos recomiendan vacunarse antes de comenzar una vida sexual activa.
  • 7. En el cáncer de cérvix y de útero se utiliza un método especial llamado el test de Papanicolaou o citología. Esta prueba, que no causa dolor, se lleva a cabo para detectar posibles cambios en el cérvix. No se trata de una prueba diagnóstica, como es una biopsia, ya que en ningún caso permite excluir por sí sola el diagnóstico de cáncer. La primera citología con test de Papanicolaou debe hacerse a los 3 años de iniciar las relaciones sexuales vaginales, y en caso de duda, nunca más tarde de los 21 años. La periodicidad de la prueba debe ser anual, excepto en el caso de que se empleen las últimas generaciones de 'tests', mucho más exactas y que permiten una única evaluación cada dos años. El momento ideal para realizarse la prueba es de 10 a 20 días tras el primer día de regla. En caso de que el test resulte positivo, se repetirá y se llevará a cabo otro tipo de pruebas como la biopsia, para la cual se utiliza anestesia. Esta consiste en extraer tejido de la zona en la que se sospecha que se encuentre el cáncer para que un patólogo lo analice. Esta técnica de detección se utiliza para los tres tipos de cáncer. Enema de bario, escáneres, rayos X Espectrometría de masas TRATAMIENTOS Y EFECTOS SECUNDARIOS Según el tipo de tumor y el estadio en el que éste se encuentre, se aplica un de tratamiento diferente. La salud y la edad del paciente también son decisivas a la hora de escoger la estrategia de tratamiento. Las técnicas son muy diversas y se pueden utilizar de manera aislada o combinadas. La cirugía es el tratamiento más común, permite eliminar las células cancerosas y, en caso de ser necesario, retirar los ovarios, trompas de Falopio u otros órganos que se hayan visto afectados por el cáncer o una metástasis. En caso de que lo extraído sea el útero la técnica se denomina histerectomía. También los ganglios linfáticos pueden ser retirados mediante cirugía. Tras la operación, la paciente sentirá inicialmente dolores abdominales que pueden atenuarse con fármacos. También experimentará dificultades o molestias al orinar. Cuando los ovarios o el útero han sido retirados además de los dolores físicos la mujer suele tener una etapa emocionalmente difícil; no va a poder tener hijos, y en este momento otra pareja que haya pasado por la misma situación o alguien con quien hablar se convierte en una necesidad fundamental. Además, se produce una menopausia brusca que provoca muchos síntomas y molestias, más intensas que las de la menopausia natural que es más lenta y progresiva. Para esto existen tratamientos como las terapias hormonales sustitutorias. Pero los últimos experimentos han puesto en entredicho estos tratamientos, ya que pueden fomentar la aparición de otros cánceres. La radioterapia suele complementar a la cirugía; esta técnica emplea radiaciones de alta energía para matar a las células cancerígenas. Para el tratamiento con radioterapia externa la paciente ha de acudir durante un periodo de 4 a 6 semanas, de lunes a viernes, al hospital. Otro posible modo de aplicar la radioterapia es la implantación de una cápsula con sustancias radioactivas en la zona del tumor. En algunos casos se recurre a otro método denominado terapia de radiación intraperitonal en el que se inyecta un líquido radioactivo directamente en el abdomen a través de un catéter. Los efectos secundarios de la radioterapia dependen del tipo y la cantidad de ésta que haya recibido la paciente. Los más comunes son sequedad y picores en la piel de la zona tratada, pérdida de apetito y una enorme sensación de cansancio. En el caso del cáncer de cérvix o de útero la mujer sentirá sequedad y picor en la vagina, por lo que puede sentir dolor durante el acto sexual. Además muchos médicos recomiendan no mantener relaciones mientras dura el tratamiento.
  • 8. La quimioterapia se utiliza en menor medida. La paciente recibe medicamentos por vía oral o intravenosa que destruyen las células cancerosas que hayan podido quedar tras la radioterapia o la cirugía. Al igual que la radioterapia se puede aplicar también a través de un catéter. Los avances en la investigación están consiguiendo que surjan medicamentos cada vez menos agresivos para el paciente y más tóxicos para el tumor que reducen los efectos secundarios negativos. El principal problema de la quimioterapia es que destruye tanto las células malignas como las sanas. Por lo tanto, la paciente está más baja de defensas con lo que corre el riesgo de padecer enfermedades infecciosas y sentirá que tiene menos energía. Además puede provocar daños en el riñón y otros órganos importantes. Otro complemento es la hormonoterapia ya que estos tumores aumentan o disminuyen en función de los niveles de hormonas. El aumento de peso o los cambios en la menstruación son algunos de los efectos secundarios.
  • 9. Conclusiones Los tumores ginecológicos cuando son detectados es porque ya está muy avanzada la enfermedad, por lo cual en el rango en el que yo me enfoco en este tema es muy difícil realizar algún tratamiento para alargar la vida del paciente ya que en vez de alargar su vida solo estamos alargando su agonía. Para el paciente de la tercera edad ya es muy difícil resistir todos los síntomas de los tratamientos así que se debe preparar a la familia porque ya no tiene cura y el alargarle la vida es más doloroso para ambos. Se recomienda la asesoría de un tanatólogo.
  • 10. Biografía Pekmezci, M., & Perry, A. (2013). Neuropathology of brain metastases. Surgical Neurology International, 4(5), S245-S255. doi:10.4103/2152-7806.111302 Song, S.,Kim,J,Y.Yoo,H.Kim,S.,Kim,S.,&...Park, S.(2013). The size of the metastatic. lymph node is on independent prognostic factor for the patients with cervical cancer treated by definitive radiotherapy. Radiotherapy & Oncology, 108(1),168-173 doi 10./0 16/j. radonc.2013.04.015 Gallardo-Rincón,D., Cantú-de-León., Alanis-López, P., Alvarez- Auitia, M., Bañuelos -Flores, J., Herbert-Núñez, G., &...Quijano-Castro, F. (2011). (Third National Ovarian Consensus.2011.Grupo de Investigación en Cáncer de Ovario y Tumores Ginecológicos de México"GICOM") Revista de Investigación Clínica; Organo del Hospital de Enfermedades de la Nutrición, 63 (6), 665-702 Kaewprag, J., Umnaivijit, W., Ngmkham, J., & Panglikmogkol, M (2013). HPV16 Oncoproteins. Promote Cervical Cancer Invasiveness by Upregulating Specific Matrix Metalloproteinases. Plas ONE 8(8). I-II. doi.10.1371/ journal.pone.0071611 Guo, N, Peng, Z., Yang, K.,& Lou, J.(2012) Uterine Cervical Malignanat granular cell tumor. Journal of Obstetrices & Gynecology Reserch, 38 (6), 944-947.doi:10.1111/j.14470756.2011.01788.x Salvatti, E. K. (2011). Brain Cancer, Tumor Targeting and Cervical Cancer. New York: Nova Science Publishers. Zikan, M. M., Fischerova, D. D., Pinkavova, I. I., Dundr, P. P., & Cibula, D. D. (2012). Ultrasonographic appearance of metastatic non-gynecological pelvic tumors. Ultrasound In Obstetrics & Gynecology, 39(2), 215-225. doi:10.1002/uog.10068 Takakura, M., Kyo, S., Nakamura, M., Maida, Y., Mizumoto, Y., Bono, Y., & ... Inoue, M. (2012). Circulating tumour cells detected by a novel adenovirus-mediated system may be a potent therapeutic marker in gynaecological cancers. British Journal Of Cancer, 107(3), 448-454. doi:10.1038/bjc.2012.276 http://www.iram.cl/index.php?option=com_content&view=article&id=11&Itemid=13 http://www.cancer.gov/espanol/recursos/hojas-informativas/tipos/metastatico-respuestas http://www.imss.gob.mx/salud/cancer/Pages/index.aspx