Luis Lugo piano "Bolerium" critica by Grizel Hernandez ( Investigadora Musicologa ,Cuba )
1. La pianística cubana ha tenido un importante presencia a través de nuestra historia
musical, así, es posible encontrar relevantes nombres que han trascendido la nación,
desarrollando carreras en otras tierras. A partir de 1959, con el sólido sistema de
enseñanza artística el aprendizaje del instrumento cobró mayores logros, con la
integración e incorporación de maestros egresados de la prestigiosa escuela pianística
rusa o en su lugar, la visita de estudiantes cubanos a los más distinguidos
conservatorios del área socialista.
Es en este contexto que se inserta la formación de la carrera pianística de Luis Lugo,
talentoso músico que desde muy joven mostrara sólidos recursos técnicos y artísticos
que lo llevaron a elevados alcances en el instrumento .A ello se suma una seria y
disciplinada formación recibida en las clases con aquellos maestros que dejaron sus
huellas en la solidez de un adiestramiento forjado en los prestigiosos Conservatorio
Amadeo Roldán de Cuba y del Conservatorio Tchaikovski, de Moscú.
Y todo ese acervo lo revela el artista con el repertorio ejecutado en sus conciertos, que
da la posibilidad de disfrutar de audiciones de un gran valor y cubanía como expresión
de un amplio rango de sonoridades y colores revelados por su instrumento. Así van las
exquisitas versiones de danzas del más fino repertorio romántico cubano con sus
interpretaciones de las piezas de Ignacio Cervantes, compositor y pianista que junto a
Manuel Saumell, resultan quizás los compositores más representativos del siglo XIX, y
en las que el músico hace resaltar particulares motivos de nostalgia y cadencia, de una
lectura propia de sus móviles estéticos. Principios
En otra aristas resulta sorprende el acercamiento del pianista a otros temas
representativos de la música popular cubana que muestran gusto, madurez y creatividad,
dada la propia recreación que concretan herencia y síntesis. La cancionística, centrada
en temas clásicos de la trova tradicional y del movimiento del filin, se apoya en su
ejecución en sonidos, fraseos y armonías que van formando un lenguaje propio y de lo
que son ejemplos Veinte años, de María Teresa Vera y Perla Marina, de Sindo Garay,
así como Dos gardenias, de Isolina Carrillo.
Sin traicionar su estirpe de formación clásica Lugo revisita estos temas de una manera
grandiosa, donde emergen los rasgos de una depurada técnica que da otro vuelo a
dichas piezas, algunas de los cuales van más allá de lo instrumental, para acercarnos al
pianista acompañante, que se nutre y rememora a maestros como Bola de Nieves o
Ernesto Lecuona quienes hicieron gala de ese sutil diálogo entre piano y voz en sus
particulares creaciones. Luis Lugo, asume ahora este rol como apoyo a la argentina
Jezz Milner para juntos complementar la riqueza conceptual de viejas canciones traídas
a estos tiempos de la cual destaca sus versiones de los títulos Sombra o Summertime.
La Milner posee gran fuerza y sensibilidad, lo que se manifiesta en una voz que revela
peculiar estilo, manifiesto en su especial interpretación de la canción cubana donde
borda lo jazzístico en acentuado diálogo con el piano, de lo cual dan fe My funner
Valentiney , Llanto de luna , entre otros ofrecidos en este concierto.
2. Lo provocador de Lugo y su piano, se enuncia en ese repertorio que parte del imaginario
popular y revitaliza cuando logra fusionar lo cubano en toda su múltiple riqueza, con
los valores del repertorio pianístico internacional, en particular los procedimientos y
maneras de hacer, melodías, factura y color presentes en el rapsodismo del
romanticismo europeo, rememorando a Chopin, Liszt, Rachmaninov o Scriabin, entre
otros grandes del período, así como los matices intertextuales, que muestran armonías
propias del clasicismo y el impresionismo francés, o aquellos que evocan igualmente a
Gluck o a Beethoven entre otros apreciables estilos de la creación académica universal.
De notable factura son las versiones que fusionan Orfeo y Feeling o Nostalgia y El día
que me quieras, que interpreta junto su cantante Jezz .A todo ello se integra de manera
muy distintiva la asunción de códigos jazzísticos muy cercanos a la esencia cubana
dignificada por Chucho Valdés, entre otros talentos del género en Cuba, para dar una
calidad sonora sui géneris, basada en la conciliación de todos estos elementos de lo cual
sus versiones de Perla Marina, o Summertine resultan ejemplos de singular exquisitez
Luis Lugo, “El piano de Cuba” como justamente se reconoce en los predios
latinoamericanos –y que ya se extienden a otras regiones de Europa y África- en los que
ha brindado su música, es hoy un artista en plenas potencialidades que van más allá del
instrumento que ha seleccionado a fin de comunicarse y deleitar a tantos públicos, para
transfigurarse en concepto, legado, estilo, es decir, arte de la mayor excelencia. Sea este
concierto al que ha titulado Bolerium, como homenaje a ese género de raigambre tan
cubana, ejemplo de la riqueza interior que entrega este importante músico a su
auditorio.
Grizel Hernández Baguer
Musicóloga e investigadora
Cuba.
Marzo 2014