Una pila convierte energía química en electricidad mediante cuatro componentes principales: un ánodo negativo que almacena electrones, un cátodo positivo que acepta electrones, un electrolito conductor que transfiere carga, y un separador que permite la circulación de carga pero evita el contacto entre el ánodo y el cátodo. Cuando se conecta un dispositivo, los electrones fluyen del terminal negativo al positivo a través del circuito externo para alimentarlo con la energía almacenada.