2.
No todo lo que se ha atribuido a las
mujeres es natural ni tampoco es todo
cultural.
3. Con igualdad nos referimos al ámbito de
la justicia, esto es la equidad.
Se contrapone a la desigualdad, en el
sentido de aquello que ocasiona las in
justicias.
4. En cambio, la identidad se opone a la
diferencia.
Todos tenemos una identidad, una
identidad que nos distingue, esto es lo
que nos hace diferentes a los demás.
Aquí la identidad es la parte de
diferencia que nos toca, que nos
caracteriza.
5. No se puede negar que hay diferencias
brotadas de la naturaleza, y no
meramente debidas a la cultura.
Incluso hay que decir que las diferencias
naturales se han vivido como
culturales, se han hecho culturales; pero
es ese revestimiento cultural el que
conviene criticar para no poner como
natural lo que no lo es. Ni poner como
cultural lo que es natural.
6.
Es difícil ser varón, y es difícil ser mujer.
Porque no todo en ello es vivir lo
meramente natural, sino también lo
cultural.
7.
En cuanto a la relación de hombre y mujer, mas bien somos
análogos, esto es, idénticos o iguales en ciertas cosas y
diferentes en otras.
El feminismo unívoco es el de las feministas
tradicionales, que buscan y promueven la
homogeneización.
El feminismo equivocista es el de las feministas
radicales, que se oponen tanto al varón, que da la
impresión de que deben eliminarlo.
8.
En cambio, falta un feminismo
analógico, el cual plantearía que no se
recalcara tanto la diferencia, que
privara a las mujeres de actividades que
hacen los varones y que también
pueden hacer ellas, pero sin recalcar
tanto la identidad.
9.
Muchas feministas como Jean B. Elsthain
y Carol Gillian estas concientizando, se
trata de no borrar las diferencias entre
los varones y las mujeres, sino de salvar
las que no se oponen a la igualdad.
10.
De todas maneras se trata de salvaguardar esas
diferencias, y reconocer las semejanzas, que
también se dan entre ambos.
Y también se trata de reconocer que predominan
mas en varones o en mujeres.