1. UNIVERSIDAD FERMÍN TORO
VICE RECTORADO ACADÉMICO
FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES
ESCUELA DE COMUNICACIÓN SOCIAL
REPORTAJE
(JUAN VICENTE GOMEZ)
Autora: María Andrade.
C.I: 29.939.785.
Cátedra: Historia de Venezuela.
Sección: Saia “A”
Profesora: Celia Sánchez.
Carrera: Comunicación Social
Santa Cruz de Bucaral, Falcón, Venezuela. Enero 2021.
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EL GENERAL JUAN VICENTE
GÓMEZ:
(La Mulera, 1859 - Maracay, 1935) Político y militar
venezolano, presidente de Venezuela entre 1908 y
1935. Nació en el seno de una importante familia de
hacendados andinos que habitaban en la finca La
Mulera, en el estado Táchira.
Creció con las astucias y los privilegios de primogénito de una pródiga familia de doce
hermanos, de quienes al morir el padre en 1883 se haría cargo, además de su madre
Hermenegilda Chacón Alarcón, el también hacendado y traficante de ganado Pedro Cornelio
Gómez.
Juan Vicente Gómez se formó
como estratega militar en tres
importantes campañas, hasta
convertirse en el "Gran
Pacificador de Venezuela",
como ya lo reconociera la
población en 1903.
El 27 de abril de 1910, el
Congreso Nacional lo designó
presidente constitucional para
el período 1910-1914. Hasta
1913, puede decirse que Juan
Vicente Gómez se dedicó a
constituir un gobierno de
contención en el que, aparte de
lo necesario para controlar la
oposición, dispuso por decreto,
en 1910, la creación de la
Academia Militar como base de
un ejército nacional, que a la
postre pondría término definitivo al sistema de ejércitos privados controlados por los caudillos
regionales.
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A partir de 1913, cuando Gómez decidió prolongar el período presidencial a siete años,
desconocer las elecciones y expulsar a todos los antiguos líderes del Consejo de Gobierno
bajo supuesta amenaza de invasión por parte de Cipriano Castro, se inició el verdadero
proceso que caracterizó la época gomecista. Su permanencia en el poder se prolongó hasta
1935, dividida en tres períodos constitucionales: 1915-1921, 1922-1929 y 1931-1935.
En ellos gobernó desde la figura de presidente de la República, atribuyéndose el título de jefe
supremo de los ejércitos de Venezuela. En varias oportunidades nombró presidentes
encargados, entre los que figuraron José Gil Fortoul, Victorino Márquez Bustillos y Juan
Bautista Pérez.
Ese año de 1913 también fue el de la clausura de la Universidad Central por un período de casi
diez años. Los hitos del régimen gomecista coinciden, sin duda, con un cambio radical en la
estructura política y económica del país. A partir de 1914, tras el descubrimiento del pozo
petrolero de Mene Grande, comienza la transformación de Venezuela en nación petrolera. Se
promulgaron leyes y se pronunciaron los primeros reglamentos para la explotación de esa
fuente energética, que la nación solo podía comprender como "Riqueza".
Otro hito de entonces fue la construcción de carreteras que permitieron la comunicación
terrestre del país y facilitaron la creación de una conciencia nacional. La Ley sobre
Hidrocarburos, la creación del Banco Obrero y del Banco Agrícola y Pecuario, y la
promulgación de la primera Ley del Trabajo, son elementos paradigmáticos del régimen. El
interrogante, sin embargo, se sigue planteando cada vez que la nación recuerda aquella
generación de estudiantes que, a propósito de una celebración de Carnaval, se manifestó
adversa contra el absolutismo del Benemérito Gómez, y de la cual por cierto surgieron los
líderes e intelectuales que luego se encargarían de conducir los destinos de la nación.
En ellos gobernó desde la figura de presidente de la República, atribuyéndose el título de jefe
supremo de los ejércitos de Venezuela. En varias oportunidades nombró presidentes
encargados, entre los que figuraron José Gil Fortoul, Victorino Márquez Bustillos y Juan
Bautista Pérez.
Juan Vicente Gómez escogió por casa de gobierno
la ciudad de Maracay, y desde ahí supo tejer los
hilos de un absolutismo inédito para la nación. Supo
gerenciar, con metáfora de hacienda, las vidas de
los venezolanos que, tanto por el terror como por las
dádivas, nunca olvidarían al Benemérito. Juan
Vicente Gómez murió de una enfermedad en la
próstata el 17 de diciembre de 1935. Todavía
anciano quería seguir gobernando, pero, mal que
bien, el país ya era otro.
La cuestión que encierra la tesis del "gendarme
necesario" encuentra en la figura de Juan Vicente
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Gómez el principio de una paradoja todavía irresoluble en la memoria política de los
venezolanos: ¿cuál es el precio que debe pagar un país por la consolidación de su unidad
nacional? Esta pregunta sigue suscitando polémica, y muchas veces discusión maniquea,
cuando se intenta evaluar la labor del mentado Benemérito. Sus tiempos fueron los de las
evocadas hazañas de la "pacificación nacional", la consolidación de una unidad
politicoterritorial con sentido de Estado-nación, la unificación del ejército y su profesionalización
institucional, y también de otras acciones de gobierno más adjetivas, pero asimismo más
idealizadas por la memoria colectiva: el pago de la deuda externa en 1930 y la política de
construcción masiva de carreteras, que, mientras comunicaba todo el territorio nacional,
condenaba a trabajos forzosos a los presos políticos.
Todo esto ocurrió a comienzos del siglo XX, en el período comprendido entre 1908 y 1935, es
decir, durante el tiempo que demoró el mandato del dictador, y en el cual, por cierto, Venezuela
dejó de ser una nación agraria para convertirse en uno de los países con mayores reservas
petroleras del mundo. Lo dicho, sin embargo, aconteció en un clima de silencio político y
estratagemas de concentración de poder en la figura de un solo hombre, con claras políticas
de abolición del disenso político; y, por tanto, también fueron los tiempos del famoso "consejo
de Gobierno", de la incorporación de los líderes rebeldes y pensadores positivistas en las filas
del Estado, de los exilios políticos, de la cárcel llamada "La Rotunda" y del oscurantismo
intelectual "de una Venezuela de la decadencia". Sus tiempos fueron, así, los del primer
ensayo exitoso de un régimen totalitario en Venezuela, que, al haberse identificado hasta la
saciedad con la figura del Gran Caudillo, se sigue confundiendo hoy en día con los hechos de
su propia vida; por ello, sus tiempos fueron, en definitiva, "los tiempos de Juan Vicente
Gómez".