Estamos viviendo momentos de altísima incertidumbre, donde los cambios muchas veces son tan abruptos e inesperados que terminan afectando negativamente nuestra experiencia en el trabajo.
Como parte del Programa de Reskilling para la nueva normalidad, te compartimos 6 prácticas, basadas en descubrimientos de las ciencias del comportamiento, para enfrentar momentos de alta incertidumbre, cambios y stress en el trabajo con más energía y bienestar.
1. P r o g r a m a d e R e s k i l l i n g p a r a l a
n u e v a n o r m a l i d a d
Hub
2. Nuestros cerebros tienen la capacidad de procesar una
pequeña porción de lo que sucede a nuestro alrededor. Es
por ello, que aplicamos filtros sin darnos cuenta (editamos,
recortamos y generalizamos). En general tendemos a
favorecer, buscar, interpretar, y recordar, la información que
confirma las propias creencias o hipótesis. Por ejemplo, si
entras a una reunión estando de mal humor, probablemente
tu cerebro se asegurará de que escuches cosas que confirmen
que las personas que te rodean son unos incompetentes.
Mientras tanto es probable que te pierdas algunas de cosas
positivas que suceden en la reunión.
¿Qué podemos hacer para cambiar de filtro?
Antes de tu próxima reunión, tomate 10 minutos y pregúntate
¿Qué es lo que realmente busco o necesito de esta reunión?
¿Qué me estoy diciendo sobre esta reunión? ¿Dónde voy a
poner mi atención? Luego de este ejercicio probablemente
estés más abierto a detectar otras posibilidades.
(*) Fuentes al final del documento
Hub
3. El aprender algo nuevo provoca en nuestros cerebros una
sensación de recompensa muy poderosa que aumentará tu
sensación de bienestar y además te permitirá ir construyendo
una mejor versión de vos mismo.
Detrás de cada experiencia (exitosa o no exitosa) hay oculta
una oportunidad para aprender que nos permite evolucionar
y adaptarnos a las nuevas situaciones de cambio (Learning
Agility)
¿Qué podemos hacer para conectarnos con las
oportunidades de aprendizaje que están presentes en
nuestro día a día?
Ante una situación poco placentera o un traspié podés
preguntarte ¿Qué puedo aprender de todo esto? ¿Qué haría
igual, que haría distinto y qué evitaría la próxima vez?
Hub
(*) Fuentes al final del documento
4. Cuando nos sentimos incómodamente estresados, las
investigaciones han encontrado que hay menos actividad en
nuestra corteza prefrontal - la parte de nuestro cerebro
responsable del razonamiento lógico. Es por ello, que es más
probable que digamos cosas que luego nos arrepentimos
estando bajo presión.
Los estudios(*) han encontrado que podemos reducir
nuestros niveles de estrés haciendo algo llamado
"distanciamiento" - es decir, mirando la situación desde la
distancia.
¿Qué podemos hacer para tomar distancia?
Podés preguntarte, si me visualizo de acá a un año ¿qué
pensaría de esta situación?" O podés ponerte en los zapatos
de otra persona: "¿Qué aconsejaría a un amigo en mi
situación?"
El distanciamiento reducirá el estado de alerta en nuestros
cerebros facilitando la toma de decisiones inteligentes (y
comentarios más ingeniosos).
Hub
(*) Fuentes al final del documento
5. Se ha descubierto que las experiencias negativas nos golpean
más fuerte cuando van unidas a la incertidumbre sobre lo que
está pasando. Sin embargo, investigaciones han demostrado
que un antídoto poderoso contra la desagradable
imprevisibilidad es volver a centrarse en las cosas que sí sabes
y controlas, por pequeñas que sean.
Por ejemplo, tal vez el 80% de la situación es confusa, pero
tenés un buen manejo del 20% de ella. Esta técnica ayuda a la
gente incluso en circunstancias dramáticamente inciertas -
por ejemplo en guerras o al enfrentar desastres naturales - así
que es una apuesta segura que puede ayudarte a navegar por
baches inesperados en un ambiente de trabajo.
¿Qué podemos hacer?
Asumí el protagonismo, focalízate en lo que “si” podés o en lo
que sí sabés.
Hub
(*) Fuentes al final del documento
6. Se ha descubierto que concientizar el sentido de propósito
personal - saber por qué estás haciendo lo que estás
haciendo – es fundamental para aumentar la resistencia
emocional. Pero a veces podemos sentirnos desconectados
de lo que hacemos, especialmente si una tarea es impuesta o
creada por alguien más.
¿Qué podemos hacer para conectarnos con el sentido de
lo que hacemos?
Mira a esa molesta tarea que tenés por delante y hacerte
unas cuantas preguntas. "¿Qué es lo que finalmente sucederá
como resultado de que yo haga esto? ¿cuál es el beneficio de
eso para mi y para los demás? y ¿por qué me importa eso, al
menos un poco?"
Podemos pasar por momentos de negatividad ("nada es
posible, esto no tiene sentido"), pero unos minutos de
reflexión pueden hacer que incluso las cosas aburridas se
sientan al menos vagamente significativas.Hub
(*) Fuentes al final del documento
7. Cuando evaluamos la calidad de una experiencia, la
investigación ha encontrado que no evaluamos cada
momento en forma equitativa. Tendemos a hacer un
promedio entre el momento más intenso (bueno o malo) y el
punto final,esto se conoce como Peak-End-Rule
¿Qué podemos hacer para que el Peak End Rule impacte
positivamente en nuestro bienestar?
Es extremadamente poderoso finalizar el día repasando todos
aquellos buenos momentos que sucedieron durante el día.
Por pequeños que sean los triunfos, este momento de
reflexión crea un impulso permanente en la forma en que
clasificamos el día en nuestra mente. Y ese es un truco
bastante poderoso. Después de todo, nuestros recuerdos se
convierten finalmente en la forma en que vemos nuestras
vidas.
Hub
(*) Fuentes al final del documento