La parábola del buen samaritano narra cómo un israelita fue asaltado y herido por ladrones mientras viajaba. Tanto un sacerdote como un levita lo ignoraron y pasaron de largo. Sin embargo, un samaritano se compadeció del hombre, lo curó, lo llevó a una posada y pagó por su cuidado. Jesús usó esta historia para enseñar que debemos ayudar a otros sin importar quiénes sean.