EXPERTOS EN OVNIS TEORIZAN QUE LOS OVNIS ESTAN CERCA.docx
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EXPERTOS EN OVNIS TEORIZAN QUE “NAVES NODRIZAS”
PODRÍAN ESTAR VOLANDO POR EL SISTEMA SOLAR Y
ENVIANDO SONDAS A LA TIERRA
El director de la unidad OVNI del Pentágono, Sean Kirkpatrick, y el físico teórico Avi Loeb
aclaran que si existieran tales misiones, nada tendrían que ver con el ser humano
El doctor Sean Kirkpatrick, director de la unidad OVNI del Pentágono -llamada Oficina de
Resolución de Anomalías de Todos los Dominios (AARO)-, y el físico teórico Avi Loeb, ex
presidente del Departamento de Astronomía de Harvard y actual profesor de Ciencias “Frank
B. Baird Jr.” de la prestigiosa universidad, afirman en un artículo que “naves nodrizas”
extraterrestres podrían estar volando a través de nuestro sistema solar y enviando sondas a
la Tierra.
De acuerdo a los investigadores, equipos extraterrestres podrían llegar en dos
formas: basura espacial, similar a la forma en que nuestras propias sondas interestelares
(Voyager 1 y 2, Pioneer 10 y 11 y New Horizons) aparecerán en mil millones de años, o
equipos funcionales como dispositivos autónomos equipados con Inteligencia Artificial (IA).
Aclaran que es probable que cualquier dispositivo funcional incrustado en la atmósfera de la
Tierra no lleve entidades biológicas porque estos no sobrevivirían al largo viaje a través del
espacio interestelar y sus duras condiciones, incluido el bombardeo por energéticos rayos
cósmicos, rayos X y rayos gamma.
Plantearon la hipótesis de que los extraterrestres pueden haber enviado hace mucho tiempo
una nave nodriza a través de la galaxia, con la capacidad de lanzar sus propias sondas más
pequeñas para visitar los planetas interesantes por los que pase.
Los científicos consideran la posibilidad de que “un objeto interestelar artificial pueda ser una
nave matriz que libere muchas sondas pequeñas durante su paso cercano a la Tierra, una
construcción operativa no muy diferente de las misiones de la NASA. Estas “semillas de
diente de león” podrían separarse de la nave principal por la fuerza gravitacional de marea
del Sol o por una capacidad de maniobra”.
Con un diseño adecuado, reflexionan, estas diminutas sondas llegarían a la Tierra u otros
planetas del sistema solar para su exploración. Dicen que los astrónomos no serían capaz
de notar el rocío de mini-sondas porque no reflejan suficiente luz solar para que los
telescopios existentes puedan notarlo, incluso del poderoso James Webb.
Dentro de un rango cercano a una estrella, las sondas tecnológicas extraterrestres podrían
usar la luz de las estrellas para cargar sus baterías y utilizar agua líquida como combustible.
“Esto explicaría por qué apuntarían a la región habitable alrededor de las estrellas, donde el
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agua líquida puede existir en la superficie de los planetas rocosos con atmósfera, como la
Tierra. Los planetas habitables serían particularmente atractivos para las sondas trans-
medianas, capaces de moverse entre el espacio, el aire y el agua. Desde un gran distancia,
Venus, la Tierra o Marte serían igualmente atractivos para las sondas. Pero tras una
inspección más cercana, la Tierra mostraría firmas espectrales de agua líquida y
vegetación que podrían atraer la atención selectiva”, escriben Kirkpatrick y Loeb.
En el artículo de seis páginas, titulado Restricciones físicas en fenómenos aéreos no
identificados, los investigadores consideran que el propósito general del viaje sería que las
sondas puedan propagar el proyecto de sus remitentes: “Al igual que con las semillas
biológicas, las materias primas en la superficie del planeta también podrían ser utilizadas por
ellos como nutrientes para la autorreplicación o simplemente para la exploración científica. Es
importante señalar que, dado las escalas de tiempo asociadas con el esquema de propulsión
discutido aquí, no es razonable afirmar que la intención de cualquier sonda de este tipo
lanzada en un pasado lejano, tiene algo que ver con la especie humana. Más probable, y
similar a las misiones de la NASA: el objetivo sería de naturaleza científica y exploratoria”.
Exjefe del programa secreto de ovnis del Pentágono: “Existe tecnología mucho más
avanzada que la nuestra y no podemos hacer nada al respecto”
Luis Elizondo, que dirigía el Programa Avanzado de Identificación de Amenazas
Aeroespaciales del Departamento de Defensa de los EEUU, habló con Infobae sobre su
tiempo como agente especial en el Pentágono y por qué cree que hay evidencia empírica
que hace que sea imposible hoy en día negar que existan fenómenos aeroespaciales
inexplicables
El 24 de junio de 1947, el piloto privado Kenneth Arnold volaba a bordo de un CallAir A-2
cerca del Monte Rainier en el estado de Washington, Estados Unidos, buscando una
aeronave militar extraviada. Un reporte de Associated Press lo citó asegurando que en
aquella expedición había visto volar a gran velocidad nueve objetos brillantes “con
forma de platos”. Así los “platillos voladores” entrarían rápidamente en el léxico popular y
darían el puntapié inicial al fenómeno de los ovnis, que desde ese momento captura el
interés de millones de personas alrededor del mundo.
A pesar de ser un tema tabú en muchos círculos científicos, de comunicación y
gubernamentales, la investigación de distintos eventos y objetos no identificados o sin
explicación fue el eje de varios programas financiados por el gobierno de Estados Unidos a
través de los años. Uno de ellos fue el Programa Avanzado de Identificación de
Amenazas Aeroespaciales (AATIP, por sus siglas en inglés) del Pentágono, un proyecto
que funcionó entre el 2007 y el 2012 bajo total secreto pero que salió a la luz el 16 de
diciembre del 2017 luego de un artículo publicado en The New York Times.
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Se aseguraba que del presupuesto anual de 600 mil millones de dólares que recibía el
Departamento de Defensa (DOD), 22 millones estaban destinados a este programa, un rastro
de dinero muy difícil de seguir, lo que fue precisamente lo que quería el Pentágono, según
escribieron Helene Cooper, Ralph Blumenthal y Leslie Kean, los autores de aquel artículo
que fue primera plana del diario del domingo.
Durante años, este programa se desarrolló en el quinto piso del anillo C del Pentágono,
en lo profundo del laberíntico edificio y símbolo de la supremacía militar estadounidense. Allí
investigaban reportes de objetos voladores no identificados. Según el Departamento de
Defensa, que nunca antes había admitido su existencia, dejó de funcionar en el 2012. Sin
embargo, distintas fuentes aseguran que, por lo menos hasta el 2017, este programa seguía
funcionando, entre ellas Luis Elizondo, el agente de inteligencia militar que estaba a cargo.
Elizondo es el exjefe del Programa Avanzado de Identificación de Amenazas
Aeroespaciales. El 4 de octubre del 2017, presentó su renuncia a través de una carta
dirigida al secretario de Defensa James Mattis, que advertía que “los desafíos burocráticos
y mentalidades inflexibles” eran un obstáculo para que se tomaran en serio “las
amenazas aeroespaciales anómalas” entre las autoridades del Departamento. Elizondo
no estaba de acuerdo con el secretismo excesivo y la oposición interna con la que se
enfrentaba a diario. También reclamaba que no se prestaba la suficiente atención ni se
gastaba el suficiente dinero para investigar posibles amenazas para la seguridad nacional y
abordar vulnerabilidades potenciales. Elizondo aseguró que tras su partida el AATIP seguía
funcionando, y que había otra persona en su puesto.
Más tarde se unió a To The Stars Academy, fundada, entre otros, por Chris Mellon, ex
subsecretario adjunto de Defensa de los Estados Unidos para Inteligencia y más tarde para
Operaciones de Seguridad e Información; y Tom DeLonge, guitarrista de la banda Blink-182.
Se trata de una iniciativa para “movilizar a las mentes más brillantes desde adentro de las
sombras de lo aeroespacial, la ciencia y el Departamento de Defensa”.
Tres videos grabados uno en el 2004 y dos en el 2015 por pilotos de caza de la Marina
de los Estados Unidos fueron publicados por The New York Times con la colaboración
de esta organización en diciembre del 2017 y marzo del 2018. Muestran lo que parecen
ser objetos voladores no identificados que se mueven rápidamente mientras se graban con
cámaras infrarrojas. Recién fueron desclasificados en abril de este año por el
Departamento de Defensa, que señaló que los publicaron "para clarificar cualquier
malentendido por parte del público sobre si las grabaciones que han ido circulando son
reales o no, y si hay más (contenido) en los videos. El fenómeno aéreo que se aprecia en los
vídeos permanece clasificado como no identificado”
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Estas imágenes habían sido filtradas y están circulando en la red desde 2007 y 2017. Ya en
2019, la Armada estadounidense había reconocido que las tres grabaciones eran
reales, pero hasta ahora no las había difundido oficialmente.
En el 2019, Elizondo estrenó por History el programa No Identificado, que en julio de 2020
tendrá su segunda temporada. Se explora nueva evidencia autenticada junto a imágenes de
archivo y entrevistas a testigos y exmiembros militares que no han hablado hasta el
momento; presentando un avance extenso en la comprensión de la tecnología detrás de
estos desconocidos fenómenos en los cielos.
Durante una entrevista telefónica con Infobae desde Los Ángeles, Luis Elizondo contó qué
descubrió durante sus años a la cabeza de este programa secreto del Departamento de
Defensa, y por qué cree que la evidencia entorno a los fenómenos aeroespaciales
inexplicables es hoy innegable.
-¿Cómo describiría su tiempo trabajando en el Programa Avanzado de Identificación de
Amenazas Aeroespaciales?
-Fascinante pero frustrante. Fue un privilegio pero desafortunadamente había muchos
desafíos asociados también. La mayoría burocráticos.
-Usted renunció precisamente porque esta cuestión y “la mentalidad inflexible” del
DOD con respecto al programa habían evitado que se tomen en serio “amenazas
aeroespaciales anómalas”. ¿Podría explicar esto un poco?
-El secretario de Defensa en ese momento era un caballero llamado James Mattis. Él y yo
tuvimos el privilegio y el honor de servir juntos en Afganistán, pero desafortunadamente la
burocracia no me permitía compartir información con él, al que yo respetaba mucho. Ésta era
una persona que merecía saber la verdad, y a la que yo admiraba profundamente, y esta
burocracia que heredamos no permitía que información vital se comparta, principalmente
porque era considerada tabú, no había otra razón.
-¿Qué descubrió durante su tiempo en el programa?
-Comprendimos que estos fenómenos son reales y que son cosas reales que vuelan en
nuestros cielos y que tienen tecnología mucho más avanzada que la nuestra, y no podamos
hacer nada al respecto. Pueden volar sin impedimentos por nuestro espacio aéreo o controlar
el espacio aéreo civil y militar y no podemos hacer nada. Además, la conclusión a la que
arribamos es que se trata de un fenómeno global, no ocurre sólo en Estados Unidos, y por
eso creo que tenemos que trabajar mejor con nuestros pares en Latinoamérica, en Europa,
en Asia y alrededor del mundo, porque ésta es una problemática que afecta a la misma
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humanidad. No pertenece a una sola institución o religión o gobierno, sino a todos los que
habitamos en este planeta.
-¿Sigue activo el programa?
-Tengo razones muy fuertes para creer que este programa sigue muy activo.
-¿De qué manera se diferencia este programa de otros proyectos, financiados por el
gobierno de Estados Unidos, que investigaban ovnis, como Sign, Grudge y Blue Book?
-Primero y principal, teníamos apoyo del Congreso. Teníamos el apoyo de senadores muy
poderosos dentro del Gobierno. También contabamos con tecnología que en el pasado el
gobierno de Estados Unidos no tenía disponible: mejoras en nuestros radares, en nuestros
sistemas electro-ópticos, en nuestras cámaras. Nuestros pilotos están mejor entrenados hoy
que antes. Así que se podría decir que es una oportunidad única para utilizar como ventaja
estas capacidades y tecnologías y así de una vez por todas tratar de descubrir de qué se
trata este enigma.
-El año pasado se estrenó su programa de televisión, No Identificado. ¿Por qué decidió
hacerlo?
-Esta serie es una oportunidad para tener una conversación no sólo con el pueblo
estadounidense, sino con el mundo, y poder mostrarles que éste no es un tópico relegado a
la ciencia fringe (no ortodoxa o marginal) o de gente loca. Éste es un problema real y de
seguridad nacional, y nos afecta a todos. En América somos todos americanos, ya sea
Sudamérica, Centroamérica o Norteamérica, y estamos todos unidos por la misma masa
continental. Por eso deberíamos trabajar juntos para poder descifrar este problema de forma
colectiva
-Figuras de alto rango en el gobierno han afirmado a lo largo de los años que hay y
hubo varios fenómenos aeroespaciales inexplicables. ¿Por qué cree que hay tanta
reticencia?
-Creo que en parte porque hemos pasado la mayor parte de los últimos 70 años ridiculizando
y criticando a individuos que han seguido este tema desde una perspectiva amateur, y hay
mucho estigma y tabú asociados a esta temática. Cuando pensamos en ovnis se nos vienen
a la cabeza personas con sombreros de aluminio y gente creyente sin ningún tipo de
evidencia. Bueno, ahora estamos en un momento en el que tenemos evidencia, tenemos
gobiernos que reconocen que estos fenómenos son reales. Llegó el momento de tomar esta
conversación y elevarla al nivel necesario de nuestro gobierno.
-¿Sufrió usted por este estigma cuando reveló que estos fenómenos existen?
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-Sí, absolutamente, todos los días. Mis antecedentes profesionales son en Inteligencia. Yo
era un agente especial, un agente especial con un rango jerárquico muy elevado, y mi trabajo
como investigador fue siempre seguir los hechos, en esencia, encontrar la verdad y contar la
verdad. Es un trabajo que yo no pedí cuando estaba en el Gobierno. Irónicamente, para
cumplir la misión que me encomendó mi país, me tuve que ir del Gobierno. El estigma con el
que me enfrento viene en general de personas que no conocen mucho del tema y, para ser
justo, ellos no han tenido acceso a la información que yo tengo, por lo que es entendible que
haya cierta reticencia para hablar sobre algo que ha estado rodeado siempre de un estigma
innecesario.
-¿Cree que tiene que ver con el miedo a lo desconocido, a que también puede ser una
amenaza extranjera, y no necesariamente extraterrestre?
-Absolutamente. De cierta manera, nuestros hermanos y hermanas latinoamericanos están
mucho más avanzados en este debate. Algo de lo que me di cuenta es que la gente de
Latinoamérica es mucho más tolerante con lo desconocido y se dan cuenta de que el
universo y la naturaleza están llenos de maravillas y misterios. Acá en Estados Unidos nos
hemos enorgullecido de siempre tener soluciones y respuestas y de que si hay una amenaza,
vamos a poder evaluarla muy rápidamente. Y eso podría ser en parte por qué nosotros y el
gobierno de Estados Unidos no hemos tenido este debate. Porque si reconocés que hay una
posible amenaza y no encontrás una amenaza, entonces el miedo radica en que la gente
pierda la confianza en tu habilidad de hacer tu trabajo, ya sea político, militar, o de otro tipo.
-Entonces, ¿usted cree que aceptar que hay fenómenos inexplicables implica una
pérdida de poder, ya sea en instituciones gubernamentales como religiosas?
-Hay muchas razones, y ésa es una de ellas, pero hay otras. Es muy difícil tener una charla
con tu jefe cuando te están pagando mucho dinero, tenés a disposición los mejores recursos
y la última tecnología para resolver problemas, y tener que decir: "Señor, hay algo en el cielo,
no sabemos qué es, no sabemos cómo funciona, no sabemos quién está detrás del volante,
y la verdad es que no hay nada que podamos hacer al respecto". Es una conversación muy
incómoda, especialmente con una de las fuerzas armadas más capaces del mundo. Nos
pagan para siempre encontrar la solución.
-Su organización To The Stars Academy y The New York Times colaboraron para dar a
conocer los tres videos de “fenómenos aéreos inexplicables” que fueron
recientemente desclasificados por el Pentágono. ¿Por qué reconocen su autenticidad
ahora? ¿Y cómo lo hace sentir a nivel profesional y personal?
-Creo que llegamos a un lugar en el que la evidencia es innegable. Y ahora se corre el riesgo
de que si se la continúa negando, eso se convertirá en un riesgo mayor que aceptar el hecho
de que es real. Porque ahora que sabemos que tenemos la evidencia empírica de que estos
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fenómenos son reales, entonces tenemos la obligación moral de ocuparnos, y cuánto más
tiempo lo negamos y sumergimos la cabeza en la arena, más gente reclamará que el
Gobierno haga algo al respecto. Entonces tiene que ver con la presión del pueblo
estadounidense hacia el Gobierno, dentro del Congreso y el Poder Ejecutivo porque
queremos que se haga algo. Y ahora hay un reconocimiento del Gobierno de que estos
fenómenos son reales.
Con respecto a cómo me siento, no he tenido el lujo de sentarme y absorber lo que está
sucediendo. He estado involucrado en la batalla diaria de tratar de elevar este tema a donde
corresponde. Así que realmente no he tenido la oportunidad de reflexionar sobre mí mismo y
darme el privilegio de sentir algo. Desafortunadamente. Sospecho que algún día en el futuro
podré sentarme y reflexionar sobre nuestros logros y nuestros fracasos. No estoy tratando de
ser evasivo, simplemente no tuve la oportunidad de sentarme y mirar nuestros logros porque
estoy demasiado ocupado tratando de lograr nuestro próximo objetivo.
-Teniendo en cuenta la evidencia a la que tuvo acceso, ¿cree que hay vida inteligente
más allá de la Tierra?
-Bueno, si quisieras la prueba de que hay vida inteligente en el universo, uno solo tiene que
mirar la vida de su propio planeta. La vida es abundante, adaptativa y penetrante. La vida
existe en todas partes en este planeta, incluyendo los confines más profundos del océano; a
cinco millas debajo del hielo ártico; en las montañas más altas. Entonces, si la pregunta es si
hay vida en este universo, la respuesta es sí. Si la pregunta es si hay vida en este universo
más allá de la Tierra, creo que hay evidencia muy convincente que sugiere que es un
escenario muy probable.
Un ex jefe de seguridad espacial de Israel aseguró que los extraterrestres existen y que
una “federación intergaláctica” pidió mantener el secreto por ahora
Haim Eshed aseguró que existe “una base subterránea en Marte” donde trabajan juntos
“alienígenas y representantes del Gobierno de Estados Unidos” y que Donald Trump estuvo a
punto de revelar esta información
Los extraterrestres son reales, Donald Trump lo sabe y no solo eso, tiene un pacto con
una “federación intergaláctica” para mantenerlo en secreto. Puede sonar delirante pero
así lo aseguró el ex jefe de seguridad espacial de Israel Haim Eshed en una entrevista en
hebreo con el respetado periódico israelí Yediot Aharonot que, por su impacto, fue
reproducida en inglés por el Jerusalem Post y por la cadena estadounidense NBC.
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Eshed, de 81 años, estuvo tres décadas al frente de la dirección espacial del Ministerio
de Defensa de Israel, es un profesor respetado en su país y un general retirado.
“Los Objetos Voladores No Identificados han pedido no publicar que están aquí, la
humanidad aún no está lista”, dijo en la entrevista.
El profesor Eshed, que dirigió, además, el proyecto de lanzamiento del satélite Ofec, es un
entusiasta de los seres de otro planeta, los cuales, afirma, están entre nosotros desde
hace mucho tiempo.
En su libro El Universo más allá del horizonte, sostiene que los encuentros del tercer tipo
son una cosa cotidiana en las más altas esferas del Gobierno estadounidense, que se
pusieron en contacto con los extraterrestres hace décadas.
Según Eshed, ha sido tal la influencia de los extraterrestres en la Tierra que incluso han
impedido que ocurran algunos holocaustos nucleares.
El ex jefe de seguridad espacial de Israel habla de la existencia de una “federación
intergaláctica” que está integrada por seres de otros planetas, pero también por humanos,
que llegaron aquí para investigar y comprender la estructura del universo. Esa cooperación
incluiría una base subterránea en Marte, donde hay alienígenas y representantes del
Gobierno de los Estados Unidos.
Eshed insiste en que esto lo conocen los gobernantes de Estados Unidos desde hace mucho
tiempo y que Donald Trump no ha sido la excepción, incluso llegó a afirmar que el actual
presidente de Estados Unidos estuvo “a punto” de revelar la existencia de los
extraterrestres.
Sin embargo, la federación intergaláctica le impidió hacerlo tratando de evitar una
histeria masiva en la humanidad, pues todavía necesitaba “evolucionar y alcanzar una
etapa en la que entenderemos qué son el espacio y las naves espaciales”.
El profesor dijo que revelaba esta información ahora pues sentía que el campo de la
investigación científica estaba lo suficientemente avanzado como para no descalificarlo como
un simple loco, sino para investigar y corroborar lo que él sabía que era cierto.
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“Hoy ya están hablando de otra manera. No tengo nada que perder. He recibido mis títulos y
reconocimientos, soy respetado en universidades del exterior, donde la tendencia también
está cambiando”, dijo Eshed.
Por eso, pese a los esfuerzos de la “federación intergaláctica”, para el profesor israelí no
estaríamos muy lejos de que se conozca “la verdad”. En su libro, por ejemplo, dice cómo
identificar a los verdaderos “hombres de negro”, que actúan como una especie de
policía espacial.
Eso sí, no se debe confundir esto con la Fuerza Espacial que creó el presidente Trump como
una quinta rama de las Fuerzas Armadas estadounidenses, de la cual no hay evidencia de
que tenga interacción con seres fuera de este mundo.
“Pronto, seguro, nos pondremos en contacto con extraterrestres, nos enseñarán todo
lo que saben, la ciencia saltará mil años luz por delante y podemos empezar a viajar en
el tiempo-espacio”, sentenció Eshed.
Cabe aclarar que el profesor Eshed no presentó evidencia de sus afirmaciones más allá de
su experiencia y de la que, dice, está en su libro.