El documento analiza cómo el lenguaje y las ideas han sido utilizados históricamente por los poderosos para manipular a la gente y mantener el control. A lo largo de 4600 años, las élites han impuesto su voluntad mediante sistemas políticos, ideologías y religiones que generan ilusiones y limitan la percepción de la realidad de las personas. Esto ha destruido la creatividad humana y nos ha hecho convertirnos en algo distinto a nuestra propia naturaleza.

1. De Sumeria a Hoy.
4600 años, que poco ha cambiado todo, el mismo abismo y en todo lado.
Hay lucha de clases y solo existe eso, durante tanto tiempo hemos sido más que otros y
seguimos siendo.
Respeto, tolerancia, amor, más mentiras, más de lo mismo, solo es control.
Las armas del control.
Ideas que crecen en un lenguaje, el lenguaje mismo es un arma.
Arma fabricada por el poder, para que este pueda fluir.
El flujo del poder, y a lo largo del tiempo.
Ha engañado a nuestros padres, y nos engaña a nosotros.
¿Somos más que eso? Somos incapaces, y ¿para qué ser más?
Entendemos el universo de la manera más sistemática que percibimos posiblemente, de la
misma forma nuestra ingenuidad es tan sistemática que seguimos siendo centro de ese
universo, o al menos del nuestro.
Bellos son nuestros padres, bella es la información, pero ambos han comedido el más fatal de
los errores, nos han heredado un sesgo.
Ese sesgo que genera inercia.
Cuatro milenios y medio y los egoístas se imponen con el poder mediante un lenguaje
universal, reforzando el arte de “resolver problemas”.
Y solo generando más problemas, problemas alrededor de ese individuo que se sigue
sintiendo especial.
De un ser que ve a los otros seres como objetos, pero que jamás ha tenido suficiente valor
parta verse a sí mismo como uno y dejar de lado su sesgo, ahí estaría desnudo.
Ese sesgo que fluye históricamente, es la señal por la que viaja el poder.
Poder desnudo, tal cual lo que es, información, nosotros su medio.
Hay que mirar tan atrás, vivir en otro tiempo, para entendernos a nosotros, y dejar de
entender sobre nosotros lo que la más astuta manipulación entiende de nosotros.
Nunca el fin justifica los medios hasta que estas en la realidad, basta de política ¿Y la
objetividad?
¿A dónde conduce este río? Mientras seamos partículas que viajan a través de él jamás lo
sabremos.

2. Nuestras verdades tienen la dirección de nuestra pequeña capacidad de precepción.
Dejando de ser tu mismo, apenas ahí, tienes una nueva chance de mejorar esa percepción.
Capitalistas, nacionalistas, socialistas, fascistas, religiosos, nacionalistas, varios sistemas, un
mismo juego.
El ideal es más fuerte, vale más tanto así que han desconocido el ideal de la vida misma.
Han fabricado verdades, que fabrican libertades, que fabrican ilusiones, que fabrican nuestra
nueva y más limitada percepción de la realidad.
Se ha destruido todo, se ha sacrificado nuestra creatividad para obtener control, y vamos a
pagar el precio, porque ahí también el fin justifico el medio.
Es mucho eso pedir, la verdadera salida, comienza entendiendo el verdadero amor por el
trabajo, que es lo único realmente libre que la libertad nos permite tener.
De nuevo basta de política, es un callejón sin salida, un mundo cada vez más pequeño, que
cada vez tiene más esclavos, tanto poder ¿para qué?, todos igual morimos, tanto control y
¿somos libres?
Esa sucia palabra, hay que abstraerla, libertad económica, libertad ideológica, libertad sexual,
libertad vocacional, libertad social, analiza esos conocimientos, entiéndelos, y conocerás la
naturaleza de la mentira en el discurso.
Pero no la confundas, tu naturaleza con ella, ni con la naturaleza humana, porque ese sesgo ha
hecho que seamos todo menos humanos.
Esa es la consecuencia, nos hemos convertido, en algo que no somos, y peor aun que no
necesitamos, ser, pero aun que el mismo mundo no necesita que necesita que seamos, y
seguimos buscando razones para ser como no debemos ser, cuando es obvio lo que debemos
ser, pero las cadenas no se rompen solo porque nos movamos, otra vez basta de política.
El discurso se sesga solo por que existimos, por nuestro egocentrismo, por la verdadera
enfermedad de la humanidad que genera los demás síntomas, esta mas allá de la concepción
política de nuestro coexistir, en la naturaleza de nuestra percepción, que tampoco es nuestra
naturaleza, entendamos eso.
Entiendes entonces que ni saliendo de rio puedes impedir que fluya, quizás el único cambio
posible llega a través del tiempo, tratar de forzarlo a cambiar quizás solo surja de un deseo
inconsciente de vivir en otro tiempo.
Martín Ignacio Escobar Cabrera.