La Eucaristía es el sacramento más importante en el cual, mediante la consagración del pan y el vino, Jesucristo se hace realmente presente con su cuerpo, sangre, alma y divinidad. Renueva el sacrificio de Cristo en la cruz y ofrece alimento espiritual a los creyentes. La doctrina de la transubstanciación establece que por la consagración la sustancia del pan y el vino se convierte en la sustancia del cuerpo y la sangre de Cristo, aunque sus especies o accidentes permanecen.
1. DEISSY QUIROGA
NICOLAS BETANCOURTH
DINA AVELLA
CAMILO GUERRERO
JUAN PABLO GUERRERO
“consagración del pan y el vino”
Decimo B
2012
2.
3. La Eucaristía es la consagración del pan en el Cuerpo de Cristo y del
vino en su Sangre, renueva mística y sacramentalmente el sacrificio de
Jesucristo en la Cruz.
Por otra parte, la recepción de Jesucristo sacramentado bajo las especies
de pan y vino en la sagrada Comunión significa y verifica el alimento
espiritual del alma. Y así, en cuanto que en ella se da la gracia invisible
bajo especies visibles, guarda razón de sacramento.
Tiene razón de sacrificio en cuanto se ofrece, y de sacramento en cuanto
se recibe.
La Eucaristía es el sacramento en el cual, bajo las especies de pan y
vino, Jesucristo se halla verdadera, real y substancialmente
presente, con su cuerpo, su sangre, su alma y su divinidad.
Es por eso, el más grande e importante de los sacramentos, de donde
salen y hacia el que van todos los demás, centro de la vida
litúrgica, expresión y alimento de la comunión cristiana.
4. En el corazón de la celebración de la Eucaristía se
encuentran el pan y el vino que, por las palabras de
Cristo y por la invocación del Espíritu Santo, se
convierten en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Fiel a la
orden del Señor, la Iglesia continúa haciendo, en
memoria de Él, hasta su retorno glorioso, lo que Él
hizo la víspera de su pasión: "Tomó pan...", "tomó el
cáliz lleno de vino...". Al convertirse misteriosamente
en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Los signos del pan y
del vino siguen significando también la bondad de la
creación.
5. “Antes del padecimiento en la noche de la cena el señor con
gracia plena instituyo el sacramento. su cuerpo y sangre
sustento eran para el pecador por eso el supremo autor en
la mesa del altar nos dio este rico manjar que es la fineza
mayor “
6. El pan y el vino eran ofrecidos como sacrificio,
que señalaba un reconocimiento al Creador. En
el Éxodo con los panes ácimos Israel celebra la
Pascua. El. recuerdo del maná del desierto
sugerirá siempre a Israel que vive del pan de la
Palabra de Dios (Deuteronomio 8,3). El cáliz de
bendición (1 Corintios 10,16), al final del
Banquete Pascual de los judíos, añade a la alegría
festiva del vino una dimensión de espera del
Mesías (CIC 1334).
7. En la misa, el pan y el vino, por las palabras de Cristo y por la
invocación del Espíritu Santo, se convierten en el Cuerpo y la
Sangre de Cristo. Los signos del pan y el vino significan también
la bondad de la creación. Por eso en el ofertorio, damos gracias al
Creador por el pan y el vino, que son frutos del trabajo del
hombre
8. Los milagros de la multiplicación de los panes, cuando el
Señor dijo la bendición, partió y distribuyó los panes por
medio de sus discípulos para alimentar la
multitud, prefiguran la sobreabundancia de este único pan
de su Eucaristía (cf. Mt 14,13-21; 15, 32-29). El signo del agua
convertida en vino en Caná (cf Jn 2,11) anuncia ya la Hora de
la glorificación de Jesús. Manifiesta el cumplimiento del
banquete de las bodas en el Reino del Padre, donde los
fieles beberán el vino nuevo (cf Mc 14,25) convertido
en Sangre de Cristo.
9. El signo externo del
sacramento, son la materia (pan y
vino) y las palabras de la
consagración (forma).
10. La Transubstanciación es una doctrina católica de
la Eucaristía, definida por un canon del Concilio de
Trento, aunque en realidad ya figuraba desde el siglo IV
puesto que Cirilo de Jerusalén ya lo había redactado en el
Catecismo a los Catecúmenos. El Concilio de Trento no hace
más que confirmar lo que hacía 1500 años se venía creyendo
en lo referente a que "la consagración del pan y del vino que
se opera en el cambio de toda la substancia del pan en la
substancia del Cuerpo de Cristo y de toda la substancia del
vino en la substancia de su Sangre". Significando "especie"
para estos efectos, los "accidentes" del pan y del vino:
color, gusto, cantidad, etc.
11. Se da por la plegaria eucarística con la consagración,
mediante la eficacia de la palabra de Cristo y de la
acción del Espíritu Santo. Se considera que bajo las
especies consagradas del pan y del vino, "Cristo mismo,
vivo y glorioso, está presente de manera verdadera, real
y substancial, con su Cuerpo, su Sangre, su alma y su
divinidad“
La doctrina de la Transubstanciación halla su base en
la narración bíblica de la última cena y en la
interpretación literal que de ella se hace. Se basa en las
palabras de Cristo:
"Tomad y comed, esto es mi cuerpo. " ... "Tomad y
bebed, esto es mi sangre"
12. En la Eucaristía "Cristo mismo, vivo y glorioso, está
presente de manera verdadera, real y substancial, con
su Cuerpo, su Sangre, su alma y su divinidad"