Corpus Christi es la fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo, de la presencia de Jesucristo en la Eucaristía. Este día recordamos la institución de la Eucaristía que se llevó a cabo el Jueves Santo durante la Última Cena, al convertir Jesús el pan y el vino en su Cuerpo y en su Sangre. Es una fiesta muy importante porque la Eucaristía es el regalo más grande que Dios nos ha hecho.
2. Siempre que vamos a misa celebramos la Eucaristía.
Hoy la celebramos de modo especial, reconociendo la
misericordia de Dios hacia nosotros.
3. La liturgia dice que es
la fiesta “del
Santísimo Cuerpo y
Sangre de Cristo”.
Esta es una expresión
bíblica para decir que
es la fiesta de la
persona total de
Cristo, que murió y
resucitó, pero se hace
presente entre
nosotros en la
Eucaristía.
4. En este año de la
misericordia
debemos
acrecentar más
nuestro amor y
gratitud hacia
Jesús que quiere
permanecer
verdaderamente
entre nosotros.
5. Jesús, al instituir la Eucaristía, consagró primero el pan
y luego el vino, como significando su muerte, realidad
que representamos en la Misa, aunque Cristo está vivo
resucitado.
6. Así nos lo narra hoy san Pablo en la 2ª lectura, unos 20
años después, antes de escribirse en los evangelios,
diciendo que era algo muy precioso que había recibido
en tradición desde Jesús por medio de los apóstoles.
1Cor 11, 23-26
7. Hermanos: Yo he recibido una tradición, que
procede del Señor y que a mi vez os he
transmitido:
Que el Señor Jesús, en la noche en que iban a
entregarlo, tomó un pan y, pronunciando la acción
de gracias, lo partió y dijo: «Esto es mi cuerpo, que
se entrega por vosotros. Haced esto en memoria
mía.» Lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar,
diciendo: «Este cáliz es la nueva alianza sellada
con mi sangre; haced esto cada vez que lo bebáis,
en memoria mía.»
Por eso, cada vez que coméis de este pan y bebéis
del cáliz, proclamáis la muerte del Señor, hasta que
vuelva.
1 Cor 11,23-26
8. Dice san Pablo:
“Yo he recibido
una tradición”. Es
algo que le han
entregado con fe
y con cariño.
Jesús quería
quedarse entre
nosotros. Y por
eso dio tan gran
poder a los
apóstoles y a
todos sus
sucesores.
9. Que en la Misa el pan y el vino se convierten en el Cuerpo
y la Sangre de Cristo, que se nos da en alimento
espiritual por la comunión y que sigue permaneciendo
realmente en la santa hostia mientras continúan los
accidentes de pan.
Hay tres
grandes
temas que
tratar cuando
hablamos de
la Eucaristía:
10. Esta fiesta del “Corpus” es para realzar este
tercer tema: Jesús está verdaderamente
presente y queremos adorarlo con todo nuestro
ser.
11. Como católicos,
creemos que
Jesucristo está
personalmente
presente en el altar
o en el sagrario
siempre que haya
una hostia
consagrada. Es el
mismo Jesucristo,
verdadero Dios y
verdadero Hombre,
que andaba por los
caminos de Galilea
y Judea.
12. La Eucaristía es
el signo
perenne de la
gran
misericordia de
Dios, que no
sólo se hizo
visible unos
años en la
persona viviente
de Jesús, sino
que perdura
estando
realmente con
nosotros.
13. Esta misericordia la
podemos apreciar y
experimentar si, con
corazón humilde y
amoroso, nos
acercamos a recibirle,
cuando se nos da en
la comunión como el
más bello y
esperanzador manjar.
23. Pero hoy
sobre todo le
honramos a
Jesús porque
sale por
nuestras
calles para
bendecirnos
y recibir
nuestra
ferviente
adoración.
24. Esta fiesta del Corpus comenzó en el año 1265. La
ocasión fue un milagro que tuvo lugar el año anterior.
De hecho muchos han sido los milagros, muestras
externas de Dios, para certificar la realidad de la
presencia de Jesús en la Eucaristía.
25. Uno de los más famosos fue el de Lanciano, el año
750. Después de la Consagración, la santa forma
se convirtió en carne, y el vino se convirtió en
sangre de ser humano. Lo importante es que hasta
el día de hoy perduran la carne y la sangre vivas.
26. No sólo hay
milagros antiguos.
Otros son muy
modernos. Sigue
Dios queriendo
hacer milagros en
nuestros días para
realzar más la fe de
los que dudan.
27. El Corpus se celebra
por lo que ocurrió en
Bolsena el año 1264.
28. Un sacerdote alemán, piadoso pero dudando en la
fe por culpa de los herejes, iba de peregrinación a
Roma con el deseo de reafirmar su fe. Al pasar por
Bolsena quiso celebrar la misa.
En la
consagración vio
que de la Hostia
sagrada caía
sangre que
llenaba los
corporales.
29. El sacerdote recogió los corporales con la sangre
y lo guardó para ir a
contárselo al Papa.
30. El papa residía, en esa época, en Viterbo, ciudad
muy cercana a Bolsena. Escuchó atentamente y
nombró una comisión para investigar.
Presidía la
comisión san
Buenaventura,
que era de un
pueblo cercano.
Atestiguaron ante
el papa que el
milagro era
verdadero.
31. El papa Urbano IV ordenó al obispo de Bolsena
que le llevase a Viterbo los corporales y demás
paños, que recogieron la Sangre. Y con las
autoridades y pueblo salió de la ciudad a recibir al
obispo portador del “milagro”.
33. El papa ordenó que
desde el siguiente año
se celebrase en toda la
Iglesia la fiesta del
Corpus (del Cuerpo y
de la Sangre de Cristo),
y encomendó a santo
Tomás de Aquino que
hiciera los himnos
litúrgicos para la misa
y todo el oficio.
34. Uno de estos himnos, que compuso santo Tomás de
Aquino, es el “Pange lingua”, que comenzamos a
escuchar ahora en tono gregoriano, o tradicional, y cuya
traducción en español es así:
35. Canta, oh lengua, del glorioso,
Cuerpo de Cristo el misterio,
y de la Sangre preciosa
que, en precio del mundo
vertió el Rey de las naciones
fruto del más noble seno.
Veneremos, pues postrados
tan augusto sacramento;
y el oscuro rito antiguo
ceda a la luz de este nuevo;
supliendo la fe sencilla
al débil sentido nuestro.
Al Padre, al Hijo,
salud, honor y poder,
bendición y gozo eterno:
y al que procede de ambos
demos igual alabanza.
36. Esta fiesta del Corpus
tenía como finalidad
proclamar la fe en la
presencia real de
Jesucristo en la
Eucaristía, una
presencia que es
permanente y
substancial más allá de
la celebración de la Misa
y que es digna de ser
adorada en la
exposición solemne.
37. Para dar mayor realce a esta presencia eucarística,
pronto comenzaron a realizarse procesiones con el
Santísimo fuera del templo.
39. En algunos lugares hacen
alfombras de flores para el
paso del Santísimo.
40. Por eso el día del Corpus es día de la
fraternidad, es un gran día de la caridad.
41. Si en este día aclamamos a Cristo Jesús presente
entre nosotros, no es sólo para que crezca una
devoción particular, sino para que nos sintamos todos
más como hermanos en torno al Señor. Por eso este
día es también el día de la caridad.
51. Este signo de caridad aparece en la escena que hoy nos
narra el evangelio, en este ciclo C, sobre la multiplicación
de panes y peces.
52. Jesús podría
haberlo hecho
todo Él; pero pidió
a los apóstoles
ayuda, lo poco que
tuvieran. En
realidad lo poco
que tenían se lo
proporcionó un
muchacho, como
nos lo cuenta otro
evangelista. Este
año, por ser ciclo
C, lo cuenta san
Lucas.
54. En aquel tiempo, Jesús se puso a hablar al gentío del reino
de Dios y curó a los que lo necesitaban.
Caía la tarde, y los Doce se le acercaron a decirle: «Despide
a la gente; que vayan a las aldeas y cortijos de alrededor a
buscar alojamiento y comida, porque aquí estamos en
descampado.» Él les contestó: "Dadles vosotros de comer."
Ellos replicaron: “No tenemos más que cinco panes y dos
peces; a no ser que vayamos a comprar de comer para todo
este gentío”. Porque eran unos cinco mil hombres.
Jesús dijo a sus discípulos: «Decidles que se echen en
grupos de unos cincuenta.» Lo hicieron así, y todos se
echaron. Él, tomando los cinco panes y los dos peces, alzó
la mirada al cielo, pronunció la bendición sobre ellos, los
partió y se los dio a los discípulos para que se los sirvieran
a la gente. Comieron todos y se saciaron, y cogieron las
sobras: doce cestos.