El documento argumenta que los padres son responsables de enseñar valores en el hogar, como cortesía, honestidad y respeto, mientras que la escuela se enfoca en materias académicas como matemáticas, ciencias e inglés, así como reforzar los valores que los padres ya han enseñado. Concluye diciendo que es difícil para los maestros corregir las deficiencias en la enseñanza de valores en el hogar.