El documento habla sobre la importancia de la salud y la felicidad interior en Corea. Explica que los coreanos oran por vivir contentos aunque no tengan posesiones ni poder, porque la salud es lo más importante para la felicidad. También cita un dicho coreano que dice que si se pierde la salud, se ha perdido todo. La autora expresa su deseo de consolar a todas las personas que sufren física o espiritualmente como una madre que siente el dolor de los demás.