La trágica realidad de como Eva perdió toda su pureza. Adán también perdió su pureza. Caín fue una gran víctima y nació lleno de maldad.

1. ¿Cómo y Cuando entró el Mal en el Ser Humano?
Satán (Arcángel Lucifer Caído) elaboró un plan para tomar la posición de Dios ante Eva y Adán.
Él no aceptó su posición de Siervo y Mensajero como Dios le había creado. Siendo líder de un grupo de ángeles
en el ámbito de la Emoción, sintió que el diseño y posición de Adán y Eva eran superior y mejor que él. Ellos tenían
una parte del cuerpo que él no tenía, Adán y Eva se podían reproducir a través de sus órganos genitales de
hombre y mujer. Los ángeles y Arcángeles no tienen esa parte del cuerpo, ellos son seres de energía y luz que
toman rasgos a veces más masculinos otras más femeninos según la función que tengan.
Eva tenía un vientre inmaculado lleno de óvulos puros. Dios la advirtió con el Mandamiento que nadie podía
tocarla en toda su parte femenina. Claramente se lo dijo a través de los ángeles.
Si Eva no se hubiera dejado convencer por el Arcángel, ella se hubiera mantenido inmaculada para Dios y su futuro
amado esposo Adán. El Arcángel la comenzó a tocar donde no debía y haciéndolo muchas veces, ella se dejó
seducir de forma que El cuerpo espiritual de Lucifer se fusionó con el suyo. Toda la energía mala de Lucifer
(lujuria, celos, egoísmo, arrogancia, mentira etc. pasaron al cuerpo inmaculado de Eva y a toda su parte femenina,
el vientre y óvulos de Eva se contaminaron.
Eva impura pasó todos estos elementos a Adán. Los dos contaminados por la Energía Mala de Lucifer, concibieron
a Caín que nació muy contaminado. Esta primera concepción creó un embrión lleno de maldad.
El creador del Egoísmo, la Arrogancia, la Lujuria, la Envidia, los Celos, el Rencor, la Irresponsabilidad y
otras malas energías es El Lucifer Caído o Satán (el Enemigo de Dios).
Si Adán y Eva no se hubieran contaminado del Mal, entonces Adán y Eva hubieran sido Divinos como Dios.
Apocalipsis 12:9
Judas 6,7
Juan 8:44 Jesús dijo: Vuestro padre
es el Diablo. 47. No escucháis porque no
procedéis de DIOS.