Los medios de comunicación tratan de manera desigual a Alan García y Alejandro Toledo a pesar de que las acusaciones contra García son más graves, protegiéndolo e insultando a Toledo. Además, una reciente decisión judicial liberó a García de investigaciones sobre delitos cometidos durante su mandato.
3. Debilitamiento y reforzamiento de argumentaciones
Debilitar =
atacar al texto
para demostrar
que es falso
ideas que restan
credibilidad a lo
sostenido en el
texto
Tesis
Argumento
Reforzar =
apoyar al texto
para demostrar
que es verdadero
ideas que aportan
mayor credibilidad
a lo sostenido en
el texto
Tesis
Argumento
4. TEXTO II
Es indignante lo que está pasando en relación con la prensa y su tratamiento de ciertos políticos, me
refiero a los casos, maquiavélicamente paralelos, de Ale-jandro Toledo Manrique y Alan García Pérez,
ambos expresidentes de la república. Toledo, cuyo único paso por Palacio de Gobierno estuvo
dominado por sus banalidades y sus irresponsabilidades sociales está sien-do investigado por las
adquisiciones inmobiliarias mi-llonarias que ha realizado, a través de su suegra y su amigo Yosef
Maiman, y que no termina de explicar muy bien. Sus constantes contradicciones y a menudo, crasas
mentiras, lo han puesto en el ojo de una tormenta mediática inmisericorde. Sin ser simpatizante de
Toledo, me parece excesivo el tratamiento que todos los medios, sin excepción, le han dado a este
tema. Amplificar los pedidos de «retiro de la política» y llamarlo «cadáver político» por un asunto
que aún no está definido al 100%, escapa de toda objetividad. Sobre todo cuando vemos que esos
mismos medios se ponen doble guante de seda cuando se trata de hablar de Alan García Pérez –dos
veces presidente y con acusaciones mucho más gruesas que unas cuantas mentiras y deslices de nivel
personal. García, sobre quien pesan denuncias, juicios y miles de indicios razonables relacio-nados a
los peores delitos del mundo: genocidios, enriquecimientos ilícitos, sobornos, cometidos duran-te sus
dos períodos en el cargo; es entrevistado con respeto, devoción y hasta admiración por conductores
de noticieros que, cuando se refieren a Toledo, son capaces de llamarlo «poco hombre»,
«mentiroso», «falso», clavando las miradas a sus camarógrafos.
5. Una sentencia amañada del Tribunal Constitucional acaba de lanzar al triturador de papeles todas las
investigaciones, declaraciones y conclusiones de trabajo de la llamada «megacomisión» del Congreso, que
está destapando varias ollas de grillos cocinadas durante la última administración alanista, aduciendo una
supuesta «vulneración de derechos civiles» al imputado García, tras lo cual festejó a través del twitter y,
seguramente, también descorchando una que otra botella. Es sumamente desagradable ver cómo
periodistas como Milagros Leiva (El Comercio, Canal N) o Jaime Chincha (Canal 5) –solo por citar dos
nombres– traten a Alan García como si se tratara de un gran señor mientras que a Alejandro Toledo le
sueltan las peores imprecaciones, las más sutiles ironías y los adjetivos más terribles. ¿Por qué si todos, a
coro, censuran las mentiras de Toledo, le exigen definiciones, lo insultan y emplazan desde sus
programetes o periodiquetes; no actúan de la misma manera frente a laobvia maquinación mafiosa que le
permite a García zurrarse, como le da la gana, en todo un trabajo congresal y se libra, de un plumazo, de
acusaciones e investigaciones en curso? Si las mentiras del líder de Perú Posible nos caen tan mal, es
ilógico que los discursos del caudillo aprista nos suenen a estadismo puro. Este paralelismo desnuda,
aunque no parece ser tan obvio a juzgar por el mutismo general de la calle al respecto, los intereses de la
prensa, que se venden sin miramiento ni escrúpulos.
6. Si la de nuestro país fuera una prensa realmente independiente, preocupada por informar
con objetividad y brindar a la población los elementos necesarios para ejercer su ciu-dadanía
con responsabilidad, la actitud frente a este blindaje «legal» a Alan García tendría que haber
sido de absoluto repudio y no esta especie de complacencia que se desliza en cada informe.
En conclusión por lo anterior, ahora resulta que las mentiras de Toledo son más condenables
que los delitos de García. Mientras las primeras generan obsesionados griteríos, los se-gundos
provocan convenidos silencios.
7. ¿Cuál es la tesis del texto anterior?
A. Los medios de prensa no miden a todos los polí-ticos con la misma vara, como
evidencia el caso de Alan García y Alejandro Toledo.
A. Los actos de Toledo son condenados unánime-mente en los medios de
comunicación pese a ser este hombre inocente, mientras que Alan García
estratado con doble guante de seda aunque se ha demostrado que es un
delincuente.
B. Los medios parecen aceptar sin problemas los delitos cometidos por Alan
García, mientras condenan de todas las formas posibles las mentiras de
Alejandro Toledo.
D. Solo a través de una artimaña legal ha podido García salvarse de la unánime
condena que enfrentaba.
8. ¿En qué se sustenta la postura del texto anterior?
I. La actitud de periodistas como Milagros Leiva,
Beto Ortiz y Jaime Chincha.
II. El lenguaje condenatorio empleado para califi-car a Alejandro Toledo.
III. El tono melifluo con el que es tratado García por los periodistas de los medios.
A. Solo I
A. Solo III
A. II y III
A. Todas
9. ¿Qué alternativa fortalece mejor la argumentación del texto anterior?
A. La mayor parte de los peruanos está convencida de que Alan García es un
ladrón y un corrupto y se debería respetar la opinión del pueblo.
B. La mayor parte de jueces del Poder Judicial pertenecen al mismo partido que
el presidente García y están comprometidos con ayudarlo y eventualmente
salvarlo.
C. La actitud de los periodistas de los medios de comunicación es demasiado
desigual ante los casos de Toledo y García y eso es sospechoso.
D. Ninguna de los anteriores.
10. ¿Qué alternativa debilita mejor la argumentación del texto anterior?
A. Alejandro Toledo siempre hizo hincapié en que él no era un corrupto y que eso
era lo que lo distinguía de otros políticos, en cambio, García siempre ha
aceptado ser un vivo y un corrupto así que por eso no nos llama la atención que
haya juicios contra él.
B. Los periodistas referidos son personajes por demás cuestionables y su opinión no
es representativa del gremio, en realidad en los medios más serios predomina una
opinión más condenatoria contra García que contra Toledo.
C. Alejandro Toledo es solo culpable de ser alcohólico por eso miente tanto, en
realidad no ha cometido delito alguno porque su patrimonio es grande.
D. Sobre Alan García pesan graves acusaciones que tienen que ver con delitos como
asesinato y genocidio, eso es grave y no puede pasarse por alto.