El documento narra la historia de Toño, un niño que va a pescar a la orilla del mar. Al sacar la red del agua encuentra una orquídea de cristal que resulta pertenecer a una sirena. A cambio de devolverle la flor, la sirena le regala a Toño una concha con una perla para darle a su madre.
2. A Toño le han regalado una red para que pueda pescar, a la orilla de la playa. Muy ilusionado se fue el domingo a probarla y empezó a echarla, pero por el momento sólo sacaba del mar, algas y algún pequeño pescado, el cual devolvía al mar para que pudiera crecer. Después de varias horas, cogió algo que brillaba en la red, y con cuidado lo sacó para ver que era. Con gran sorpresa vio una orquídea de sal cristalizada, y contentó pensó que se la regalaría a su madre, y le daría una gran alegría. Pensando en lo que había encontrado, se sentó en una piedra, que salía del mar a descansar. De pronto oyó una voz a sus espaldas, se volvió y viró la sonrisa de una hermosa niña sirena que le dijo:
3. -Veo que has encontrado mi flor de cristal. La había perdido y estaba disgustada, ya que todas las sirenas tenemos una, que nos regaló nuestro Rey Neptuno.- Entonces Toño se dio cuenta que era una sirena niña, y le dijo: - Yo quería regalársela a mi madre.- La sirena le contestó: - Yo puedo traerte del fondo del mar un buen regalo para tu madre, si me das mi orquídea.- Toño sin pensarlo dos veces, se la dio, y la sirena con una gran sonrisa la cogió y se fue hacia el fondo del mar. El niño pensó, igual ya no vuelve, pero claro, si la flor es de ella, él no podía quitársela. Terminaba de pensar en esto, cuando salió la sirena con una gran concha, ¡era una ostra! La sirena le dijo: - Cuando tu madre la abra, verás como le gusta, pues tiene una bonita perla.- Se dieron las gracias mutuamente. La sirena se hundió en el mar y Toño, se fue muy feliz, pensando cuando le contara a su madre la aventura, y la sorpresa tan bonita que le iba a dar. ¡Estaba feliz!
4. El libre alebrije ¿Sabes lo que es un alebrije? Un alebrije es una figura creada con un pequeño trozo de madera de un árbol llamado "Ocotal". El artesano que lo realiza, talla este pedazo de madera, lo pinta y lo junta con otras piezas para hacer gatos, búhos, pájaros y ¡hasta dragones! Conocí a un artesano que hizo uno de estos dragones, al cual, después de darle forma decidió pintarlo de rojo. -El rojo- le dijo- ¡te dará vida! Y así fue, por que al llenarse la madera de este color, parecía que expresaba alegría. Poco a poco, el artesano le pintó pequeñas manchitas de colores que salpicaron su cuerpo y rayas en su larga cola ¡qué divertido fue pintarlo así! ¡qué me ponga alas! -Pidió el alebrije- ¡qué me ponga alas! El artesano buscó entonces, entre más trozos de madera, dos pedazos planos como las hojas, que inmediatamente empezó a tallar, formando en ellas, picos y relieves como las escamas de los peces. Puestas las alas, el alebrije y artesano se miraron fijamente
5. vieran volar!, no estarás en un aparador encerrado esperando que alguien te compre y te tenga quieto como se tiene a los adornos. mejor ¡vuela ¡ ¡vuela amigo! Eres libre. El alebrije preguntó -¿Libre? ¿Qué es ser libre? - Ser libre es volar hacia donde la luz del sol te señale, sintiendo en cada latido de tu corazón la emoción de ver siempre lo mejor de cada cosa, en cada respiro, el aroma del amor y en cada aleteo la fuerza de lograr lo que te propongas sin dañar a los demás. Ser libre es ser amigo de las aves y cantar con ellas, de las flores y llenarse de su belleza, del aire y acompañarlo en su camino, ser amigo de mis manos que ahora te toman para impulsarte en tu vuelo - dijo el artesano Fue así como el alebrije empezó a volar y volar cada vez más alto ¡imagina que bonito se veía! ¿A dónde iba? Seguro que a posarse a un árbol buscando sus orígenes. Tan fuerte y decidido voló que sus pequeñas manchitas de colores cayeron como lluvia, llenando de sorpresa el día. El artesano lo vio alejarse y se puso feliz de haber pintando también el cielo con la palabra: LIBERTAD
6. CUMPLEAÑOS DEL SEÑOR GRILLO En este viejo roble viven los personajes de este cuento. Hoy es el cumpleaños del señor Grillo y esta noche quiere celebrar una fiesta, invitara a todos sus amigos: a la señorita Mariposa que es muy hermosa, al señor Escarabajo del piso de abajo, a la señora Hormiga del piso de arriba, a la señora Mariquita que esta rellenita, al señor Mosquito que esta delgadito, pero todos se quieren tal como son. A llegado una nueva vecina la señora Luciérnaga que se a instalado en el piso de al lado, el señor Grillo todavía no la conoce pero también quiere invitarla a su fiesta. Esta a punto de salir de su casa cuando recuerda que ayer olvido regar las plantas de su ventana y al abrirla, ¡Oh no! faltan hojas y una de ellas esta llena de agujeros y es justo la mas cercana a la ventana de su nueva vecina, así que muy enfadado se dirige hacia la puerta de la señora Luciérnaga y llama muy fuerte: toc-toc- ella abre y le dice :- buenos días señor Grillo- sin contestarle el saludo el señor Grillo le pregunta: -¿ a sido usted quien se ha comido mi planta? - y ella responde: - es que
7. llegue ayer muy tarde y no tenía nada para comer, al abrir la ventana olí una planta muy tierna así que me comí un poco pero no sabía que era suya. Entonces el señor Grillo dijo enfadado: - ¡quería invitarla a mi fiesta de cumpleaños esta noche, pero ya veo que usted no merece ser mi amiga! - y se marchó. La señora Luciérnaga no tuvo ni tiempo para pedirle perdón y se quedo muy triste. El todavía enfadado volvió a su casa y llamó a todos sus amigos para contarles lo sucedido, todos estuvieron de acuerdo en que la señora Luciérnaga había obrado mal y no merecía su amistad. Ella arrepentida y triste decidió buscar otra casa lejos del roble. Así que empezó a andar y andar y poco a poco iba oscureciendo. Al poco rato era de noche y en el jardín del viejo roble todo estaba preparado para la fiesta, iban llegando los invitados, había pasteles, luces de colores, todo era perfecto, el señor Grillo vivía un momento feliz hasta que, flash! se fue la luz - ¡Oh no ¡- dijeron todos a coro, la fiesta tendría que suspenderse, estaba todo demasiado oscuro, pero cuando iban a marcharse muy tristes, vieron una luz que brillaba a lo lejos, una luz que iba acercándose mas y mas y todos se preguntaron: -¿Qué será esa misteriosa luz?- hasta que la tuvieron tan cerca que vieron que era la señora Luciérnaga que había vuelto! - ¿pero que hace usted aquí?- le pregunto el señor Grillo y ella le contestó: - las farolas de la calle se apagaron, me acordé de su fiesta y he vuelto para pedirle perdón con mi luz. Así que gracias a la señora Luciérnaga la fiesta pudo continuar. El señor Grillo la perdonó y a partir de entonces nada pudo romper la amistad entre ellos.
8. CAMPO FLOR UN AMOR A LA NATURALEZA Campo Flor es un pequeño pueblo en medio de un tranquilo valle. Tiene las paredes blancas y los techos rojos y sus ventanas siempre están abiertas para que entre el aire. Alrededor hay un bosque tan viejo que tiene barbas y unas montañas grandes como gigantes, que meten sus cabezas en las nubes para refrescarse. Los ríos bajan por el cuerpo de las lomas tan veloces, que los peces saltan las piedras para no golpearse, formando un arcoíris en el aire. Los vecinos de Campo Flor, que velan por la salud del valle, abren las puertas del pueblo el último día de primavera para que las personas de todo el mundo pasen. El campo huele a tierra fresca y a flor y parece una acuarela por sus colores
9. Los visitantes, que no han visto con frecuencia un lugar tan bello y cuidado, caminan bajo los árboles recogiendo semillas y fotografiando los nidos de las aves; escalan las montañas para tocar las nubes con las manos o se sientan en las aceras del pueblo para ver a los ciervos y las ardillas atravesar las calles. Por supuesto que está prohibido cazar y talar en cualquier época del año. De otro modo, los árboles no serían como ancianos ni los animales fueran mansos y amigables. Todos los que vienen a Campo Flor, desde su prime viaje, saben que no deben maltratar a las plantas ni a los animales. Aquellos que se atrevieron, alguna vez, a poner sus nombres en los árboles o apedrear un ave, pasaron mucho tiempo sembrando arbustos o cuidando a las crías en el bosque. A pesar de que existen hombres malos, que no aman la naturaleza ni conocen su importancia, las puertas del pueblo son abiertas cada año en la fecha exacta. Los que van a Campo Flor aprenden que el mundo puede ser así. Eso es lo que quieren enseñarles los habitantes del valle.