Si bien actualmente resido en Francia hace ya varias décadas, mis estudios de base los realicé en Uruguay, y por cierto allí pasé parte de mi niñez, mi adolescencia, y también algunos años como adulto-joven.
De ese país tomé su cultura y por cierto el idioma de habla corriente, y en él tengo muy buenos amigos.
El documento adjunto solamente pretende evocar algunas experiencias personales vividas en ese entorno geográfico, que en alguna medida ya se esbozan borrosas por el paso del tiempo, lo que por cierto es importante en lo estrictamente personal, pero lo que también puede interesar a otros cibernavegantes. De allí que me atreva a incluir este material en el espacio público de SlideShare.
1. Cartelera de recuerdos
Las anécdotas personales también sirven para dar a conocer a un país o
Recuerdos de Uruguay
Corría el año 1807, y aún no había amanecido. Un lanchón con soldados se acercaba
silenciosamente a las costas uruguayas, en la zona conocida hoy día como Puertito
del Buceo. Los soldados desembarcaron sin problemas ni contratiempo, e hicieron
señales con un farol.
Charles Stirling autorizó entonces el desembarco de más soldados, y cuando ya
amanecía desembarcó él mismo con más hombres y también con más equipo.
Obviamente el barco quedó fondeado lejos de la costa, y los lanchones regresaron a
la nave-madre, aunque no fueron retirados del agua, contemplando la eventual
necesidad de una rápida retirada.
Se ordenó a los soldados moverse rápido hacia la cuchilla, a lo que hoy sería la calle
18 de Julio, pues los que defendían la ciudad muy rápidamente se enterarían del
desembarco, si ya no lo habían hecho.
Y efectivamente, un poco antes del mediodía, las puertas de la ciudadela se abrieron,
y los soldados defensores salieron. Los sitiados contaban con la ventaja de caballos,
pero los invasores estaban bien pertrechados con armas de fuego y habían tomado
posiciones defensivas en lo alto de la cuchilla, por lo que quedaba un corredor de
ataque no muy ancho, y posiciones laterales no muy convenientes para por allí
asediar al grupo invasor.
Se combatió ardorosamente hasta aproximadamente las tres de la tarde, momento en
que los defensores tocaron retirada. Y entonces los combatientes quedaron separados
por las murallas de Montevideo.
Los invasores avanzaron por la cuchilla muy lentamente acarreando un árbol con el
que supuestamente pretenderían derribar la puerta principal de acceso, pero esa
solamente era una maniobra de distracción. Por escalamiento un grupo de invasores
logró penetrar el recinto amurallado cerca de donde hoy día se emplazan el Templo
Inglés y la Compañía del Gas. Los defensores advirtieron el ardid muy tarde, y
comenzó intramuros la lucha cuerpo a cuerpo.
Desde las azoteas las mujeres apoyaban a sus hombres arrojando piedras a los
soldados invasores así como tachos de agua casi hirviente, con lo cual pretendían
dificultar el avance e incomodar, para así facilitar la labor de los defensores. Pronto
comenzaron a verse cuerpos tirados y grandes manchas de sangre.
De repente, en una pequeña plazoleta, un grupito de soldados se abalanzó con mucha
audacia…
1 / 3 - Autor: Thomas Namer
2. – Lamento interrumpir este docto y novelado ensayo histórico sobre las Invasiones
Inglesas, –dijo Thomas a su amigo– pero hay movimiento en la Terminal. Pareciera
que finalmente algunos ómnibus van a salir, y después de las cuatro horas de plantón
que hemos sufrido, no desearía que por distracción perdiéramos nuestro transporte.
Claude, hermano mío, tú que eres más joven y ágil que nosotros, ve junto a esos
autobuses a comprobar si por azar uno de ellos es el nuestro.
Efectivamente, la protesta de los empleados de la Compañía ONDA había tocado fin,
y los ómnibus de varias empresas se preparaban para salir. Pues claro, por
solidaridad sindical, cuando algún problema se planteaba en una de las empresas,
todos los trabajadores del ramo iban a la huelga.
Pronto Thomas, Claude, y Juan Carlos, se ubicaron en el transporte que le habían
asignado, pero allí solamente disponían de dos asientos, así que deberían rotar los
descansos. Muchos pasajeros no habían conseguido lugar para viajar sentados, así
que harían todo el viaje de pie en el pasillo. El transporte se puso en movimiento,
pasó frente al majestuoso Hotel Argentino, y pronto abandonó la costa de Piriápolis
en dirección a Playa Hermosa.
Ese camino lo habían hecho muchas veces los tres amigos, pues con regularidad ellos
pasaban sus vacaciones de verano en el balneario fundado en el siglo XIX por el
empresario Francisco Piria. Y como los paisajes por esa zona eran realmente
hermosos, en esas ocasiones los tres iban atentos al camino y a lo que se veía desde la
ventanitas. Pero bueno, esta vez era distinto, pues el colectivo iba sobrecargado,
había falta de aire por todas las personas paradas en el pasillo, y además los tres
estaban muy cansados y algo soñolientos.
Thomas preguntó a Juan Carlos: ««En quince días terminamos nuestros exámenes
en Montevideo. ¿Qué hacemos? ¿Volvemos al balneario para seguir disfrutando de la
playa, de las caminatas por el balneario, y de los escalamientos a los cerros “Pan de
Azúcar” y “Toro” que tanto nos divierten.»»
– Pues claro, –contestó Juan Carlos– pero tratemos de entusiasmar a algún amigo
nuestro que tenga automóvil y que quiera acompañarnos. Los problemas en la
Compañía ONDA van a continuar, y no deseo tener que viajar de nuevo en estas
horrorosas condiciones. ¿No vieron que los transportes de ONDA están con los
asientos descuidados y rotos, y con las carrocerías en parte aboyadas, mientras que la
Compañía COT acaba de renovar su flota casi por entero? Aquí hay algún problema
de mala administración que probablemente es bastante grave, y si encima los
empleados plantean reclamos y no ponen el hombro, lo que va a pasar es que en poco
tiempo esa empresa va a dar quiebra, a pesar de por mucho tiempo haber sido la
compañía de transporte más grande y con mejor servicio. Por mi parte de ahora en
más trataré de no realizar más viajes en autobuses de ONDA, y me haré fiel de la
Compañía COT. De esta manera y si mi ejemplo se multiplica, el debacle en la otrora
empresa insignia se apresurará y dará quiebra en forma más rápida, y así dentro de
uno o dos años podremos viajar a los balnearios del Departamento de Maldonado en
2 / 3 - Autor: Thomas Namer
3. condiciones más cómodas y más seguras y más agradables. Lamento mucho por
todos los empleados que perderán sus puestos de trabajo, pero bueno, si las
ineficiencias no se corrigen a tiempo, son los usuarios que terminan pagando los
platos rotos vía aumento de tarifas, y eso por cierto no creo que sea de interés para
quienes utilizamos esta vía de transporte.
3 / 3 - Autor: Thomas Namer