1. De:Jesús García Gutiérrez (padre_chuyg@hotmail.com) Enviado:jueves, 08 de julio de 2010 11:21:39 p.m.Para: Pablo Miranda Renteria (pasatleta@hotmail.com)<br />Mostrar siempre el contenido de este remitente <br />Hola estimado amigo aquí te envió unos consejos espero que te sirvan la mayoría de ellos sé que ya los vives pero espero que te motiven a seguir adelante y los lleves a la práctica a continuación quiero ponerte diez reglas de oro para que sigas educando tu voluntad y el corazón las cuales nos pueden ayudar a vivir mejor:<br />1. La voluntad necesita un aprendizaje gradual, que se consigue con la repetición de actos en donde uno se vence, lucha, cae y vuelve a empezar. Es decir, se requiere adquirir Hábitos positivos mediante la repetición de conductas, de una forma deportiva y alegre.<br />2. Para forjar una sólida voluntad hay que empezar por negarse y vencerse en los gustos, en los estímulos y las inclinaciones inmediatas, la cual es una labor difícil, más no imposible. Debemos de encontrar lo atractivo de la responsabilidad y del cumplimiento de exigencias concretas.<br />3. Cualquier aprendizaje se adquiere con más facilidad en la medida en que la motivación es mayor. Si existe más fuerza atrayente o motivacional hacia el ideal, el esfuerzo que supone el renunciar, no se sentirá como una carga, sino como algo que se permite con mayor libertad.<br />4. Es necesario tener objetivos claros, precisos, bien delimitados y estables. Cuando se sabe qué es lo que se quiere en la vida, con mayor ánimo se lucha y se está dispuesto a renunciar a todo lo que distraiga o desvíe de los objetivos trazados.<br />5. Toda educación de la voluntad y del corazón tiene un fondo de lucha, principalmente en sus comienzos. Es necesario vencer y vencerse, pero siempre motivados por el amor, en tu caso por el futuro de una familia y por el bien de ti mismo.<br />6. A medida que se tiene más formada la voluntad y el corazón, uno se gobierna mejor así mismo, no dejándose llevar por el estímulo inmediato. El dominio personal y las renuncias de sí mismo, es una de las encomiendas más importantes de nuestra vida, en la cual también debemos educar a los demás.<br />7. Una persona con una sólida voluntad y enamorada de su misión alcanza las metas que se había propuesto con constancia. El orden, la tenacidad, la disciplina, la alegría constante y la mirada puesta en el futuro y en los altos ideales, son elementos indispensables para educar nuestra voluntad y el corazón.<br />8. Es impórtate lograr una armonía entre los fines propuestos, los medios y los recursos con los que se cuentan. Esto supone conocimiento personal y realismo, pues la desilusión y el desánimo se presentan, muchas veces, cuando no se acepta con humildad las propias limitaciones.<br />9. Una buena y suficiente educación de la voluntad es un indicador de madurez de la personalidad, pues no se puede hablar de madurez humana cuando no existe una voluntad que lo ayudará a conseguir el bien que se ha propuesto.<br />10. La educación de la voluntad y del corazón no tienen fin, sino que forman parte de un permanente proyecto personal. Esto nos debe motivar a vivir en un constante espíritu de lucha y vigilancia; a un constante deseo de crecer y ser purificados<br />Consejos<br />Padre: Jesús García<br />