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1 de 38
Anatomía del
ejercicio y el
movimiento
Jo Ann Staugaard-Jones
Deportes
Pilates
Danza
Yoga
EDITORIAL
PAIDOTRIBO
1
Capítulo
Dirección anatómica,
planos y movimientos
La posición anatómica ofrece un punto de referencia estándar del ser
humano, donde el cuerpo aparece erguido, con la cabeza, ojos y dedos de los
pies mirando hacia delante, y con los brazos y manos junto a los costados,
con las palmas abiertas y mirando hacia delante.
Direcciónanatómica, planos y movimientos
Planos del cuerpo
El plano sagital medio (‘sagita’ significa ‘flecha’ en latín) es un plano vertical que se extiende en direc-
ción anteroposterior y divide el cuerpo en las porciones derecha e izquierda; en realidad es el plano an-
terior y posterior. (Un plano sagital es cualquier plano paralelo al plano mediano.)
El plano coronal (o frontal) es un plano vertical en ángulo recto respecto al plano sagital, que divide el
cuerpo en las porciones anterior y posterior; en realidad es el plano de movimiento lateral.
El plano transverso (u horizontal) es una sección transversal horizontal que divide el cuerpo en las sec-
ciones superior e inferior, y se extiende en ángulo recto respecto a los otros dos planos; en realidad es el
plano de movimiento rotacional.
9
Dire
ón
ana
mic
plan
y
mo
ento
Frontal
(coronal)
Sagital
(medial)
Transv erso
(horizontal)
Planos del cuerpo
Cada plano presenta acciones articulares específicas. En el plano sagital se producen las acciones de fle-
xión y extensión. Un buen ejemplo de flexión es cualquier movimiento que aproxima el cuerpo a la po-
sición fetal; la extensión es el movimiento contrario a la flexión. En el plano frontal se producen por lo
general los movimientos de abducción y aducción; los saltos abriendo las piernas hacia los lados son un
2
del cuerpo.
Capítulo
El músculo esquelético
y la mecánica muscular
El cuerpo humano contiene más de 215 pares de músculos esqueléticos, que
constituyen aproximadamente el 40% del peso corporal. Los músculos es-
queléticos reciben tal nombre porque en su mayoría se insertan en huesos y
mueven el esqueleto y porque, por tanto, son responsables del movimiento
Los músculos esqueléticos cuentan con abundante irrigación e inervación de
vasos sanguíneos y nervios que están directamente relacionados con las con-
tracciones musculares, que no son sino la función principal del músculo es-
quelético. Cada músculo esquelético cuenta por lo general con una arteria
principal que aporta nutrientes por medio de la sangre, así como varias ve-
nas para eliminar los desechos metabólicos.
14
Anatomía del ejercicio y el movimiento
La irrigación e inervación suelen llegar a los músculos a través de orificios presentes en ellos, aunque
ocasionalmente éstos se encuentren en un extremo y terminen penetrando en el endomisio de cada fi-
bra muscular.
El
múscul
o
esquel
ético y
la
mecán
ica
muscul
ar
Endomisio
Hueso
Periostio
Músculo
Perimisio
Haz de f ibras musculares
Tejido conjuntiv o
Fibra muscular
Epimisio
Tendón
Sarcolema
Capilares
Figura 2.1. Sección transv ersal de tejido de músculo esquelético.
Existen tres tipos de fibras musculares: fibras rojas de contracción lenta, fibras intermedias de contrac-
ción rápida y fibras blancas de contracción rápida. El color de cada una refleja el nivel de mioglobina
presente, es decir, su reserva de oxígeno. La mioglobina permite aumentar el ritmo de difusión de oxí-
geno de modo que las fibras rojas de contracción lenta se contraigan durante largos períodos, lo cual es
muy útil en pruebas de fondo. Las fibras blancas de contracción rápida tienen un contenido menor de
mioglobina. Como dependen de sus reservas de glucógeno (energía), se contraen con rapidez, pero tam-
bién se fatigan muy rápido, por lo que son más abundantes en los velocistas o en deportes en que se re-
quieren movimientos rápidos y cortos, como la halterofilia. Los maratonianos de clase mundial poseen
hasta un 93-99% de fibras de contracción lenta en su músculo gastrocnemio, mientras que los velocis-
tas de clase mundial sólo poseen en torno a un 25% en ese mismo músculo (Wilmore y Costill, 1994).
18
Anatomía del ejercicio y el movimiento
Fisiología de las contracciones musculares
Los impulsos nerviosos causan la contracción de las fibras de músculo esquelético donde terminan. La
unión entre una fibra muscular y el nervio motor se conoce como unión neuromuscular, y es aquí don-
de se produce la comunicación entre el nervio y el músculo. Los impulsos nerviosos llegan a las termi-
naciones del nervio, llamadas terminaciones axónicas, cerca del sarcolema. Estas terminaciones contie-
nen miles de vesículas llenas de un neurotransmisor llamado acetilcolina (ACh). Cuando un impulso
nervioso llega a la terminación axónica, cientos de estas vesículas descargan ACh. La ACh abre los ca-
nales, que permiten a los iones de sodio (Na+) difundirse por su interior. Una fibra muscular inactiva
tiene un potencial en reposo de -95 mV. El influjo de iones de sodio reduce la carga, creando un poten-
cial de placa terminal. Si este potencial alcanza el voltaje liminal (aproximadamente -50 mV), los iones de
sodio entran y se crea un potencial de acción en la fibra.
El
múscul
o
esquel
ético y
la
mecán
ica
muscul
ar
Potencial de acción muscular
Impulso nerv ioso
Figura 2.6. El impulso nerv ioso desencadena un potencial de acción/contracción muscular.
No se produce ningún cambio visible en la fibra muscular durante el potencial de acción (e inmediata-
mente después). Este período, llamado período latente, dura de 3 a 10 milisegundos. Antes de terminar
el período latente, la enzima acetilcolinesterasa descompone ACh en la unión neuromuscular, los cana-
les del sodio se cierran y se despeja el terreno para la llegada de un nuevo impulso nervioso. El poten-
cial en reposo de la fibra se restablece mediante el flujo de salida de iones de potasio. El breve período
necesario para restablecer el potencial en reposo se llama período refractario.
¿Cuánto se acorta una fibra muscular? La mejor explicación es la teoría de los filamentos deslizantes
(Huxley y Hanson, 1954), que propone que las fibras musculares reciben un impulso nervioso (ver an-
teriormente) que causa la liberación de calcio almacenado en el retículo sarcoplasmático (RS). Para que
los músculos trabajen con eficacia, se requiere energía, que se consigue con la descomposición de ade-
El músculo esquelético y la mecánica muscular 19
nosintrifosfato (ATP). Esta energía permite a los iones de calcio ligarse a los filamentos de actina y mio-
sina, y formar un enlace magnético, lo cual causa el acortamiento de las fibras y genera una contrac-
ción. La acción muscular prosigue hasta que se agota el calcio, punto en que éste se bombea de nuevo
al RS, donde se almacena hasta que llega otro impulso nervioso.
El
mú
o
esq
étic
la
me
ica
mu
ar
Reflejos musculares
Los músculos esqueléticos contienen unidades sensitivas especializadas que perciben la elongación mus-
cular (estiramiento). Estas unidades sensitivas se llaman husos musculares y órganos tendinosos de Gol-
gi, y son importantes para detectar, responder y modular los cambios en la longitud del músculo.
Los husos musculares se componen de cordones espirales llamados fibras intrafusales y terminaciones
nerviosas, ambas encerradas en una vaina de tejido conjuntivo, que controlan la velocidad a la que se
elonga un músculo. Si se elonga con rapidez, las señales de las fibras intrafusales enviarán información
a través de la médula espinal al sistema nervioso de modo que un impulso nervioso vuelva y cause la con-
tracción del músculo elongado. Las señales aportan información continua de ida y vuelta al músculo
sobre su posición y potencia (propiocepción).
Músculo
Hueso
Periostio
Tendón
Fibras intraf usales
Órgano tendinoso de Golgi Huso muscular
Figura 2.7. Anatomía de un huso muscular y un órgano tendinoso de Golgi.
3
pulmones.
Capítulo
La columna vertebral
La columna vertebral es el centro del universo del cuerpo desde un punto de
vista mecánico. Es humanamente imposible desplazar el cuerpo en el espacio
sin que la columna nos ayude a extender el cuerpo y los brazos, flexionar el
tronco, darse la vuelta, ponerse de pie erguido o mover la cabeza para ver.
Las funciones de la columna vertebral son sostener, equilibrar, conectar,
proteger y permitir el movimiento. Sostiene y equilibra el cuerpo durante la
postura erguida. Conecta las extremidades inferiores con las extremidades
superiores. La columna vertebral protege la médula espinal, que sale del en-
céfalo. Junto con las costillas, la columna vertebral protege el corazón y los
28
Anatomía del ejercicio y el movimiento
Las acciones del cuerpo (movimientos articulares) ocurren en los tres planos cuando movemos la cabeza y
el tronco. Las acciones articulares son distintas de las ‘funciones’ (ver página 27). Las acciones articulares
de la columna vertebral son flexión, extensión, hiperextensión, flexión lateral a derecha e izquierda y
rotación a derecha e izquierda. Cada porción de la columna desempeña algunas acciones mejor que
otras.
La
colum
na
vertebr
al
a) b)
c) d)
Figura 3.1. Mov imientos del cuello: a) f lexión, b) hiperextensión, c) f lexión lateral y d) rotación.
La columna vertebral
Región torácica
Doce vértebras componen la sección más larga de la columna, que se curva posteriormente (cifosis). Es-
ta curvatura mantiene el equilibrio y sostiene la cavidad torácica. Imagina la articulación de las 12 vérte-
bras torácicas con las 12 costillas en el dorso, y la circunferencia de las costillas que rodean el cuerpo por
delante y se conectan con el esternón. Sólo las 2 costillas inferiores, las costillas flotantes, no están uni-
das por delante con el esternón. La cavidad creada aloja el corazón y los pulmones.
35
La
colu
na
vert
al
Clav ícula
Manubrio
Costillas
v erdaderas
Esternón
Cartílago
costal
Apóf isis
xif oides
Costillas
f alsas
Costillas
f lotantes
Figura 3.6. La cav idad torácica aloja el corazón y los pulmones.
La curvatura posterior de las vértebras torácicas es natural, aunque lo siguiente puede volverla más pro-
nunciada:
1.
2.
3.
4.
5.
Debilidad de los músculos de la porción superior de la espalda.
Tirantez de los músculos torácicos.
El peso del tórax.
La fatiga.
La pereza.
Estas circunstancias, unidas a la tracción de la gravedad, agudizan la cifosis y provocan que una persona
esté echada hacia delante o cargada de espaldas.
36
Anatomía del ejercicio y el movimiento
La
colum
na
vertebr
al
Figura 3.7. Cif osis, patología en la que el af ectado parece encorv ado o con los hombros echados hacia delante.
Músculos torácicos
Erector de la columna, semiespinoso y los músculos posteriores profundos son los principales exten-
sores de la columna, lo cual consiste simplemente en mantenerse de pie y erguidos.
Recto posterior
menor de la cabeza
Semiespinoso de la cabeza
Longísimo de la cabeza
Longísimo del cuello
Iliocostal cerv ical Escaleno posterior
Semiespinoso del cuello
Longísimo
torácico
Semiespinoso torácico
Intercostal interno
Recto posterior
may or de la cabeza
Oblicuo inf erior de la cabeza
Espinoso del cuello
Iliocostal
torácico
Espinoso torácico
Figura 3.8. Músculos superiores de la columna v ertebral.
La columna vertebral
Ejercicios de movilidad y estiramientos para la región torácica
Los mejores regímenes de ejercicio para extender la columna son el yoga y el ballet. Las personas que
practican yoga mejoran la flexibilidad, el equilibrio, la fuerza, la circulación, la postura y la respi-
ración.
El yoga es posiblemente la disciplina más practicada en el mundo, aunque sigue causando rechazo en
muchas personas. Ello se suele deber al estigma cultural y religioso que algunos atribuyen a esta discipli-
na. Descarta esas ideas; sus beneficios a largo plazo son demasiado importantes.
Los músculos son responsables del movimiento de los huesos. Desempeñan mejor su papel cuando no
tienen
que soportar la carga del peso. La postura erguida les permite hacer su trabajo con eficacia y sin tensión.
37
La
colu
na
vert
al
Recto del
abdomen
Transv erso
del abdomen
Sartorio
Recto f emoral
Cuando un profesor de yoga explica el arqueo de hombros
o «echar los hombros atrás y hacia abajo con los omoplatos
descendiendo por la columna», el torso se elonga. Las escá-
pulas están en ligera aducción (se aproximan a la columna)
y hacen trabajar los músculos trapecio y romboides. Éste es
también un concepto importante en Pilates y útil en cual-
quier tipo de ejercicio. El pecho y las costillas se abren y re-
lajan sin «ejercer empuje hacia fuera», con los abdominales
ligeramente hacia dentro y arriba. En esta posición, la co-
lumna respira en cierto sentido: las vértebras están alinea-
das unas sobre otras con los discos libres de compresión. Sus
curvaturas están equilibradas, flexibles y en simetría unas con
otras. Practica este trabajo postural sentado, de pie o cami-
nando, y aprecia la diferencia.
Vasto medial
Figura 3.9. La f lexible columna v ertebral, aquí extendida.
38
Anatomía del ejercicio y el movimiento
La
colum
na
vertebr
al
Glúteo menor
Pectíneo
Aductor corto
Aductor may or
Recto interno
Cuadrado lumbar
Psoas may or
Ilíaco
Figura 3.10. Posturas para mantener el cuerpo equilibrado, apoy ado y alineado en la barra de ballet (niv el I).
T É C N I C A
De pie sobre una sola pierna, adopta con la otra la posición de passé (rodilla flexionada, cadera en ro-
tación externa, el pie apuntando hacia la cara interna de la rodilla de la extremidad en carga). Man-
teniendo las caderas niveladas, conserva el equilibrio mientras fortaleces las piernas y el núcleo
corporal. Para aumentar la fuerza, agárrate a la barra de ballet o a una pared y desarrolla la pierna en
carga practicando pliés y relevés (rodilla flexionada y luego ponerse de puntillas). Sitúa siempre la ro-
dilla sobre los dedos del pie.
Transv erso del
abdomen
Longísimo del
cuello Espinoso
torácico
Esplenio
del cuello
Semiespinoso
torácicoGlúteo
may or
a)
Recto del
abdomen
Longísimo
torácico
b)
Figura 3.11. Posturas de rodillas para estiramientos y f lexibilidad: (a) el «perro», (b) el «gato» (niv el I).
4
Capítulo
El núcleo corporal
El núcleo del cuerpo es objeto de mucha atención, pero ¿de qué estamos ha-
blando en realidad? Dependiendo del autor, se puede referir a los abdomina-
les o al torso en su totalidad. Por lo que a este libro se refiere, se considera el
área comprendida entre la columna lumbar y la pelvis, por lo general, consi-
derada el núcleo central. Tanto la columna lumbar como la pelvis son interde-
pendientes; deben estar equilibradas y alineadas para funcionar correctamen-
te. Cualquier incongruencia afecta a otras áreas, desde la porción superior de
la columna hasta los pies, es decir, en esencia, todo el cuerpo.
48
Anatomía del ejercicio y el movimiento
Región lumbar
Hay cinco vértebras lumbares localizadas aproximadamente en el centro del cuerpo. Son más grandes,
gruesas y, por tanto, más pesadas que los otros huesos de la columna vertebral. Presentan una curvatu-
ra lordótica, es decir, anterior o hacia el frente, que contrarresta la curvatura torácica posterior. Los dis-
cos (los cartílagos entre los huesos) presentan un tercio del grosor de los cuerpos de las vértebras, lo cual
permite una mayor movilidad en flexión, extensión y flexión lateral. La rotación queda limitada por la
proyección recta, la corta longitud y el bulto de las apófisis espinosas posteriores, a lo cual se suma la
orien-
tación de las carillas (superficies articulares de las apófisis espinosas).
El
núcleo
corpor
al
Arco
v ertebral
Apóf isis espinosa
Apóf isis articular
superior
Escotadura
v ertebral
superior
Agujero v ertebral
Apóf isis articular
superior
Apóf isis
espinosa
Agujero
v ertebral Apóf isis
transv ersa
Cuerpo de
la v értebra
Cuerpo de
la v értebra
Apóf isis
transv ersa
Escotadura
v ertebral inf eriora) b)
Músculos lumbares
Figura 4.1. Vértebras lumbares (L3): a) v ista superior, b) v ista de perf il.
Los abdominales son el principal grupo de músculos que flexionan la columna lumbar y torácica. Es la
acción por la que el tronco se inclina hacia delante, o se encoge en la posición fetal. Si se practica es-
ta acción contra una resistencia, como la fuerza de la gravedad, los músculos se fortalecen. Se hablará
de cada uno de los cuatro músculos abdominales por separado, pero también como una unidad debi-
do a su localización e inserción en la porción anterior de la columna vertebral. Son sobre todo respon-
sables de la salud de la región lumbar de la espalda.
Figura 4.2. Flexión de abdominales en decúbito supino.
Núcleo corporal
Ejercicios de fortalecimiento para el músculo recto del abdomen
1. Flexión lateral del tronco (nivel I).
51
El
núc
corp
al
Oblicuo interno
del abdomen
Oblicuo externo
del abdomen
Iliocostal
lumbar
Figura 4.5. Flexión lateral del tronco (niv el I).
T É C N I C A
En bipedestación con los pies separados la anchura de los hombros. Mantén el cuerpo erguido y fle-
xiona el tronco hacia la izquierda o la derecha. Se puede practicar sentado, de rodillas o de pie, y es
un ejercicio a la vez de estiramiento y fortalecimiento de los abdominales. Mantener los brazos por
encima de la cabeza aumenta la dificultad.
2. Abdominales parciales o cortos (niveles I-III).
Recto del
abdomen
Iliocostal
lumbar
Oblicuo externo
del abdomen
Figura 4.6. Abdominales parciales o cortos (niv eles I-III).
T É C N I C A
Túmbate boca arriba (en decúbito supino) con las rodillas flexionadas y los pies apoyados en el sue-
lo. Flexiona la columna (espira siempre al flexionar) y eleva el tronco hasta medio camino, y vuelve
a la posición inicial mientras inhalas y percibes la extensión de cada una de las vértebras.
5
pular.
Capítulo
La región del hombro
La región del hombro se compone de cinco articulaciones: la articulación es-
ternoclavicular (EC), la articulación acromioclavicular (AC), la articulación
coracoclavicular, la articulación glenohumeral y la articulación escapuloto-
rácica, donde el omoplato se desliza sobre la pared torácica. La articulación
que describimos específicamente como articulación del hombro es la arti-
culación glenohumeral, mientras que las otras pertenecen a la cintura esca-
La estructura del hombro le confiere una gran movilidad y permite situar la
extremidad superior y la mano casi en cualquier posición. El movimiento de
la región del hombro depende de los músculos situados en el pecho, la espal-
da y los brazos. Por tanto, lo que haga la región del hombro determinará la
apariencia de la mayor parte de la extremidad superior.
78
Anatomía del ejercicio y el movimiento
Los movimientos de las extremidades superiores son los que conforman la mayoría de los músculos de
la espalda, así como del pecho y el brazo. Otros músculos de estas áreas se definen con los movimientos
de la escápula, el área articular de la cintura escapular.
La
región
del
hombr
o Articulación glenohumeral
Es la principal articulación del hombro, específicamente entre la escápula y el húmero. Articulación es-
feroidea multiaxial, la cabeza del húmero se aloja en la cavidad glenoidea. La cavidad es somera en com-
paración con otras articulaciones esferoideas, lo cual le confiere más movilidad, pero reduce su estabilidad.
La cabeza del húmero es más grande que la cavidad en la que se aloja. Para aumentar la congruencia hay
un anillo fibrocartilaginoso llamado rodete glenoideo que ayuda a ajustar y ceñir mejor el húmero en su
cavidad.
Ligamento
coracoacromial
Ligamento
coracohumeral
Ligamento
glenohumeral
superior
Tendón del bíceps
braquial (cabeza larga)
Tendón del
subescapular
Ligamento
glenohumeral
medio
Ligamento
glenohumeral
inf erior
Acromion
Bolsa
subdeltoidea
f usionada con la
bolsa subacromial
Tendón del
supraespinoso
Tendón del
inf raespinoso
Rodete
glenoideo
Cav idad glenoidea
Tendón del redondo
menor
a)
Acromion Bolsa subdeltoidea
f usionada con la
bolsa subacromial
Tendón del bíceps
braquial (cabeza larga)
Tendón del bíceps
braquial (cabeza larga)
b)
Músculo
subescapular
Figura 5.1. Articulación glenohumeral: a) brazo derecho, v ista de perf il, b) brazo derecho, v ista anterior (cortada).
Región del hombro
Ligamentos de la articulación del hombro
79
La
reg
del
hom
o
Como la articulación del hombro no es profunda y la gravedad ejerce de fuerza sobre el húmero, los liga-
mentos de la articulación deben ser muy fuertes y estar intactos para mantener la integridad articular.
Hay tres ligamentos glenohumerales en la cara anterior de la articulación, así como los ligamentos cora-
cohumerales inferior y superior (que van de la apófisis coracoides al húmero), que son las principales es-
tructuras que refuerzan el área.
La cápsula de la articulación del hombro se refuerza con el ligamento semicircular del húmero, una ban-
da de tejido ligamentario que guarda estrecha relación con los tendones del manguito de los rotadores
para dotar de integridad al área.
Movimientos de la articulación del hombro
Según el autor, se describen más o menos acciones en la articulación del hombro. Las principales accio-
nes son las verdaderas de una articulación esferoidea: flexión, extensión, abducción, aducción y rota-
ción interna (medial) y externa (lateral). Como la articulación tiene tanta movilidad (gracias a la ayuda
del área articular de la cintura escapular), también puede adoptar grados extremos de flexión, extensión,
abducción y aducción. Suma otra acción articular como es mover el húmero del plano frontal al plano sagi-
tal y vuelta, y la aducción/abducción horizontales. Los movimientos diagonales son algunas de estas ac-
ciones combinadas.
Nota. La acción articular de aducción horizontal a veces se llama flexión horizontal; la acción de abduc-
ción horizontal también recibe el nombre de extensión horizontal.
Aducción
Abducción
Aducción
Rotación de la
articulación del
hombro para
permitir la
elev ación
mediante
abducción
La abducción del brazo en la
articulación del hombro, para
seguir elev ándolo por encima
de la cabeza en el plano
f rontal, se denomina elev ación
mediante abducción.
Abducción. Mov imiento de un
hueso que se aleja de la línea
media del cuerpo, o de la línea
media de una extremidad.
Aducción. Mov imiento de un
hueso hacia la línea media del
cuerpo, o hacia la línea media
de una extremidad.
80
Anatomía del ejercicio y el movimiento
La
región
del
hombr
o
Extensión
Flexión
La f lexión del brazo en la
articulación del hombro, para seguir
elev ándolo por encima de la cabeza
en el plano sagital, se denomina
elev ación mediante f lexión.
Extensión. Extender o doblar hacia
atrás alejándose de la posición f etal.
Flexión. Doblar para reducir el
ángulo entre huesos en una
articulación. En la posición
anatómica, la f lexión suele ser hacia
delante, excepto en la articulación de
la rodilla, que es hacia atrás. La
f orma de recordarlo es que la f lexión
siempre es hacia la posición f etal.
Circunducción. Mov imiento en que el
extremo distal de un hueso se muev e
en círculo, mientras que el extremo
proximal se mantiene estable; el
mov imiento combina f lexión,
abducción, extensión y aducción.
Rotación
lateral
Rotación
medial
Rotación lateral. Giro hacia f uera,
alejándose de la línea media.
Rotación medial. Giro hacia la línea media.
Músculos de la articulación del hombro
Figura 5.2. Mov imientos de la articulación del hombro.
Los músculos que mueven el brazo tienen que cruzar la articulación
glenohumeral para actuar en él; éste es uno de los grandes principios de
la cinesiología; si un músculo no cruza y abarca dos huesos articulados,
¿cómo podría mover la articulación?
Ejemplo. El músculo infraespinoso cruza la articulación del hombro,
de la escápula al húmero, para actuar sobre ella.
Figura 5.3. Músculo inf raespinoso.
6
bito.
Capítulo
Las articulaciones
radiocubital y del codo
Articulación del codo
La articulación del codo está compuesta por el húmero (hueso del brazo) y
el radio y el cúbito (huesos del antebrazo, de los cuales el cúbito es el más
medial). En el extremo distal del húmero se encuentran la tróclea y el capí-
tulo, que juntos forman parte de la articulación del codo con el radio y el cú-
Articulación radiocubital
A menudo confundida con la articulación del codo, la articulación radiocu-
bital es una articulación rotatoria clasificada como trocoidea. Es uniaxial y
sólo se mueve en el plano horizontal/transverso, efectuando movimientos
rotatorios de supinación y pronación.
102
Anatomía del ejercicio y el movimiento
Articulación del codo
El codo es una articulación troclear verdadera, es decir, trabaja sólo en el plano sagital y únicamente es
capaz de las acciones de flexión y extensión. Ligamentos y músculos trabajan juntos para aportar esta-
bilidad y movilidad a la articulación.
El ligamento colateral cubital (medial) se compone de tres bandas poderosas –los ligamentos oblicuo
anterior, posterior y transverso– que refuerzan la cara interna de la cápsula articular. El ligamento cola-
teral radial (lateral) es un poderoso ligamento triangular que refuerza la cara externa de la cápsula ar-
ticular. Estos ligamentos conectan el húmero con el cúbito y actúan juntos para estabilizar el codo. El
ligamento anular une la cabeza del radio con el cúbito para formar la articulación radiocubital proximal.
Las
articul
acione
s
radioc
ubital y
del
codo
Cápsula
articular
Tendón del
bíceps
braquial
Radio
Húmero
Cápsula articular
Húmero
Ligamento colateral radial
Ligamento anular
Radio
Tendón del
tríceps braquial
Tendón del
tríceps braquial
Ligamento
colateral
cubital
Cápsula f ibrosa
Línea epif isaria
Bolsa de grasa
Tróclea del húmero
Tendón del tríceps
Bolsa del tríceps
Olécranon
Línea epif isaria
c) Bolsa subcutánea del olécranon
Bolsa de grasa
Cápsula
f ibrosa
a) Cúbito b) Cúbito
Figura 6.1. Articulación del codo (brazo derecho): a) v ista lateral, b) v ista medial, c) v ista sagital media.
Articulaciones radiocubital y del codo 103
Los músculos anteriores del codo son bíceps braquial, braquiorradial, braquial y pronador redondo. Los
músculos posteriores son el tríceps braquial y el ancóneo. Los tendones de estos músculos actúan de es-
tabilizadores, cruzan la articulación del codo y también ofrecen seguridad adicional. Es fácil determinar
la acción de los músculos: los flexores son anteriores (posición anatómica); los extensores son posterio-
res. Algunos de los músculos extrínsecos del antebrazo también ayudan a la flexión, pero su contracción
es muy débil. La terminología ayuda a descifrar algunos de los músculos:
Bíceps = dos cabezas; tríceps = tres cabezas.
Bíceps braquial se traduce como las dos cabezas del brazo.
Tríceps braquial significa las tres cabezas del brazo.
El bíceps y el tríceps son multiartrodiales (trabajan en más de una articulación), y presentan más de una
cabeza. Esto significa más de dos puntos de inserción (por lo general, un músculo presenta una inser-
ción tendinosa proximal y otra distal en los huesos).
Las
artic
acio
s
rad
ubit
del
cod
Braquial
Tríceps
braquial
Bíceps
braquial
Braquiorradial
Braquial
Braquiorradial
Flexor radial
del carpo
Extensor radial
largo del carpo
Extensor radial
corto del carpo
Extensor de
los dedos
Abductor largo
del pulgar
Ancóneo
Extensor
cubital
del carpo
Flexor
cubital
del carpo
Palmar
largo
Flexor
superf icial de
los dedos
Flexor
largo del
pulgar
Pronador
cuadrado
Extensor del
meñique
a) b)
Figura 6.2. Músculos superf iciales del brazo; a) v ista posterior, b) v ista anterior.
106
Anatomía del ejercicio y el movimiento
Las mujeres tienden a tener un tríceps más débil, reblandeciéndose el tejido del dorso del brazo a me-
dida que envejecen. Ello está directamente relacionado con lo que el brazo hace a diario. En las socie-
dades tradicionales, la mayor parte del trabajo doméstico recaía en las mujeres; levantar y llevar a los
niños en brazos también es un movimiento diario y repetitivo de muchas mujeres. Estas prácticas se ha-
cen con los brazos delante del cuerpo, con lo cual se trabajan los músculos anteriores. De hecho, la ma-
yoría de las personas, con independencia de su profesión o sexo, tienden a usar más la cara anterior del
cuerpo. El tríceps es un músculo posterior; la mejor posición para tonificar el tríceps es con el codo ex-
tendido y tratando de alcanzar un punto detrás del cuerpo y aplicando resistencia contra dicha exten-
sión. También se puede empujar con la mano una pared con el codo extendido, y el tríceps se contrae-
rá isométricamente fortaleciéndose.
Las
articul
acione
s
radioc
ubital y
del
codo
Ejercicios para fortalecer y estirar el codo
Muchos ejercicios (el número de página indica dónde aparece la ilustración correspondiente) sirven pa-
ra fortalecer y estirar los músculos del codo. Usa la tabla siguiente para tener una idea más clara de los
ejercicios.
Ejercicios
Flexiones de bíceps, pág. 110
Mentones, pág. 105/111
Flexiones de brazos
Chataranga dandasana (postura de
los cuatro miembros o del bastón)
Urdhva mukha svanasana
(el perro hacia arriba), pág. 40
Adho mukha svanasana
(el perro hacia abajo), pág. 40
Purvottanasana
(tablón ascendente), pág. 97
Fondos, pág. 96
Músculos
Bíceps braquial, braquial, braquiorradial
Bíceps braquial, braquial, braquiorradial
Tríceps braquial, ancóneo
Tríceps braquial, ancóneo
Tríceps braquial, ancóneo
Tríceps braquial, ancóneo
Tríceps braquial, ancóneo
(bíceps braquial en el hombro)
Bíceps braquial, braquial, braquiorradial
Tríceps braquial (brazo adelantado)
Bíceps braquial (brazo retrasado)
Tríceps braquial (brazo superior)
Bíceps braquial (brazo inferior)
Tríceps braquial (cabeza larga)
Tríceps braquial, ancóneo
Tríceps braquial, ancóneo
Fuerza o estiramiento
Fuerza, contracción concéntrica
Fuerza, contracción concéntrica
Fuerza, contracción concéntrica
Fuerza, contracción excéntrica
Fuerza, contracción concéntrica
Fuerza, contracción isométrica
Fuerza, contracción isométrica
Fuerza, contracción isométrica
Estiramiento
El trípode sobre los codos
(postura del delfín)
Adho mukha vrksasana
(postura del árbol), pág. 119
Molinos con las piernas en tijera
pág. 55
Gomukhasana (postura
de la cara de vaca)
Garudasana (postura
del águila), pág. 111
Dhanurasana (postura del arco)
Natación (crol)
Natación (espalda)
Remo
Kayak
Fuerza, contracción concéntrica
Fuerza, contracción isométrica
Estiramiento
Estiramiento
Bíceps braquial, braquial, braquiorradial
Bíceps braquial y tríceps braquial
(dependiendo de la parte del movimiento)
Tríceps braquial, ancóneo
Bíceps braquial, braquial, braquiorradial
Bíceps braquial, braquial, braquiorradial
(brazo retrasado)
Tríceps braquial, ancóneo (brazo adelantado)
Estiramiento
Estiramiento y fuerza
(según el momento)
Fuerza, contracción concéntrica
(estiramiento para el bíceps)
Fuerza, contracción concéntrica
Fuerza, contracción concéntrica
Fuerza, contracción concéntrica
Articulaciones radiocubital y del codo 107
Trabaja el tríceps braquial en la articulación del codo y el bíceps braquial en la articulación del hombro: Las
artic
acio
s
rad
ubit
del
cod
Elev ador de la escápula
Deltoides
Trapecio
Tríceps braquial
Braquial
Ancóneo
Extensor radial del carpo
Flexor de los dedos
Oblicuo interno del abdomen
Figura 6.6. Fondos. Ejercicio para f ortalecer el tríceps braquial y el ancóneo.
T E C N I C A
Baja el cuerpo hasta que los brazos queden paralelos al suelo. Las rodillas deben estar ligeramente
detrás de las caderas y el pecho un poco inclinado hacia delante. Vuelve a la posición inicial exten-
diendo los codos.
Lesiones del codo
Codo de tenista (epicondilitis lateral)
Los lados externo e interno del codo son puntos de inserción para tendones que también dirigen los
movimientos de la muñeca y la mano. Este punto común de inserción de tendones se puede inflamar,
sobre todo con movimientos repetitivos que impliquen asir y retorcer, como al jugar al tenis, o al girar
un destornillador. La afición a la jardinería también puede ser el culpable. Suele apreciarse sensibili-
dad dolorosa a la palpación en la cara externa del codo, y en los casos de lesiones agudas, puede haber
cier-
ta hinchazón. Es un caso de tendinitis y por eso se necesita descanso y reducir la inflamación. La fisiotera-
pia a veces es útil; la prevención pasa por tratar cualquier tirantez o debilidad musculares.
Ancóneo
Epicóndilo lateral
Figura 6.7. Codo de tenista.
7
Capítulo
La muñeca y la mano
La muñeca y la mano se componen de veintisiete huesos, numerosos liga-
mentos y muchos músculos y tendones, todo lo cual dota a los dedos de ca-
pacidades motoras finas. La muñeca y la mano alojan los ocho huesos del
carpo, cuya fila proximal se compone del escafoides, el semilunar, el pirami-
dal y el pisiforme, y se articula con el radio y el cúbito para crear la articula-
ción radiocarpiana. Aquí es donde se producen las acciones principales de la
muñeca; al ser una articulación condiloidea (elipsoidea), permite flexión, ex-
tensión, abducción y aducción. La combinación de estas cuatro acciones se
llama circunducción.
114
Anatomía del ejercicio y el movimiento
La fila distal de huesos del carpo, que se compone del trapecio, trapezoide, hueso grande y hueso gan-
choso, se encuentra con los cinco metacarpianos, que se articulan con las falanges proximales. Cada de-
do cuenta con tres falanges, mientras que el pulgar sólo tiene dos. Esta articulación metacarpofalángi-
ca también es una articulación condiloidea. Las articulaciones interfalángicas son trocleares, y en ellas
se produce la flexión y extensión de los dedos.
Húmero
La
muñec
a y la
mano
Epicóndilo lateral
Cresta
supracondílea
medial
Epicóndilo
medial
Apóf isis
coronoides
Cresta del músculo
supinador
Cúbito
Membrana
interósea
Semilunar
Piramidal
Pisif orme
Ligamento
colateral radial
Ligamento anular
Tuberosidad pronadora
Radio
Tubérculo del escaf oides
Tubérculo del trapecio
Hueso grande
Trapezoide
Apóf isis uncif orme
del hueso ganchoso
Metacarpianos
Falanges proximales
Falanges medias
Falanges distales
Figura 7.1. Huesos de la mano y antebrazo derechos (v ista anterior).
Articulaciones intermetacarpianas
Trapecio
Primer metacarpiano
Articulación carpometacarpiana
del pulgar
Articulaciones intercarpianas
Trapezoide
Escaf oides
Ligamento colateral radial
Hueso grande
Articulación radiocarpiana
Radio
Semilunar
Disco articular
Articulación radiocubital distal
Cabeza del cúbito
Ligamentos metacarpianos
interóseos
Articulación carpometacarpiana
del meñique
Hueso ganchoso
Articulación mediocarpiana
Ligamento colateral cubital
Hueso piramidal
Figura 7.2. Articulaciones radiocarpiana (muñeca), intercarpianas, carpometacarpianas e intermetacarpianas (v ista coronal).
120
Anatomía del ejercicio y el movimiento
Estiramientos para la muñeca y la mano
Braquiorradial Extensor de
los dedos
Extensor cubital
del carpo
La
muñec
a y la
mano
Extensor largo
del pulgar
Supinador (capa
prof unda)
Extensor corto
del pulgar
Figura 7.10. Estiramiento con la muñeca girada.
T É C N I C A
Extiende un brazo delante del cuerpo y paralelo al suelo. Gira la muñeca hacia abajo y afuera, y lue-
go usa la otra mano para seguir girando la mano hacia arriba.
Estiramientos para el plexo braquial
Fibras anteriores del deltoides
Braquial
Bíceps
braquial
Figura 7.11. Estiramiento pectoral asiéndose las manos por detrás de la espalda.
T É C N I C A
Extiende los brazos detrás de la espalda y entrelaza las manos; eleva los brazos con la espalda recta.
Traza círculos con los brazos hacia atrás (circunducción).
T É C N I C A
Mueve el brazo en toda su movilidad articular mientras estiras la cabeza extendiéndola hacia de-
lante.
8
Capítulo
La articulación
coxofemoral (cadera)
La articulación coxofemoral es una gran articulación esferoidea formada por
el acetábulo de la pelvis (la cavidad) y la cabeza del fémur (la esfera). En tér-
minos arquitectónicos, la pelvis es la piedra angular y los fémures son los ar-
botantes. Esta estructura dota a la articulación de gran estabilidad.
Los músculos que actúan en la cadera se extienden desde la pelvis hasta el fé-
mur, llegando algunos incluso hasta más allá de la articulación de la rodilla.
Todos los músculos grandes configuran la forma del muslo. Los músculos de
la cara anterior del muslo flexionan la cadera; los músculos laterales (exter-
nos) la mueven en abducción; los músculos del dorso del muslo la extien-
den, y los músculos mediales (internos) la mueven en aducción. La mayoría
de los músculos mencionados también generan rotación en varo o en valgo,
las dos acciones finales de la cadera.
124
Anatomía del ejercicio y el movimiento
La
articul
ación
coxofe
moral
(cader
a)
a)
b)
Cartílago articular
Espina ilíaca
anterosuperior
Espina ilíaca
anteroinf erior
Superf icie semilunar
del acetábulo
Rodete acetabular
(f ibrocartilaginoso)
Ligamento transv erso
del acetábulo
Tuberosidad isquiática
Trocánter may or
Cabeza del f émur
Cuello del f émur
Línea intertrocantérea
Ligamento de la cabeza del f émur Trocánter menor
Espina ilíaca
anterosuperior
Espina ilíaca
anteroinf erior
Bolsa
iliopectínea
Ligamento
iliof emoral
Ligamento
pubof emoral
Trocánter
may or
Trocánter menor
Figura 8.1. Articulación coxof emoral, extremidad inf erior derecha: a) v ista lateral, b) v ista anterior.
Músculos anteriores (flexores) de la cadera
Agonistas de la flexión: recto femoral, sartorio y psoasilíaco.
El recto femoral es el músculo flexor más superficial del muslo. También forma parte del grupo del cuá-
driceps, que extiende la rodilla. Como actúa en dos articulaciones, se denomina ‘biartrodial’. Es el úni-
co músculo grande de la cadera que sólo realiza una acción en ella. Permite la inclinación anterior de
la pelvis cuando está acortado o tirante; los músculos abdominales débiles también son responsa-
bles de este defecto en la alineación postural. Debido a sus acciones en la cadera y la rodilla, es un
podero-
so músculo que usamos al correr.
La articulación coxofemoral (cadera)
Ejercicios para fortalecer los músculos flexores de la cadera
Todos los movimientos al caminar, correr, saltar, saltar a la pata coja, saltar con los pies juntos y dar pa-
tadas ejercitan de algún modo los músculos flexores de la cadera, sean agonistas, antagonistas o estabi-
lizadores. Eso depende de la fase del movimiento. Agonistas son los músculos protagonistas de una ac-
ción articular concreta. Los antagonistas se suelen localizar enfrente de los agonistas y contrarrestan su
acción. Los estabilizadores también se llaman fijadores y actúan como una base firme mientras los
otros músculos ejercen fuerza para generar movimiento.
Todos los músculos esqueléticos son movilizadores y estabilizadores; del movimiento y la posición del
cuerpo depende cómo reaccionan los músculos en un momento determinado. Los músculos esqueléti-
cos son todos de ese tipo; ello depende del movimiento y posición del cuerpo y de qué papel estén de-
sempeñando los músculos en ese momento.
Los entrenamientos que ejercitan la articulación coxofemoral en el plano sagital son máquinas cardio-
vasculares, lo cual significa que se desarrollan acciones articulares de flexión y extensión. La cinta sin fin
es especialmente buena; caminar o correr al aire libre es incluso mejor (¡aire fresco!) siempre y cuando
se disponga de calzado adecuado y se corra por superficies propicias.
1. Flexión de la cadera en decúbito supino (nivel I).
127
La
artic
ació
cox
mo
(cad
a)
Abdominales
Psoas may or
Tensor de la f ascia lata
Pectíneo
Figura 8.5. Flexión de la cadera en decúbito supino (niv el I).
T É C N I C A
Túmbate boca arriba y eleva una pierna en un ángulo de 45°. Mantener la rodilla flexionada facilita
el ejercicio; mantenerla extendida lo dificulta. Activa los abdominales y mantén la postura al menos
10 segundos. Añade tobilleras lastradas si necesitas más resistencia. Repite con la otra pierna. ¡No ele-
ves ambas piernas a la vez! Hay muchos datos que demuestran que la región lumbar sufre daños en
esta posición, ya que el músculo psoas mayor trabaja en exceso debido a su origen en la región lum-
bar y a su inserción en el fémur.
En una clase de barra al suelo de ballet, túmbate en decúbito supino y levanta una pierna hasta 90° o
más (hacia el techo). Levanta y baja lentamente la pierna sintiendo la oposición de la gravedad. Se re-
pite de 8 a 10 veces con cada pierna. Se incorpora rotación de la cadera para aumentar el trabajo mus-
cular. Esto también se puede hacer de pie junto a la barra (ver figura 8.3), en cuyo caso aumenta la di-
ficultad por acción de la gravedad y por la falta de apoyo del suelo.
9
Capítulo
La articulación
de la rodilla
Las rodillas son un ejemplo perfecto de articulación: dos huesos articulados
que se mantienen unidos por medio de ligamentos; con músculos que me-
diante tendones se insertan en dichos huesos para mover la articulación; con
cartílagos que amortiguan los golpes, y líquido sinovial dentro de una mem-
brana para lubricarla. Es la articulación más grande del cuerpo, compuesta
por dos huesos largos (fémur y tibia) que actúan de palancas; en el punto de
encuentro se aprecia un poco de movilidad lateral.
La articulación de la rodilla 163
El ángulo Q constituye la línea de tracción del cuádriceps en la rótula. Como se aprecia en la figura 9.3,
no es vertical. Una línea trazada desde la rótula hasta la EIAS intersecta otra línea que a partir del fémur
cruza la rótula hasta la tuberosidad de la tibia. Esto determina el ángulo, con una movilidad normal en-
tre 10° y 17°. Suele ser más alto en las mujeres. Los ángulos mayores pueden causar problemas por la
descentralización de la tracción.
La diáfisis del fémur tampoco es vertical, aunque el centro de la articulación coxofemoral se alinea casi
directamente con el centro de la articulación de la rodilla. Esto recibe el nombre de eje mecánico del fé-
mur y es crucial para la correcta transmisión del peso por la pierna.
La
artic
ació
de l
rod
Ejercicios para fortalecer el músculo cuádriceps femoral
Máquinas: press de piernas, extensiones de rodillas y remo. Cualquier máquina cardiovascular en que
la rodilla se extienda contra una resistencia favorecerá la contracción concéntrica.
Contracciones isométricas de una pierna recta contra una fuerza inamovible (una pared o el suelo).
Pesas. Sentadillas en plié paralelo con barra de pesas (ilustración de abajo).
Ballet. Grand plié y patadas al frente.
Pilates. La rana en máquina reformer.
Serrato anterior
Oblicuo externo del abdomen
Recto del abdomen
Tensor de la f ascia lata
Vasto lateral
Tibial anterior
Pectíneo
Aductor largo
Recto f emoral
Vasto medial
Sartorio
Recto interno
Semitendinoso
Gastrocnemio
Sóleo Semimembranoso
Figura 9.4. Sentadillas en plié paralelo con barra de pesas.
T É C N I C A
Para ejecutarlo correctamente, evita la inercia mediante movimientos lentos y controlados. Mantén
el pecho abierto y evita encorvar los hombros. Mantén el peso directamente sobre los talones y el
mesopié, y evita que las rodillas superen la vertical de los dedos del pie. Impide que las rodillas y to-
billos giren hacia dentro. Las sentadillas también se pueden practicar en paralelo (con los pies apun-
tando hacia delante); se suelen practicar repeticiones y series. El cuádriceps se fortalece al máximo
durante el ascenso. La alineación de las rodillas y un peso correcto son importantes para prevenir le-
siones.
164
Anatomía del ejercicio y el movimiento
Para el recto femoral:
El músculo se aísla cuando la cadera está flexionada con una rodilla extendida contra la gravedad. En
posición sedente y con las piernas hacia delante, flexiona ligeramente el tronco hacia delante y levanta
una pierna unos centímetros del suelo durante 10 segundos. El músculo recto femoral será firme al tac-
to; la fatiga sobrevendrá al poco tiempo.
Para el vasto medial:
Siéntate en una silla y estabiliza los pies poniendo un bloque entre ellos en el suelo. Mantén el muslo
extendido, gira las piernas en varo hacia el bloque y aguanta la contracción 10 segundos. Repite hasta
sentir fatiga.
Para el vasto medial y el vasto lateral:
Retira el bloque y gira la pierna en valgo y varo, manteniendo el muslo estático. Usa tobilleras lastradas
para aumentar la resistencia y practica extensiones de rodilla para todos los cuádriceps. Muchas postu-
ras de yoga también ejercitan el cuádriceps, como virabhadrasanas, trikonasanas, uttanasanas (con las
rodillas extendidas) y el perro mirando hacia abajo.
La
articul
ación
de la
rodilla
Estiramientos para el músculo cuádriceps femoral
1) Postura del puente (estiramiento también para los abdominales).
2) Tijeras. El estiramiento para los músculos extensores de la rodilla se aprecia en la pierna retrasada.
Con la rodilla flexionada hasta el suelo y la pelvis adelantada, se incrementa el estiramiento.
3) El músculo recto femoral se estirará cuando la cadera se extienda y la rodilla esté flexionada, como
en la postura del arco de yoga.
4) Los músculos vastos se estirarán siempre que la rodilla esté flexionada.
Psoas may or Psoas menor
Ilíaco
Sartorio
Vasto lateral
Recto
f emoral
Figura 9.5. Medio arrodillado, estiramiento de cuádriceps.
T É C N I C A
En la postura de tijeras, apoya la rodilla retrasada en el suelo. Si fuera necesario, agárrate a algo pa-
ra mantener el equilibrio. Echa las caderas hacia delante. Si fuera necesario, pon una toalla o alfom-
brilla debajo de la rodilla para estar cómodo.
10
Capítulo
La articulación del
tobillo y el pie
La arquitectura de la articulación del tobillo/pie es intrigante. Veintiséis hue-
sos (7 tarsianos, 5 metatarsianos y 14 falanges), 19 grandes músculos, mu-
chos músculos intrínsecos pequeños en la planta del pie y más de 100 liga-
mentos componen la estructura principal de la articulación del tobillo y el
pie. La transferencia del peso del cuerpo sobre la tibia, el astrágalo y el calcá-
neo es una hazaña de equilibrio sorprendente, porque asumen el peso de to-
do el cuerpo, para luego impulsarlo hacia delante utilizando el resto del pie.
174
Anatomía del ejercicio y el movimiento
Articulaciones y acciones de la articulación del tobillo y el pie
La articulación tibioastragalina es el punto de articulación de la tibia, el peroné y el astrágalo. Encajan
de forma muy ceñida; es una articulación troclear verdadera donde ocurren las acciones de flexión plan-
tar o dorsal. La articulación inferior del tobillo es una combinación de las articulaciones subastragalina
y transversa del tarso. Los siete huesos del tarso se localizan en esta área, y hay diversos movimientos
entre
las distintas articulaciones. La autora prefiere simplificar las acciones articulares de la zona y por eso utiliza
los términos ‘pronación’ y ‘supinación’ (ver página 175).
La
articul
ación
del
tobillo
y el pie
Cóndilo lateral (tibia)
Cóndilo medial (tibia)
Tuberosidad de la tibia
Membrana interósea
Peroné Tibia
Maléolo medial
Maléolo lateral Astrágalo
Nav icular
Figura 10.1. Articulación del tobillo/pie derechos, v ista anteromedial.
Existe una zona de articulaciones tarsometatarsianas que se considera ‘irregular’ y donde se producen
deslizamientos. Algunos autores se refieren incluso a la posibilidad de flexión plantar y dorsal en esta
zona. Las articulaciones se refuerzan mediante muchos ligamentos pequeños.
Las articulaciones metatarsofalángicas producen mínima flexión (dorsal), extensión (plantar) y abducción,
aducción y rotación. Las articulaciones interfalángicas sólo flexionan y extienden. La porción proximal
sólo puede extender; la sección distal es capaz de flexión y extensión.
180
Anatomía del ejercicio y el movimiento
Estiramiento para la pantorrilla
La
articul
ación
del
tobillo
y el pie
Plantar
Tibial posterior
Gastrocnemio
Peroneo largo
Flexor largo del dedo gordo
Peroneo corto
Flexor largo de los dedos
Sóleo
Figura 10.7. De pie, estiramiento de pantorrilla con f lexión dorsal del pie.
T É C N I C A
En bipedestación y bien erguido, apoya los dedos del pie en la cara vertical de un escalón. Mantén la
pierna recta e inclina el cuerpo hacia los dedos.
El pie
Su arquitectura similar a un arco, hace al pie apropiado para sostener, adaptarse, amortiguar, transferir
el peso e impulsar el cuerpo. Cinco metatarsianos forman el empeine o planta del pie, y cada dedo
cuenta con tres falanges, excepto el dedo gordo, que sólo tiene dos.
Los arcos plantares son toda una lección de arquitectura. Tres arcos forman una «cúpula» que desem-
peña las funciones del pie. El arco longitudinal principal se halla en el lado medial y se compone del
calcáneo a un lado, cuatro tarsianos en la cara anterior, actuando de «piedra angular», y el astrágalo en
el medio. Lateralmente, un arco longitudinal se extiende desde el calcáneo hasta el cuboides y el IV y el
V metatarsianos pasando por el astrágalo. El arco transverso cruza el pie desde el metatarsiano del I al V
dedos. La acción de todas las líneas de fuerza se centra en el punto donde se encuentran los arcos trans-
verso y longitudinales, asumiendo el peso que procede de arriba y los impactos de abajo. Los músculos
La articulación del tobillo y el pie 181
extrínsecos y los de la planta del pie refuerzan los arcos. Junta y pon los dos pies paralelos y verás que
se forma una cúpula completa en el centro de ambos.
La
artic
ació
del
tobi
y el
Arco longitudinal del
pie durante la relajación
(en azul) y contracción
de los músculos (en
morado).
Astrágalo
Ligamento
calcaneonav icular
plantar
Cuñas
Calcáneo
Segundo metatarsiano
Primer metatarsiano
a)
Tibia
Peroné
Nav icular Ligamento
plantar corto
Nav icular
Cuñas
Astrágalo
Metatarsianos
Calcáneo
Metatarsianos
b)
Cuboides
Figura 10.8. Arcos plantares del pie: a) pie derecho, v ista medial, b) pie derecho, v ista de perf il.
Ligamentos de la articulación del tobillo y el pie
Los ligamentos y tendones de la articulación del tobillo/pie actúan juntos para sostener y mantener la
posición de los arcos plantares además de conectar sus 26 huesos. El más largo de todos los ligamentos
del tarso es el ligamento plantar. Tiene su origen en el calcáneo, se inserta en el cuboides y se extiende
hasta el II, III y IV metatarsianos. La fascia plantar es una estructura ancha que sigue un curso similar
y sostiene el arco longitudinal medial.
Los ligamentos peroneoastragalinos anterior y posterior discurren desde los maléolos (en la cara exter-
na del extremo distal del peroné y la tibia, son fáciles de ver) hasta el astrágalo. El ligamento calca-
neoperoneo tiene origen en el maléolo lateral y se conecta con el calcáneo. Medialmente, el gran ligamento
deltoideo va del maléolo medial al astrágalo y el navicular. Este ligamento es tan fuerte que, en casos de
pronación extrema y forzada, el hueso llega a fracturarse antes de que se rompa el ligamento.

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Anatomia y movimiento

  • 1. Anatomía del ejercicio y el movimiento Jo Ann Staugaard-Jones Deportes Pilates Danza Yoga EDITORIAL PAIDOTRIBO
  • 2. 1 Capítulo Dirección anatómica, planos y movimientos La posición anatómica ofrece un punto de referencia estándar del ser humano, donde el cuerpo aparece erguido, con la cabeza, ojos y dedos de los pies mirando hacia delante, y con los brazos y manos junto a los costados, con las palmas abiertas y mirando hacia delante.
  • 3. Direcciónanatómica, planos y movimientos Planos del cuerpo El plano sagital medio (‘sagita’ significa ‘flecha’ en latín) es un plano vertical que se extiende en direc- ción anteroposterior y divide el cuerpo en las porciones derecha e izquierda; en realidad es el plano an- terior y posterior. (Un plano sagital es cualquier plano paralelo al plano mediano.) El plano coronal (o frontal) es un plano vertical en ángulo recto respecto al plano sagital, que divide el cuerpo en las porciones anterior y posterior; en realidad es el plano de movimiento lateral. El plano transverso (u horizontal) es una sección transversal horizontal que divide el cuerpo en las sec- ciones superior e inferior, y se extiende en ángulo recto respecto a los otros dos planos; en realidad es el plano de movimiento rotacional. 9 Dire ón ana mic plan y mo ento Frontal (coronal) Sagital (medial) Transv erso (horizontal) Planos del cuerpo Cada plano presenta acciones articulares específicas. En el plano sagital se producen las acciones de fle- xión y extensión. Un buen ejemplo de flexión es cualquier movimiento que aproxima el cuerpo a la po- sición fetal; la extensión es el movimiento contrario a la flexión. En el plano frontal se producen por lo general los movimientos de abducción y aducción; los saltos abriendo las piernas hacia los lados son un
  • 4. 2 del cuerpo. Capítulo El músculo esquelético y la mecánica muscular El cuerpo humano contiene más de 215 pares de músculos esqueléticos, que constituyen aproximadamente el 40% del peso corporal. Los músculos es- queléticos reciben tal nombre porque en su mayoría se insertan en huesos y mueven el esqueleto y porque, por tanto, son responsables del movimiento Los músculos esqueléticos cuentan con abundante irrigación e inervación de vasos sanguíneos y nervios que están directamente relacionados con las con- tracciones musculares, que no son sino la función principal del músculo es- quelético. Cada músculo esquelético cuenta por lo general con una arteria principal que aporta nutrientes por medio de la sangre, así como varias ve- nas para eliminar los desechos metabólicos.
  • 5. 14 Anatomía del ejercicio y el movimiento La irrigación e inervación suelen llegar a los músculos a través de orificios presentes en ellos, aunque ocasionalmente éstos se encuentren en un extremo y terminen penetrando en el endomisio de cada fi- bra muscular. El múscul o esquel ético y la mecán ica muscul ar Endomisio Hueso Periostio Músculo Perimisio Haz de f ibras musculares Tejido conjuntiv o Fibra muscular Epimisio Tendón Sarcolema Capilares Figura 2.1. Sección transv ersal de tejido de músculo esquelético. Existen tres tipos de fibras musculares: fibras rojas de contracción lenta, fibras intermedias de contrac- ción rápida y fibras blancas de contracción rápida. El color de cada una refleja el nivel de mioglobina presente, es decir, su reserva de oxígeno. La mioglobina permite aumentar el ritmo de difusión de oxí- geno de modo que las fibras rojas de contracción lenta se contraigan durante largos períodos, lo cual es muy útil en pruebas de fondo. Las fibras blancas de contracción rápida tienen un contenido menor de mioglobina. Como dependen de sus reservas de glucógeno (energía), se contraen con rapidez, pero tam- bién se fatigan muy rápido, por lo que son más abundantes en los velocistas o en deportes en que se re- quieren movimientos rápidos y cortos, como la halterofilia. Los maratonianos de clase mundial poseen hasta un 93-99% de fibras de contracción lenta en su músculo gastrocnemio, mientras que los velocis- tas de clase mundial sólo poseen en torno a un 25% en ese mismo músculo (Wilmore y Costill, 1994).
  • 6. 18 Anatomía del ejercicio y el movimiento Fisiología de las contracciones musculares Los impulsos nerviosos causan la contracción de las fibras de músculo esquelético donde terminan. La unión entre una fibra muscular y el nervio motor se conoce como unión neuromuscular, y es aquí don- de se produce la comunicación entre el nervio y el músculo. Los impulsos nerviosos llegan a las termi- naciones del nervio, llamadas terminaciones axónicas, cerca del sarcolema. Estas terminaciones contie- nen miles de vesículas llenas de un neurotransmisor llamado acetilcolina (ACh). Cuando un impulso nervioso llega a la terminación axónica, cientos de estas vesículas descargan ACh. La ACh abre los ca- nales, que permiten a los iones de sodio (Na+) difundirse por su interior. Una fibra muscular inactiva tiene un potencial en reposo de -95 mV. El influjo de iones de sodio reduce la carga, creando un poten- cial de placa terminal. Si este potencial alcanza el voltaje liminal (aproximadamente -50 mV), los iones de sodio entran y se crea un potencial de acción en la fibra. El múscul o esquel ético y la mecán ica muscul ar Potencial de acción muscular Impulso nerv ioso Figura 2.6. El impulso nerv ioso desencadena un potencial de acción/contracción muscular. No se produce ningún cambio visible en la fibra muscular durante el potencial de acción (e inmediata- mente después). Este período, llamado período latente, dura de 3 a 10 milisegundos. Antes de terminar el período latente, la enzima acetilcolinesterasa descompone ACh en la unión neuromuscular, los cana- les del sodio se cierran y se despeja el terreno para la llegada de un nuevo impulso nervioso. El poten- cial en reposo de la fibra se restablece mediante el flujo de salida de iones de potasio. El breve período necesario para restablecer el potencial en reposo se llama período refractario. ¿Cuánto se acorta una fibra muscular? La mejor explicación es la teoría de los filamentos deslizantes (Huxley y Hanson, 1954), que propone que las fibras musculares reciben un impulso nervioso (ver an- teriormente) que causa la liberación de calcio almacenado en el retículo sarcoplasmático (RS). Para que los músculos trabajen con eficacia, se requiere energía, que se consigue con la descomposición de ade-
  • 7. El músculo esquelético y la mecánica muscular 19 nosintrifosfato (ATP). Esta energía permite a los iones de calcio ligarse a los filamentos de actina y mio- sina, y formar un enlace magnético, lo cual causa el acortamiento de las fibras y genera una contrac- ción. La acción muscular prosigue hasta que se agota el calcio, punto en que éste se bombea de nuevo al RS, donde se almacena hasta que llega otro impulso nervioso. El mú o esq étic la me ica mu ar Reflejos musculares Los músculos esqueléticos contienen unidades sensitivas especializadas que perciben la elongación mus- cular (estiramiento). Estas unidades sensitivas se llaman husos musculares y órganos tendinosos de Gol- gi, y son importantes para detectar, responder y modular los cambios en la longitud del músculo. Los husos musculares se componen de cordones espirales llamados fibras intrafusales y terminaciones nerviosas, ambas encerradas en una vaina de tejido conjuntivo, que controlan la velocidad a la que se elonga un músculo. Si se elonga con rapidez, las señales de las fibras intrafusales enviarán información a través de la médula espinal al sistema nervioso de modo que un impulso nervioso vuelva y cause la con- tracción del músculo elongado. Las señales aportan información continua de ida y vuelta al músculo sobre su posición y potencia (propiocepción). Músculo Hueso Periostio Tendón Fibras intraf usales Órgano tendinoso de Golgi Huso muscular Figura 2.7. Anatomía de un huso muscular y un órgano tendinoso de Golgi.
  • 8. 3 pulmones. Capítulo La columna vertebral La columna vertebral es el centro del universo del cuerpo desde un punto de vista mecánico. Es humanamente imposible desplazar el cuerpo en el espacio sin que la columna nos ayude a extender el cuerpo y los brazos, flexionar el tronco, darse la vuelta, ponerse de pie erguido o mover la cabeza para ver. Las funciones de la columna vertebral son sostener, equilibrar, conectar, proteger y permitir el movimiento. Sostiene y equilibra el cuerpo durante la postura erguida. Conecta las extremidades inferiores con las extremidades superiores. La columna vertebral protege la médula espinal, que sale del en- céfalo. Junto con las costillas, la columna vertebral protege el corazón y los
  • 9. 28 Anatomía del ejercicio y el movimiento Las acciones del cuerpo (movimientos articulares) ocurren en los tres planos cuando movemos la cabeza y el tronco. Las acciones articulares son distintas de las ‘funciones’ (ver página 27). Las acciones articulares de la columna vertebral son flexión, extensión, hiperextensión, flexión lateral a derecha e izquierda y rotación a derecha e izquierda. Cada porción de la columna desempeña algunas acciones mejor que otras. La colum na vertebr al a) b) c) d) Figura 3.1. Mov imientos del cuello: a) f lexión, b) hiperextensión, c) f lexión lateral y d) rotación.
  • 10. La columna vertebral Región torácica Doce vértebras componen la sección más larga de la columna, que se curva posteriormente (cifosis). Es- ta curvatura mantiene el equilibrio y sostiene la cavidad torácica. Imagina la articulación de las 12 vérte- bras torácicas con las 12 costillas en el dorso, y la circunferencia de las costillas que rodean el cuerpo por delante y se conectan con el esternón. Sólo las 2 costillas inferiores, las costillas flotantes, no están uni- das por delante con el esternón. La cavidad creada aloja el corazón y los pulmones. 35 La colu na vert al Clav ícula Manubrio Costillas v erdaderas Esternón Cartílago costal Apóf isis xif oides Costillas f alsas Costillas f lotantes Figura 3.6. La cav idad torácica aloja el corazón y los pulmones. La curvatura posterior de las vértebras torácicas es natural, aunque lo siguiente puede volverla más pro- nunciada: 1. 2. 3. 4. 5. Debilidad de los músculos de la porción superior de la espalda. Tirantez de los músculos torácicos. El peso del tórax. La fatiga. La pereza. Estas circunstancias, unidas a la tracción de la gravedad, agudizan la cifosis y provocan que una persona esté echada hacia delante o cargada de espaldas.
  • 11. 36 Anatomía del ejercicio y el movimiento La colum na vertebr al Figura 3.7. Cif osis, patología en la que el af ectado parece encorv ado o con los hombros echados hacia delante. Músculos torácicos Erector de la columna, semiespinoso y los músculos posteriores profundos son los principales exten- sores de la columna, lo cual consiste simplemente en mantenerse de pie y erguidos. Recto posterior menor de la cabeza Semiespinoso de la cabeza Longísimo de la cabeza Longísimo del cuello Iliocostal cerv ical Escaleno posterior Semiespinoso del cuello Longísimo torácico Semiespinoso torácico Intercostal interno Recto posterior may or de la cabeza Oblicuo inf erior de la cabeza Espinoso del cuello Iliocostal torácico Espinoso torácico Figura 3.8. Músculos superiores de la columna v ertebral.
  • 12. La columna vertebral Ejercicios de movilidad y estiramientos para la región torácica Los mejores regímenes de ejercicio para extender la columna son el yoga y el ballet. Las personas que practican yoga mejoran la flexibilidad, el equilibrio, la fuerza, la circulación, la postura y la respi- ración. El yoga es posiblemente la disciplina más practicada en el mundo, aunque sigue causando rechazo en muchas personas. Ello se suele deber al estigma cultural y religioso que algunos atribuyen a esta discipli- na. Descarta esas ideas; sus beneficios a largo plazo son demasiado importantes. Los músculos son responsables del movimiento de los huesos. Desempeñan mejor su papel cuando no tienen que soportar la carga del peso. La postura erguida les permite hacer su trabajo con eficacia y sin tensión. 37 La colu na vert al Recto del abdomen Transv erso del abdomen Sartorio Recto f emoral Cuando un profesor de yoga explica el arqueo de hombros o «echar los hombros atrás y hacia abajo con los omoplatos descendiendo por la columna», el torso se elonga. Las escá- pulas están en ligera aducción (se aproximan a la columna) y hacen trabajar los músculos trapecio y romboides. Éste es también un concepto importante en Pilates y útil en cual- quier tipo de ejercicio. El pecho y las costillas se abren y re- lajan sin «ejercer empuje hacia fuera», con los abdominales ligeramente hacia dentro y arriba. En esta posición, la co- lumna respira en cierto sentido: las vértebras están alinea- das unas sobre otras con los discos libres de compresión. Sus curvaturas están equilibradas, flexibles y en simetría unas con otras. Practica este trabajo postural sentado, de pie o cami- nando, y aprecia la diferencia. Vasto medial Figura 3.9. La f lexible columna v ertebral, aquí extendida.
  • 13. 38 Anatomía del ejercicio y el movimiento La colum na vertebr al Glúteo menor Pectíneo Aductor corto Aductor may or Recto interno Cuadrado lumbar Psoas may or Ilíaco Figura 3.10. Posturas para mantener el cuerpo equilibrado, apoy ado y alineado en la barra de ballet (niv el I). T É C N I C A De pie sobre una sola pierna, adopta con la otra la posición de passé (rodilla flexionada, cadera en ro- tación externa, el pie apuntando hacia la cara interna de la rodilla de la extremidad en carga). Man- teniendo las caderas niveladas, conserva el equilibrio mientras fortaleces las piernas y el núcleo corporal. Para aumentar la fuerza, agárrate a la barra de ballet o a una pared y desarrolla la pierna en carga practicando pliés y relevés (rodilla flexionada y luego ponerse de puntillas). Sitúa siempre la ro- dilla sobre los dedos del pie. Transv erso del abdomen Longísimo del cuello Espinoso torácico Esplenio del cuello Semiespinoso torácicoGlúteo may or a) Recto del abdomen Longísimo torácico b) Figura 3.11. Posturas de rodillas para estiramientos y f lexibilidad: (a) el «perro», (b) el «gato» (niv el I).
  • 14. 4 Capítulo El núcleo corporal El núcleo del cuerpo es objeto de mucha atención, pero ¿de qué estamos ha- blando en realidad? Dependiendo del autor, se puede referir a los abdomina- les o al torso en su totalidad. Por lo que a este libro se refiere, se considera el área comprendida entre la columna lumbar y la pelvis, por lo general, consi- derada el núcleo central. Tanto la columna lumbar como la pelvis son interde- pendientes; deben estar equilibradas y alineadas para funcionar correctamen- te. Cualquier incongruencia afecta a otras áreas, desde la porción superior de la columna hasta los pies, es decir, en esencia, todo el cuerpo.
  • 15. 48 Anatomía del ejercicio y el movimiento Región lumbar Hay cinco vértebras lumbares localizadas aproximadamente en el centro del cuerpo. Son más grandes, gruesas y, por tanto, más pesadas que los otros huesos de la columna vertebral. Presentan una curvatu- ra lordótica, es decir, anterior o hacia el frente, que contrarresta la curvatura torácica posterior. Los dis- cos (los cartílagos entre los huesos) presentan un tercio del grosor de los cuerpos de las vértebras, lo cual permite una mayor movilidad en flexión, extensión y flexión lateral. La rotación queda limitada por la proyección recta, la corta longitud y el bulto de las apófisis espinosas posteriores, a lo cual se suma la orien- tación de las carillas (superficies articulares de las apófisis espinosas). El núcleo corpor al Arco v ertebral Apóf isis espinosa Apóf isis articular superior Escotadura v ertebral superior Agujero v ertebral Apóf isis articular superior Apóf isis espinosa Agujero v ertebral Apóf isis transv ersa Cuerpo de la v értebra Cuerpo de la v értebra Apóf isis transv ersa Escotadura v ertebral inf eriora) b) Músculos lumbares Figura 4.1. Vértebras lumbares (L3): a) v ista superior, b) v ista de perf il. Los abdominales son el principal grupo de músculos que flexionan la columna lumbar y torácica. Es la acción por la que el tronco se inclina hacia delante, o se encoge en la posición fetal. Si se practica es- ta acción contra una resistencia, como la fuerza de la gravedad, los músculos se fortalecen. Se hablará de cada uno de los cuatro músculos abdominales por separado, pero también como una unidad debi- do a su localización e inserción en la porción anterior de la columna vertebral. Son sobre todo respon- sables de la salud de la región lumbar de la espalda. Figura 4.2. Flexión de abdominales en decúbito supino.
  • 16. Núcleo corporal Ejercicios de fortalecimiento para el músculo recto del abdomen 1. Flexión lateral del tronco (nivel I). 51 El núc corp al Oblicuo interno del abdomen Oblicuo externo del abdomen Iliocostal lumbar Figura 4.5. Flexión lateral del tronco (niv el I). T É C N I C A En bipedestación con los pies separados la anchura de los hombros. Mantén el cuerpo erguido y fle- xiona el tronco hacia la izquierda o la derecha. Se puede practicar sentado, de rodillas o de pie, y es un ejercicio a la vez de estiramiento y fortalecimiento de los abdominales. Mantener los brazos por encima de la cabeza aumenta la dificultad. 2. Abdominales parciales o cortos (niveles I-III). Recto del abdomen Iliocostal lumbar Oblicuo externo del abdomen Figura 4.6. Abdominales parciales o cortos (niv eles I-III). T É C N I C A Túmbate boca arriba (en decúbito supino) con las rodillas flexionadas y los pies apoyados en el sue- lo. Flexiona la columna (espira siempre al flexionar) y eleva el tronco hasta medio camino, y vuelve a la posición inicial mientras inhalas y percibes la extensión de cada una de las vértebras.
  • 17. 5 pular. Capítulo La región del hombro La región del hombro se compone de cinco articulaciones: la articulación es- ternoclavicular (EC), la articulación acromioclavicular (AC), la articulación coracoclavicular, la articulación glenohumeral y la articulación escapuloto- rácica, donde el omoplato se desliza sobre la pared torácica. La articulación que describimos específicamente como articulación del hombro es la arti- culación glenohumeral, mientras que las otras pertenecen a la cintura esca- La estructura del hombro le confiere una gran movilidad y permite situar la extremidad superior y la mano casi en cualquier posición. El movimiento de la región del hombro depende de los músculos situados en el pecho, la espal- da y los brazos. Por tanto, lo que haga la región del hombro determinará la apariencia de la mayor parte de la extremidad superior.
  • 18. 78 Anatomía del ejercicio y el movimiento Los movimientos de las extremidades superiores son los que conforman la mayoría de los músculos de la espalda, así como del pecho y el brazo. Otros músculos de estas áreas se definen con los movimientos de la escápula, el área articular de la cintura escapular. La región del hombr o Articulación glenohumeral Es la principal articulación del hombro, específicamente entre la escápula y el húmero. Articulación es- feroidea multiaxial, la cabeza del húmero se aloja en la cavidad glenoidea. La cavidad es somera en com- paración con otras articulaciones esferoideas, lo cual le confiere más movilidad, pero reduce su estabilidad. La cabeza del húmero es más grande que la cavidad en la que se aloja. Para aumentar la congruencia hay un anillo fibrocartilaginoso llamado rodete glenoideo que ayuda a ajustar y ceñir mejor el húmero en su cavidad. Ligamento coracoacromial Ligamento coracohumeral Ligamento glenohumeral superior Tendón del bíceps braquial (cabeza larga) Tendón del subescapular Ligamento glenohumeral medio Ligamento glenohumeral inf erior Acromion Bolsa subdeltoidea f usionada con la bolsa subacromial Tendón del supraespinoso Tendón del inf raespinoso Rodete glenoideo Cav idad glenoidea Tendón del redondo menor a) Acromion Bolsa subdeltoidea f usionada con la bolsa subacromial Tendón del bíceps braquial (cabeza larga) Tendón del bíceps braquial (cabeza larga) b) Músculo subescapular Figura 5.1. Articulación glenohumeral: a) brazo derecho, v ista de perf il, b) brazo derecho, v ista anterior (cortada).
  • 19. Región del hombro Ligamentos de la articulación del hombro 79 La reg del hom o Como la articulación del hombro no es profunda y la gravedad ejerce de fuerza sobre el húmero, los liga- mentos de la articulación deben ser muy fuertes y estar intactos para mantener la integridad articular. Hay tres ligamentos glenohumerales en la cara anterior de la articulación, así como los ligamentos cora- cohumerales inferior y superior (que van de la apófisis coracoides al húmero), que son las principales es- tructuras que refuerzan el área. La cápsula de la articulación del hombro se refuerza con el ligamento semicircular del húmero, una ban- da de tejido ligamentario que guarda estrecha relación con los tendones del manguito de los rotadores para dotar de integridad al área. Movimientos de la articulación del hombro Según el autor, se describen más o menos acciones en la articulación del hombro. Las principales accio- nes son las verdaderas de una articulación esferoidea: flexión, extensión, abducción, aducción y rota- ción interna (medial) y externa (lateral). Como la articulación tiene tanta movilidad (gracias a la ayuda del área articular de la cintura escapular), también puede adoptar grados extremos de flexión, extensión, abducción y aducción. Suma otra acción articular como es mover el húmero del plano frontal al plano sagi- tal y vuelta, y la aducción/abducción horizontales. Los movimientos diagonales son algunas de estas ac- ciones combinadas. Nota. La acción articular de aducción horizontal a veces se llama flexión horizontal; la acción de abduc- ción horizontal también recibe el nombre de extensión horizontal. Aducción Abducción Aducción Rotación de la articulación del hombro para permitir la elev ación mediante abducción La abducción del brazo en la articulación del hombro, para seguir elev ándolo por encima de la cabeza en el plano f rontal, se denomina elev ación mediante abducción. Abducción. Mov imiento de un hueso que se aleja de la línea media del cuerpo, o de la línea media de una extremidad. Aducción. Mov imiento de un hueso hacia la línea media del cuerpo, o hacia la línea media de una extremidad.
  • 20. 80 Anatomía del ejercicio y el movimiento La región del hombr o Extensión Flexión La f lexión del brazo en la articulación del hombro, para seguir elev ándolo por encima de la cabeza en el plano sagital, se denomina elev ación mediante f lexión. Extensión. Extender o doblar hacia atrás alejándose de la posición f etal. Flexión. Doblar para reducir el ángulo entre huesos en una articulación. En la posición anatómica, la f lexión suele ser hacia delante, excepto en la articulación de la rodilla, que es hacia atrás. La f orma de recordarlo es que la f lexión siempre es hacia la posición f etal. Circunducción. Mov imiento en que el extremo distal de un hueso se muev e en círculo, mientras que el extremo proximal se mantiene estable; el mov imiento combina f lexión, abducción, extensión y aducción. Rotación lateral Rotación medial Rotación lateral. Giro hacia f uera, alejándose de la línea media. Rotación medial. Giro hacia la línea media. Músculos de la articulación del hombro Figura 5.2. Mov imientos de la articulación del hombro. Los músculos que mueven el brazo tienen que cruzar la articulación glenohumeral para actuar en él; éste es uno de los grandes principios de la cinesiología; si un músculo no cruza y abarca dos huesos articulados, ¿cómo podría mover la articulación? Ejemplo. El músculo infraespinoso cruza la articulación del hombro, de la escápula al húmero, para actuar sobre ella. Figura 5.3. Músculo inf raespinoso.
  • 21. 6 bito. Capítulo Las articulaciones radiocubital y del codo Articulación del codo La articulación del codo está compuesta por el húmero (hueso del brazo) y el radio y el cúbito (huesos del antebrazo, de los cuales el cúbito es el más medial). En el extremo distal del húmero se encuentran la tróclea y el capí- tulo, que juntos forman parte de la articulación del codo con el radio y el cú- Articulación radiocubital A menudo confundida con la articulación del codo, la articulación radiocu- bital es una articulación rotatoria clasificada como trocoidea. Es uniaxial y sólo se mueve en el plano horizontal/transverso, efectuando movimientos rotatorios de supinación y pronación.
  • 22. 102 Anatomía del ejercicio y el movimiento Articulación del codo El codo es una articulación troclear verdadera, es decir, trabaja sólo en el plano sagital y únicamente es capaz de las acciones de flexión y extensión. Ligamentos y músculos trabajan juntos para aportar esta- bilidad y movilidad a la articulación. El ligamento colateral cubital (medial) se compone de tres bandas poderosas –los ligamentos oblicuo anterior, posterior y transverso– que refuerzan la cara interna de la cápsula articular. El ligamento cola- teral radial (lateral) es un poderoso ligamento triangular que refuerza la cara externa de la cápsula ar- ticular. Estos ligamentos conectan el húmero con el cúbito y actúan juntos para estabilizar el codo. El ligamento anular une la cabeza del radio con el cúbito para formar la articulación radiocubital proximal. Las articul acione s radioc ubital y del codo Cápsula articular Tendón del bíceps braquial Radio Húmero Cápsula articular Húmero Ligamento colateral radial Ligamento anular Radio Tendón del tríceps braquial Tendón del tríceps braquial Ligamento colateral cubital Cápsula f ibrosa Línea epif isaria Bolsa de grasa Tróclea del húmero Tendón del tríceps Bolsa del tríceps Olécranon Línea epif isaria c) Bolsa subcutánea del olécranon Bolsa de grasa Cápsula f ibrosa a) Cúbito b) Cúbito Figura 6.1. Articulación del codo (brazo derecho): a) v ista lateral, b) v ista medial, c) v ista sagital media.
  • 23. Articulaciones radiocubital y del codo 103 Los músculos anteriores del codo son bíceps braquial, braquiorradial, braquial y pronador redondo. Los músculos posteriores son el tríceps braquial y el ancóneo. Los tendones de estos músculos actúan de es- tabilizadores, cruzan la articulación del codo y también ofrecen seguridad adicional. Es fácil determinar la acción de los músculos: los flexores son anteriores (posición anatómica); los extensores son posterio- res. Algunos de los músculos extrínsecos del antebrazo también ayudan a la flexión, pero su contracción es muy débil. La terminología ayuda a descifrar algunos de los músculos: Bíceps = dos cabezas; tríceps = tres cabezas. Bíceps braquial se traduce como las dos cabezas del brazo. Tríceps braquial significa las tres cabezas del brazo. El bíceps y el tríceps son multiartrodiales (trabajan en más de una articulación), y presentan más de una cabeza. Esto significa más de dos puntos de inserción (por lo general, un músculo presenta una inser- ción tendinosa proximal y otra distal en los huesos). Las artic acio s rad ubit del cod Braquial Tríceps braquial Bíceps braquial Braquiorradial Braquial Braquiorradial Flexor radial del carpo Extensor radial largo del carpo Extensor radial corto del carpo Extensor de los dedos Abductor largo del pulgar Ancóneo Extensor cubital del carpo Flexor cubital del carpo Palmar largo Flexor superf icial de los dedos Flexor largo del pulgar Pronador cuadrado Extensor del meñique a) b) Figura 6.2. Músculos superf iciales del brazo; a) v ista posterior, b) v ista anterior.
  • 24. 106 Anatomía del ejercicio y el movimiento Las mujeres tienden a tener un tríceps más débil, reblandeciéndose el tejido del dorso del brazo a me- dida que envejecen. Ello está directamente relacionado con lo que el brazo hace a diario. En las socie- dades tradicionales, la mayor parte del trabajo doméstico recaía en las mujeres; levantar y llevar a los niños en brazos también es un movimiento diario y repetitivo de muchas mujeres. Estas prácticas se ha- cen con los brazos delante del cuerpo, con lo cual se trabajan los músculos anteriores. De hecho, la ma- yoría de las personas, con independencia de su profesión o sexo, tienden a usar más la cara anterior del cuerpo. El tríceps es un músculo posterior; la mejor posición para tonificar el tríceps es con el codo ex- tendido y tratando de alcanzar un punto detrás del cuerpo y aplicando resistencia contra dicha exten- sión. También se puede empujar con la mano una pared con el codo extendido, y el tríceps se contrae- rá isométricamente fortaleciéndose. Las articul acione s radioc ubital y del codo Ejercicios para fortalecer y estirar el codo Muchos ejercicios (el número de página indica dónde aparece la ilustración correspondiente) sirven pa- ra fortalecer y estirar los músculos del codo. Usa la tabla siguiente para tener una idea más clara de los ejercicios. Ejercicios Flexiones de bíceps, pág. 110 Mentones, pág. 105/111 Flexiones de brazos Chataranga dandasana (postura de los cuatro miembros o del bastón) Urdhva mukha svanasana (el perro hacia arriba), pág. 40 Adho mukha svanasana (el perro hacia abajo), pág. 40 Purvottanasana (tablón ascendente), pág. 97 Fondos, pág. 96 Músculos Bíceps braquial, braquial, braquiorradial Bíceps braquial, braquial, braquiorradial Tríceps braquial, ancóneo Tríceps braquial, ancóneo Tríceps braquial, ancóneo Tríceps braquial, ancóneo Tríceps braquial, ancóneo (bíceps braquial en el hombro) Bíceps braquial, braquial, braquiorradial Tríceps braquial (brazo adelantado) Bíceps braquial (brazo retrasado) Tríceps braquial (brazo superior) Bíceps braquial (brazo inferior) Tríceps braquial (cabeza larga) Tríceps braquial, ancóneo Tríceps braquial, ancóneo Fuerza o estiramiento Fuerza, contracción concéntrica Fuerza, contracción concéntrica Fuerza, contracción concéntrica Fuerza, contracción excéntrica Fuerza, contracción concéntrica Fuerza, contracción isométrica Fuerza, contracción isométrica Fuerza, contracción isométrica Estiramiento El trípode sobre los codos (postura del delfín) Adho mukha vrksasana (postura del árbol), pág. 119 Molinos con las piernas en tijera pág. 55 Gomukhasana (postura de la cara de vaca) Garudasana (postura del águila), pág. 111 Dhanurasana (postura del arco) Natación (crol) Natación (espalda) Remo Kayak Fuerza, contracción concéntrica Fuerza, contracción isométrica Estiramiento Estiramiento Bíceps braquial, braquial, braquiorradial Bíceps braquial y tríceps braquial (dependiendo de la parte del movimiento) Tríceps braquial, ancóneo Bíceps braquial, braquial, braquiorradial Bíceps braquial, braquial, braquiorradial (brazo retrasado) Tríceps braquial, ancóneo (brazo adelantado) Estiramiento Estiramiento y fuerza (según el momento) Fuerza, contracción concéntrica (estiramiento para el bíceps) Fuerza, contracción concéntrica Fuerza, contracción concéntrica Fuerza, contracción concéntrica
  • 25. Articulaciones radiocubital y del codo 107 Trabaja el tríceps braquial en la articulación del codo y el bíceps braquial en la articulación del hombro: Las artic acio s rad ubit del cod Elev ador de la escápula Deltoides Trapecio Tríceps braquial Braquial Ancóneo Extensor radial del carpo Flexor de los dedos Oblicuo interno del abdomen Figura 6.6. Fondos. Ejercicio para f ortalecer el tríceps braquial y el ancóneo. T E C N I C A Baja el cuerpo hasta que los brazos queden paralelos al suelo. Las rodillas deben estar ligeramente detrás de las caderas y el pecho un poco inclinado hacia delante. Vuelve a la posición inicial exten- diendo los codos. Lesiones del codo Codo de tenista (epicondilitis lateral) Los lados externo e interno del codo son puntos de inserción para tendones que también dirigen los movimientos de la muñeca y la mano. Este punto común de inserción de tendones se puede inflamar, sobre todo con movimientos repetitivos que impliquen asir y retorcer, como al jugar al tenis, o al girar un destornillador. La afición a la jardinería también puede ser el culpable. Suele apreciarse sensibili- dad dolorosa a la palpación en la cara externa del codo, y en los casos de lesiones agudas, puede haber cier- ta hinchazón. Es un caso de tendinitis y por eso se necesita descanso y reducir la inflamación. La fisiotera- pia a veces es útil; la prevención pasa por tratar cualquier tirantez o debilidad musculares. Ancóneo Epicóndilo lateral Figura 6.7. Codo de tenista.
  • 26. 7 Capítulo La muñeca y la mano La muñeca y la mano se componen de veintisiete huesos, numerosos liga- mentos y muchos músculos y tendones, todo lo cual dota a los dedos de ca- pacidades motoras finas. La muñeca y la mano alojan los ocho huesos del carpo, cuya fila proximal se compone del escafoides, el semilunar, el pirami- dal y el pisiforme, y se articula con el radio y el cúbito para crear la articula- ción radiocarpiana. Aquí es donde se producen las acciones principales de la muñeca; al ser una articulación condiloidea (elipsoidea), permite flexión, ex- tensión, abducción y aducción. La combinación de estas cuatro acciones se llama circunducción.
  • 27. 114 Anatomía del ejercicio y el movimiento La fila distal de huesos del carpo, que se compone del trapecio, trapezoide, hueso grande y hueso gan- choso, se encuentra con los cinco metacarpianos, que se articulan con las falanges proximales. Cada de- do cuenta con tres falanges, mientras que el pulgar sólo tiene dos. Esta articulación metacarpofalángi- ca también es una articulación condiloidea. Las articulaciones interfalángicas son trocleares, y en ellas se produce la flexión y extensión de los dedos. Húmero La muñec a y la mano Epicóndilo lateral Cresta supracondílea medial Epicóndilo medial Apóf isis coronoides Cresta del músculo supinador Cúbito Membrana interósea Semilunar Piramidal Pisif orme Ligamento colateral radial Ligamento anular Tuberosidad pronadora Radio Tubérculo del escaf oides Tubérculo del trapecio Hueso grande Trapezoide Apóf isis uncif orme del hueso ganchoso Metacarpianos Falanges proximales Falanges medias Falanges distales Figura 7.1. Huesos de la mano y antebrazo derechos (v ista anterior). Articulaciones intermetacarpianas Trapecio Primer metacarpiano Articulación carpometacarpiana del pulgar Articulaciones intercarpianas Trapezoide Escaf oides Ligamento colateral radial Hueso grande Articulación radiocarpiana Radio Semilunar Disco articular Articulación radiocubital distal Cabeza del cúbito Ligamentos metacarpianos interóseos Articulación carpometacarpiana del meñique Hueso ganchoso Articulación mediocarpiana Ligamento colateral cubital Hueso piramidal Figura 7.2. Articulaciones radiocarpiana (muñeca), intercarpianas, carpometacarpianas e intermetacarpianas (v ista coronal).
  • 28. 120 Anatomía del ejercicio y el movimiento Estiramientos para la muñeca y la mano Braquiorradial Extensor de los dedos Extensor cubital del carpo La muñec a y la mano Extensor largo del pulgar Supinador (capa prof unda) Extensor corto del pulgar Figura 7.10. Estiramiento con la muñeca girada. T É C N I C A Extiende un brazo delante del cuerpo y paralelo al suelo. Gira la muñeca hacia abajo y afuera, y lue- go usa la otra mano para seguir girando la mano hacia arriba. Estiramientos para el plexo braquial Fibras anteriores del deltoides Braquial Bíceps braquial Figura 7.11. Estiramiento pectoral asiéndose las manos por detrás de la espalda. T É C N I C A Extiende los brazos detrás de la espalda y entrelaza las manos; eleva los brazos con la espalda recta. Traza círculos con los brazos hacia atrás (circunducción). T É C N I C A Mueve el brazo en toda su movilidad articular mientras estiras la cabeza extendiéndola hacia de- lante.
  • 29. 8 Capítulo La articulación coxofemoral (cadera) La articulación coxofemoral es una gran articulación esferoidea formada por el acetábulo de la pelvis (la cavidad) y la cabeza del fémur (la esfera). En tér- minos arquitectónicos, la pelvis es la piedra angular y los fémures son los ar- botantes. Esta estructura dota a la articulación de gran estabilidad. Los músculos que actúan en la cadera se extienden desde la pelvis hasta el fé- mur, llegando algunos incluso hasta más allá de la articulación de la rodilla. Todos los músculos grandes configuran la forma del muslo. Los músculos de la cara anterior del muslo flexionan la cadera; los músculos laterales (exter- nos) la mueven en abducción; los músculos del dorso del muslo la extien- den, y los músculos mediales (internos) la mueven en aducción. La mayoría de los músculos mencionados también generan rotación en varo o en valgo, las dos acciones finales de la cadera.
  • 30. 124 Anatomía del ejercicio y el movimiento La articul ación coxofe moral (cader a) a) b) Cartílago articular Espina ilíaca anterosuperior Espina ilíaca anteroinf erior Superf icie semilunar del acetábulo Rodete acetabular (f ibrocartilaginoso) Ligamento transv erso del acetábulo Tuberosidad isquiática Trocánter may or Cabeza del f émur Cuello del f émur Línea intertrocantérea Ligamento de la cabeza del f émur Trocánter menor Espina ilíaca anterosuperior Espina ilíaca anteroinf erior Bolsa iliopectínea Ligamento iliof emoral Ligamento pubof emoral Trocánter may or Trocánter menor Figura 8.1. Articulación coxof emoral, extremidad inf erior derecha: a) v ista lateral, b) v ista anterior. Músculos anteriores (flexores) de la cadera Agonistas de la flexión: recto femoral, sartorio y psoasilíaco. El recto femoral es el músculo flexor más superficial del muslo. También forma parte del grupo del cuá- driceps, que extiende la rodilla. Como actúa en dos articulaciones, se denomina ‘biartrodial’. Es el úni- co músculo grande de la cadera que sólo realiza una acción en ella. Permite la inclinación anterior de la pelvis cuando está acortado o tirante; los músculos abdominales débiles también son responsa- bles de este defecto en la alineación postural. Debido a sus acciones en la cadera y la rodilla, es un podero- so músculo que usamos al correr.
  • 31. La articulación coxofemoral (cadera) Ejercicios para fortalecer los músculos flexores de la cadera Todos los movimientos al caminar, correr, saltar, saltar a la pata coja, saltar con los pies juntos y dar pa- tadas ejercitan de algún modo los músculos flexores de la cadera, sean agonistas, antagonistas o estabi- lizadores. Eso depende de la fase del movimiento. Agonistas son los músculos protagonistas de una ac- ción articular concreta. Los antagonistas se suelen localizar enfrente de los agonistas y contrarrestan su acción. Los estabilizadores también se llaman fijadores y actúan como una base firme mientras los otros músculos ejercen fuerza para generar movimiento. Todos los músculos esqueléticos son movilizadores y estabilizadores; del movimiento y la posición del cuerpo depende cómo reaccionan los músculos en un momento determinado. Los músculos esqueléti- cos son todos de ese tipo; ello depende del movimiento y posición del cuerpo y de qué papel estén de- sempeñando los músculos en ese momento. Los entrenamientos que ejercitan la articulación coxofemoral en el plano sagital son máquinas cardio- vasculares, lo cual significa que se desarrollan acciones articulares de flexión y extensión. La cinta sin fin es especialmente buena; caminar o correr al aire libre es incluso mejor (¡aire fresco!) siempre y cuando se disponga de calzado adecuado y se corra por superficies propicias. 1. Flexión de la cadera en decúbito supino (nivel I). 127 La artic ació cox mo (cad a) Abdominales Psoas may or Tensor de la f ascia lata Pectíneo Figura 8.5. Flexión de la cadera en decúbito supino (niv el I). T É C N I C A Túmbate boca arriba y eleva una pierna en un ángulo de 45°. Mantener la rodilla flexionada facilita el ejercicio; mantenerla extendida lo dificulta. Activa los abdominales y mantén la postura al menos 10 segundos. Añade tobilleras lastradas si necesitas más resistencia. Repite con la otra pierna. ¡No ele- ves ambas piernas a la vez! Hay muchos datos que demuestran que la región lumbar sufre daños en esta posición, ya que el músculo psoas mayor trabaja en exceso debido a su origen en la región lum- bar y a su inserción en el fémur. En una clase de barra al suelo de ballet, túmbate en decúbito supino y levanta una pierna hasta 90° o más (hacia el techo). Levanta y baja lentamente la pierna sintiendo la oposición de la gravedad. Se re- pite de 8 a 10 veces con cada pierna. Se incorpora rotación de la cadera para aumentar el trabajo mus- cular. Esto también se puede hacer de pie junto a la barra (ver figura 8.3), en cuyo caso aumenta la di- ficultad por acción de la gravedad y por la falta de apoyo del suelo.
  • 32. 9 Capítulo La articulación de la rodilla Las rodillas son un ejemplo perfecto de articulación: dos huesos articulados que se mantienen unidos por medio de ligamentos; con músculos que me- diante tendones se insertan en dichos huesos para mover la articulación; con cartílagos que amortiguan los golpes, y líquido sinovial dentro de una mem- brana para lubricarla. Es la articulación más grande del cuerpo, compuesta por dos huesos largos (fémur y tibia) que actúan de palancas; en el punto de encuentro se aprecia un poco de movilidad lateral.
  • 33. La articulación de la rodilla 163 El ángulo Q constituye la línea de tracción del cuádriceps en la rótula. Como se aprecia en la figura 9.3, no es vertical. Una línea trazada desde la rótula hasta la EIAS intersecta otra línea que a partir del fémur cruza la rótula hasta la tuberosidad de la tibia. Esto determina el ángulo, con una movilidad normal en- tre 10° y 17°. Suele ser más alto en las mujeres. Los ángulos mayores pueden causar problemas por la descentralización de la tracción. La diáfisis del fémur tampoco es vertical, aunque el centro de la articulación coxofemoral se alinea casi directamente con el centro de la articulación de la rodilla. Esto recibe el nombre de eje mecánico del fé- mur y es crucial para la correcta transmisión del peso por la pierna. La artic ació de l rod Ejercicios para fortalecer el músculo cuádriceps femoral Máquinas: press de piernas, extensiones de rodillas y remo. Cualquier máquina cardiovascular en que la rodilla se extienda contra una resistencia favorecerá la contracción concéntrica. Contracciones isométricas de una pierna recta contra una fuerza inamovible (una pared o el suelo). Pesas. Sentadillas en plié paralelo con barra de pesas (ilustración de abajo). Ballet. Grand plié y patadas al frente. Pilates. La rana en máquina reformer. Serrato anterior Oblicuo externo del abdomen Recto del abdomen Tensor de la f ascia lata Vasto lateral Tibial anterior Pectíneo Aductor largo Recto f emoral Vasto medial Sartorio Recto interno Semitendinoso Gastrocnemio Sóleo Semimembranoso Figura 9.4. Sentadillas en plié paralelo con barra de pesas. T É C N I C A Para ejecutarlo correctamente, evita la inercia mediante movimientos lentos y controlados. Mantén el pecho abierto y evita encorvar los hombros. Mantén el peso directamente sobre los talones y el mesopié, y evita que las rodillas superen la vertical de los dedos del pie. Impide que las rodillas y to- billos giren hacia dentro. Las sentadillas también se pueden practicar en paralelo (con los pies apun- tando hacia delante); se suelen practicar repeticiones y series. El cuádriceps se fortalece al máximo durante el ascenso. La alineación de las rodillas y un peso correcto son importantes para prevenir le- siones.
  • 34. 164 Anatomía del ejercicio y el movimiento Para el recto femoral: El músculo se aísla cuando la cadera está flexionada con una rodilla extendida contra la gravedad. En posición sedente y con las piernas hacia delante, flexiona ligeramente el tronco hacia delante y levanta una pierna unos centímetros del suelo durante 10 segundos. El músculo recto femoral será firme al tac- to; la fatiga sobrevendrá al poco tiempo. Para el vasto medial: Siéntate en una silla y estabiliza los pies poniendo un bloque entre ellos en el suelo. Mantén el muslo extendido, gira las piernas en varo hacia el bloque y aguanta la contracción 10 segundos. Repite hasta sentir fatiga. Para el vasto medial y el vasto lateral: Retira el bloque y gira la pierna en valgo y varo, manteniendo el muslo estático. Usa tobilleras lastradas para aumentar la resistencia y practica extensiones de rodilla para todos los cuádriceps. Muchas postu- ras de yoga también ejercitan el cuádriceps, como virabhadrasanas, trikonasanas, uttanasanas (con las rodillas extendidas) y el perro mirando hacia abajo. La articul ación de la rodilla Estiramientos para el músculo cuádriceps femoral 1) Postura del puente (estiramiento también para los abdominales). 2) Tijeras. El estiramiento para los músculos extensores de la rodilla se aprecia en la pierna retrasada. Con la rodilla flexionada hasta el suelo y la pelvis adelantada, se incrementa el estiramiento. 3) El músculo recto femoral se estirará cuando la cadera se extienda y la rodilla esté flexionada, como en la postura del arco de yoga. 4) Los músculos vastos se estirarán siempre que la rodilla esté flexionada. Psoas may or Psoas menor Ilíaco Sartorio Vasto lateral Recto f emoral Figura 9.5. Medio arrodillado, estiramiento de cuádriceps. T É C N I C A En la postura de tijeras, apoya la rodilla retrasada en el suelo. Si fuera necesario, agárrate a algo pa- ra mantener el equilibrio. Echa las caderas hacia delante. Si fuera necesario, pon una toalla o alfom- brilla debajo de la rodilla para estar cómodo.
  • 35. 10 Capítulo La articulación del tobillo y el pie La arquitectura de la articulación del tobillo/pie es intrigante. Veintiséis hue- sos (7 tarsianos, 5 metatarsianos y 14 falanges), 19 grandes músculos, mu- chos músculos intrínsecos pequeños en la planta del pie y más de 100 liga- mentos componen la estructura principal de la articulación del tobillo y el pie. La transferencia del peso del cuerpo sobre la tibia, el astrágalo y el calcá- neo es una hazaña de equilibrio sorprendente, porque asumen el peso de to- do el cuerpo, para luego impulsarlo hacia delante utilizando el resto del pie.
  • 36. 174 Anatomía del ejercicio y el movimiento Articulaciones y acciones de la articulación del tobillo y el pie La articulación tibioastragalina es el punto de articulación de la tibia, el peroné y el astrágalo. Encajan de forma muy ceñida; es una articulación troclear verdadera donde ocurren las acciones de flexión plan- tar o dorsal. La articulación inferior del tobillo es una combinación de las articulaciones subastragalina y transversa del tarso. Los siete huesos del tarso se localizan en esta área, y hay diversos movimientos entre las distintas articulaciones. La autora prefiere simplificar las acciones articulares de la zona y por eso utiliza los términos ‘pronación’ y ‘supinación’ (ver página 175). La articul ación del tobillo y el pie Cóndilo lateral (tibia) Cóndilo medial (tibia) Tuberosidad de la tibia Membrana interósea Peroné Tibia Maléolo medial Maléolo lateral Astrágalo Nav icular Figura 10.1. Articulación del tobillo/pie derechos, v ista anteromedial. Existe una zona de articulaciones tarsometatarsianas que se considera ‘irregular’ y donde se producen deslizamientos. Algunos autores se refieren incluso a la posibilidad de flexión plantar y dorsal en esta zona. Las articulaciones se refuerzan mediante muchos ligamentos pequeños. Las articulaciones metatarsofalángicas producen mínima flexión (dorsal), extensión (plantar) y abducción, aducción y rotación. Las articulaciones interfalángicas sólo flexionan y extienden. La porción proximal sólo puede extender; la sección distal es capaz de flexión y extensión.
  • 37. 180 Anatomía del ejercicio y el movimiento Estiramiento para la pantorrilla La articul ación del tobillo y el pie Plantar Tibial posterior Gastrocnemio Peroneo largo Flexor largo del dedo gordo Peroneo corto Flexor largo de los dedos Sóleo Figura 10.7. De pie, estiramiento de pantorrilla con f lexión dorsal del pie. T É C N I C A En bipedestación y bien erguido, apoya los dedos del pie en la cara vertical de un escalón. Mantén la pierna recta e inclina el cuerpo hacia los dedos. El pie Su arquitectura similar a un arco, hace al pie apropiado para sostener, adaptarse, amortiguar, transferir el peso e impulsar el cuerpo. Cinco metatarsianos forman el empeine o planta del pie, y cada dedo cuenta con tres falanges, excepto el dedo gordo, que sólo tiene dos. Los arcos plantares son toda una lección de arquitectura. Tres arcos forman una «cúpula» que desem- peña las funciones del pie. El arco longitudinal principal se halla en el lado medial y se compone del calcáneo a un lado, cuatro tarsianos en la cara anterior, actuando de «piedra angular», y el astrágalo en el medio. Lateralmente, un arco longitudinal se extiende desde el calcáneo hasta el cuboides y el IV y el V metatarsianos pasando por el astrágalo. El arco transverso cruza el pie desde el metatarsiano del I al V dedos. La acción de todas las líneas de fuerza se centra en el punto donde se encuentran los arcos trans- verso y longitudinales, asumiendo el peso que procede de arriba y los impactos de abajo. Los músculos
  • 38. La articulación del tobillo y el pie 181 extrínsecos y los de la planta del pie refuerzan los arcos. Junta y pon los dos pies paralelos y verás que se forma una cúpula completa en el centro de ambos. La artic ació del tobi y el Arco longitudinal del pie durante la relajación (en azul) y contracción de los músculos (en morado). Astrágalo Ligamento calcaneonav icular plantar Cuñas Calcáneo Segundo metatarsiano Primer metatarsiano a) Tibia Peroné Nav icular Ligamento plantar corto Nav icular Cuñas Astrágalo Metatarsianos Calcáneo Metatarsianos b) Cuboides Figura 10.8. Arcos plantares del pie: a) pie derecho, v ista medial, b) pie derecho, v ista de perf il. Ligamentos de la articulación del tobillo y el pie Los ligamentos y tendones de la articulación del tobillo/pie actúan juntos para sostener y mantener la posición de los arcos plantares además de conectar sus 26 huesos. El más largo de todos los ligamentos del tarso es el ligamento plantar. Tiene su origen en el calcáneo, se inserta en el cuboides y se extiende hasta el II, III y IV metatarsianos. La fascia plantar es una estructura ancha que sigue un curso similar y sostiene el arco longitudinal medial. Los ligamentos peroneoastragalinos anterior y posterior discurren desde los maléolos (en la cara exter- na del extremo distal del peroné y la tibia, son fáciles de ver) hasta el astrágalo. El ligamento calca- neoperoneo tiene origen en el maléolo lateral y se conecta con el calcáneo. Medialmente, el gran ligamento deltoideo va del maléolo medial al astrágalo y el navicular. Este ligamento es tan fuerte que, en casos de pronación extrema y forzada, el hueso llega a fracturarse antes de que se rompa el ligamento.