1. 5° | Lógica Profa. Teresa Dellepiane.
LÓGICA FORMAL
- Principios lógicos: Principio de no contradicción, principio de identidad y
principio del tercero excluido.
- Estructura del pensamiento: Conceptos. Juicios: Clasificación de los
juicios.
- Validez y verdad
- Razonamientos deductivos: Silogismos: modo y reglas , Modus Ponens
y Modus Tollens.
- Falacias formales: Afirmación del consecuente y negación del
antecedente.
- Razonamientos inductivos: generalización y analogía.
El objeto de estudio de la lógica es el pensamiento, el razonamiento. A través
de reglas, métodos, leyes y principios aplicados, nos permite identificar un
razonamiento como correcto o incorrecto.
Principios lógicos
Principio de identidad: algo no puede ser y no ser “A=A” O sea: si A es, A no
puede no ser, al mismo tiempo y dentro de la misma relación.
Cuando en una premisa el sujeto es idéntico de manera total o parcial al
predicado se dice que dicha premisa es necesariamente verdadera. La forma lógica es
A=A.
Ejemplo: triángulo y figura geometría “Todos los triángulos (S) son figuras
geométricas (P)”. Aquí el triángulo forma parte de lo que son las figuras geométricas,
por lo que su comprensión está identificada en la comprensión de figura geométrica.
Aquí hay una identidad parcial, dado que el predicado comprende un universo más
amplio que todos los triángulos posibles. La identidad sería total en el caso que el
juicio fuese el siguiente “Los triángulos son figuras geométricas que tienen tres lados y
tres ángulos”. Aquí hay una identidad total entre sujeto y predicado.
Veamos otro ejemplo: “Plutón es un planeta” A = A. Plutón en 1930 se le
declaró planeta y en 2006 se le quitó esa categoría. Entonces, como planeta, ¿Plutón
es y no es? No, lo que ocurre es que los criterios para asignar ese estatuto han
cambiado. Este caso, no es evidencia para un contraargumento sobre el principio de
identidad, pues, afirmar que Plutón es o no un planeta, está sujeto a la concepción de
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planeta, lo que no podemos afirmar es bajo la misma idea de “planeta”, que Plutón sea
y no sea un planeta.
El principio de identidad referido al razonamiento dice que siempre que dos
premisas serán idénticas a un tercero, éstas serán idénticas entre sí. La forma lógica
es la siguiente: A=B y B=C, por lo tanto: A=C.
Principio de no contradicción: Si dos juicios se contradicen entre sí, no
pueden ser ambos verdaderos. Este principio se refiere a la imposibilidad de predicar
sobre un sujeto la posibilidad que sea y no sea algo a la vez. Es decir, cuando un
predicado se enuncia sobre un sujeto, se excluye todo aquello que está por fuera de
dicho predicado. Continuando con el ejemplo del triángulo podemos decir que si el
triángulo es una figura geométrica, todo aquello que no es una figura geométrica, no es
un predicado posible sobre triángulo.
Forma lógica: S es P y no es P. El sujeto no puede ser P y no ser P a la vez.
Al argumentar, estamos basados en el principio de no-contradicción, pues si no,
nada se podría demostrar ni contradecir. No quiere decir que no haya contradicciones,
o que este principio le tenga pavor a la contradicción. Querría decir, más bien, que si
todo vale, nada es argumentable. Y que, si se quiere argumentar, es necesario poner
límites. Cuando alguien intenta dar cuenta de algo, lo mínimo que Aristóteles le pide es
que tenga en cuenta que lo dicho ha sido afirmado y que si va a cambiarlo lo diga o
que, en todo caso, se atenga a las consecuencias si sus interlocutores se dan cuenta.
Principio del tercero excluido: Según este principio, dos proposiciones
contradictorias ({A es x} y {A no es x}) no pueden ser verdaderas ambas, al mismo
tiempo y dentro de la misma relación.
De dos juicios que se contradicen uno debe ser verdadero y el otro
necesariamente falso, pero no se admite un tercero. Este principio está vinculado con
el principio anteriormente mencionado. Simplifiquemos la explicación a la forma lógica:
“S es P o S no es P” “Los triángulos son figuras geométricas o no son figuras
geométricas” Dentro de este predicado y su negación no se acepta la introducción de
una tercera posibilidad que admitiera que S fuera P y no- P a la vez, porque se violaría
el principio de no contradicción. El tercer excluido no admite término medio.
Estructura del pensamiento.
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El pensamiento está compuesto por tres elementos base:
- Conceptos: Éstos son representaciones intelectuales, generales y abstractas.
Son términos.
- Juicios: son relaciones enunciativas entre dos o más conceptos.
- Razonamientos: encadenamiento de juicios, de los cuales se concluye un
nuevo juicio
Fases de formación de los conceptos:
A. Percepción: Captaciones sensible del objeto
B. Asociación: Referencia a percepciones semejantes o antagónicas que puedo
relacionar con el nuevo objeto.
C. Abstracción: Separación de las cualidades de los objetos.
D. Generalización.
Juicios
Lo característico de los juicios es que enuncian, adjudican algo sobre la realidad. Al
víncular mediante enunciados a dos o más conceptos se establece una relación entre
los mismos pasible de ser verdadera o falsa, en función de su cumplimiento efectivo o
no.
Los juicios son proposiciones compuestas por dos elementos base: Sujeto (S) y
predicado (P). Hay un predicado que enuncia o adjudica algo sobre un sujeto.
Clasificación Kantiana de los Juicios
Emmanuel Kant (1724-1804) Realiza la clasificación de los juicios según cuatro
categorías: Cantidad, cualidad, relación y modalidad. Además de la diferenciación
entre juicios sintéticos y analíticos.
- Juicios analíticos: En estas proposiciones el predicado está implícito en el
sujeto. Es decir, el predicado no agrega ninguna cualidad nueva al sujeto,
sino que lo que enuncia está implícito en el sujeto. Hay una identidad “a priori”1
entre el sujeto y el predicado.
Ejemplo: “Todos los solteros son no- casados” “El triángulo tiene tres ángulos”
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“A priori” y “a posteriori” es otra caracterización Kantiana que refiere a la relación del juicio con
la experiencia. A priori refiere a aquellos juicios que son independientes de la experiencia, no
dependen de ella para su veracidad y validez. Mientras que los juicios a posteriori son juicios
empíricos, que refieren a hechos por lo que requieren de la experiencia para su validación.
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- Juicios sintéticos: Requieren demostración dado que lo que el predicado nos
aporta es información que no está implícita en el sujeto. El predicado
agrega una nueva cualidad al sujeto.
Ejemplo: “El agua hierve a 100°” “
Dentro del análisis lógico de los razonamientos y juicios todos los juicios son
analíticos, dado que a la lógica no le interesa cómo se adquiere el conocimiento de lo
expresado (esto es asunto de la gnoseología) sino que se ocupa de la validez de la
estructura lógica, la manera en la que se expresa el juicio y el razonamiento, es una
disciplina de forma y no de contenido.
- Cualidad: Son juicios afirmativos o negativos: “S es P” o “S no es P” “Juan es
mi amigo” “Susana no es la culpable”
- Cantidad: Refiere al universo al que refieren los juicios, el alcance del mismo:
Universal: “Todo S es P”, “Ningún S es P”: “Todos los días son iguales” “Ningún
ser vivo merece sufrir” Particular: “Algún S es P”: “Algunos libros son
interesantes” “Algunos animales no son salvajes” Individual: “Un S es P”:
“Sócrates era sabio” “Jesús no era egoísta”.
La última sub-categoría no es aceptada por todos, dado que se discute la posibilidad
que el individual sea realmente universal, dado que el sujeto particular se toma en toda
su extensión, su universalidad, por lo que el universo al que refiere el juicio es
universal.
La cantidad y la cualidad pueden combinarse, formando cuatro clases de juicios:
➢ Universal afirmativo
➢ Universal negativo
➢ Particular afirmativo
➢ Particular negativo.
Relación de los juicios: Según el carácter de la relación, si esta es condicionada o
incondicionada.
- Categóricos: Se establece una relación entre el sujeto y el predicado que no
depende de ninguna condición. Pueden ser afirmativos o negativos: “S es P” –
“S no es P”
- Hipotético: si la relación es hipotética, imaginaria. Estos juicios enuncian una
relación condicional. Por lo tanto, si se cumple una condición entonces, se
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realizará una consecuencia. Dicha consecuencia, depende de la posibilidad que
suceda S es P. “Si S es P, entonces R” – “Si S es P, Q es R”
- Disyuntivos: Presentan en lugar de un único predicado varias alternativas,
mínimo dos, las cuales pueden ser afirmadas al sujeto o negadas, pero no se
admite la coexistencia de ambas: “S es P o Q”.
validez y verdad.
Los razonamientos pueden ser válidos(correctos) o inválidos(incorrectos). ¿De
qué depende que sean válidos o inválidos? Depende de su estructura o forma lógica y
no de su contenido. Este, será válido siempre que su forma lógica sea correcta.
El contenido de las premisas y la conclusión no es el objeto de estudio de la lógica,
dado que a ésta no le importa el contenido, sino la forma. El análisis lógico de la
argumentación consiste en mostrar la validez lógica de la relación entre la conclusión y
las premisas, sin poner reparo en lo que éstas enuncian. Los razonamientos se
evalúan como correctos o incorrectos. Mientras que las premisas que lo
componen se pueden evaluar como verdaderas o falsas.
Razonamientos
Los razonamientos constan de tres elementos: Premisas, conclusión y relación.
Las premisas son juicios dados, los juicios que se encadenan y dan fundamento al
argumento. Cuando analizamos razonamientos los juicios son llamados premisas. La
conclusión consta del juicio que se deriva necesariamente del encadenamiento de las
premisas. Es la conclusión de una relación entre premisas. Representa una
enunciación que se ve sostenida o fundamentada en sus premisas. Al momento de
analizar lógicamente un argumento es necesario también dejar explícito el relacionate
el cual, señala la relación entre las premisas y la conclusión. Tiene expresiones que le
son propias, por ejemplo: “Luego”, “por lo tanto”, “en consecuencia”, “ergo”, etc. El
relacionante es expresado con una línea recta que se posiciona entre las premisas y la
conclusión. Ejemplo:
Premisa 1
Premisa 2
Conclusión
Como ya dijimos, los razonamientos constan de premisas y una conclusión,
elementos que se vinculan de modo tal que la conclusión se desprende o se sigue de
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las premisas. Pero dicho vínculo e inferencia se nos presenta de diversas maneras,
las cuales analizaremos a continuación.
Cuando la premisa es única y de ella obtenemos la conclusión, esta inferencia
es inmediata. Ejemplo: “Todos los pintores son artistas”. Esta es nuestra premisa, de
la cual podemos inferir o concluir que “Algunos artistas son pintores”.
Cuando tenemos más de una premisa que se relacionan entre sí y de ellas se
infiere determinada conclusión, es llamada inferencia mediata. Ejemplo: Premisa 1-
“Todos los estudiantes son liceales” Premisa 2- “Todos los liceales usan uniforme”
Conclusión: “Todos los estudiantes usan uniforme”. Veamos algunos ejemplos e
identifiquemos premisas y conclusión en los siguientes argumentos:
- La investigación de los fenómenos sobrenaturales está por fuera del campo de
acción de las ciencias. Por tanto, ninguna ciencia puede probar o negar la
existencia de Dios.
- De todos los seres que pueblan la Tierra, los seres humanos son los más
nocivos para el ecosistema. En efecto, ellos destruyen anualmente millones de
hectáreas de bosques y son los directos culpables de la desaparición masiva de
fuentes de agua potable.
- No le doy el descuento porque no compró más de 6 unidades.
- El amor no ve con los ojos, sino con el pensamiento. Por eso a Cupido lo pintan
ciego.
Los razonamientos deductivos, son todo razonamiento que incluye
tácitamente la afirmación de que la conclusión se desprende inevitablemente de las
premisas; de que está garantizada por ellas. Dicho de otro modo: un razonamiento es
deductivo cuando tiene la pretensión de que las premisas proporcionan evidencia
terminante para su conclusión. Si esto es efectivamente así, si la conclusión se sigue
inevitablemente de las premisas, es decir, si no es posible que las premisas sean
verdaderas y la conclusión falsa, decimos que el razonamiento deductivo es válido. En
cambio, si el razonamiento es deductivo pero la conclusión no es necesaria, el
razonamiento es inválido. Ejemplo razonamiento deductivo válido:
Todos los hombres son mortales
Sócrates es hombre
Sócrates es mortal.
Veamos otro ejemplo de razonamiento deductivo: “Existen tres programas de estudios
en Ingeniería, en esta Universidad: Ingeniería Industrial, Ingeniería de Sistemas e
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Ingeniería Telemática. Juan, que es estudiante de Ingeniería en esta universidad, no
estudia Industrial ni Telemática. Entonces, Juan es estudiante de Ingeniería de
Sistemas”.
Silogismos
Un silogismo es un razonamiento deductivo formado por tres proposiciones
categóricas, dos premisas y la conclusión, y que satisface estas condiciones:
- En el razonamiento se identifican tres términos; cada uno aparece en dos de las
tres proposiciones y en ambas es utilizado en el mismo sentido.
Los términos mencionados en la definición anterior se conocen con estos nombres:
- Término mayor: es el predicado de la conclusión; se denota por P.
- Término menor: es el sujeto de la conclusión; se denota por S.
- Término medio: es el término común a las dos premisas; se denota por M. Este
término no aparece en la conclusión; establece el nexo entre las premisas y
desaparece en la conclusión.
Ejemplo:
Los artistas son sensibles. Término mayor: sensibles
Los pintores son artistas Término menor: pintores
Los pintores son sensibles Término medio: artistas
La premisa mayor del silogismo es la premisa que contiene el término mayor y
la premisa menor es la que contiene el término menor. En este ejemplo, la primera
premisa es la premisa mayor porque contiene al término mayor, médico, y la segunda
premisa es la premisa menor. Decimos entonces que el silogismo tiene presentación (o
forma) estándar, de acuerdo con la siguiente definición: Un silogismo tiene
presentación (o forma) estándar si y sólo si la premisa mayor aparece como primera
premisa en el enunciado.
Modos del silogismo
Proposición Código Forma
general
Nombre
1 Todo A Todo S es P Universal
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estudiante es
responsable
Afirmativo
2 Ningún
estudiante es
responsable
E Ningún S es P Universal
Negativo
3 Algunos
estudiantes
son
responsables
I Algún S es P Particular
Afirmativo
4 Algunos
estudiantes no
son
responsables
O Algún S no es
P
Particular
negativo.
El código nos permite identificar el modo de los silogismos, este estará sujeto a la
cantidad y cualidad de las proposiciones categóricas. Sin embargo, no todas las
combinaciones son válidas los distintos modos que puede asumir el silogismo son 64.
Hay cuatro reglas que se deben considerar:
a. De premisas negativas no se sigue conclusión: Debido a esta regla son
inválidos todas las figuras de los modos cuyas premisas sean EE, EO, OO y
OE.
b. De dos premisas afirmativas no se sigue conclusión negativa.
c. La conclusión sigue siempre la parte más débil: lo particular respecto a lo
universal y la negativa respecto a la afirmativa. Si hay una de las premisas
particular, la conclusión será particular; si hay una premisa negativa, la
conclusión será negativa.
d. Si hay una premisa particular negativa, o una premisa. De dos premisas
particulares no se sigue conclusión. Por lo que el código IO, II, OO y OI no
serán válidos.
Validez del silogismo: Dado que el silogismo es un tipo particular de
razonamiento deductivo, se le aplica la noción general de razonamiento válido: un
silogismo es válido cuando, y sólo cuando, el aceptar como verdaderas las premisas
implica aceptar como verdadera la conclusión. Todo silogismo no será válido si
incumple al menos una de las cuatro reglas enunciadas anteriormente.
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Otros tipos de razonamientos deductivos: Modus Ponens y Modus
Tollens
Modus Ponens:
Es un tipo de razonamiento deductivo, en el cual se establece una relación
condicional entre dos términos. El primero de ellos, es llamado antecedente, el cual es
la condición que debe cumplirse, para que ocurra el consecuente, el cual es el segundo
de los términos de la relación:
ANTECEDENTE: A → B CONSECUENTE
Este tipo de formulación es muy común en nuestra vida cotidiana:
“Si es martes las entradas al cine valen 50%” “Si siento algún dolor, voy al médico” “Si
me acuesto tarde, al otro día tendré sueño”. En los razonamientos del tipo Modus
Ponens, la primera premisa establece la relación condicional entre A y B; la segunda
premisa, afirma el antecedente del condicional, se afirma que A se satisface. Por lo
tanto, en la conclusión se afirma el consecuente. Esta es la forma en la cual el Modus
ponens forma un razonamiento válido:
A → B
___A___
B
Si A, entonces B
. A .
Por lo tanto, B
Modus Tollens:
Al igual que el caso anterior, el modus tollens, forma parte del esquema básico
de razonamientos válidos. Si bien, es un derivado del razonamiento anterior, es
necesario advertir, que en los razonamientos del tipo Modus Tollens, la segunda
premisa consiste en la negación del consecuente. Lo cual nos posibilita inferir, la
negación del antecedente como conclusión:
A → B
¬B .
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¬A
Si A, entonces B
No B .
Por lo tanto, no A
FALACIAS FORMALES
Las falacias formales son aquellas que suceden cuando se presenta un error en
la forma del razonamiento. A diferencia de las falacias no formales, que se reconocen
por no presentar validez su contenido, las falacias formales se identifican por errores
procedimentales.
Afirmación del consecuente:
La falacia de afirmación del consecuente, surge a partir de un error en los
razonamientos del tipo Modus Ponens. En la misma, para llegar a una conclusión, en
lugar de afirmarse el antecedente, se afirma el consecuente. La forma lógica de la
misma es la siguiente:
A → B
___B___
A
Si A, entonces B
. B .
Por lo tanto,A
La relación entre el antecedente y el consecuente, no es conversa o recíproca,
por lo que en la afirmación “Si A, entonces B”, nada indica que si sucede B, entonces
sucede A, puesto que “si B, entonces A” no es una necesidad lógica de la primer
afirmación.
Negación del antecedente:
En este tipo de falacias, el error que se comete es similar al de la falacia anterior
y parte de un razonamiento del tipo Modus Tollens equivocado. Podemos representar
su forma lógica de la siguiente manera:
A → B
___¬A___
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¬B
Si A, entonces B
No A .
Por lo tanto, no B
La relación entre A y B, no es recíproca ni exclusiva, sino que es unidireccional, al
afirmar que en caso de darse A, se dará B, no se niega la posibilidad que B, pueda
confirmarse independientemente de A.
Por lo tanto:
Las falacias: Razonamientos NO VÁLIDOS.
● Formales: si el error se encuentra en su FORMA LÓGICA, independientemente
de la verdad de las premisas. Para el caso de los razonamientos deductivos ya
desarrollados las falacias formales son:
- Negación del antecedente,
- Afirmación del consecuente
- Cualquier silogismo que no cumpla con las cuatro reglas enunciadas o
la forma lógica del mismo.
Razonamientos inductivos
En el razonamiento inductivo no se afirma tácitamente que las premisas dan
evidencia terminante de la conclusión; sólo se pretende que la apoyan en mayor o
menor grado. Veremos también que este mayor o menor grado de apoyo a la
conclusión es un criterio para clasificar un argumento inductivo como fuerte o como
débil.
Supongamos que usted constata que uno y otro y otro miércoles,
aparentemente sin excepción, el plato principal del almuerzo en la cafetería es
espagueti. Entonces decide que no seguirá almorzando los miércoles en la cafetería
porque “los miércoles sirven espaguetis”, y a usted no le gustan. Esta situación es un
ejemplo de razonamiento inductivo.
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Esta clase de inducción generalmente se da así: Se observa un patrón, una
regularidad de resultados para repeticiones del mismo caso y, sobre la base de tal
regularidad, se infiere la regla. Por ejemplo, si en épocas diferentes Pedro, María y
Antonio le prestaron dinero a Juan, y este no les pagó, posiblemente concluyo,
razonando inductivamente, que si le presto dinero a Juan, no me lo pagará. Estos son
ejemplos de un tipo muy común de razonamiento inductivo, llamado generalización
inductiva.
Con relación al valor de la inducción se ha dicho que “Para Aristóteles, la
inducción es un razonamiento que permite pasar de lo particular a lo general. Es decir,
que la inducción es la operación lógica que se utiliza para generalizar la experiencia”
[Ibarra 1994, p. 208]. Esta cita puede complementarse anotando que la inducción
permite aprender de la experiencia y que esta es una forma de aprendizaje que
practicamos durante toda la vida. Con la experiencia aprendimos que los objetos
calientes pueden quemarnos, que el agua moja, que la ira es enemiga de la sensatez,
que la violencia genera más violencia, etc. Es un hecho, además, que el razonamiento
inductivo es de gran valor en las ciencias físicas y naturales. Típicamente, se llega a
los principios científicos mediante generalización a partir de un número limitado de
experiencias en las cuales los casos y los resultados permiten identificar patrones
estables. (Piense, por ejemplo, en cómo se llegan a establecer las formas de contagio
de enfermedades transmisibles).
¿Ha oído alguna vez la expresión “Este es un caso que confirma la regla”? En
caso tal, ¿sabe de qué regla se habla? De la regla que dice: “Toda regla tiene su
excepción”. Es el reconocimiento de que la regla general inferida en un razonamiento
inductivo carece de la certeza o inevitabilidad del resultado inferido en los
razonamientos deductivos válidos y de que, por lo tanto, es posible que haya casos
que escapan a la conclusión: algún miércoles pueden no servir espaguetis; bien puede
suceder que Juan sí me pague el préstamo, etc. Si uno olvida que puede haber casos
no contemplados por la regla, el razonamiento es débil y la inducción incorrecta. En el
caso de inferencias sobre personas o grupos humanos, se cae frecuentemente en
generalizaciones injustas y desconsideradas de la forma “¡Todos los... son unos...!”. Se
trata de generalizaciones inductivas por enumeración, que atribuyen a todo un grupo
humano un calificativo, con base en comportamientos de algunos de sus miembros.
De todas maneras, en las inferencias inductivas existe un escudo protector
contra el error de la generalización incorrecta. Consiste en hacer explícito el alcance
limitado de la conclusión, precediéndola de expresiones como “generalmente”, “casi
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siempre”, “probablemente”, “posiblemente”, u otras equivalentes. Digamos, por el
momento, que un argumento inductivo es más fuerte o menos fuerte, según que la
conclusión esté más cerca o menos cerca de ser verdadera.
A la manera de los indicadores de premisa o de conclusión, el término
“posiblemente”, utilizado en el razonamiento del ejemplo anterior es, con frecuencia,
un indicador de razonamiento inductivo. También lo son las expresiones, “es posible
que...”, “es probable que...”, “es razonable creer que... (esperar que)”. Pero,
independientemente de la presencia o no de estos términos, los razonamientos
inductivos se caracterizan porque no afirman que la conclusión se deriva
necesariamente de las premisas, sino que de la verdad de estas, real o aceptada, es
razonable inferir que, en alguna medida, la conclusión es verdadera. Si el soporte que
las premisas le dan a la conclusión la hace estar más cerca de ser verdadera que de
ser falsa, el razonamiento inductivo es fuerte. Pero si el soporte que le dan las
premisas a la conclusión es pobre y poco sólido y la hace estar más cerca de ser falsa
que de ser verdadera, el razonamiento inductivo es débil.
Aspectos a tener en cuenta al momento de valorar como débil o fuerte un
razonamiento inductivo:
- Verdad o falsedad de las premisas: La veracidad de las premisas dan
solidez a la inferencia presentada.
- Tamaño de la muestra: Al momento de realizar una generalización
inductiva se espera que la muestra sea adecuada o lo suficientemente
representativa para extender la conclusión al total de población sin caer
en una generalización apresurada.
Razonamiento por analogía
Es una forma de razonamiento inductivo basado en la existencia de atributos
semejantes en seres o cosas diferentes. se parte de la similitud observada entre dos
situaciones (situaciones análogas) y se concluye, por analogía, que alguna
característica adicional de una de ellas también debe estar (o es posible que esté)
presente en la otra.
Ejemplo: “Podemos observar un gran parecido entre la Tierra que habitamos y
los otros planetas, Saturno, Júpiter, Marte, Venus y Mercurio. Todos ellos giran
alrededor del Sol, lo mismo que la Tierra, aunque a diferentes distancias y con distintos
períodos. Todos toman su luz del Sol, al igual que la Tierra, y debido a esto se debe
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presentar una sucesión similar de día y noche. Algunos de ellos tienen lunas, las
cuales les dan luz en ausencia del Sol, como lo hace nuestra Luna para nosotros. En
sus movimientos todos ellos están sujetos a la misma ley de gravitación que la Tierra. A
partir de esta similitud no es irrazonable pensar que los planetas pueden, como la
Tierra, estar habitados por diversas órdenes de criaturas vivientes.”
Se trata de la forma argumentativa “X es B. Porque X es como A, y los A son
B”, llamada precisamente “argumentación por analogía”. Naturalmente, la fuerza de un
argumento específico de esta forma depende de en qué medida son ciertas las
premisas: “X es como A” y “los A son B”.
La argumentación por analogía es una de las formas más frecuentes de
razonamiento inductivo. Razonamos por analogía cuando decidimos comprar un
artículo en determinado almacén porque fueron de buena calidad todos los artículos
que compramos anteriormente allí mismo, también razona por analogía el padre de
familia que elige una institución escolar para sus hijos, con base en las
recomendaciones de sus amigos, etc.
Veamos otro ejemplo: Juan tuvo dolores abdominales, acidez, indigestión y
vómito. El médico le prescribió antiácidos, después de diagnosticarle úlcera péptica.
Pedro tuvo dolores abdominales, acidez, indigestión y vómito, y Juan le recomendó los
mismos antiácidos que le había prescrito el médico. Pero lo que Pedro tenía era
cálculos en la vesícula, y la recomendación de Juan casi lo mata.
Como todo razonamiento de tipo inductivo; el razonamiento por analogía no
afirma, ni tácita ni explícitamente, que la conclusión es consecuencia necesaria de las
premisas; sólo pretende que es razonable creer que la conclusión es verdadera, con
las premisas como fundamento de tal creencia. ¿Qué podemos decir con relación a la
eficacia de un argumento por analogía? Como todo razonamiento inductivo, el
razonamiento por analogía puede ser fuerte o débil; lo cual dependerá de:
- Que las premisas sean verdaderas.
- Que las semejanzas entre las dos situaciones sean relevantes, significativas.
- Que el número de semejanzas significativas entre las dos situaciones sea
suficiente para hacer razonable la conclusión.
- Que la conclusión esté enunciada en términos de posibilidad y no con la fuerza
de la exactitud.
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