4. CAMARAS DEL CORAZON
El corazón contiene 4 cámaras en las cuales fluye
la sangre. La sangre entra en la aurícula derecha
y pasa a través del ventrículo derecho, el cual
bombea la sangre a los pulmones donde ésta se
oxigena. La sangre oxigenada es traída de nuevo
al corazón por medio de las venas pulmonares
que entran a la aurícula izquierda. De allí, la
sangre fluye al ventrículo izquierdo, el cual la
bombea hacia la aorta que distribuye sangre
oxigenada a todas las partes del cuerpo.
5. Funcionamiento del corazón
El sistema de válvulas del corazón permite el paso de
la sangre desde cada
aurícula a su ventrículo correspondiente, e impide el
movimiento en sentido contrario.
El funcionamiento del corazón consiste básicamente
en movimientos
coordinados de contracción y dilatación, que tienen
lugar en las aurículas y en los
ventrículos; simultáneamente a la contracción de las
aurículas se produce la dilatación
de los ventrículos, y cuando éstos se contraen, las
aurículas se dilatan.
6. Circulación coronaria
El músculo cardíaco, como cualquier otro órgano o tejido del cuerpo,
necesita sangre rica en oxígeno para sobrevivir. El corazón recibe sangre
por medio de su propio aparato vascular. A esto se lo denomina
«circulación coronaria».
La aorta (el principal conducto de suministro de sangre del organismo)
se ramifica en dos vasos sanguíneos coronarios principales (también
denominados «arterias»). Estas arterias coronarias se ramifican a su vez
en arterias más pequeñas que suministran sangre rica en oxígeno a todo
el músculo cardíaco.
La arteria coronaria derecha suministra sangre principalmente al lado
derecho del corazón. El lado derecho del corazón es más pequeño
porque bombea sangre sólo a los pulmones.
La arteria coronaria izquierda, que se ramifica en la arteria descendente
anterior izquierda y la arteria circunfleja, suministra sangre al lado
izquierdo del corazón. El lado izquierdo del corazón es más grande y
muscular porque bombea sangre al resto del cuerpo.
7.
8. RITMO CARDIACO
Aunque el corazón está dentro de ti, hay una forma genial de verlo
trabajar desde fuera, ¡sintiendo tu pulso! Puedes encontrarte el pulso al
presionar ligeramente en la parte interior de la muñeca, justo debajo de
tu pulgar. Es mejor usar el dedo índice o el dedo medio de la otra mano
porque tu pulgar tiene un pulso propio. Y eso te confundiría, ¡con tantos
pulsos!
Sabrás que te has encontrado el pulso cuando sientas un pequeño latido
bajo tu piel. Cada latido está causado por la contracción de tu corazón.
Si quieres saber cuál es tu frecuencia cardiaca, usa un reloj con
segundero y cuenta cuántos latidos sientes en un minuto. Cuando estés
en reposo, probablemente notarás unos 70 latidos por minuto. Cuando
corres mucho, tu cuerpo necesita más sangre fresca. Tu corazón bombea
más rápido para abastecer la sangre fresca que tu cuerpo necesita.
Puede que hasta sientas cómo late tu corazón en el pecho. Intenta
correr en el mismo lugar o saltar a la cuerda unos minutos y vuelve a
tomarte el pulso - ¿cuántos latidos cuentas ahora en un minuto?
9. Las arterias
Una de las principales características de estos conductos, que parten del corazón, es
que llevan sangre rica en oxígeno. Además, sus paredes son gruesas y resistentes y
están formadas por tres capas; una interna o endotelial, una media con fibras
musculares y elásticas; y una externa de fibras conjuntivas.
Para entregar su rico cargamento, las arterias también se ramifican y, de acuerdo con
la forma que adopten, o hueso y órgano junto al cual corran, reciben diferentes
nombres tales como coronaria, renal o humeral.
Las venas
A diferencia de las arterias, las paredes de las venas son menos flexibles, y cada ciertos
espacios las válvulas que tienen impiden que la sangre caiga o retroceda por su propio
peso. La labor de las venas es, una vez que la sangre ha descargado el oxígeno y
recogido el anhídrido carbónico, conducirla de regreso hacia el corazón y los pulmones.
Estos conductos constan de dos capas, una endotelial y otra formada por fibras
elásticas, musculares y conjuntivas.
Los capilares
Para facilitar el intercambio gaseoso entre la sangre y los tejidos, o entre la sangre y el
aire que ha penetrado en los pulmones, es que existen los capilares. Estos son vasos
sanguíneos que se hacen cada vez más finos a medida que se van ramificando en el
cuerpo. La explicación de esta extrema delgadez es que están formados por una sola
capa de células, la endotelia. De esta forma permiten que las células reciban oxígeno y
expulsen el anhídrido carbónico.
Al comienzo de estos pequeños tejidos hay unas franjas que se relajan o contraen para
permitir o impedir el paso de la sangre. En todo el cuerpo se estima que hay más de 60
mil kilómetros de ellos, siendo el punto más lejano del viaje que hace la sangre.