El arte bizantino fusionó elementos clásicos con orientales y fue un arte esencialmente religioso. En arquitectura utilizaron bóvedas de cañón romanas y construyeron edificios de ladrillo revestido con materiales lujosos, destacando la basílica de Santa Sofía. La escultura se centró en relieves de marfil pequeños con temas religiosos, mientras la pintura decoraba templos con murales e iconos.