El documento describe cómo las toxinas producidas naturalmente por las plantas para protegerse, conocidas como antioxidantes, pueden ser beneficiosas para la salud del cerebro cuando se consumen en pequeñas cantidades con los alimentos vegetales. Las personas que comen regularmente frutas y verduras tienden a tener cerebros más sanos y menor riesgo de enfermedades neurodegenerativas, porque aunque las toxinas generan cierto estrés en las células, éstas se vuelven más resistentes al estrés como respuesta.