1. Alimentos y Salud, conjeturas de un ciudadano
Por Jorge Aravena Salazar
Siempre estamos cuidando una alimentación “equilibrada”, pero poco sabemos de lo
que estamos echando día a día sobre nuestro organismo. Los más preocupados del tema
hablan de las vitaminas, los minerales y las calorías. Hace un tiempo ya, se comenzó a
hablar de los antioxidantes. Hoy además se esta hablando mucho de los fitonutrientes. ¿Qué
son los fitonutrientes? ¿Qué importancia tienen en la nutrición? ¿Cómo los reconocemos?
El siguiente texto intenta ser una introducción general a este tema y al concepto central de
la salud: la nutrición correcta.
Fitonutrientes
Los fitonutrientes son elementos nutricionales “Vivos” que vienen a formar parte de
nuestro sistema inmunológico mediante la asimilación de aquellas estructuras moleculares
que constituyen la base de las defensas naturales del alimento vegetal que estamos
ingiriendo.
Se debe recordar que los vegetales a diferencia de los animales, no pueden
desplazarse de lugar para evitar a sus enemigos o recostarse y asumir alguna condición
física que favorezca la mejoría de algún mal adquirido en su salud. Las plantas en general
están ahí, quietas, casi sin oportunidad de reaccionar mecánicamente al ataque de un hongo
o bacteria por ejemplo. Para contrarrestar estas amenazas, los vegetales han desarrollado
por siglos potentes cadenas moleculares que actúan defensivamente permitiendo la
sobrevivencia de cada especie. Es esta propiedad la que se aprovecha para el
fortalecimiento y sanidad de ciertos males en las personas.
Por eso es tremendamente importante comprender que al cocinar completamente las
verduras o frutas, esta propiedad vital del nutriente se pierde en gran medida. Idealmente
los vegetales deben ser consumidos crudos (bien lavados) o en su defecto, salteados (caso
de aquellas personas con esofagitis o gastritis crónica, obviamente no podrán ingerir
alimentos mayoritariamente crudos).
2. Afirmación 1
“Una buena alimentación en pos de una salud “a toda prueba”
debe considerar la ingesta de grandes cantidades de fitonutrientes
los que se obtienen del consumo habitual de frutas y verduras
idealmente crudas (vivas). NO EXISTEN FARMACOS QUE LOS
REEMPLACEN”
Como consecuencia de esta primera afirmación el organismo recibirá grandes
cantidades de vitaminas, minerales, antioxidantes, mucha fibra y lo más importante: agua
pura en extremo. Puesto que las frutas la contienen en casi un 90% de su composición
nuestro cuerpo estará absorbiendo agua de la más pura.
En contraste con esta joyita de la alimentación existen los antinutrientes o toxinas,
las que lamentablemente están presentes también en la alimentación de la mayoría de las
personas.
La mayoría de las personas y sobretodo las que viven en la cuidad, se alimentan de
manera inadecuada, ya sea por falta de recursos o por ignorancia, consumiendo abundantes
alimentos industriales, los cuales son etiquetados y marketeados de manera muy atractiva y
en general con muchas imprecisiones nutricionales, conteniendo grandes cantidades de
azucares, grasas y/o sodio, incluso muchos de ellos conteniendo sustancias derechamente
cancerígenas (colorantes y preservantes artificiales como el amarillo crepúsculo o el
glutamato monosódico).
Existe una relación directa y muy estrecha entre las enfermedades (desde un simple
resfrío hasta los canceres más mortales) y una mala o inadecuada alimentación, ya sea que
esta se concentre en el consumo de toxínas o en un déficit de nutrientes.
Por esta razón es de vital importancia corregir hoy, ahora mismo y no mañana nuestra
alimentación, haciéndose consciente de lo que le estamos entregando a nuestro organismo
para que se repare, se defienda, se construya y para que en general funcione como la
verdadera maravilla que es.
3. Existe un principio fisiológico denominado “metronómico”, el que asegura que si
realizamos una acción diariamente por años, por muy leve que sea esta acción, en algún
momento tendrá una consecuencia que signifique un cambio drástico del organismo. Por
ejemplo, si ingerimos de manera frecuente, abundante azúcar en nuestra dieta,
inevitablemente al cabo de algunos años nos habremos ganado una flamante diabetes. Lo
mismo sucederá si consumimos grasas trans o saturadas, solo que en este caso nos
habremos ganado una familia completa de enfermedades degenerativas: Obesidad,
cardiopatías, embolias varias, hipertensión, quistes, uno que otro tumorcillo por nombrar
algunas.
Con estos conceptos (nutrientes, toxinas, metronomía) se pueden hacer las
siguientes 2 afirmaciones:
Afirmación 2
“Si nos alimentamos metronomicamente de manera deficiente (por
carencia de nutrientes y/o por abundancia de toxinas), al paso de
pocos años (mucho antes que el periodo de deterioro natural)
nuestro organismo poseerá alguna enfermedad degenerativa o el
sistema inmunitario no podrá pararse ni siquiera frente a un simple
resfrío. Para que mencionar la incapacidad resultante al momento
de enfrentar un cáncer.”
Afirmación 3
“Contrariamente a la afirmación 2, si nos nutrimos de manera
correcta metronomicamente, esto es reduciendo la ingesta de
toxinas al mínimo y consumiendo habitualmente cada día,
abundante fruta y verdura como alimento principal secundado por
los alimentos de los otros grupos alimenticios que aporten los
minerales, energía, proteína, etc. nuestro organismo estará
impecablemente organizado, sin enfermedades y preparado para
enfrentar enfermedades de la mejor forma posible y finalmente
tener una vejez digna alejada de dolencias prolongadas.”
4. Toxinas que deterioran la salud
Dejando de lado las toxinas ambientales producidas por la intervención humana
(cigarrillo, smog, pesticidas, emanaciones químicas, radioactivas, etc) o el agua
contaminada con químicos (Flúor, cloro, sodio, nitratos, etc) y concentrándonos en aquellas
que se camuflan en la alimentación podemos hacer el siguiente recuento.
En general estas toxinas se encuentran en la mayoría de los alimentos
industrializados y en fármacos. Es decir son aquellos que vienen envasados y que
habitualmente compramos en el supermercado, farmacia o en el negocio del barrio.
Estos elementos deben ser sacados de la dieta por que deterioran de manera
progresiva y acumulativa el organismo (afirmación 2). Estos son:
Grasas hidrogenadas y saturadas
Margarina
Aceites animales
Aceites recalentados
Frituras
Almidones (azucares en exceso)
Harinas blanqueadas extra refinadas
Fideos y pastas en exceso
Las harinas blanqueadas y los almidones en general liberan enormes cantidades de azucares
en la sangre.
5. Endulzantes (asociados estadísticamente
degenerativas, entre ellas el cáncer)
a
múltiples
enfermedades
Azúcar refinada
Sucralosa
Sacarosa
Sacarina
Cecinas y carnes ahumadas o quemadas a fuego directo
Carne asada
Salames
Jamón ahumado
Pescado ahumado
Panceta
En general todos aquellos productos saborizados mediante nitritos, toxina que
constituye un potente agente cancerígeno en el organismo. Por otro lado la combustión de
la grasa en la carne asada genera ciertas dioxinas altamente cancerígenas.
¿Cómo comer?
Ahora que ya se ha mencionado lo fundamental que resulta para la nutrición del
organismo las frutas y verduras, es muy importante señalar el orden en que deben ser
ingeridos los alimentos.
Lo primero es mencionar que el sistema digestivo es en esencia Lineal. Esto es
fundamental al momento de realizarse la digestión de los alimentos consumidos.
Se debe tener en cuenta que el proceso digestivo comienza en la boca, con la masticación y
la salivación de los alimentos. Se liberarán enzimas que a este nivel ya estarán separando
algunos nutrientes y aniquilando cierta “fauna acompañante” de nuestros alimentos. Una
vez que el bolo ha descendido al estomago, ahí se mezclará con el ácido y los otros
alimentos que haya en proceso de descomposición. Luego de esto, la mezcla será
alcalinizada llegando al duodeno, en donde el páncreas y el hígado harán su parte en el
proceso de descomposición de los distintos nutrientes adquiridos. El transito continuará
hasta el intestino en donde finalizará el proceso de separación y posterior evacuación de los
elementos más complejos (ciertas proteínas y los desechos finales, las fecas). Los nutrientes
se irán liberando desde el duodeno hasta el intestino y pasarán a la sangre para ser
repartidos por todo el organismo en una orquestación magnifica.
6. Ahora bien, los alimentos tienen diferentes velocidades de digestión, dependiendo
por supuesto de su composición lipídica y proteica.
Alimentos de rápida digestión: Fruta cruda y jugo de frutas (Exclusivamente fruta
de verdad, no envasada, ni jugos artificiales), aproximadamente 5 a 30 minutos de
digestión
Alimentos de mediana velocidad de digestión: Verduras en general, frutas secas,
legumbres, alimentos integrales, frutas y vegetales cocidos, aproximadamente entre
1 y 3 horas
Alimentos de lenta digestión: Almidones más complejos combinados, Carnes
Como consecuencia de esta clasificación, lo lógico será consumir los alimentos
rápidos primero y finalmente los más lentos, es decir, consumir frutas (con el estomago
vacío), y luego 5 a 30 minutos después si se sigue con hambre y se desea comer algo más
“contundente”, seguir con verduras, pan integral, etc.
El típico error que cometen las personas es desayunar un sándwich con carne, beber
café o un Té considerando haber desayunado muy bien. Lo correcto seria aprovechar el
estomago vacío para apoderarse óptimamente de todos los nutrientes de la fruta, luego
seguir con alimentos más livianos para llegar al medio día (hora de almuerzo) en
condiciones de comer algo más contundente.
Consecuentemente con este principio, comer frutas después de haber comido carne
es un error. Ya que la fruta quedará relevada por la carne que demora de 4 a 6 horas, esta se
pudrirá en el estomago mientras se digiere la carne. Esta putrefacción aportará un fuerte
golpe de toxinas al organismo.
7. Recomendaciones para enfermos y para quienes no quieren
enfermarse más
Antes de cambiar la dieta se recomienda visitar a un médico con conocimientos de
nutrición o a un nutricionista que finalmente establezca los alimentos y las raciones que
requiere el organismo de acuerdo a las características físicas y de salud del momento. A
modo de guía, a continuación se mencionan los alimentos que en general favorecen la salud
y seguidamente se enumeran aquellos que son permanentemente perjudiciales y que no
debieran ser consumidos bajo ninguna indicación.
Que comer:
Comer solo frutas crudas con el estomago vacío, es decir durante la mañana
Comer verduras idealmente crudas o en su defecto salteadas
Consumir Ajo, cebolla, cebollín, ciboulette, Puerro y Chalota con frecuencia de al
menos una porción cada 2 días.
Comer grandes cantidades de fibra: Avena, arroz integral, Pan integral. Los
alimentos a incorporar en la dieta deben ajustarse a las necesidades de cada persona
cuidando que estos no perjudiquen al organismo aun siendo estos saludables.
Comer semillas: almendras, nueces, sésamo, amapola, linaza, girasol, pepas de
zapallo
Si come carne, prefiera las carnes blancas a las rojas y en este orden: Pescado,
conejo, pavo, pollo, cerdo, vacuno. Las carnes deben ser orgánicas, puesto que las
que se expenden en el comercio en general son producidas de manera industrial
significando esto que los animales en los criaderos son alimentados con gran
cantidad de hormonas, antibióticos y otros productos químicos poco conocidos y
que a través de la carne son traspasados al organismo humano, traduciéndose en
variados desequilibrios y putrefacciones, la contaminación en mares y ríos no deja
fuera de peligro a los pescados. Mencionado lo anterior y considerando el alto costo
de la carne orgánica, sugiero se pasen a una dieta naturista (frutas, verduras,
legumbres, semillas, algas, huevos, leche, quesos y hongos).
Incluir en la dieta algas (cochayuyo por ejemplo)
Comer frecuentemente legumbres, eso si, el uso de legumbres debe ser muy
cuidadoso. Dado que el consumo de estas genera ácido úrico el cual desencadena
problemas óseos muy dolorosos (artritis, artrosis, etc.) Las legumbres pueden ser
consumidas sin peligro por personas que diariamente realicen actividades físicas,
dado que de esta forma se elimina el ácido.
8.
Beber una a 2 copitas de vino tinto al día. El consumo de bebidas alcohólicas debe
eliminarse por completo en personas que presenten alguna sintomatología
relacionada con el sistema digestivo o de tipo mental. A este respecto, el vino tinto
es la única bebida alcohólica que al ser consumida con moderación (una o dos copas
al día) trae beneficios a la salud, ayudando a la disolución de las grasas más
complejas y aportando flavonoides y fitonutrientes como el resveratrol.
Beber Te verde y blanco frecuentemente. Se debe tener cuidado respecto de beber
en las comidas ya que no ha de beberse líquidos una o dos horas después de ellas, el
consumo de liquido con las comidas disuelve los jugos gástricos impidiendo con
esto una buena digestión, por esto es recomendable beber líquidos unos diez
minutos antes de las comidas o una o dos horas después de estas. Obviamente queda
excluido el consumo de bebidas gaseosas las que además inyectan gas CO2 al
estomago, el que produce regurgitaciones e impide una digestión optima.
Consumir aceites vegetales crudos, preferentemente extraídos y procesados en frío
(aceite de oliva, pepita de uva, de almendras, de nuez, de sésamo, de maíz, de
maravilla son excelentes opciones).
Sal de mar o de roca en cantidades moderadas.
Consumir hongos (champiñones, shiitakes, callampas comestibles)
Beber frecuentemente agua lo más pura posible, El agua debe ser sometida a
procesos de filtrado puesto que la obtenida directamente del caño por su gran
contenido de químicos, causa muchos males y desequilibrios hormonales.
Agregar a la dieta el consumo de cúrcuma y jengibre de manera habitual.
Reemplazar el arroz blanco por el arroz integral o por Quínoa que son alimentos
mucho más completos en aminoácidos esenciales y fibra.
9. Sacar de la alimentación de manera permanente:
Pan blanco, o harinas ultra refinadas
Azúcar, sacarina, endulzantes artificiales en general
Margarina (las grasas hidrogenadas como la margarina son cancerígenas)
Carnes, cecinas y pescados ahumados
Carnes quemadas al fuego directo
Aliños excesivos
Mayonesa plástica
Alimentos en Conserva
Alimentos en estado de extrema maduración: frutas, hortalizas, carnes, a punto de
comenzar la pudrición.
Sal refinada
Golosinas
Frituras
Alimentos en vinagre (pickles, Aceitunas ácidas, “pichanga”, cebolla en escabeche)
Bebidas o gaseosas, las que solo aportan toxinas (colorantes artificiales), azucares,
Gas dióxido de carbono (el que produce la mayoría de las veces reflujo y una
pésima digestión).
Jugos envasados (solo aportan azúcar y colorantes artificiales)
Condimentos industrializados como la mostaza, el ketchup, la pasta de ají entre
otros.
10. ¿Por que escribí esto?
El año 2006 mi mujer enfermo de cáncer. Ya el año 97 mi madre había muerto de
cáncer al hígado, lo que parecía una dolorosa pesadilla que no me dejaba. Conversando con
los médicos me di cuenta que ellos tampoco saben mucho del por que llegamos a contraer
esta enfermedad atroz que nos remece y azota como sociedad. Me di entonces a la lectura
obstinada de algunos textos de medicina, en donde aparte de las elegantes descripciones no
encontré mucho. Personalmente me valí del conocimiento científico que poseo producto de
mis estudios universitarios de ciencias exactas, con los que pude orientar una investigación
en términos de evidencia escrita y de confiabilidad en las fuentes formales, dejando de lado
cierta charlatanería y chamanismo muy presente especialmente en aquellos temas que están
pendientes aún para la ciencia.
Desde que comencé a aplicar estos conocimientos mi salud ha mejorado visiblemente,
personalmente me siento muy ágil y lleno de vitalidad, mi mujer ha logrado mantenerse
firme en su salud, registrando solo un leve resfrío que duro un día este invierno. Respecto
de su cáncer, después de la segunda operación ha pasado un año y los exámenes de este año
arrojaron resultados muy alegres para nosotros. Hemos cambiado drásticamente nuestra
dieta lo que además trajo consigo una baja de peso muy necesaria y que además nos hizo
muy bien.
Después de lo aprendido creo que males (No hay enfermedades solo enfermos) como el
cáncer, diabetes, hipertensión y otras que los médicos declaran como irrecuperables, son en
realidad absolutamente tratables con dietas estrictas orientadas al fortalecimiento del
organismo, a la eliminación de las toxinas y a la correcta nutrición de este.
Creo que el mundo necesita que le digan la verdad respecto de la cantidad de basura en la
que cree y consume y que la solución a problemas tan dramáticos como el cáncer no viene
solo de la mano de los médicos cuya gran mayoría hoy por hoy solo se dedican a hacerse
ricos a partir de los enfermos, antes que prevenir e informar debidamente a la gente.
Tampoco vienen soluciones milagrosas de la industria farmacéutica que hasta el momento
es la más agradecida que exista gente pasándolo muy mal con estas enfermedades. La
verdadera solución es a largo plazo y es principalmente una inversión mediante una
alimentación correcta, variada, basada mayormente en vegetales, de mucha constancia y
asumiendo que cada día que pasa estamos invirtiendo en una salud de oro para el futuro,
ahorrándonos males y dolores que en definitiva nadie quiere.
11. Bibliografía:
“Los alimentos contra el cáncer” Dr. Richard Beliveau, Dr. Denis Gingras
“Diccionario medico Harper Collins”
“Como curan los alimentos” Miguel Ángel Almodóvar
“100 alimentos para mantenerse Joven” Sarah Merson
“Siempre delgado” Ronald Modra Roberts
Referencias electrónicas:
http://www.uned.es/pea-nutricion-y-dietetica-I/guia/guianutr/proceso.htm
http://www.alimentosysalud.cl/
http://www.crecejoven.com
Estudio y recopilación del material realizado por Jorge Aravena Salazar - jaravenax@gmail.com