1. El poder de las
ciudades
Milani, G. (2006)
Pablo Crovetto, Susana Karpp, Nazareth Pucciarelli
2. Introducción
Desde el siglo X: desarrollo de numerosos poderes locales cada vez más liberados del
control del Imperio carolingio.
Siglos XI y XII: los habitantes de las ciudades comienzan a negociar derechos y privilegios
con las autoridades políticas (obispos, señores, funcionarios, soberanos)
Este proceso condujo, en algunas regiones, a la adquisición de autonomías formales; en
otras, al reforzamiento del poder del príncipe sobre la ciudad.
Transformaciones en la identidad de los ciudadanos y en la estructura institucional
urbana.
3. Este trabajo:
Apartado sobre historiografía
Trata de delinear los dos procesos que favorecieron el surgimiento de la ciudad medieval: el
crecimiento económico y la crisis de los poderes supralocales.
Traza las evoluciones compartidas por las ciudades europeas entre los siglos XII y XIII:
● formación de la identidad de los habitantes
● desarrollo de nuevas instituciones
Relación entre ciudad y poder en tres áreas de Europa
4. 1. La historiografía sobre las ciudades: Henry Pirenne y sus críticos
Siglo XI: Aparición de las ciudades medievales como ambiente que produce las condiciones económicas, políticas y
culturales que le dieron ventaja a Europa.
Convicciones aceptadas: discontinuidad radical entre la ciudad antigua y la medieval; relación estrecha entre el
renacimiento de la economía y el desarrollo urbano en los siglos del Medioevo central y diferencia estructural
entre las ciudades europeas y las de otras regiones
Henry Pirenne: Las ciudades del Medioevo - Ciclo de conferencias 1925- 1927
La invasión del Islam habría hecho triunfar en el s. IX una civilización agrícola basada en la economía de
subsistencia.
Ciudades como centros administrativos y fortalezas (sin población burguesa ni organización municipal).
SigloXI: Venecia en el sur y las ciudades flamencas en el Norte reabren Europa al comercio más amplio , se forma
una clase de mercaderes y se constituye la primera burguesía.
Esta clase conduce a la formación de las nuevas instituciones urbanas.
5. Críticas:
Punto débil metodológico de Pirenne (Edith Ennen):
- Contraste entre el carácter universal de la explicación y la estrechez de la muestra,
limitada solo a algunas ciudades flamencas.
Revisiones:
- Se fecharon de manera diversa los tiempos de recuperación económica
- Ya nadie sostiene que el impulso del desarrollo urbano viene dado por
acumulación de naturaleza comercial
- Responsabilidad: crecimiento de la producción agrícola.
- El desarrollo de las ciudades fue impulsado por quienes poseían la tierra y la hacían
trabajar
Lewis Mumford (1961: Fue el renacimiento de los lugares fortificados lo que permitió el
desarrollo del comercio y no al revés.
6. Consecuencias:
- Inversión de la perspectiva de Pirenne.
- Identificación diferente de los componentes sociales
- En el centro del desarrollo de las autonomías urbanas hay sectores insertos en el mundo de los
poderes señoriales: vasallos, ministeriales, milites.
- Ciudades costeras: el comercio fue llevado adelante por la misma clase que poseía las mayores
cantidades de tierra.
Se privilegian las visiones fundadas sobre la continuidad.
Crisis de la idea que sostiene que el renacimiento urbano constituyó una fuerte discontinuidad.
Razones del renacimiento:
- lento crecimiento de la economía
- decadencia de las instituciones políticas supralocales
7. 2. El crecimiento económico
Capitani (1971): “Pirenne había intercambiado los orígenes de un fenómeno por lo macroscópico del
fenómeno mismo”, datando erróneamente la recuperación económica de los siglos IX y X en los
siglos XI y XII.
- Caída de la imagen de una revolución en la economía medieval a partir del Mil.
- Foco en el desarrollo gradual desde el siglo VIII hasta principios del XIV.
- Aumento de la población con consecuencias sobre la producción
- Reemplazo de la explotación extensiva orientada al autoconsumo por la explotación intensiva
basada en la diversificación de productos.
- Desde el siglo X, moneda acuñada (incentivo a la producción en instrumento de intercambios
comerciales.
- El intercambio condujo a una reestructuración del hábitat. A partir del siglo VIII: nueva trama
de asentamientos: red de centros formada por 150.000 asentamientos (500 a 1000 habitantes
c/u)
- Unidad de base del nuevo circuito de intercambios. Ciudades como núcleos fundamentales.
Proceso común a toda el área Europea, pero diverso de acuerdo con la base de asentamiento
preexistente, heredada del mundo antiguo.
8. Origen de las ciudades según la densidad urbana de la región (Ennen)
- Norte, Inglaterra y Germania septentrional: población poco concentrada.
Intercambio: formación de centros comerciales, emporios y puntos de apoyo a los mercaderes (portus o
wike, ya en época carolingia (Amberes, Brujas)
- Europa Mediterránea: Tejido estrecho; la mayoría de las ciudades eran civitates (estatuto de sedes
obispales desde la época tardoantigua).
Concentración de aristócratas locales alrededor de los obispos.
Estos mismos lugares se convierten en centros de intercambio y de producción artesanal.
- Zona intermedia: Francia Septentrional, parte de Flandes y cuencas fluviales del Rin y del Danubio
Existían civitates y wikes. Desarrollo de las ciudades con peso decreciente de la aristocracia episcopal
respecto de la burguesía mercantil.
9. Zona intermedia: Permite comprender el desarrollo del llamado “dualismo poleogenético” planteado
por Pirenne.
Dos macrozonas: Imposibilidad de extender esta teoría.
Es inexacto remitir el desarrollo urbano del Norte de Europa a causas económicas y el del Sur a
causas políticas.
El desarrollo de las ciudades no fue una consecuencia obligada y natural de una evolución económica
autónoma, sino uno de los elementos que contribuyeron a esa evolución, que dependía de las
relaciones variables de poder entre grupos e individuos: ciudadanos, obispos y autoridades civiles.
10. 3. Los desarrollos políticos
Ciudades de Italia: lugares de continuidad de una noción pública del poder en el transcurso de la Alta Edad
Media.
Dos elementos de la civilización tardoantigua:
El fundamento urbano del Imperio romano, el origen urbano de su aristocracia y la centralidad de la ciudad
en la economía y la cultura imperial; y la base episcopal del ordenamiento cristiano, articulación de fieles a
partir de las diócesis con una civitas al centro.
Con el cristianismo como religión oficial, la aristocracia que había ejercido funciones religiosas y políticas
como curiales, tiene dos caminos: como autoridades civiles y a veces militares, y como clero que asiste al
obispo.
S. IV: Compromisos fiscales onerosos hacen menos apetecible la participación en los consejos urbanos.
Las funciones militares son asumidas, en general, por bárbaros. La iglesia obispal, lugar de participación de
los habitantes por excelencia, se afirma como vehículo por el cual la civilización urbana se transmitió al Alto
Medioevo.
11. Ciudades episcopales:
Francia merovingia y España visigoda: mayor integración entre las aristocracias bárbaras y romanas. Los
obispos se transformaron en las bases del poder de algunos grupos familiares.
Italia lombarda: los obispos permanecieron como institución representativa de la ciudadanía romana.
Carolingios: crearon distritos territoriales que solían tener en su centro una ciudad. Debido a sus estrechos
lazos con la Iglesia, favorecieron la adquisición de títulos de ciudades episcopales a centros que no los
tenían (regiones del Norte de Francia o zonas más allá del Rin y el Danubio sin colonización romana).
Distinción entre funciones de obispos (instrumentos morales y culturales) y de oficiales reales (políticos y
militares) mediante ordenamientos.
Diplomas de inmunidad a los obispos y grandes monasterios que los eximían del control de los oficiales
públicos. Base para el desarrollo del poder político propio.
Otros privilegios: recaudación de impuestos públicos, construir y restaurar muros y ejercer el districtus
(poder de coerción sobre los habitantes de la ciudad.
Se intensifican con la crisis del siglo IX del Imperio carolingio.
12. Francia: obispos y abadías sufren el creciente poder de los principados dinásticos que se estaban
formando.
Algunos de origen público (condado de Flandes), otros por el agregado de condados y señorías
eclesiásticas (ducado de Borgoña), otros de la conquista (ducado de Normandía), otros de la
interdependencia de estirpes que no habían ejercido jamás funciones públicas (Anjoux).
Germania: los ducados de Sajonia, Franconia, Suabia y Baviera dotan a abadías y obispos de
privilegios que permitieron emprender el camino de la construcción señorial. (siglo X)
Italia: la corona es asumida por la dinastía imperial alemana, que favoreció ascensos notables
(Canossa).
Obispos con privilegios similares a los otorgados en Germania (siglos X- XI).
Ciudades episcopales: se transforman en un poder local.
13. Siglo XI: momento de juego político particularmente abierto.
Las ciudades se reorganizan y también la dialéctica entre los grupos urbanos y los obispos.
Zonas de urbanización menos densa (Norte de Francia o Germania): los diplomas reales favorecieron
la implantación de señorías.
Italia: tradición urbana más fuerte. Condición de libertad ligada al estatus de civis. Mayor margen
para la reivindicación de los grupos urbanos en la gestión del poder de parte del obispo y para
impedir un desarrollo señorial independiente.
Dialéctica entre obispos y grupos urbanos: más visible al emerger el circuito de la adquisición
simoníaca de la elección episcopal por parte de los aristócratas.
Clericalización de la riqueza: formación de una estructura jurídico-social que favorecía tanto el
enriquecimiento a través de la Iglesia, como el empobrecimiento de la Iglesia.
14. A lo largo de todo el Medioevo la ciudadanía expresó siempre una iniciativa política
propia.
Entre fines del siglo XI y fines del siglo XII: más visibles.
Querella de las Investiduras: dos resultados importantes:
- una nueva definición de identidad de los ciudadanos y de sus derechos
- nuevas instituciones políticas.
15. Movimientos comunales y definición de la identidad
de los ciudadanos entre los siglos XI y XII
● En los últimos años se puso de relieve el hecho de que la autonomía y la
comuna no constituyeran una ambición natural de todos los grupos urbanos,
sino de quienes eran interlocutores políticos en el centro-norte de Italia y que
administraban la fiscalidad y la justicia.
● Según Nicolai Ottokar, los habitantes de las ciudades italianas al no haber
perdido en la Alta Edad Media su status, no tuvieron necesidad de aislarse
diferencialmente desde lo jurídico.
● Desde mediados del siglo XI a mediados del XII se encuentran testimonios
diferenciados sobre derechos adquiridos por los ciudadanos, juramentos y
experimentos institucionales (constitución de colegios y magistraturas).
16. ● Un caso puntual citado por Milani es el que ocurrió en Milán con los
movimientos de la pataria, guiados por eclesiásticos y sostenidos por
laicos en contra de la simonía y el concubinato practicado por los
eclesiásticos locales, que impactaban en la transmisión de bienes y
derechos.
● Durante los veinte años que duró este conflicto, los líderes del
movimiento hicieron prestar juramento a toda la ciudadanía (Landolfo
Cotta, en 1057, después de haber pedido autorización a Roma, hizo
jurar primero a los laicos y después a los eclesiásticos de combatir la
simonía y el nicolaísmo).
● Los juramentos colectivos que se prestaron en esos contextos
constituyeron un precedente importante porque equiparaban a todos
los ciudadanos.
17. Otro caso es el de la “sentencia de las torres” promulgada en
Pisa por el obispo Daiberto en algún momento entre 1088 y
1092. El obispo se convirtió en garante de un acuerdo de paz
que establecía la altura de las torres construidas sobre
aquella área. Quien se viera perjudicado por la ruptura del
pacto podría dirigirse al Colloquium civitatis. Esta institución
habría podido autorizar la venganza.
El juramento contenía así dos elementos fundamentales: el
acuerdo de paz y la exclusión de aquel que no lo respetaba.
18. Según Knut Schulz, que ha intentado realizar un censo total del “movimiento
comunal”, definiéndolo de acuerdo con cuatro características distintivas (esto es:
la presencia de un debate público, la deslegitimación de las autoridades
tradicionales, la autogestión y la presencia de una lucha por el pago de la
servidumbre), el Norte de Francia constituyó, después de Italia, la segunda área
de difusión de la comuna, y la primera en la que se difunde el término communio
para indicar el juramento que prestaron el conjunto de los habitantes.
Por ejemplo, en 1107 se juró la comuna en Laón por medio de un acuerdo entre el
clero y los vasallos obispales por un lado, y habitantes de la ciudad por otro,
llevado adelante en ausencia del obispo. Éste, a su regreso, fue convencido de
respetar los derechos de los adherentes, pero en 1112, sin embargo, el mismo
prelado abolió la comuna, con la ayuda del rey, desencadenando una sanguinaria
revuelta.
19. Más relevantes fueron las concesiones que obtuvieron algunas comunidades urbanas
en la tercera área de difusión del movimiento comunal, la de las ciudades obispales
renanas. Aquí también el problema crucial tenía que ver con los derechos de los
habitantes, pero la mayor debilidad del soberano generó mayores beneficios a las
ciudades.
Por ejemplo, en 1119 el arzobispo de Maguncia, para agradecer a los ciudadanos por
haber forzado al emperador a liberarlo, concedió un privilegio similar agregando la
emancipación de todos los ciudadanos por parte de los tribunales externos de la
ciudad.
Aún si el medio no fue una asociación jurada como en Italia o Francia, sino una
concesión señorial, también los habitantes de las ciudades renanas se encontraron
compartiendo una condición jurídica común que los asimilaba entre sí y los distinguía
de otros de manera más estrecha que antes.
20. El contenido de los derechos adquiridos por las ciudadanías
en esta fase constituye un indicador del grado de iniciativa
política de la ciudad, más significativo respecto al modo en el
que los derechos fueron transferidos de los señores a las
ciudades (guerra abierta, levantamiento jurado, adquisición
silenciosa de costumbres, concesión pacífica).
Una serie de coyunturas condujeron a la definición de una
identidad jurídica de los ciudadanos, que asumieron de
manera más clara que antes que tenían un estatuto diferente
del de la mayor parte de los habitantes del mundo rural.
21. Las instituciones urbanas entre los siglos XII y XIII
El status de ciudadano se concedió generalmente a quien descendía de
ciudadanos y a quien se casaba con ciudadana, mientras que para los demás se
preveía un período de residencia continua en la ciudad a veces acompañado
por la compra de una casa y por una serie de otros deberes: participación en los
turnos para la defensa de la murallas, pago de impuestos, a menudo un
juramento previo.
Desde el siglo XI en Italia toda la ciudadanía accedía a una institución que se
colocaba, por así decirlo, a caballo entre la realidad precomunal y la comunal: la
asamblea no electiva, que recibe el nombre de concio, conventum,
parlamentum, populus. Esta asamblea tenía la función de conferir una
aprobación formal a las decisiones tomadas por los cónsules.
22. De la masa de participantes en la concio en la Italia precomunal se distinguen
desde el principio algunos individuos. Se trata de aquellos que son
consultados por el obispo o por el señor laico en ocasiones particulares,
controversias judiciales o decisiones relativas a obras públicas y tratados: los
cónsules.
La nueva magistratura no actuaba más en nombre del rey y mediante los
instrumentos típicos de la justicia real, como el placitum, sino de manera
autónoma y sobre todo con nuevos procedimientos.
Desde fines del siglo XI a la primera parte del siglo XII emergen los primeros
reclamos de los cónsules en las diversas ciudades italianas; coincidente con el
momento en el que fue más profunda la ausencia en Italia del Imperio y de
sus representantes tradicionales.
23. En las ciudades alemanas del área del Rin-Mosa Mosella, pero también en el norte de
Francia y en Flandes, fueron los escabinos los que constituyeron la base del gobierno, es
decir, expertos en derecho que originariamente asistían al conde. Con el transcurso del
tiempo, el poder de denominarlos pasó al señor de la ciudad, que a veces era el obispo,
y la base del reclutamiento se hizo cada vez más urbana.
Para poder explicar la discontinuidad mayor que se produce en Italia entre consulado y
consejo es necesario considerar otro elemento: la aparición, en las ciudades comunales,
de una figura inédita en otros lados, el podestá extranjero. Entre los últimos decenios
del siglo XII y los primeros del siglo XIII en el lugar de los cónsules comenzó a gobernar
un profesional no ciudadano, convocado desde otro lugar para que estuviese al margen
de los juegos de poder locales.
Su figura contribuyó a la afirmación de una nueva cultura de la legalidad (redacción por
escrito del derecho urbano, sistema de reglas, control recíproca de instituciones).
24. Después de haber delineado las características comunes a todas las
ciudades europeas, Milani marca las diferencias a partir de la segunda
mitad del siglo XIII.
Desde el punto de vista económico, el siglo XIII evidencia un neto
incremento de escalas, en parte consecuencia de aquello que se ha
denominado como la “revolución comercial”.
Desde aquel momento en adelante a este sistema se añadió una nueva
organización del comercio, caracterizada por una división del trabajo
entre tres operadores: los titulares de los bancos, los transportistas, y
los agentes residentes de las principales plazas del comercio exterior.
25. Fue en el transcurso de este siglo que se afirmaron las características de las
grandes monarquías de Europa occidental y oriental (la francesa, la inglesa, las
ibéricas, de la Italia meridional, de Europa oriental), mientras en otras zonas el
poder continuó más fragmentado.
A partir del siglo XIII, a causa de la multiplicación de los intercambios, las ciudades
alcanzaron rápidamente un nivel de producción de riqueza tal que, si por un lado
podían poner a disposición de los príncipes recursos extraordinarios para la
extensión territorial, por otro se convertían en competidores directos. El desarrollo
de esta relación tuvo un papel crucial en la multiplicación de los conflictos que
caracterizó al siglo XIV como un siglo de guerras permanentes.
Pero ese proceso tuvo un éxito diverso de acuerdo con la zona e hizo emerger tres
áreas en las que fue diferente la relación entre ciudad y poderes principescos.
26. El corazón urbano: Italia centro-septentrional
● Alto volumen de producción e intercambio: revolución comercial
● Innovaciones: compañía comercial, letra de cambio, doble entrada, etc.
● Mitad del s. XIII tensiones sociales
● Estructura paralela de poder:
○ Consejos de comuna - consejos del pueblo
○ Podestá - capitán del pueblo
● Florencia, Pisa, Padua, Bolonia, Perugia
● Resultado no solo del desarrollo económico sino de la ausencia de poderes
● Alianzas entre ciudades
27. Flandes, Germania Septentrional y Renana,
Aragón
● “Mediterráneo norte” : desarrollo económico un poco inferior
● S. XIV: Constitución de nuevos consejos
● Algunas ciudades alemanas: gobiernos exclusivamente corporativos
● En otros: repartición equitativa entre aristócratas y guildas
● Principal diferencia: Mayor presencia de poder
○ Países Bajos - Francia
○ Germania - Fuertes principados territoriales
○ Aragón - Fuerte nobleza
● Alianzas entre ciudades
28. Las ciudades sometidas por las monarquías
● Francia, Inglaterra, Castilla, Bohemia = Baja concentración urbana
● Tendencia generalizada en el S. XV motivada por la crisis del S. XIV
● Algunas ciudades importantes logran conservar un rol dentro de las nuevas conformaciones
estatales.