1. Región Ciudad de México, Noviembre 2012
Mi experiencia @UVMmexDF
Por: Alejandra Sanchez Vargas,
Campus Tlalpan, Estudiante de Administracion
Internacional en Empresas de Hospitalidad
E mpezaba la cuenta regresiva para mi partida, ese
tiempo pasó tan rápido que en menos de lo que pensaba
ya estaba entrando al aeropuerto acompañada de mi
familia y amigos más cercanos.
Viajaba con mi hermano que se quedaría una semana
acompañándome y con otro amigo que al igual que yo iba
de intercambio. Al acercarnos al mostrador para imprimir
nuestros boletos y registrar maletas nos dieron una mala
noticia, la aerolínea no tenía registro de nosotros, después
de varias horas de estrés, enojo y frustración todo estaba
arreglado, era momento de lo que no había planeado de
despedirme.
He de ser sincera no paraba de llorar, 50% era de tristeza
por saber que dejaba una gran parte de mí y el otro 50%
era de alivio de que todo estaba arreglado, y así subimos al
avión en espera de nuestro destino… AUSTRALIA!!!
El el aeropuerto
Al llegar al aeropuerto de Sydney todo se veía y se sentía diferente, tomamos un autobús para llegar a Canberra, ciudad que
sería mi nuevo hogar, al llegar a la terminal ya nos esperaba un miembro de la universidad para llevarnos a nuestra nueva
escuela y casa: Australian International Hotel Management School (AIHS).
La primera semana fue de introducción para conocer el campus, los horarios, a los otros estudiantes; había más estudiantes
mexicanos provenientes de diversos campus de la UVM que de cualquier otra nacionalidad, también en esa semana se
presentaron miembros de la escuela, nos llevaron a conocer los alrededores de la escuela y lugares importantes como el
supermercado, la plaza comercial y por supuesto el bar más cercano (solo a una calle), en si todo lo necesario para adaptarnos
a vivir en un nuevo lugar, en un nuevo país, en un nuevo continente.
Mis primeras impresiones de la escuela y de Canberra fueron completamente diferentes a lo que pensaba y esperaba, en mi
cabeza tenía la idea de que el campus sería muy grande, estilo a los que se muestran en las películas norteamericanas, en
cambio el campus era pequeño, estaba dividido en 6 pasillos con 12 cuartos y con dos baños al principio de cada pasillo, 4
salones de clases, un laboratorio de computadoras, 1 comedor, 1 sala-bar-sala de juegos y el resto del campus funcionaba
como el Hotel Kurrajong.
En cuanto a Canberra, es una ciudad exageradamente tranquila, todos los negocios cierran a las 5 de la tarde, no se conoce lo
que es el trafico vehicular y la población es muy pequeña, todo lo contrario a la ciudad de México.
Al comenzar clases fue cuando por primera vez comprendí que ya no me encontraba en mi país, me enfrentaba a nuevas
situaciones y experiencias, como tomar clases 100% en ingles y a un sistema educativo totalmente diferente, al principio
recuerdo mi preocupación al no entender lo que decían mis maestros, pensaba que era mentira lo que decían respecto al
acento australiano pero es totalmente cierto, es muy difícil de entender. En cada trimestre lleve de 4 a 6 materias de las cuales
tenía que realizar dos trabajos, la mayoría de las veces eran un trabajo individual y uno en equipo. Los trabajos consistían en
ensayos con un limite de numero de palabras, desde 800 hasta 5000 palabras, y se requiere de varias semanas de investigación
de diferentes medios ya que mínimo se necesita identificar 10 bibliografías, poco a poco me fui acostumbrando a la estructura
de los trabajos pero a la vez cada trimestre que pasaba se volvían mas y mas difíciles.
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Antes de mi primer periodo de exámenes los maestros nos
explicaron la estructura de los exámenes; elegir 3 de 5
preguntas abiertas y elaborar un ensayo de un mínimo de
800 palabras, mi primera reacción fue de susto pero al
presentar los exámenes descubrí que no es tan difícil como
parece, tan fue el caso que en ninguna ocasión reprobé un
examen.
Aparte de acostumbrarme a un nuevo sistema educativo
también me acostumbraba a vivir sola, tomar total
responsabilidad por mis acciones y administrar mi tiempo.
A los dos meses de mi llegada a Australia un amigo me
comento que necesitaban personal en el Hotel Park Hyatt;
único hotel 5 estrellas en Canberra, al poco tiempo aplique
a una posición en el lounge y me llamaron para concertar
una entrevista, estaba muerta de miedo ya que era mi
primer entrevista de trabajo y en ingles, al final fui aceptada
y por primera vez ya tenia un empleo.
Mi vida se dividía entre la escuela, el trabajo y fiestas.
Poco a poco al irme adaptando vi que el tamaño de la
escuela y lo tranquilo de la ciudad no tenían nada que ver
con todo lo que vivía día a día en mi país.
Ambiente
Todo se resumía a lo que vivíamos dentro del campus; las
actividades, eventos o viajes que organizábamos entre
nosotros mismos, las cenas especiales de cada jueves en el
restaurante de la escuela, las noches de película en la sala,
esos días de tareas o exámenes en los cuales la escuela
parecía desierta ya que todos nos encerrábamos en
nuestras habitaciones, la espera de cada jueves para que
se abriera el bar de la escuela y después salir de fiesta a
uno de nuestros bares favoritos (Mooseheads, Academy, 3
Monkeys o Mesh), las fiestas que se hacían en las
habitaciones o en el salón más especial de toda la escuela,
Blackwood.
Y así llego el final de mi primer trimestre, conociendo
diferentes personas de todo el mundo, acercándome a
nuevas culturas y formas de pensar, adaptándome a tomar
clases 100% en inglés, a escribir ensayos de 3000 palabras
y a estudiar como loca para exámenes totalmente
diferentes, nada de opción múltiple, skypeando con mi
familia y amigos, aprendiendo a lavar, planchar, en si a vivir
sola y como extra a trabajar por primera vez.
Era diciembre y varios de los estudiantes regresaban a sus
respectivos países ya que sería Navidad y Año Nuevo, yo
en cambio, me quedé en Canberra junto con otros amigos
mexicanos trabajando y ahorrando para en enero viajar a
Nueva Zelanda.
Por fin llego el momento de vacaciones, junto a otros 5
amigos viajamos a la isla sur de Nueva Zelanda por 10 días
haciendo un viaje por carretera en 2 camionetas vans,
viviendo día y noche en ellas. Conocimos varios pueblos,
estados y atracciones turísticas, entre ellas; Queenstown, De fiesta
Christchurch, Hokitika, escalamos el glaciar Fox, visitamos
las famosas cuevas de glowing warms y fuimos
espectadores de paisajes que te quitan el aliento, justo
como los que se muestran en la película del Señor de los
Anillos.
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Terminando nuestras vacaciones era momento de regresar
a la escuela, conocer a los nuevos estudiantes y a los que
regresaban de prácticas y lo más importante; decidir en
dónde realizaríamos nuestras primeras prácticas.
Este nuevo trimestre fue el mejor de todos, me había
mudado a un cuarto compartido con la que persona que
llegó a ser mi mejor amiga y además conocí a 4 personas
muy especiales, nuestros vecinos; un coreano, un
australiano, dos sudafricanos y un mexicano.
Nuestra habitación era la más grande del pasillo y se
convirtió en el cuarto de las fiestas, la sala de películas y el
cuarto de estudio, llegamos al punto en el que ya teníamos
los cojines y sillones de la sala, 1 pizarrón y ya no hacíamos
uso de la puerta del cuarto ya que no había día en que no
estuviera alguien mas ahí con o sin nosotros.
Unos pastelillos
Pasaron 3 meses y era momento de las prácticas, la ciudad más popular fue Sydney ya que la mayoría de mi generación la
eligió para realizar las prácticas, excepto por mi amiga y yo que elegimos Melbourne como nuestra nueva ciudad. Mis practicas
las realizaría en el hotel Grand Hyatt Melbourne en el departamento de banquetes, al aplicar a las practicas en otro estado se
realizan entrevistas telefónicas, y he de decir que estaba aun mas nerviosa que en mi primera entrevista pero tuve suerte ya
que mi entrevista consistió en una platica acerca del porque había escogido Melbourne y ese hotel.
La última semana en la escuela fue la mejor, despedida tras despedida, ahí fue cuando me di cuenta de que esos 6 meses que
iba a estar lejos de Canberra iba a extrañar ese pequeño campus en esa tranquila ciudad y sobre todo a mis amigos que
estando en el extranjero ya no solo se limitan a ser tus amigos, se vuelven tú familia, es una relación tan cercana porque son
los que están contigo 24/7, a los primeros que les pides ayuda, consejo y apoyo.
El día de nuestra despedida recuerdo a nuestros amigos ayudándonos a bajar nuestras maletas para tomar el taxi, ese
momento fue muy triste ya que me despedía por un tiempo de mis amigos y escuela y de un amigo que jamás volvería a ver y
sin saberlo me despedía de esa ciudad y para siempre de esa escuela.